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Vacaciones Candentes. Capítulo Especial 1:

“El Retorno de las hermanas”




Axel miraba nerviosamente el calendario, el cual tenía marcado con cruces y la fecha del 30 de agosto encerrado en un círculo. Solo faltaba un día para esa fecha, sin embargo entre su inquietud comienza a viajar unos meses atrás, cuando su relación con Ignacia parecía estar muerta. Para ese entonces muchas cosas habían cambiado desde el primer encuentro que tuvieron las gemelas culoncitas y Diana con April. Con solo mencionar que habían pasado dos años desde esa junta, tras aquello, las muchachas decidieron de un día a otro, en quedarse a vivir definitivamente en la casa de su hermana mayor. 

Como era de esperarse, Axel haría lo mismo, provocando un gran cambio en la vida rutinaria entre Tomás y April, quienes por cierto tuvieron un nuevo hijo, el cual llamaron Simón. Con el aumento de integrantes a la familia, la vida sexual de la pareja comenzó a verse afectada, principalmente por Simón, el cual siempre los interrumpía en los instantes en que ellos querían intimar. Otra consecuencia del nacimiento del bebé fue que April debió dejar de lado su trabajo en la clínica y se dedicó a las tareas hogareñas hasta hace una semana. Pues el pequeño entró a una guardería y ella tomó el empleo de profesora en la Universidad donde estudió y conoció a Tomás.      

Misma Universidad en donde Axel y las gemelas ahora estudiaban, la joven pareja cursaba psicología, tal como lo hizo el matrimonio en su tiempo. Tomás y April, se mostraban disgustados con la decisión los adolescentes, ya que tenían la impresión que ellos eligieron psicología solo por capricho y no porque les gustara. Josefina por su parte se encontraba estudiando medicina, para la sorpresa de muchos, era algo que le encantaba e incluso era la estudiante con mejores calificaciones en su generación. Ella durante todo este tiempo ha estado usando a su sobrino Benjamín como juguete sexual, le encanta coger con el chico, aunque su actitud con él es bastante horrible.

Diana era la que menos había cambiado de las hermanas durante estos años, ya que ella siguió dedicándose a la danza, era algo que le fascinaba y no iba a dejarlo por nada. Continuaba soltera, a pesar de que le llovían los pretendientes, ella los rechazaba, porque estaba feliz con ser la amante de Axel y mientras él la cogiera no tenía motivos para buscar a otro hombre, además sentía que solo con él podía ser sincera. Aunque muchas veces recurría a Tomás con quien pasaba horas hablando y pidiéndole consejos, más que un cuñado lo veía como un padre y a la vez el hombre perfecto con el que ella estaría por siempre, pues, poco a poco se fue dando cuenta que él tenía algo que a ella le gustaría probar. 

Hablando de personas que veían a Tomás como un hombre ejemplar, Vanessa, la hija mayor de la pareja madura y la media hermana de Axel, ahora se dedica al modelaje. Fue meramente casualidad de cómo llegó a ese mundo, actualmente es una de las jovencitas más cotizadas por las empresas que están fascinados con su belleza y cuerpo. Al igual que Diana seguía soltera, esto llamaba la atención de varios viejos, que le ofrecían una gran suma de dinero, para pasar una noche con ella, pero la joven al igual que sus amigas, rechazaba esas propuestas, no iba a caer tan bajo por unos lujos que no valían la pena.

Después de todo, Vanessa adoraba ser la perra de su medio hermano y aunque no le agradaba todavía la idea de compartirlo y que él este con Ignacia, lo aceptaba porque Axel era feliz. Su capricho por su padre era algo que mantenía e iba incrementado principalmente por sus amigas, las cuales se derretían por él, aunque por respeto a ella, no lo manifestaban descaradamente, exceptuando por una, que parecía estar enamorada de Tomas. La situación que atravesaban sus padres, era algo que le venía de maravilla, pues su padre andaba caliente siempre, deseoso de soltar sus cargas.  

Finalmente, pero no menos importante esta Benjamín, quien comenzó a dejar los videojuegos de lado con la presencia de su tía Josefina en su casa. El único juego que le interesa actualmente es tener sexo con ella, porque está totalmente enganchado a la rubia, a pesar de que su tía tiene una actitud bastante confusa con él. Ingenuamente piensa que debajo de ese cascarón y comportamiento bipolar, Josefina también lo ama y a lo mejor, el joven no se equivocaba, ya que ella se daba el tiempo para ayudarlo en sus tareas y muchas veces le hacía tutorías para que suba sus calificaciones, las cuales terminaban con una cogida muy intensa que dejaba a Josefina deseando por más.

Todo inicia un viernes, Tomás había salido más temprano de lo inusual de su trabajo, primero paso a recoger a Simón de la guardería y después de comprar unas cosas en la tienda, maneja hasta su casa. Él pensaba que no había nadie a esa hora, pero mientras abría la puerta, en el baño, Josefina se divertía con Benjamín. El muchacho gemía y sus piernas temblaban por la mamada que recibía por parte de su tía, ella se clavaba ese grueso tronco hasta el fondo de su garganta. Lentamente se lo fue retirando de la boca, cuando esta todo fuera de ella, soltó un pequeño suspiro, luego mordió sus labios al mismo tiempo que disgustaba el esperma que había soltado su sobrino.     

Benjamín: Oooohhh, tía... No pensé que estuvieras tan animada... 

Josefina: (Sonríe pícaramente) Solo estoy tomando por adelantado lo que será mi regalo de cumpleaños.

Contestó la muchacha, jalando el miembro de su sobrino y apretándolo. 

Benjamín: Aaahh... Aaaghh... Hhhmmm... Pa-para mañana, te-tengo un gran regalo para ti, tía hermosa...

Josefina: Ah, ¿sí? 

Benjamín: Ajá... 

Josefina: (Ríe) Te advierto que, si compraste algo y piensas impresionarme con aquello, has perdido tu tiempo Benjamín. Solo me interesa tener un pene como regalo y si tú sales con tus pendejadas románticas, te dejare solo y saldré a buscar a un hombre que me satisfaga como corresponde. 

Benjamín: Aagg… Mmmhg… No, no es algo comprando…

Josefina: ¿No? Entonces, ¿qué es? 

Preguntó la muchacha mientras volvía a introducirse la pija de su sobrino en la boca, dándole unas mamadas cortas y sin dejar de admirarlo.

Vacaciones Candentes. Capítulo Especial 1:

Sin embargo, antes de que Benjamín pudiera decir alguna palabra, Tomás toca la puerta del baño. El hombre se había percatado de los jadeos y estaba intrigado de quién podía estar en la casa a esa hora. –“April, ¿eres tú?”- consultó dudoso, el muchacho al oír la voz de su padre entró en pánico. Pensaba que todo estaba perdido e iban a descubrir que su relación con Josefina era más que simplemente de tía y sobrino. Josefina manteniendo la calma, contesta, - “Soy yo cuñadito”- Tomás le pide perdón a Josefina por molestarla y se retira a la cocina sin hacer ninguna pregunta más. Benjamín respiró aliviado, pero la muchacha molesta por su actitud cobarde se coloca de pie y se retira del baño.

