Vi a mi novio, pero realmente me importaba más consentir a mi semental. Acariciaba con calma todo el cuerpo de mi suegro para empezar a relajarlo, se merecía eso y más por estarme ayudando a cumplir mi deseo. Lo besaba con entrega, chupando su lengua, hasta que se levantó y pude ver que su pene estaba semi erecto escurriendo semen. Me puse en cuatro y se lo mamé todo, me lo metía hasta la base, le chupaba cada testículo y golpeaba mi lengua con su gruesa macana. Así estuvimos hasta que logre ponerlo rígido otra vez.
-Quiero que me hagas sentir toda tu carne- le dije- te gustó cogerme?
-Con la mamada que me hiciste lo sentí mucho
-Alguna vez te imaginaste que me ibas a terminar cogiendo?- pregunté
-No, pero es estás bien rica y eres una perra en la intimidad- Octavio
-También seré la madre de tu hijo- dije - respeta
Nos excitó y en menos de un minuto estábamos besándonos y masturbándonos mutuamente de rodillas en la cama, ante la mirada lujuriosa de mi novio, le iba a tocar ver como su papá otra vez me llenaba orgulloso de su caliente esperma. Besaba el cuello de mi suegro masturbando con lujuria su verga que ya estaba escurriendo, mientras mi novio y yo nos miramos fijamente. Era muy caliente eso
-Te excita?- pregunté viendo a mi novio pero el que contestó fue su papá
-Mucho, ya teníamos quince días sin coger Fanny- dijo mi suegro
En ese momento nuestro secreto se vino abajo, era obvio que mi suegro no se había dado cuenta que a sus espaldas estaba su hijo, y ahora mi novio sabía que su papá y yo cogíamos, porque la última vez que habíamos cogido los 3 fue hace casi 2 meses, en mi cara roja se notó un poco de preocupación hasta que mi novio me hizo una señal de aprobación, eso me calmó un poco pero decidí hacer algo con Octavio. Tomé apresurada una prenda y como pude vendé sus ojos, todo para darme tiempo y hablar con Armando. Lo mame rápido y le pedí que no se quitara la venda
Tomé a mi novio y despacio salimos a la otra habitación. Yo lo veía tranquilo así que me acerque y comencé a masturbar su pene para mantenerlo con la cabeza caliente y evitar problemas.
-Amor, lo lamento mucho pero me acosté con tu papá algunas veces a solas- le dije con cinismo- qué vamos a hacer?
-Quiero ver como cogen- Armando
-Amor, vinimos a pasarla bien, no creo que haya estado bien que te enterarás así, y querernos ver después de saberlo no es sano-
-No es sano desde la primera vez que te cogimos, no me vengas con eso, quiero ver como otro te hace suya, y si es entre nosotros mejor- Armando
-Te daré gusto, solo prométeme que después me vas a dar una cogidota como solo tú puedes- le dije sonriendo con malicia- quiero tu desquite
Con esa jugada yo esperaba que no hubiera ningún problema entre nosotros 3 y poder seguir cogiendo con gusto.
Me asomé para ver qué mi suegro estuviera vendado, pero no, se la había quitado, tomé un prenda mía y entré a vendar sus ojos otra vez.
-No te quites la venda, quiero que disfrutes tu orgasmo al máximo- le dije chupándosela
-Qué rico mamas! No cabe duda que la práctica hace al maestro- Octavio
-Quiero que me cojas pensando en otra, yo sólo soy tu depósito, reviéntame pensando en otra, no hay problema- seguí comiendo su deliciosa carne- cógetela usando mi vagina para masturbarte
-Puedo decir su nombre? - Preguntó
-Claro, es parte de la fantasía- contesté- ya la tienes bien parada, penetrala, destrozala!
Le vende los ojos y lo acosté de espaldas a la puerta, ya no espere más, me subí para clavarme su deliciosa carne, entró fácil, estaba lubricada de mis jugos y su semen.
