Mi joven vecino 4
A los pocos días fui a la carnicería en horario normal, el carnicero me dice que después me manda el corte que me mandó la otra vez, que vaya tranquila, le preguntó si el número que figura en el folleto es de su celular y me dice que sí, le mando un mensaje diciéndole que mi marido ya me dijo algo la vez anterior, que me mande el corte que me manda siempre, que no quiero tener problemas, otra vez viene el mismo chico al mediodía, y otra vez no tengo nada que pagar, empiezo a usar la plata de la carnicería en ropa interior, estoy encantada con la situación.
Pasan un par de semanas bastante normales, estamos en verano y mi joven vecino se ha ido de vacaciones, con mi marido no vamos a ningún lado. Esa mañana voy a la carnicería en el horario habitual, me visto muy elegante pero sin exagerar, el carnicero me atiende y me dice que no me preocupe que me lo manda a casa como siempre, lo miro y le digo.
-No voy a estar en casa… lo paso a buscar más tarde… a que hora cierran…?
-A la una señora…
-Uh… espero llegar… sino puedo golpear y me abren… -veo como se le ilumina la cara a Hugo, me siento caliente, sólo sexo con mi marido, necesito algo más. Me llama mi marido, van a entregarle unas mercaderías que necesita, cerca de la una y media, que trate de estar en casa. Me quedo pensando que hacer. Después de pensar un rato le escribo a Hugo,
-Hugo, le van a traer una mercadería a casa a mi marido cerca de la una y media… no se si voy a poder pasar… no podrás pasar vos por casa después que cierres… -El… por supuesto…!! no se hace esperar, estoy más que excitada con la idea de hacerlo en mi propia cama matrimonial. Me quedo solo en ropa interior un conjunto de catsuit que me queda delicioso, resalta mi culo y mis tetas. A la una y cinco suena el timbre y es él, le abro la puerta solo con el cat puesto, notó que espera indicaciones.
-Pasa… -le sacó el pedido de las manos y lo llevó a la heladera –Desnúdate y espera ahí por favor… -cuando vuelvo, lo veo parado, cuán grande es con esa herramienta bien dura, pero me contengo, me doy cuenta que es lo que más lo excita. -Por ahí está el cuarto… pasa y acostate… ahora voy… -no sé por qué pero busco unas cuerdas, desnudo como está y sin decirle nada lo ato al cabezal de la cama, se deja hacer y está encantado, después lo monto, el cat está abierto por abajo así que lo puedo hacer con él puesto.
-Ni se te ocurra llegar hasta que te diga… lo montó, me muevo sobre él… tratando de disimular mi calentura, evitando gemir, cada vez está más caliente. Suena el timbre, me salgo de encima de él,
-Debe ser el pedido para mi marido… espera acá… -los dos sabemos que está atado, que no va a ir a ningún lado. Me pongo el vestido y recibo las cosas que son para mi marido, agarro el celular vuelvo al cuarto, lo miro de reojo y sigue durísimo. Lo montó nuevamente y me quedo sobre él, siento lo duro que está. –Ni se te ocurra hacer ningún ruido, marco el número de mi marido, y empiezo a moverme sensualmente sobre Hugo, siento la dureza, atiende mi marido –Hola amor… hace un rato llegaron las cajas… -prolongo la conversación, siento la excitación de Hugo, la mía es mayor pero logro disimularla. Cuando corto con mi marido no aguanto más, le suelto las manos, me pongo en cuatro sobre la cama y le digo que me coja como una perra, que se olvide del respeto que me debe. Me la clava duro, me agarra de la cintura, me tira del pelo, me aprieta las tetas con fuerza, no sé cuántos orgasmos tengo, le digo que puede llegar cuando quiera, pero no tiene apuro, en un momento está jugando con su dedo gordo en mi culo. Quiero jugar el papel de la señora que maneja la situación pero no puedo, gimo cada vez más fuerte cada vez que juega con su dedo en mi culo, y ya lo siento, su miembro se está acomodando, es muy grande pero entra despacio, me levanta el cuerpo y quedo arrodillada sus brazos atrapándome por el pecho, llego como hacía rato no llegaba
-Llename el culo de leche por favor… -le pido y me parece que sonríe, cuando está acabando me gira la cabeza y me besa, lascivamente, caliente, posesivo, tantas sensaciones en un solo beso. Lo llevo a la ducha, me arrodillo delante de él para chuparlo, no se cuánto estoy haciéndolo, pero le encanta, se siente triunfador, poderoso, cuando está por acabar me agarra de la nuca clavándome en su pelvis, mientras yo me estoy masturbando para acabar mientras trago su leche. Después sale de la ducha, se seca y se cambia, ninguno de los dos décimos nada, solo envuelta con la toalla lo acompaño hasta la puerta hasta que sale del departamento.
