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Pero si es una neeenaaa...

Asíempezó todo (relato ficticio)
Quienhubiera dicho que los chicos crecen tanto. Nadie se da cuenta de lo mucho quepasa el tiempo hasta no ver realmente lo que esos niños, que hasta hace pocogritaban y pataleaban en plena rabieta por un juguete, ahora son adolescentesen la flor de la vida.
Mihistoria comienza con mi mejor amigo Emilio y su familia. Hace casi 15 años nosconocimos en el que, en ese entonces, era nuestro trabajo. Siendo los únicosdos hombres, comenzamos a entablar relación y terminamos siendo amigos, casihermanos, con el pasar de los años.
Sufamilia está compuesta, además de él, por su padre Roberto, un hombre mayor,viudo desde ya hace unos años, su hermana mayor Nadia, divorciada de un primermatrimonio y finalmente la pequeña Ana, la hija única de Nadia, sobrina de mimejor amigo.
Quememoria la mía, olvide presentarme, yo soy Dante, 35 años, profesional, casi1.90 mts, 100kg, cuerpo macizo de entrenar durante años en gimnasios (grandote,con mucha espalda y brazos, pero no tipo fisicoculturista), de pelo castaño, ojoscolor miel y barba tupida. Además, el “tío” postizo de Ana…
Eracostumbre para nosotros, todos los fines de semana juntarnos a comer asado ytomar, empezábamos temprano en la casa de Emilio, prendíamos el fuego a las 16hs., abríamos la primer cerveza o botella de fernet y arrancábamos a charlarRoberto, Emilio y yo. Contábamos nuestra semana, nuestras anécdotas, conquistasy fracasos, todo entre fuego y alcohol. Nadia y su hija pululaban por ahí, aveces metiéndose en la charla, a veces interrumpiendo con alguna discusiónmadre e hija, la cual Emilio o yo cortábamos con alguna broma acida para que norompieran nuestro momento de relax.
Losaños pasaron, nos fuimos poniendo grandes, nuevas obligaciones, nuevoshorizontes laborales y profesionales, pero siempre la misma costumbre de fin desemana. Hace unos años, Emilio decidió, por trabajo, irse a vivir a Europa.Cualquiera pensaría que los asados se acabarían cuando el dúo dinámico seseparara, pero no fue así. De la misma forma en que Emilio se fue convirtiendoen mi hermano, Roberto tomo el lugar de mi viejo, al que hacía años no veía pordecisión de él. Así que no fue difícil mantener la costumbre del fueguito delfin de semana.
Haceunos meses, durante el encendido de la pira de leña, le pregunto a Nadia quequerían comer ella y su hija, a lo que me contesta que ella quería pollo, peroque no me preocupe por Ana que ella salía a cenar con sus amigas. Mi expresiónfue de “pero que carajo estas diciendo???” y la empecé a interrogar de formainquisitorial sobre dónde iba a ir, con quien y cómo iba a dejar que una nenasalga sola a comer con sus amiguitas. Nadia, después de descostillarse de larisa me hizo notar que “la nena y sus amiguitas” ya tenían 18 años y algunashasta 19, ya mayores de edad. En ese momento un tanque pánzer de la 2da. GuerraMundial me aplasto, dejándome ver que el tiempo había pasado.
Pasaronlas horas y la primera botella de fernet ya había sucumbido ante la charla queteníamos con Roberto, se escuchaba chirriar la carne sobre las brasas, Nadiaiba y venia con una cerveza que otra. En eso, Ana sale de su habitación, reciénbañada y lista para salir. Para que se den una idea, Ana es una chica de pieltrigueña, parece que estuvo tomando sol todo el año, de estatura promedio, 1,65mts, delgada, pero con un físico envidiable por haber jugado al hockey desdelos 5 años, así que imaginaran las piernas definidas, la cola prominente yparada, un abdomen firme y marcado. Todo combinado con un busto de proporcionesarmónicas con su cuerpo, ni poco ni mucho, una carita normal, ojos marrones yuna cabellera castaña larga y ondulada hasta la cintura. Llevaba un vestidocorto que se pegaba a su cuerpo como si de una segunda piel se tratara, lapollera unos centímetros por encima de la rodilla, la espalda al aire y elfrente con un escote suelto, sin mostrar mucho, pero dando lugar a que laimaginación baile con los ratones de uno.
Miprimer reacción al verla fue tragar el sorbo de fernet que apenas un segundoantes había engullido, me dejo atónito. No se si el fuego del asador estaba muyfuerte o la “nena” había hecho reventar la caldera interna de mi cuerpo.Roberto, como buen abuelo solo le pregunto como iba y como volvía y sinecesitaba dinero, a lo que ella asintió con una sonrisa de oreja a oreja,mientras le contaba que Agus y su hermana mayor la pasaban a buscar con el autoy se iban a un bar a comer unas pizzas.