-Que gorda! Ah! Me abre toda, suegro!
Comencé a cabalgar su miembro, en eso veo entrar a mi novio y sentarse en la silla. Ser vista por mi novio mientras su papá me coge me puso muy caliente.
-Te gusta?!- Pregunté sonriendo fijamente a Armand
-Sii!- gimió Octavio- se siente riquísimo!
-Vamos a ver cuánta leche me das esta vez, si no fuera por el DIU ya me hubieras embarazado desde hace mucho! - le dije mordiendo mi labio- Ah! Que grande la tienes! Papi!
Sentí como esos comentarios enardecieron a Octavio pues empezó a apretar mi cuerpo con desesperación, nalga y teta eran sus favoritas.
Así cómo estaba sentía su miembro directamente en mi cérvix uterino, de todos los hombres con lo que he tenido relaciones sexuales los mejores son Octavio y su hijo, bien dotados, aguantadores, depravados y buenos para meter la verga. Yo cabalgando a mi suegro parecía una amazona, con mis manos me recargaba en sus gruesos muslos, empujando mi cadera con energía para enterrarme en la grotesca verga de mi suegro, mientras el acariciaba con lujuria todo mi cuerpo. Especialmente mis senos que estaban expuestos por la posición, los exprimía como si fuera alguna fruta y eso me ponía muy puta. Decidí hacer de esta noche algo más intenso, le quite la ropa de la cara, me recosté sobre él y dejé mis senos en su boca. Mientras el me lamía mis ubres yo me relamía mis labios viendo a mi novio, el cornudo de su hijo, mientras era masacrada frente a sus ojos y por su propio padre.
-Octavio! Ah! Tu hijo nos está viendo! Ayy!
-Pues es tu novio! Tiene derecho- jadeo- dile que se nos una.
Mi incliné y con un susurro le dije a mi suegro- creo que es hora de la doble penetración- mientras ensartada en él, acariciaba su barriga y sus flácidos pectorales.
-Crees que nos aguantes? Es mucha verga para ti sola- dijo el suegro- bajando el ritmo del pistón
-Sólo hay una manera de saber- alzando mi vista le sonreí a mi novio- amor, ve por el lubricante
Entonces mi novio salió de la habitación casi corriendo y regresó en un instante, yo seguía comiendo con mi vagina el miembro viril de su papá, flanqueando su algo flácido pero incansable cuerpo de señor en contraste con mis muslos juveniles y mi vientre plano.
-Súbete, mi rey! Su puta los va a preparar para que disfruten este trío- le dije a mi novio
Abajo su papá nos miraba excitado, acariciando mis senos y copulando lentamente.
-Les gusta?! Gracias a mi cuerpo y a sus vergas grandes somos una familia feliz- dije con el cuerpo ardiendo y la cara roja.
-Muy compenetrada diría yo- dijo mi suegro con su glande metido hasta mi matriz.
-Ay amor, tu papi y yo nos entendemos muy bien- le dije a mi novio con la cara de perra que produce tener a dos hombres de la misma línea de sangre dándote hasta para llevar.
-Si, me caes muy, muy bien nuera- Octavio me dijo mientras tomaba mis nalgas y las botaba.
-Ay suegro! Aparte de vergudo eres simpático! Qué hombres dios mío!- le dije bajando mi lengua a la suya para trenzarlas en una danza oral.
Mi cuerpo al igual que el de mi suegro ya estaba brillando por el sudor, pero no era por el esfuerzo físico, era por la presión sexual de tener un trío de la nuera con padre e hijo. Estábamos poseídos por lo insano, lo prohibido… y ardiendo nos entregamos al pecado.
Me incorporé y se la empecé mamar a mi novio.
-Cuantas otras mujeres te habrán mamado?! - me pregunté en voz alta- A cuántas has reventado?!
