Primera Vez Pt. 1 (Mini serie)

Hola, bienvenidos y bienvenidas a mi primer post de esta mini serie. Ojalá y lo disfruten. Si te gusta puedes apoyarlo.

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Seguía en mi cama, no se cuantas horas llevaba en la misma posición mirando el viento frío que acarreaba un color azul que tenía las ventanas de un empeñado característico de invierno. Giré mi cabeza para mirar el foco que seguía apagado y sin vida, hacía horas que se había ido la luz por el mal clima. Y mis padres salieron al doctor para inyectar a mi hermano, él muy idiota confundió las vitaminas con las pastillas para la hipertensión del abuelo. 

Mi aburrimiento estaba a otro nivel, al revisar la pantalla de mi celular sólo veía los mensajes de mi novio John "Hey Emma, por favor contesta las llamadas" Eliminé su mensaje y deje caer mi teléfono a la cama. Habíamos tenido una pelea hace poco y no quería hablar con el. 

Cuando me giré sobre la cama, el desodorante de mi hermano rodó hasta caer entre mis piernas rosando la tela de mi pantalón, a falta de otro entretenimiento yo misma empecé a deslizar lentamente mis dedos hasta llegar más abajo de mi pelvis. Así el frío del invierno empezó a desaparecer con cada caricia que me ponía más y más caliente.

Llevé mi otra mano por debajo de mi blusa, las llemas de mis dedos rosaban la tela de mi bra y se metían debajo de este tocando mis pechos de forma un poco más rápida que me dejaba aún más exitada. La velocidad iba aumentando junto a mi placer, una vez desabrochado mi pantalón lo empecé a bajar con cierta desesperación al igual que mi cachetero negro que ya estaba tan mojado como yo, ver mi ropa interior y mis jeans salpicados por mis jugos me dejaba más exitada de lo que ya lo estaba.

Me quedé desnuda de la cintura hacia abajo así que miraba con mejores ojos el desodorante. Consideré meterlo por mi vagina pero sentí miedo ya que soy de una complexión pequeña y sería una cosa muy grande para mí, así se me ocurrió usar mis dedos con los que me estaba acariciando mis otros labios para meterlos en mi bosa y empezar a deslizarlos dentro de mi entrada. Solo eran dos dedos, pero se sentía genial y podía sentir mis jugos resbalar por mis muslos bajando hasta mi trasero.

Metía y sacaba mis dedos cada vez más fuerte y profundo al tiempo que intentaba callar mis gritos para no anunciarle a medio mundo que me estaba masturbando. Ya mis sabanas estaban manchadas por mis jugos sexuales y estaba a punto de llegar al orgasmo... Hasta que escuché ruido en la puerta de abajo, ¡Mierda! Mis papás habrán regresado ya?