Holi!
Les traigo un nuevo relato muy caliente.
Disfruten de su paja, valdrá la pena.
Los espero en chat privado, queridos.
Hace 5 años me casé con el amor de mi vida, tenemos un matrimonio feliz y próspero.
Yo soy una mujer de 34 años, curiosa y abierta a nuevas oportunidades.
Tenemos un hijo, bueno, "tenemos" por decirlo de alguna forma. El padre de mi hijo no es mi marido, sino su pervertido sobrino.
Tuvimos una aventura hace tiempo en la nos veíamos el venía a mi casa cuando mi marido no estaba y teníamos relaciones bastante duras.
Una noche, cuando mi esposo dormía, bajé al sótano, dónde el pervertido adolescente me esperaba. Estábamos ardiendo, lo hicimos como bestias, él me trató como una perra y se vino dentro de mí.
Le dije a mi marido que el niño era suyo y nunca dudó. Desde ese punto dejé las aventuras de sexo con otros hombres.
Todo aquello derivó en una amenaza del pervertido adolescente, que me dijo que si no se la chupaba de vez en cuando, le diría toda la verdad a mi esposo.
Y así fue, aveces se la chupaba hasta vaciarle los huevos como prostituta.
Mi vida era normal, sin muchos problemas y poco llamativa. Por lo que estaba buscando alguna aventura divertida, algún lugar que visitar con mis amigas o algo por el estilo.
En el trabajo una amiga me comentó acerca de un viaje a África, de ayuda humanitaria. Me pareció una idea genial, por lo que lo comenté a mi esposo, me despedí de mi hijo y tomé un vuelo hacia mi destino.
En el viaje, pensándolo, estaba deseosa de experiencias increíbles, sabía que me iba a enfrentar a situaciones nuevas, iba a enfrentar cosas grandes e interesantes...
Después de un largo viaje, en aviones, avionetas y canoas, llegamos.
La zona africana era Sudán del Norte, éramos sólo yo y el guía.
Mi habitación estaba alejada de la tribu, para tratarse de una zona alejada, mi habitación estaba bastante bien.
Mi trabajo era el de hacer la comida, cuidar a los niños, etc.
Pasó un mes, ya había socializado con bastantes personas, usualmente niños y mujeres, pues los hombres son cosa complicada allí.
Pero mi presencia ya era tomada con confianza.
Sobra decir que en aquella zona el calor era abrasador, ardiente a más no poder, por lo que mi vestimenta era poca, iba cómoda y fresca.
Yo iba con poca vestimenta pero los chicos de allá directamente no llevaban nada. Noté como me miraban y sus penes me hacían saber que les gustaba mucho.
No me molestaba en absoluto...
Después de varias semanas, cuándo ya me tomaron confianza, me invitaban a sus bailes, cantos y demás eventos, en dónde los chicos aprovechaban para disfrutarme. Yo me sentía bastante bien y empezaba a fantasear.
Una noche, después de un gran baile, el hijo del líder de la aldea me tomó de la mano y me llevó detrás de unos árboles, dónde también esperaban sus amigos.
Les hice un favor y les quité las ganas como buena perra.
Después de 2 meses en la aldea, prácticamente era una de las suyas. Se convirtieron en mi familia.
Un día el líder de la aldea dijo frente a todos que sólo me faltaba hacer un ritual para ser parte de la tribu. Asentí y le pregunté por el ritual.
Me dijo que era un secreto y debía esperar a la próxima noche de luna llena.
Los días pasaron y ciegamente lo olvidé.
Eran aproximadamente la 1 de la mañana, cuando escucho que alguien toca mi puerta, me habló el líder de la tribu, decía que abriera la puerta inmediatamente. Yo dormía desnuda, pero ni siquiera lo pensé y abrí la puerta.
Fue repentino y fuerte, me empujó y me puso de rodillas de un golpe. Él estaba desnudo y con su pene duro.
Me dijo que hoy era el día del ritual, que solo dejara que me metiera su pene y sería parte de la tribu.
Estaba asustada, no le puedes llevar la contraria a un negro de 2 metros, musculoso y con su pene grande afuera, diciendote, en resumen, que te va a violar.
Me tiró a la cama violentamente como si fuera una hoja de papel y empezó a acariciar su pene con mi cara, en señal de superioridad.
Básicamente con este movimiento me estaba haciendo saber que estaba a punto de caerme una grande. Literalmente.
Accedí y empecé a chuparsela con mi boca.
Su polla medía fácilmente más de 20 cm.
La tomé como una paleta, se la chupé con movimientos lentos y deliciosos en su cabecita.
Después de unos minutos, tiró de mí hacia abajo, abrió mis piernas y metió todo su puto pene negro.
No se los había dicho pero, mi nivel de calentura en ese momento estaba por las nubes, me excitaba muchísimo tener a un negro africano violandome como un animal.
Era una perra en celo, mi macho negro un atornillador en mi húmeda vagina.
Me dió con todo su cariño mediante varias posturas, cada una se sentía mejor que la anterior.