-No han sido tantas- Armand
-No te hagas pendejo- le dije mordiendo su pene- cuándo nos cogiste a Jessica y a mí, se nota que ya estabas bien experimentado en los tríos
-Ay amor, sigues mamando con eso- dijo mi novio- todavía que las dejé bien cogidas te pones pesada
-Por eso cabrón! No era la primera vez que estabas dándote a dos mujeres al mismo tiempo- le dije masturbando con lujuria su miembro
-Ni va a ser la última vez- me dijo y yo lo miré con incredulidad y un cierto enojo, además de que estaba roja de la excitación porque mi suegro se seguía moviendo suavemente dentro de mi
-Y mejor sígueme chupando porque ahorita te la voy a meter por el culo para que aprendas a no estar molestando- me dijo sintiéndose muy hombre el imbécil
Decidida empecé a llenar su verga con lubricante, hasta los huevos quedaron llenos de líquido por si también me los quería meter.
-Pues hazlo, a ver si muy hombre, mi amor! Mi cornudo- le dije burlona
Miré hacia abajo y me acosté sobre su papá. Nos empezamos a besar con pasión, en eso siento a mi novio acomodarse detrás de mí, metiendo lubricante en mi recto con sus dedos de forma impune, bajaba y me lamia todo el ano mientras a un par de centímetros la verga de su papá se movía lentamente en mi vagina, estimulando nuestros genitales y haciéndonos gemir.
-Ya estás lista para darte!- dijo mi novio acomodando su paradisima verga en la entrada de mi ano.
Yo arquee la espalda para darle mejor acceso, él empezó a llenar de carne mi recto.
Yo abrí la boca y mis ojos ante la mirada de su papá, sentí que no había aire en esa habitación y la sensación de mi piel ardiendo me empezó a causar estragos mentales. Busqué con torpeza y desesperación las manos de Octavio, entrelazando nuestros dedos con fuerza, necesitaba apoyo en este momento tan duro, dónde uno se conoce a profundidad.
-Soy una perra! - grité preocupada por lo que venía
Mi novio siguió empujando hacia mis nalgas hasta que su pubis afeitado choco con mi cadera.
-Ay que rico Fanny! Siento muy caliente!- dijo Armand
-Ya hay que darle lo que quiere, vamos a reventar a tu novia- le dijo Octavio mientras me miraba
Empezamos a trabajar en la cópula más caliente que habíamos hecho hasta ese día. Sentía desesperación con sus virilidades moviéndose dentro de mí. Ellos gemían mientras yo gritaba, me estaban haciendo pedazos jaja. Su hombría apenas estaba separada por una capa de piel, estaba segura que sentían los movimientos del otro. Son unos cerdos por sentir placer de rozar sus miembros mientras me cogen riquísimo. Mi piel se erizo, el placer se empezó a acumular en mi vientre causando escalofríos en toda mi piel, era el demasiado para mí.
-Me van a matar! Me están desmadrando!- grité sin poder creer que una mujer pudiera soportar tanto placer
-Cállate y goza, pendeja!- me dijo mi novio dándome una fuerte nalgada
-Querías verga?! Pues ahora aguántala, niña!- dijo Octavio excitado
Verme tan extasiada y vulnerable hizo que saliera lo más salvaje de ese macho alfa que llevan dentro.
-Suegro! Eyacula hasta el fondo! Quiero que tú me dejes embarazada! Ándale! Eyacúlame!- me tarde mucho es decir todas esas barbaries, cada oración o palabras era interrumpida por un pujido, grito o jadeo involuntario
-Fanny! Te quieres casar conmigo?!- Preguntó Octavio que junto a su hijo me estaban dando la cogida de mi vida
-Qué?!!- grité ante tal pregunta, mientras mis piernas empezaron a temblar
-Cásate conmigo!- gritó Octavio
Solté la mano de Octavio y gire mi brazo para tomar a Armando del cuello. Mi suegro aprovechó mi teta levantada y expuesta para succionar mi hinchado pezón. Hice un esfuerzo por mantener la compostura.
