Nuevo día y nuevas experiencias para el cerdito. El tiempo pasaba tranquilo, estaba en el trabajo con mis braguitas rosas puestas como mi ama quería y con la jaula encerrando mi polla. Las horas avanzaban mientras terminaba mi jornada sin muchas novedades de mi ama. Ese día solo había tenido que ir un par de veces al baño por orden suya para hacerme dos fotos, una desnudo y otra de rodillas con la jaula fuera.
Mi Ama me estaba dejando trabajar sin muchas tareas por su parte, a la hora de salir me fui para el coche y me fumé un cigarro antes de subirme, no me gusta fumar dentro.
Mientras lo hacia, revisaba la carpeta privada del móvil donde tenia las fotos que le iba enviando a mi Ama, aquello me ponía cachondo, poder revisar todo lo que había ido haciendo.
Vi que aparecía en la parte de arriba el símbolo del WhatsApp, eso significaba mensaje de mi ama. Lo abrí lo mas rápido que pude y me puse a leer todo.
A: Ya habrás salido del trabajo cerdito, quiero que de camino en el coche vayas con tu jaula fuera y las pinzas puestas. Te quiero puntual hoy aquí y no me hagas enfadar porque vas a lamentarlo.
Cuando aparques me escribes y tendrás mas información.
Me puse de camino, habíamos quedado en un hotel ese día, dormiríamos juntos si es que dormíamos claro. No sabia lo que me esperaba. Así que encendí la música y con mi jaula fuera me puse rumbo al hotel.
Era una zona con edificios, algun bloque de pisos y parques, un sitio tranquilo. Pasaba por una avenida grande mientras me acercaba al hotel, lo vi de lejos y me aparque lo mas cerca. Costaba encontrar aparcamiento.
Mi polla soltaba un gota de liquido preseminal por la incertidumbre y la excitación de que pasaría ese día. Había estado antes con ella pero nunca así, en una habitación. Para mi era un gran momento el poder servirla de esta forma.
Escribí a mi Ama y le avise de que estaba ya en el parking.
A: Perfecto cerdito, sigue con las pinzas, deja tu cremallera abierta y vente para habitación 121 con todas tus cosas. No cojas tarjeta en recepción, ven directo a la puerta. Cuando llegues te desnudas y llamas a la puerta de rodillas. Tranquilo que no hay cámaras en el pasillo, abriré cuando yo crea.
Empezaban los nervios, saqué la mochila y cerré el coche. Me fui para la entrada recordando solamente el numero de habitación, la 121. La entrada al hotel era grande y a la vez estaba vacía, no tenia mucho movimiento un día entre semana. Mejor pensé yo.
Vi los ascensores y los enfilé sin pensarlo, le di las buenas tardes a la recepcionista y me subí al ascensor. Marque el primer piso y al salir pude ver los típicos carteles donde te indica hacia donde esta tu habitación. "A la derecha desde la 120 a la 140", para allí vamos entonces.
Caminando iba pensando en quitarme la ropa, ponerme de rodillas y llamar a la puerta, no quería fallar en nada.
Me planté en frente de la puerta, miré hacia los lados viendo que no había nadie, tampoco se escuchaba nada. Así que me quité la camiseta y la metí en la mochila, después los pantalones, los calcetines y por ultimo las bragas. Deje todo guardado, me coloque de rodillas y llame a la puerta.
Tardó alrededor de un minuto en abrir pero para mi fueron al menos 10, se me hizo muy largo estar así en espera y mas de esa manera. Cuando abrió la puerta solo pude quedarme embobado mirando a mi Ama, con un conjunto de lencería que me imponía solo de verla, un sujetador medio transparente con los bordes de encaje y los tirantes finos como hilos. Su tanga con el centro transparente también, con 3 hilos que le recorrían la cadera envolviendo ese cuerpo que tanto me gustaba.
A: De rodillas, entra y ponte a los pies de la cama. No vas a necesitar nada por ahora.
Obedecí sin dudarlo y me coloque a los pies de la cama, de frente a ella. Mi Ama se sentó y delante mío abrió sus piernas. Dios estaba impresionante, quería lanzarme a comerla pero no tendría tanta suerte y no me atrevía a hacer algo que no fuese una orden.
Sin tener que decirme ella estiro su pie derecho a mi cara y empecé a besarlo, estaba suave, limpio con las uñas pintadas de morado, muy cuidadas. Ella buscó mi boca para que lo chupase, sus dedos, su planta.