Siento que los tantos se dieron vuelta, que la situación se me fue de las manos, la próxima vez que voy a la carnicería, Hugo me atiende, le digo que voy a llevar lo mismo de siempre
-Vaya tranquila señora… cuando cierro se lo llevo por su casa… -siento que el corazón me late con fuerza, que realmente todo es distinto –Bueno le agradezco Hugo… nos vemos… le digo…
Cerca del mediodía recibo un mensaje de Hugo, ponete un conjunto como el del otro día, me dice. Cuando llega le abro la puerta, pasa, se sienta, solamente saca su miembro, y de rodillas delante de la silla se la chupo un montón de tiempo, mi marido acaba enseguida si se la chupo mucho, Hugo parece que fuera insensible, y lo que me calienta chupar, me siento cada vez más entregada, suavemente le acarició las bolas con mi mano derecha mientras chupo, está encantado. Me hace desnudar del todo y me empieza a acariciar el culo con detenimiento mientras lo chupo.
-Que culazo te cargas… como paras vergas… pedazo de puta…
Cada palabra que dice me siento más mojada, después me hace poner el vestido sin ropa interior me lo levanta por encima de la cola, con el culo desnudo me hace caminar haciendo que se lo muestre
-Que delicia… como lo imagine… como se mueven esos cachetes… seguí… seguí caminando…
Otra vez de rodillas se pone de pie y me la da a chupar otra vez, hace que le acaricie los huevos con ambas manos, alternando una y otra, me hace dar vuelta, arrodillada como estoy y me la mete por primera vez, empieza una cogida lenta, suave, se detiene de a ratos, siento como mira mi culazo y le encanta. Gimo cada vez más.
-Te gusta la carne que te doy…
-Me encanta… -me hace arrodillar en una silla con el cuerpo arriba de la mesa y otra vez vuelve a taladrarme, duro y parejo, tuve ya un par de orgasmos
-Anda para el cuarto… ponete como una perrita… arriba de la cama… -cuando viene empieza a chuparme el culo como un desesperado, tengo un poco de vergüenza y oculto mi cabeza bajo la almohada, poco le importa, ya está jugando con la punta de su miembro y de a poco lo va metiendo, empieza un bombeo parejo duro, bien a fondo, me tira del pelo para que levante la cabeza, de a ratos me cachetea los glúteos.
-Un par de veces por semana te voy a venir a entregar el pedido… -no le contesto nada, no espera contestación. -Encargame lo que quieras por mensaje y te lo traigo… sabes puta… -no le contesto y me sacude un par de cachetazos más fuertes en la cola, estoy acabando de nuevo –Sabes…?
-Si señor… -Me sigue cogiendo un montonazo, cuando llega la saca y me tira toda la leche en la cola, me encanta sentirla, la reparte con su miembro por todo mi culo.
Se empieza a vestir, quedo tirada culo arriba sobre la cama.
-Quedate así… acostada con mi leche en tu culo… que vaya tomando mi sabor… -se acerca a la cama, me agarra del pelo me gira la cabeza y nos besamos un rato larguísimo. Después escucho la puerta y me quedo dormida, cuando me despierto falta poco para que venga mi marido, el semen se secó, decido no bañarme, solo me pongo el vestido sin ropa interior. Cuando llega mi marido y me ve cocinando así, se acerca y me abraza desde atrás, me giro, nos besamos, levanta el vestido y me empieza a acariciar el culo, nota algo extraño.
-Me acosté un rato y no podía parar de transpirar… estaba toda sudada… tendría que haberme bañado…
-Nunca estás así… transpiraste mucho…
-Siempre me baño antes que llegues… vamos a la cama… -y me voy caminando sensualmente –Tengo unas ganas de que me chupes la cola… toda la cola…
-Umm… Que rico…
-Y dale amor… -me tiro culo arriba en la cama y me empieza a chupar, no se si percibe algo o no, algún sabor distinto, está el semen seco de Hugo, pero mi marido chupa más intensamente que nunca, me acaricio mi almejita suavemente mientras me chupa. –Está rico amor…?
-Está un poco salado… fuerte… transpiraste mucho…
-Y te dije amor… -estoy acabando de nuevo, la situación es más fuerte que yo, se dio cuenta de algo y se hace el tonto??? –Te gusta papi…?
-Me encanta tu culo…
-Pero por ahí está demasiado transpirado… y tiene feo gusto…
Ahí siento que deja de chuparme, me da vuelta y me monta en la pose del misionero, ninguno de los dos décimos más nada, me coge bien duro hasta que llega, siento una cantidad impresionante por ser mi marido. No hablamos más, volvemos a la mesa, comemos y después a dormir.
