Hola hermosos.
En las webs de contactos siempre tengo muchas propuestas, a las que no suelo hacer caso, pero.
Pero hubo uno en particular que me llamó la atención por su forma de expresarse, sumamente correcto, seductor, nos cruzamos varios mensajes y me dice que no tiene ningún problema económico y lo que a él lo excita más es pagarle a pendejas como yo para que se prostituyan con él.
Me dijo que ya lo había hecho un par de veces, y que la idea de él no era solo coger sino conocerme, entonces me dice que me pagaba por cenar con él en un hotel de Retiro, bah digo el nombre, no tiene nada de malo, el Marriot, un hotel carísimo, y después ir a la habitación, si solo cogíamos era un precio, y si me quedaba toda la noche era otro.
Yo, siempre dije que no tengo problemas de $$, pero esto era mucho, me pagaba en US$, le pregunté, porque con esa plata no pagaba a un gato profesional, y me decía que lo que me ofrecía a mí, le sobraba para pagarle a un gato, pero a él le excitaba cogerse pendejas, como dice él “chetitas, con plata, y hacerlas putas”.
La idea me quemaba la cabeza, hacía solo dos días que veníamos hablando, eso iba a ser sentirme ¡una puta de verdad!, ¡no era joda! Ayer a la mañana, me manda un mensaje, para que me decida por sí o por no, si no ya tenía otra pendeja que seguro le decía que sí, y me puse como me pongo siempre, nerviosa, camino de acá para allá, porque por un lado me gustaba tanta $$$, y ser de putita, y por el otro me daba cosa, Al final de dije que sí, porque ya me pagaba por cenar y conocerme y si no había onda me iba.
La cosa es que me pidió, oigan esto: que me vaya vestida elegante, sensual, con un vestido corto, ¡pero no como una puta!
Bueno, obvio que así de casa no podía salir, voy a la casa de mi amiga, me pongo un vestidito negro que use para un casamiento, que es cortito pero no mucho como para que se me vea la cola, con un saquito.
La verdad es que estaba nerviosa, no sabía cómo iba a terminar la noche, o si, lo sabía pero no quería ni pensarlo, pero la idea me excitaba, me ponía nerviosa y me calentaba, todo junto.
Me tomo un taxi, y cuando llego al hotel, él me había dicho que preguntara en la conserjería por el Dr. XXXX, de la habitación XXX, claro de algo no me había dado cuenta, todos me miraban como un gato, ¡y si!, si estaba haciendo el papel de un ¡gato fino!, eso como una boluda ¡no lo había pensado! Traté de no pensar en lo que hacía, porque si lo pensaba salía corriendo, me sentía como una boluda haciendo de algo que no soy, pero todo eso ¡me daba adrenalina!
Lo único que pensaba era en no encontrarme con un conocido de mi familia, ¡qué sé yo!
Bueno, la cosa es que baja y la verdad estaba mejor que en las fotos que me mandó, tendría unos 55 años, pocas canas, muy bien vestido, bronceado, pinta de putañero.
Primero vamos a tomar algo y después a cenar, lo que más me incomodó o me llamó la atención es lo que dije recién, todos me miraban como un gato, eso no lo había pensado.
Durante la cena hablamos millones de cosas, la verdad es que es un tipo súper seductor, me hizo sentir muy cómoda, ya terminando la cena, me dice que él no quería que actuara como un gato, porque no lo era, pero que quería que mi cuerpo fuera suyo, quería gozarme, besarme, verme desnuda, que no me iba hacer nada que yo no hubiera hecho, no sé, todo eso me provocó una sensación rara, mezcla de calentura y miedo por lo que no sabía cómo iba hacer, me pregunta que es lo que quería hacer, y como una buena puta le digo “estar con vos”, ya estaba jugada.
Subimos a la habitación, ¡la puta qué habitación!, ¡enorme!, él se sienta en un sillón y me pide que me desnude, ¿eh?, y me cagó, porque me dijo:
-No te olvides que aparte de pasarlo bien estás trabajando y yo a la gente que contrato quiero que hagan el trabajo lo mejor posible, por eso pago mucho.
