Convirtiéndome en muñeca sexual sissy 004 🤤💋♥️

Jennifer continúa su viaje y su secreto se descubre sin querer, lo que lleva a consecuencias en el futuro.
Me miré al espejo y sonreí para mis adentros: "Bueno, Jenni, definitivamente no hay vuelta atrás".
Me limpié el maquillaje y luego volví tambaleándome al dormitorio hacia mi computadora. Dejé mi vibrador en su lugar y me senté. Ahora que me había corrido y mi excitación había disminuido un poco, hice una mueca cuando el enchufe golpeó la silla, pero me ajusté y encendí mi navegador.
Antes de irme a la cama, encontré el sitio web de una máquina de follar que había visto y había personalizado con algunos archivos adjuntos opcionales. Sin pensarlo más, puse la máquina en el carrito y la encargué. Tardarían unas semanas en llegar, pero ahora estaba seguro de que lo necesitaría. Los enchufes por sí solos no iban a lograrlo.


Cerré las cosas y me metí en la cama. Cogí mis auriculares inalámbricos de la mesita de noche, los encendí y me los puse, la espuma suave se expandió para llenar mis oídos. Abrí mi lista de reproducción nocturna en el reproductor que compré solo para la cama y la comencé. Un ruido blanco sutil llenó mis oídos, mezclándose con mensajes binaurales y subliminales. Estaba diseñado para ser lo suficientemente silencioso y con suficiente ruido blanco para que pudiera dormir, pero aún así reforzaba los otros archivos hipnóticos que había escuchado.
Me puse mi antifaz para dormir, me recosté y me quedé dormido con el tapón aún enterrado en mi agujero y pistas de hipnosis sonando en mis oídos. A pesar de todo, dormí mejor que el año pasado.
Dos semanas después
Mis días transcurrieron de manera bastante similar a ese primer día, solo que con un poco más de tiempo dedicado al entrenamiento y un poco menos al ocio. Me desperté, me tomé las hormonas, me limpié el tapón, me puse un enema, me duché, practiqué el maquillaje, escuché y observé mis hipnos, armé ropa, hice ejercicio, aprendí a caminar y hablar como una niña, y continué. explorar correrse como una niña.
Las únicas diferencias importantes durante las próximas dos semanas fueron que tenía los auriculares puestos casi todo el tiempo y que llegó mi sistema de depilación láser, así que comencé a trabajar en eso. Los auriculares reproducían un archivo de hipnosis activa o un audio subliminal como mis pistas nocturnas mientras hacía mi otro entrenamiento. La depilación comenzó con mi cara, luego bajé por mi cuerpo, dejando un pequeño parche sobre mi jaula, pero quitando todo lo demás debajo del cuello. Afortunadamente, para empezar tenía el cabello bastante claro, pero no te dicen cuánto duele usar láser en tu trasero en el folleto.
Tal vez fueron las hormonas, tal vez fue el hipno, tal vez fueron ambas, pero definitivamente comencé a sentirme más femenina cada día. Mis sesiones nocturnas con el vibrador y los tapones cada vez más grandes ciertamente comenzaron a hacerme sentir menos masculino y, por supuesto, no tener acceso a mi clítoris definitivamente ayudó. Me estaba corriendo, pero todavía me sentía caliente, y no pude evitar querer ser follada.


Finalmente, un sábado, llegó mi máquina, unos días antes. Lo había estado rastreando bastante implacablemente después de su envío, pero el sistema del mensajero era menos que confiable, por lo que llegó inesperadamente. Afortunadamente, el mensajero había llamado con anticipación según mis instrucciones y tuve tiempo de cambiarme antes de que llamaran. Me quité el maquillaje y me puse mi ropa de niño, que se sentía increíblemente extraño después de semanas de usar nada más que ropa de niña, pero iba a tener que mostrar una identificación, así que tenía que coincidir.
Hice que el mensajero pusiera la caja grande en la sala de estar y le di una propina. Me miró un poco raro cuando le entregué el dinero, pero me dio las gracias y se fue. Poco sabía el lindo (¿cuándo comencé a pensar en los chicos como lindos?) El conductor de la entrega que estaba encerrado, enchufado y usando una tanga debajo de mi ropa holgada y monótona. Eso, y estaba a punto de ser jodido por lo que acababa de dejar.


