Anteriormente: Luego de una sesión psicológica con Andrea, la amiga de mi madre, terminamos dejando pasar lo que ocurrió la semana anterior como algo que no volvería a pasar y que sería parte de un recuerdo que no afectaría nuestra relación.
Pero ese mismo día termino poniéndole crema de sol a mi madre al costado de la pileta y masturbándola terminando comiendole la vulva con mi boca, logrando que tenga un orgasmo que la deja temblando boca abajo.
No dice nada, solo respira con los ojos cerrados recuperando aire, y yo me alejo de la zona, de la casa y me voy a mi departamento sin despedirme.
Poco duró la terapia porque habíamos tenido una recaída unas horas más tarde.
Al siguiente día todo parece transcurrir normal hasta que suena el timbre de mi departamento.
Es Andrea, me resulta extraño que venga un domingo, me dice que tiene que hablar conmigo.
Cuando entra a mi departamento, cierra la puerta y se abalanza sobre mí besándome y agarrándome la pija.
"ayer me calentó todo lo que contaron que hicieron con tu madre"
Y mientras se desnuda y me empuja hacia mi cuarto se las ingenia para desabrocharme el pantalón y la camisa.
Terminamos cogiendo como bestias mientras me pide que le diga mamita.
Era tanta mi excitación acumulada que exploté dentro de ella y los chorros salieron por el costado de su vagina al sacar mi pene palpitante.
Solo un rato descansamos porque Andrea se viste para volver a su casa, me pide que sigamos manteniendo el secreto.
La semana siguiente, volvemos a encontrarnos los tres en casa de mi madre, esta vez mi madre está más cubierta, no tiene escote. El día es caluroso pero ella usa un pantalón ancho negro.
Andrea le pregunta porqué está tan tapada, mi madre le cuenta lo que hicimos el sábado anterior después de la terapia.
Andrea me mira cómplice, sabiendo lo que hicimos el domingo anterior y también preguntándose porqué no le conté esto.
Mi madre se quiebra y llora, dice que se siente sucia, no por no frenar la situación, sino porque ella admite que ella lo provocó, ella ideó todo lo de quedarnos a comer, lo de la pileta, lo de la crema solar y pensó hasta en la bikini ideal para lograr su cometido.
Andrea se muerde los labios, ella sabe que de toda esa situación ellá se queda con el sexo, mientras mi madre solo calienta la pija que ella se come.
A Andrea parece gustarle la idea de estimularnos sin llegar a concretar, está usando las terapias para su beneficio sexual.
Tal es así que le dice a mi madre que se cambie y se vaya a poner la bikini que usó.
Mientras mi madre obedece entre sollozos cambiándose en su cuarto, Andrea me interpela por no haberle contado tan morbosa situación.
Vuelve mi madre con la bikini del sábado anterior, Andrea la felicita por su figura y por cómo le queda.
Me dice a mí que le diga que me parece el cuerpo de mi madre con esa diminuta prenda.
Habló de sus bondades, de sus enormes tetas, de su generosa cadera, esa cola abundante, sus piernas torneadas.
Andrea me interrumpe y nos pide salir a la pileta y que traigamos la crema solar.
Nos dice que usar la pileta, tomar sol y poner crema no tiene ninguna connotación sexual, debemos hacerlo sin dobles intenciones.
Así que mi madre se pone boca abajo y yo me pongo a untarle crema como el sábado anterior.
Andrea que ya tiene todos los detalles le dice a mi madre que se desate la bikini de arriba, dejando la espalda desnuda.
También cuando tengo las manos llenas de crema, pregunta si yo estaba vestido en tal ocasión.
Al saber la respuesta, le dice a mi madre que me ayude a sacarme la ropa para que no la manche con la crema.
Mi madre se reincorpora, cubriéndose con un brazo los pechos y con la otra mano desabrocha los botones de mi camisa.
Una vez desabrochada su mano se desliza por el interior sacando manga por manga, dejando caer al piso la prenda.
Luego mira a Andrea, porque venía la parte del pantalón. Su amiga no se inmuta, solo indica que prosiga.
La mano de mi madre se esfuerza por liberar el cinturón, el botón y luego el cierre del pantalón.