Sentirte sumisa y con un hombre férreo y animal metiéndo toda su verga negra dentro de ti, es una sensación increíble, majestuosa y ardiente.
Ojalá hasta ustedes chicos, si se abren la posibilidad, sean capaces de probar esta experiencia.
¡Es de otro mundo!
Me estaba atropellando con todo su cuerpo, era una ametralladora de centímetros de verga negra.
Ambos lo disfrutábamos, el abusandome y yo siendo su perra sumisa, sedienta de su poronga en mi vagina.
Paró, me golpeó y tiró al piso. Me puso a 4 patas y me jaló del pelo.
Era como su mascota, su hueco.
Prendió la luz y me lanzó al sillón que tengo en mi habitación.
Apareció otro tipo, negro, grande y calvo.
Que me puso a su merced en el sillón, puse el culo hacia arriba y empezó la magia.
También la tenía muy grande, su polla era deliciosa y quemaba mi vagina.
Mi macho, el líder de la tribu esperaba atrás, mientras me cogian con fuerza.
El líder me lanzó hacia el respaldar del sillón y me abrió las piernas.
Ambos alistaron sus pollas gordas y largas, y me las metieron. Uno por mi culo y otro por mi vagina. La sensación era mágica. Siendo violada por dos negros africanos, ¿qué más se le puede pedir a la vida?
Estuvieron así por unos 20 minutos hasta que el amigo del líder se vino en mi culo. Sólo quedaba mi macho, quién se abalanzó sobre mi y me la metió con más fuerza que antes.
Después de meterme cada centímetro de su amor, mi macho se había corrido en mi vagina.
Al día siguiente todo fue distinto, los adolescentes negros se masturbaban mientras me veían.
Y yo no quería dejar a mis niños con las ganas.
Al tomar confianza, me follaron entre varios.
Mis mañanas eran felices, dejaba la puerta abierta para que mis hombres me despertaran.
Me follaban hasta en el granero, en todos lados.
El líder de la aldea, mi único macho, todas las noches pasaba a darme una visita.
Mi voluntariado en África lo resumo en drenar semen de huevos negros. Comer pollas gordas y ser abusada por machos de verdad
Esposo, marido mío, espero que no te moleste que tendremos más hijos en casa.
No te asustes si salen un poquito negritos, es normal! Jijiji
Apoyenme para más y como les dije antes, escríbanme por el chat, acepto ideas para nuevos podts, también deseo chats calientes con sus pollas duras. Jiji
Besos, queridos.
Les traigo un nuevo relato muy caliente.
Disfruten de su paja, valdrá la pena.
Los espero en chat privado, queridos.
Hace 5 años me casé con el amor de mi vida, tenemos un matrimonio feliz y próspero.
Yo soy una mujer de 34 años, curiosa y abierta a nuevas oportunidades.
Tenemos un hijo, bueno, "tenemos" por decirlo de alguna forma. El padre de mi hijo no es mi marido, sino su pervertido sobrino.
Tuvimos una aventura hace tiempo en la nos veíamos el venía a mi casa cuando mi marido no estaba y teníamos relaciones bastante duras.
Una noche, cuando mi esposo dormía, bajé al sótano, dónde el pervertido adolescente me esperaba. Estábamos ardiendo, lo hicimos como bestias, él me trató como una perra y se vino dentro de mí.
Le dije a mi marido que el niño era suyo y nunca dudó. Desde ese punto dejé las aventuras de sexo con otros hombres.
Todo aquello derivó en una amenaza del pervertido adolescente, que me dijo que si no se la chupaba de vez en cuando, le diría toda la verdad a mi esposo.
Y así fue, aveces se la chupaba hasta vaciarle los huevos como prostituta.
Mi vida era normal, sin muchos problemas y poco llamativa. Por lo que estaba buscando alguna aventura divertida, algún lugar que visitar con mis amigas o algo por el estilo.
En el trabajo una amiga me comentó acerca de un viaje a África, de ayuda humanitaria. Me pareció una idea genial, por lo que lo comenté a mi esposo, me despedí de mi hijo y tomé un vuelo hacia mi destino.
En el viaje, pensándolo, estaba deseosa de experiencias increíbles, sabía que me iba a enfrentar a situaciones nuevas, iba a enfrentar cosas grandes e interesantes...
Después de un largo viaje, en aviones, avionetas y canoas, llegamos.
La zona africana era Sudán del Norte, éramos sólo yo y el guía.
Mi habitación estaba alejada de la tribu, para tratarse de una zona alejada, mi habitación estaba bastante bien.
Mi trabajo era el de hacer la comida, cuidar a los niños, etc.
Pasó un mes, ya había socializado con bastantes personas, usualmente niños y mujeres, pues los hombres son cosa complicada allí.
Pero mi presencia ya era tomada con confianza.
Sobra decir que en aquella zona el calor era abrasador, ardiente a más no poder, por lo que mi vestimenta era poca, iba cómoda y fresca.