Benjamín ya estaba acostumbrado a esos berrinches de su tía, aun así se enojaba con él mismo por no tener lo suficiente cojones y hacer cosas que no le agradaban a ella. La jovencita estaba bastante caliente, tanto que cuando se estaba secando su cuerpo en su habitación, comenzó a jugar con su vulva. Movía sus dedos cerca de su clítoris, para luego introducírselos en su vagina. Gemía tiernamente, Tomás se percató que su cuñada había salido de la bañera, entonces decidió ir a pedirle que se quede con Simón mientras él cocinaba. Sin oír los chillidos de la muchacha, llega y entra al cuarto, encontrándose con la imagen de su cuñada desnuda.

Josefina se sorprendió al principio, pero rápidamente esa sorpresa paso a morbo y excitación. Tomás por otra parte se sintió avergonzado por la incómoda situación, pidiéndole disculpa a la jovencita desvía su mirada a otro lado y trata de cerrar la puerta. No obstante, Josefina picara le dice que se detenga, que no había motivos para que cierre la puerta, después de todo él es un hombre maduro y no es el primer cuerpo desnudo que ve. Tomás le hace caso, pero no se atreve a mirarla, ya que como llevaba tiempo sin follar con su mujer, la mínima situación cachonda, lo encendía y dejaba su verga dura. Esto Josefina lo sabía con solo ver cómo en ese pantalón un gran bulto comenzaba a surgir. 

Cortando la distancia con su cuñado, la muchacha le pregunta qué era lo que necesitaba, presumiendo su cuerpo sensual sin pudor. El maduro tratando de mantener la concentración y la calma para no soltar a Simón de sus brazos, responde tartamudeando, -“Y… Y-y-yo… Yo necesito…”-, Josefina estaba deseando probar los labios de su cuñado y echarle un vistazo a esa polla que su gemela le contó que era tan grande y gruesa como la de Axel y Benjamín, en otras palabras, era ideal para calmar esa cachondez que la mataba. –“¿Qué necesitas de mí cuñadito?”- preguntó la joven sin quitar la vista a ese ya erecto pene. 

Tomás: (Nervioso) Ne… Necesito que cuides a Simón…

Josefina: (Sonríe) ¿Solo eso? ¿No necesitas nada más? 

Expresó la muchacha a la vez que disminuía aún más la distancia entre ambos. Acariciando suavemente el rostro del hombre, hace que él la mire de frente. Por unos segundos Tomás se desconectaba con la realidad, viendo a esa jovencita como lo que era, una ardiente mujer que podía ser su consuelo en ese momento. Sin embargo, regresando a la cordura, vuelve a actuar como un hombre serio y como si no hubiera pasado nada, le contesta que solo quería que se quede con el bebé por mientras él cocinaba. La muchacha quedaba sorprendida, ya que pensó que tenía controlado a su cuñado, pero en realidad aún estaba lejos de su alcance. 

Josefina toma entre sus brazos al pequeño y le dice a su cuñado que no había problema, que ella cuidaría de Simón. Tomás le da las gracias, retirándose de la habitación, aunque voltea por unos segundos para apreciar aquel culo divino que tenía su cuñada. Durante el recorrido hasta la cocina, él se mantuvo pensando en esa cola, soltando un suspiro dice, -“Vaya culazo que tiene… Si no estuviera con April lo más seguro que me engatusaba con esas nalgotas”-, entretanto él fantaseaba con el trasero de Josefina, la clase de Axel e Ignacia estaba por terminar. La culoncita no le quitaba los ojos encima al profesor, mordiendo coquetamente su lápiz escucha atentamente lo que decía el hombre. 

Cuando termino la clase, ella como todos, arreglo sus cosas para irse, sin embargo, espero a que él se diera vuelta para mirarla y así dejar caer el lápiz que mordía. Agachándose le regala una grandiosa vista de su culo, el maduro trato de desviar la mirada, pero sus ojos siempre terminaban apreciando esa cola provocadora. La muchacha recoge sutilmente su lápiz y se acerca al hombre, quien aún se encontraba guardando sus materiales. Nervioso le consulta a la jovencita si necesitaba algo, ella con una sonrisa traviesa queda a unos 5 centímetros de distancia de él y le susurra, -“Me encanto su clase, profesor Sergio”-, el maduro soltó un pequeño suspiro, para mantener la calma.

Sergio: Q-que bueno, Ignacia. 

Ignacia: ¿Acaso no le da gusto mi halago?

Sergio: Cl-claro que me da gusto. (Suspira nuevamente) Ahora si me permites, tengo que irme.

Ignacia toma las manos de Sergio, como él era más alto que ella, la muchacha se puso en puntillas para lograr que sus labios toquen los de él y en un tono coqueto le dice, -“Profe, porque no se queda aquí conmigo para discutir sobre un problema que tengo con usted”- el hombre no pudo evitar sentirse más agitado de lo que ya estaba y aunque no quería, su pene fue tomando forma ante esa situación. –“¿Pro… Problema?”- tartamudeo el maduro, -“Pero si tú eres una buena estudiante”- complemento Sergio cayendo en el juego de Ignacia. La culoncita se había obsesionado con ese hombre desde hace una semana, todo empezó por una exposición que tuvo que hacer ella. 

Sergio siempre se había mostrado como un profesor serio y aburrido, por lo menos de esa manera lo veía Ignacia, hasta aquel día, él sin querer observó el gran culo de ella, lo que le provocó tener una erección, la cual por más que trato de ocultar, fue notoria para la jovencita. El gran tamaño de ese bulto hizo que Ignacia cambie su opinión sobre ese maduro delgado y alto. Se dedico toda la semana para planear aquella situación y esperar la oportunidad perfecta para llevarla a cabo. Continuando con su estrategia, le murmulla a Sergio, -“Sí, tiene razón, soy una muy buena estudiante, pero desde unos días me siento distraída por sus clases y es por usted, profe Sergio”-

Sergio: ¿Por mí?

Ignacia: Sí, por usted… Creo que solo dejaré de estar distraída si se hace responsable. 

Sergio: ¿Co-cómo?

Ignacia: Castigándome, con esa vara que tiene.   

Afirmó Ignacia mientras su pierna rozaba suavemente el paquete erecto del maduro. El hombre temblaba, aún trataba de resistirse, pero era inútil por más que hiciera, su mente ya estaba contaminada con pensamientos obscenos. Sin embargo, la suerte no acompañaba a Ignacia, pues cuando estaba a punto de darle un beso a Sergio, Axel apareció en el salón e interrumpe. 

Axel: Profesor, disculpe que lo moleste, pero necesito que me explique algo.

Manifestó el muchacho, sin darse cuenta que su novia era quien estaba al lado de Sergio.  

Axel: ¿Ignacia?

Ignacia: Le estaba pidiendo al profe Sergio que me explique algo también. 