Su esfuerzo con una sola mano hace que su otro brazo se corra de lugar y liberé un pezón, un gran pezón maduro.
Su mano se escabulle en mi pantalón forzandolo a caer al suelo, un boxer negro sale a la luz.
"era turquesa" dice mi madre sobre el boxer mostrando su buena memoria.
Andrea remarca acerca de lo que decidió memorizar.
Volvemos a la posición inicial, mi madre boca abajo y yo encremándola.
Luego cuando llego a la cola, lo hago con naturalidad, esta vez mi madre no toca las cintas de su parte inferior del bikini.
Al terminar Andrea nos felicita por hacerlo de forma natural sin connotación sexual.
Le recomienda a mi madre que hoy no nos quedemos solos, y que me vaya.
Era obvio lo que ocurrió luego.
Al volver a mi departamento por detrás aparece Andrea a sacarme la calentura que me había provocado la situación.
Así ocurre durante un par de semanas más, Andrea genera situaciones para calentarnos y luego termina la sesión para cogerme a solas.
Pasa el tiempo y las amigas de mi madre, Andrea y Maribel junto a ella inauguran al fín su café.
Todo es fiesta, y luego de la apertura se van a festejar solas en la noche como tres adolescentes.
El negocio comienza a funcionar bien, dejamos las sesiones, ya no ocurre nada con mi madre, Andrea sigue apareciendo en mi departamento de improviso para coger.
En una de esas oportunidades que estamos cogiendo alguien toca el timbre de la puerta de mi departamento.
Lo hace de forma insistente, tal vez alguna vecina indignada por los ruidos con la cama, por los gritos de Andrea.
Suena mi teléfono también, es mi madre, atiendo el teléfono mientras Andrea se ríe mientras me cabalga.
"estoy afuera, me abrió el portero, necesito pasar al baño hijo"
Me visto como puedo y escondo a Andrea en el ropero.
Mi madre pasa y va directo al baño casi sin saludarme. Yo tiemblo de nervios.
Al salir del baño aliviada se sienta en el sofá y me pregunta cosas del trabajo, me cuenta como va el café etc.
En eso se percata de la cartera de Andrea, que estaba en un rincón.
Me dice que esa es la cartera de ella, me pregunta que hago con esa cartera, y se pone de pie, empieza a preguntarme acorralándome.
Tengo que admitirle lo que hago con su amiga, ella se enoja y la putea al aire, mientras pregunta si está en el departamento.
Le digo que es mejor que se retire, pero entra furiosa a mi cuarto, como si supiera abre la puerta del placard.
Allí está Andrea desnuda.
La agarra de los pelos y la tira al suelo, mientras Andrea pide perdón llorando.
Logro separarla y mi madre se va furiosa, diciendole de todo a su ahora ex amiga.
Andrea, se viste llorando y se retira sin decirme nada.
Llamo a mi madre y no contesta.
Veo sus redes sociales y publica fotos en ropa interior mostrando sus tetas y su culo, diciendo que esta noche se libera.
Un montón de hombres le responden la foto y tambien jovenes, avisándole que le envían mensajes privados, le dicen mama, mamita, y hasta alguno le dice "que rica puta".
Activo mi aplicación de citas y allí está ella, activando también la suya, inmediatamente al estar online me manda un video de sus tetas y me pregunta si me gustan.
Me dice que hoy estará en cierto bar, si quiero conocerla.
Evidentemente lo de Andrea la hizo enojar mucho, no está en sus cabales.
Esa noche nuevamente voy al rescate de mi madre.
Esta vez está sola, no está con ninguna de sus amigas.
Está con una mini muy cortita, debe ser vestido nuevo, un escote pronunciadísimo, se cambió el color del pelo y el peinado.
Se puso tacos altísimos a tono con el color de sus uñas rojas.
Baila sola en forma sensual, se le acercan muchos hombres y parece querer provocarlos.
Cuando veo que un jovén se le acerca y se le pega, manoseando su culo y besándole el cuello me acerco.
Ella se deja manosear y cuando está por besarlo, los interrumpo.
Me preguntá qué hago ahí y porque la estoy siguiendo.
El joven quiere empujarme y me pregunta quién soy, al responderle que soy el hijo, se va solo.
