Guido y Marcelo se habían conocido en el gimnasio. Pese a la diferencia de edad (Guido 17 y Marcelo 40) generaron una amistad muy fuerte y Marcelo se convirtió en una especie de padre que lo aconsejaba en la vida, pero sobre todo en el tema sexual.
Cuando Guido cumplió los 18, Marcelo, que trabajaba en el mundo del espectáculo y tenía muchos contactos en el ambiente, le preparó una sorpresa como regalo. "Hoy vas a coger enserio" le escribió . Guido no era virgen, pero las pocas veces que cogió fue con chicas de su edad sin demasiada experiencia.
Marcelo pasó a buscar a Guido y lo llevó a un departamento que tenía en el centro. "Hoy te haces hombre, pendejo. No sabes la puta que te encontré" le iba diciendo en el viaje. Llegaron al departamento, entraron y Guido se quedó esperando en el living.
Marcelo volvió acompañado. "Feliz cumpleaños. Acá esta tu regalo". De una de las habitaciones apareció Mónica Farro con un body transparente y una tanguita blanca que se le metía en el culo.
"¡Feliz cumple Guido!", dijo Mónica Farro con voz sexy mientras le daba un beso en la meguilla. Guido quedó impactado con la presencia de una de sus famosas preferidas para pajear. "Es toda tuya", le dijo Marcelo y se fue del departamento.
"¿Te gustá?", preguntó Mónica mientras daba una vuelta mostrando el body blanco y transparente que tenía puesto. A Guido la pija se le iba poniendo cada vez más dura. Se acercó a Farro y empezó a manosearle el culo.
Se besaron y Farro lo tiró contra un sillón. Empezó a bailar sexy mientras lo miraba. Guido se manoseaba la pija que cada vez estaba más dura. "Me dijeron que te matas a pajas conmigo. Vamos a ver ahora si te la bancas, pendejo", le dijo la Farro.
Se tiró encima de Guido, le sacó la remera. Se besaron. Guido le manoseaba el culo a Farro y ella le tocaba el torso trabajado. "A ver si es verdad lo que me dijeron". Farro se arrodilló y le bajo el pantalón a Guido. La erección era imposible de esconder.
"Que interesante lo que tenes ahí" le dijo Farro haciéndose la sorprendida mientras manoseaba la pija que todavía estaba tapada por el calzón. Farro metió la mano y sacó una pija bien dura y grande. "Que buena pija. Tenía razón Marcelo con lo que calzas". "Es toda para vos, puta", le dijo Guido.
Farro no dudo y empezó a chupar. Primero despacio, después cada vez más fuerte, otra vez despacio y fuerte de nuevo. Se la tragaba hasta el fondo, lamía los huevos. Toda la experiencia estaba puesta en esa pija. "Dale puta, chupa", decía Guido mientras le agarraba la nuca.
Guido se paró mientras Farro, ya en tetas y sólo con la tanguita, seguía chupando arrodillada. Lo miraba fijo a Guido que no paraba de gozar. Ninguna de las pendejas con las que había estado se la habían chupado así.
En un momento Guido no aguantó más y largó el lechazo en la cara de Farro. "Que pendejo flojito ¿Qué pasa? ¿Sos puto?", dijo Farro cagándose de risa. Guido se fue al baño, meo, se limpio la pija, tomo un poco de aire y volvió bien al palo de nuevo.
Farro se estaba limpiando el lechazo. Guido la agarró de atrás y apoyándole la pija bien dura otra vez le dijo "ahora vas a ver quien es puto". La tiró contra el sillón, le corrió la tanga y empezó chupar la concha. Después de un rato le arrancó la tanga y se le metió de una en la pija en la concha. Farro gritó de placer.
Guido le empezó a dar bien duro, con violencia. "Si, así pendejo, haceme mierda" pedía Farro. "Mira que puto que soy", le decía el pendejo que no aflojaba y se sentía poderoso mientras dominaba a su puta preferida.
Acostado en el sillón y con Farro encima de su pija, la rubia se movía de manera brutal. Se puteaban, Guido le pegaba en la cola, le manoseaba las tetas hasta que ella tuvo un tremendo orgasmo que la hizo temblar.
