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Se cogieron a mi esposa Alejandra (2)

Después de aquella primera experiencia que habíamos vivido con Alejandra mi esposa, decidimos que debíamos tomar más precauciones con ese tipo de juegos ya que no podíamos arriesgarnos a aquel tipo de extorsión a la que David nos había sometido y que por suerte nunca había llevado a cabo, bueno al menos hasta el momento. Pasaron unos meses antes de volver a salir de copas y una noche decidimos hacerlo, no buscábamos ninguna experiencia , nos dirigimos a un pub alejado a unos 50 km de casa, al llegar al lugar había muy poca gente, era invierno  y afuera lloviznaba, mi esposa llevaba puesto un tapado pero debajo de él, un vestido negro que dejaba ver muy bien su escultural figura, con un escote magnifico en donde se marcaban  esos redondos y bien parados pechos, unas botas color negro, de caña alta completaban la indumentaria. Esa noche todo transcurría muy tranquilo, bebíamos unos daiquiri, que a Ale le encantan, eran uno tras otro de pronto  el escenario se puso en movimiento y comenzó a armar sus equipos de sonido e instrumentos  de una banda de rock, fue llegando más gente y lugar se fue poniendo lindo, de un momento para otro estaba lleno de gente , la banda comenzó a tocar y todos nos pusimos de pie, yo le tome la mano a Ale y nos acercamos al escenario, la gente estaba como loca el sonido de la banda incitaba al movimiento y Ale comenzó a hacerlo de modo muy sensual, alguien la tomo de la mano y ella se alejó de mi lado, por un rato la perdí de vista, pero no me preocupe demasiado, en un momento apareció con su cabello bastante desarreglado, con síntomas de estar bailando y pasándola bien, traía en su mano un porrón de cerveza, se me acerco y con mirada lesiva me preguntó:
—hoy también deseas que sea tu putita-
—vos querés ser putita o bien puta-? -le dije.
—Bien puta, pero solo si vos querés –respondió.
—ok- le dije, solo hay un problema, para ser puta vas a tener que cobrar para que te cojan.
—Muy bien -dijo, pero vos vas a recibir el dinero que me den por cogérmelos.
—bien –dije.
El juego comenzaba a gustarme, pero debo confesar que no me veía en ese papel de cobrador. La noche fue transcurriendo y si bien ella bailaba y le pagaban muchos tragos nadie quería pagar por sexo, pero a estas alturas ella y yo estábamos muy excitados con la situación, Alejandra había sido manoseada por muchos tipos, su vestido estaba desalineado, mi verga reventaba de ganas por verla coger y ella moría de ganas por ser cogida, de repente uno de los chicos de la banda de música que ya había dejado de tocar se me acerco y me dijo:
—con vos tengo que arreglar para llevarme la putita? -A lo que me dejo helado, pues no lo esperaba creí que era solo un juego, pero ante la mirada del chico respondí.
—si.
—la queremos llevar a mi casa y te la entregamos mañana, cuanto me cuesta el servicio?
Esto no era lo planeado, se me iba de las manos, la llame a Ale que se encontraba a unos metros de nosotros, le llevé un tanto distante del chico y le comenté la propuesta, ella dijo:
—ni loca.
—ok les digo que no.
—espera… pero cuantos son? –Preguntó.
Y en la pregunta supe que la idea le hacía cosquillas en el clítoris, entonces nos acercamos a Fernando (que era como se llamaba el chico) ella pregunto y el respondió:
—somos tres y te prometo que te vamos a tratar bien solo queremos cogerte y divertirnos un rato pero sin lastimarte —ella me miro y dijo:
—me gusta la propuesta, pero mi marido tiene la última palabra— Fernando me miro sorprendido, y yo sin pensarlo dos veces le dije:
—son 150 pesos por cada uno pero la condición es que yo también voy.
—solo nos acompañas hasta mi Dto., entras ves que no hay nadie más y te pagamos 200 porque la putita esta linda pero te vas a tu casita y mañana la venís a buscar a las 12 hs, si te va arreglamos así, sino no hay trato.
Mire a Ale y ella me dijo que por ella estaba bien, que luego me contaría todo. Salimos del lugar y mientras seguíamos a los chicos que eran muy jovencitos y seguramente iban a coger a Alejandra toda la noche, volví a preguntarle a Ale si estaba segura de hacerlo, ella me miro y me dijo:
— muero por ser la putita de esos chicos y además me voy a comprar un lindo vestido con ese dinero.