Enese momento, me salió el “tío” sobreprotector de adentro:
-Yo:Como que vas a un bar borrega??? Tenes… BUENOS NO SE CUANTOS AÑOS PERO SOS MUYCHICA!!!! Anda a ponerte un pantalón y una remera y vení a sentarte a la mesaque voy a servir el asado!!!! Y vos Nadia, decile algo a tu hija!!!! SE VA A UNBAR!!!!! PERO POR FAVOR!!!! ES MUY CHICA!!!!!
-Nadia:(entre carcajadas) Dejate de jode pelotudo!!!! No ves que es toda una mujer,además va con Agus y la hermana mayor, ya te dijo. Que te pensas que van ahacer? Ponerse en pedo como vos y Emilio e irse de gira y terminar encamado concualquiera??? (estallando en una risa que inundo la casa).
-Ana:Tío!!! Dejate de joder!!!! Estoy re linda, decilo!!!! Vamos a comer unaspizzas, además, sabes que no tomo alcohol por el entrenamiento, en el club mematan (riéndose mientras se acomodaba su pelo tras la oreja con una mano ybajando su pollera con la otra).
-Roberto:CALLATE PELOTUDO Y HACEME OTRO FERNET!!! (ya bastante entonado como era decostumbre).
Eneso le suena el teléfono a Ana, era su amiga que estaba afuera. Nos saludo atodos y se fue, dejándome ver su, ahora maravillosa y fascinante figura demujer.
Todavíaun poco estúpido por la ultima imagen de mi sobrinita, armé más fernet y servíla comida. La cena siguió sin sobresaltos, nos bajamos con Roberto unabotellita de vino tinto y lo coronamos con una mas de fernet, lo que lo dejoKnock out (como siempre) y lo tuve que llevar a la habitación a dormir. Nadia aeso de las 23.30 salió en su auto a la casa de una de sus amigas donde se iba aquedar toda la noche, claramente iba a chonguear como era su costumbre de mujerdivorciada que fue mama de joven y ahora tiene la libertad que no tuvo en sumomento. Yo por mi parte, como siempre, limpie la parrilla, acomode todo, lavelos platos y me dispuse a pegarme un baño (como era costumbre ya que erasiempre el que hacia los asados y no daba arrancar la noche con olor a oso).
Memetí al baño con mi toallón y mi bolso de ropa, me saqué todo y me dispuse arelajarme bajo la ducha. En eso, ya desnudo bajo el agua, miro hacia un costadoy veo algo colgando de un soporte para los 340 shampoos que usaban Nadia y lanena. Me llamo la atención que era un pedacito de tela chiquito color negro,cuando lo agarre y desanude, para mi sorpresa, era una tanguita, muy chica paraser de Nadia y claramente no lo veía a Roberto usando eso. Automáticamente mimente se disparó, solo atine a acercarla a mi nariz… Era indudable, el olor amujer joven es inconfundible, era de Ana.
Mimente automáticamente trajo el recuerdo de la borrega alejándose por la puertade la casa, mi imaginación creó la imagen de su cola, con esa tanga enterradaentre sus nalgas moviéndose de acá para allá. Sin darme cuenta mi fielcompañero de batalla estaba listo para otra pelea en solitario. Tenia la pijacomo un roble y automáticamente, bajo la ducha, con shampoo, la tanga de unaborrega y el morbo en niveles inconmensurables, paso lo que todo hombre sabeque pasa en esas situaciones: me empecé a hacer una de las pajas masmaravillosas y morbosas de mi vida.
Estabamasturbándome en el baño de la casa de mi mejor amigo (primera vez en lahistoria), con la tanga de su sobrina en la cara, sin importarme nada. En eso,siento la cerradura de la puerta de calle.
Dudeque fuera Nadia porque sus faenas duraban toda la noche (según ella). Podía serRoberto que salió en pedo y en bolas a la calle a gritar “LA PUTA QUE VALE LAPENA ESTAR VIVO!!!”? Si, totalmente, podría haber sido eso, pero de seguro 20segundos después se hubieran escuchado gritos y la sirena de un patrullero,cosa que no paso. Tenía que ser Ana…
Casime mato de un porrazo por el susto y de tanto jabón en el piso. Ana manoteo elpicaporte de la puerta del baño y comenzó a abrirla. Yo estaba con su tanga enla cara y la pija cual escopeta cargada con cartuchos de perdigones en lasmanos. Pensé, “la cortina me va a cubrir si entra”…
Nohabía cortina…



MECAGO EN JEBUS Y LAS SAGRADAS ESCRITURAS!!!!!