-Amor! Amor! Tú no te quieres casar conmigo?!- le pregunté dándole su lugar como mi novio mientras trenzamos lengua rápido
-También me quiero casar! Vas a ser nuestra esposa!- gritó
Ya estábamos experimentando el orgasmo, pero el destape que acabábamos de tener nos lanzó directamente al orgasmo. Arquee la espalda de forma obscena, la tención sexual me obligó a quedarme así mientras era masacrada a velocidad desquiciante
-Ahhh! Si me quiero casar contigo Octavio! Seré su esposa! Seré su esclava! Ahhh! Amo cómo me cogen! Los amo!! Dios mío! Los amo!!- gritaba mientras me venía, mi cuerpo bañado en sudor se sacudía y mis ojos perdían el enfoque.
Mis oídos eran estimulados por los gritos de Octavio y Armand, y mis orificios se contraían de placer, ellos lucharon y murieron dentro de mi, sentí como mi novio empezó a llenar de leche mi recto, era mucha y me llegaba hasta dónde nadie lo había logrado. Esos espasmos eyaculatorios estimularon a su papá, que me clavo hasta la matriz y eyaculó directamente en mis ovarios. Los tres gritábamos nuestro orgasmo de forma brutal, eran gritos de agonía pero también de gozo. Era el cielo tocado con los dedos.
Nos dejamos caer, agotados y con espasmos involuntarios por lo que quedaba de aquel devastador terremoto que nos sacudió hasta el alma. Después de unos minutos más mi novio extrajo su hombría de mi culo, escurriendo de semen y se acostó junto a nosotros. Me levanté y me saque la verga de su papá, cuando salió un chorro de nuestros fluidos cayó sobre su pene y escurrió a los huevos.
Me quedé sentada sobre mis talones admirando a tan buenos machos. Empecé a hacerme una cola de caballo para que mi cabello quedara recogido.
-Relájense mis amores, yo voy a limpiar esto- dije llevando mi boca a el pene flácido de mi novio- mis machos, mis próximos maridos jeje
-Límpialas bien cariño- me dijo Octavio
Se las dejé limpias pero se les habían empezado a parar, sólo los mire y sonreí.
Eran las 5 de la tarde del sábado. Continúa.
-Quiero que me hagas sentir toda tu carne- le dije- te gustó cogerme?
-Con la mamada que me hiciste lo sentí mucho
-Alguna vez te imaginaste que me ibas a terminar cogiendo?- pregunté
-No, pero es estás bien rica y eres una perra en la intimidad- Octavio
-También seré la madre de tu hijo- dije - respeta
Nos excitó y en menos de un minuto estábamos besándonos y masturbándonos mutuamente de rodillas en la cama, ante la mirada lujuriosa de mi novio, le iba a tocar ver como su papá otra vez me llenaba orgulloso de su caliente esperma. Besaba el cuello de mi suegro masturbando con lujuria su verga que ya estaba escurriendo, mientras mi novio y yo nos miramos fijamente. Era muy caliente eso
-Te excita?- pregunté viendo a mi novio pero el que contestó fue su papá
-Mucho, ya teníamos quince días sin coger Fanny- dijo mi suegro
En ese momento nuestro secreto se vino abajo, era obvio que mi suegro no se había dado cuenta que a sus espaldas estaba su hijo, y ahora mi novio sabía que su papá y yo cogíamos, porque la última vez que habíamos cogido los 3 fue hace casi 2 meses, en mi cara roja se notó un poco de preocupación hasta que mi novio me hizo una señal de aprobación, eso me calmó un poco pero decidí hacer algo con Octavio. Tomé apresurada una prenda y como pude vendé sus ojos, todo para darme tiempo y hablar con Armando. Lo mame rápido y le pedí que no se quitara la venda
Tomé a mi novio y despacio salimos a la otra habitación. Yo lo veía tranquilo así que me acerque y comencé a masturbar su pene para mantenerlo con la cabeza caliente y evitar problemas.
