Luego de la chupada de pija que me había pegado sabía que por unos cuantos minutos no iba a reaccionar; ella seguía arrodillada con mi verga ya dormida en la mano. Se recostó en la cama con los ojos cerrados y las piernas abiertas, verle la tanga algo húmeda me excitaba sobremanera; así como estaba volvió a mandarse los dedos adentro de la tanga y rápidamente se empezó a pajear, yo seguía inmóvil.
No tardó mucho en retorcerse y gemir fuerte con espasmos para quedar relajada. Me acerqué con nervios y mi tiré encima de ella, me abrazó con piernas y brazos, tenía vía libre. Me dió un beso de lengua espectacular, no quise perder tiempo y le chupé las tetas, cada una, masajeándolas. En un susurro que denotaba desesperación me exigió "¡Chupamela! ¡Por favor! ¡Chupame la concha ya Juli!". Me paré y rápidamente me deshice de su tanga, ver su entrepierna mojada y depilada era una invitación a quedarse a vivir ahí. Fui directo al clítoris, se lo chupaba de las maneras que ella indicaba y pedía, estaba a su control, era su juguete; no tardó en pedirme que le metiera no uno, sino dos dedos y hacerle un movimiento como gancho a medida que chupaba y trataba de tocar sus tetas. Sentí unas contracciones en su vagina que coincidieron con un gemido fuerte y el arqueo de su espalda. Minutos después pasó lo mismo hasta que, como yo lo hice, ella también pidió que parara. Estaba agitada, colorada, ni siquiera quería abrir los ojos, me recosté a su lado y ella en un momento tierno se recostó encima mio.
Pasado el momento y sentados en la cama fumamos con el cenicero de por medio. Más tarde vendría mamá y debíamos estar bañados y listos. Se la notaba muy relajada, quizá solo necesitaba eso, un rato de sexo. Estuvimos un buen rato hablando estupideces y riéndonos hasta que en un momento ella retomó la charla.
_ Gracias Juli...
_ ¿Por?
_ Por todo el cariño, por el ratito que me diste recién, me hizo bien...
_ No Juli, gracias a vos, no quiero ser irrespetuoso... pero... ¡Que bien la chupas! te juro que nunca me la habían chupado así...
_ ¡Jajajaja! Suelen decirme eso... Che Juli, hay algo que no te dije por vergüenza...
_ ¿Qué Jesi?
_ Nunca tragué... nunca me habían acabado en la boca, pero si la primera vez tenía que ser especial.... fue especial... Y me gustó
_ ¿En serio? wow, parecía que ni problemas tenías, ¡encima tragaste de una!
_ Bueno, mejor ni pensarlo, sino una se tira para atrás, jaja... Igual... parecía que habías acabado un monton...
Seguimos riendo y nos bañamos, hicimos unas compras para la comida y compramos un par de vinos, también más cigarrillos. Aprovechamos para caminar y tomar algo de aire, ya al volver al departamento decidimos que íbamos a cocinar temprano para no andar a las corridas, queríamos tener todo listo para la cena, pero Juli era incansable a la hora de querer molestar e incomodar....
_ ¿Viste que se queda mamá a dormir?
_ ¡¿Qué?!
_ Sí, se queda mañana tiene que hacer unas cosas por acá cerca así que le viene bien...
_ Pero.... ¿Cómo hacemos para dormir?
_ ¡Boludo! tengo una cama de dos plazas, y mirá lo que somos los tres, entramos re bien... aparte, no creo que te moleste dormir con dos mujeres en tanguita...
_ ¡Dale Julieta! no empecés...
_ mirá si mamá trae su juegutito... para dormir tranquila como todas las noches viste, ¿vos querés que ella descanse bien no?
_ No trates de dar vuelta la situación Julieta... Aparte mamá es una mujer hermosa y buena... podría tener pareja en vez de juguete...
_ Tiene sus cosas por ahí, nada serio, y está bien, a ella le gusta estar sola, muchos años estuvo con papá y sabes que la mayoría no fueron buenos...
_ Bueno, pero... vos los viste y... yo también... tenían relaciones...
_ ¡Ay Julian!.. ¿Cuánto duraban esos polvos? ¿tres minutos?
_ Bueno Juli no sé si es para hablarlo tanto...