Nadiahabía mandado a poner una mampara acrílica porque decía que tenia mas estilo.
Estabahasta las bolas, si Anita entraba me iba a ver como nunca había visto a su tío.
Comopude tire su tanga en un rincón y trate de agarrar el toallón, llegando aponerme de espalda a la puerta y envolviéndome de la cintura para abajo. CuandoAna entro le pego un grito diciendo que golpee para ver si no estaba alguienadentro. Ella rápidamente me pide perdón y se da media vuelta, yéndose hacia elcomedor. Me termino de secar, y dejo que el mini yo se relaje un poco. Me vistoy salgo unos minutos después del baño. Ana estaba en el comedor tomando agua yviendo la tele.
Lamiro con cara de culo y le digo:
-Yo:Che borrega, cómo vas a entrar así al baño?
-Ana:Bueno, quería lavarme los dientes, yo que sabia que todavía estabas acá!!!
-Yo:Ahhhh, la señorita no sabia que yo estaba acá!!! No ves que tu abuelo no esta yque esta todo ordenado y limpio?? O te pensas que tu madre va a dejar la casaasí!!! Además estaba la ducha prendida!
-Ana:Bueno tío, no te calentes!!! Fue sin querer!!! Además no vi casi nada…
-Yo:(indignado porque casi me descubre en plena faena) Pero como no me voy acalentar!!! Si yo… para, para, para… como “casi nada”??
-Ana:Bueno, sí, casi nada…
-Yo:Borrega qué viste?
-Ana:Nada… (bajando la mirada y haciéndome sentir el peor ser del universo)
-Yo:Anita, escúchame -tratando de explicarle- lo que estaba pasando es que…
-Ana:Es que te estabas haciendo terrible paja tío
-Yo:Ehhh…. Noooo …. No se de que me hablas (como dijo Francella en una peli “acahay que negarlo todo”)
-Ana:La estabas disfrutando por lo menos?
Estaspalabras salieron de su boca al tiempo que su mirada se clavaba en mis ojos.Sus ojos, ahora llenos de libido me atravesaban el alma mientras una levesonrisa picara me desarmaba la poca cordura que me quedaba en ese momento.
-Ana:Qué? Me vas a negar que te estabas haciendo la paja? Te vi en el reflejo delespejo. Además, creo que tenias algo que era mío…
Listo,estaba al horno con fritas, ya no tenia salida, la borrega me había visto consu tanga. En ese momento se me vinieron todos los videos del SWAT entrando porventanas, puertas, claraboyas, heladera, microondas y cualquier cosa quetuviera puerta para hacerme recagar. No sabia donde meterme, balbuceaba y soloamague a agarrar mi bolso de ropa para huir de ese lugar.
Lapendeja me siguió raudamente. Pasando por el living, llegue a la puerta desalida de la casa, ella no me perdía pisada. Abrí y salí, pero aún me quedabael pasillo de salida de la casa hasta la puerta de rejas que daba a la calle.Ella era una depredadora tras su indefensa presa. Irónico no? Yo, un hombreadulto de 35 años, que en todos estos años supo disfrutar y sortear infinidadde situaciones como esta, siendo yo el tigre siguiendo a su presa, ahora estabasiendo amedrentado por una borrega de 18 años, que encima era mi sobrinapostiza.
Casillegando a la puerta me dice “A donde vas? Cerré con llave cuando llegué…”. Mefreno en seco y me doy vuelta despacio, ella ya estaba al lado mío.
-Yo:Anita yo te voy a explicar…
-Ana:Que? Te estabas pajeando con mi tanga, cual es tío? Igual… esa no es tan lindacomo esta… - me dijo mientras despacio clavaba sus dedos en sus muslos dehockey y se levantaba la pollera, dejando ver una tanguita ínfima de encajeblanco, con transparencias – Te gusta tío? Esta me queda mejor – diciéndome convoz de nena mientras se daba vuelta para mostrarme que de atrás solo era unhijo blanco que hacia contraste con su piel deliciosamente bronceada.
-Yo:Pendeja, esto no es un chiste, vos sos como mi sobrina, como mierda vas a hacereso adelante mío. Sos muy chica para portarte así (JA! Hipócrita, si te habráscomido adolescentes en tus épocas de juventud).
-Ana:Soy COMO tu sobrina, no SOY tu sobrina – remarcando la diferencia – Además note hagas el correcto ahora, bien que estabas arrancando la pija a manotazospensando en mí. Hablando de eso… que pija tío eh!! – mirándome a los ojos,rompiéndome el cerebro con su sonrisa, mientras su mano se posaba en mi bulto,que en ese momento estaba dura dentro de mi pantalón –
-Yo:Para Ana, estamos casi en la calle, estamos en tu casa… SOS MI SOBRINA!!!
