Hola a todos y todas, hoy os contaré mi quinto relato: soy una mujer de 45 años, casada, con 2 preciosas hijas, soy una mujer la verdad normalita, aunque me gusta cuidarme, soy de cabello castaño claro y lacio, piel blanquita, ojos miel, mido 1.68cm y peso 69kg.
Hoy quiero contaros cómo sigue:
Salimos de la habitación los dos juntos, mi boquita todavía sabía a semen y sabía super rico y no quería que se me quitara, al llegar al comedor los niños (mis hermanos) estaban en la mesa esperando la comida, se quedaron mirándome pero no dijeron nada, pues yo no dije nada y fui a calentar la comida, la serví y los cuatro nos pusimos a comer. Era viernes pues después de comer no mandé a los niños ha hacer las tareas pues siempre las hacían los domingos. Nos pusimos a charlar de cosas varias en el café de después de comer. Papá se levantó y dijo:
- vamos pequeña que te tengo que compensar por lo de ahora - dijo mirándome
No dije nada, los niños se quedaron mirándome, me levanté y fui a la habitación detrás de papá, eché un vistazo a los niños antes de entrar y estaban a lo suyo viendo la TV.
Papá cerró la puerta tras de mí, yo me le quedé mirando:
- Te tengo que compensar y lo haré, me vino bien descargar venía estresado - me dijo desnudándose
+ ¿Cómo quieres que me ponga? - le dije contemplandole
- hoy probaras algo nuevo ponte a cuatro - me dijo sonriendo
Me desnudé rauda y me puse como mi esposo me ordenó, y él se puso detrás mia de pie, no lo veía pues estaba con la cara en la almohada pero no sentí subirse a la cama. De repente... sentí un "chas" y en ese mismo momento un dolor en mis nalgas que me hizo caer en la cama, al voltear la cabeza vi a papá con un cinto con el cual me había nalgueado:
- ¿Te gusto amor? - me preguntó preparando otra descarga
+ Si cariño, si s ti te gusta yo lo aceptaré y me complacerá - le dije preparándome para recibir el siguiente
Acto seguido volví mi cara contra la almohada y papá volvió a descargar en mis nalgas con el cinturón, yo ahogaba los gritos en la almohada, sin que se escucharan mis gritos. Sentía mis nalgas rojas, ardiendo doloridas pero ahí aguantaba yo por mi marido, me volví a levantar y le ofrecí de nuevo mis nalgas para un nuevo golpe, mis piernas me temblaban, pero debía complacerlo. Papá empezó a golpear mis nalgas seguido conté unos 4 golpes más, sólo se escuchaba el chasquear del cinto en mis nalgas, dios que dolor sentía pero sinceramente, estaba bien sabiendo que eso le agradaría. Papá tiró el cinto al suelo, una parte de mi sintió alivio, la otra excitación. Papá se sentó y empezó a acariciar mis nalgas seguramente ya moradas, se sentía tan rico, esa suavidad con la que papá comprobaba mis marcas. Estaba en la gloria, sintiendo las manos de papá en mis nalgas ardientes. De repente me dio una nalgada fuerte diciendo "qué rico culo" a lo que yo respondía es tuyo amor, sólo tuyo". Papá empezó a nalguearme fuerte y después de cada nalgada me acariciaba, placer y dolor, me tranquilizaba y me daba otra nalgada. Mm. En una de esas mis piernas me fallaron y caí en la cama, papá como si nada siguió a lo suyo, yo como pude me recompuse y me puse a cuatro:
- Vaya amor, mamá ya no aguantaría - me dijo acariciándome
Yo no dije nada, estaba concentrada en la siguiente nalgada y así fue pero está vez fuertísima, me arrancó unas lágrimas, volví a caer y me volví a levantar. Papá se puso detrás mia y con las mismas manos que me habida golpeado empezó a acariciarme la vagina. Mi vagina reaccionó inmediatamente y una escalofrío recorrió mi cuerpo de tal forma que arqueé la espalda y solté un gemido que inundó la habitación. Papá empezó a meterme dos dedos, mis fluidos ayudaban a dicha tarea a papá. Dios era tan rico sentir esos dedos dentro de mi...
