Esta es la continuación de mi relato sobre cómo mi novia Mónica tiene encuentros con otros hombres con mi consentimiento y en complicidad con una pareja de amigos que tienen el mismo morbo. Después de que su amiga Lucía y ella estuvieran con Fabio y Josué en el apartamento de la playa mientras Luis (esposo de Lucía y yo veíamos por cámaras) pasaron los días.
El sexo era increíble como siempre y Mónica me dijo que ella sí estaba dispuesta a continuar con eso siempre y cuando la experiencia fuera diferente y valiera la pena. Aprovechamos esa semana para reunirnos con Luis y Lucía en su casa.
Como era costumbre, tomamos unos tragos y Lucía y Mónica empezaron a contarse intimidades sobre lo que había ocurrido el fin de semana pasado. Yo les pregunté por qué no tuvieron los cuatro en el mismo lugar.
Lucía: jajaja no, yo con Fabio en mi cuarto y Mónica igual con Josué. Tampoco estábamos en una porno
Mónica: jajaja no. Nosotras teníamos claro que íbamos a estar separados
Lucía: quiero saber algo. Ustedes vieron las dos habitaciones?
Yo: por lo menos yo si, mientras Luis admitía que también vio las cámaras de ambas habitaciones
Lucía: no hay problema jaja nosotras sabíamos que iban a ver. Carlos- me dijo- quiero saber algo que te haya impresionado de lo que viste entre Fabio y yo
Yo: coño, que no paraban jaja. Yo vi que Mónica y este pana se fueron a dormir y tú seguías. ¿Cuántos polvos hicieron?
Lucía: jajaja si, cuatro polvos, más el mañanero
Lucía: ¿y tú Luis? Qué te impresionó de Mónica y Josué?
Luis: jajaja lo tengo que decir. Yo estaba rezando por Mónica. Pensé que no iba a salir viva con semejante güevo que tenía ese tipo
Lucía: jajaja lo tiene muy grande?
Mónica: jajaja si amiga. Bastante
Conversar la situación con las chicas creaba un clima de confianza que me gustaba y me excitaba. Tanto Mónica y Lucía, como Luis y yo estábamos contentos. Hablamos sobre seguir con cosas de ese estilo. Ellas nos dijeron que evidentemente no todo lo podían hacer juntas como ese plan pero irían viendo con el tiempo.
Luis tuvo una idea. Que una vez al mes ellas salieran a algún sitio en plan solteras y vieran si podían conocer gente o algo así. Así tendrían opciones para alguna ocurrencia futura.
Así empezaron a salir de vez en cuando. A veces conocían hombres, otras solo disfrutaban de las salidas. A mí me gustaba la situación y Mónica también se divertía, me decía que era como sentirse libre y en vida de soltera pero en complicidad conmigo y eso le añadía picante a la situación.
Sin embargo, no había sucedido nada. Mónica me había dejado claro que para tener una aventura debía haber algo que le pareciera fuera de lo común. En el caso de Luis y Lucía, ellos sí estaban preparando algo. Luis me escribió un viernes, supongo que quería compartir la experiencia conmigo y me dijo que esa noche Lucía iba a salir de nuevo con Fabio.
Nosotros, por nuestra parte, seguíamos sin hacer nada nuevo. Yo le propuse a Mónica verse con Josué pero ella me dijo que eso no le parecía lo suficientemente interesante a pesar de que sabía que la iba a pasar bien. Yo seguía insistiendo a ver si aceptaba conforme pasaban los días.
En esas semanas no hubo nada que motivara mucho a Mónica, así que de tanta insistencia que le hice, me dijo:
Mónica: pero propón algo que haga eso diferente
Yo: y si hacen anal?
Mónica: eh, nada nuevo
Yo: tú le has dado culo?
Mónica: claro. Varias veces
Yo: quisiera ver eso
Mónica: jajaja loco
Hubo una manera de convencerla, le propuse que fuera con Josué a nuestra casa y yo buscaría la forma de dejar alguna cámara y verlos. Pensé que después de verla con Josué teniendo sexo quizás el morbo iba a bajar, pero me atrevo a decir que era mayor ahora.
