Mi compañera de trabajo, y buena amante, Fátima B se había dejado su cartera en el bar, por lo que, al salir de mi turno, se lo acerque a su casa. Me invito a tomar una cerveza ya que había ido hasta allí. Esta iba muy sensual y divertida con un pijama mono de estampado de lince en blanco, con cremallera delantera de arriba abajo, que remarcaba sus grandes pechos.
Mientras tomábamos la cerveza, sentados en el sofá, empezamos a tontear y acabamos besándonos. Fátima se sentó sobre mí, de rodillas y mis manos comenzaron a acariciar sus tetazas. Cada vez nos besábamos mas acaloradamente y mis manos bajaron a su culo. Fátima se desabrocho la cremallera hasta dejar sus pechazos al descubierto. Llevaba un sujetador negro, de aro, que ajustaba sus tetazas. Fátima agarro mi cabeza y la coloco en el maravilloso canalillo que formaban sus tetazas. Me movía la cara, restregándomelas, mientras yo saque la lengua y se las lamia.
Fátima se colocó de rodillas a mi lado y, mientras seguíamos besándonos, comenzó a acariciar mi paquete. Me desabrocho el pantalón, saco mi polla y se colocó a gatas. Paso su lengua por mi glande, antes de hacerlo por el resto de mi polla y los huevos. Comenzó a hacerme una rica mamada y empecé a acariciar su pelo con una mano. Mi otra mano jugaba con sus tetazas. Esta fue bajando por su cuerpo, cogió la cremallera y lo acabo de bajar. Metí mi mano por su tanga y comencé a masturbarla. Fátima metió mi polla en el canalillo y me hizo una tremenda cubana, con el sujetador puesto.
Fátima se levantó, me cogió y me llevo a la habitación. La senté en el borde de la cama y me senté a su lado. Cogí su pijama y se lo bajé hasta la cintura. Sus tetazas se veían riquísimas. Me incline y bese su grandioso canalillo. Saqué uno de los pechos y se lo comí, despacito, disfrutando de lo grande que es. Saqué el otro e hice lo mismo. Mi mano disfrutaba acariciando el otro pecho. Jugueteé con mi lengua y mordí sus pezones. Fátima se quitó el sujetador, mientras seguía disfrutando de sus tetazas.
La tumbe y la quite el pijama, quedándose con un tanga negro. Me coloqué de rodillas entre sus piernas, aparte su tanga y la comí el coño. La coloqué a gatas y yo seguí comiéndola el coño, mientras jugaba con un dedo en su culo. Me puse de rodillas en la cama frente a ella y la follé la boca. Con mi polla llena de sus babas, la golpee la cara.
Me puse un condón y me puse de pie, en el suelo, detrás de ella. Aparte, de nuevo, el tanga y comencé a follarla. De vez en cuando subía la velocidad. Me senté en la cama y Fátima se levantó. Se quito el tanga y se sentó sobre mí, dándome la espalda. Seguimos follando y mis manos agarraron sus tetazas. Cambié de agujero y empecé a follarla el culo.
Tumbe a Fátima, me coloque de rodillas entre sus piernas y se las levante llevándolas un poco hacia ella. Metí mi polla en su coño, follándola despacito, mientras acariciaba sus piernas. De vez en cuando jugaba con uno de sus pechazos. Comencé a follarla el culo y esta se empezó a acariciar el clítoris, hasta que se corrió. Volví a meterla en su coño, follándola más duro ahora. Me ponía a mil, ver como se movían sus tetazas, con cada penetración mía. Me tumbe sobre Fátima y seguimos follando. Acaricie sus piernas, mientras nos besábamos y la comía las tetazas.
Me coloque de rodillas dejándola entre mis piernas. Me quité el condón y metí mi polla entre sus tetazas. Fátima las apretó y comenzó a masturbarme. Comenzó despacio para poco a poco subir la velocidad de la cubana. No la avise de mi corrida, y esta salió disparada hacia su cara. Esta no paro y continuó masturbándome con las tetas, hasta que paro de salir semen. Se la metió en la boca, jugo con su lengua en mi glande y me la dejo bien limpita.