A los pocos días fui a la carnicería en horario normal, el carnicero me dice que después me manda el corte que me mandó la otra vez, que vaya tranquila, le preguntó si el número que figura en el folleto es de su celular y me dice que sí, le mando un mensaje diciéndole que mi marido ya me dijo algo la vez anterior, que me mande el corte que me manda siempre, que no quiero tener problemas, otra vez viene el mismo chico al mediodía, y otra vez no tengo nada que pagar, empiezo a usar la plata de la carnicería en ropa interior, estoy encantada con la situación.
Pasan un par de semanas bastante normales, estamos en verano y mi joven vecino se ha ido de vacaciones, con mi marido no vamos a ningún lado. Esa mañana voy a la carnicería en el horario habitual, me visto muy elegante pero sin exagerar, el carnicero me atiende y me dice que no me preocupe que me lo manda a casa como siempre, lo miro y le digo.
-No voy a estar en casa… lo paso a buscar más tarde… a que hora cierran…?
-A la una señora…
-Uh… espero llegar… sino puedo golpear y me abren… -veo como se le ilumina la cara a Hugo, me siento caliente, sólo sexo con mi marido, necesito algo más. Me llama mi marido, van a entregarle unas mercaderías que necesita, cerca de la una y media, que trate de estar en casa. Me quedo pensando que hacer. Después de pensar un rato le escribo a Hugo,
-Hugo, le van a traer una mercadería a casa a mi marido cerca de la una y media… no se si voy a poder pasar… no podrás pasar vos por casa después que cierres… -El… por supuesto…!! no se hace esperar, estoy más que excitada con la idea de hacerlo en mi propia cama matrimonial. Me quedo solo en ropa interior un conjunto de catsuit que me queda delicioso, resalta mi culo y mis tetas. A la una y cinco suena el timbre y es él, le abro la puerta solo con el cat puesto, notó que espera indicaciones.
-Pasa… -le sacó el pedido de las manos y lo llevó a la heladera –Desnúdate y espera ahí por favor… -cuando vuelvo, lo veo parado, cuán grande es con esa herramienta bien dura, pero me contengo, me doy cuenta que es lo que más lo excita. -Por ahí está el cuarto… pasa y acostate… ahora voy… -no sé por qué pero busco unas cuerdas, desnudo como está y sin decirle nada lo ato al cabezal de la cama, se deja hacer y está encantado, después lo monto, el cat está abierto por abajo así que lo puedo hacer con él puesto.
-Ni se te ocurra llegar hasta que te diga… lo montó, me muevo sobre él… tratando de disimular mi calentura, evitando gemir, cada vez está más caliente. Suena el timbre, me salgo de encima de él,
-Debe ser el pedido para mi marido… espera acá… -los dos sabemos que está atado, que no va a ir a ningún lado. Me pongo el vestido y recibo las cosas que son para mi marido, agarro el celular vuelvo al cuarto, lo miro de reojo y sigue durísimo. Lo montó nuevamente y me quedo sobre él, siento lo duro que está. –Ni se te ocurra hacer ningún ruido, marco el número de mi marido, y empiezo a moverme sensualmente sobre Hugo, siento la dureza, atiende mi marido –Hola amor… hace un rato llegaron las cajas… -prolongo la conversación, siento la excitación de Hugo, la mía es mayor pero logro disimularla. Cuando corto con mi marido no aguanto más, le suelto las manos, me pongo en cuatro sobre la cama y le digo que me coja como una perra, que se olvide del respeto que me debe. Me la clava duro, me agarra de la cintura, me tira del pelo, me aprieta las tetas con fuerza, no sé cuántos orgasmos tengo, le digo que puede llegar cuando quiera, pero no tiene apuro, en un momento está jugando con su dedo gordo en mi culo. Quiero jugar el papel de la señora que maneja la situación pero no puedo, gimo cada vez más fuerte cada vez que juega con su dedo en mi culo, y ya lo siento, su miembro se está acomodando, es muy grande pero entra despacio, me levanta el cuerpo y quedo arrodillada sus brazos atrapándome por el pecho, llego como hacía rato no llegaba
-Llename el culo de leche por favor… -le pido y me parece que sonríe, cuando está acabando me gira la cabeza y me besa, lascivamente, caliente, posesivo, tantas sensaciones en un solo beso. Lo llevo a la ducha, me arrodillo delante de él para chuparlo, no se cuánto estoy haciéndolo, pero le encanta, se siente triunfador, poderoso, cuando está por acabar me agarra de la nuca clavándome en su pelvis, mientras yo me estoy masturbando para acabar mientras trago su leche. Después sale de la ducha, se seca y se cambia, ninguno de los dos décimos nada, solo envuelta con la toalla lo acompaño hasta la puerta hasta que sale del departamento.
