You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Mi marido sacó la putita que vivía en mi (Parte 4)

En mis relatos anteriores les conté como fue que de ser una mujer “normal” de apetito sexual común, pase a ser una puta insaciable, con los familiares de mi marido y también con extraños, en verdad todo fue muy rápido y casi que ni yo misma lo había podido creer, pero esa madruga del día 2 de enero, después de que haber tenido sexo con cinco hombres incluyendo a mi marido, Walter el camionero me despertó sigilosamente y me propuso ir con ellos a Córdoba y luego recorreríamos el país y países vecinos, debo confesar que la propuesta era muy tentadora, yo me encontraba cansada y un poco aturdida, entonces decidí levantarme a preparar café, mientras el Cordobés (primo de mi marido) y Walter preparaban sus cosas, este último se me acerco ya cuando me encontraba en la cocina y me dijo:
-Andreita, que tal la pasaste ayer?, descansaste?
-Buenos días Walter, la verdad la pase fantástico, dormí muy bien.
-Pensaste en mi propuesta? -dijo Walter con cara de diablillo.
-Siiii, pero no puedo dejar mi vida para ir de aventuras por otros lugares, es linda la propuesta y te lo re agradezco, pero eso me traería muchos problemas, además, si bien estoy sin trabajo, estoy buscando porque debo ganar dinero, no puedo vivir de Mariano.
-Pero Andre podrías trabajar conmigo.
En ese momento entro Pablo (el Cordobés) y al escuchar las palabras de Walter comenzó a reír y dijo:
-Viejo zorro... te querés llevar a la primita, eso no se hace.
-Es que necesita trabajo y yo un ayudante, el trabajo lo puede hacer un hombre o una mujer.
Yo solo reía y escuchaba mientras armaba el desayuno, en ese momento Mariano también ya andaba dando vueltas por la casa.
Cuento estos detalles porque quienes leen creerán que la vida de una recién estrenada putita es todo sexo, pero se equivocan, somos personas normales a las que el deseo y la pasión nos desbordan, que nos encanta coger, pero tenemos vida igual que quienes leen este relato.
Dicho esto vuelvo a los detalles.
-Que pasa acá que hay tantas risas –dijo Mariano mientras me abrazaba y me daba un hermoso beso de buenos días, yo solo llevaba puesta una diminuta tanga y una remera que tan solo cubría mi cuerpo hasta pasar el ombligo, mi marido tocaba mi cola como si no hubiese nadie más que nosotros dos en la cocina.
-Epa, no van a empezar a hacernos desear tan temprano –dijo Walter.
-Jajaja, no hombre, quedate tranquilo de esta casa nadie se va deseando nada, no es así mi amor? –dijo Mariano mientras ponía la otra mano por debajo de la remera y tocaba una de mis tetas, que claramente estaban sin sostén, y me besaba.
-Amor, Walter me ofrece trabajar con el -dije
-Trabajar en el camión?? jaja y vos te animarías?
--Sí, no sé muy bien cuál sería el trabajo.
-El trabajo es simple, los camiones de hoy son mejor que un auto para manejar –dijo Walter mientras no podía quitarme la vista de las tetas que Mariano tocaba sin parar.
-Pero Andre, vos te animarías a manejarlo? Porque igual hay momentos en los que hay que hacer fuerza -pregunto Pablo, mientras terminaba el desayuna y se levantaba de la mesa en dirección al lavado.
-Vos crees que Andre no es fuerte?? toca estos brazos -dijo Mariano, a lo que Pablo no dudo y pego su cuerpo al mío para tocar mis brazos, yo al sentir esa verga cerca mío no pude más que estirar mi mano y llevarla hasta su paquete.
-Uffff Andreita parece que no te alcanzo con lo de anoche –Dijo Pablo mientras se acercó para darme un beso, yo mire a Mariano quien con un guiño de ojo se colocó bien detrás mío y ya sus dos manos levantaban mi remera dejando mis tetitas al aire como ofreciéndoselas a su primo, este no dudo en besarme y mientras lo hacia también tocaba mis pezones junto a las manos de mi marido.
-No quiero ser agua fiestas -dijo Walter pero tenemos que salir antes de que haya más tránsito.
-Si tenés razón –dijo Pablo
-Te vas y me dejan así? -pregunte angustiada, quería esa verga una vez más y él se alejaba de mi cuerpo.
-Si flaquita, es que la ruta más tarde se pone terrible, son 800 km desde Bs As a Córdoba.
-Entonces que vas a hacer? Trabajas conmigo o no?  Pregunto Walter
Yo mire a Mariano, con carita de pena y él me dijo:
-Amor la decisión es tuya, querés trabajar con Walter anda ya.
-De verdad mi amor??
-La otra semana volvemos a Bs As con una carga, podemos venir y si no te gusta el trabajo te quedas –Dijo Walter.
-Dale Andre, anda y proba si te gusta -dijo mi marido.