Llegamos al lugar que era un dto. En un 3° piso, al entrar pude ver que solo había una cama y un colchón en el piso, uno de los chicos mientras yo miraba el lugar en el que dejaría a mi mujer para ser cogida, ya le estaba levantando el vestido mientras le metía una mano que jugaba con sus labios vaginales, me despedí de Ale con un beso tenue y salí con una mezcla de sensaciones en mí, por un lado una erección increíble de la excitación que me daba saber que mi mujer iba ser la puta de esos chicos y que ella lo deseaba, y por otro lado el miedo de que le hicieran daño pero era parte del juego, cuando llegue a casa mi excitación era tal que tuve que masturbarme para poder conciliar un poco de sueño, sabía que ella estaba siendo penetrada como una puta y que le gustaba me ponía como loco, de pronto mi celular sonó y me desperté con mi pene en la mano, eran las 11hs y Alejandra me estaba llamando.
—ya podés venir a buscarme— me dijo— los chicos recién se durmieron —me vestí y salí raudamente para allá, al llegar Martin otro de los chicos estaba acompañado a mi esposa en el palier del edificio, al verme llegar este abrazo a Ale le dio un enorme beso, le toco bien el culo, se acercó a mi auto y me dijo:
—es una muy buena puta la que tenés, cuídala, se dejó hacer todo lo que le pedimos, solo te pido que me dejes cogerla una vez por semana y te voy a pagar más.
—lo hablo con ella y te aviso, le dije:
— ok, pero cuando la traigas tiene que venir totalmente depilada, sin un solo pelito, desnuda y solo con un tapado.
Ale subió al auto y partimos rumbo a casa, en el camino la pregunta era inevitable,
—que tal la pasaste? — te gusto? —le dije. Ella casi entre dormida me respondía:
—si me gusto más de lo que te imaginas y de lo que yo me imaginaba, me cogieron muy suave y lindo, pero me dejaron el culito bien abierto, Martin tiene una pija grande y muy linda, amo esa vergotaaaaaaa!!!! quiero que me coja todas las semanas, todos los días, toda mi vidaaaaa!!!
—contame más —le dije, ella metió una mano en su entre pierna y sacando un buen resto de semen y flujos propios me los enseño y me dijo:
—yo cumplí con mi parte y me los cogí a todos, si querés cogerme y que te cuente todo, cuando lleguemos a casa, vas a tener que chuparme bien la conchita y el culito que me quedo un poquito ardiendo —dijo.
Al llegar a casa no aguante más la tire en el sofá y comencé a chuparle el culito y la concha, que tenían sabor a semen, ella quizás por el cansancio me pedía más y me decía:
—tráeme a Martin, deseo esa verga —mientras me pedía que se la metiera, que deseaba que llame a alguien para cogerla, mientras la penetraba gritaba y suplicaba para que llame a alguien más para me ayudara a cogerla, me contaba lo que los chicos habían hecho con ella.
—mientras Fernando la desnudaba Martin y Horacio fueron llenaron la bañadera con agua tibia, luego me llevaron a la tina entre los tres y comenzaron a manosearme, uno de ellos trajo una pija de goma y muy suavemente me la metió en el culo, mientras los otros dos acariciaban mis pies uno y las tetas el otro, así me tuvieron por más de media hora hasta que finalmente me sacaron de la tina, me secaron y sin sacarme el juguete de mi culito uno a uno fueron cogiéndome —dijo:
Yo a esta altura ya estaba que explotaba, pero ella siguió con el relato.
—Una vez que cada uno termino dentro de mi conchita me sacaron suavemente el pene de goma del culito que ya estaba bien dilatado, lo llenaban con pocos de champan y metían sus lenguas en mi orto y bebían de él cual perritos, cuando el culito se cerraba volvían a introducir el pene de goma para dilatarlo y continuar, así estuvieron un buen rato hasta que se recuperaron y volvieron a penetrarme pero esta vez por el ano, el último fue Martin y me dejo como loca.
—te pido que no acabes — me dijo— quiero llames a David a Marcelo a Martin o quien desees para que me veas gozar cuando me penetran el culo.
Yo reventaba por las ganas de acabar, pero como no complacerla después de todo lo que ella hacía por mí, entonces comencé con los llamados mientras ella dormía un rato, no encontraba a nadie, entonces tome una decisión y llame a mi amigo Diego, el sin saber de qué se trataba vino urgentemente a casa, le dije que Alejandra y yo estábamos experimentando cosas nuevas en el sexo, si él me podía ayudar. A Diego siempre le había calentado Ale y sin preguntar demasiado se prestó para el juego, así que aprovechando que ella dormía le tapé los ojos con una venda, hice pasar a mi amigo a la habitación, ALE estaba totalmente desnuda Diego la puso culito para arriba y ella como buena putita se dejaba hacer sin importarle quien la estaba cogiendo, solo me pedía mi verga para tenerla en su boca, jadeaba como loca mientras Diego tomado de su cintura entraba y salía de su culito, ella gritaba y decía:
—lléname el culo de leche, seas quien seas, quiero que me saques la venda de los ojos, porque esta pija que llena mi culo se merece que la bese.