Papá siguió con su tarea metiendo el tercer dedo ya no lo aguanté y caí abriendo mis piernas dejando mi vagina expuesta a mi marido. Empezó con movimientos más rápidos mis orgasmos empezaron a salir uno tras otro, así pues mi papá metió el cuarto, le costó pero forzó para que entrara y vaya si entró. Papá metía y sacaba los dedos y de pronto los metió hasta lo más hondo de mi vagina y empezó ha hacer círculos dentro, una explosión de orgasmo volvió a mi cuerpo, yo boca abajo con las piernas abiertas me retorcía de placer. Papá al verme no esperó, se tumbó sobre mí y apuntó su pene contra mi vagina y de una la metió: Ahhhh dios la necesitaba ya dentro - de me escapó
Papá empezó a embestir con muchísima fuerza, la cama se movía cual terremoto, nuestros gemidos inundaban la habitación. Dios que placer, con cada embestida fuerte de papá me hacía chorrear, notaba las sábanas totalmente empapadas de mi flujo. Papá seguía y seguía con sus embestidas cual toro de Lidia, yo, apoyada con la cara en la almohada, me retorcía, gritaba, mordía la almohada no araba de venirme. Papá estuvo unos 20 minutos con embestidas fuertes, mi vagina estaba deseosa de recibir su dulce néctar, pero papá tenía otros planes. De repente la sacó y empezó a bufar mientras sus trallazos caían sobre mi espalda, tan calentita se sentía, tan rico... Me recompuse como pude y empecé a lamerle el pene cual perra en celo, para dejárselo limpio y así hice, recorría con la punta de la lengua desde la punta del pene hasta los testículos, recogiendo cada gota de su dulce néctar mezclado con mis fluidos, sabía tan rico...
Papá cayó rendido en la cama, yo estaba exhausta pero no podía caer pues estaba toda mi espalda regada con el semen de mi marido, de papá. Fui a la ducha, salí desnuda de la habitación, obviamente mis niños (hermanos) habían oído salvaje cogida que me había metido papá pero me daba igual, iba caminando al baño cuando mi hermano se volteó, me vio denuda pero no le di importancia, cosa que después me arrepentiría, me duché y volví con mi hombre, caí redonda y dormí abrazada con mi marido, con papá.
Espero que os haya gustado, subiré el próximo no sé si el siguiente capítulo u otra andanza de mi vida, os leo en los comentarios
Besos
Hoy quiero contaros cómo sigue:
Salimos de la habitación los dos juntos, mi boquita todavía sabía a semen y sabía super rico y no quería que se me quitara, al llegar al comedor los niños (mis hermanos) estaban en la mesa esperando la comida, se quedaron mirándome pero no dijeron nada, pues yo no dije nada y fui a calentar la comida, la serví y los cuatro nos pusimos a comer. Era viernes pues después de comer no mandé a los niños ha hacer las tareas pues siempre las hacían los domingos. Nos pusimos a charlar de cosas varias en el café de después de comer. Papá se levantó y dijo:
- vamos pequeña que te tengo que compensar por lo de ahora - dijo mirándome
No dije nada, los niños se quedaron mirándome, me levanté y fui a la habitación detrás de papá, eché un vistazo a los niños antes de entrar y estaban a lo suyo viendo la TV.