El viernes ella salía a las 4 pm de la oficina y yo salía a las 7 pm. Así que ella fue a la casa para arreglarse y no pude estar mientras se vestía. Me contó que se puso un blue Jean ajustado, tacones negros patentes, una blusa blanca que realzaba sus senos y debajo ropa interior roja, un hilo de encaje y un brasier que compró de camino a casa. Iban a cenar a un restaurante y a tomar algo ahí mismo.
Como ella salió de la casa a las 6 pm, me dio tiempo para pasar a acomodar todo. Me hice una videoconferencia entre mi laptop, mi iPad y mi celular. Me arriesgué mucho porque la laptop la dejé abierta y con la pantalla bloqueada en el escritorio de nuestra habitación. Tenía que ser un lugar visible para poder dejarla enchufada y que no perdiera batería. Si Josué la revisaba, podía darse cuenta de que los estaba grabando.
El iPad si lo pude poner escondido en la parte alta del closet entre la ropa. Dejé la puerta entreabierta con una perfecta vista a la cama.
Yo mantenía comunicación con ella. Me dijo que estaban hablando, tomando unos cócteles y demás. Yo también le estaba contando a mi amigo Luis sobre la situación para mantener la complicidad en ese sentido.
Salí y me fui a un hotel para pasar la noche. Me senté en el bar y pedí unas cervezas mientras chequeaba el teléfono y que la llamada estuviera funcionando. Podía responder el chat si Mónica me escribía pero no mucho más, porque si se colgaba la llamada no iba a poder ver nada.
Ya era medianoche cuando Mónica me dijo que ya estaban en la casa. Yo estaba maniático, no quería perderme de nada pero ellos llegaron y se quedaron en la sala y ahí yo no podía saber qué estaba pasando. Mónica dejó de contestar mis mensajes así que pedí algunas cervezas y subí a la habitación para poder ver las cámaras de la habitación.
Pasó alrededor de una hora y en la habitación no sucedía nada, solo veía el cuarto vacío a través de mi celular. Ya era más de la 1:00 am cuando escuché que entró Mónica. La vi en ropa interior y Josué entró detrás de ella solo con su bóxer puesto.
Desde el iPad la imagen era buena, desde la laptop un poco más borrosa, pero la ventaja era que haberla puesto ahí tan cerca me permitía escuchar todo.
Josué: de verdad fue mucha? Jaja si exageras
Mónica: en serio, ya no podía retener más en la boca, se me estaba botando jaja
Josué: jaja es que te lo juro que desde que fuimos a la playa no tiraba con nadie, o sea, ¿mes y medio?
Mónica: seguro que te voy a creer eso
Josué: en serio, he estado ocupado y ni pendiente de nadie
Al escuchar esa conversación me di cuenta que habían cogido fuera de la habitación. Supuse que en el mueble de la sala. Me había perdido de la acción y de cómo le había acabado en la boca.
Mónica se percató de la laptop y la vi reírse un poco cuando vio a la cámara. Pero se acostaron a ver televisión. Hablaron de varias cosas normales, él le preguntó dónde estaba yo y ella le dijo que en un viaje de trabajo.
Recuerdo que entre varias cosas, estaban recordando una anécdota juntos, supongo que de cuando salían hace años:
Josué: recuerdas la caída en el jacuzzi?
Mónica: jajaja si, me resbalé horrible
Josué: sí, claro jajaja. Tú sabes que tenías las piernas débiles de las cogidas que te metí
Mónica: sí hablas estupideces jaja. Bueno, digamos que fue una combinación. Sí tenía las piernas débiles pero también pisé el agua
Josué: sí ese día hasta pediste clemencia jaja o no recuerdas?
Mónica: bobo, hazme pedir clemencia ahora si eres tan bravo
Esa conversación al parecer los encendió. Josué la arrodilló y se sacó el pene. La tomó por la cabeza y la puso a mamárselo. Mientras le hacia la mamada pude escucharlos perfectamente.
Josué: aunque te hagas la dura, mira cómo te tengo como una putica
Mónica: idiota- dijo ella sin sacarse su pene de la boca
Josué: dime que te gusta mi pene
... Mónica seguía mamando
Josué: dime pues, dime que te gusta
Mónica: tú sabes que tienes un pipí bello y me encanta que me cojas
Josué: ¿por el culito? ¿Quieres?