El hombre suspira aliviado y aunque en su cabeza seguía pensando cosas pervertidas, controlo sus impulsos, la muchacha se mostraba impaciente y solo quería que termine rápido de explicarle a Axel, para volver al juego. No obstante una vez que la duda del joven había sido resuelta, Axel la mira y le pregunta si quería ir al cine, dándole el tiempo suficiente para que Sergio terminada de arreglar sus cosas, las tome y se despida de ellos. Esto molesto a la culoncita, quien miró con desprecio a su pareja.

Ignacia: Axel, te odio. 

Axel: (Perplejo) ¿Qué?

Ignacia: Eres tan imbécil algunas veces, que pienso seriamente en terminar contigo.

Ignacia sin contestarle al muchacho sobre la invitación al cine, se adelanta dejándolo solo en la sala de clase lleno de dudas, ¿qué estaba haciendo mal? Se preguntaba. En la distancia, la jovencita lograba distinguir que su presa iba charlando junto con su hermana mayor, una sonrisa se le forjo, ya que se le había ocurrido cómo volver atacar y que esta vez el maduro no pueda escapar de sus garras de putas. Había pasado cerca de una hora, Tomás se había tranquilizado un poco, pero cada vez que cerraba los ojos, recordaba el trasero de su cuñada y esa calentura regresaba. Estar dos meses sin poder disfrutar del cuerpo de su esposa, lo estaba enloqueciendo.

Suspiraba y trataba de mantener la calma, aunque su polla no dejaba de estar dura. Tenía casi todo listo, solo faltaba que terminen de cocer un par de cosas, así que se sentó en una de las sillas y de forma disimulada comenzó a masturbarse pensando en su cuñada, sin darse cuenta de que ella lo estaba espiando. La idea de Josefina era sorprenderlo con las manos en su pija, sin embargo, su plan se derrumbaría, ya que April regresaba de la Universidad. Rápidamente se escabulle a su habitación en donde estaba Benjamín con Simón, el muchacho que tenía a su pequeño hermano entre los brazos, le pregunta a su tía por qué demoró tanto en regresar del baño, ella no respondió y lo ignoro. 

April en ese momento llevaba una semana trabajando como profesora y ya se encontraba bastante fatigada, jamás pensó lo agotador que era aquel trabajo. Ella sonríe al ver al hombre, se acercaba a él y le daba un beso en la boca, agradeciéndole por ayudar con los deberes en la casa. Tomás sigilosamente retira su mano de su tranca y sonríe inocentemente, diciéndole a su mujer que los deberes son tareas de ambos, pero si creía que él merecía un premio, que ya sabía cuál darle en la noche, la mujer ríe y le contesta que no estaría mal coger, aunque veía eso difícil con Simón además que se sentía muy agotada para complacerlo.

April: Por cierto, hablando de ese pequeño diablillo, ¿en dónde está?

Tomás: Está con Josefina, en el cuarto de ella. 

April: Ya veo, entonces me voy a buscarlo, necesito amamantarlo, ya que siento que mis tetas van a explotar de leche.  

Tomás: ¿Por qué no me amamantas a mí?

Le susurra pícaramente, sosteniéndola desde su cintura. 

April: No sabes cuánto, me encantaría hacerlo, amor. Pero una vez que iniciemos dudo que nos detengamos. 

La mujer se libra de las manos de su marido y sube al segundo piso para buscar a su bebé, dejando a Tomás con deseo, -“Joder, como me gustaría chuparle las tetas a mi mujer, pero ni eso ahora puedo”- se dijo a él mismo. Entre tanto pensaba eso, Vanessa llegaba a la casa, dejando de lado su cartera en el sofá. –“Bueno, te dejo Romi”- balbuceó finalizando su llamada y camina feliz a la cocina. Su intuición le decía que su padre era quien cocinaba y no se equivocó. Aprovechando que él estaba de espalda, se allega y lo abraza, apegando sus suaves senos. En un tono travieso le susurra, -“¿Qué hace el hombre más hermoso de esta casa?”-, al mismo tiempo que le mordisqueaba la oreja y sus manos se dirigían a la entrepierna de él.

Tomás: (Sorprendido) Va-Va-Va… ¿Vanessa?

Vanessa: (Ríe coquetamente) Claro, ¿quién más te da estos abrazos de amor papi? 

Con el corazón acelerado y una vez más con su miembro creciendo, el maduro se dio vuelta para observar de frente a su hija. La muchacha le regala una sonrisa coqueta, tragando saliva y controlándose, le pregunta qué pretendía, la joven fingiendo disgusto por esa intriga de su padre, le responde que solo quería saludarlo y darle algo de su amor y cariño de hija. Tomás se disculpa y le pide que lo deje solo un rato, ya que estaba cocinando, pero Vanessa no le hace caso y queriendo jugar con la mente de su padre, le consulta por qué andaba tan gruñón, a lo que él contesta, -"Quiero estar solo hija”- ella suelta una carcajada antes de volver abrazarlo y rozar sus labios con los suyos. 

Vanessa: No me mientas papá. Te conozco tan perfectamente que sé cuándo estás enojado.

Tomás: No es enojo. 

Respondió el hombre, si bien mantenía la calma, el perfumen que usaba su hija era una especie de afrodisiaco para él, provocando que su tronco se coloque completamente erguido. Vanessa se percata de esto y comienza a mover sus hilos, durante toda la semana había estado calentando a su padre, incluso utilizó a sus amigas, al invitarlas a la piscina. Ver a varias jovencitas hermosas en traje de baño, luciendo sus esculturales cuerpos, fue un gran castigo para él, sobre todo, porque entre las amigas de su hija había una ardiente morochita, que lo encendía automáticamente. Vanessa esperaba que esta vez sí funcionara su plan. 

Vanessa: Te voy a creer papi, pero dime ¿en dónde está mami? 

Tomás: Eeh… Ehh… E-ella está con Simón en la habitación. 

Vanessa: Ya veo... (Mordiéndose los labios) ¿Papi, puedo pedirte un favor?

Tomás: (Respirando hondo) Hmm… Claro, ¿qué quieres princesita? 

Vanessa: Quiero que me hagas un masaje. (Sonríe)

Tomás: (Sorprendido) U-un… ¿Un masaje?

Vanessa: Sí... Hoy ha sido un día largo y muy agotador para mí... ¿Puedes o no?

Tomás se daba cuenta que si quería tener tranquilidad tenía que seguirle el juego a su hija, por lo menos para poder ir calmando ese feroz deseo que le generaba el perfumen.

Tomás: (Suspira) Ok hija, pero antes déjame terminar de cocinar. 

Vanessa: Como quieras papá. (Le da un beso en la mejilla y se aparta de él) Voy a sentarme en esta silla y esperare como una buena niña.

Él pensó que iba a poder manejar la situación después de eso, además se aseguró de mantenerse lejos de su hija los minutos suficientes para que el aroma del perfumen no causara el mismo efecto en él. No obstante, la muchacha había realizado un movimiento que el hombre no esperaba y era haberse quitado su ropa silenciosamente, cuando él se giró, la observo completamente desnuda y presumiendo sus senos. Tomás desvía su mirada, entonces la jovencita en un tono atrevido le dice que se quitó la ropa, porque se sentía incomoda y quería que sus tetas tomen un poco de aire. Ella sabía que su movimiento había sido eficaz.  

