Hola, este es mi primer relato, soy un hombre de casi 50 años de edad divorciado!!! Si, por realizar algunas fantasías con mi esposa, todo se fue terminando hasta terminar con mi matrimonio de 25 años, lo que voy a relatar les hoy, fueron los últimos 5 o 6 años de mi matrimonio con "Lucia" mi esposa.
Después de los 20 años de casado, mi forma de pensar en mi matrimonio toma otro rumbo, creo que voyerismo, primero cuando salía con mi esposa, todo era normal, después la hacía vestir más sexy, con vestidos o faldas más razonas, mi esposa andaba sobre los 30 años, no voy a decirles que era un monumento de mujer, pero si era bonita y de muy buen cuerpo, no era alta no era baja, su piel blanca y sus ojos verdes, en fin, de principio ella se resistía un poco a llevar esas ropas, pero yo le insistía, empecé a comprarle ropa cara de marca, y eso le gusto a ella, que de por sí, ya era algo orgullosa, su ropa interior se la compraba en Victoria Secret, en fin, la fui transformando, a ella le empezó a gustar todo eso, pues ya después, ella me chantajea a mí, me decía vi un vestido que me gusto y esta cortijo como te gusta, ok. Todo lo que me pedía le compraba, pero si me satisfacía mis fantasías cuando salíamos, yo siempre he tenido el delirio de verle los calzones a las mujeres, aclaró, no soy un enfermo ni ando buscando ni espiando mujeres para vérselas, pues bien, aquí en pieza mi relato.
Empezamos a salir, mi esposa ya sabiendo que me iba a dar mis buenos taquitos de hoja, así que donde había oportunidad, me enseñaba el calzón, ella no se rasurada la panocha, a mí no me gustaba, así que en ocasiones hasta los pelitos me enseñaba, todo iba bien, pero la morbosidad fue creciendo, después ya no era que solo yo se los viera, si no también que otros hombres se los vieran, no sé qué me estaba pasando, pero eso me excita demasiado, al principio mi esposa se negaba, pero después tampoco a ella le importaba quien se los viera, y como gozaba yo cuando alguien más le miraba su pano chita, a donde quiera que fuéramos muchos, muchos fueron afortunados de ver tan rico espectáculo, pues bien mi esposa en peso a trabajar pues ya se había acostumbrado a estrenar a cada rato, ropa, zapatos, joyas de todo, así que empezó a trabajar, no paso mucho tiempo cuando me di cuenta que ya gastaba demasiado dinero, si, tal vez mi esposa ya me estaba engañando con otro hombre, pensaba yo, y eso me molestaba y mucho, pero al mismo tiempo me excita pensar que otro se estaba comiendo mi panochita, así que todas las noches mientras me la estaba cogiendo le preguntaba si ya había probado otra verga pero me decía que no, pero mis sospechas eran cada vez más fuertes.
APARECE DON ANDRÉS:
Un día sucede que nos visita un antiguo vecino, don Andrés, un señor de algunos 55 años divorciado, fue a la casa platicamos un buen rato y se fue, una morbosa idea nació en mí, esa noche le propuse a mi esposa algo descabellado, le dije: oye, viste como te miraba don Andrés, estás loco dijo ella. Pasaron algunos días, don Andrés nos volvió a visitar, pero antes había hablado para ver si estábamos en casa, si aquí estamos vengas e a platicar un rato, en lo que él llegaba le dije a mi esposa, mañana te compro algo que quieras si le enseñas los calzones a don Andrés, estás loco me dijo, que va a pensar el, no la convencí, pero si se puso una falda arriba de las rodillas, que lógico, al sentarse algo iba a enseñar, llego la noche, llego nuestro invitado, mi esposa sirvió pan y café, yo acomode todo para que don Andrés quedará sentado en frente de mi esposa en ratos yo me hacía tonto que iban al baño, a la cocina, claro, para dejarlos solos a ver que hacía mi amigo, fue una noche normal, cuando él se fue mi esposa me dijo no me dejes mucho tiempo sola con él, porque, le dije, te dijo algo? No, pero no me gusta, ok. Ya en nuestro cuarto y con la verga adentro le decía a mi esposa, haaa... te gusta la verga mija, si, si me gusta. Porque, porque te gusta, porque soy puta, y que les hacen a las putas, se las cogen, y a ti ya te cogieron, guardaba silencio, no contestaba, pregunto yo, te vio don Andrés los calzones, no sé, yo creo que sí, ya ves que la falda estaba cortita,,, y cuando te iban al baño se me quedaba viendo mi puchita, a lo mejor si me los vio... uuuuuu, que pura eressss... le digo yo, te gusta que sea puta, sí.