Mónica: búscame un plug que hay en la gaveta
Josué fue a la gaveta y tomó un plug anal de mi novia. Ella se puso en cuatro y él empezó a lamerle el culito. Podía ver cómo metía sus dedos y se lo lamía hasta que le introdujo el plug. Cuando lo tuvo puesto, se la empezó a coger en cuatro. Divina la imagen de Mónica abierta con el plug anal recibiendo una cogida. Al cabo de un rato la vi acabar y fue cuando él le sacó el plug y le dijo que abriera.
Josué: tranquila, es sólo la puntica jaja
Mónica: sí, me vas a engañar a mí jaja como si fuera la primera vez
Josué: menos mal que tú sabes. Espero que aguantes
Mónica: qué idiota. Cuando no he aguantado?
El tipo tomó lubricante de la gaveta y se lo untó en el pene. Pude ver su miembro rojísimo y brillante a causa del líquido que lo cubría. Penetró a Mónica que estaba en cuatro pero sus manos no estaban sobre la cama. Tenía directamente su cara en ella, apoyada en uno de sus cachetes mientras con sus dos manos se abría las nalgas ella misma. Josué se lo estaba enterrando poco a poco y escuché decir a mi novia
Mónica: con cuidado. Dale suave, baby
Josué: le estoy dando suave, voy a irlo metiendo poco a poco
Ella gemía mientras él la penetraba. Se fue empezando a mover y desde la cámara que puse en el closet podía ver la cara de Mónica. Era una mezcla de dolor con placer mientras Josué iba incrementando su movimiento. Ya iba a un ritmo normal la cogida y ella se veía adaptada cuando él se subió de cuclillas a la cama y seguía cogiéndola anal.
Josué: ahora vamos a ver si aguantas tu cogida
Mónica: párteme, anda
Podía ver a Mónica masturbándose mientras él seguía embistiendo y la vi acabar nuevamente con ese anal.
Mónica: ya va. Cámbiame
Josué: no puedes más?
Mónica: tonto. Me duele la espalda. Cambiemos
Mónica se colocó boca arriba y abrió sus piernas. Las alzó y pasó sus brazos por detrás de sus propios muslos. Vi a Josué como apurado, quería penetrarla rápido de nuevo y así fue. Siguió haciéndoselo así y Mónica se seguía tocando mientras él seguía penetrando su culito. Lo vi tomar el teléfono de Mónica y grabarla mientras se la cogía, hasta que lo dejó a un lado e incrementó el ritmo. Se la estaba cogiendo duro y solo se escuchaba a Mónica decirle “acaba, anda. Acábame” hasta que lo escuché hacer ruido y acabó adentro del culito de Mónica.
Ya eran las 3 am. Mónica se metió de nuevo al baño y Josué se salió desnudo de la habitación. Ella regresó en ropa interior y Josué entró con una cerveza.
Supuse que iban a dormir ya que lo habían hecho en la sala y en el cuarto, debían estar agotados. Estaban hablando detalles del día del apartamento de playa, cosas de cómo les fue en la playa, de cómo se veía Mónica en traje de baño y cosas así.
Pasaron unos 25 minutos. Ya solo disponía de una vista y era la de la laptop. El iPad se había descargado. Esa vista de la laptop era más cerca de la cama y la que me permitía escucharlos mejor. La propia Mónica empezó a hacerle sexo oral y se subió de espaldas a él. Se lo estaba haciendo por la vagina de nuevo. Podía ver como la nalgueaba con ambas manos, abría su culo y le decía que era suyo, a lo que Mónica le decía “y ese guevo de quién es?” Y él respondía que de ella.
Este fue un polvo largo. Me excitó mucho ver a Mónica totalmente sudada y a Josué dándole con todo. Se escuchaban sus cuerpos chocar. Podía ver cansancio a Mónica en la cara mientras el sudor hacía brillar sus cuerpos. El propio Josué no tenía el pene totalmente erecto, aún así se estaban dando con todo.
En un momento estaban en cuatro. Josué le estaba dando fuerte y al parecer se cansó y paró. El empuje hizo que Verónica cayera sobre la cama. La vi pararse de la cama y caminar hasta la pared, se puso como cuando un arrestado debe ser revisado por un policía y y él se acercó y la empezó a penetrar. Al final volvieron a la cama y vi a Mónica esforzarse mamándoselo, la veía agotada, la escuchaba respirar fuerte, ella le decía que le diera su leche y después de mucho Josué se fue en su boca. Ahora sí, a dormir.