_ NO!, dale Julian, hablemos dos segundos en serio sin tabúes. Vos sabés que papá engañaba a mamá, hacía eso con ella porque quería "cumplir", pero eso no era cumplir, eso no era sexo. Era un tipo que cuando no veía a la otra pelotuda se quedaba en casa para sacarse la leche, entonces no, vos porque lo defendes...
_ No lo defiendo, pero siempre pensé que capaz volvían... nunca lo ví de esa manera que decís vos...
_ Y no nene, si no te ponés en los zapatos de ella un segundo... Igual mejor que no vuelvan, ella es más feliz así, que recupere el tiempo perdido
_ Sí, tenés razón... Igual que bajón, tres minutos de algo mecánico y robótico, ¡y a veces menos!
_ ¡Ah! ¡¿viste pajero?! que atención que le prestabas eh...
_ NO, no, sólo que me llamaba la atención...
_ ¿Te hacías la paja con eso que veías?
_ ¡Julieta! no... me gustaba más ella cuando estaba sola... que se yo
_ Bueno, ojo hoy eh, que no se te vayan mucho los ojos.
Nuestra madre avisó que estaba abajo así que fui yo a abrir; estaba simple pero hermosa, un pequeño bolso, calzas y musculosa blanca. Venía del gimnasio. Nos abrazamos y en el ascensor íbamos poniéndonos al día, abrazó a Julieta. Mi madre es una mujer petisa, naturalmente tiene piernas grandes y un culo gordo con anchas caderas, pero el gimnasio le habían dado una muy buena forma; era algo rellenita y sus tetas también eran grandes, ya no las ocultaba como antes, ahora usaba las remeras ajustadas, o escotadas, no importaba, se notaba un corpiño del mismo color. Pidió bañarse porque había estado todo el día afuera y el gym no lo tenía previsto. Al salir de la ducha mamá ya estaba como en casa, en tanga, era demasiado castigo para mí. No solo eso, tenía una musculosa negra pero de una tela tan fina que no sólo marcaba sus pezones, sino que dejaba traslucir unas areolas marrones gigantes, no llevaba una tanga diminuta, pero sentía que no era su talla, por detrás se le perdía en el culo, por delante formaba un cameltoe perfecto de una concha gordita, no entendía cómo eso no le molestaba; Julieta ya lucía el mismo look pero con una remera más suelta. Se pusieron a terminar la cena ya que nos habíamos atrasado hablando estupideces. Yo llevaba un short que rogaba no me delatara porque de a ratos sentía que se me empezaba a hinchar la verga. Mientras yo estaba en silencio escuchándolas hablar de todo, Julieta se puso a elogiarla por el gym y de la nada le apretaba las piernas y hasta el culo.
_ ¿Viste que buenos cambios tuve?
_ Sí! estás mas dura, tonificada, vení nene, fijate vos
_ Sí, fijate lo bien que está tu madre
Para ellas parecía algo normal, para mí era una prueba de fuego, mi madre de pie y de espalda. Toqué sus piernas y mientras subía tragué saliva, toqué tímidamente su culo, algo de celulitis producto de la naturaleza misma, luego me animé y apreté un par de veces. La mirada morbosa y atenta de Julieta, le apreté la otra nalga cuando mi madre irrumpió.
_ ¡Ah! se ve que te gustaron los resultados eh
Ambas se rieron a carcajadas y yo me puse rojo, no sabía qué decir. "Te jodo nomás nene" me dijo mi madre, cuando pasó un rato Julieta pasó por al lado mio y me susurró al odio "Que pajero que sos, ¿viste?" . Cenamos y tomamos vino, al final sí nos dormimos los tres en la misma cama, yo en bóxer y ellas como estaban, ya no me importaba disimular si tenía o no una erección, creo que a ellas tampoco les molestaba. Cuando me desperté no estaban, me habían despertado ruidos del baño, se escuchaban risas y luego la ducha; no entendía nada. Tardaban bastante, se me dió por revisar el cajón de Juli y no estaba el vibrador, tenía una sospecha pero no podía ser, era imposible. Traté de calmarme, una erección asomaba, al abrir otro cajón ahí estaba, pero de todas maneras implicaba que había sido utilizado, o eso pensaba yo.