Después del derecho vino el izquierdo, mientras con el otro me iba rozando la jaula, haciendo que me pusiese mas aun, mi polla quería salir pero no estaba yo seguro de que fuese a pasar eso.
Cuando acabó de disfrutar de mi boca en sus pies me ordenó tumbarme en la cama boca arriba. Ella mirándome a los ojos se fue deslizando el tanga por sus piernas, despacio, acariciando esa piel tan suave. Hasta que toco el suelo y levanto sus piernas dejándolo en el suelo para subirse a la cama.
Se puso encima mío, encima de mi jaula, restregándose sobre ella, cogiendo las pinzas de mis pezones, tirando de ellos y soltándolas.
Me venían oleadas de placer mezcladas con dolor, mi polla quería explotar esa jaula para poder salir.
Yo: Por favor mi ama, quíteme las pinzas, mis pezones me duelen mucho. -Logré decir y sin saber como, estaba embobado con ella y totalmente a su merced.-
A: Asique quieres que te quite las pinzas cerdito, no se si te lo has ganado aun. A ver hasta donde aguantas.
Se levanto sobre mi y bajando su culo sobre mi cara yo saque mi lengua sin tener que decirme nada, empecé a lamer su ano alrededor, humedeciendo todo, ella poco a poco se iba apoyando mas en mi, hasta que dejo caer su peso y mi lengua entro en ella. Yo jugaba metiéndola y sacándola, provocando gemidos en mi Ama. Me costaba respirar pero a la vez estaba disfrutando de que mi Ama pudiese disfrutar de mi.
Se notaba que le gustaba eso, aguanto mucho encima mío. Ella gemía y alguna gota de sus jugos llegaba a mi barbilla.
Cuando se levanto, pude coger algo de aire y de seguido puso su coño en mi boca de nuevo, esta vez inclinándose para con sus manos poder tocar mi jaula, la movía, la apretaba, me cogía los huevos apretándolos mientras yo recorría sus labios, metía mi lengua todo lo que podía dentro de ella, notaba sus jugos bajando a mi boca y empapando mi cara.
Cuando dejaba de meter la lengua me iba a por su clítoris sin dejar de chupar todo y pegar mordisquitos por todos lados.
Ella gemía, se movía encima mío para llevar mi lengua hacia donde mas le apetecía. Agarraba mis huevos con mas fuerza según llegaba al orgasmo. Y cuando note sus uñas clavándose también note como me llenaba la boca jugos mientras gemía con la voz rota. Me puso mucho sentirla así encima mío.
Lucía se reincorporó en cuanto se recompuso de su corrida, yo trague todo como el buen cerdito que soy y pensaba en que seria lo siguiente.
A: Hay una cosa que no pude probar, pero Carmen si. Y me quede con las ganas cerdito, así que ponte a cuatro patas que te toca ser follado.
Me vino a la mente el tamaño del dildo que uso Carmen y un escalofrió me recorrió el cuerpo, estaba cachondo y nervioso, era muy grande y me iba a costar que entrase entero. Solo respiré y me intente relajar lo máximo posible mientras Lucía cogía el lubricante y con un dedo lo iba introduciendo en mi culo. Con la otra mano me acariciaba los glúteos, la espalda, me daba algun azote o me mordía el cachete.
Otro dedo mas entró en mi, provocando un pequeño gemido. Seguía masajeando mi culo, relajándolo, abriéndolo poco a poco. Cuando menos lo esperaba, saco los dos dedos y tres entraron en mi, el culo estaba mas relajado y yo también. Ella tenia ganas de follarme porque no duró tanto con el tercer dedo, lo sacó y embadurno el dildo en lubricante.
A los pocos segundos noté la punta fría acercarse, empujando despacio entro en mi, estuvo cerca de ser doloroso. Lucía comenzó a meter y a sacar la punta hasta que ya entraba con facilidad, notaba como mi ano se abría y de cerraba hasta que fue metiendo mas el dildo.
Entraba y salía pero ya no del todo. Era un movimiento muy suave, cada vez que empujaba lo metía un poco mas.
Mi culo se abría por dentro poco a poco mientras la polla de plástico se abría paso. Lucia gemía porque el dildo era doble y ella también lo estaba disfrutando, cuanto mas caliente estaba ella mas fuerte me iba follando.