-Ana:No me acabas de dar ningún argumento válido para parar – maldigo el momento enque la ayude con sus materias del colegio donde veía cívica y derecho, encimaes rapidísima de mente la pendeja – Y no soy tu sobrina, sino no podría haceresto… o bueno, si podría igual…
Enese momento me encajó el beso más húmedo y morboso de mi vida, mientras metíasu mano adentro de mi pantalón. Estaba extasiado, el lugar, la situación, ella…
Elcerebro no me daba más, la cadena se rompió y la bestia se soltó…
Laagarré de la nuca con fuerza, enterrando mi lengua en su boca, nuestros labiosse peleaban tratando de demostrar quién podía besar mejor al otro, le mordía ellabio inferior y ella hacia lo propio con el mío. Su mano en mi pantalón noparaba de frotar mi pene que para ese punto parecía que iba a explotar de lapresión. Mi mano libre se enterró en su cola, amasaba furiosamente esos glúteosduros y formados, prácticamente la estaba levantando con una mano clavando misdedos en sus nalgas sin piedad.
Nuestrasbocas apenas se separaban para respirar con dificultad, hilos de saliva seguíanuniendo nuestros labios. Ambos gemíamos de placer. Su mano era un sueño, laforma que apretaba mi pija con deseo animal como si quisiera estrujarla parasacar hasta la última gota de ella. En un momento pone su mano en mi pecho, mesepara colocándome contra la pared y con sus manos baja mi pantalón y mi bóxer.Se detiene unos segundos para ver mi pija en sus manos, lo sostenía con ambas.
-Ana:Yo lo había escuchado al tío Emi decirle a mamá que vos venias cargado, peronunca me imagine esto…
Paraque tengan una idea, no soy el señor pijón, pero es proporcionada con micuerpo, a mi siempre me resulto de tamaño normal, pero evidentemente paraalguien con una fisiología bastante mas chica que la mía, le parecería grande.
-Ana:Nunca me imagine que fuera así “tío” – decía con voz de nena mala sin despegarla vista de sus manos que ya estaban jugando con el líquido preseminal quebrotaba de mi pene –
Yono podía emitir palabra, solo mirarla con su pollera en la cintura, su tanguitablanca y sus manos envolviendo mi pija.
-Ana:A ver tío? Cómo era lo que hacías en el baño con mi tanguita? – aumentando lavelocidad, cada vez más profundo y lubricado por mis fluidos – Que pasa tío? Tegusta lo que te hace tu sobrina? -no paraba, yo solo podía apoyarme contra lapared con toda mi fuerza, hasta que finalmente, de su boca salieron laspalabras que darían la estocada final a mi morbo…
-Ana:Sabes las veces que desde mi habitación los escuche al tío Emi, al abuelo y avos hablando de todas las minas que se levantaban y todo lo que hacían? Sabeslo mojadita que me dejaba eso y las ganas de que entres en mi habitación parasentirte yo?
Yahí nomas, en ese pasillo, a escasos metros de la puerta de calle, con gentepasando por la vereda, la pendeja, mi sobrina, me hizo explotar de una manerasublime. La cantidad de semen que salió de mi pija prácticamente me reinicio lapróstata a configuración de fábrica. El primer chorro fue un misil balísticoque aterrizo directamente en su abdomen y pecho, los siguientes fueronexplosiones de gran presión que la bañaron, hasta incluso llegue a mancharle laentrepierna, toda su tanguita blanca estaba sintiendo el calor de mi semenmezclarse con su flujo, el cual la había hecho empapar totalmente.
Estabaabsorto, no entendía que paso, solo la podía ver bañada en mi semen, sus manostocándome suavemente, sacando todo el jugo. Levanto su mirada hacia mí, seacercó, me dio un beso profundo y me dijo al oído:
-Ana:Mmmm que lindo tío, me enchastraste toda. Ahora voy a tener que ir a bañarme yhacer lo que estabas haciendo… Ah… y la puerta está abierta tío…
Solorecuerdo su última sonrisa pícara, un beso y su cuerpo alejándose por elpasillo mientras pasaba su mano llena de mi semen por sus nalgas, las queseguían al descubierto. Me recuperé como pude, me subí los pantalones, en modoautomático abrí la puerta de calle y me fui a mi casa.
Deseabaque hubiera sido un sueño, uno de esos donde después de un rato aparecendinosaurios montando tiburones con lanzamisiles en la espalda y terminasganando el Superbowl con Krusty el Payaso. Pero no, fue real, mi sobrina mehabía hecho acabar como un animal.
Lanena había crecido y esto era a penas el comienzo…
 
 

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