Volvimos al salón, donde nos tomamos una nueva cerveza. Me volvió a dar las gracias por acercarla la cartera y yo le dije que me había encantado su forma de agradecérmelo. Tras la cerveza, me vestí y me fui para casa.
Mientras tomábamos la cerveza, sentados en el sofá, empezamos a tontear y acabamos besándonos. Fátima se sentó sobre mí, de rodillas y mis manos comenzaron a acariciar sus tetazas. Cada vez nos besábamos mas acaloradamente y mis manos bajaron a su culo. Fátima se desabrocho la cremallera hasta dejar sus pechazos al descubierto. Llevaba un sujetador negro, de aro, que ajustaba sus tetazas. Fátima agarro mi cabeza y la coloco en el maravilloso canalillo que formaban sus tetazas. Me movía la cara, restregándomelas, mientras yo saque la lengua y se las lamia.
Fátima se colocó de rodillas a mi lado y, mientras seguíamos besándonos, comenzó a acariciar mi paquete. Me desabrocho el pantalón, saco mi polla y se colocó a gatas. Paso su lengua por mi glande, antes de hacerlo por el resto de mi polla y los huevos. Comenzó a hacerme una rica mamada y empecé a acariciar su pelo con una mano. Mi otra mano jugaba con sus tetazas. Esta fue bajando por su cuerpo, cogió la cremallera y lo acabo de bajar. Metí mi mano por su tanga y comencé a masturbarla. Fátima metió mi polla en el canalillo y me hizo una tremenda cubana, con el sujetador puesto.
Fátima se levantó, me cogió y me llevo a la habitación. La senté en el borde de la cama y me senté a su lado. Cogí su pijama y se lo bajé hasta la cintura. Sus tetazas se veían riquísimas. Me incline y bese su grandioso canalillo. Saqué uno de los pechos y se lo comí, despacito, disfrutando de lo grande que es. Saqué el otro e hice lo mismo. Mi mano disfrutaba acariciando el otro pecho. Jugueteé con mi lengua y mordí sus pezones. Fátima se quitó el sujetador, mientras seguía disfrutando de sus tetazas.
La tumbe y la quite el pijama, quedándose con un tanga negro. Me coloqué de rodillas entre sus piernas, aparte su tanga y la comí el coño. La coloqué a gatas y yo seguí comiéndola el coño, mientras jugaba con un dedo en su culo. Me puse de rodillas en la cama frente a ella y la follé la boca. Con mi polla llena de sus babas, la golpee la cara.
Me puse un condón y me puse de pie, en el suelo, detrás de ella. Aparte, de nuevo, el tanga y comencé a follarla. De vez en cuando subía la velocidad. Me senté en la cama y Fátima se levantó. Se quito el tanga y se sentó sobre mí, dándome la espalda. Seguimos follando y mis manos agarraron sus tetazas. Cambié de agujero y empecé a follarla el culo.
Tumbe a Fátima, me coloque de rodillas entre sus piernas y se las levante llevándolas un poco hacia ella. Metí mi polla en su coño, follándola despacito, mientras acariciaba sus piernas. De vez en cuando jugaba con uno de sus pechazos. Comencé a follarla el culo y esta se empezó a acariciar el clítoris, hasta que se corrió. Volví a meterla en su coño, follándola más duro ahora. Me ponía a mil, ver como se movían sus tetazas, con cada penetración mía. Me tumbe sobre Fátima y seguimos follando. Acaricie sus piernas, mientras nos besábamos y la comía las tetazas.
Me coloque de rodillas dejándola entre mis piernas. Me quité el condón y metí mi polla entre sus tetazas. Fátima las apretó y comenzó a masturbarme. Comenzó despacio para poco a poco subir la velocidad de la cubana. No la avise de mi corrida, y esta salió disparada hacia su cara. Esta no paro y continuó masturbándome con las tetas, hasta que paro de salir semen. Se la metió en la boca, jugo con su lengua en mi glande y me la dejo bien limpita.
Volvimos al salón, donde nos tomamos una nueva cerveza. Me volvió a dar las gracias por acercarla la cartera y yo le dije que me había encantado su forma de agradecérmelo. Tras la cerveza, me vestí y me fui para casa.
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