Sonreí tan pronto como la puerta se cerró y prácticamente rompí la caja con mis propias manos. Fue en ese momento que me di cuenta de que todavía tenía largas uñas acrílicas, pintadas de rosa, pegadas a mis dedos. Supongo que sabía por lo que se había equivocado ese repartidor, pero me reí para mis adentros y continué. Abrí el empaque, lo dejé en el piso de la sala y clasifiqué las partes. La máquina vino en algunas piezas, y las llevé arriba a mi habitación de niñas, y las monté en el piso en el lado opuesto de la cama a la puerta.
Primero fue el marco, que tenía ruedas giratorias de bloqueo para facilitar el movimiento y muñequeras y tobillos integrados. Luego vino el banco acolchado y los reposabrazos y piernas; el banco se colocó debajo del estómago para una persona en posición de cuatro patas, con almohadillas para las rodillas y los codos. Lo siguiente fue el conjunto de motor / eje y un brazo articulado diseñado para sostener un vibrador de varita mágica rígidamente en su lugar. La última pieza fue el sistema de control junto con los cables asociados.


No era exactamente un mago con herramientas, pero la máquina y el marco fueron diseñados para deslizarse en gran medida juntos, con solo unos pocos pernos para evitar el movimiento que se aprieta fácilmente con la llave incluida. Era como si IKEA hiciera muebles para follar.
Un poco más compleja era la caja de control, pero afortunadamente yo era bastante bueno con la electrónica. Había dos haces de cables que iban al conjunto del motor, uno para la alimentación y otro para los controles. Agarré la varita mágica que había comprado específicamente para este equipo y la puse en su soporte, luego la conecté al ensamblaje del motor. Cerré la puerta del enchufe y lo selló de los elementos y evité que se soltara. El conjunto del motor tenía una fuente de alimentación variable que podía controlar la velocidad del motor en el vibrador. Pensaron en TODO.
Los otros cables de la caja de control eran un cable que iba a una caja con diales para variar la velocidad de los motores y vibrar manualmente junto con botones para variar la profundidad, y un cable USB que iba a mi computadora portátil. El manual no entraba en muchos detalles, pero básicamente la caja de control podría interactuar con una computadora usando algunas entradas básicas que variarían la velocidad y profundidad de la follada, la velocidad del vibrador e incluso el sistema de lubricación automática en el conjunto del motor. La computadora también podía controlar las cerraduras de los puños incorporados, lo cual era muy importante para el uso personal.


Agarré uno de los consoladores que había ordenado para la máquina, uno en el lado más delgado ya que no tenía mucha experiencia con él, y lo instalé. Llené el depósito de lubricante con una botella entera de lubricante como se indica, y luego lo enchufé. Lo encendí, esperé un momento a que se iluminara la luz de listo y luego subí el maldito dial lentamente. El motor cobró vida con un zumbido y el consolador comenzó a moverse hacia adelante y hacia atrás suavemente. Subí la velocidad hasta la cima, que era una velocidad realmente terriblemente vigorosa, y probé los controles de profundidad.
Probé el control de vibración, sosteniendo mi mano sobre la cabeza mientras corría a través de las velocidades. Me impresionó lo suaves que eran ambos controles, ¡y ni siquiera había llegado a la parte elegante todavía!
Agarré mi computadora portátil y enchufé el cable USB, esperando a que detecte el controlador y luego inicié el software que me proporcionaron. El software tenía incorporadas algunas rutinas básicas, variando la velocidad, profundidad y vibración. También viene con una función de programación que permite al usuario programar en sus propias rutinas y la capacidad de sincronizarse con otro software. Había tenido tiempo para jugar con el software, así que había aprendido un poco sobre cómo integrarme con otros programas y se me habían ocurrido algunas rutinas.


Encendí una de las rutinas preprogramadas para probar cosas y observé con deleite cómo corría a través de los pasos. Luego probé el mecanismo de bloqueo, bloqueándolo y desbloqueándolo manualmente, luego probé un bloqueo de tiempo corto. Todo funcionó como se esperaba y estaba encantado de poder probarlo.
Me quité la ropa desagradable de chico que solo me había quedado por si me ensuciaba y luego me dirigí al baño. Me di otra ducha de enema y limpié mi enchufe, luego me dirigí de nuevo al dormitorio, desechando mi ropa vieja.
Abrí mi computadora portátil nuevamente y me aseguré de que estuviera conectada al cargador antes de pasar a mi nuevo juguete. Usé el botón manual del dispensador de lubricante y unté una cantidad saludable por todo el consolador y en mi agujero. Me limpié las manos, luego monté la máquina y me deslicé hacia atrás hasta que estaba en su lugar y el consolador estaba en la entrada de mi agujero. Me moví un poco hacia adelante y ajusté el motor hacia adelante y luego retrocedí, ahora con el consolador comenzando a empujar en mi agujero.