Siento que los tantos se dieron vuelta, que la situación se me fue de las manos, la próxima vez que voy a la carnicería, Hugo me atiende, le digo que voy a llevar lo mismo de siempre
-Vaya tranquila señora… cuando cierro se lo llevo por su casa… -siento que el corazón me late con fuerza, que realmente todo es distinto –Bueno le agradezco Hugo… nos vemos… le digo…
Cerca del mediodía recibo un mensaje de Hugo, ponete un conjunto como el del otro día, me dice. Cuando llega le abro la puerta, pasa, se sienta, solamente saca su miembro, y de rodillas delante de la silla se la chupo un montón de tiempo, mi marido acaba enseguida si se la chupo mucho, Hugo parece que fuera insensible, y lo que me calienta chupar, me siento cada vez más entregada, suavemente le acarició las bolas con mi mano derecha mientras chupo, está encantado. Me hace desnudar del todo y me empieza a acariciar el culo con detenimiento mientras lo chupo.
-Que culazo te cargas… como paras vergas… pedazo de puta…
Cada palabra que dice me siento más mojada, después me hace poner el vestido sin ropa interior me lo levanta por encima de la cola, con el culo desnudo me hace caminar haciendo que se lo muestre
-Que delicia… como lo imagine… como se mueven esos cachetes… seguí… seguí caminando…
Otra vez de rodillas se pone de pie y me la da a chupar otra vez, hace que le acaricie los huevos con ambas manos, alternando una y otra, me hace dar vuelta, arrodillada como estoy y me la mete por primera vez, empieza una cogida lenta, suave, se detiene de a ratos, siento como mira mi culazo y le encanta. Gimo cada vez más.
-Te gusta la carne que te doy…
-Me encanta… -me hace arrodillar en una silla con el cuerpo arriba de la mesa y otra vez vuelve a taladrarme, duro y parejo, tuve ya un par de orgasmos
-Anda para el cuarto… ponete como una perrita… arriba de la cama… -cuando viene empieza a chuparme el culo como un desesperado, tengo un poco de vergüenza y oculto mi cabeza bajo la almohada, poco le importa, ya está jugando con la punta de su miembro y de a poco lo va metiendo, empieza un bombeo parejo duro, bien a fondo, me tira del pelo para que levante la cabeza, de a ratos me cachetea los glúteos.
-Un par de veces por semana te voy a venir a entregar el pedido… -no le contesto nada, no espera contestación. -Encargame lo que quieras por mensaje y te lo traigo… sabes puta… -no le contesto y me sacude un par de cachetazos más fuertes en la cola, estoy acabando de nuevo –Sabes…?
-Si señor… -Me sigue cogiendo un montonazo, cuando llega la saca y me tira toda la leche en la cola, me encanta sentirla, la reparte con su miembro por todo mi culo.
Se empieza a vestir, quedo tirada culo arriba sobre la cama.
-Quedate así… acostada con mi leche en tu culo… que vaya tomando mi sabor… -se acerca a la cama, me agarra del pelo me gira la cabeza y nos besamos un rato larguísimo. Después escucho la puerta y me quedo dormida, cuando me despierto falta poco para que venga mi marido, el semen se secó, decido no bañarme, solo me pongo el vestido sin ropa interior. Cuando llega mi marido y me ve cocinando así, se acerca y me abraza desde atrás, me giro, nos besamos, levanta el vestido y me empieza a acariciar el culo, nota algo extraño.
-Me acosté un rato y no podía parar de transpirar… estaba toda sudada… tendría que haberme bañado…
-Nunca estás así… transpiraste mucho…
-Siempre me baño antes que llegues… vamos a la cama… -y me voy caminando sensualmente –Tengo unas ganas de que me chupes la cola… toda la cola…
-Umm… Que rico…
-Y dale amor… -me tiro culo arriba en la cama y me empieza a chupar, no se si percibe algo o no, algún sabor distinto, está el semen seco de Hugo, pero mi marido chupa más intensamente que nunca, me acaricio mi almejita suavemente mientras me chupa. –Está rico amor…?
-Está un poco salado… fuerte… transpiraste mucho…
-Y te dije amor… -estoy acabando de nuevo, la situación es más fuerte que yo, se dio cuenta de algo y se hace el tonto??? –Te gusta papi…?
-Me encanta tu culo…
-Pero por ahí está demasiado transpirado… y tiene feo gusto…
Ahí siento que deja de chuparme, me da vuelta y me monta en la pose del misionero, ninguno de los dos décimos más nada, me coge bien duro hasta que llega, siento una cantidad impresionante por ser mi marido. No hablamos más, volvemos a la mesa, comemos y después a dormir.
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