Al salir del baño ambas se las veía muy alegres y seguían charlando pero en voz más baja. Ambas tenían toallones que les rodeaba el cuerpo y otro para el pelo. Me miraron y se rieron, la primera en dirigirse fue Julieta
_ ¡Por fin te despertaste nene! que manera de roncar...
_ ¿Qué pasó? ¿y esos ruidos? se escuchaba como que les dolía algo
_ Jaja, ayudé a mamá a depilarse, y de paso nos duchamos, igual hacíamos esos ruidos para molestarnos , no nos duele...
Siguieron como si no estuviera ahí, ahora se secaban el pelo, luego se libraron del otro toallón, era verdad, mamá tenía la entrepierna libre de cualquier pelo. No entendía porqué se ayudaban o si era algún tipo de ritual íntimo; rápidamente se pusieron tangas, remera y pantalón. Mientras me terminaba mi cigarrillo de desayuno me fui rápido a bañar, también necesitaba descargar. Tal era mi calentura que fue una paja muy rápida, Al salir yo ya estaba vestido y ellas tomando mates los cuales me invitaron. Todos partimos a rumbos diferentes, durante los siguientes días intercambiamos mensajes con Julieta, me molestaba y me decía que chequeara el vibrador de mi madre. Por cierto, era verdad, tenía un vibrador, lo medí, 18x4, pero menos realista que el de Julieta.
Nos juntamos en lo de Julieta a merendar, era sábado así que la merienda se transformó rápidamente en cervezas. Veníamos hablando cosas profundas y de a ratos cosas divertidas hasta que...
_ ¿Viste que me avisaste? Bueno... apenas me avisaste mamá me dijo que iba a aprovechar que estaba sola...
_ Ah... ¿iba a salir?
_ No no, tenía visitas
_ ¿Las amigas?
_ Como te gusta negar eh, y eso que se te vuelan los ratones rápido, no van amigas, va un amigo.
_ ¿Cómo que un amigo?
_ Sí, un amigo, bueno, un amigo con el que hace otras cositas, vos te imaginarás... En la misma casa donde vos andás ahora debe estar ella pasándola lindo...
_ ¡Julieta!
_ Dale, si querés saber más detalles... Te cuento, es un hombre 10 años menos que ella, muy lindo...
_ Bueno Julieta...
_ Y en la cama sabe hacer las cosas... la hace gozar...
_ ¡Bueno basta!
_ ¡Bueno! pensé que te gustaba saber... estás muy tenso como para algo que sé que te gusta
Julieta agarró mi rodilla y deslizó su mano hasta llegar a mi entrepierna la cual masajeó hasta empezar a sentir la dureza de mi verga, yo sólo tragaba saliva. Ni bien la tuve dura ella dejó de masajear y se prendió un mucho recostándose en su silla, me miraba y con su pie siguió el masaje. "Tomá, fumate uno así te relajás" prendí un cigarro pero los nervios no se iban, ya quería hacer algo con ella, esta vez quería probar más, para mi mala suerte paró de la nada largando una risita de maldad. "Juli no me hagás esto" le dije con cara de pobrecito, pero ella se paró sacándome la lengua burlonamente. Se paró en la cocina y yo la abracé por detrás.
_ ¿No querés unos mimos Juileta?
_ Mimos sí, otra cosa no sé...
Ella disfrutaba verme rogarle, tanto que llevó su culo contra mi pija y suavemente lo refregaba, yo ya estaba agitado tomándole el abdomen, subí y le apreté sus tetas sin corpiño, amaba que no lo usara. Suspiró fuerte y puso sus manos encima de las mías, se las toqué un rato y ahora me refregaba yo contra su culo. En secó me frenó...
_ Pará, pará... tenemos que hablar Julián, yo sé que se me fue la mano pero ¿qué mierda estamos haciendo?
Ahora se la notaba preocupada de golpe....
_ No sé Juli... pensé que te gustaba...
_ Sí, justamente ese es el problema, que me gusta... Yo te quiero, nos queremos, y no digo que sea malo lo que hicimos porque no jodimos a nadie, pero es raro
_ Mirá Julieta, yo te quiero y me siento cómodo con vos, entiendo lo que decís, pero si logramos mantener las cosas como van, seguir queriéndonos, pero poder disfrutar... El otro día sólo con chupármela me dejaste loco, y creo que vos también la pasaste bien, creo que tenemos química para la cama...