Yo iba con poca vestimenta pero los chicos de allá directamente no llevaban nada. Noté como me miraban y sus penes me hacían saber que les gustaba mucho.
No me molestaba en absoluto...
Después de varias semanas, cuándo ya me tomaron confianza, me invitaban a sus bailes, cantos y demás eventos, en dónde los chicos aprovechaban para disfrutarme. Yo me sentía bastante bien y empezaba a fantasear.
Una noche, después de un gran baile, el hijo del líder de la aldea me tomó de la mano y me llevó detrás de unos árboles, dónde también esperaban sus amigos.
Les hice un favor y les quité las ganas como buena perra.
Después de 2 meses en la aldea, prácticamente era una de las suyas. Se convirtieron en mi familia.
Un día el líder de la aldea dijo frente a todos que sólo me faltaba hacer un ritual para ser parte de la tribu. Asentí y le pregunté por el ritual.
Me dijo que era un secreto y debía esperar a la próxima noche de luna llena.
Los días pasaron y ciegamente lo olvidé.
Eran aproximadamente la 1 de la mañana, cuando escucho que alguien toca mi puerta, me habló el líder de la tribu, decía que abriera la puerta inmediatamente. Yo dormía desnuda, pero ni siquiera lo pensé y abrí la puerta.
Fue repentino y fuerte, me empujó y me puso de rodillas de un golpe. Él estaba desnudo y con su pene duro.
Me dijo que hoy era el día del ritual, que solo dejara que me metiera su pene y sería parte de la tribu.
Estaba asustada, no le puedes llevar la contraria a un negro de 2 metros, musculoso y con su pene grande afuera, diciendote, en resumen, que te va a violar.
Me tiró a la cama violentamente como si fuera una hoja de papel y empezó a acariciar su pene con mi cara, en señal de superioridad.
Básicamente con este movimiento me estaba haciendo saber que estaba a punto de caerme una grande. Literalmente.
Accedí y empecé a chuparsela con mi boca.
Su polla medía fácilmente más de 20 cm.
La tomé como una paleta, se la chupé con movimientos lentos y deliciosos en su cabecita.
Después de unos minutos, tiró de mí hacia abajo, abrió mis piernas y metió todo su puto pene negro.
No se los había dicho pero, mi nivel de calentura en ese momento estaba por las nubes, me excitaba muchísimo tener a un negro africano violandome como un animal.
Era una perra en celo, mi macho negro un atornillador en mi húmeda vagina.
Me dió con todo su cariño mediante varias posturas, cada una se sentía mejor que la anterior.
Sentirte sumisa y con un hombre férreo y animal metiéndo toda su verga negra dentro de ti, es una sensación increíble, majestuosa y ardiente.
Ojalá hasta ustedes chicos, si se abren la posibilidad, sean capaces de probar esta experiencia.
¡Es de otro mundo!
Me estaba atropellando con todo su cuerpo, era una ametralladora de centímetros de verga negra.
Ambos lo disfrutábamos, el abusandome y yo siendo su perra sumisa, sedienta de su poronga en mi vagina.
Paró, me golpeó y tiró al piso. Me puso a 4 patas y me jaló del pelo.
Era como su mascota, su hueco.
Prendió la luz y me lanzó al sillón que tengo en mi habitación.
Apareció otro tipo, negro, grande y calvo.
Que me puso a su merced en el sillón, puse el culo hacia arriba y empezó la magia.
También la tenía muy grande, su polla era deliciosa y quemaba mi vagina.
Mi macho, el líder de la tribu esperaba atrás, mientras me cogian con fuerza.
El líder me lanzó hacia el respaldar del sillón y me abrió las piernas.
Ambos alistaron sus pollas gordas y largas, y me las metieron. Uno por mi culo y otro por mi vagina. La sensación era mágica. Siendo violada por dos negros africanos, ¿qué más se le puede pedir a la vida?
Estuvieron así por unos 20 minutos hasta que el amigo del líder se vino en mi culo. Sólo quedaba mi macho, quién se abalanzó sobre mi y me la metió con más fuerza que antes.
Después de meterme cada centímetro de su amor, mi macho se había corrido en mi vagina.
Al día siguiente todo fue distinto, los adolescentes negros se masturbaban mientras me veían.
Y yo no quería dejar a mis niños con las ganas.
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Mis mañanas eran felices, dejaba la puerta abierta para que mis hombres me despertaran.
Me follaban hasta en el granero, en todos lados.
El líder de la aldea, mi único macho, todas las noches pasaba a darme una visita.
Mi voluntariado en África lo resumo en drenar semen de huevos negros. Comer pollas gordas y ser abusada por machos de verdad
Esposo, marido mío, espero que no te moleste que tendremos más hijos en casa.
No te asustes si salen un poquito negritos, es normal! Jijiji
Apoyenme para más y como les dije antes, escríbanme por el chat, acepto ideas para nuevos podts, también deseo chats calientes con sus pollas duras. Jiji
Besos, queridos.
4 comentarios - Milf en África 🍆🍑