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Penetrada por el patán de mi vecino (Real)

Hola me llamo Karla, les voy a contar mi historia de como mi vecino con mi , un viejo patán, pero con una gran verga y rica me cogió en mi casa. Cabe aclarar que todo lo que voy a contar es real y si me pasó.
Antes de empezar les dejo unas fotos mías aquí para que me conozcan y después les estaré subiendo un post solo con fotitos mías ricas para que me dediquen unas pajas.
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Penetrada por el patán de mi vecino (Real)
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Ése mes mi marido trabajaba en horario nocturno, por lo que estaba sola en mi cama, aguantándome las ganas, como ya era una costumbre luego de 4 años de matrimonio.
Pasaba de la medianoche cuando me levanté para cerrar la ventana de la sala, ya que se había largado a llover.
Estaba haciendo lo mismo con la ventana de la cocina, cuando por entre el ruido del agua y de los truenos, me parece percibir algunos gemidos.
Trato de escuchar mejor y sí, en efecto, eran gemidos de placer, y provenían del departamento de Pablo, mi vecino del departamento de arriba.
No se trata de un buen vecino en lo absoluto, ya que desde que nos mudamos a esa casa tipo chorizo del barrio de San Cristóbal, habíamos tenido varios altercados por su costumbre de poner música fuerte a altas horas de la noche.
Pero ahora no era cumbia villera lo que se escuchaba, sino los gemidos apasionados de una mujer que parecía estar pasándola muy pero muy bien
Fui a la sala, me serví una medida de whisky, para matizar el ambiente y volví a la cocina, que es desde dónde se escucha mejor.
Abrí del todo la ventana y pese a que salpicaba la lluvia, me senté en la mesada, dispuesta a disfrutar de esos sonidos como si fueran propios.
En algún momento dejé el vaso a un costado y deslicé un par dedos por debajo del camisón.
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No tenía ropa interior puesta, así que me empecé a frotar, sintiendo de inmediato ese calor que es distinto a cualquier otro, pero que solitario es menos redituable.
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No puedo negar que le tengo envidia a esa mujer que, a unos pocos metros, disfruta de algo que yo no puedo tener. Es entonces que me doy cuenta de que me estoy masturbando con mi vecino.
De repente cesan los gemidos, y por sobre los ruidos de la tormenta se escucha gritar a la mujer.
-¡Por el culo te dije que no!-
Parece que él le dice algo.
-Por el culo no quiero, me duele- reafirma ella.
De nuevo el murmullo apenas audible de Pablo.
-Porque no te vas a la mierda- le vuelve a gritar ella.
Hay ruido de golpes, insultos, algo que se rompe, una puerta que se abre y se cierra y el taconeo de la mujer por la escalera.
Fui corriendo a la ventana de la sala, con el teléfono en la mano, para llamar a la policía cualquier cosa, ya que con ese sujeto nunca se sabe. Llego a tiempo para verla pasar por el pasillo, casi corriendo, bajo una cortina de agua. Pablo la sigue por detrás, en cuero, tan solo con un slip puesto, tratando todavía de convencerla. Pero no hay caso, la chica no da el brazo a torcer.
Cómo desde la ventana ya no se podía ver nada, abrí apenas la puerta, con tanta mala suerte que Pablo ya estaba volviendo, y me vió justo ahí, espiando como una vieja chusma.
Se lo notaba de mal humor, con un gesto adusto y agresivo, lo cuál no era para menos considerando que lo habían dejado con la leche en los huevos.
Ya habíamos tenido algunas discusiones en el pasado, por lo que se prepara para mandarme a la mierda por meterme en lo que no me importa. Pero al notar que le estoy mirando el bulto, cambia drásticamente de actitud.
-¿Te gusta?- me pregunta, agarrándose el paquete con una mano.
Quiero cerrarle la puerta en la cara, pero no puedo, algo me lo impide.
-¿Está tu marido?- me pregunta.
Le digo que no con la cabeza.
-¿Y tu hijo?-
-Durmiendo- le respondo con un hilo de voz.
Siento miedo y excitación, siendo ésta última la emoción predominante.
-Dejame pasar y te dejo disfrutarla- me propone, bajándose el slip para volcar ante mí una pija dura y parada, que se tuerce hacia un costado.
No le digo que sí, pero tampoco que no, por lo que él decide por mí, y entra como una tromba, chorreando agua por todo el palier.
Desde dónde estoy puedo sentir el olor de su hombría, un fuerte olor a pija que se filtra por cada uno de mis conductos nasales. Sé que es una locura, pero la calentura puede más que la razón y ya no puedo negar lo que siento. No sé lo digo, pero puede adivinarlo.
Cierra la puerta y me arrincona contra la pared. De un tirón me rompe el escote del camisón, desnudando mis pechos.
Estoy caliente, y el hecho de que sea Pablo, mi vecino de arriba, quién está conmigo en ese momento, me calienta mucho más todavía.
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Quiere besarme en la boca, pero se lo impido dando vuelta la cara, por lo que apenas alcanza a chuponearme una mejilla.
De allí baja hasta mis pechos y me los chupetea durante un rato, metiendo una mano por entre mis piernas.
No tengo bombacha puesta, así que sus dedos encuentran el camino libre para hurgarme por dentro, y lo que más me excita no es tanto la forma en que me mete los dedos, sino que sea él quien me los mete.
Saca los dedos de adentro y me hace chupárselos. Él también se los chupa, asegurando que la "miel" de mi conchita está más que deliciosa. Entonces no se aguanta más y dejándose caer ante mí, me pega una tremenda chupada.
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Aguanté los espasmos lo mejor que pude, hasta que acabo... acabo en sus labios, regalando el fresco rocío de mi intimidad, la "miel" de mi conchita, como él mismo le decía.
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Se levanta con toda la cara empapada con mi flujo, se me pone de frente y mirándome a los ojos, la mirada inyectada de lujuria, me la clava. Sentirlo entrando en mí fue como... no sé, Pablo es el último hombre sobre la Tierra con quien me hubiera imaginado cogiendo, pero ahí estaba, metiéndomela, llenándome cada rincón con esa carne levemente torcida que me entra como por un tubo.
Cuando la tengo toda adentro, me la deja ahí, latiendo, mojándose en mis propios fluidos, mirándome con cara de: "Por fin te tengo", y entonces empieza a moverse, dentro y fuera, lenta, pausadamente, haciéndome sentir cada pedazo, de la punta hasta la raíz, haciéndome suspirar como a la chica que estaba en su departamento, pero, me doy cuenta de que estoy en mi casa, mi hijo duermen en la habitación contigua, ¿y si me escuchan? ¿Si me ven cogiendo con ese energúmeno? ¿Qué les diría? ¿Cuál sería mi defensa? ¿Mami estaba caliente?
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ontinuación. ...

2 comentarios - Penetrada por el patán de mi vecino (Real)

julioariel1972
Que pedorros el relato y las ganas tenés ser las de las fotos 😁😁😁
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