Esta vez dejaré de lado a la puta de mi esposa y trataré de escribir un relato que lleva algo de fantasía y sexo filial.
Desde hace años soy taxista en mi comunidad, lo que me ha permitido conocer gran cantidad de personas, he visto niñas convertirse en mujeres, matrimonios recién contraídos y separaciones varias... Una de mis clientas, aproximadamente 45 años, complexión media, quizá 1.65 de estatura, tetas tirando a chicas, algún rollito en la cintura, caderas amplias, nalgas también medianas, rostro atractivo sin ser una belleza, solicita mi servicio una mañana, se hace acompañar por una de sus hermanas, de las más chicas en edad, unos 24 años, tetas algo más grandes que su hermana, menos rollitos en la cintura y un trasero de infarto, comparte bastantes rasgos con su hermana, también es más alta, por el 1.70 según mis cálculos, la mayor, lleva una blusa blanca casi transparente, dejando visible su sostén blanco también, pantalón de mezclilla que en el trasero queda justo y en las piernas algo flojo, la boca pintada de un rojo discreto y el cabello en una trenza, la chica, lleva leggins negros, marcando a la perfección el redondo trasero, una blusa roja nada reveladora ( quizá esté algo traumada con el tamaño de sus tetas) y los labios en rojo carmín, trae un corte de cabello a la moda y tinte negro en él, el trayecto es de una hora aproximadamente y hábilmente entabló conversación con la mayor, a quien he tratado bastante tiempo, me pone al tanto de si divorcio, las cosas que pasó al final de su matrimonio y demás asuntos relacionados al tema, para ser sincero, el tema se me estaba tornando tedioso, pues no dejaba de hablar sobre lo hijo de puta que era su marido, de vez en vez, miraba por el retrovisor panorámico el pequeño canalillo de su blusa y los labios de mamadora que tenía su hermana pequeña.
Por breves instantes nuestros ojos hacen contacto por el reflejo y deja la mirada fija, mi mente súplica porque cambie el tema y al mismo tiempo pienso en lo fabuloso que sería ver un poco más de piel, ella se queda callada, la veo un poco confundida, como tratando de encontrar algo más sobre que platicar, disimuladamente una de sus manos sube por el frente de su cuerpo, desabrochando un botón de la blusa, la visión de más piel desnuda me hace tragar saliva y gotas de sudor perlan mi frente, por fin habla para mencionar una salida espontánea a comer con un pretendiente y continuamos charlando de lo más animados.
De nueva cuenta presto atención a los labios de la hermanita y la imagino pasando la lengua por un helado, ya saben, se dice que la manera en que degustan el postre mencionado, te da una idea clara de como hace el sexo oral...
Luego, mi mente calenturienta las imagina a ambas haciendo lo mismo, de casualidad un vendedor ambulante pasa junto al auto en un semáforo y adivinen que vendía? Helados! Las hermanitas se apuran a comprar tres y me comparten uno de ellos, a los pocos metros observo abobado como degustan sus postres y en una suerte más, se juntan para pasar sus lenguas sobre un mismo helado, mi bragueta amenaza con ceder y dejar libre mi herramienta, volteó hacia mí entrepierna y una mancha considerable de lubricante mancha mi pantalón, comienzo a pensar con más calentura que antes y deseo que hagan más sexuales sus movimientos de lengua, dos segundos después observé que sus miradas habían cambiado, se notaba ese deseo que hace brillar los ojos femeninos cuando están en celo, daban largas lamidas al helado, rodeando los costados y por un pequeño instante me pareció ver qué sus lenguas chocaban, eso hizo que mi atención al volante se viera afectada y casi choco al auto de enfrente, presioné el freno al fondo y las hermanas, de tan juntas, chocaron entre si, haciendo que el helado que lamian, saliera volando al respaldo, mientras el otro, era aplastado por los pechos, haciendo un desastre en la blusa blanca de la hermana mayor, me disculpé por mi torpeza, ganando una mirada de furia en ambas mujeres.
