Para los que no leyeron la primer parte, les dejo el link, pueden leerla y a los otros relatos tambien:
http://www.poringa.net/posts/relatos/4290493/Espiando-a-mi-vecino-ft-anahistorias---Parte-1.html
Aunque recién terminaba de disfrutar su orgasmo, Ana no lo dudó y fue por mas al departamento de su vecino.
Al acercarse a la puerta esta se abrió sola, en realidad, su vecino la abrió de adentro. Al entrar vió que su vecino seguía desnudo y con su verga aun dura. Él la miró y le hizo con señas que haga silencio, se acercó a ella y sin decir una palabra le quitó el pijama dejándola solo con la tanga, la toqueteó toda con sus manos y ella no aguantó las ganas de tocarle la pija.
Él la giró, se puso detrás de ella y comenzó a llevarla hacia ese resplandor de la luz roja que salía por la puerta de la habitación. En el camino, podía sentir como su verga dura se apoyaba en la raya de su culo. Al entrar, vió a esa mujer todavía ciega y atada boca abajo, con el semen de su compañero aun derramado y brillando sobre su espalda.
Él la invitó a sentarse en una silla que había en la habitación, Ana le hizo caso y se quedó en silencio, viendo como su vecino aflojaba las esposas de su compañera, la giraba dejándola con sus pechos arriba y volvía a ajustarle las esposas en esa posición.
Abrió sus piernas se inclino sobre la cama, llevando su boca directamente a su concha. Ana vió como él pasaba su lengua desde el ano hasta la punta del clítoris de su compañera, que arqueaba la espalda y gemía del placer. Ana no pudo (ni quiso) evitar meter su mano dentro de su tanga y comenzó a tocarse, mordiéndose los labios para no emitir sonido.
La mujer comenzó a gemir mas y mas, su cuerpo temblaba cuando el vecino le chupaba el clítoris y recorría su cuerpo con sus manos grandes. Por un momento sacó la cara de su entrepierna y miró a Ana que se tocaba con su tanga caída sobre sus tobillos. La invitó a acercarse, ella lo hizo en silencio, lo único que se escuchaba eran los gemidos de esa mujer.
Mientras el vecino seguía comiéndole el clit y tocándola con sus manos, Ana veía los enormes pechos de la mujer atada hasta la tentación fue mas grande y acercó su mano a ellos. Al tocar su pezón, la mujer se sobresaltó, sentía a su vecino con la boca entre sus piernas, su dos manos fuertes en sus caderas y una mano mas (¿) en sus pechos. El vecino, le dijo: “shhh…tranquila. Déjate llevar, es mi vecina”. Ella se quedó inmóvil por un momento, pero luego, como si nada, volvió a gemir y gozar el momento. Ana empezó a chupar sus tetas, eran grandes, sus pezones se endurecían, abría mas su boca para comerlos enteros. Luego empezó a besar en los labios a la mujer, el vecino le dió lugar y se acostó sobre ella, besándose y apretando sus tetas contra las de la mujer, el choque de sus pezones la excitó cada vez mas, sus pelvis también se frotaban y podían sentir el calor de la otra. Su vecino aprovechó la proximidad de las conchas y se acomodó entre las piernas para chuparlas las dos a la vez. Su jugos se mezclaban en la boca del vecino, las dos gemían cada vez mas fuerte. El vecino se acostó a su lado, Ana salió de arriba de la mujer y fue en busca de su vecino, se subió arriba de él, acomodo su verga entre sus piernas, movió sus caderas hasta que finalmente la sintió dentro de ella. Tomo aire para acostumbrarse a la verga grande y dura que tenía dentro y comenzó a cabalgarlo. Meneaba sus caderas a toda velocidad, subía y bajaba con movimientos fuertes y largos gracias a la pija de su vecino. A su lado se encontraba la otra mujer, esposada al respaldo y sin poder verlos, pero sintiendo como se sacudía la cama, como golpeaba el respaldo contra la pared y escuchando como Ana comenzaba a gritar.
Ana montaba a su vecino, mientras que con una de sus manos jugaba con la vulva de la mujer atada. Fue demasiado para ella y a los pocos segundos su cuerpo tembló, los gritos se volvieron incontenibles y llegó al orgasmo mas intenso de su vida….
Cayó sobre el cuerpo de su vecino, lo besó, aún agitada comenzó a bajar con su boca por esos pectorales firmes, siguió bajando sin tardar demasiado en encontrarse con la punta de su verga. Le pasó la lengua, se la metió en la boca, succionó hasta que su vecino la inundó con su leche. Ella esperó que acabará por completo, se incorporó, aún con los jugos de su vecino en su boca, se acercó a la mujer atada y comenzó a besarla con pasión mientras el semen de su vecino hacia puente entre sus labios y sus lenguas….