Farro quedó tirada en el sillón recuperándose de semejante orgasmo. La pija de Guido seguía bien dura y no pensaba aflojar ahora que Farro le pertenecía. La puso en cuatro y le empezó a dar duro de vuelta. Mientras le iba metiendo el dedo en el culo.
"¿Me vas a romper el culo?", preguntó Farro, un poco sorprendida por lo que le estaba haciendo ese pendejo inexperto. "Te lo voy a romper todo" respondió él. "Es todo para vos, te lo ganaste", dijo ella.
Guido nunca había roto un culo. Con las pendejas pendejas que estuvo se pusieron caprichosas y dijeron que no querían. Siguiendo los consejos de Marcelo, Guido le fue abriendo el culo a Farro. Saliva, dedos y un poco de crema dejaron listo el culo de Farro.
De a poco fue metiendo la pija dura en el orto de Farro, que estaba en 4, hasta que le entró bien adentro. Empezó a bombear despacio, pero cada vez el mete y saca era más intenso.
"Dale pendejo, dame duro por el orto", gritaba Farro. Guido le daba duro, le tiraba del pelo y la cagaba bien a puteadas. Ahora que el orto de Farro era suyo, gozaba como nunca. Mientras se la metía fuerte por el orto, se miraba en un espejo y se sentía un macho bien poderoso. "Toma por el orto puta de mierda, te lo mereces, forra hija de re mi putas", gritaba furioso Guido. Estuvo un rato largo dándole con intensidad hasta que no aguanto más y tiró un bruto lechazo adentro del culo de Farro.
Guido se fue al baño a mear y a limpiarse. "Mira que todavía no terminé con vos", le dice cuando vuelve. Se sentó en un sillón abierto de piernas con la pija dura. "Dale, chupa la reputa que te parió".
Farro se arrodilló y comenzó a chupar desesperadamente. Guido la agarraba de la cabeza y le metía la pija hasta el fondo, se la cogía por la boca. Farro también le hizo varias turcas, Guido le pegaba con la pija en la cara. Sin avisar, le tiró el lechazo en la cara y en las tetas.
Guido quedó tirado en el sillón con la pija muerta sabiendo que después de semejante polvazo se había convertido en hombre.
SI LES GUSTO DEJEN PUNTOS!!!!
Cuando Guido cumplió los 18, Marcelo, que trabajaba en el mundo del espectáculo y tenía muchos contactos en el ambiente, le preparó una sorpresa como regalo. "Hoy vas a coger enserio" le escribió . Guido no era virgen, pero las pocas veces que cogió fue con chicas de su edad sin demasiada experiencia.
Marcelo pasó a buscar a Guido y lo llevó a un departamento que tenía en el centro. "Hoy te haces hombre, pendejo. No sabes la puta que te encontré" le iba diciendo en el viaje. Llegaron al departamento, entraron y Guido se quedó esperando en el living.
Marcelo volvió acompañado. "Feliz cumpleaños. Acá esta tu regalo". De una de las habitaciones apareció Mónica Farro con un body transparente y una tanguita blanca que se le metía en el culo.
"¡Feliz cumple Guido!", dijo Mónica Farro con voz sexy mientras le daba un beso en la meguilla. Guido quedó impactado con la presencia de una de sus famosas preferidas para pajear. "Es toda tuya", le dijo Marcelo y se fue del departamento.
"¿Te gustá?", preguntó Mónica mientras daba una vuelta mostrando el body blanco y transparente que tenía puesto. A Guido la pija se le iba poniendo cada vez más dura. Se acercó a Farro y empezó a manosearle el culo.
Se besaron y Farro lo tiró contra un sillón. Empezó a bailar sexy mientras lo miraba. Guido se manoseaba la pija que cada vez estaba más dura. "Me dijeron que te matas a pajas conmigo. Vamos a ver ahora si te la bancas, pendejo", le dijo la Farro.
Se tiró encima de Guido, le sacó la remera. Se besaron. Guido le manoseaba el culo a Farro y ella le tocaba el torso trabajado. "A ver si es verdad lo que me dijeron". Farro se arrodilló y le bajo el pantalón a Guido. La erección era imposible de esconder.