Continúe el camino en silencio, maldiciendo el desafortunado incidente, por suerte, la menor llevaba una muda de ropa y así se lo comunico a su hermana, de inmediato mi erección se hizo presente trabajando mi cabeza y deseando que se cambiara sin pudor, la fortuna parecía estar de mi lado, uno a uno los botones me daban una vista mejor de la blanca piel, un urraaa invadió mis pensamientos y pensé, quita el sostén también, está manchado y húmedo, no tiene caso que lo dejes puesto, ahora sí mi asombro fue monumental, paso las manos a su espalda y safo el broche, sus pequeños pechos quedaron al aire, trague más saliva y rogué porque los dejara así con cualquier pretexto, como revisar si no tenía algún moretón por el choque con su hermana, era casi imposible pues no fue tan fuerte, pero aún así lo deseaba con todas mis fuerzas, los pezones erguidos atraían mis ojos y el constantemente movimiento del carro los hacia saltar de manera deliciosa, Susana, así se llama la mayor, inspeccionaba con sus delicadas manos los brazos y su busto, su hermana, Mary, sostenía la blusa sin saber que hacer, ahí pensé, Mary, deberías hacerle notar a Susana lo duro que se ven sus pezones... Sss.. Susy. Eeehhh tus, tus bolitas están, están muy duras, oooohhhh lo hizo, demonios, ella hizo lo que yo pensé, ahora imaginé que Susana se agarraba un pezón y decía que se debía a lo frío del helado... De nuevo Susana hizo lo que yo pensaba y el diablo que habita en mi interior se adueñó de mis pensamientos, no tenía idea de cómo o porque las cosas que pensaba pasaban con tanta exactitud y me aprovecharía de ello, Mary, ordene con mi pensamiento, toca las tetas de Susana, te pusiste caliente al ver sus tetas y deseas chuparlas, Mary estiró la mano y abarcó una teta, Susana, ahora tú, agarra su cabeza y ofrece tu seno para que lo chupe, las dos están cachondas perdidas y no les importa que yo esté presente, no me preocupaban las miradas fuera del auto, pues está polarizado, Mary estaba muy concentrada chupando los pezones de Susana, les ordene gemir y tocar sus cuerpos por completo, al poco, la mano de Mary estaba bajo el pantalón de Susana y ambas gemian mucho, Susana le tocaba las tetas a Mary y arqueba la espalda llena de placer, cambie el rumbo y entre al primer motel que encontré, pague la habitación, hice entrar el auto y baje para cerrar la puerta del garaje, les pedí que bajaron del auto y sugieran quitándose la ropa sin dejar de besarse, lo hicieron con calma, una fina línea de bello adornaba la concha de Susana mientras Mary la llevaba depilada a conciencia, algo de celulitis en las nalgas de la mayor me hacía pensar que no le sentaba mal, mientras las nalgas de Mary se veían muy tersas, siguiendo mis instrucciones, Susy se acostó sobre el cofre del auto y separó las piernas para que Mary le comiera la concha, bajo la mano y buscaba a tientas el arrugado hoyo marrón, con los jugos y babas que escurrían de la hendidura, hizo lugar con un dedo, la lengua recorría la raja y luego se metía lo más posible en la caliente cavidad, Susy apretaba sus pechos y jalaba sus pezones, dejando escapar sonoros gemidos, Mary separó sus muslos y entre en escena, acaricie e incluso azote sus firmes nalgas, mi mano quedó marcada en ellas, subí las manos acariciando su espalda y luego tomando ambos senos con fuerza, apunte mi verga y de un empujón la penetré, comencé a darle con fuerza hasta derramar mi leche lo más dentro que pude, Susana se bajó del cofre y metió un par de dedos en Mary, caminado los tres a la habitación, ahí, Susana se acostó boca arriba y Mary coloco la chorreante panocha en sus labios, Susana metió la lengua y tragaba tanto los flujos de Mary como mi corrida, mi verga reaccionó y ahora penetré a Susana, al mismo tiempo comía las tetas de Mary, al terminar también dentro de Susana las dejé haciendo un fabuloso 69 para recuperar fuerzas, definitivamente no saldría de ahí sin perforar sus anos, la tarde se fue sin que me diera cuenta y al salir del motel, pensaba que de seguir con ese maravilloso Don, tendría que buscar más candidatas.
