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Un trio en una fiesta

Esto sucedió hace un año cuando tenía 18. Me describo para los que no me conocen. Soy medio alta, 1.71 delgada y blanquita aunque quemada por el sol, cuerpo pequeño. Busto pequeño pero redonditos, culito pequeño pero paradito. Cabello largo y lasio, ojos cafés y una carita tierna de niña inocente.

 

Tengo varios tíos y tías, pero entre ellos destaca una (mi tía Carmela) de la cual soy su favorita por decirlo así. Ella iba organizar una fiesta por parte de su empresa, mis papás no quisieron ir por temas de su trabajo, pero a mi si me dejaron, ya que mi tía me llevaba. Esa noche fui con un vestido de verano mini con tirantes finos color rojo, el cual me quedaba un poco corto y escotado de arriba, por abajo llevaba un calzoncito pequeño color negro, me veía muy bien.

Llegamos a un salón un poco grande, con un jardín muy bonito a sus alrededores. Al llegar varios compañeros de mi tía se acercaron a saludar, más allá de ser educados, lo hicieron para tener un acercamiento conmigo. Estando en la mesa comencé a conversar con uno de ellos, era muy atractivo, alto y con buen físico, de esos hombres que llaman la atención, aún más con lo bien vestido que iba.

 

-Francisco, un gusto. No sabía que Carmela tenía una hija muy guapa.

 

-No, soy su sobrina muchos me confunden con su hija jajaja - Para ser verdad era un poco parecida a mi tía y tomando en cuenta que ella no tenía hijos quizás sea la razón principal por la que me quería mucho- Me llamo Sam, un placer.

 

Estuvimos conversando y después de estarme alagando me invitó a bailar, yo acepté encantada. De vez en cuando colocaba una mano en mi cintura y un poco más abajo, tentandome para ver si le permitía seguir con su juego, y claro que lo hice, incluso me ponía de espaldas a él para sentir su paquete, y vaya que sentía buen paquete jajaja de vez en cuando le lanzaba mis miradas desafiantes y algo provocativas, eso lo alentó para seguir explorando mi cintura, y colocar sus manos a centímetros de mis nalguitas.

Después de estar un rato bailando volvimos a la mesa en donde seguimos conversando, un amigo de él se nos unió a la plática, Rodrigo, igual era muy guapo, aunque no tenía el mismo físico que Francisco, aunque sí era muy simpático.

Los que han leído mi primer relato, saben que me gusta provocar a los hombres y más aún los que tienen su atención en mí. Francisco mantenía su mano sobre mi pierna izquierda desnuda, sus caricias comenzaban a ser efecto en mi, ya que sentía como me humedecia abajo. Rodrigo no tardó en percatarse de ello, a lo que su mano se puso encima de mi pierna derecha, esto me calentaba más y más, el calor se apoderaba de mí y mi corazón iba rápido. Ellos me invitaron a conocer el jardín trasero, era grande y al fondo había un gran árbol donde se podía observar con mayor vista los alrededores, además de que contaba con un columpio muy bonito. Estaba un poco oscuro y solitario. La brisa de la noche comenzaba a subir por abajo de mi vestido, y a consecuencia de lo mojada que estaba, mis pezones comenzaban a poner duros. Francisco se sentó sobre el columpio, me tomó de mi cintura y me sentó sobre él, sintiendo nuevamente ese pene, mientras que Rodrigo me acariciaba mi cabello y mis mejillas.

 

Francisco- Vaya que eres un dulce muy bonito Sam, tranquila, solo relajate. - dijo mientras nuevamente acariciaba mis piernas.

 

Rodrigo me tomó de la mejilla y comenzó a plantarme un beso apasionado, tan solo cerré mis ojos y correspondí el beso dejándome llevar.

 

Francisco- Con este vestido te miras muy bien - dijo mientras yo comenzaba a moverme sobre su pene - vaya que tienes hambre, no muñeca?

 

Rodrigo- Te dije que se veia como una puta, ahora veamos que tan puta es - dijo apartándose de mi y bajando su cierre del pantalón para sacar su pene, era grande y venoso, no tan gruesa pero se veía muy bien.

 

Comencé a mover ese pene y posteriormente pasé mi lengua desde abajo hasta llegar a su glande, y después me lo metí a la boca. Francisco, por otra parte me comenzó a bajar mis tirantes, dejando al descubierto mis pequeños pechos, los cuales comenzó a tocar. Con una mano me masajeaba un seno, mientras que con la otra comenzaba a tocar mi vagina por encima de mi calzoncito. Yo solo emitía pequeños gemidos. Francisco me levantó un poco, solo para poder levantar el vestido y bajar mi ropa interior, dejando así al descubierto mis nalguitas. Pasó su mano para al frente, en busca de mi vagina completamente mojada.

 

Sam- Ay si que rico se siente - decía mientras masturbaba a Rodrigo, y Francisco me penetraba con sus dedos.

 

Francisco- Tranquila putita, sabíamos que esto era lo que querías. Que buenas nalguitas tienes.

 

Rodrigo- Estas flaquita pero estas bien buena, tal y como me gustan.

 

Francisco se levantó para cederle el lugar a Rodrigo, el cual se sentó y dirigiendo su pene a la entrada de mi vagina, me sentó. Mientras que Francisco sacaba su pene, un poco más grande que la de Rodrigo. Tan solo la miré, la tomé con mi delicada manita y me la dirigí a la boca. Y así estábamos, yo sentada siendo penetrada por Rodrigo, mientras le comía el pene a Francisco.

 

Rodrigo- oh si putita, estas bien mojada. Así me gustan las adolescentes, carita de angel y toda una puta.

 

Sam- Aaay aaay sii que rico se siente sii.

 

Entre tanta excitación un orgasmo se apoderó de mi y comencé a correrme. Por el jadeo de Rodrigo supe que ya estaba por terminar, así que me levanté, me puse de frente a él y me agache a su pene para chuparselo, mientras debajo mis piernas sin flexionar y mi culo en pompa. Para facilitarle el acceso a Francisco.

 

Rodrigo- Eso es puta, chupamelo todo, trágatelo puta. - decía mientras descargaba su semen en mi boca y mis mejillas.

 

Francisco aceleraba la velocidad mientras me penetraba, logrando darme otro orgasmo. Sacó su pene y la puso a la altura de mi carita, seña de que estaba por correrse.

 

Francisco- Quiero correrme en tu boquita.

 

Sam- Enserio? Quieres darmelo en mi boquita? Me darás tu semen? - decía mientras ponía cara de niña inocente.

 

Comenzo a llenarme mi boquita de su semen. Después les limpié muy bien sus penes con mi lengua. Se acomodaron su ropa y se fueron. Me quedé un par de minutos ahí arreglando mi vestido y mi cabello, y también para que nadie nos viera juntos.

 

Me metí al baño a darme un retoque y volví al salón, mi tía me estaba esperando y preguntando dónde estaba, solo le dije que había ido a ver el jardín.

Nos quedamos un rato más ahí, tomé unos vasos de refresco, con tal de recuperarme y sacar un poco el olor, algo inútil ya que en el camino aún sentía el sabor de sus penes. La verdad tenía buen sabor en mi boca y aún mejor, sentía su rico semen.

 

Un trio en una fiesta

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