_ Sí que la pasé bien, y obvio tenemos química, pero no deja de ser una locura. No sólo me hiciste acabar, me trataste bien, me mimaste... Pero no sé, encima la primera vez que trago y fue con vos, no dejo de pensar en todo, pero también todo me gustó, si era por mí ese mismo día seguíamos...
_ Y es lo que te propongo... dejemos que todo siga como tenga que seguir, usemos forro, vayamos probando cosas...
_ Obvio que vamos a usar forro... dejame pensar... ¿podemos salir a tomar algo? necesito aire
Fuimos a un bar donde tocaba una banda, la pasamos bien y nos reímos bastante, por esas casualidades terminamos charlando un grupo de personas agradables, intercambiamos teléfonos y nos fuimos. Ya en el departamento nos duchamos tranquilos, con el ventanal se sentó a fumar, estaba la luz apagada, estábamos en penumbras, me senté a su lado. No era muy tarde, servimos una cerveza más, no era que estuvieramos incómodos, pero sí había muchos silencios y ninguno de los dos decía demasiado. Por mi parte elegí ir a acostarme, entendía que quizá ella necesitaba estar sola.
Al rato sentí sus pasos, yo estaba boca abajo y para mi sorpresa sentí que se subió a la cama y se sentó arriba mio. Empezó a masajear mi espalda, lo necesitaba, su toque era especial, la primera vez que plegó su torso sobre mí sentí que no traía remera, sus tetas se agolpaban sobre mi espalda. Pasó por mis piernas, brazos, lo hacía bastante bien para alguien que no había aprendido en ningún lugar; masajeó mis glúteos. Su primer ataque fue besarme la espalda, luego morder mi culo y lentamente quitarme el bóxer, yo simplemente yacía en el lugar, esperando cada movimiento de ella. Casi como su juguete me quedé mientras ella apretaba mi culo, lo abría, separaba ambas nalgas; su curiosidad era grande así que podía esperar cualquier cosa. Con un dedo me hacía círculos en el ano, lo estimulaba con delicadeza; yo suspiraba, me gustaba; no me esperé lo siguiente, hundió su boca en mi culo y comenzó a lamer, jamás me lo había chupado y esa sensación me volvía loco; cada tanto un chirlo. Lo escupió y de a poco quiso meter un dedo, quizá por los nervios no pudimos de una pero se levantó y agarró un gel, sabía lo que venía pero estaba totalmente entregado a la experiencia.
Con un forro en un dedo y mucho lubricante ya no tuvo oposición para meterme un dedo y robarme el primer gemido, con ese dedo entraba y salía. Así estuvo un rato, se pausó unos minutos y yo no quería mirar simplemente para sorprenderme. Escuché algunos ruidos y de repente una punta sobre mi ano, sí, tenía un juguete, pero no era cualquier consolador, era uno con arnés. Ella era mi penetradora y de a poquito pero con mucha fluidez logró penetrarme para cogerme primero despacio y luego con muchas ganas. Un chirlo y una orden "levantate putita, ponete contra la pared" obedecí y puse las manos contra la pared. Ahora esa cogida iba acompañada de una buena paja, así unos minutos hasta que le pedí que pare, era mi turno. De manera torpe y como pude me puse un forro, una vez bien colocado la miré; ya esperaba con las piernas abiertas en la cama, totalmente agitada, con una cara de excitación que no la había visto jamás. No hubo tiempo de cariño, esta vez era más salvaje la cosa, una vez encima de ella me encerró con piernas y brazos como parecía le gustaba a ella, una vez mi pija adentro de su concha sentí algo maravilloso, mojada, empapada, caliente, apretada. Sin importarnos nada gemíamos como salvajes, ella pedía que la coja, yo obedecía hasta que en un abrazo fuerte me inmovilizó mientras ella se arqueó para atrás y así acabar, estuvimos no más de cinco minutos así, fuerte, rápido, sin más que pedir acabé, ella hizo una contracción con su vagina que dejó mi pija atrapada hasta que no me quedó una gota más por eyacular, como si supiera que me había dejado seco. Ambos agitados, riéndonos de los gritos que habíamos largado y sin importarnos. Habíamos avanzado un casillero más, estábamos felices, pero más me sorprendía su morbo, sus ganas de dominar y culminar siendo cogida. Le hice un nudo al forro y lo tiré, mi pidió los cigarrillos y en silencio fumamos nuevamente. Algo me quería decir y se lo contenía....