"Que interesante lo que tenes ahí" le dijo Farro haciéndose la sorprendida mientras manoseaba la pija que todavía estaba tapada por el calzón. Farro metió la mano y sacó una pija bien dura y grande. "Que buena pija. Tenía razón Marcelo con lo que calzas". "Es toda para vos, puta", le dijo Guido.
Farro no dudo y empezó a chupar. Primero despacio, después cada vez más fuerte, otra vez despacio y fuerte de nuevo. Se la tragaba hasta el fondo, lamía los huevos. Toda la experiencia estaba puesta en esa pija. "Dale puta, chupa", decía Guido mientras le agarraba la nuca.
Guido se paró mientras Farro, ya en tetas y sólo con la tanguita, seguía chupando arrodillada. Lo miraba fijo a Guido que no paraba de gozar. Ninguna de las pendejas con las que había estado se la habían chupado así.
En un momento Guido no aguantó más y largó el lechazo en la cara de Farro. "Que pendejo flojito ¿Qué pasa? ¿Sos puto?", dijo Farro cagándose de risa. Guido se fue al baño, meo, se limpio la pija, tomo un poco de aire y volvió bien al palo de nuevo.
Farro se estaba limpiando el lechazo. Guido la agarró de atrás y apoyándole la pija bien dura otra vez le dijo "ahora vas a ver quien es puto". La tiró contra el sillón, le corrió la tanga y empezó chupar la concha. Después de un rato le arrancó la tanga y se le metió de una en la pija en la concha. Farro gritó de placer.
Guido le empezó a dar bien duro, con violencia. "Si, así pendejo, haceme mierda" pedía Farro. "Mira que puto que soy", le decía el pendejo que no aflojaba y se sentía poderoso mientras dominaba a su puta preferida.
Acostado en el sillón y con Farro encima de su pija, la rubia se movía de manera brutal. Se puteaban, Guido le pegaba en la cola, le manoseaba las tetas hasta que ella tuvo un tremendo orgasmo que la hizo temblar.
Farro quedó tirada en el sillón recuperándose de semejante orgasmo. La pija de Guido seguía bien dura y no pensaba aflojar ahora que Farro le pertenecía. La puso en cuatro y le empezó a dar duro de vuelta. Mientras le iba metiendo el dedo en el culo.
"¿Me vas a romper el culo?", preguntó Farro, un poco sorprendida por lo que le estaba haciendo ese pendejo inexperto. "Te lo voy a romper todo" respondió él. "Es todo para vos, te lo ganaste", dijo ella.
Guido nunca había roto un culo. Con las pendejas pendejas que estuvo se pusieron caprichosas y dijeron que no querían. Siguiendo los consejos de Marcelo, Guido le fue abriendo el culo a Farro. Saliva, dedos y un poco de crema dejaron listo el culo de Farro.
De a poco fue metiendo la pija dura en el orto de Farro, que estaba en 4, hasta que le entró bien adentro. Empezó a bombear despacio, pero cada vez el mete y saca era más intenso.
"Dale pendejo, dame duro por el orto", gritaba Farro. Guido le daba duro, le tiraba del pelo y la cagaba bien a puteadas. Ahora que el orto de Farro era suyo, gozaba como nunca. Mientras se la metía fuerte por el orto, se miraba en un espejo y se sentía un macho bien poderoso. "Toma por el orto puta de mierda, te lo mereces, forra hija de re mi putas", gritaba furioso Guido. Estuvo un rato largo dándole con intensidad hasta que no aguanto más y tiró un bruto lechazo adentro del culo de Farro.
Guido se fue al baño a mear y a limpiarse. "Mira que todavía no terminé con vos", le dice cuando vuelve. Se sentó en un sillón abierto de piernas con la pija dura. "Dale, chupa la reputa que te parió".
Farro se arrodilló y comenzó a chupar desesperadamente. Guido la agarraba de la cabeza y le metía la pija hasta el fondo, se la cogía por la boca. Farro también le hizo varias turcas, Guido le pegaba con la pija en la cara. Sin avisar, le tiró el lechazo en la cara y en las tetas.
Guido quedó tirado en el sillón con la pija muerta sabiendo que después de semejante polvazo se había convertido en hombre.
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3 comentarios - Cumpleaños con Mónica Farro