-Amor, lo lamento mucho pero me acosté con tu papá algunas veces a solas- le dije con cinismo- qué vamos a hacer?
-Quiero ver como cogen- Armando
-Amor, vinimos a pasarla bien, no creo que haya estado bien que te enterarás así, y querernos ver después de saberlo no es sano-
-No es sano desde la primera vez que te cogimos, no me vengas con eso, quiero ver como otro te hace suya, y si es entre nosotros mejor- Armando
-Te daré gusto, solo prométeme que después me vas a dar una cogidota como solo tú puedes- le dije sonriendo con malicia- quiero tu desquite
Con esa jugada yo esperaba que no hubiera ningún problema entre nosotros 3 y poder seguir cogiendo con gusto.
Me asomé para ver qué mi suegro estuviera vendado, pero no, se la había quitado, tomé un prenda mía y entré a vendar sus ojos otra vez.
-No te quites la venda, quiero que disfrutes tu orgasmo al máximo- le dije chupándosela
-Qué rico mamas! No cabe duda que la práctica hace al maestro- Octavio
-Quiero que me cojas pensando en otra, yo sólo soy tu depósito, reviéntame pensando en otra, no hay problema- seguí comiendo su deliciosa carne- cógetela usando mi vagina para masturbarte
-Puedo decir su nombre? - Preguntó
-Claro, es parte de la fantasía- contesté- ya la tienes bien parada, penetrala, destrozala!
Le vende los ojos y lo acosté de espaldas a la puerta, ya no espere más, me subí para clavarme su deliciosa carne, entró fácil, estaba lubricada de mis jugos y su semen.
-Que gorda! Ah! Me abre toda, suegro!
Comencé a cabalgar su miembro, en eso veo entrar a mi novio y sentarse en la silla. Ser vista por mi novio mientras su papá me coge me puso muy caliente.
-Te gusta?!- Pregunté sonriendo fijamente a Armand
-Sii!- gimió Octavio- se siente riquísimo!
-Vamos a ver cuánta leche me das esta vez, si no fuera por el DIU ya me hubieras embarazado desde hace mucho! - le dije mordiendo mi labio- Ah! Que grande la tienes! Papi!
Sentí como esos comentarios enardecieron a Octavio pues empezó a apretar mi cuerpo con desesperación, nalga y teta eran sus favoritas.
Así cómo estaba sentía su miembro directamente en mi cérvix uterino, de todos los hombres con lo que he tenido relaciones sexuales los mejores son Octavio y su hijo, bien dotados, aguantadores, depravados y buenos para meter la verga. Yo cabalgando a mi suegro parecía una amazona, con mis manos me recargaba en sus gruesos muslos, empujando mi cadera con energía para enterrarme en la grotesca verga de mi suegro, mientras el acariciaba con lujuria todo mi cuerpo. Especialmente mis senos que estaban expuestos por la posición, los exprimía como si fuera alguna fruta y eso me ponía muy puta. Decidí hacer de esta noche algo más intenso, le quite la ropa de la cara, me recosté sobre él y dejé mis senos en su boca. Mientras el me lamía mis ubres yo me relamía mis labios viendo a mi novio, el cornudo de su hijo, mientras era masacrada frente a sus ojos y por su propio padre.
-Octavio! Ah! Tu hijo nos está viendo! Ayy!
-Pues es tu novio! Tiene derecho- jadeo- dile que se nos una.
Mi incliné y con un susurro le dije a mi suegro- creo que es hora de la doble penetración- mientras ensartada en él, acariciaba su barriga y sus flácidos pectorales.
-Crees que nos aguantes? Es mucha verga para ti sola- dijo el suegro- bajando el ritmo del pistón
-Sólo hay una manera de saber- alzando mi vista le sonreí a mi novio- amor, ve por el lubricante
Entonces mi novio salió de la habitación casi corriendo y regresó en un instante, yo seguía comiendo con mi vagina el miembro viril de su papá, flanqueando su algo flácido pero incansable cuerpo de señor en contraste con mis muslos juveniles y mi vientre plano.