No tardó mucho en retorcerse y gemir fuerte con espasmos para quedar relajada. Me acerqué con nervios y mi tiré encima de ella, me abrazó con piernas y brazos, tenía vía libre. Me dió un beso de lengua espectacular, no quise perder tiempo y le chupé las tetas, cada una, masajeándolas. En un susurro que denotaba desesperación me exigió "¡Chupamela! ¡Por favor! ¡Chupame la concha ya Juli!". Me paré y rápidamente me deshice de su tanga, ver su entrepierna mojada y depilada era una invitación a quedarse a vivir ahí. Fui directo al clítoris, se lo chupaba de las maneras que ella indicaba y pedía, estaba a su control, era su juguete; no tardó en pedirme que le metiera no uno, sino dos dedos y hacerle un movimiento como gancho a medida que chupaba y trataba de tocar sus tetas. Sentí unas contracciones en su vagina que coincidieron con un gemido fuerte y el arqueo de su espalda. Minutos después pasó lo mismo hasta que, como yo lo hice, ella también pidió que parara. Estaba agitada, colorada, ni siquiera quería abrir los ojos, me recosté a su lado y ella en un momento tierno se recostó encima mio.
Pasado el momento y sentados en la cama fumamos con el cenicero de por medio. Más tarde vendría mamá y debíamos estar bañados y listos. Se la notaba muy relajada, quizá solo necesitaba eso, un rato de sexo. Estuvimos un buen rato hablando estupideces y riéndonos hasta que en un momento ella retomó la charla.
_ Gracias Juli...
_ ¿Por?
_ Por todo el cariño, por el ratito que me diste recién, me hizo bien...
_ No Juli, gracias a vos, no quiero ser irrespetuoso... pero... ¡Que bien la chupas! te juro que nunca me la habían chupado así...
_ ¡Jajajaja! Suelen decirme eso... Che Juli, hay algo que no te dije por vergüenza...
_ ¿Qué Jesi?
_ Nunca tragué... nunca me habían acabado en la boca, pero si la primera vez tenía que ser especial.... fue especial... Y me gustó
_ ¿En serio? wow, parecía que ni problemas tenías, ¡encima tragaste de una!
_ Bueno, mejor ni pensarlo, sino una se tira para atrás, jaja... Igual... parecía que habías acabado un monton...
Seguimos riendo y nos bañamos, hicimos unas compras para la comida y compramos un par de vinos, también más cigarrillos. Aprovechamos para caminar y tomar algo de aire, ya al volver al departamento decidimos que íbamos a cocinar temprano para no andar a las corridas, queríamos tener todo listo para la cena, pero Juli era incansable a la hora de querer molestar e incomodar....
_ ¿Viste que se queda mamá a dormir?
_ ¡¿Qué?!
_ Sí, se queda mañana tiene que hacer unas cosas por acá cerca así que le viene bien...
_ Pero.... ¿Cómo hacemos para dormir?
_ ¡Boludo! tengo una cama de dos plazas, y mirá lo que somos los tres, entramos re bien... aparte, no creo que te moleste dormir con dos mujeres en tanguita...
_ ¡Dale Julieta! no empecés...
_ mirá si mamá trae su juegutito... para dormir tranquila como todas las noches viste, ¿vos querés que ella descanse bien no?
_ No trates de dar vuelta la situación Julieta... Aparte mamá es una mujer hermosa y buena... podría tener pareja en vez de juguete...
_ Tiene sus cosas por ahí, nada serio, y está bien, a ella le gusta estar sola, muchos años estuvo con papá y sabes que la mayoría no fueron buenos...
_ Bueno, pero... vos los viste y... yo también... tenían relaciones...
_ ¡Ay Julian!.. ¿Cuánto duraban esos polvos? ¿tres minutos?
_ Bueno Juli no sé si es para hablarlo tanto...
_ NO!, dale Julian, hablemos dos segundos en serio sin tabúes. Vos sabés que papá engañaba a mamá, hacía eso con ella porque quería "cumplir", pero eso no era cumplir, eso no era sexo. Era un tipo que cuando no veía a la otra pelotuda se quedaba en casa para sacarse la leche, entonces no, vos porque lo defendes...