Le digo si me gusta que otro te vea la panocha, a ti te gusta también no, o no eres puta, si, si, soy puta, coge me metemela toda la verga,, te gusta verdad, te gusta la verga, si, si me gusta, ya así entre pulidos y pulidos esa noche tuve éxito, ya probaste otra verga, dime, no me voy a enojar, me gusta que seas puta, siiii... si que mija, me cogieron papi, me cogieron, haaaa... te metieron la verga, en serio mija, te comiste otra verga, y mientras le preguntaba le daba unos metido nos de verga, hhhaaa... siiiiii... me cogieron papi, a ti te gusta que sea puta no? Si, si me gusta que seas puta, me gusta que otro te cosa. Esa noche quedo todo revelado, ya no había duda entonces le dije, vieras como me excita nomas de pensar que don Andrés te haga visto los calzones, yo creo que si me los vio, traía el pito bien parado, como sabes le pregunte, hayyyy... uno de mujer se da cuenta Fernández, uuuyyyy, entonces deja te sigo cogiendo, haaa que puta eres, te gusta, quieres que le enseñe los calzones a don Andrés? Siii, le digo, siiii... quiero que te vea tu panochita, haaaa que puta eres, y si ya no viene, me dice, si si le hablo viene, se los vas a enseñar le pregunte, si, si tú quieres sí.
Así quedamos aquella noche, por dos o tres días, no hablamos del tema, pues mi esposa solo con la verga adentro era cuando hablaba, después no me dejaba hacer ningún comentario, así que no dije nada, pero llegado el sábado le dije, arregla te vamos al mall a comprarle un vestido, y eso, porque me dijo, le voy a hablar a don Andrés para que venga a platicar en la noche, Fernández, me dijo, no pensarás que le voy a enseñar verdad, Lucia, ya quedamos no? Frenando, de veras quieres que le enseñe los calzones? Si, le dije, y después de mucho discutir me dijo, ok, pero solo se los voy a enseñar, nada más, y no quiero que me dejes sola con él, está bien le dije. Bueno, fuimos al Mall, le compre un vestido como yo lo quería, quería asegurarme de que si se le iban a ver los calzones, así que le compre uno con botones al frente, y unos lindos calzoncitos blancos transparentes, todo estaba listo!! Solo faltaba el afortunado invitado que no sabía lo que le esperaba esa noche.
Continuará…
Después de los 20 años de casado, mi forma de pensar en mi matrimonio toma otro rumbo, creo que voyerismo, primero cuando salía con mi esposa, todo era normal, después la hacía vestir más sexy, con vestidos o faldas más razonas, mi esposa andaba sobre los 30 años, no voy a decirles que era un monumento de mujer, pero si era bonita y de muy buen cuerpo, no era alta no era baja, su piel blanca y sus ojos verdes, en fin, de principio ella se resistía un poco a llevar esas ropas, pero yo le insistía, empecé a comprarle ropa cara de marca, y eso le gusto a ella, que de por sí, ya era algo orgullosa, su ropa interior se la compraba en Victoria Secret, en fin, la fui transformando, a ella le empezó a gustar todo eso, pues ya después, ella me chantajea a mí, me decía vi un vestido que me gusto y esta cortijo como te gusta, ok. Todo lo que me pedía le compraba, pero si me satisfacía mis fantasías cuando salíamos, yo siempre he tenido el delirio de verle los calzones a las mujeres, aclaró, no soy un enfermo ni ando buscando ni espiando mujeres para vérselas, pues bien, aquí en pieza mi relato.
Empezamos a salir, mi esposa ya sabiendo que me iba a dar mis buenos taquitos de hoja, así que donde había oportunidad, me enseñaba el calzón, ella no se rasurada la panocha, a mí no me gustaba, así que en ocasiones hasta los pelitos me enseñaba, todo iba bien, pero la morbosidad fue creciendo, después ya no era que solo yo se los viera, si no también que otros hombres se los vieran, no sé qué me estaba pasando, pero eso me excita demasiado, al principio mi esposa se negaba, pero después tampoco a ella le importaba quien se los viera, y como gozaba yo cuando alguien más le miraba su pano chita, a donde quiera que fuéramos muchos, muchos fueron afortunados de ver tan rico espectáculo, pues bien mi esposa en peso a trabajar pues ya se había acostumbrado a estrenar a cada rato, ropa, zapatos, joyas de todo, así que empezó a trabajar, no paso mucho tiempo cuando me di cuenta que ya gastaba demasiado dinero, si, tal vez mi esposa ya me estaba engañando con otro hombre, pensaba yo, y eso me molestaba y mucho, pero al mismo tiempo me excita pensar que otro se estaba comiendo mi panochita, así que todas las noches mientras me la estaba cogiendo le preguntaba si ya había probado otra verga pero me decía que no, pero mis sospechas eran cada vez más fuertes.