"yo también quiero divertirme, no solo vos podes, todos cogén menos yo que tengo que andar con culpa por lo que hago"
Los de al lado comienzan a mirar extrañados por los gritos de mi madre.
Incluso un patovica se acerca y mi madre dice que está todo bien que soy su hijo. Más extraño nos miran.
Quiero hacer las paces, que se calme, que no haga cosas por despecho, así que le invito unos tragos.
Nos perdonamos por lo vivido y por lo de Andrea y pasamos a la pista a bailar un poco.
Allí bailamos juntos, pegados, hace calor, hay transpiración en la piel de ambos.
En medio de la oscuridad el baile se torna mas sensual, mas lento, mas pegado.
Su mini se sube un poco más, mis manos controlan su cadera. Sus manos se apoyan en mis brazos y en mi abdomen.
Se pone de espaldas y se frota en mí, su cola se apega a mi bulto mientras la rodeo de la cintura con mis brazos.
Al girarla y ponerla frente a mi lo hago con mis manos en la cadera baja, tocando sus nalgas de forma descarada.
Me apoya las tetas mientras me besa el cuello ofreciéndome el suyo.
Nos apoyamos contra la pared y mi mano se pierde por debajo de su falda, tiene pleno contacto con su culo, mi lengua pasa por su cuello y ella aprieta su panza contra mi pene.
Nos besamos en la oscuridad, nuestras lenguas se funden en una sola, mientras me resfriega sus tetas sobre mi camisa.
Una mano suya va a mi miembro por arriba del pantalón, juega aprovechando la escasa luz. Por mi parte corro su tanga y mis dedos hurgan en esos labios que ya conocía.
Su manó se pone inquieta y se mete por dentro de mi pantalón.
Vuelve a experimentar la mano de mi madre el tacto de mi miembro caliente y duro.
Estamos ambos masturbándonos al mismo tiempo contra una pared en la oscuridad del boliche.
Algunos pasan y se dan cuenta de la situación. Se ríen pero no nos importa, estamos poseídos por la calentura.
Mis dedos tienen toda la humedad del interior de mi madre, la mano de mi madre se topa con el líquido preseminal de mi glande. Nuestras lenguas están llenas de la saliva del otro, nuestros labios se muerden entre sí.
Esta noche será la liberación de mi madre
Pero ese mismo día termino poniéndole crema de sol a mi madre al costado de la pileta y masturbándola terminando comiendole la vulva con mi boca, logrando que tenga un orgasmo que la deja temblando boca abajo.
No dice nada, solo respira con los ojos cerrados recuperando aire, y yo me alejo de la zona, de la casa y me voy a mi departamento sin despedirme.
Poco duró la terapia porque habíamos tenido una recaída unas horas más tarde.
Al siguiente día todo parece transcurrir normal hasta que suena el timbre de mi departamento.
Es Andrea, me resulta extraño que venga un domingo, me dice que tiene que hablar conmigo.
Cuando entra a mi departamento, cierra la puerta y se abalanza sobre mí besándome y agarrándome la pija.
"ayer me calentó todo lo que contaron que hicieron con tu madre"
Y mientras se desnuda y me empuja hacia mi cuarto se las ingenia para desabrocharme el pantalón y la camisa.
Terminamos cogiendo como bestias mientras me pide que le diga mamita.
Era tanta mi excitación acumulada que exploté dentro de ella y los chorros salieron por el costado de su vagina al sacar mi pene palpitante.
Solo un rato descansamos porque Andrea se viste para volver a su casa, me pide que sigamos manteniendo el secreto.
La semana siguiente, volvemos a encontrarnos los tres en casa de mi madre, esta vez mi madre está más cubierta, no tiene escote. El día es caluroso pero ella usa un pantalón ancho negro.
Andrea le pregunta porqué está tan tapada, mi madre le cuenta lo que hicimos el sábado anterior después de la terapia.
Andrea me mira cómplice, sabiendo lo que hicimos el domingo anterior y también preguntándose porqué no le conté esto.
Mi madre se quiebra y llora, dice que se siente sucia, no por no frenar la situación, sino porque ella admite que ella lo provocó, ella ideó todo lo de quedarnos a comer, lo de la pileta, lo de la crema solar y pensó hasta en la bikini ideal para lograr su cometido.