_ No lo defiendo, pero siempre pensé que capaz volvían... nunca lo ví de esa manera que decís vos...
_ Y no nene, si no te ponés en los zapatos de ella un segundo... Igual mejor que no vuelvan, ella es más feliz así, que recupere el tiempo perdido
_ Sí, tenés razón... Igual que bajón, tres minutos de algo mecánico y robótico, ¡y a veces menos!
_ ¡Ah! ¡¿viste pajero?! que atención que le prestabas eh...
_ NO, no, sólo que me llamaba la atención...
_ ¿Te hacías la paja con eso que veías?
_ ¡Julieta! no... me gustaba más ella cuando estaba sola... que se yo
_ Bueno, ojo hoy eh, que no se te vayan mucho los ojos.
Nuestra madre avisó que estaba abajo así que fui yo a abrir; estaba simple pero hermosa, un pequeño bolso, calzas y musculosa blanca. Venía del gimnasio. Nos abrazamos y en el ascensor íbamos poniéndonos al día, abrazó a Julieta. Mi madre es una mujer petisa, naturalmente tiene piernas grandes y un culo gordo con anchas caderas, pero el gimnasio le habían dado una muy buena forma; era algo rellenita y sus tetas también eran grandes, ya no las ocultaba como antes, ahora usaba las remeras ajustadas, o escotadas, no importaba, se notaba un corpiño del mismo color. Pidió bañarse porque había estado todo el día afuera y el gym no lo tenía previsto. Al salir de la ducha mamá ya estaba como en casa, en tanga, era demasiado castigo para mí. No solo eso, tenía una musculosa negra pero de una tela tan fina que no sólo marcaba sus pezones, sino que dejaba traslucir unas areolas marrones gigantes, no llevaba una tanga diminuta, pero sentía que no era su talla, por detrás se le perdía en el culo, por delante formaba un cameltoe perfecto de una concha gordita, no entendía cómo eso no le molestaba; Julieta ya lucía el mismo look pero con una remera más suelta. Se pusieron a terminar la cena ya que nos habíamos atrasado hablando estupideces. Yo llevaba un short que rogaba no me delatara porque de a ratos sentía que se me empezaba a hinchar la verga. Mientras yo estaba en silencio escuchándolas hablar de todo, Julieta se puso a elogiarla por el gym y de la nada le apretaba las piernas y hasta el culo.
_ ¿Viste que buenos cambios tuve?
_ Sí! estás mas dura, tonificada, vení nene, fijate vos
_ Sí, fijate lo bien que está tu madre
Para ellas parecía algo normal, para mí era una prueba de fuego, mi madre de pie y de espalda. Toqué sus piernas y mientras subía tragué saliva, toqué tímidamente su culo, algo de celulitis producto de la naturaleza misma, luego me animé y apreté un par de veces. La mirada morbosa y atenta de Julieta, le apreté la otra nalga cuando mi madre irrumpió.
_ ¡Ah! se ve que te gustaron los resultados eh
Ambas se rieron a carcajadas y yo me puse rojo, no sabía qué decir. "Te jodo nomás nene" me dijo mi madre, cuando pasó un rato Julieta pasó por al lado mio y me susurró al odio "Que pajero que sos, ¿viste?" . Cenamos y tomamos vino, al final sí nos dormimos los tres en la misma cama, yo en bóxer y ellas como estaban, ya no me importaba disimular si tenía o no una erección, creo que a ellas tampoco les molestaba. Cuando me desperté no estaban, me habían despertado ruidos del baño, se escuchaban risas y luego la ducha; no entendía nada. Tardaban bastante, se me dió por revisar el cajón de Juli y no estaba el vibrador, tenía una sospecha pero no podía ser, era imposible. Traté de calmarme, una erección asomaba, al abrir otro cajón ahí estaba, pero de todas maneras implicaba que había sido utilizado, o eso pensaba yo.
Al salir del baño ambas se las veía muy alegres y seguían charlando pero en voz más baja. Ambas tenían toallones que les rodeaba el cuerpo y otro para el pelo. Me miraron y se rieron, la primera en dirigirse fue Julieta
_ ¡Por fin te despertaste nene! que manera de roncar...