Dejen sus puntos y comentarios, y si tiene mas historias para contar y no se animan o no saben como, me escriben al chat y los ayudo.
http://www.poringa.net/posts/relatos/4290493/Espiando-a-mi-vecino-ft-anahistorias---Parte-1.html
Aunque recién terminaba de disfrutar su orgasmo, Ana no lo dudó y fue por mas al departamento de su vecino.
Al acercarse a la puerta esta se abrió sola, en realidad, su vecino la abrió de adentro. Al entrar vió que su vecino seguía desnudo y con su verga aun dura. Él la miró y le hizo con señas que haga silencio, se acercó a ella y sin decir una palabra le quitó el pijama dejándola solo con la tanga, la toqueteó toda con sus manos y ella no aguantó las ganas de tocarle la pija.
Él la giró, se puso detrás de ella y comenzó a llevarla hacia ese resplandor de la luz roja que salía por la puerta de la habitación. En el camino, podía sentir como su verga dura se apoyaba en la raya de su culo. Al entrar, vió a esa mujer todavía ciega y atada boca abajo, con el semen de su compañero aun derramado y brillando sobre su espalda.
Él la invitó a sentarse en una silla que había en la habitación, Ana le hizo caso y se quedó en silencio, viendo como su vecino aflojaba las esposas de su compañera, la giraba dejándola con sus pechos arriba y volvía a ajustarle las esposas en esa posición.
Abrió sus piernas se inclino sobre la cama, llevando su boca directamente a su concha. Ana vió como él pasaba su lengua desde el ano hasta la punta del clítoris de su compañera, que arqueaba la espalda y gemía del placer. Ana no pudo (ni quiso) evitar meter su mano dentro de su tanga y comenzó a tocarse, mordiéndose los labios para no emitir sonido.
La mujer comenzó a gemir mas y mas, su cuerpo temblaba cuando el vecino le chupaba el clítoris y recorría su cuerpo con sus manos grandes. Por un momento sacó la cara de su entrepierna y miró a Ana que se tocaba con su tanga caída sobre sus tobillos. La invitó a acercarse, ella lo hizo en silencio, lo único que se escuchaba eran los gemidos de esa mujer.
Mientras el vecino seguía comiéndole el clit y tocándola con sus manos, Ana veía los enormes pechos de la mujer atada hasta la tentación fue mas grande y acercó su mano a ellos. Al tocar su pezón, la mujer se sobresaltó, sentía a su vecino con la boca entre sus piernas, su dos manos fuertes en sus caderas y una mano mas (¿) en sus pechos. El vecino, le dijo: “shhh…tranquila. Déjate llevar, es mi vecina”. Ella se quedó inmóvil por un momento, pero luego, como si nada, volvió a gemir y gozar el momento. Ana empezó a chupar sus tetas, eran grandes, sus pezones se endurecían, abría mas su boca para comerlos enteros. Luego empezó a besar en los labios a la mujer, el vecino le dió lugar y se acostó sobre ella, besándose y apretando sus tetas contra las de la mujer, el choque de sus pezones la excitó cada vez mas, sus pelvis también se frotaban y podían sentir el calor de la otra. Su vecino aprovechó la proximidad de las conchas y se acomodó entre las piernas para chuparlas las dos a la vez. Su jugos se mezclaban en la boca del vecino, las dos gemían cada vez mas fuerte. El vecino se acostó a su lado, Ana salió de arriba de la mujer y fue en busca de su vecino, se subió arriba de él, acomodo su verga entre sus piernas, movió sus caderas hasta que finalmente la sintió dentro de ella. Tomo aire para acostumbrarse a la verga grande y dura que tenía dentro y comenzó a cabalgarlo. Meneaba sus caderas a toda velocidad, subía y bajaba con movimientos fuertes y largos gracias a la pija de su vecino. A su lado se encontraba la otra mujer, esposada al respaldo y sin poder verlos, pero sintiendo como se sacudía la cama, como golpeaba el respaldo contra la pared y escuchando como Ana comenzaba a gritar.
Ana montaba a su vecino, mientras que con una de sus manos jugaba con la vulva de la mujer atada. Fue demasiado para ella y a los pocos segundos su cuerpo tembló, los gritos se volvieron incontenibles y llegó al orgasmo mas intenso de su vida….
Cayó sobre el cuerpo de su vecino, lo besó, aún agitada comenzó a bajar con su boca por esos pectorales firmes, siguió bajando sin tardar demasiado en encontrarse con la punta de su verga. Le pasó la lengua, se la metió en la boca, succionó hasta que su vecino la inundó con su leche. Ella esperó que acabará por completo, se incorporó, aún con los jugos de su vecino en su boca, se acercó a la mujer atada y comenzó a besarla con pasión mientras el semen de su vecino hacia puente entre sus labios y sus lenguas….
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