No me quedó otra, la verdad me daba cosa, a mí no me jode ponerme en bolas, pero cuando estoy caliente, así de la nada me da un poco de vergüenza, pero ya me había pagado, ¡qué iba a hacer!
Me saco muy despacio el vestido, el corpiño, la bombachita y los zapatos y me dice que me quede quieta que me quería ver así, desnuda… Después me pide que me acerque al sillón donde estaba sentado, y me acaricia todo el cuerpo, mi cola, mis tetas, mis piernas, con mucha delicadeza, como apreciando cada parte que tocaba, se detiene en mi concha y se queda unos minutos con su mano ahí, hasta que nota que me empiezo a mojar, obvio, ¡me estaban tocando la chonchita! Y me empieza a besar suavemente las tetas.
Todo esto ya me estaba calentando, estaba desnuda frente a un tipo que me pagaba para coger… estaba cumpliendo otra locura… y quise tratar de hacerlo lo mejor que pude.
Después, como una buena putita, me agacho, le empiezo a tocar la pija sobre el pantalón, hasta que veo que está bien dura, entonces le empiezo a desabrochar el pantalón, y busco mi premio, lo acaricio, lo beso y le empiezo a chupar la puntita, bueno él se saca los pantalones y le pego una buena chupada, después de eso ya los dos desnudos vamos a la cama y me empieza a coger, me pide que me ponga arriba de él, y empiezo a cabalgar arriba de él, la verdad es que me hizo calentar mucho todo, a tal punto que acabe, ¡si acabé en serio!
Me siguió cogiendo en otras posiciones hasta que me pide que me ponga en cuatro, y como me quería hacer bien la putita le pregunto “¿me querés hacer la colita papi?” me dice que sí ,y le digo que es toda tuya bebé, se ve que esto lo puso loquito, porque me empezó a meter la lengua en la cola, me la chupaba como si fuera la conchita, yo no fingía mis gemidos, me estaba haciendo calentar mucho, y cuanto más me hacía la puta diciéndole cosas como “haceme así papito, dale que me gusta, metémela en la colita”, más se calentaba, hasta que para ser sincera me rompió bien la colita mientras me decía si así me gustaba, y yo le decía que sí, que me rompa bien la colita que era suya, no sé todo ese juego me hizo poner muy calentita, tanta era la calentura que casi ni me dolió cuando me la puso, era puro placer hacerme bien la puta, porque aparte estaba haciendo de puta.
Pero él no había acabado, me pide que me arrodille y que se la chupe hasta que acabe, y otra vez mientras se la chupaba lo miraba y le decía si así le gustaba, y se ponía reloco, me termino acabando toda la lechita calentita en la boca.
El trato que habíamos hecho era que si me quedaba a dormir con él me pagaba más, entonces le digo que me iba a quedar a dormir con él. Como todo un caballero me dice que no hacía falta, que hoy se levantaba muy temprano, igual me pagó como si me hubiera quedado a dormir, me dijo que me había portado como una puta hermosa, pero que no se volvería a poner en contacto conmigo, porque a él lo que le gusta era hacerlas puta por primera vez, y me dice:
”Vos ya sos una putita, ya lo hiciste” y la verdad, tenía razón.
Lo más loco es que me pide un taxi, y el taxista en el camino, se da vuelta, medio me asusté, me mira las piernas y me dice que él siempre va a buscar a las chicas que “TRABAJAN” en el hotel, si yo era nueva ahí (¡me confundió con un gato!) no se… me sentí muy puta cuando ¡me dijo eso!, me imaginé que se habrá puesto a pensar como me habían cogido, no sé, esas cosas me calientan mucho.
Bueno hice algo que jamás, jamás pensé que haría, y la verdad no sé si lo volvería hacer, y cuando digo no sé, quiero decir que por esa $, a lo mejor lo haría de nuevo, me gusto lo que sentí trabajando de “puta vip”.
