Continuación de "Los gemelos 1", "Los gemelos 2", "Los gemelos 3", "Los gemelos 4", Los gemelos 5" y "Los gemelos 6"
Recomiendo leerlos para entender la trama
7.- Confesión
Esa noche el dolor volvió. Damián no sabía como acomodarse en la cama, sólo boca abajo se hacía menos intenso, bajó de la cama, se metió en el primitivo baño, se quitó el slip rotoso, vio alguna gotita de sangre, se asustó. Antes que nada lavó el calzón para que nadie se entere y después se puso agua fría en el culo a ver si se le pasaba. Por suerte la madre esa noche no estaba, el macho había inventado una excusa en la casa y se habían ido a pernoctar a un telo como regalo especial porque le madre le había comenzado a dar nuevamente el culazo. Damián volvió en bolas a la pieza a buscar un boxer seco, Jessica se despertó.
-¿Qué te pasa Dami?-
-Nada nena, dormite-
-¿Por qué andás en pelotas?, ¿qué?, ¿te hiciste una paja y llenaste el slip de leche?, ¿o te lastimaste con la vela esa que te metés en el orto?
Damián se quedó mirándola, el slip a media pierna, - ¿vos sabías que yo me metía la vela?-
-Si, estabas tan loco dándote con los ojos cerrados que ni te diste cuenta que el ruido me despertó y fui a mirarte. Me hiciste dar ganas, así que a veces me la meto yo también en la cola, compartimos consolador hermanito-
Damián intentó sentarse en el borde de la cama de su hermana, pero se levantó de inmediato con un "ayyyy"
-La mierda Dami, se te fue la mano con la vela?-
-¡Si fuera la vela!-
Damián se despachó, le contó de lo caliente que lo tenía el vecino, del juego con la pelota, de la revolcada en el pasto y de cómo Lucas se lo había cogido sobre el césped y de todo lo que vino después, de lo feliz que era cuando iba a la casa del vecino y de cómo la pija de Lucas le había hecho descubrir que era puto y que le encantaba ser puto, que si por él fuera le daría el culo a Lucas todos los días, de que la madre tenía razón con los gemidos que pegaba cuando el macho le rompía el orto, que era increíble, que ni se pajeaba, que le saltaba la leche sin tocarse la pija, que no quería otra cosa que estar en bolas al lado de Lucas para que se lo cogiera cuantas veces quisiera. De la tanguita no habló, no estaba preparado.
Jessica lo escuchaba callada, con cada detalle del relato de su hermano, su bombacha se iba mojando, su concha virgen, su culo tan virgen como el de su hermano gemelo antes de conocer a Lucas se ponían inquietos, algo tenía que hacer.
-¿Me revisás hermana a ver si me sangra?-, Damián se quitó el slip y se tiró boca abajo en el borde de la cama. Jessica buscó el velador.
-Dale, abrite, ¡a la mierda!, Damián, tenés un boquete- Jessy buscó la crema que le ponían al hermanito cuando se le enrojecía la colita.
Durmieron como pudieron, Dami, por su cola dolorida, Jessy por su cola hambrienta y su concha empapada. A las 8 escucharon la puerta, Andrea y el macho apenas entraron se enroscaron en un beso furioso mientras las manos del tipo aferradas al culo de Andrea la levantaban por el aire. Ni se acordaron de la presencia de los gemelos, voló la ropa y con las manos apoyadas sobre la cocina Andrea sacó cola para comerse otra vez más, ya esa noche había perdido la cuenta, la pija de su macho por el culo.
-Ay macho, rompeme el culo, así, así, dejámelo abierto, chorreando tu leche, así te extraño menos cuando te vayas-
- Tomá puta, comé pija por ese culazo trolo que tenés-
Cada estocada levantaba casi a Andrea del piso, la cocina se corría, la garrafa golpeaba. El macho se la sacó, Andrea se incorporó, los gemelos pudieron ver la concha oscura de la madre mojada de los orgasmos que su culo le daba, patas arriba, almohada y de nuevo el aluvión de gemidos ahora sobre la cama
Damián sonreía, sabía. Jessy, angustiada, se tocaba, delante, detrás, un fuego le quemaba los pezoncitos, jugo caliente rezumaba de su argolla, pero su culo, su culo!!!, no aguantaba más, le temblaba, le ardía.
El macho acabó, se lavó y se fue. Andrea ni atinó a irse a lavar, en 5 minutos, luego de ronronear un rato y de seguir moviendo sus nalgas como si se la estuvieran cogiendo, se quedó dormida. Los gemelos ya no pudieron volverse a dormir.