Andrea se muerde los labios, ella sabe que de toda esa situación ellá se queda con el sexo, mientras mi madre solo calienta la pija que ella se come.
A Andrea parece gustarle la idea de estimularnos sin llegar a concretar, está usando las terapias para su beneficio sexual.
Tal es así que le dice a mi madre que se cambie y se vaya a poner la bikini que usó.
Mientras mi madre obedece entre sollozos cambiándose en su cuarto, Andrea me interpela por no haberle contado tan morbosa situación.
Vuelve mi madre con la bikini del sábado anterior, Andrea la felicita por su figura y por cómo le queda.
Me dice a mí que le diga que me parece el cuerpo de mi madre con esa diminuta prenda.
Habló de sus bondades, de sus enormes tetas, de su generosa cadera, esa cola abundante, sus piernas torneadas.
Andrea me interrumpe y nos pide salir a la pileta y que traigamos la crema solar.
Nos dice que usar la pileta, tomar sol y poner crema no tiene ninguna connotación sexual, debemos hacerlo sin dobles intenciones.
Así que mi madre se pone boca abajo y yo me pongo a untarle crema como el sábado anterior.
Andrea que ya tiene todos los detalles le dice a mi madre que se desate la bikini de arriba, dejando la espalda desnuda.
También cuando tengo las manos llenas de crema, pregunta si yo estaba vestido en tal ocasión.
Al saber la respuesta, le dice a mi madre que me ayude a sacarme la ropa para que no la manche con la crema.
Mi madre se reincorpora, cubriéndose con un brazo los pechos y con la otra mano desabrocha los botones de mi camisa.
Una vez desabrochada su mano se desliza por el interior sacando manga por manga, dejando caer al piso la prenda.
Luego mira a Andrea, porque venía la parte del pantalón. Su amiga no se inmuta, solo indica que prosiga.
La mano de mi madre se esfuerza por liberar el cinturón, el botón y luego el cierre del pantalón.
Su esfuerzo con una sola mano hace que su otro brazo se corra de lugar y liberé un pezón, un gran pezón maduro.
Su mano se escabulle en mi pantalón forzandolo a caer al suelo, un boxer negro sale a la luz.
"era turquesa" dice mi madre sobre el boxer mostrando su buena memoria.
Andrea remarca acerca de lo que decidió memorizar.
Volvemos a la posición inicial, mi madre boca abajo y yo encremándola.
Luego cuando llego a la cola, lo hago con naturalidad, esta vez mi madre no toca las cintas de su parte inferior del bikini.
Al terminar Andrea nos felicita por hacerlo de forma natural sin connotación sexual.
Le recomienda a mi madre que hoy no nos quedemos solos, y que me vaya.
Era obvio lo que ocurrió luego.
Al volver a mi departamento por detrás aparece Andrea a sacarme la calentura que me había provocado la situación.
Así ocurre durante un par de semanas más, Andrea genera situaciones para calentarnos y luego termina la sesión para cogerme a solas.
Pasa el tiempo y las amigas de mi madre, Andrea y Maribel junto a ella inauguran al fín su café.
Todo es fiesta, y luego de la apertura se van a festejar solas en la noche como tres adolescentes.
El negocio comienza a funcionar bien, dejamos las sesiones, ya no ocurre nada con mi madre, Andrea sigue apareciendo en mi departamento de improviso para coger.
En una de esas oportunidades que estamos cogiendo alguien toca el timbre de la puerta de mi departamento.
Lo hace de forma insistente, tal vez alguna vecina indignada por los ruidos con la cama, por los gritos de Andrea.
Suena mi teléfono también, es mi madre, atiendo el teléfono mientras Andrea se ríe mientras me cabalga.
"estoy afuera, me abrió el portero, necesito pasar al baño hijo"
Me visto como puedo y escondo a Andrea en el ropero.
Mi madre pasa y va directo al baño casi sin saludarme. Yo tiemblo de nervios.
Al salir del baño aliviada se sienta en el sofá y me pregunta cosas del trabajo, me cuenta como va el café etc.
En eso se percata de la cartera de Andrea, que estaba en un rincón.
Me dice que esa es la cartera de ella, me pregunta que hago con esa cartera, y se pone de pie, empieza a preguntarme acorralándome.
