Episodio 1 acá: http://www.poringa.net/posts/relatos/4467843/Sak-Yant---Episodio-1-Perdedor.html
Nunca había escuchado aquellas palabras, no sabía que significado tenían ni en qué idioma pero lo más alarmante es que no me acordaba haberlas escrito ni haber dibujado en aquel papel. Ya la abstinencia me estaba volviendo loco, pensé, y no le di más importancia que la que se le tiene que dar a los sueños que son meros ejercicios del cerebro para mantenerse activo. Los preparativos de mi mudanza a un pueblo de la provincia no me dejaban tiempo para pensar en esas cosas.
Una semana después me desperté exaltado en el colectivo y a la lado estaba ELLA. Sus ojos brillaban y de alguna manera los sentí amenazantes mirándome dormir. Cuando reaccioné, ella otra vez se estaba por bajar y la seguí para decirle algo pero tartamudeé y sólo pude bajarme atrás de ella, arriesgándome a que pensara que pretendía perseguirla. Al aterrizar en la vereda le sonreí e insólitamente la chica dijo "¿Querés ir a tomar algo?"
Acepté y me sentí inusualmente seguro teniendo la charla inicial de presentación entre dos personas que recién se conocen. Bah, o eso pensaba yo porque según me dijo Elizabeth (así se llamaba) ya nos habíamos conocido. Entre cervezas y papas fritas ella me recordó que fuimos a la misma escuela pero a distintos cursos (yo terminé 2 años antes) y que seguramente no me acordaba porque se veía de manera muy distinta. Me contó que una vez la defendía de unos chicos adentro del baño de hombres al que justo había entrado. Pocas veces soluciono algo con violencia pero al ver que maltrataban a la chiquita de una forma cobarde se me soltó la cadena y largué varias trompadas. Esos dos pibes la habían estado amenazando con golpearla si no les entregaba su cuerpo y "Eli" sintió que si yo no los interrumpía de esa forma la iban a violar. Después del episodio ambos nos cambiamos de colegio y por eso no supimos más uno del otro. Me resultó extraño que no le hayan brotado lágrimas durante su relato y que hasta haya esbozado una sonrisita rencorosa al recordar la situación. Sus ojos eran fuego y me invadían tanto que casi ni pude contestarle cuando me dijo que vayamos a la casa.
Nos tomamos un auto en pleno silencio y noté que a pesar del calor ella usaba igual una bufanda que le cubría el cuello. Al llegar al lugar me hizo esperar en un sillón desde donde pude ver la decoración en las paredes con exóticas figuras artísticas en las que se destacaban las formas de alas de murciélago, los pechos de mujer y de ojos bien abiertos. Volvió con una bata negra y con una actitud desafiante y me preguntó muy dulcemente si ella como mujer me parecía atractiva. Al escuchar mi respuesta afirmativa ella dejó caer su bata y pude ver su hermoso cuerpo desnudo y firme. Pechos soñados, cintura preciosa y unas piernas que daban ganas de comerlas a besos...
Pero lo llamativo era la tinta que poblaba su piel, por todos lados y tiñendo de negro desde su cuello hasta donde llega el sol: Rosas, flores, una cabeza de serpiente, el rostro de un barbudo y una extraña figura de un gran ojo entre medio de las alas animaron el recorrido a simple vista que terminó en un gigante cráneo de carnero arriba de la entrepierna depilada.
Al besarnos me excité tanto que entré en un trance del que me es difícil recordar la película completa sin esos flashes como de luz negra entre una escena y la otra. Eli parecía otra, estaba desesperada, jadeaba como un animal y me la agarró y empezó a pajearme mientras nos besabamos. Se arrodilló y se pasó la pija por la cara mirándome a los ojos y le pegaba lamidas mientras me decía que tenía que lamerle todo y acabarle en todos los tatuajes en especial en el cráneo de cordero. Yo no entendía nada pero me dedique a disfrutar. Me sentía durísimo y lleno de leche, quizás por la abstinencia pero también por como me gustaba esa joven y extraña mujer. Con mi verga toda mojada se dispuso a apretarmela con sus pechos y a volver a pedirme que le manche todos los tatuajes. Y lo hice, porque ella me hizo un hermoso pete y terminé en el de su cuello, con la turca le llene de leche las gomas y el tatuaje del ojo y las alas y le lamí del ombligo para abajo y me pajeé para salpicarle mi semen en los tatuajes restantes y acostarme. Ella se me sentó al lado, me besó y empezó a pajearme más y más hasta que acabara una y otra vez en su piel...Estaba como drogado y cada vez que cerraba los ojos y los abría otra vez ella me estaba exprimiendo como si consiguiese néctar, desesperada. Recuerdo que dijo varias veces las palabras "cráneo de cordero" y que gemía y se babeaba como si la estuvieran penetrando.