Se quedaron dormidos, yo no. Estaba tan caliente, me había hecho tres o cuatro pajas y aún estaba excitado. Ya no podía verlos porque apagaron las luces así que me quedé viendo la TV y puse una alarma a las 8 am por si me dormía. De hecho, me dormí y desperté a esa hora y ellos aún dormían, ya podía verlos gracias a la luz que entraba desde la ventana y aclaraba la habitación. Mi celular estaba cargado de nuevo y pedí desayuno.
Desayune y seguí viendo tv. Alrededor de las 10 am fue que vi movimiento. Despertaron, estaban revisando sus celulares y hablando. En serio deseé que no volvieran a meterse al baño como en el apartamento de la playa.
Me asusté cuando se levantaron justo al baño, dejé de verlos. Pero a los pocos minutos salieron. Se notaba que se habían lavado la cara y cepillado. Josué estaba en bóxers y Mónica con un hilo negro y mostrando sus tetas. Josué se las agarró y se las empezó a chupar, después ella se acostó y él le empezó a chupar la vagina por varios minutos. Entonces se puso boca arriba y Mónica se subió sobre él. Esa escena fue increíble, veía las nalgas de Mónica moverse sobre su pene, su vagina se ensanchaba por el grosor del miembro y él tomaba sus nalgas, una en cada mano mientras ella se movía de arriba abajo.
En unos minutos ella subió el ritmo, se movía brutalmente y noté que acabó porque fue parando su movimiento hasta poner la cabeza sobre el pecho de él. No pasaron ni 10 segundos cuando él le dio una nalgada como en señal de que volviera a la acción. Ella empezó el movimiento y él no soltaba sus nalgas. De hecho parecía que él era quien controlaba el movimiento de ella y la movía a su antojo. Se movía ella y también se movía él hasta que gimió y vi que ambos pararon y la leche se empezó a derramar de la vagina de Mónica y corría por los testículos de Josué.
Volví a verlos meterse al baño y salir a los 20 minutos. Mientras se vestían los escuchaba hablar de diferentes temas sin importancia y bajaron a la cocina después de una excelente noche de sexo que pude presenciar en su totalidad desde mi celular.
El sexo era increíble como siempre y Mónica me dijo que ella sí estaba dispuesta a continuar con eso siempre y cuando la experiencia fuera diferente y valiera la pena. Aprovechamos esa semana para reunirnos con Luis y Lucía en su casa.
Como era costumbre, tomamos unos tragos y Lucía y Mónica empezaron a contarse intimidades sobre lo que había ocurrido el fin de semana pasado. Yo les pregunté por qué no tuvieron los cuatro en el mismo lugar.
Lucía: jajaja no, yo con Fabio en mi cuarto y Mónica igual con Josué. Tampoco estábamos en una porno
Mónica: jajaja no. Nosotras teníamos claro que íbamos a estar separados
Lucía: quiero saber algo. Ustedes vieron las dos habitaciones?
Yo: por lo menos yo si, mientras Luis admitía que también vio las cámaras de ambas habitaciones
Lucía: no hay problema jaja nosotras sabíamos que iban a ver. Carlos- me dijo- quiero saber algo que te haya impresionado de lo que viste entre Fabio y yo
Yo: coño, que no paraban jaja. Yo vi que Mónica y este pana se fueron a dormir y tú seguías. ¿Cuántos polvos hicieron?
Lucía: jajaja si, cuatro polvos, más el mañanero
Lucía: ¿y tú Luis? Qué te impresionó de Mónica y Josué?
Luis: jajaja lo tengo que decir. Yo estaba rezando por Mónica. Pensé que no iba a salir viva con semejante güevo que tenía ese tipo
Lucía: jajaja lo tiene muy grande?
Mónica: jajaja si amiga. Bastante
Conversar la situación con las chicas creaba un clima de confianza que me gustaba y me excitaba. Tanto Mónica y Lucía, como Luis y yo estábamos contentos. Hablamos sobre seguir con cosas de ese estilo. Ellas nos dijeron que evidentemente no todo lo podían hacer juntas como ese plan pero irían viendo con el tiempo.