Vanessa: ¿Qué pasa papá? ¿Te molesta ver los pechos de tu hija? (Agarrando sus tetas) ¿O te provocan?

Tomás: ¿Q-Qué?

Vanessa: (Ríe) Olvídalo papá... Si tanto te incomoda ver mis senos, voy a colocarme este delantal de cocina, así no veras mis lindos pechos. 

La muchacha se coloca el delantal y vuelve a sentarse, Tomás al mirar, no sabía que era peor, si verla desnuda o con ese delantal que le producía mucha lujuria.  

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Vanessa: Supongo que, con este delantal puesto, ya no vas a sentirte incomodo y vas a hacerme el masaje. 

Tomás algo más calmado se acerca a su hija, colocando sus manos en los hombros de ella, inicia con el masaje. La joven soltaba unos suspiros que parecían ir hipnotizando a su padre, él no solo se sentía perdido por esos ruidos provocativos, también le era difícil mantener la concentración por aquel aroma, era el mismo que usaba su mujer, por eso le era un estimulante. Su piel suave y frágil le recordaban a April, era imposible no pensar en ella e imaginar que estaba dándole un masaje a su esposa en vez que a su hija. La joven juguetona, ve la oportunidad perfecta para aprovecharse de la situación, más de lo que ya lo estaba haciendo. 

Vanessa: Papi, pareces algo tenso. 

El hombre no respondía y continuaba haciéndole el masaje. 

Vanessa: ¿Te sigue incomodando qué me haya quitado la ropa?

Nuevamente Tomás no contesta.

Vanessa: Tu silencio me dice muchas cosas, pero no solo él habla, ese fierro duro que tienes entre las piernas, también lo hace.

Tomás nervioso traga saliva y se da cuenta que se había excitado otra vez, la joven suelta una ligera risita y luego dice.

Vanessa: No puedes negar que me estás deseando. 

El maduro entraba en pánico, trataba de buscar alguna excusa en su cabeza, pero la calentura se lo impedía, ella gira su cabeza, aproximando sus labios a los de él y en un tono provocativo le propone coger.
 
Tomás: ¿Qué dices?

Vanessa: Oh, vamos papá... No te hagas el inocente ahora.

Tomás: Vanessa, ya habíamos hablado de esto antes, es una locura que me lo vuelvas a proponer.

Vanessa: (Mordiendo sus labios) Sí, tienes razón papá, pero es una locura cachonda, una locura lujuriosa, una locura que no va a dañar a nadie... Solo vamos a gozar papi, mi coñito está ansioso por tener tu verga madura y yo sé que tú también quieres ensartármelo. 

Tomás: (Separándose de la muchacha) Cómo que no va a dañar a nadie... Y tu madre, ¿qué?

Vanessa: Mamá no va a sufrir si no se entera. 

Tomás: Vanessa, hija... Pensé que esta obsesión tuya hacía mí, ya había terminado. 

Vanessa: No, te equivocas... (Abrazándolo nuevamente) No he dejado de pensar en ti y en la idea de tener tu polla dentro de mí... Es verdad que desde que mamá quedo embarazada, no continúe provocándote, pero eso se debió a que tú pasabas mucho tiempo al lado de ella y cuando nació Simón, estabas con él y mamá solamente. Sin embargo, ahora parece que todo vuelve a la normalidad. Aunque admito que, durante este tiempo, no te he extrañado mucho y me gustaría coger contigo una sola vez. 

Tomás: (Ríe) ¿Solo una vez? Te conozco Vanessa, eres caprichosa, ambiciosa y obsesiva, si te siguiera el juego y lo hacemos, aunque sea una vez, tú vas a querer más y más, después.

Vanessa: Me conoces muy bien papi, pero lo juro... Solo una vez y te dejo tranquilo para siempre. 

Tomás: (Apartándose de ella) No.

El hombre camina y recoge la ropa de su hija, camina hacia ella y se lo entrega. 

Tomás: Ahora vístete y ve avisarle a tu madre que la comida esta lista y aprovechas de decirles lo mismo a los demás.

Vanessa: (Colocando su top) Aunque tu cuerpo quiera hacerlo, tú siempre vas a decir que no, ¿verdad? Solo si mamá te pidiera hacerlo, tú lo harías. Tal vez deje que ella te lo pida y así tengas que cumplir mi fantasía y la de ella. 

Aquellas palabras dejaron preocupado y pensativo a Tomás, quien no nota la presencia de Diana, si bien ella no observo nada fuera de lo normal entre padre e hija, miraba con cierta extrañeza al maduro. 

Diana: Cuñado, ¿te encuentras bien?

Tomás: (Sorprendido) ¿Diana? Tú... Tú... ¿Tú desde cuando estás aquí?

Diana: Llegue recién, cuando Vanessa salía de aquí para ser precisa, ¿paso algo?

Tomás: No... Nada de qué preocuparse en verdad...

Diana: Menos mal, pensé que le había ocurrido algo a mi hermana, por la cara que tenías. 

Tomás: No, no, no… April está perfectamente, de hecho, ahora va a bajar para comer.  

Diana: (Sonríe) Veo que preparaste mi platillo favorito, voy a dejar mis cosas y bajaré a comértelo todo.
 
Tomás: ¿Co-comérmelo todo?

Diana: (Ríe) No se lo digas a mi hermana, pero me encanta más tus platillos que los de ella. 

Tomás suelta una risilla nerviosa, esperando que Diana no capte que él había malinterpretado su oración. Después de todo, era imposible que ella lo deseé, o eso pensaba él, porque había ocasiones que la muchacha no dejaba de observarlo y esos indefensos ojos se centraban en la entrepierna de su cuñado, como hace unos días, cuando lo vio salir del baño en bóxer, deleitándose con ese paquete marcado. Diana subía y Axel e Ignacia llegaban a la casa después de haber estado en el cine. Ella seguía molesta con él, de hecho, no le dirigió la palabra en toda la tarde, esto le dolió al joven.

La culoncita soltó una pequeña risa al leer uno de los mensajes de sus amigas, acercándose a la cocina ve a Tomás y le pregunta en dónde estaba su hermana mayor. El hombre le contesta que estaba en su habitación pero que ya bajaría a comer, la muchacha se da vuelta y aunque no tenía intención de presumir su cola, el sutil movimiento que realizó dejo a su suegro tiritando de calentura. El maduro fingiendo que había pasado nada, le pregunta si iba a comer. 

Ignacia: Nop… Tengo muchas tareas que hacer y ya comí en el cine. 

Tomás: Ya veo. 

Ignacia sube al segundo piso con bastante alegría y Axel se quedaba tumbado en el sofá pensando. Vanessa le avisa a su madre que la cena estaba lista, la mujer rápidamente toma al bebé y planea bajar, pero al mismo tiempo que ella salía y Vanessa caminaba al cuarto de Josefina, Ignacia aparece y le pide a April que le de unos minutos para charlar. La Milf acepta, entrando nuevamente a su habitación, esto llamo la atención de Vanessa, aunque no le da tanta importancia. Ya que su atención se centró en los gemidos que provenían del cuarto de su tía, colocando su oído en la puerta logra escuchar la voz de su hermano, el joven se encontraba dándole sexo oral a su tía. 