Mire a Diego y este largo todo su esperma dentro de mi mujer, mientras esta se arqueaba al recibir la leche caliente de mi amigo, yo hice lo propio en su boca, ella trago todo mi esperma e inmediatamente se quitó la venda, se dio la vuelta para saber quién se la había cogido esta vez y al encontrarse con Diego solo le pidió que sea discreto y que iba a poder cogerla cuando él lo desee, estando o no yo en casa, nos dormimos un rato los tres  abrazados en la cama, Diego se fue y luego salimos a comprar ese vestido que ella se había ganado...
La semana transcurrió sin hablar una palabra de lo sucedido, Alejandra se iba a trabajar a su colegio ya que es maestra y yo mi oficina, el día viernes al llegar a casa pasadas las 7 de la tarde note que Ale estaba recién bañada, llevaba puesto el  vestido que se había comprado el domingo y que le marcaba muy bien sus curvas, aquello me hizo pensar que ella quería tener otra noche de sexo loco, ya que el vestido era muy cortito y con sus botas puesta parecía una autentica perra en celos, al acercarme a ella sentí ese rico perfume que llevaba puesto, los ojos de Ale estaban como iluminados, ella me dijo que Martin el chico del domingo la había llamado, que si yo le permitía ir a coger con él, me pagaría haciendo lo que yo le pidiera, era evidente que mi esposa se había convertido en una auténtica puta y le gustaba,— ok, pero no lo olvides— le dije, al rato llego un auto toco bocina 2 veces y ella salió desesperada, yo la seguí, me acerque a la ventanilla del conductor del vehículo, ahí estaba Martin, quien me saludo, ella subió del otro lado, el saco 500 $, pero antes de entregármelos le pidió a ella que se levantara el vestido, quería ver si  estaba sin ropa interior y depilada totalmente como él lo había pedido, Alejandra así lo hizo, el me entrego el dinero y me dijo:
—te doy esto porque vamos a ser dos los que hoy la cogeremos —está bien? —Pregunto él.
—por mi está muy bien —le dije.
Ella estaba feliz y su mano ya se había posado en el bulto del pantalón de Martin.
—te la traigo a media noche porque hoy tocamos con la banda y no quiero dejarla mucho tiempo sola —dijo y partieron.
Yo estaba muy excitado con la situación, mi esposa docente se había convertido también en puta, un llamado me saco del estado nervioso en el que me encontraba, era Diego que quería que saliéramos con otros amigos a tomar unas cervezas, le dije que no podía porque Ale había salido con unas amigas y no se había llevado las llaves de casa, por lo que respondió que si no me molestaba traían las bebidas y nos la pasábamos en casa, —me gustó la idea, vengan –le respondí y me dispuse a esperarlos, pero por mi excitación no podía dejar de pensar e Alejandra, se hicieron las 11 de la noche y llegaron Diego, Pedro y Eduardo, comenzamos a charlar de autos y otras cosas, mientras bebíamos bastante , en eso llego el auto que traía a Ale, entro radiante hecha una diosa, con el cabello majado, se la notaba feliz y yo súper excitado, mis amigos comenzaron con sus bromas por el pelo majado de mi esposa, ella no tenía respuestas convincente para ello, ya habíamos bebido bastante y les pedí que olvidáramos el asunto y para cortar con las bromas nos pusimos a mirar un poco de televisión, seguimos tomando mientras Ale se fue a poner cómoda, yo moría de ganas por saber que había pasado en la salida de Alejandra con Martin, pero no podía hablar con ella, mientras mirábamos una película con mis amigos y bebíamos.
Ale salió del cuarto con solo un camisolín puesto y se sentó a mi lado en el sofá, enrollando sus magistrales piernas, las miradas de mis amigos eran muy evidentes, mi esposa dejaba ver parte de su tanga blanca, que en la oscuridad se veía muy bien.