Cada vez se soltaba mas y a media que iba cogiendo velocidad, también me soltaba algún azote.
Mi culo ya estaba siendo maltratado, ella disfrutaba con ello.
Agarró mis muñecas haciendo que mi pecho tocara la cama y tiraba de ellas mientras me embestía con fuerza. Yo gemía y ella también, los dos estábamos disfrutando aunque con mi polla encerrada y mis pezones pellizcados rozando con la cama tenia tanto dolor como placer en mi cuerpo. Era contradictorio pero me estaba encantando todo.
Lucía gemía cada vez mas fuerte, tiraba de mis brazos mientras enterraba el dildo dentro de mi. Tardó poco en correrse y llegar al orgasmo, al correrse no paraba de empujar y de dejar mi culo abierto. Soltó mis manos y me azoto el culo mientras ella se quedaba relajada encima mío hasta que recuperó el aliento.
Se incorporó despacio y saco el dildo hasta que mi culo quedo abierto y vacío a la vez.
Yo: Por favor mi señora, quíteme las pinzas, no puedo mas con ellas.
A: Bueno cerdito, como te has portado bien te lo voy a permitir, pero antes de quitártelas abre la boca.
Cogió su tanga y me lo metió en la boca, ya sabia lo que venia. Agarro las pinzas y tiró de ellas a la vez, intente ahogar el grito pero se me escucho igualmente. Eso si que era dolor, como dos latigazos cruzando el pecho. Yo respiraba muy rápido mientras ella me acariciaba la zona cercana a los pezones, no sin dejar de pasar algun dedo que me recordaba el dolor.
Cuando acabó de jugar con mis pezones y mi culo estuvo menos sensible, ella se levantó de la cama para coger la llave de mi jaula. Me la enseñó moviéndola mientras se la guardaba en el sujetador.
A: Si quieres que te libere, vas a tener que hacer un reto. Vamos a pedir algo de beber para que nos lo suban. Cuando abra tienes que estar de rodillas a mi lado, con los ojos cerrados. Quien suba te verá seguro, pero quiero ver si eres capaz de hacerlo. Voy a llamar ya, tu sabrás que quieres.
Mientras llamaba y la bebida subía ella fue al baño y yo pensaba en ello. Al sonar la puerta casi sin darle muchas vueltas me puse a su lado de rodillas y con el pañuelo en los ojos me quede quieto mientras Lucía abría esa puerta.
A: Hola, ah muchas gracias. Déjelo aquí y no se preocupe por mi cerdito que no hace nada.
Escuche alguna risa, creo que era un hombre. Al poco oí las pisadas hacia fuera y como se cerraba la habitación. Pero no me atreví a moverme por si acaso, mi Ama no me había dado permiso aun.
A: Ahora con los ojos vendados, ven a la cama, súbete y ponte de rodillas.
Según estaba me iba moviendo poco a poco hacia la cama, mas o menos tenia en la cabeza donde estaba pero no quería darme un golpe. Cuando toqué el colchón con la mano me subí y me quede de rodillas. Si mano acaricio mi cuerpo, provocando un escalofrío. Su otra mano tiro de uno de mis pezones mientras la anterior bajaba hacia mi jaula.
Le encantaba la mezcla de placer y dolor y a mi también para que negarlo.
La mano del pezón dejo de jugar conmigo y no la volví a notar hasta que rozo la jaula con la llave. Pero mis ojos seguían tapados eso si.
Escuche el "clack" del candado soltándose y el aire acariciando mi polla liberada, empezó a crecer y yo a estar mas aliviado. Cogió su forma en pocos segundos y mi ama la manoseaba, la estiraba, me agarraba los huevos y daba alguna palmada al tronco.
Yo gemía, respiraba profundo, quería correrme, quería sentir a mi Ama, pero no podía decir nada. Ella me agarro del cuello y me hizo tumbarme boca arriba.
A: Ni se te ocurra moverte cerdo, no me toques con ninguna de tus manos, soy yo quien se mueve y quien decide que pasa.
No sabia que tenia pensado, me tumbo como una estrella bocarriba y esperé, ella se sentó en mi polla y se la trago de una mientras gemía. Poco a poco fue aumentando el ritmo, me agarraba los pezones que aun estaban bastante sensible y me cabalgaba mientras yo gruñia del placer y del dolor.