Josefina: Ooohhh, aaaahhh, mmmmgghhh... ¿Desde cuándo te volviste tan bueno en esto?

Él se quedó callado, concentrándose en la comida de coño que le daba a su tía, jugando con su clítoris e introduciendo sus dedos. Vanessa estaba intrigada con esos jadeos, malévola, golpea la puerta interrumpiendo a los jóvenes amantes. Josefina nerviosa apartó a Benjamín de su vulva y en segundos se coloca su tanga y pantalón. Asustada le pide al joven que se vista y se siente en el escritorio. El muchacho le hace caso, toma un cuaderno y lo abre, Josefina hace lo mismo con la puerta, al abrirla observa a Vanessa, quien de forma atrevida entra a la habitación. Ella al ver a su hermano, sonríe pícaramente, comenzando a comprender las cosas. 

Josefina: ¿Vanessa puedes decirme qué haces aquí?

Vanessa: Mi papá me mando a decirte que la cena esta lista, aunque claro no esperaba encontrarme con Benjamín aquí también. Hermanito, ¿puedo saber qué haces en la habitación de nuestra tía?

Benjamín quedó paralizado, los nervios lo consumían y no lo dejaban pensar con claridad, Josefina también sintió pánico, sin embargo, logró controlar sus nervios y le respondió a su sobrina.

Josefina: Benjamín vino a mi cuarto para que lo ayude en una materia. 

Vanessa: ¿Ah, sí?

Josefina: Sí.

Vanessa: ¿Y en qué materia tiene dudas mi hermanito? ¿En anatomía? (Ríe)

Josefina no responde a aquellas preguntas y Benjamín seguía sin saber qué decir. Vanessa al ver que ninguno respondía, decide salir del cuarto. La gemela de Ignacia se acerca a su sobrino, quien la mira con cierta desesperación. 

Benjamín: ¿Crees qué se haya dado cuenta?

Josefina: No lo sé... Pero si sospecha que hay algo entre nosotros, no tiene las pruebas para comprobarlo. Sin embargo, de ahora en adelante vamos a tener que actuar de forma más precavida.

Durante la conversación entre Vanessa y Josefina, Diana había bajado al primer piso, observando a un Axel sumergido en sus pensamientos. La joven bailarina se acerca a él, dándole un fuerte abrazo afectuoso y besándole la mejilla. Axel al sentir esto deja de estar tan melancólico, le sonríe a su cuñada y luego le roba un beso, aprovechando que nadie los observaba. Ella se mostró sorprendida ante este acto que había realizado el muchacho, ya que pocas veces él la había besado de esa forma, sintiendo como su cuerpo entraba en calor con aquel simple beso. 

Diana: A-Axel…

Axel: ¿Qué pasa Diana? ¿Ahora me vas a decir que no te gustan mis besos?

Diana: (Sonríe) Todo lo contrario Axel, me enloquecen estos besos tuyos, solo que no me lo esperaba. 

Axel: Bueno, ve acostumbrándote, porque te daré más de estos besos si me escuchas por unos minutos. 

Diana: (Confundida) ¿Escucharte?

Axel: Tengo muchas cosas que contar, pero nadie que me escuche. 

Diana: (Sonríe) Yo siempre he estado aquí para oír tus problemas e incertidumbre. 

Axel: (Suspira) Lo sé y por eso te voy a recompensar con muchos besos. Incluso tal vez con algo más. 

Vanessa desde la distancia observaba aquella escena, los celos comenzaban a invadirla. Mientras tanto April estaba muy descolocada con las palabras de su hermana, resultaba que la culoncita andaba en la búsqueda de la dirección de Sergio. 

April: ¿Por qué quieres la dirección de Sergio? 

Ignacia: (Ríe brevemente) Digamos que tengo un asunto importante que resolver con él. 

April: Lo siento hermanita, pero no puedo darte la dirección de otro profesor. 

Ignacia: Oh vamos, no seas mala y dime en donde vive ese papacito.

April: (Desconcertada) ¿Papacito? 

Ignacia se quedaba callada por la mirada intimidadora de su hermana mayor, entre todas las personas, solo April era capaz de generar miedo en ella, principalmente porque no podía reprocharle nada. 

April: (Ríe) ¿Así que tu intensión es coger con él?, ya se me hacía raro este interés tuyo por saber en dónde vive. 

Ignacia: A-April…  

April: (Interrumpe) No quiero oír ninguna excusa tuya, Ignacia. No voy a juzgarte, pero tampoco voy a ayudarte, solo te diré que debes también valorar lo que tienes, ya que, si lo llegas a perder, estoy segura de que vas a sufrir. 

Esas palabras dejaron a Ignacia reflexionando, April se coloca de pie y con Simón entre sus brazos se retira de la habitación, dejando sola a la culoncita. La muchacha deja de pensar en las palabras de su hermana mayor y aprovecha la oportunidad que se le presentaba para tomar el computador de la mujer. Sabía que la relación entre Sergio y April era bastante buena a pesar de que su hermana solo llevaba 1 semana trabajando en la universidad, así que no le iba a resultar raro al hombre, si “April” le pedía su dirección para juntarse a discutir unas cosas de sus materias, las cuales curiosamente se relacionaban. Aun así, el mensaje debía ser perfecto, por lo cual se aseguró de no cometer ningún error. 

Una vez que había enviado el correo, esperó nerviosa la respuesta del hombre, se mordía las uñas y miraba constantemente la puerta del cuarto. Al ver la respuesta de Sergio, su rostro impaciente se transformó en uno de euforia, soltó un suspiro y comenzó a anotar la dirección del maduro en su celular, luego procede a borrar la conversación. Volvió a dejar la laptop en el mismo lugar de donde la había tomado, sale del dormitorio sin hacer el mayor ruido posible. Ignacia se recuesta en su cama, mirando una foto del hombre en su celular se muerde los labios y se toca la vagina, murmullando, -“Muy pronto serás mío y esa enorme tranca que tienes entre tus piernas estará ensartada en mi culo”- 

En la mesa, todos comían con normalidad, Vanessa aprovechó que Ignacia no estaba y se sentó al lado de Axel, la joven sobaba con su mano la entrepierna de su medio hermano, él se sentía incomodo por la situación, aunque poco a poco entraba en calor. Axel termina de comer y se levanta de la mesa, para ir hablar con Ignacia, esto molestó a Vanessa. En el cuarto la culoncita se estaba masturbando mientras imaginaba lo que haría con su profesor, cuando el muchacho entra a la habitación, ella para y molesta le pregunta qué quería. Él saca de uno de sus bolsillos unas reservas en un hotel y le dice a su novia que era su regalo de cumpleaños, Ignacia descolocada se queda en silencio por unos segundos.

Ignacia: ¿Son para mañana?

Axel: (Sonríe) Sí, así nadie nos va a molestar, ya sabes a qué me refiero. Además de que podemos divertirnos de varias formas y disfrutar tu cumpleaños los dos. 