—quieren que prepare café? —Pregunto ella, a lo que mis amigos respondieron que sí, Ale se paró y su camisolín se metió entre sus nalgas, dejando su culito casi desnudo a la vista de ellos, Diego no tardó mucho en levantarse del sillón y dijo:
—voy a ayudar a tu mujer con el café —yo sabía cuáles eran sus intenciones pero no me molestaba, ya que ella lo había invitado a coger cuando él quisiera, y eso me excitaba mucho más, al volver de la cocina luego de tardarse un buen rato, Ale traía abrochado tan son un botón del camisolín y al sentarse pude notar que ya no traía tanga  era evidente que algo había pasado, ahí estaba yo con mis amigos en casa y mi mujer hecha toda una puta atendiéndolos, las miradas al culo de Ale por parte de ellos eran incesantes, ella al inclinarse para servirles el café les brindaba un hermoso espectáculo mostrando sus voluptuosos pechos desnudos, de pronto  Eduardo y Pedro (que tenían una erección muy notoria) decidieron que era hora de marcharse y aunque invitaron a Diego para ir con ellos este dijo que si nosotros se lo permitíamos él se quedaría a dormir en casa porque estaba muy pasado en copas y no quería manejar, Ale y yo inmediatamente dijimos que no había problemas, que le haríamos un lugar en el sillón, pero interiormente yo sabía que Diego tenía otras intenciones, quedamos solos los tres, entonces Ale se paró frente a Diego y muy segura le dijo:
—quiero que sepas Dieguito, que me he convertido en una puta y que Gustavo está totalmente de acuerdo con ello, ahora tengo que contarle a mi marido con quien cogí esta noche, me gustaría que escuches, pero no cuentes nada, será nuestro secreto, como la chupada de conchita que me hiciste cuando preparábamos el café. Esta? —el solo la miraba sin decir una palabra, ella entonces comenzó a relatar— Martin me llevo a un lugar de la zona roja, en donde trabajan la putas, me dijo si querés mi pene tenés que cogerte al primero que venga, no importa si es viejo, feo, sucio, solo lo vas a coger sin cobrarle nada, yo estaba nerviosa pero me gustaba la idea, mientras él seguía estacionado mirando, en eso llego un señor mayor y cuando le dije que era gratis, no lo podía creer, me subí a su auto hicimos 2 o 3 cuadras me pidió que me sacara el vestido, jugo un rato con mis tetas y me pidió que se la chupara hasta que largo todo el semen caliente en mi boca, Martin nos había seguido y estaba a unos metros, así que deje al señor y me subí al auto de Martin, moría por de ganas por ser la puta de ese pene, pero él me dijo que se hacía tarde y me trajo.
Diego y yo estábamos que explotábamos de ganas por cogerla, entonces la tome de los hombros y fui sacando su camisa lentamente, mientras le besaba el cuello, Diego comenzó a quitarse la ropa, también está muy bien dotado y ella comenzó a mover su culito y refregarlo contra el instrumento de él, que ya estaba listo para penetrarla,  le deje el camino libre para que comience Diego, ella ya estaba puesta como perrita en celo, lista para recibir a su machito, pero el salió de la habitación con rumbo a la cocina, yo entonces no podía dejar a mi hembra así y comencé a penétrala, ella estaba muy mojada y bien dilatada, mi pene entraba y salía con mucha facilidad, yo sentía que reventaba de solo imaginar que hasta hacia unas horas había sido la puta de un auténtico desconocido, en un momento volvió Diego trayendo con sigo una botella platica llena de leche tibia que con toda suavidad introdujo la punta de la botella en el culito de ella y comenzó a llenárselo del líquido, mi mujer se retorcía de placer al sentir tanta leche entrando en su interior, Diego me pidió entonces que la penetrase por la conchita mientras el taponaba el culo de ella con su pija para que no saliera nada de líquido, ella gemía como loca, yo sentía el pene de mi amigo rosando las paredes de las cavidades de Ale, sus redondos y bien duritos pechos hacían su vaivén en mi cara, yo mordía sus pezones, los chupaba, podía sentir el perfume de las manos del tipo, que la había tocado un rato antes, eso me excitaba, el corazón me latía muy fuerte y de repente no aguante más, acabe como loco, Diego estaba con meter saca ininterrumpido, y a cada salida del pene del esfínter de mi mujer saltaban pequeños chorritos de líquido blanco, el saco su pija del culo de mi mujer ya que la leche  tibia en el culito de Alejandra estimulaba el glande de su pene  y chorros de semen mezclado con leche aun tibia salían del magistral ano de ella, quedamos exhaustos  y tendidos los tres en la cama, Ale nos agradeció a los dos por tan linda experiencia, ya que era su primera doble penetración, nos dio un beso reconfortante a cada uno lamio mi pene hasta la base, para no dejar ningún resto en ella, luego se levantó, fue a bañarse, al salir se vistió y me dijo:
—en una hora viene Martin a buscarme, vuelvo el domingo a la noche prepárenme algo rico de cenar...
Y allí nos quedamos Diego y yo tirados en la cama mientras mi mujer se iba con su pene favorito a disfrutar de un domingo de lujuria, pero esa es otra historia... 
CONTINUARÁ…

2 comentarios - Se cogieron a mi esposa Alejandra (2)

Elcuatroagujas
Terrible. Hay que ser bien macho para ser el marido de ella
DnIncubus
Mientras Martín siga pagando, ella después cumpla, yo el marido no me hago drama, algo de provecho hay que sacar de la puta 💵💵😄😆