Papá cerró la puerta tras de mí, yo me le quedé mirando:
- Te tengo que compensar y lo haré, me vino bien descargar venía estresado - me dijo desnudándose
+ ¿Cómo quieres que me ponga? - le dije contemplandole
- hoy probaras algo nuevo ponte a cuatro - me dijo sonriendo
Me desnudé rauda y me puse como mi esposo me ordenó, y él se puso detrás mia de pie, no lo veía pues estaba con la cara en la almohada pero no sentí subirse a la cama. De repente... sentí un "chas" y en ese mismo momento un dolor en mis nalgas que me hizo caer en la cama, al voltear la cabeza vi a papá con un cinto con el cual me había nalgueado:
- ¿Te gusto amor? - me preguntó preparando otra descarga
+ Si cariño, si s ti te gusta yo lo aceptaré y me complacerá - le dije preparándome para recibir el siguiente
Acto seguido volví mi cara contra la almohada y papá volvió a descargar en mis nalgas con el cinturón, yo ahogaba los gritos en la almohada, sin que se escucharan mis gritos. Sentía mis nalgas rojas, ardiendo doloridas pero ahí aguantaba yo por mi marido, me volví a levantar y le ofrecí de nuevo mis nalgas para un nuevo golpe, mis piernas me temblaban, pero debía complacerlo. Papá empezó a golpear mis nalgas seguido conté unos 4 golpes más, sólo se escuchaba el chasquear del cinto en mis nalgas, dios que dolor sentía pero sinceramente, estaba bien sabiendo que eso le agradaría. Papá tiró el cinto al suelo, una parte de mi sintió alivio, la otra excitación. Papá se sentó y empezó a acariciar mis nalgas seguramente ya moradas, se sentía tan rico, esa suavidad con la que papá comprobaba mis marcas. Estaba en la gloria, sintiendo las manos de papá en mis nalgas ardientes. De repente me dio una nalgada fuerte diciendo "qué rico culo" a lo que yo respondía es tuyo amor, sólo tuyo". Papá empezó a nalguearme fuerte y después de cada nalgada me acariciaba, placer y dolor, me tranquilizaba y me daba otra nalgada. Mm. En una de esas mis piernas me fallaron y caí en la cama, papá como si nada siguió a lo suyo, yo como pude me recompuse y me puse a cuatro:
- Vaya amor, mamá ya no aguantaría - me dijo acariciándome
Yo no dije nada, estaba concentrada en la siguiente nalgada y así fue pero está vez fuertísima, me arrancó unas lágrimas, volví a caer y me volví a levantar. Papá se puso detrás mia y con las mismas manos que me habida golpeado empezó a acariciarme la vagina. Mi vagina reaccionó inmediatamente y una escalofrío recorrió mi cuerpo de tal forma que arqueé la espalda y solté un gemido que inundó la habitación. Papá empezó a meterme dos dedos, mis fluidos ayudaban a dicha tarea a papá. Dios era tan rico sentir esos dedos dentro de mi...
Papá siguió con su tarea metiendo el tercer dedo ya no lo aguanté y caí abriendo mis piernas dejando mi vagina expuesta a mi marido. Empezó con movimientos más rápidos mis orgasmos empezaron a salir uno tras otro, así pues mi papá metió el cuarto, le costó pero forzó para que entrara y vaya si entró. Papá metía y sacaba los dedos y de pronto los metió hasta lo más hondo de mi vagina y empezó ha hacer círculos dentro, una explosión de orgasmo volvió a mi cuerpo, yo boca abajo con las piernas abiertas me retorcía de placer. Papá al verme no esperó, se tumbó sobre mí y apuntó su pene contra mi vagina y de una la metió: Ahhhh dios la necesitaba ya dentro - de me escapó
Papá empezó a embestir con muchísima fuerza, la cama se movía cual terremoto, nuestros gemidos inundaban la habitación. Dios que placer, con cada embestida fuerte de papá me hacía chorrear, notaba las sábanas totalmente empapadas de mi flujo. Papá seguía y seguía con sus embestidas cual toro de Lidia, yo, apoyada con la cara en la almohada, me retorcía, gritaba, mordía la almohada no araba de venirme. Papá estuvo unos 20 minutos con embestidas fuertes, mi vagina estaba deseosa de recibir su dulce néctar, pero papá tenía otros planes. De repente la sacó y empezó a bufar mientras sus trallazos caían sobre mi espalda, tan calentita se sentía, tan rico... Me recompuse como pude y empecé a lamerle el pene cual perra en celo, para dejárselo limpio y así hice, recorría con la punta de la lengua desde la punta del pene hasta los testículos, recogiendo cada gota de su dulce néctar mezclado con mis fluidos, sabía tan rico...
Papá cayó rendido en la cama, yo estaba exhausta pero no podía caer pues estaba toda mi espalda regada con el semen de mi marido, de papá. Fui a la ducha, salí desnuda de la habitación, obviamente mis niños (hermanos) habían oído salvaje cogida que me había metido papá pero me daba igual, iba caminando al baño cuando mi hermano se volteó, me vio denuda pero no le di importancia, cosa que después me arrepentiría, me duché y volví con mi hombre, caí redonda y dormí abrazada con mi marido, con papá.
Espero que os haya gustado, subiré el próximo no sé si el siguiente capítulo u otra andanza de mi vida, os leo en los comentarios
Besos
0 comentarios - Me convierto en la mujer de mi padre parte V