Ignacia: Perdón Axel, pero no puedo. 

Axel: (Confundido) ¿Qué?

Ignacia: Verás, ya hice planes con mis amigas para mañana. 

Axel: Pe-pero… Pero es tu cumpleaños, siempre pasamos nuestros cumpleaños juntos. 

Ignacia: Sí, pero tampoco es que fuera una tradición.

Axel: ¿Hablas en serio Ignacia? Por favor dime que es una broma y te estás vengando por lo que te hice, que para ser sincero no sé qué fue. 

Ignacia: No, claro que te estoy hablando en serio.

Axel: He tratado de entender, sin embargo, no sé qué está pasando contigo. 

Ignacia: ¿Terminaste? Porque si es así, puedes retirarte ya que quiero estar un rato a sola. 

Axel se desilusionaba una vez más de la actitud de su novia, quien además de ser fría se mostraba desinteresara. El muchacho frustrado sale de la habitación, pensaba en romper las reservas que tenía, pero entonces se da cuenta que podía hacer algo productivo con ellas y que su dinero no se vaya a la basura. Regresa al primer piso, sentándose al lado de su media hermana, le susurra que le siga la corriente y él se lo va a recompensar más tarde, Vanessa al oír aquello sonríe y acepta. Axel mira a la pareja madura y les dice que les tiene un regalo, estos se miran mutuamente con recelo, April le pregunta al chaval de qué se trata. 

Axel: (Suspira) Bueno, con mi hermana y mi hermano hemos visto que ustedes han estado muy ocupados con Simón y no tienen tiempo para ustedes. Por lo cual hemos hecho una reserva en un hotel para que descansen este fin de semana. 

April: ¿Ustedes reservaron una reserva en un hotel para nosotros?

Benjamín: Yo no sé de qué está hablando mi hermano, mamá. No recuerdo que ninguna vez hayamos...

Vanessa: (Interrumpe) ¿Qué dices Benjamín? ¿Ya no recuerdas que llevamos un mes planeando esta sorpresa para nuestros padres? ¿Tal vez tanto estudiar con Josefina te ha hecho olvidar las cosas?

Tanto Josefina como Benjamín, se quedaron asustados e incomodos al escuchar aquello. 

Benjamín: (Tartamudeando) Aaahh... E-E-Era... Esa so-so-sorpresa...

Vanessa: Sí, de esa sorpresa está hablando Axel, hermanito. ¿Y ustedes qué dicen? (Mirando a sus padres)

April observa a su marido y él no sabía cómo tomar aquel regalo que le estaban haciendo sus hijos. 

Tomás: Lo tenemos que hablar, pero lo más probable es que no lo aceptemos, aunque les agradecemos el gesto.

April: Sí, y no es que no confiemos en ustedes para cuidar de su pequeño hermano, pero creemos que hay otras cosas importantes, por ejemplo, mañana es el cumpleaños de Ignacia y Josefina. 

Josefina: Si les preocupa eso, pueden ir tranquilamente al hotel, ya que no tenemos planeado de celebrar nuestro cumpleaños. 

April: ¿Qué? ¿Cómo qué no van a celebrar sus cumpleaños?

Josefina: Es algo que discutimos con Ignacia y decidimos no celebrarlo, hermana mayor. Así que ve con tu hombre a pasar unos días libres de todo esto y aprovecha de coger mucho. 

Tomás: Princesa... 

April: No lo sé Tom... Es difícil tomar una decisión...

Vanessa: Oh vamos, no se hagan los complicados y solo acepten el regalo que les estamos haciendo. 

Diana: Sí, acepten. Yo me comprometo con la limpieza y orden de la casa, además de ayudar con el cuidado de mi sobrinito. 

Axel: Si no aceptan, me sentiré muy triste mamá April.

April: (Suspira) Bien... Aceptaremos su obsequio, pero a cambio queremos celebrar el cumpleaños de ustedes dos (apuntando a Josefina), apenas regresemos y que ya no haya tanta disputas entre Vanessa e Ignacia. 

Vanessa: ¿Disputas?

Tomás: ¿Crees que somos ciego? Sabemos que hay una rivalidad entre ambas. 

Vanessa: Ok... Prometo no sacar de quicio a mi tía. De hecho, iré hacer las paces con ella ahora mismo. 
 
Vanessa se coloca de pie y sube al cuarto en la culoncita, Axel mira a los adultos, ocultando su tristeza con una sonrisa, ambos le dan las gracias, a lo que él responde que no era nada comparado a lo que ellos dos hacían por todos en la casa. April se levanta y abraza al muchacho, si bien su relación nunca había sido mala, ese gesto de él no lo esperaba, -“Muchas gracias hijo”- susurro la Milf, mientras el joven se perdía entre sus senos, olvidando su pena y rabia. Ignacia una vez más era interrumpida cuando estaba cerca de llegar al orgasmo, furiosa le dice a su sobrina que no se encontraba de humor para soportar sus idioteces, pero la tetoncita con una sonrisa burlesca se acerca más a ella.

Ignacia: ¿Eres sorda? Te dije que no estoy de humor para tus boberías.

Vanessa: Te oí perfectamente, pero tenemos que hablar. 

La joven tetona se recuesta encima de su tía, sujetando sus brazos, la culoncita no tenía otra opción más que escuchar a su insoportable sobrina, quien para hacer más ardiente la situación, fue dándole unos pequeños mordiscos en el cuello. –“Uuuhhgg… ¿Qué haces?”- preguntó Ignacia con su voz agitada. –“Es tan sueva tu piel tía…”- murmullo la muchacha mientras iba soltando los brazos de la promiscua rubia y sus manos fueron directamente a la cola de ella. –“Aaahhhg”- gimió Ignacia al sentir los dedos de Vanessa rosando su ano y como la joven apretaba sus nalgas con fuerza. –“Ahora entiendo porque Axel está loquito por tu cola, si es una maravilla”- expresó una coqueta Vanessa.  

Ambas se miraron fijamente, ese era el momento oportuno para que la joven culona se libere del control de su sobrina, sin embargo, Ignacia había perdido el dominio de su cuerpo y solo anhelaba jugar con Vanessa, así que le da un inesperado beso ardiente a la tetoncita, quien, al sentir la lengua de su joven tía en su boca, comienza a emocionarse. Las muchachas se entregaban a la lujuria y se fueron desvistiendo lentamente, una vez que las dos estaban completamente desnudas, Ignacia se acerca a los pezones de su sobrina y los muerde, Vanessa jadea. Luego de morderlos la culoncita fue enterrando su rostro en los senos de la muchacha, mientras sus vulvas mojadas se tocaban mutuamente. 

