Los domingos siempre, al mediodía, nos juntamos a comer en casa de mis abuelos. Asisten a esas reuniones toda la familia. Mis abuelos tienen 4 hijos y una hija, mi tía. Ella tiene unos 48 años , solterona, siempre ha sido el chiste fácil. A menudo se lo toma con gracia pero últimamente me daba cuenta que se ponía de mal humor. Ella es muy cariñosa y buena con nosotros. Yo, en la actualidad tengo 26 años y me trata como si fuera un nene. Me da besos, me abraza, me toca la cara. Hace un tiempo, unos dos años que yo ya la vengo viendo con otros ojos. Vengo sintiendo en esos abrazos como su cuerpo se aprieta contra el mío. Y no puedo menos que sentirle su perfume. Ella, sin ser gorrita, siempre usa ropa holgada y suelta. Polleras largas y blusas o camisolas que dejan imaginar oo que quieras. Este último domingo, como siempre, nos juntamos todos. Ella se vino con una pollera larga floreado y una camisa blanca, con los botones desprendidos hasta su collar. Tiene la piel muy blanca y el detalle del collar le quedaba muy bien. Me acerco a saludarla y ya me da cosquillas en la panza, sentirle su perfume y abrazarla. Transcurre la comida y empiezo a notar que siempre que sirve a los demás la camisa suelta queda holgada y se le ven las tetas hermosas, blancas, lisas y parecen suaves y frescas. Con un corpiño medio viejo de color beige. Me dio vergüenza estar mirando sin importarme nada. Pero no podía dejar de pensar en estar acostado y ella en 4 pasándome las telas por la cara. A la vez me daba cuenta que era mi tía y que no tenía q pensar así. Termina la comida y yo la miraba desde donde estaba. Quería ver algo más, lo que sea. Pero nada pasaba. Sólo se acomodaba la camisa como si la tuviera cruzada o mal confeccionada. Sale discretamente al patio, mete una mano dentro de la blusa, intuyo que dentro del corpiño y hace el ademán como si se acomodara una teta. Me volví loco. Quería olerle la mano, chuparle la mano. Me desesperé. Ellá vio que me.puse incómodo, cuando se dio vuelta. Yo no oude disimular la incomodidad y le dije: me gustaría oler tu mano. Me salio del alma. Me miró, con una mirada que no pude descifrar, se metió la mano debajo de la blusa se acariciaba el pezon y me puso su mano en mi nariz. Me reventó la pija. Olí lo más que pude. Me imaginé pasándome sus tetas por mi nariz.
Sigue en Parte 2....
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2 comentarios - Las tetas de mi tía