Yo volé a vestirme y en pocos minutos tenia listo el bolso con unas pocas ropas, total era verano y no necesitaría mucho. Le di unos cuantos besos a Mariano que depositaba toda su confianza en mí y de un salto subí al camión, la aventura empezaba, así partimos rumbo a la cuidad de Córdoba, el viaje estaba muy divertido, risas, chistes, todo era muy emocionante, cerca de las 11 de la mañana un desperfecto nos dejó sin aire acondicionado y el calor en la cabina del camión comenzó a sentirse, los hombres bajaron las ventanillas, pero el aire que entraba desde afuera también era caliente, yo iba en el asiento en medio de ellos dos, pero el calor se hacía insoportable por lo que ellos se quitaron las remeras que traían puestas y yo hice lo mismo quedando tan solo con sostén, que antes de salir de casa me había puesto.
-En el próximo pueblo vamos a parar para almorzar y vemos si podemos arreglar el aire acondicionado –dijo Walter
Al llegar a un parador Pablo y yo fuimos a buscar donde almorzar mientras Walter hacia revisar el camión. Al regreso nuestro la cara de Walter era muy larga.
-Que paso, no se puede arreglar? -Pregunto Pablo
-siiiii pero el arreglo es caro, no acepta tarjetas y otro lugar no hay.
-Ahhh, nooo, dejame que hablo con el hombre -dije yo, dispuesta a llegar a un acuerdo o convencerlo.
-Hola, no hay manera de que nos puedas arreglar el camión y la otra semana cuando pasamos te pagamos? -dije
-No flaquita, ya le dije a tu marido, sabes cuantos no me pagaron más.
-jeje, no, no es mi marido, trabajo con el.
-Ahh mira y que clase de trabajo haces con un camionero?, mira putita si estas laburando y no te gusta coger con calor báncatela.
Me pareció muy grosero, pero para no pelear, me aguante el insulto (en definitiva algo de putita tenia), entonces aproveche y le dije:
-Y vos no te cogerías a esta putita a cambio del arreglo del camión?
-ufff, eso suena interesante... pero el arreglo no es barato.
-esta putita tampoco, hacemos trato? –dije.
-Dame dos minutos que ya vengo y te digo si hacemos o no trato -dicho eso salió caminando rápidamente en dirección al fondo del taller.
Me acerque entonces a los muchachos y les dije que fueran a almorzar que yo me encargaba del arreglo, Walter y Pablo no podían creerlo pero sin preguntar nada se fueron a almorzar. A los pocos minutos vuelve el mecánico y me dice:
-Hacemos trato si también entra mi amigo el negro en el juego?
Me lo pensé dos segundos y dije:
-Ok, pero nada de violencia, no me gustan los golpes.
No podía creer las palabras que salían de mi boca, era toda una trabajadora sexual.
-Negrooo, veni ya está todo arreglado –grito el hombre y apareció un morocho de espalda inmensa, con brazos increíbles, con cara de enojado y dijo:
-Esta es la puta? Cómo te llamas?
-Andrea
-Sacate la ropa, muy despacito y mientras mírame.
-Así está bien- decía yo mientras hacia lo que él me pedía
-Siii, desnudate toda, y ponete en cuatro patas con el culito mirando para acá.
Lo hice y sentí como me tocaban ambos, uno de ellos comenzó a meter un dedo suavemente en ano, hacía calor, mi espalda sudaba sin cesar, me sentía humillada, puta muy puta y me excitaba, estaba haciéndolo con desconocidos.
-Levantaba bien el culo –dijo el Negro y así lo hice, pero el dándome una palmada me dijo:
-Levántalo bien putita, dale mostrarme que deseas pagar por el trabajo que vamos a hacer en el camión de tu amigo, porque vos querés pagar verdad?
-shhhiiii –dije ya muy excitada por el manoseo que me estaban haciendo.
.Bueno muy bien, así me gusta –dijo el otro que yo no podía ver ya que permanecía en cuatro patas.
Pero de repente, la voz del negro dijo:
-Pasa Roberto, dale... pasa boludo.
Y yo quede anonadada entraba alguien más para cogerme.
-Chicos eran solo dos –dije.
-Mi putita, tranquila una pijazo más que te comas no te va a hacer nada y nosotros quedamos bien con un proveedor amigo.
Los tres me cogieron un buen rato, trague leche, chupe vergas, me excite y disfrute muchísimo, cuando uno estaba en mi conchita, otro entraba en boca, los tres pasaron por mi culito y lo llenaron de espeso esperma, cuando terminamos ellos se fueron a arreglar el camión y yo a almorzar, los muchachos me estaban esperando, Walter al verme llegar, un poco despeinada, pero con cara de felicidad, me dijo:
-Creo que te va a gustar el trabajo, le pones el cuerpo, jeje
-Espero no defraudarte –dije
-Prima con esta actitud vas a llegar muy lejos –dijo Pablo
Así fue como comenzó mi trabajo de camionera y putita... Muy putita.

0 comentarios - Mi marido sacó la putita que vivía en mi (Parte 4)