Sabia que dentro de ella no iba a poder correrme así que intentaba aguantar lo máximo posible, esta vez no fue tan difícil. Pues la situación debía tenerla cachonda y no tardo demasiado en gemir fuerte encima mío, apretar mi polla con sus labios y temblar un poco hasta correrse.
Me ponía muchísimo sentir aquello y lo empapado que me quedaba por sus jugos que me gustaban tanto. Mi Ama se tumbo a mi lado y me ordeno quedarme de rodillas. Tenia la polla muy dura, queriendo explotar de una vez.
A: Bueno cerdito, te estas portando muy bien pero sabes que aun nos queda mañana, que nos vamos a comprar y al campo a comer. Así que sintiéndolo mucho, vas a ir al baño y con el agua fría te vas a poner la jaula otra vez.
Me quedé bloqueado, no podía creerme eso, en serio no podía correrme después del calentón que tenia encima...
Pensé en tocarme en el baño sin que me viese pero recordé que seria lo peor que podría hacer. Así que con muy pocas ganas y como sin espíritu me quité la venda y me fui al baño.
Encendí el grifo y agarre mi polla con la mano, estaba caliente, dura y resbaladiza pero tenia que evitar masturbarme, la coloque debajo del grifo no sin soltar un pequeño grito de lo fría que estaba y mi polla poco a poco empezó a menguar hasta poder encajar la jaula.
Cuando salí del baño, allí estaba ella tumbada. Era preciosa y su cuerpo para mi era el mejor, quería poder besarla, acariciarla, masajearla, hacer todo lo que ella me pidiera. Me dió permiso para tumbarme con ella y lo hice sin dudar claramente.
Estábamos los dos tumbados, ella delante mío mirando hacia la pared y yo detrás mirando hacia la misma pared. Acariciaba su costado, movía su pelo, observaba ese cuerpo que tanto me gustaba y de vez en cuando besaba su brazo o su cuello. Era una tortura hacer eso con mi polla enjaulada pero sentía que quería hacerlo, no me obligaba nadie.
Al final no se ni cuando, los dos nos quedamos dormidos hasta que temprano sonó la alarma de Lucía que nos hizo despertar a los dos de golpe, estábamos en trance durmiendo.
Pero ese día, lo podréis leer en el siguiente relato.
Gracias por el apoyo, por los comentarios y por las valoraciones, de verdad que ayuda mucho a seguir subiendo relatos y sobre todo a seguir escribiéndolos.
Relcredom.
Mi Ama me estaba dejando trabajar sin muchas tareas por su parte, a la hora de salir me fui para el coche y me fumé un cigarro antes de subirme, no me gusta fumar dentro.
Mientras lo hacia, revisaba la carpeta privada del móvil donde tenia las fotos que le iba enviando a mi Ama, aquello me ponía cachondo, poder revisar todo lo que había ido haciendo.
Vi que aparecía en la parte de arriba el símbolo del WhatsApp, eso significaba mensaje de mi ama. Lo abrí lo mas rápido que pude y me puse a leer todo.
A: Ya habrás salido del trabajo cerdito, quiero que de camino en el coche vayas con tu jaula fuera y las pinzas puestas. Te quiero puntual hoy aquí y no me hagas enfadar porque vas a lamentarlo.
Cuando aparques me escribes y tendrás mas información.
Me puse de camino, habíamos quedado en un hotel ese día, dormiríamos juntos si es que dormíamos claro. No sabia lo que me esperaba. Así que encendí la música y con mi jaula fuera me puse rumbo al hotel.
Era una zona con edificios, algun bloque de pisos y parques, un sitio tranquilo. Pasaba por una avenida grande mientras me acercaba al hotel, lo vi de lejos y me aparque lo mas cerca. Costaba encontrar aparcamiento.
Mi polla soltaba un gota de liquido preseminal por la incertidumbre y la excitación de que pasaría ese día. Había estado antes con ella pero nunca así, en una habitación. Para mi era un gran momento el poder servirla de esta forma.
Escribí a mi Ama y le avise de que estaba ya en el parking.
A: Perfecto cerdito, sigue con las pinzas, deja tu cremallera abierta y vente para habitación 121 con todas tus cosas. No cojas tarjeta en recepción, ven directo a la puerta. Cuando llegues te desnudas y llamas a la puerta de rodillas. Tranquilo que no hay cámaras en el pasillo, abriré cuando yo crea.