Me moví un poco y el consolador entró en mí, empujándose hacia mi agujero fácilmente siendo más pequeño que mi último tapón. Luego ejecuté la rutina de calibración en el programa de control del juguete en mi computadora portátil. Empujó lentamente el consolador hasta que alcanzó su máxima profundidad, haciéndome gemir. Cuando alcanzó su máximo, ajusté la posición del ensamblaje del motor nuevamente, moviéndolo hacia adentro hasta que estaba tan lejos como me sentía cómodo. Ahora la máquina tenía una profundidad mínima y máxima y sabía exactamente hasta dónde podía llegar para follarme. Cosas realmente impresionantes.
Comencé una maldita rutina constante mientras me acostumbraba a la forma en que se movía la máquina. Cada vez que sentía que tenía problemas para empujarme, la caja de control detectaba el cambio y aplicaba más lubricante, lo que hacía que volviera a moverse con más suavidad. Tenía un sistema de seguridad integrado que se activaba si detectaba demasiada resistencia, lo cual era bueno. Lo dejé actuar durante unos 10 minutos, lentamente, no lo suficiente para hacer mucho, luego lo aceleré un poco. Eso se sintió genial, y no había alcanzado ni cerca del máximo.
Dejé el puto movimiento y salí de la máquina. Agarré una botella de agua, tomé unos tragos, luego tomé una mordaza de bola perforada de mi baúl de juguetes y la até alrededor de mi cabeza. Me recogí el pelo y lo estiré un poco antes de volver a montar la máquina.
Sabía que probablemente debería esperar, pero no pude evitarlo, así que volví a meter el consolador en mi agujero y luego busqué la computadora. Configuré el bloqueo de tiempo en 90 minutos y utilicé una rutina básica preprogramada llamada "burlarse". Ajusté el soporte para la vibración para que se presionara un poco más contra mi jaula, luego presioné el botón de inicio en la computadora. Ahora disponía de 3 minutos para ponerme en posición y cerrar los puños. Cerré ambos tobillos y me aseguré de que estuvieran cómodos, luego puse mis muñecas en sus puños. El brazalete de la mano derecha estaba arreglado para cerrarse solo cuando presioné lo suficiente, así que una vez que mi brazo estuvo dentro, se cerró.


El temporizador de inicio se agotó y escuché hacer clic en las 4 cerraduras y los controles se indicaron en verde. El sonido de las cerraduras me hizo gemir, y pude sentir mi clítoris temblar y gotear. El primer gemido fue seguido rápidamente por otro gemido más grande cuando la máquina comenzó a follarme.
Comenzó lentamente al principio, solo sondeándome suavemente, pero se aceleró lentamente. La máquina inició un ritmo constante y luego la vibración se activó, haciéndome temblar. El consolador y la vibración funcionaron al unísono, comenzando a volverme loco casi de inmediato, pero sin lograr un orgasmo. Supongo que ahora sabía lo que significaba "bromear".
Cerré los ojos después de unos momentos y dejé que los sentimientos sucedieran. No tenía ningún archivo de hipnosis reproduciéndose, pero aun así me sentí en una especie de estado de trance mientras estaba follado, no del todo a la deriva, pero aún entrando en la zona. Seguí acercándome a correrme, pero nunca lo hice del todo, provocando más gemidos de frustración en mí.


Este estado duró aproximadamente 45 minutos de mi sesión de 90 minutos, la máquina me dio más lubricante ocasionalmente, pero por lo demás avanzó de manera constante. Sin embargo, fue en esa marca de 45 minutos cuando un ruido inesperado me despertó de mi estado de trance. La primera vez que sucedió realmente no lo escuché, pero fue suficiente para despertarme. La segunda vez, sin embargo, no tuve problemas para identificar qué era: el timbre de la puerta.
Estaba a la mitad de una sesión cerrada de 90 minutos y ahora sonaba el timbre. Escuché y sonó de nuevo, luego se detuvo. Tal vez hubo otra entrega que me había olvidado y se rindieron. Probablemente eso fue todo.
Entonces mi corazón se detuvo cuando escuché la inconfundible voz de mi mejor amiga Mandi, "¿Hola? ¿Hola? John, ¿estás aquí?"