-Súbete, mi rey! Su puta los va a preparar para que disfruten este trío- le dije a mi novio
Abajo su papá nos miraba excitado, acariciando mis senos y copulando lentamente.
-Les gusta?! Gracias a mi cuerpo y a sus vergas grandes somos una familia feliz- dije con el cuerpo ardiendo y la cara roja.
-Muy compenetrada diría yo- dijo mi suegro con su glande metido hasta mi matriz.
-Ay amor, tu papi y yo nos entendemos muy bien- le dije a mi novio con la cara de perra que produce tener a dos hombres de la misma línea de sangre dándote hasta para llevar.
-Si, me caes muy, muy bien nuera- Octavio me dijo mientras tomaba mis nalgas y las botaba.
-Ay suegro! Aparte de vergudo eres simpático! Qué hombres dios mío!- le dije bajando mi lengua a la suya para trenzarlas en una danza oral.
Mi cuerpo al igual que el de mi suegro ya estaba brillando por el sudor, pero no era por el esfuerzo físico, era por la presión sexual de tener un trío de la nuera con padre e hijo. Estábamos poseídos por lo insano, lo prohibido… y ardiendo nos entregamos al pecado.
Me incorporé y se la empecé mamar a mi novio.
-Cuantas otras mujeres te habrán mamado?! - me pregunté en voz alta- A cuántas has reventado?!
-No han sido tantas- Armand
-No te hagas pendejo- le dije mordiendo su pene- cuándo nos cogiste a Jessica y a mí, se nota que ya estabas bien experimentado en los tríos
-Ay amor, sigues mamando con eso- dijo mi novio- todavía que las dejé bien cogidas te pones pesada
-Por eso cabrón! No era la primera vez que estabas dándote a dos mujeres al mismo tiempo- le dije masturbando con lujuria su miembro
-Ni va a ser la última vez- me dijo y yo lo miré con incredulidad y un cierto enojo, además de que estaba roja de la excitación porque mi suegro se seguía moviendo suavemente dentro de mi
-Y mejor sígueme chupando porque ahorita te la voy a meter por el culo para que aprendas a no estar molestando- me dijo sintiéndose muy hombre el imbécil
Decidida empecé a llenar su verga con lubricante, hasta los huevos quedaron llenos de líquido por si también me los quería meter.
-Pues hazlo, a ver si muy hombre, mi amor! Mi cornudo- le dije burlona
Miré hacia abajo y me acosté sobre su papá. Nos empezamos a besar con pasión, en eso siento a mi novio acomodarse detrás de mí, metiendo lubricante en mi recto con sus dedos de forma impune, bajaba y me lamia todo el ano mientras a un par de centímetros la verga de su papá se movía lentamente en mi vagina, estimulando nuestros genitales y haciéndonos gemir.
-Ya estás lista para darte!- dijo mi novio acomodando su paradisima verga en la entrada de mi ano.
Yo arquee la espalda para darle mejor acceso, él empezó a llenar de carne mi recto.
Yo abrí la boca y mis ojos ante la mirada de su papá, sentí que no había aire en esa habitación y la sensación de mi piel ardiendo me empezó a causar estragos mentales. Busqué con torpeza y desesperación las manos de Octavio, entrelazando nuestros dedos con fuerza, necesitaba apoyo en este momento tan duro, dónde uno se conoce a profundidad.
-Soy una perra! - grité preocupada por lo que venía
Mi novio siguió empujando hacia mis nalgas hasta que su pubis afeitado choco con mi cadera.