Recomiendo leerlos para entender la trama
7.- Confesión
Esa noche el dolor volvió. Damián no sabía como acomodarse en la cama, sólo boca abajo se hacía menos intenso, bajó de la cama, se metió en el primitivo baño, se quitó el slip rotoso, vio alguna gotita de sangre, se asustó. Antes que nada lavó el calzón para que nadie se entere y después se puso agua fría en el culo a ver si se le pasaba. Por suerte la madre esa noche no estaba, el macho había inventado una excusa en la casa y se habían ido a pernoctar a un telo como regalo especial porque le madre le había comenzado a dar nuevamente el culazo. Damián volvió en bolas a la pieza a buscar un boxer seco, Jessica se despertó.
-¿Qué te pasa Dami?-
-Nada nena, dormite-
-¿Por qué andás en pelotas?, ¿qué?, ¿te hiciste una paja y llenaste el slip de leche?, ¿o te lastimaste con la vela esa que te metés en el orto?
Damián se quedó mirándola, el slip a media pierna, - ¿vos sabías que yo me metía la vela?-
-Si, estabas tan loco dándote con los ojos cerrados que ni te diste cuenta que el ruido me despertó y fui a mirarte. Me hiciste dar ganas, así que a veces me la meto yo también en la cola, compartimos consolador hermanito-
Damián intentó sentarse en el borde de la cama de su hermana, pero se levantó de inmediato con un "ayyyy"
-La mierda Dami, se te fue la mano con la vela?-
-¡Si fuera la vela!-
Damián se despachó, le contó de lo caliente que lo tenía el vecino, del juego con la pelota, de la revolcada en el pasto y de cómo Lucas se lo había cogido sobre el césped y de todo lo que vino después, de lo feliz que era cuando iba a la casa del vecino y de cómo la pija de Lucas le había hecho descubrir que era puto y que le encantaba ser puto, que si por él fuera le daría el culo a Lucas todos los días, de que la madre tenía razón con los gemidos que pegaba cuando el macho le rompía el orto, que era increíble, que ni se pajeaba, que le saltaba la leche sin tocarse la pija, que no quería otra cosa que estar en bolas al lado de Lucas para que se lo cogiera cuantas veces quisiera. De la tanguita no habló, no estaba preparado.
Jessica lo escuchaba callada, con cada detalle del relato de su hermano, su bombacha se iba mojando, su concha virgen, su culo tan virgen como el de su hermano gemelo antes de conocer a Lucas se ponían inquietos, algo tenía que hacer.
-¿Me revisás hermana a ver si me sangra?-, Damián se quitó el slip y se tiró boca abajo en el borde de la cama. Jessica buscó el velador.
-Dale, abrite, ¡a la mierda!, Damián, tenés un boquete- Jessy buscó la crema que le ponían al hermanito cuando se le enrojecía la colita.
Durmieron como pudieron, Dami, por su cola dolorida, Jessy por su cola hambrienta y su concha empapada. A las 8 escucharon la puerta, Andrea y el macho apenas entraron se enroscaron en un beso furioso mientras las manos del tipo aferradas al culo de Andrea la levantaban por el aire. Ni se acordaron de la presencia de los gemelos, voló la ropa y con las manos apoyadas sobre la cocina Andrea sacó cola para comerse otra vez más, ya esa noche había perdido la cuenta, la pija de su macho por el culo.
-Ay macho, rompeme el culo, así, así, dejámelo abierto, chorreando tu leche, así te extraño menos cuando te vayas-
- Tomá puta, comé pija por ese culazo trolo que tenés-
Cada estocada levantaba casi a Andrea del piso, la cocina se corría, la garrafa golpeaba. El macho se la sacó, Andrea se incorporó, los gemelos pudieron ver la concha oscura de la madre mojada de los orgasmos que su culo le daba, patas arriba, almohada y de nuevo el aluvión de gemidos ahora sobre la cama
Damián sonreía, sabía. Jessy, angustiada, se tocaba, delante, detrás, un fuego le quemaba los pezoncitos, jugo caliente rezumaba de su argolla, pero su culo, su culo!!!, no aguantaba más, le temblaba, le ardía.
El macho acabó, se lavó y se fue. Andrea ni atinó a irse a lavar, en 5 minutos, luego de ronronear un rato y de seguir moviendo sus nalgas como si se la estuvieran cogiendo, se quedó dormida. Los gemelos ya no pudieron volverse a dormir.
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