Ninguna de las dos decía alguna palabra, solo continuaban con sus juegos lésbicos, los cuales eran cada vez más y más candentes. Vanessa gime al sentir los dedos de su tía en su interior, los cuales tocaban zonas que le producían mucho placer, pero además las lamidas de esa lengua cachonda a sus tetas la enloquecían también. Cuando finalmente ella llegaba al orgasmo, era su turno de complacer a la culoncita, quien se recuesta en la cama y se abre de piernas, enseñando ese chochito húmedo. Vanessa tomo aire y luego se acercó a su tía, coloco sus manos cerca de esa vagina afeitada, lamiéndola alrededor, de arriba a abajo, hasta que le da una muy profunda y luego se saborea sonriente. 

culonas


Mientras aquello ocurría, Axel y Diana habían salido a conversar en el patio de la casa, Josefina y Benjamín se fueron a acostar, cada uno a su cuarto respectivo y Tomás con April lavaban los platos. El matrimonio se encontraba bastante animado después de recibir aquel obsequio y saber que podrían satisfacerse después de tanto tiempo. Axel cabizbajo le pedía consejo a Diana de cómo reactivar su relación con Ignacia, entonces la joven bailarina, le pregunto en qué momento, la relación se estancó y comenzó a deteriorarse. El muchacho le contesta que todo inicio hace unos dos meses atrás, cuando el sexo entre ambos ya no era tan placentero como antes.  

Diana: (Confundida) ¿Y eso cómo es posible?

Axel: (Suspira) No lo sé, sinceramente no lo comprendo, de un momento a otro todo lo que nos divertía se transformo en algo monótono y aburrido.

Diana: ¿Y no han trata de innovar?

Axel: He tratado, de hecho hoy la llevé al cine con la intensión de tener sexo con ella ahí y sentir la adrenalina de ser atrapados o vistos, pero parece que a ella no le interesa y lo peor de todo es que nuestra comunicación es casi nula. 

Diana: Mmm… Ya veo.

Diana y Axel continuaron charlando, por otro lado, Benjamín se movía por toda su cama, no lograba encontrar una posición para dormir y no lo haría, ya que tenía su pija completamente erecta y muy dura. Además, su cuerpo acalorado sudaba, haciendo que se sintiera sofocado, pero sin duda alguna lo peor de todo es que cada vez que cerraba los ojos, pensaba en Josefina. El muchacho encontraba que era una maldición aquella situación, tras pensar detenidamente, llego a la conclusión que la única manera de tener calma era visitando a su tía y coger con ella. Así que se levanta y de forma cautelosa se traslada a la habitación de Josefina.

La muchacha dormía profundamente, por lo cual no se percato cuando su sobrino abrió la puerta y se filtró en su cuarto. El jovencito se recostó al lado de su tía, quién estaba usando como pijama un camisón transparente de color blanco y una tanguita que se perdía en ese culazo. Benjamín se bajo el bóxer y coloco su miembro entre los muslos de la rubia, ella se fue despertando por los movimientos que hacía el chico. Él se sentía completamente perdido por el aroma de la chavala y su erección comenzaba a ser más molesta y dolorosa, entonces Josefina se volteó, el muchacho al verla de frente se quedó inmóvil por unos segundos, pero tomo valor y acercó sus labios a los de ella. 

Josefina: Be... Ben... Benjamín... ¿Qué haces?

Preguntó con cierta inocencia.

Benjamín: No lo resisto más tía... Necesito tocar tus labios y disfrutar de tu cuerpo... 

Josefina: N-no... No podemos...

Benjamín: ¿Por qué no? Si nadie me ha visto y estoy seguro de que nadie nos interrumpida.

Josefina no podía contradecir a su sobrino, tenía un buen argumento y le sorprendía que se haya atrevido a visitarla en la noche y correr el riesgo de ser atrapado. Estaba excitada, sin embargo, no quería mezclar las cosas, ellos solo tenían sexo cuando ella quería, no cuando Benjamín era incapaz de controlar su calentura. La muchacha abofetea al chico y le pide que se retire de su cuarto, Benjamín ante esta reacción quedo perplejo, no entendía como su tía era tan cruel con él y empatizaba tan poco con su situación. Josefina vuelve a abofetearlo, así que un resignado y frustrado Benjamín se levanta, para retirarse aquella habitación, regresando a la suya.  

Al mismo tiempo que Benjamín regresaba a su cuarto, Tomás y April lograban hacer dormir a Simón, lo dejan en su cuna y cuidadosamente sale del cuarto del pequeño. Ambos regresan a la habitación de los dos, donde se miran y sueltan una pequeña risita. Al cerrar la puerta, la mujer se acercó a su marido y lo besa, él retrocede hasta que queda tumbado en la cama. No había necesidad de provocarlo más, el hombre ya tenía su pene duro, pero April decide darle unos besos en el cuello, mientras sus manos se metían dentro del pantalón y tomaban el tronco erecto de él. Ingenuamente pensaron que podían divertirse aquella noche, como algo previo a lo que sería el día siguiente.

Sin embargo, tras la visita nocturna de Benjamín, Josefina quedó inquieta y no podía conciliar el sueño, por lo tanto, decidió ir a pedirle un relajante a su hermana mayor. Olvidando que tenía que tocar la puerta, la joven rubia entra a la habitación de la pareja, interrumpiéndolos justo cuando la Milf tenía entre sus manos la verga de Tomás. -"Oh, mierda"- exclama la muchacha, mientras sus ojos se dirigían a la polla de su cuñado. April rápidamente se tapa con una sábana, así ocultando también el pene de su marido, aunque este ya estaba grabado en la mente de la jovencita. April algo molesta, nerviosa y avergonzada le consulta a su hermana qué estaba buscando. 

Josefina: Ehhhh... Eeeeeeeehh... Eeeeeeeehh... Y-yo.... Mmmmm... 

Josefina no encontraba las palabras idóneas para poder expresarse, ya que sus pensamientos solo tenían la imagen de esa pija gruesa empinada. A pesar de que estaba cachonda desde antes, su excitación había aumentado tras encontrar a la pareja casi teniendo sexo y mirar la erecta tranca de su cuñado. Aquello se hacía notorio, porque se notaban sus pezones duros a través de su camisón transparente y su vulva comenzaba a humedecer su braga. Tomás sonrojado desviaba su mirada a la pared, ya que recordaba lo que había ocurrido en la tarde, cuando la vio desnuda. April nuevamente le pregunta a la muchacha, pero esta vez en un tono ya más cabreado.

April: Responde Josefina, ¿qué mierda necesitas?

Josefina: Eeeehh... Y-y-y... Yo... Eeeeehhh...

Le era difícil mantener la concentración a la muchacha, ya que en cada pestañeo que hacía veía la imagen de la verga del hombre. Aquella situación incómoda empezó a ser cachonda para April, la Milf se colocó de pie y se acerco a su hermana, tomándola de la cintura le pregunto de forma amable qué andaba buscando. Josefina la miró fijamente al rostro, contestándole que quería un calmante para dormir, April lanzó una corta carcajada para luego decir en un tono coqueto, -“¿Segura que quieres un calmante? ¿Por qué no mejor te quedas aquí haciéndonos compañía?”- Tomás miró atónito a su mujer, ante la propuesta que había realizado a la jovencita. 
  
