Me había mudado a la ciudad, entre las cosas que hacía era visitar un restaurante que se encontraba sobre una avenida no muy transitada, allí hacia mis dos comidas después del trabajo, después de un año comenzaba a llevarme bien con los cocineros y las meseras, aveces me pedían ayuda para arreglar ciertas cosas de plomería y con gusto lo hacía, no les cobraba por qué cada vez que me daban un postre me ponían una porción más gratis, así fueron pasando los meses, hasta que un día un cocinero me dijo que la dueña quería hablar conmigo, supuse que quizás me darían algún trabajo o algo para hacer, subí al segundo piso donde tenía su despacho, toque y me abrió la dueña de unos 50 años aproximadamente, con una figura chubby sin llegar a la obesidad, pechos y un culo grande, una mirada seductora, que me inspeccióno de arriba a abajo mientras disimuladamente se mordía la comisura de los labios, me invitó a sentarme frente a su escritorio, me empezó a decir que era muy amable por no cobrar cuando se necesitaba un trabajo de plomería y que el trato amigable con todos sus trabajadores le hizo darse cuenta de la buena persona que era. Me comentó si podía confiar en mí, le dije que claro, entonces se levantó de su asiento y me pidió la acompañará, subimos al tercer piso, en donde había un corredor pequeño con 2 puertas de cada lado, al llegar al pasillo me dijo, " quiero invitarte una ensalada, cuál es tu preferida?" Le comenté que no sabía mucho de ellas, pero había leído sobre una llamada ensalada griega, ella sonrió y por un radio dijo "preparen una griega" esperamos un minuto aproximadamente mientras de reojo veía el cuerpo de la señora que hacía pararme el pene, un camisón entallado blanco qué mostraba sus pezones, ella sin brassier, quizás también sin panties por qué el camisón le lograba tapar las nalgas aunque estás grandes hacían que se le subiera un poco cuando subía las escaleras, y mostraba los pliegues donde empezaba su culo y terminaban sus muslos, su radio sono diciendo "pueden pasar en la puerta 2" me pidió la acompañará y al abrir la puerta, entramos a un cuarto semi-oscuro con una luz tenue roja que iluminaba las esquinas, pero podía verse las caras y cuerpos, nos sentamos en un sillón y del fondo se escuchaba que venía un geridon, cuando llega al borde de la luz, veo unos pies sobre el geridon y asustado quise levantarme pero la señora me calmo diciendo "no es lo que tú piensas, tranquilo" la señora se levantó y ayudo a la mesera hasta llegar a la luz, yo aún asustado quería salir pero mis pies no respondían, como pude me levanté y mire; una mujer completamente desnuda sobre el geridon, viva, al ver su pecho moverse y pestañar me alivie y rápidamente la sangre comenzó a bullir en mi, estaba ella acostada plácidamente mientras sobre su pechos le tapaban los pezones unas rodajas de tomate, su piel bañada sobre miel, en su vientre una combinación de queso feta y aceitunas negras, y bajando en su vagina, abierta está semi-introducido medio pepino, que ella gozaba cuando la señora comenzó a darle vueltas e introducirlo lentamente en ella, en sus muslos brillaba el aceite de oliva y unas pecas que eran de orégano, allí estaba mi ensalada que comenzó a hacerme agua la boca y a terminar de poner erecto mi pene, la señora me dijo " adelante disfruta tu comida, pero hay una regla, no usar las manos, ni penetrarla con tu pene, me sentaré aquí para poder ver que cumplas la regla" La mujer que estaba acostada y acompañada sobre todas las verduras, me pidió que me quitará toda la ropa, accedí, subí al geridon y poniendo mi pene frente a sus pechos, que eran de un tamaño medio, empezó a hacerme una chaqueta entre sus pechos, la miel hacía que la fricción fuera placentera, volteando a ver la señora que comenzaba a tocarse la vagina, se paró y empezó a vertir miel sobre mi abdomen para que llegara a mi pene, me dio unas lamidas al abdomen y volvió al sillón, yo excitado pero sin poder tocar, quitó sus manos de sus pechos y empujandome hacía su boca, comenzó a chuparme todo el pene que estaba lleno de miel, mientras me tocaba todo el cuerpo, esparciando la miel con sus manos, mi tentación de tocarle la vagina y sobarle aquel clítoris se iba haciendo cada vez mayor, la señora al ver mis intenciones se levantó y fue hacia mi y me dijo "quieres tocar verdad?" Así que quitándose la camisola agarro mi mano, le puso miel a mis dedos y las acercó a su vagina que estaba húmeda, y comencé a meterle los dedos y sobar todo su clítoris, ella excitada por todo comenzaba a gemir, cada vez mas y más, mi otra mano quería también tocar algo, la mujer que me estaba chupando el pene lo saco lleno de saliva de su boca y le dijo a la señora "podemos quitar la regla de las manos? El ah sido muy bueno con nosotros" la señora sonrió y dijo "bueno solo por el" y al oír ello mi otra mano fue directo a la vagina de la mujer que me lo chupaba, le quite el pepino que tenía dentro de su vagina y haciendo la misma operación de la señora con miel empecé a tocar sus labios vaginales y su clítoris, hasta que le metí dos dedos, los metía y sacaba para sobarle el clítoris y hacer que empezará a gemir, mi pene que estaba totalmente parado y excitado quería eyacular, así que la mujer viendo que ya no podía aguantar más por aquellas movidas de su lengua en mi pene y la garganta profunda que me hacía, saco mi pene de su boca, mientras yo aún con mis dedos en su vagina, la puso en sus pechos y con las dos manos empezó a masturbarme con unas lamidas que mientras la señora me daba en la cabeza de mi pene, que no aguante más y eyacule en sus pechos de la mujer y un poco en lengua de la señora, sin que mis dedos los sacará de las vaginas de ambas, la señora limpio mi semen con su lengua en sus pechos y cuello de la mujer, y yo movía mis dedos. de momento se encienden las luces y todos los cocineros y las meseras estaban en la parte oscura, desnudos viéndonos y masturbándose, aquello me provocó una mayor excitación y mi pene flácido comenzaba otra vez a ponerse erecto, más sin embargo la señora dijo "muy bien, tu comida ah terminado, por favor ve al baño a tomarte una ducha, y la otra semana te esperamos para que puedas degustar algún otro platillo, espero sigas viniendo por tus comidas después del trabajo" accediendo, me dio un beso la mujer que había sido mi ensalada y guiñandome el ojo, me acompaño con mi ropa y nos metimos al baño juntos mientras me decía "este postre corre por mi cuenta" de más estába la segunda regla por qué en el baño la rompimos.
Fin.
Pd. Gracias por leer, si quieren más historias y no perderselas, siganme, y si gustan inspirarme (solo mujeres por favor) envíenme sus fotos por mensaje privado.
👁️😈
Fin.
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0 comentarios - La ensalada.