_ ¿Qué pasó? ¿y esos ruidos? se escuchaba como que les dolía algo
_ Jaja, ayudé a mamá a depilarse, y de paso nos duchamos, igual hacíamos esos ruidos para molestarnos , no nos duele...
Siguieron como si no estuviera ahí, ahora se secaban el pelo, luego se libraron del otro toallón, era verdad, mamá tenía la entrepierna libre de cualquier pelo. No entendía porqué se ayudaban o si era algún tipo de ritual íntimo; rápidamente se pusieron tangas, remera y pantalón. Mientras me terminaba mi cigarrillo de desayuno me fui rápido a bañar, también necesitaba descargar. Tal era mi calentura que fue una paja muy rápida, Al salir yo ya estaba vestido y ellas tomando mates los cuales me invitaron. Todos partimos a rumbos diferentes, durante los siguientes días intercambiamos mensajes con Julieta, me molestaba y me decía que chequeara el vibrador de mi madre. Por cierto, era verdad, tenía un vibrador, lo medí, 18x4, pero menos realista que el de Julieta.
Nos juntamos en lo de Julieta a merendar, era sábado así que la merienda se transformó rápidamente en cervezas. Veníamos hablando cosas profundas y de a ratos cosas divertidas hasta que...
_ ¿Viste que me avisaste? Bueno... apenas me avisaste mamá me dijo que iba a aprovechar que estaba sola...
_ Ah... ¿iba a salir?
_ No no, tenía visitas
_ ¿Las amigas?
_ Como te gusta negar eh, y eso que se te vuelan los ratones rápido, no van amigas, va un amigo.
_ ¿Cómo que un amigo?
_ Sí, un amigo, bueno, un amigo con el que hace otras cositas, vos te imaginarás... En la misma casa donde vos andás ahora debe estar ella pasándola lindo...
_ ¡Julieta!
_ Dale, si querés saber más detalles... Te cuento, es un hombre 10 años menos que ella, muy lindo...
_ Bueno Julieta...
_ Y en la cama sabe hacer las cosas... la hace gozar...
_ ¡Bueno basta!
_ ¡Bueno! pensé que te gustaba saber... estás muy tenso como para algo que sé que te gusta
Julieta agarró mi rodilla y deslizó su mano hasta llegar a mi entrepierna la cual masajeó hasta empezar a sentir la dureza de mi verga, yo sólo tragaba saliva. Ni bien la tuve dura ella dejó de masajear y se prendió un mucho recostándose en su silla, me miraba y con su pie siguió el masaje. "Tomá, fumate uno así te relajás" prendí un cigarro pero los nervios no se iban, ya quería hacer algo con ella, esta vez quería probar más, para mi mala suerte paró de la nada largando una risita de maldad. "Juli no me hagás esto" le dije con cara de pobrecito, pero ella se paró sacándome la lengua burlonamente. Se paró en la cocina y yo la abracé por detrás.
_ ¿No querés unos mimos Juileta?
_ Mimos sí, otra cosa no sé...
Ella disfrutaba verme rogarle, tanto que llevó su culo contra mi pija y suavemente lo refregaba, yo ya estaba agitado tomándole el abdomen, subí y le apreté sus tetas sin corpiño, amaba que no lo usara. Suspiró fuerte y puso sus manos encima de las mías, se las toqué un rato y ahora me refregaba yo contra su culo. En secó me frenó...
_ Pará, pará... tenemos que hablar Julián, yo sé que se me fue la mano pero ¿qué mierda estamos haciendo?
Ahora se la notaba preocupada de golpe....
_ No sé Juli... pensé que te gustaba...
_ Sí, justamente ese es el problema, que me gusta... Yo te quiero, nos queremos, y no digo que sea malo lo que hicimos porque no jodimos a nadie, pero es raro
_ Mirá Julieta, yo te quiero y me siento cómodo con vos, entiendo lo que decís, pero si logramos mantener las cosas como van, seguir queriéndonos, pero poder disfrutar... El otro día sólo con chupármela me dejaste loco, y creo que vos también la pasaste bien, creo que tenemos química para la cama...
_ Sí que la pasé bien, y obvio tenemos química, pero no deja de ser una locura. No sólo me hiciste acabar, me trataste bien, me mimaste... Pero no sé, encima la primera vez que trago y fue con vos, no dejo de pensar en todo, pero también todo me gustó, si era por mí ese mismo día seguíamos...