En las webs de contactos siempre tengo muchas propuestas, a las que no suelo hacer caso, pero.
Pero hubo uno en particular que me llamó la atención por su forma de expresarse, sumamente correcto, seductor, nos cruzamos varios mensajes y me dice que no tiene ningún problema económico y lo que a él lo excita más es pagarle a pendejas como yo para que se prostituyan con él.
Me dijo que ya lo había hecho un par de veces, y que la idea de él no era solo coger sino conocerme, entonces me dice que me pagaba por cenar con él en un hotel de Retiro, bah digo el nombre, no tiene nada de malo, el Marriot, un hotel carísimo, y después ir a la habitación, si solo cogíamos era un precio, y si me quedaba toda la noche era otro.
Yo, siempre dije que no tengo problemas de $$, pero esto era mucho, me pagaba en US$, le pregunté, porque con esa plata no pagaba a un gato profesional, y me decía que lo que me ofrecía a mí, le sobraba para pagarle a un gato, pero a él le excitaba cogerse pendejas, como dice él “chetitas, con plata, y hacerlas putas”.
La idea me quemaba la cabeza, hacía solo dos días que veníamos hablando, eso iba a ser sentirme ¡una puta de verdad!, ¡no era joda! Ayer a la mañana, me manda un mensaje, para que me decida por sí o por no, si no ya tenía otra pendeja que seguro le decía que sí, y me puse como me pongo siempre, nerviosa, camino de acá para allá, porque por un lado me gustaba tanta $$$, y ser de putita, y por el otro me daba cosa, Al final de dije que sí, porque ya me pagaba por cenar y conocerme y si no había onda me iba.
La cosa es que me pidió, oigan esto: que me vaya vestida elegante, sensual, con un vestido corto, ¡pero no como una puta!
Bueno, obvio que así de casa no podía salir, voy a la casa de mi amiga, me pongo un vestidito negro que use para un casamiento, que es cortito pero no mucho como para que se me vea la cola, con un saquito.
La verdad es que estaba nerviosa, no sabía cómo iba a terminar la noche, o si, lo sabía pero no quería ni pensarlo, pero la idea me excitaba, me ponía nerviosa y me calentaba, todo junto.
Me tomo un taxi, y cuando llego al hotel, él me había dicho que preguntara en la conserjería por el Dr. XXXX, de la habitación XXX, claro de algo no me había dado cuenta, todos me miraban como un gato, ¡y si!, si estaba haciendo el papel de un ¡gato fino!, eso como una boluda ¡no lo había pensado! Traté de no pensar en lo que hacía, porque si lo pensaba salía corriendo, me sentía como una boluda haciendo de algo que no soy, pero todo eso ¡me daba adrenalina!
Lo único que pensaba era en no encontrarme con un conocido de mi familia, ¡qué sé yo!
Bueno, la cosa es que baja y la verdad estaba mejor que en las fotos que me mandó, tendría unos 55 años, pocas canas, muy bien vestido, bronceado, pinta de putañero.
Primero vamos a tomar algo y después a cenar, lo que más me incomodó o me llamó la atención es lo que dije recién, todos me miraban como un gato, eso no lo había pensado.
Durante la cena hablamos millones de cosas, la verdad es que es un tipo súper seductor, me hizo sentir muy cómoda, ya terminando la cena, me dice que él no quería que actuara como un gato, porque no lo era, pero que quería que mi cuerpo fuera suyo, quería gozarme, besarme, verme desnuda, que no me iba hacer nada que yo no hubiera hecho, no sé, todo eso me provocó una sensación rara, mezcla de calentura y miedo por lo que no sabía cómo iba hacer, me pregunta que es lo que quería hacer, y como una buena puta le digo “estar con vos”, ya estaba jugada.
Subimos a la habitación, ¡la puta qué habitación!, ¡enorme!, él se sienta en un sillón y me pide que me desnude, ¿eh?, y me cagó, porque me dijo:
-No te olvides que aparte de pasarlo bien estás trabajando y yo a la gente que contrato quiero que hagan el trabajo lo mejor posible, por eso pago mucho.