Al otro día la encontré al lado mío en la cama y ni siquiera se había limpiado lo pegoteado que tenía por todos lados. Casi dormida me dijo al oído "preparate"
Continua en http://www.poringa.net/posts/relatos/4469270/Sak-Yant---Episodio-3-La-casa-de-Beth.html
Nunca había escuchado aquellas palabras, no sabía que significado tenían ni en qué idioma pero lo más alarmante es que no me acordaba haberlas escrito ni haber dibujado en aquel papel. Ya la abstinencia me estaba volviendo loco, pensé, y no le di más importancia que la que se le tiene que dar a los sueños que son meros ejercicios del cerebro para mantenerse activo. Los preparativos de mi mudanza a un pueblo de la provincia no me dejaban tiempo para pensar en esas cosas.
Una semana después me desperté exaltado en el colectivo y a la lado estaba ELLA. Sus ojos brillaban y de alguna manera los sentí amenazantes mirándome dormir. Cuando reaccioné, ella otra vez se estaba por bajar y la seguí para decirle algo pero tartamudeé y sólo pude bajarme atrás de ella, arriesgándome a que pensara que pretendía perseguirla. Al aterrizar en la vereda le sonreí e insólitamente la chica dijo "¿Querés ir a tomar algo?"
Acepté y me sentí inusualmente seguro teniendo la charla inicial de presentación entre dos personas que recién se conocen. Bah, o eso pensaba yo porque según me dijo Elizabeth (así se llamaba) ya nos habíamos conocido. Entre cervezas y papas fritas ella me recordó que fuimos a la misma escuela pero a distintos cursos (yo terminé 2 años antes) y que seguramente no me acordaba porque se veía de manera muy distinta. Me contó que una vez la defendía de unos chicos adentro del baño de hombres al que justo había entrado. Pocas veces soluciono algo con violencia pero al ver que maltrataban a la chiquita de una forma cobarde se me soltó la cadena y largué varias trompadas. Esos dos pibes la habían estado amenazando con golpearla si no les entregaba su cuerpo y "Eli" sintió que si yo no los interrumpía de esa forma la iban a violar. Después del episodio ambos nos cambiamos de colegio y por eso no supimos más uno del otro. Me resultó extraño que no le hayan brotado lágrimas durante su relato y que hasta haya esbozado una sonrisita rencorosa al recordar la situación. Sus ojos eran fuego y me invadían tanto que casi ni pude contestarle cuando me dijo que vayamos a la casa.
Nos tomamos un auto en pleno silencio y noté que a pesar del calor ella usaba igual una bufanda que le cubría el cuello. Al llegar al lugar me hizo esperar en un sillón desde donde pude ver la decoración en las paredes con exóticas figuras artísticas en las que se destacaban las formas de alas de murciélago, los pechos de mujer y de ojos bien abiertos. Volvió con una bata negra y con una actitud desafiante y me preguntó muy dulcemente si ella como mujer me parecía atractiva. Al escuchar mi respuesta afirmativa ella dejó caer su bata y pude ver su hermoso cuerpo desnudo y firme. Pechos soñados, cintura preciosa y unas piernas que daban ganas de comerlas a besos...
Pero lo llamativo era la tinta que poblaba su piel, por todos lados y tiñendo de negro desde su cuello hasta donde llega el sol: Rosas, flores, una cabeza de serpiente, el rostro de un barbudo y una extraña figura de un gran ojo entre medio de las alas animaron el recorrido a simple vista que terminó en un gigante cráneo de carnero arriba de la entrepierna depilada.
Al besarnos me excité tanto que entré en un trance del que me es difícil recordar la película completa sin esos flashes como de luz negra entre una escena y la otra. Eli parecía otra, estaba desesperada, jadeaba como un animal y me la agarró y empezó a pajearme mientras nos besabamos. Se arrodilló y se pasó la pija por la cara mirándome a los ojos y le pegaba lamidas mientras me decía que tenía que lamerle todo y acabarle en todos los tatuajes en especial en el cráneo de cordero. Yo no entendía nada pero me dedique a disfrutar. Me sentía durísimo y lleno de leche, quizás por la abstinencia pero también por como me gustaba esa joven y extraña mujer. Con mi verga toda mojada se dispuso a apretarmela con sus pechos y a volver a pedirme que le manche todos los tatuajes. Y lo hice, porque ella me hizo un hermoso pete y terminé en el de su cuello, con la turca le llene de leche las gomas y el tatuaje del ojo y las alas y le lamí del ombligo para abajo y me pajeé para salpicarle mi semen en los tatuajes restantes y acostarme. Ella se me sentó al lado, me besó y empezó a pajearme más y más hasta que acabara una y otra vez en su piel...Estaba como drogado y cada vez que cerraba los ojos y los abría otra vez ella me estaba exprimiendo como si consiguiese néctar, desesperada. Recuerdo que dijo varias veces las palabras "cráneo de cordero" y que gemía y se babeaba como si la estuvieran penetrando.
Al otro día la encontré al lado mío en la cama y ni siquiera se había limpiado lo pegoteado que tenía por todos lados. Casi dormida me dijo al oído "preparate"
Continua en http://www.poringa.net/posts/relatos/4469270/Sak-Yant---Episodio-3-La-casa-de-Beth.html
0 comentarios - Sak Yant - Episodio 2 | Cráneo de carnero