_ Y es lo que te propongo... dejemos que todo siga como tenga que seguir, usemos forro, vayamos probando cosas...
_ Obvio que vamos a usar forro... dejame pensar... ¿podemos salir a tomar algo? necesito aire
Fuimos a un bar donde tocaba una banda, la pasamos bien y nos reímos bastante, por esas casualidades terminamos charlando un grupo de personas agradables, intercambiamos teléfonos y nos fuimos. Ya en el departamento nos duchamos tranquilos, con el ventanal se sentó a fumar, estaba la luz apagada, estábamos en penumbras, me senté a su lado. No era muy tarde, servimos una cerveza más, no era que estuvieramos incómodos, pero sí había muchos silencios y ninguno de los dos decía demasiado. Por mi parte elegí ir a acostarme, entendía que quizá ella necesitaba estar sola.
Al rato sentí sus pasos, yo estaba boca abajo y para mi sorpresa sentí que se subió a la cama y se sentó arriba mio. Empezó a masajear mi espalda, lo necesitaba, su toque era especial, la primera vez que plegó su torso sobre mí sentí que no traía remera, sus tetas se agolpaban sobre mi espalda. Pasó por mis piernas, brazos, lo hacía bastante bien para alguien que no había aprendido en ningún lugar; masajeó mis glúteos. Su primer ataque fue besarme la espalda, luego morder mi culo y lentamente quitarme el bóxer, yo simplemente yacía en el lugar, esperando cada movimiento de ella. Casi como su juguete me quedé mientras ella apretaba mi culo, lo abría, separaba ambas nalgas; su curiosidad era grande así que podía esperar cualquier cosa. Con un dedo me hacía círculos en el ano, lo estimulaba con delicadeza; yo suspiraba, me gustaba; no me esperé lo siguiente, hundió su boca en mi culo y comenzó a lamer, jamás me lo había chupado y esa sensación me volvía loco; cada tanto un chirlo. Lo escupió y de a poco quiso meter un dedo, quizá por los nervios no pudimos de una pero se levantó y agarró un gel, sabía lo que venía pero estaba totalmente entregado a la experiencia.
Con un forro en un dedo y mucho lubricante ya no tuvo oposición para meterme un dedo y robarme el primer gemido, con ese dedo entraba y salía. Así estuvo un rato, se pausó unos minutos y yo no quería mirar simplemente para sorprenderme. Escuché algunos ruidos y de repente una punta sobre mi ano, sí, tenía un juguete, pero no era cualquier consolador, era uno con arnés. Ella era mi penetradora y de a poquito pero con mucha fluidez logró penetrarme para cogerme primero despacio y luego con muchas ganas. Un chirlo y una orden "levantate putita, ponete contra la pared" obedecí y puse las manos contra la pared. Ahora esa cogida iba acompañada de una buena paja, así unos minutos hasta que le pedí que pare, era mi turno. De manera torpe y como pude me puse un forro, una vez bien colocado la miré; ya esperaba con las piernas abiertas en la cama, totalmente agitada, con una cara de excitación que no la había visto jamás. No hubo tiempo de cariño, esta vez era más salvaje la cosa, una vez encima de ella me encerró con piernas y brazos como parecía le gustaba a ella, una vez mi pija adentro de su concha sentí algo maravilloso, mojada, empapada, caliente, apretada. Sin importarnos nada gemíamos como salvajes, ella pedía que la coja, yo obedecía hasta que en un abrazo fuerte me inmovilizó mientras ella se arqueó para atrás y así acabar, estuvimos no más de cinco minutos así, fuerte, rápido, sin más que pedir acabé, ella hizo una contracción con su vagina que dejó mi pija atrapada hasta que no me quedó una gota más por eyacular, como si supiera que me había dejado seco. Ambos agitados, riéndonos de los gritos que habíamos largado y sin importarnos. Habíamos avanzado un casillero más, estábamos felices, pero más me sorprendía su morbo, sus ganas de dominar y culminar siendo cogida. Le hice un nudo al forro y lo tiré, mi pidió los cigarrillos y en silencio fumamos nuevamente. Algo me quería decir y se lo contenía....
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