Empezaban los nervios, saqué la mochila y cerré el coche. Me fui para la entrada recordando solamente el numero de habitación, la 121. La entrada al hotel era grande y a la vez estaba vacía, no tenia mucho movimiento un día entre semana. Mejor pensé yo.
Vi los ascensores y los enfilé sin pensarlo, le di las buenas tardes a la recepcionista y me subí al ascensor. Marque el primer piso y al salir pude ver los típicos carteles donde te indica hacia donde esta tu habitación. "A la derecha desde la 120 a la 140", para allí vamos entonces.
Caminando iba pensando en quitarme la ropa, ponerme de rodillas y llamar a la puerta, no quería fallar en nada.
Me planté en frente de la puerta, miré hacia los lados viendo que no había nadie, tampoco se escuchaba nada. Así que me quité la camiseta y la metí en la mochila, después los pantalones, los calcetines y por ultimo las bragas. Deje todo guardado, me coloque de rodillas y llame a la puerta.
Tardó alrededor de un minuto en abrir pero para mi fueron al menos 10, se me hizo muy largo estar así en espera y mas de esa manera. Cuando abrió la puerta solo pude quedarme embobado mirando a mi Ama, con un conjunto de lencería que me imponía solo de verla, un sujetador medio transparente con los bordes de encaje y los tirantes finos como hilos. Su tanga con el centro transparente también, con 3 hilos que le recorrían la cadera envolviendo ese cuerpo que tanto me gustaba.
A: De rodillas, entra y ponte a los pies de la cama. No vas a necesitar nada por ahora.
Obedecí sin dudarlo y me coloque a los pies de la cama, de frente a ella. Mi Ama se sentó y delante mío abrió sus piernas. Dios estaba impresionante, quería lanzarme a comerla pero no tendría tanta suerte y no me atrevía a hacer algo que no fuese una orden.
Sin tener que decirme ella estiro su pie derecho a mi cara y empecé a besarlo, estaba suave, limpio con las uñas pintadas de morado, muy cuidadas. Ella buscó mi boca para que lo chupase, sus dedos, su planta.
Después del derecho vino el izquierdo, mientras con el otro me iba rozando la jaula, haciendo que me pusiese mas aun, mi polla quería salir pero no estaba yo seguro de que fuese a pasar eso.
Cuando acabó de disfrutar de mi boca en sus pies me ordenó tumbarme en la cama boca arriba. Ella mirándome a los ojos se fue deslizando el tanga por sus piernas, despacio, acariciando esa piel tan suave. Hasta que toco el suelo y levanto sus piernas dejándolo en el suelo para subirse a la cama.
Se puso encima mío, encima de mi jaula, restregándose sobre ella, cogiendo las pinzas de mis pezones, tirando de ellos y soltándolas.
Me venían oleadas de placer mezcladas con dolor, mi polla quería explotar esa jaula para poder salir.
Yo: Por favor mi ama, quíteme las pinzas, mis pezones me duelen mucho. -Logré decir y sin saber como, estaba embobado con ella y totalmente a su merced.-
A: Asique quieres que te quite las pinzas cerdito, no se si te lo has ganado aun. A ver hasta donde aguantas.
Se levanto sobre mi y bajando su culo sobre mi cara yo saque mi lengua sin tener que decirme nada, empecé a lamer su ano alrededor, humedeciendo todo, ella poco a poco se iba apoyando mas en mi, hasta que dejo caer su peso y mi lengua entro en ella. Yo jugaba metiéndola y sacándola, provocando gemidos en mi Ama. Me costaba respirar pero a la vez estaba disfrutando de que mi Ama pudiese disfrutar de mi.
Se notaba que le gustaba eso, aguanto mucho encima mío. Ella gemía y alguna gota de sus jugos llegaba a mi barbilla.
Cuando se levanto, pude coger algo de aire y de seguido puso su coño en mi boca de nuevo, esta vez inclinándose para con sus manos poder tocar mi jaula, la movía, la apretaba, me cogía los huevos apretándolos mientras yo recorría sus labios, metía mi lengua todo lo que podía dentro de ella, notaba sus jugos bajando a mi boca y empapando mi cara.
Cuando dejaba de meter la lengua me iba a por su clítoris sin dejar de chupar todo y pegar mordisquitos por todos lados.