Luis tuvo una idea. Que una vez al mes ellas salieran a algún sitio en plan solteras y vieran si podían conocer gente o algo así. Así tendrían opciones para alguna ocurrencia futura.
Así empezaron a salir de vez en cuando. A veces conocían hombres, otras solo disfrutaban de las salidas. A mí me gustaba la situación y Mónica también se divertía, me decía que era como sentirse libre y en vida de soltera pero en complicidad conmigo y eso le añadía picante a la situación.
Sin embargo, no había sucedido nada. Mónica me había dejado claro que para tener una aventura debía haber algo que le pareciera fuera de lo común. En el caso de Luis y Lucía, ellos sí estaban preparando algo. Luis me escribió un viernes, supongo que quería compartir la experiencia conmigo y me dijo que esa noche Lucía iba a salir de nuevo con Fabio.
Nosotros, por nuestra parte, seguíamos sin hacer nada nuevo. Yo le propuse a Mónica verse con Josué pero ella me dijo que eso no le parecía lo suficientemente interesante a pesar de que sabía que la iba a pasar bien. Yo seguía insistiendo a ver si aceptaba conforme pasaban los días.
En esas semanas no hubo nada que motivara mucho a Mónica, así que de tanta insistencia que le hice, me dijo:
Mónica: pero propón algo que haga eso diferente
Yo: y si hacen anal?
Mónica: eh, nada nuevo
Yo: tú le has dado culo?
Mónica: claro. Varias veces
Yo: quisiera ver eso
Mónica: jajaja loco
Hubo una manera de convencerla, le propuse que fuera con Josué a nuestra casa y yo buscaría la forma de dejar alguna cámara y verlos. Pensé que después de verla con Josué teniendo sexo quizás el morbo iba a bajar, pero me atrevo a decir que era mayor ahora.
El viernes ella salía a las 4 pm de la oficina y yo salía a las 7 pm. Así que ella fue a la casa para arreglarse y no pude estar mientras se vestía. Me contó que se puso un blue Jean ajustado, tacones negros patentes, una blusa blanca que realzaba sus senos y debajo ropa interior roja, un hilo de encaje y un brasier que compró de camino a casa. Iban a cenar a un restaurante y a tomar algo ahí mismo.
Como ella salió de la casa a las 6 pm, me dio tiempo para pasar a acomodar todo. Me hice una videoconferencia entre mi laptop, mi iPad y mi celular. Me arriesgué mucho porque la laptop la dejé abierta y con la pantalla bloqueada en el escritorio de nuestra habitación. Tenía que ser un lugar visible para poder dejarla enchufada y que no perdiera batería. Si Josué la revisaba, podía darse cuenta de que los estaba grabando.
El iPad si lo pude poner escondido en la parte alta del closet entre la ropa. Dejé la puerta entreabierta con una perfecta vista a la cama.
Yo mantenía comunicación con ella. Me dijo que estaban hablando, tomando unos cócteles y demás. Yo también le estaba contando a mi amigo Luis sobre la situación para mantener la complicidad en ese sentido.
Salí y me fui a un hotel para pasar la noche. Me senté en el bar y pedí unas cervezas mientras chequeaba el teléfono y que la llamada estuviera funcionando. Podía responder el chat si Mónica me escribía pero no mucho más, porque si se colgaba la llamada no iba a poder ver nada.
Ya era medianoche cuando Mónica me dijo que ya estaban en la casa. Yo estaba maniático, no quería perderme de nada pero ellos llegaron y se quedaron en la sala y ahí yo no podía saber qué estaba pasando. Mónica dejó de contestar mis mensajes así que pedí algunas cervezas y subí a la habitación para poder ver las cámaras de la habitación.
Pasó alrededor de una hora y en la habitación no sucedía nada, solo veía el cuarto vacío a través de mi celular. Ya era más de la 1:00 am cuando escuché que entró Mónica. La vi en ropa interior y Josué entró detrás de ella solo con su bóxer puesto.
Desde el iPad la imagen era buena, desde la laptop un poco más borrosa, pero la ventaja era que haberla puesto ahí tan cerca me permitía escuchar todo.
Josué: de verdad fue mucha? Jaja si exageras
Mónica: en serio, ya no podía retener más en la boca, se me estaba botando jaja
Josué: jaja es que te lo juro que desde que fuimos a la playa no tiraba con nadie, o sea, ¿mes y medio?