Josefina miró a su cuñado y se mordió el labio inferior, sin quererlo había obtenido una invitación para divertirse con esa polla madura, a la cual no le mostro interés hasta aquella tarde y ahora que la había visto en todo su esplendor, era incapaz de poder negarse a ella o contenerse. No obstante, justo cuando la muchacha iba a responder, Simón interrumpió el plan de su madre con su llanto. Rápidamente Tomás se coloca su pantalón y sale disparado a ver a su pequeño hijo, April suelta un suspiro y se da vuelta para buscar entre sus cosas un relajante. Cuando se lo da a Josefina, ella la mira con una cara de incrédula, entonces la Milf le dice que iba a perder el tiempo esperando que el hombre regrese pronto.

Toda la ilusión de hacer cosas pervertidas con aquel pene maduro se había derrumbado para la muchacha, que regresaba a su habitación más cachonda que antes y con la imagen de ese miembro impregnado en su cerebro. Tras haberse dado placer una a la otra, Ignacia y Vanessa quedaron acostadas en la cama, ambas miraban sus celulares y no mostraban preocupación alguna, por si alguien entraba y las encontraban desnudas. De hecho, por un momento, Vanessa miró detenidamente sus uñas y comparo su tonalidad rubia con el de su tía. Pero la culoncita no seguiría más los juegos infantiles de su sobrina, mirándola a los ojos rompe el silencio y le pregunta.

Ignacia: Por cierto, ¿de qué querías hablar?

Vanessa: Hay muchas cosas que me encantaría hablar contigo, como, por ejemplo, ¿qué se siente que tu novio este loco por las tetas de su hermana? (Ríe)

Ignacia: ¿Solo querías burlarte de mí? Es increíble que hayamos terminado teniendo sexo.  

Vanessa: (Sonríe) Supongo que me deje influenciar por las palabras de mi madre que quería que tú y yo seamos más cercana. Aunque tiene razón en eso de que debemos llevarnos bien, porque necesitamos hacer una alianza. 

Ignacia: ¿Una alianza? ¿Contra quién?

Vanessa: Contra tu hermanita Diana.

Ignacia: ¿Contra Diana? ¿Po-por qué?

Vanessa: Quizás tú no lo has notado, pero Diana está cada vez más cerca de Axel. Yo entiendo que me veas a mí como una rival o una enemiga, porque me encanta molestarte y sacarte celos, sin embargo, yo sé que Axel te ama a ti y no solo eres sexo para él como lo soy yo. Contigo él es romántico, te invita y hace diferentes actividades contigo, aunque tú pareces no valorarlo y eso me molesta de ti. Tienes a un chico perfecto, con una verga increíble y muy sensible, que te escucha y cumple cada uno de tus caprichos, pero a ti parece darte igual.

Ignacia: (Interrumpe) Oye, no quiero un sermón. Ve directo al grano. 

Vanessa: Ok, amargada… (Suspira) Pensaba que Diana para Axel era una simple puta con la cual se divertía y nada más, igual que yo. Sin embargo, ella lo está volviendo loco poco a poco, de hecho, he notado que la mira con otros ojos y mientras lo hacíamos la última vez, me llamo Diana y eso me dolió mucho.  

Ignacia: No lo sé… En realidad, yo no veo nada raro. Es decir, con tu hermano tengo una relación liberal, es decir, no me pondré celosa porque disfrute más hacerlo con Diana que contigo. (Ríe burlescamente)

Vanessa: (Tragando su orgullo) No te voy a forzar a tomar una decisión ahora, pero tal vez Diana está satisfaciendo a Axel, incluso más que tú. 

Vanessa se levanta con una sonrisa en su rostro, había logrado su objetivo, de sembrar la duda en Ignacia, quien se quedó pensativa en su habitación. Después de un rato, ella bajo al primer piso para poder beber algo de agua, entonces escucha unos chillidos, se asoma discretamente en el salón y observa a la joven bailarina en cuatro, moviendo sus caderas con rapidez, mientras la pija de Axel va entrando y saliendo de su vagina. Verlos teniendo sexo no le molestó, pero si lo hace que él mencionada que era el mejor sexo en semanas. Sin esperarlo los celos la invadieron, los que la cegaron con odio contra su propia hermana, planificando cómo hacer que Axel se olvide de ella.

Josefina no podía dormir con esa calentura, se negaba a tomar la píldora, de manera que decide ir a calmar aquel ardor y cosquilleo que sentía en su vagina, con el tronco de su sobrino. En la habitación del muchacho, Josefina se quita su empapada tanga y se sube encima de él, quien estaba por fin encontrando la calma para dormir. Benjamín al sentir el peso de su tía abre los ojos, asustado y antes de decir alguna palabra, su boca fue tapada por la mano de la joven rubia, ella se metió entre las sabanas y tomo ese miembro flácido que no tardo en colocarse duro como una piedra y listo para complacer a una necesitada Josefina.

Solo basto tenerla toda adentro para que se corriera, pero eso no detuvo a la jovencita, todo lo contrario, la motivo aún más. Subía y bajaba sobre esa tranca, gimiendo lo más bajo que podía y entregándose a la fantasía. En su mente pervertida, imaginaba que estaba cabalgando a su cuñado, que domaba esa pija madura y que el hombre la felicitaba por ser una putita increíble. Benjamín lleva sus manos al trasero de su tía y agarra muy fuertes esas nalgas, haciendo que la muchacha balbuceé, -Ooohhh… Sííííí… Tomás… Revienta mi vagina, como se lo haces a April…”- el chico no fue capaz de distinguir lo que había dicho su tía, la cual no tardo en soltar una enorme corrida. 

Ella no paraba de pensar en Tomás y experimentaba un gran orgasmo tras otro, regresando a la realidad, se muerde los labios y reflexionar mientras seguía siendo empotrada. -"Dios mío, ¿qué me pasa? ¿Por qué no dejo de pensar en el pene de Tomás? Si es igual de grande que el de Benjamín y Axel... Hhhmmm... Pero solo verlo erecto ha hecho que me vuelva loca, que mi cuerpo se caliente como nunca lo había hecho antes, que mi coño se moje tanto que parece que me he orinado y como si eso fuera poco, pensando en esa polla tuve un fantástico orgasmo... Dios mío, Dios mío, Dios mío... Josefina cálmate... No puedes perder la cabeza por una verga…”- 

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Después de un largo receso, he querido retomar esta historia, la cual acabe de una forma algo abrupta. Al momento he contemplado que sean 5 capítulos, dependiendo de mi disponibilidad, quizás siga con la historia. Dado a que he son relatos densos, he decidido colocar algunas fotos y gif que puedan ilustrar cierto momento, así mismo dar una breve pausa entre tantas letras. Espero que le haya gustado, muy pronto continuaré con el relato e igualmente compartiré uno que es completamente nuevo. Por último le adjunto a quién no haya leído el inicio de esta historia, el link del relato, por si desean leerla.

http://www.poringa.net/posts/relatos/3707593/Vacaciones-candentes-Capitulo-I-Las-putitas-culonas.html

1 comentarios - Vacaciones Candentes. Capítulo Especial 1:

20-ole
Que bueno que hayas continuado la historia, por casualidad no la tienes desde el inicio con april y tomas?