Ella gemía, se movía encima mío para llevar mi lengua hacia donde mas le apetecía. Agarraba mis huevos con mas fuerza según llegaba al orgasmo. Y cuando note sus uñas clavándose también note como me llenaba la boca jugos mientras gemía con la voz rota. Me puso mucho sentirla así encima mío.
Lucía se reincorporó en cuanto se recompuso de su corrida, yo trague todo como el buen cerdito que soy y pensaba en que seria lo siguiente.
A: Hay una cosa que no pude probar, pero Carmen si. Y me quede con las ganas cerdito, así que ponte a cuatro patas que te toca ser follado.
Me vino a la mente el tamaño del dildo que uso Carmen y un escalofrió me recorrió el cuerpo, estaba cachondo y nervioso, era muy grande y me iba a costar que entrase entero. Solo respiré y me intente relajar lo máximo posible mientras Lucía cogía el lubricante y con un dedo lo iba introduciendo en mi culo. Con la otra mano me acariciaba los glúteos, la espalda, me daba algun azote o me mordía el cachete.
Otro dedo mas entró en mi, provocando un pequeño gemido. Seguía masajeando mi culo, relajándolo, abriéndolo poco a poco. Cuando menos lo esperaba, saco los dos dedos y tres entraron en mi, el culo estaba mas relajado y yo también. Ella tenia ganas de follarme porque no duró tanto con el tercer dedo, lo sacó y embadurno el dildo en lubricante.
A los pocos segundos noté la punta fría acercarse, empujando despacio entro en mi, estuvo cerca de ser doloroso. Lucía comenzó a meter y a sacar la punta hasta que ya entraba con facilidad, notaba como mi ano se abría y de cerraba hasta que fue metiendo mas el dildo.
Entraba y salía pero ya no del todo. Era un movimiento muy suave, cada vez que empujaba lo metía un poco mas.
Mi culo se abría por dentro poco a poco mientras la polla de plástico se abría paso. Lucia gemía porque el dildo era doble y ella también lo estaba disfrutando, cuanto mas caliente estaba ella mas fuerte me iba follando.
Cada vez se soltaba mas y a media que iba cogiendo velocidad, también me soltaba algún azote.
Mi culo ya estaba siendo maltratado, ella disfrutaba con ello.
Agarró mis muñecas haciendo que mi pecho tocara la cama y tiraba de ellas mientras me embestía con fuerza. Yo gemía y ella también, los dos estábamos disfrutando aunque con mi polla encerrada y mis pezones pellizcados rozando con la cama tenia tanto dolor como placer en mi cuerpo. Era contradictorio pero me estaba encantando todo.
Lucía gemía cada vez mas fuerte, tiraba de mis brazos mientras enterraba el dildo dentro de mi. Tardó poco en correrse y llegar al orgasmo, al correrse no paraba de empujar y de dejar mi culo abierto. Soltó mis manos y me azoto el culo mientras ella se quedaba relajada encima mío hasta que recuperó el aliento.
Se incorporó despacio y saco el dildo hasta que mi culo quedo abierto y vacío a la vez.
Yo: Por favor mi señora, quíteme las pinzas, no puedo mas con ellas.
A: Bueno cerdito, como te has portado bien te lo voy a permitir, pero antes de quitártelas abre la boca.
Cogió su tanga y me lo metió en la boca, ya sabia lo que venia. Agarro las pinzas y tiró de ellas a la vez, intente ahogar el grito pero se me escucho igualmente. Eso si que era dolor, como dos latigazos cruzando el pecho. Yo respiraba muy rápido mientras ella me acariciaba la zona cercana a los pezones, no sin dejar de pasar algun dedo que me recordaba el dolor.
Cuando acabó de jugar con mis pezones y mi culo estuvo menos sensible, ella se levantó de la cama para coger la llave de mi jaula. Me la enseñó moviéndola mientras se la guardaba en el sujetador.
A: Si quieres que te libere, vas a tener que hacer un reto. Vamos a pedir algo de beber para que nos lo suban. Cuando abra tienes que estar de rodillas a mi lado, con los ojos cerrados. Quien suba te verá seguro, pero quiero ver si eres capaz de hacerlo. Voy a llamar ya, tu sabrás que quieres.
Mientras llamaba y la bebida subía ella fue al baño y yo pensaba en ello. Al sonar la puerta casi sin darle muchas vueltas me puse a su lado de rodillas y con el pañuelo en los ojos me quede quieto mientras Lucía abría esa puerta.