APARECE DON ANDRÉS:
Un día sucede que nos visita un antiguo vecino, don Andrés, un señor de algunos 55 años divorciado, fue a la casa platicamos un buen rato y se fue, una morbosa idea nació en mí, esa noche le propuse a mi esposa algo descabellado, le dije: oye, viste como te miraba don Andrés, estás loco dijo ella. Pasaron algunos días, don Andrés nos volvió a visitar, pero antes había hablado para ver si estábamos en casa, si aquí estamos vengas e a platicar un rato, en lo que él llegaba le dije a mi esposa, mañana te compro algo que quieras si le enseñas los calzones a don Andrés, estás loco me dijo, que va a pensar el, no la convencí, pero si se puso una falda arriba de las rodillas, que lógico, al sentarse algo iba a enseñar, llego la noche, llego nuestro invitado, mi esposa sirvió pan y café, yo acomode todo para que don Andrés quedará sentado en frente de mi esposa en ratos yo me hacía tonto que iban al baño, a la cocina, claro, para dejarlos solos a ver que hacía mi amigo, fue una noche normal, cuando él se fue mi esposa me dijo no me dejes mucho tiempo sola con él, porque, le dije, te dijo algo? No, pero no me gusta, ok. Ya en nuestro cuarto y con la verga adentro le decía a mi esposa, haaa... te gusta la verga mija, si, si me gusta. Porque, porque te gusta, porque soy puta, y que les hacen a las putas, se las cogen, y a ti ya te cogieron, guardaba silencio, no contestaba, pregunto yo, te vio don Andrés los calzones, no sé, yo creo que sí, ya ves que la falda estaba cortita,,, y cuando te iban al baño se me quedaba viendo mi puchita, a lo mejor si me los vio... uuuuuu, que pura eressss... le digo yo, te gusta que sea puta, sí.
Le digo si me gusta que otro te vea la panocha, a ti te gusta también no, o no eres puta, si, si, soy puta, coge me metemela toda la verga,, te gusta verdad, te gusta la verga, si, si me gusta, ya así entre pulidos y pulidos esa noche tuve éxito, ya probaste otra verga, dime, no me voy a enojar, me gusta que seas puta, siiii... si que mija, me cogieron papi, me cogieron, haaaa... te metieron la verga, en serio mija, te comiste otra verga, y mientras le preguntaba le daba unos metido nos de verga, hhhaaa... siiiiii... me cogieron papi, a ti te gusta que sea puta no? Si, si me gusta que seas puta, me gusta que otro te cosa. Esa noche quedo todo revelado, ya no había duda entonces le dije, vieras como me excita nomas de pensar que don Andrés te haga visto los calzones, yo creo que si me los vio, traía el pito bien parado, como sabes le pregunte, hayyyy... uno de mujer se da cuenta Fernández, uuuyyyy, entonces deja te sigo cogiendo, haaa que puta eres, te gusta, quieres que le enseñe los calzones a don Andrés? Siii, le digo, siiii... quiero que te vea tu panochita, haaaa que puta eres, y si ya no viene, me dice, si si le hablo viene, se los vas a enseñar le pregunte, si, si tú quieres sí.
Así quedamos aquella noche, por dos o tres días, no hablamos del tema, pues mi esposa solo con la verga adentro era cuando hablaba, después no me dejaba hacer ningún comentario, así que no dije nada, pero llegado el sábado le dije, arregla te vamos al mall a comprarle un vestido, y eso, porque me dijo, le voy a hablar a don Andrés para que venga a platicar en la noche, Fernández, me dijo, no pensarás que le voy a enseñar verdad, Lucia, ya quedamos no? Frenando, de veras quieres que le enseñe los calzones? Si, le dije, y después de mucho discutir me dijo, ok, pero solo se los voy a enseñar, nada más, y no quiero que me dejes sola con él, está bien le dije. Bueno, fuimos al Mall, le compre un vestido como yo lo quería, quería asegurarme de que si se le iban a ver los calzones, así que le compre uno con botones al frente, y unos lindos calzoncitos blancos transparentes, todo estaba listo!! Solo faltaba el afortunado invitado que no sabía lo que le esperaba esa noche.
Continuará…
0 comentarios - Hice de mi esposa una puta