No me quedó otra, la verdad me daba cosa, a mí no me jode ponerme en bolas, pero cuando estoy caliente, así de la nada me da un poco de vergüenza, pero ya me había pagado, ¡qué iba a hacer!
Me saco muy despacio el vestido, el corpiño, la bombachita y los zapatos y me dice que me quede quieta que me quería ver así, desnuda… Después me pide que me acerque al sillón donde estaba sentado, y me acaricia todo el cuerpo, mi cola, mis tetas, mis piernas, con mucha delicadeza, como apreciando cada parte que tocaba, se detiene en mi concha y se queda unos minutos con su mano ahí, hasta que nota que me empiezo a mojar, obvio, ¡me estaban tocando la chonchita! Y me empieza a besar suavemente las tetas.
Todo esto ya me estaba calentando, estaba desnuda frente a un tipo que me pagaba para coger… estaba cumpliendo otra locura… y quise tratar de hacerlo lo mejor que pude.
Después, como una buena putita, me agacho, le empiezo a tocar la pija sobre el pantalón, hasta que veo que está bien dura, entonces le empiezo a desabrochar el pantalón, y busco mi premio, lo acaricio, lo beso y le empiezo a chupar la puntita, bueno él se saca los pantalones y le pego una buena chupada, después de eso ya los dos desnudos vamos a la cama y me empieza a coger, me pide que me ponga arriba de él, y empiezo a cabalgar arriba de él, la verdad es que me hizo calentar mucho todo, a tal punto que acabe, ¡si acabé en serio!
Me siguió cogiendo en otras posiciones hasta que me pide que me ponga en cuatro, y como me quería hacer bien la putita le pregunto “¿me querés hacer la colita papi?” me dice que sí ,y le digo que es toda tuya bebé, se ve que esto lo puso loquito, porque me empezó a meter la lengua en la cola, me la chupaba como si fuera la conchita, yo no fingía mis gemidos, me estaba haciendo calentar mucho, y cuanto más me hacía la puta diciéndole cosas como “haceme así papito, dale que me gusta, metémela en la colita”, más se calentaba, hasta que para ser sincera me rompió bien la colita mientras me decía si así me gustaba, y yo le decía que sí, que me rompa bien la colita que era suya, no sé todo ese juego me hizo poner muy calentita, tanta era la calentura que casi ni me dolió cuando me la puso, era puro placer hacerme bien la puta, porque aparte estaba haciendo de puta.
Pero él no había acabado, me pide que me arrodille y que se la chupe hasta que acabe, y otra vez mientras se la chupaba lo miraba y le decía si así le gustaba, y se ponía reloco, me termino acabando toda la lechita calentita en la boca.
El trato que habíamos hecho era que si me quedaba a dormir con él me pagaba más, entonces le digo que me iba a quedar a dormir con él. Como todo un caballero me dice que no hacía falta, que hoy se levantaba muy temprano, igual me pagó como si me hubiera quedado a dormir, me dijo que me había portado como una puta hermosa, pero que no se volvería a poner en contacto conmigo, porque a él lo que le gusta era hacerlas puta por primera vez, y me dice:
”Vos ya sos una putita, ya lo hiciste” y la verdad, tenía razón.
Lo más loco es que me pide un taxi, y el taxista en el camino, se da vuelta, medio me asusté, me mira las piernas y me dice que él siempre va a buscar a las chicas que “TRABAJAN” en el hotel, si yo era nueva ahí (¡me confundió con un gato!) no se… me sentí muy puta cuando ¡me dijo eso!, me imaginé que se habrá puesto a pensar como me habían cogido, no sé, esas cosas me calientan mucho.
Bueno hice algo que jamás, jamás pensé que haría, y la verdad no sé si lo volvería hacer, y cuando digo no sé, quiero decir que por esa $, a lo mejor lo haría de nuevo, me gusto lo que sentí trabajando de “puta vip”.
0 comentarios - Historia de una argentina 14