Desde hace años soy taxista en mi comunidad, lo que me ha permitido conocer gran cantidad de personas, he visto niñas convertirse en mujeres, matrimonios recién contraídos y separaciones varias... Una de mis clientas, aproximadamente 45 años, complexión media, quizá 1.65 de estatura, tetas tirando a chicas, algún rollito en la cintura, caderas amplias, nalgas también medianas, rostro atractivo sin ser una belleza, solicita mi servicio una mañana, se hace acompañar por una de sus hermanas, de las más chicas en edad, unos 24 años, tetas algo más grandes que su hermana, menos rollitos en la cintura y un trasero de infarto, comparte bastantes rasgos con su hermana, también es más alta, por el 1.70 según mis cálculos, la mayor, lleva una blusa blanca casi transparente, dejando visible su sostén blanco también, pantalón de mezclilla que en el trasero queda justo y en las piernas algo flojo, la boca pintada de un rojo discreto y el cabello en una trenza, la chica, lleva leggins negros, marcando a la perfección el redondo trasero, una blusa roja nada reveladora ( quizá esté algo traumada con el tamaño de sus tetas) y los labios en rojo carmín, trae un corte de cabello a la moda y tinte negro en él, el trayecto es de una hora aproximadamente y hábilmente entabló conversación con la mayor, a quien he tratado bastante tiempo, me pone al tanto de si divorcio, las cosas que pasó al final de su matrimonio y demás asuntos relacionados al tema, para ser sincero, el tema se me estaba tornando tedioso, pues no dejaba de hablar sobre lo hijo de puta que era su marido, de vez en vez, miraba por el retrovisor panorámico el pequeño canalillo de su blusa y los labios de mamadora que tenía su hermana pequeña.
Por breves instantes nuestros ojos hacen contacto por el reflejo y deja la mirada fija, mi mente súplica porque cambie el tema y al mismo tiempo pienso en lo fabuloso que sería ver un poco más de piel, ella se queda callada, la veo un poco confundida, como tratando de encontrar algo más sobre que platicar, disimuladamente una de sus manos sube por el frente de su cuerpo, desabrochando un botón de la blusa, la visión de más piel desnuda me hace tragar saliva y gotas de sudor perlan mi frente, por fin habla para mencionar una salida espontánea a comer con un pretendiente y continuamos charlando de lo más animados.
De nueva cuenta presto atención a los labios de la hermanita y la imagino pasando la lengua por un helado, ya saben, se dice que la manera en que degustan el postre mencionado, te da una idea clara de como hace el sexo oral...
Luego, mi mente calenturienta las imagina a ambas haciendo lo mismo, de casualidad un vendedor ambulante pasa junto al auto en un semáforo y adivinen que vendía? Helados! Las hermanitas se apuran a comprar tres y me comparten uno de ellos, a los pocos metros observo abobado como degustan sus postres y en una suerte más, se juntan para pasar sus lenguas sobre un mismo helado, mi bragueta amenaza con ceder y dejar libre mi herramienta, volteó hacia mí entrepierna y una mancha considerable de lubricante mancha mi pantalón, comienzo a pensar con más calentura que antes y deseo que hagan más sexuales sus movimientos de lengua, dos segundos después observé que sus miradas habían cambiado, se notaba ese deseo que hace brillar los ojos femeninos cuando están en celo, daban largas lamidas al helado, rodeando los costados y por un pequeño instante me pareció ver qué sus lenguas chocaban, eso hizo que mi atención al volante se viera afectada y casi choco al auto de enfrente, presioné el freno al fondo y las hermanas, de tan juntas, chocaron entre si, haciendo que el helado que lamian, saliera volando al respaldo, mientras el otro, era aplastado por los pechos, haciendo un desastre en la blusa blanca de la hermana mayor, me disculpé por mi torpeza, ganando una mirada de furia en ambas mujeres.