A: Hola, ah muchas gracias. Déjelo aquí y no se preocupe por mi cerdito que no hace nada.
Escuche alguna risa, creo que era un hombre. Al poco oí las pisadas hacia fuera y como se cerraba la habitación. Pero no me atreví a moverme por si acaso, mi Ama no me había dado permiso aun.
A: Ahora con los ojos vendados, ven a la cama, súbete y ponte de rodillas.
Según estaba me iba moviendo poco a poco hacia la cama, mas o menos tenia en la cabeza donde estaba pero no quería darme un golpe. Cuando toqué el colchón con la mano me subí y me quede de rodillas. Si mano acaricio mi cuerpo, provocando un escalofrío. Su otra mano tiro de uno de mis pezones mientras la anterior bajaba hacia mi jaula.
Le encantaba la mezcla de placer y dolor y a mi también para que negarlo.
La mano del pezón dejo de jugar conmigo y no la volví a notar hasta que rozo la jaula con la llave. Pero mis ojos seguían tapados eso si.
Escuche el "clack" del candado soltándose y el aire acariciando mi polla liberada, empezó a crecer y yo a estar mas aliviado. Cogió su forma en pocos segundos y mi ama la manoseaba, la estiraba, me agarraba los huevos y daba alguna palmada al tronco.
Yo gemía, respiraba profundo, quería correrme, quería sentir a mi Ama, pero no podía decir nada. Ella me agarro del cuello y me hizo tumbarme boca arriba.
A: Ni se te ocurra moverte cerdo, no me toques con ninguna de tus manos, soy yo quien se mueve y quien decide que pasa.
No sabia que tenia pensado, me tumbo como una estrella bocarriba y esperé, ella se sentó en mi polla y se la trago de una mientras gemía. Poco a poco fue aumentando el ritmo, me agarraba los pezones que aun estaban bastante sensible y me cabalgaba mientras yo gruñia del placer y del dolor.
Sabia que dentro de ella no iba a poder correrme así que intentaba aguantar lo máximo posible, esta vez no fue tan difícil. Pues la situación debía tenerla cachonda y no tardo demasiado en gemir fuerte encima mío, apretar mi polla con sus labios y temblar un poco hasta correrse.
Me ponía muchísimo sentir aquello y lo empapado que me quedaba por sus jugos que me gustaban tanto. Mi Ama se tumbo a mi lado y me ordeno quedarme de rodillas. Tenia la polla muy dura, queriendo explotar de una vez.
A: Bueno cerdito, te estas portando muy bien pero sabes que aun nos queda mañana, que nos vamos a comprar y al campo a comer. Así que sintiéndolo mucho, vas a ir al baño y con el agua fría te vas a poner la jaula otra vez.
Me quedé bloqueado, no podía creerme eso, en serio no podía correrme después del calentón que tenia encima...
Pensé en tocarme en el baño sin que me viese pero recordé que seria lo peor que podría hacer. Así que con muy pocas ganas y como sin espíritu me quité la venda y me fui al baño.
Encendí el grifo y agarre mi polla con la mano, estaba caliente, dura y resbaladiza pero tenia que evitar masturbarme, la coloque debajo del grifo no sin soltar un pequeño grito de lo fría que estaba y mi polla poco a poco empezó a menguar hasta poder encajar la jaula.
Cuando salí del baño, allí estaba ella tumbada. Era preciosa y su cuerpo para mi era el mejor, quería poder besarla, acariciarla, masajearla, hacer todo lo que ella me pidiera. Me dió permiso para tumbarme con ella y lo hice sin dudar claramente.
Estábamos los dos tumbados, ella delante mío mirando hacia la pared y yo detrás mirando hacia la misma pared. Acariciaba su costado, movía su pelo, observaba ese cuerpo que tanto me gustaba y de vez en cuando besaba su brazo o su cuello. Era una tortura hacer eso con mi polla enjaulada pero sentía que quería hacerlo, no me obligaba nadie.
Al final no se ni cuando, los dos nos quedamos dormidos hasta que temprano sonó la alarma de Lucía que nos hizo despertar a los dos de golpe, estábamos en trance durmiendo.
Pero ese día, lo podréis leer en el siguiente relato.
Gracias por el apoyo, por los comentarios y por las valoraciones, de verdad que ayuda mucho a seguir subiendo relatos y sobre todo a seguir escribiéndolos.
Relcredom.
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