Mónica: seguro que te voy a creer eso
Josué: en serio, he estado ocupado y ni pendiente de nadie
Al escuchar esa conversación me di cuenta que habían cogido fuera de la habitación. Supuse que en el mueble de la sala. Me había perdido de la acción y de cómo le había acabado en la boca.
Mónica se percató de la laptop y la vi reírse un poco cuando vio a la cámara. Pero se acostaron a ver televisión. Hablaron de varias cosas normales, él le preguntó dónde estaba yo y ella le dijo que en un viaje de trabajo.
Recuerdo que entre varias cosas, estaban recordando una anécdota juntos, supongo que de cuando salían hace años:
Josué: recuerdas la caída en el jacuzzi?
Mónica: jajaja si, me resbalé horrible
Josué: sí, claro jajaja. Tú sabes que tenías las piernas débiles de las cogidas que te metí
Mónica: sí hablas estupideces jaja. Bueno, digamos que fue una combinación. Sí tenía las piernas débiles pero también pisé el agua
Josué: sí ese día hasta pediste clemencia jaja o no recuerdas?
Mónica: bobo, hazme pedir clemencia ahora si eres tan bravo
Esa conversación al parecer los encendió. Josué la arrodilló y se sacó el pene. La tomó por la cabeza y la puso a mamárselo. Mientras le hacia la mamada pude escucharlos perfectamente.
Josué: aunque te hagas la dura, mira cómo te tengo como una putica
Mónica: idiota- dijo ella sin sacarse su pene de la boca
Josué: dime que te gusta mi pene
... Mónica seguía mamando
Josué: dime pues, dime que te gusta
Mónica: tú sabes que tienes un pipí bello y me encanta que me cojas
Josué: ¿por el culito? ¿Quieres?
Mónica: búscame un plug que hay en la gaveta
Josué fue a la gaveta y tomó un plug anal de mi novia. Ella se puso en cuatro y él empezó a lamerle el culito. Podía ver cómo metía sus dedos y se lo lamía hasta que le introdujo el plug. Cuando lo tuvo puesto, se la empezó a coger en cuatro. Divina la imagen de Mónica abierta con el plug anal recibiendo una cogida. Al cabo de un rato la vi acabar y fue cuando él le sacó el plug y le dijo que abriera.
Josué: tranquila, es sólo la puntica jaja
Mónica: sí, me vas a engañar a mí jaja como si fuera la primera vez
Josué: menos mal que tú sabes. Espero que aguantes
Mónica: qué idiota. Cuando no he aguantado?
El tipo tomó lubricante de la gaveta y se lo untó en el pene. Pude ver su miembro rojísimo y brillante a causa del líquido que lo cubría. Penetró a Mónica que estaba en cuatro pero sus manos no estaban sobre la cama. Tenía directamente su cara en ella, apoyada en uno de sus cachetes mientras con sus dos manos se abría las nalgas ella misma. Josué se lo estaba enterrando poco a poco y escuché decir a mi novia
Mónica: con cuidado. Dale suave, baby
Josué: le estoy dando suave, voy a irlo metiendo poco a poco
Ella gemía mientras él la penetraba. Se fue empezando a mover y desde la cámara que puse en el closet podía ver la cara de Mónica. Era una mezcla de dolor con placer mientras Josué iba incrementando su movimiento. Ya iba a un ritmo normal la cogida y ella se veía adaptada cuando él se subió de cuclillas a la cama y seguía cogiéndola anal.
Josué: ahora vamos a ver si aguantas tu cogida
Mónica: párteme, anda
Podía ver a Mónica masturbándose mientras él seguía embistiendo y la vi acabar nuevamente con ese anal.
Mónica: ya va. Cámbiame
Josué: no puedes más?
Mónica: tonto. Me duele la espalda. Cambiemos
Mónica se colocó boca arriba y abrió sus piernas. Las alzó y pasó sus brazos por detrás de sus propios muslos. Vi a Josué como apurado, quería penetrarla rápido de nuevo y así fue. Siguió haciéndoselo así y Mónica se seguía tocando mientras él seguía penetrando su culito. Lo vi tomar el teléfono de Mónica y grabarla mientras se la cogía, hasta que lo dejó a un lado e incrementó el ritmo. Se la estaba cogiendo duro y solo se escuchaba a Mónica decirle “acaba, anda. Acábame” hasta que lo escuché hacer ruido y acabó adentro del culito de Mónica.