Continúe el camino en silencio, maldiciendo el desafortunado incidente, por suerte, la menor llevaba una muda de ropa y así se lo comunico a su hermana, de inmediato mi erección se hizo presente trabajando mi cabeza y deseando que se cambiara sin pudor, la fortuna parecía estar de mi lado, uno a uno los botones me daban una vista mejor de la blanca piel, un urraaa invadió mis pensamientos y pensé, quita el sostén también, está manchado y húmedo, no tiene caso que lo dejes puesto, ahora sí mi asombro fue monumental, paso las manos a su espalda y safo el broche, sus pequeños pechos quedaron al aire, trague más saliva y rogué porque los dejara así con cualquier pretexto, como revisar si no tenía algún moretón por el choque con su hermana, era casi imposible pues no fue tan fuerte, pero aún así lo deseaba con todas mis fuerzas, los pezones erguidos atraían mis ojos y el constantemente movimiento del carro los hacia saltar de manera deliciosa, Susana, así se llama la mayor, inspeccionaba con sus delicadas manos los brazos y su busto, su hermana, Mary, sostenía la blusa sin saber que hacer, ahí pensé, Mary, deberías hacerle notar a Susana lo duro que se ven sus pezones... Sss.. Susy. Eeehhh tus, tus bolitas están, están muy duras, oooohhhh lo hizo, demonios, ella hizo lo que yo pensé, ahora imaginé que Susana se agarraba un pezón y decía que se debía a lo frío del helado... De nuevo Susana hizo lo que yo pensaba y el diablo que habita en mi interior se adueñó de mis pensamientos, no tenía idea de cómo o porque las cosas que pensaba pasaban con tanta exactitud y me aprovecharía de ello, Mary, ordene con mi pensamiento, toca las tetas de Susana, te pusiste caliente al ver sus tetas y deseas chuparlas, Mary estiró la mano y abarcó una teta, Susana, ahora tú, agarra su cabeza y ofrece tu seno para que lo chupe, las dos están cachondas perdidas y no les importa que yo esté presente, no me preocupaban las miradas fuera del auto, pues está polarizado, Mary estaba muy concentrada chupando los pezones de Susana, les ordene gemir y tocar sus cuerpos por completo, al poco, la mano de Mary estaba bajo el pantalón de Susana y ambas gemian mucho, Susana le tocaba las tetas a Mary y arqueba la espalda llena de placer, cambie el rumbo y entre al primer motel que encontré, pague la habitación, hice entrar el auto y baje para cerrar la puerta del garaje, les pedí que bajaron del auto y sugieran quitándose la ropa sin dejar de besarse, lo hicieron con calma, una fina línea de bello adornaba la concha de Susana mientras Mary la llevaba depilada a conciencia, algo de celulitis en las nalgas de la mayor me hacía pensar que no le sentaba mal, mientras las nalgas de Mary se veían muy tersas, siguiendo mis instrucciones, Susy se acostó sobre el cofre del auto y separó las piernas para que Mary le comiera la concha, bajo la mano y buscaba a tientas el arrugado hoyo marrón, con los jugos y babas que escurrían de la hendidura, hizo lugar con un dedo, la lengua recorría la raja y luego se metía lo más posible en la caliente cavidad, Susy apretaba sus pechos y jalaba sus pezones, dejando escapar sonoros gemidos, Mary separó sus muslos y entre en escena, acaricie e incluso azote sus firmes nalgas, mi mano quedó marcada en ellas, subí las manos acariciando su espalda y luego tomando ambos senos con fuerza, apunte mi verga y de un empujón la penetré, comencé a darle con fuerza hasta derramar mi leche lo más dentro que pude, Susana se bajó del cofre y metió un par de dedos en Mary, caminado los tres a la habitación, ahí, Susana se acostó boca arriba y Mary coloco la chorreante panocha en sus labios, Susana metió la lengua y tragaba tanto los flujos de Mary como mi corrida, mi verga reaccionó y ahora penetré a Susana, al mismo tiempo comía las tetas de Mary, al terminar también dentro de Susana las dejé haciendo un fabuloso 69 para recuperar fuerzas, definitivamente no saldría de ahí sin perforar sus anos, la tarde se fue sin que me diera cuenta y al salir del motel, pensaba que de seguir con ese maravilloso Don, tendría que buscar más candidatas.
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