Tengo que admitirle lo que hago con su amiga, ella se enoja y la putea al aire, mientras pregunta si está en el departamento.
Le digo que es mejor que se retire, pero entra furiosa a mi cuarto, como si supiera abre la puerta del placard.
Allí está Andrea desnuda.
La agarra de los pelos y la tira al suelo, mientras Andrea pide perdón llorando.
Logro separarla y mi madre se va furiosa, diciendole de todo a su ahora ex amiga.
Andrea, se viste llorando y se retira sin decirme nada.
Llamo a mi madre y no contesta.
Veo sus redes sociales y publica fotos en ropa interior mostrando sus tetas y su culo, diciendo que esta noche se libera.
Un montón de hombres le responden la foto y tambien jovenes, avisándole que le envían mensajes privados, le dicen mama, mamita, y hasta alguno le dice "que rica puta".
Activo mi aplicación de citas y allí está ella, activando también la suya, inmediatamente al estar online me manda un video de sus tetas y me pregunta si me gustan.
Me dice que hoy estará en cierto bar, si quiero conocerla.
Evidentemente lo de Andrea la hizo enojar mucho, no está en sus cabales.
Esa noche nuevamente voy al rescate de mi madre.
Esta vez está sola, no está con ninguna de sus amigas.
Está con una mini muy cortita, debe ser vestido nuevo, un escote pronunciadísimo, se cambió el color del pelo y el peinado.
Se puso tacos altísimos a tono con el color de sus uñas rojas.
Baila sola en forma sensual, se le acercan muchos hombres y parece querer provocarlos.
Cuando veo que un jovén se le acerca y se le pega, manoseando su culo y besándole el cuello me acerco.
Ella se deja manosear y cuando está por besarlo, los interrumpo.
Me preguntá qué hago ahí y porque la estoy siguiendo.
El joven quiere empujarme y me pregunta quién soy, al responderle que soy el hijo, se va solo.
"yo también quiero divertirme, no solo vos podes, todos cogén menos yo que tengo que andar con culpa por lo que hago"
Los de al lado comienzan a mirar extrañados por los gritos de mi madre.
Incluso un patovica se acerca y mi madre dice que está todo bien que soy su hijo. Más extraño nos miran.
Quiero hacer las paces, que se calme, que no haga cosas por despecho, así que le invito unos tragos.
Nos perdonamos por lo vivido y por lo de Andrea y pasamos a la pista a bailar un poco.
Allí bailamos juntos, pegados, hace calor, hay transpiración en la piel de ambos.
En medio de la oscuridad el baile se torna mas sensual, mas lento, mas pegado.
Su mini se sube un poco más, mis manos controlan su cadera. Sus manos se apoyan en mis brazos y en mi abdomen.
Se pone de espaldas y se frota en mí, su cola se apega a mi bulto mientras la rodeo de la cintura con mis brazos.
Al girarla y ponerla frente a mi lo hago con mis manos en la cadera baja, tocando sus nalgas de forma descarada.
Me apoya las tetas mientras me besa el cuello ofreciéndome el suyo.
Nos apoyamos contra la pared y mi mano se pierde por debajo de su falda, tiene pleno contacto con su culo, mi lengua pasa por su cuello y ella aprieta su panza contra mi pene.
Nos besamos en la oscuridad, nuestras lenguas se funden en una sola, mientras me resfriega sus tetas sobre mi camisa.
Una mano suya va a mi miembro por arriba del pantalón, juega aprovechando la escasa luz. Por mi parte corro su tanga y mis dedos hurgan en esos labios que ya conocía.
Su manó se pone inquieta y se mete por dentro de mi pantalón.
Vuelve a experimentar la mano de mi madre el tacto de mi miembro caliente y duro.
Estamos ambos masturbándonos al mismo tiempo contra una pared en la oscuridad del boliche.
Algunos pasan y se dan cuenta de la situación. Se ríen pero no nos importa, estamos poseídos por la calentura.
Mis dedos tienen toda la humedad del interior de mi madre, la mano de mi madre se topa con el líquido preseminal de mi glande. Nuestras lenguas están llenas de la saliva del otro, nuestros labios se muerden entre sí.
Esta noche será la liberación de mi madre
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