Ya eran las 3 am. Mónica se metió de nuevo al baño y Josué se salió desnudo de la habitación. Ella regresó en ropa interior y Josué entró con una cerveza.
Supuse que iban a dormir ya que lo habían hecho en la sala y en el cuarto, debían estar agotados. Estaban hablando detalles del día del apartamento de playa, cosas de cómo les fue en la playa, de cómo se veía Mónica en traje de baño y cosas así.
Pasaron unos 25 minutos. Ya solo disponía de una vista y era la de la laptop. El iPad se había descargado. Esa vista de la laptop era más cerca de la cama y la que me permitía escucharlos mejor. La propia Mónica empezó a hacerle sexo oral y se subió de espaldas a él. Se lo estaba haciendo por la vagina de nuevo. Podía ver como la nalgueaba con ambas manos, abría su culo y le decía que era suyo, a lo que Mónica le decía “y ese guevo de quién es?” Y él respondía que de ella.
Este fue un polvo largo. Me excitó mucho ver a Mónica totalmente sudada y a Josué dándole con todo. Se escuchaban sus cuerpos chocar. Podía ver cansancio a Mónica en la cara mientras el sudor hacía brillar sus cuerpos. El propio Josué no tenía el pene totalmente erecto, aún así se estaban dando con todo.
En un momento estaban en cuatro. Josué le estaba dando fuerte y al parecer se cansó y paró. El empuje hizo que Verónica cayera sobre la cama. La vi pararse de la cama y caminar hasta la pared, se puso como cuando un arrestado debe ser revisado por un policía y y él se acercó y la empezó a penetrar. Al final volvieron a la cama y vi a Mónica esforzarse mamándoselo, la veía agotada, la escuchaba respirar fuerte, ella le decía que le diera su leche y después de mucho Josué se fue en su boca. Ahora sí, a dormir.
Se quedaron dormidos, yo no. Estaba tan caliente, me había hecho tres o cuatro pajas y aún estaba excitado. Ya no podía verlos porque apagaron las luces así que me quedé viendo la TV y puse una alarma a las 8 am por si me dormía. De hecho, me dormí y desperté a esa hora y ellos aún dormían, ya podía verlos gracias a la luz que entraba desde la ventana y aclaraba la habitación. Mi celular estaba cargado de nuevo y pedí desayuno.
Desayune y seguí viendo tv. Alrededor de las 10 am fue que vi movimiento. Despertaron, estaban revisando sus celulares y hablando. En serio deseé que no volvieran a meterse al baño como en el apartamento de la playa.
Me asusté cuando se levantaron justo al baño, dejé de verlos. Pero a los pocos minutos salieron. Se notaba que se habían lavado la cara y cepillado. Josué estaba en bóxers y Mónica con un hilo negro y mostrando sus tetas. Josué se las agarró y se las empezó a chupar, después ella se acostó y él le empezó a chupar la vagina por varios minutos. Entonces se puso boca arriba y Mónica se subió sobre él. Esa escena fue increíble, veía las nalgas de Mónica moverse sobre su pene, su vagina se ensanchaba por el grosor del miembro y él tomaba sus nalgas, una en cada mano mientras ella se movía de arriba abajo.
En unos minutos ella subió el ritmo, se movía brutalmente y noté que acabó porque fue parando su movimiento hasta poner la cabeza sobre el pecho de él. No pasaron ni 10 segundos cuando él le dio una nalgada como en señal de que volviera a la acción. Ella empezó el movimiento y él no soltaba sus nalgas. De hecho parecía que él era quien controlaba el movimiento de ella y la movía a su antojo. Se movía ella y también se movía él hasta que gimió y vi que ambos pararon y la leche se empezó a derramar de la vagina de Mónica y corría por los testículos de Josué.
Volví a verlos meterse al baño y salir a los 20 minutos. Mientras se vestían los escuchaba hablar de diferentes temas sin importancia y bajaron a la cocina después de una excelente noche de sexo que pude presenciar en su totalidad desde mi celular.
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