-Ay que rico Fanny! Siento muy caliente!- dijo Armand
-Ya hay que darle lo que quiere, vamos a reventar a tu novia- le dijo Octavio mientras me miraba
Empezamos a trabajar en la cópula más caliente que habíamos hecho hasta ese día. Sentía desesperación con sus virilidades moviéndose dentro de mí. Ellos gemían mientras yo gritaba, me estaban haciendo pedazos jaja. Su hombría apenas estaba separada por una capa de piel, estaba segura que sentían los movimientos del otro. Son unos cerdos por sentir placer de rozar sus miembros mientras me cogen riquísimo. Mi piel se erizo, el placer se empezó a acumular en mi vientre causando escalofríos en toda mi piel, era el demasiado para mí.
-Me van a matar! Me están desmadrando!- grité sin poder creer que una mujer pudiera soportar tanto placer
-Cállate y goza, pendeja!- me dijo mi novio dándome una fuerte nalgada
-Querías verga?! Pues ahora aguántala, niña!- dijo Octavio excitado
Verme tan extasiada y vulnerable hizo que saliera lo más salvaje de ese macho alfa que llevan dentro.
-Suegro! Eyacula hasta el fondo! Quiero que tú me dejes embarazada! Ándale! Eyacúlame!- me tarde mucho es decir todas esas barbaries, cada oración o palabras era interrumpida por un pujido, grito o jadeo involuntario
-Fanny! Te quieres casar conmigo?!- Preguntó Octavio que junto a su hijo me estaban dando la cogida de mi vida
-Qué?!!- grité ante tal pregunta, mientras mis piernas empezaron a temblar
-Cásate conmigo!- gritó Octavio
Solté la mano de Octavio y gire mi brazo para tomar a Armando del cuello. Mi suegro aprovechó mi teta levantada y expuesta para succionar mi hinchado pezón. Hice un esfuerzo por mantener la compostura.
-Amor! Amor! Tú no te quieres casar conmigo?!- le pregunté dándole su lugar como mi novio mientras trenzamos lengua rápido
-También me quiero casar! Vas a ser nuestra esposa!- gritó
Ya estábamos experimentando el orgasmo, pero el destape que acabábamos de tener nos lanzó directamente al orgasmo. Arquee la espalda de forma obscena, la tención sexual me obligó a quedarme así mientras era masacrada a velocidad desquiciante
-Ahhh! Si me quiero casar contigo Octavio! Seré su esposa! Seré su esclava! Ahhh! Amo cómo me cogen! Los amo!! Dios mío! Los amo!!- gritaba mientras me venía, mi cuerpo bañado en sudor se sacudía y mis ojos perdían el enfoque.
Mis oídos eran estimulados por los gritos de Octavio y Armand, y mis orificios se contraían de placer, ellos lucharon y murieron dentro de mi, sentí como mi novio empezó a llenar de leche mi recto, era mucha y me llegaba hasta dónde nadie lo había logrado. Esos espasmos eyaculatorios estimularon a su papá, que me clavo hasta la matriz y eyaculó directamente en mis ovarios. Los tres gritábamos nuestro orgasmo de forma brutal, eran gritos de agonía pero también de gozo. Era el cielo tocado con los dedos.
Nos dejamos caer, agotados y con espasmos involuntarios por lo que quedaba de aquel devastador terremoto que nos sacudió hasta el alma. Después de unos minutos más mi novio extrajo su hombría de mi culo, escurriendo de semen y se acostó junto a nosotros. Me levanté y me saque la verga de su papá, cuando salió un chorro de nuestros fluidos cayó sobre su pene y escurrió a los huevos.
Me quedé sentada sobre mis talones admirando a tan buenos machos. Empecé a hacerme una cola de caballo para que mi cabello quedara recogido.
-Relájense mis amores, yo voy a limpiar esto- dije llevando mi boca a el pene flácido de mi novio- mis machos, mis próximos maridos jeje
-Límpialas bien cariño- me dijo Octavio
Se las dejé limpias pero se les habían empezado a parar, sólo los mire y sonreí.
Eran las 5 de la tarde del sábado. Continúa.
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