Por la mañana cuando se marchó mi marido yo estaba muy nerviosa pensando en lo que se me avecinaba y a eso de las 8,30 de la mañana sonó el teléfono, era Raúl el cual me dice:
“Maribel, recuerda que te dije ayer que me gustaría que hoy follaras con mis amigos. He hablado con ellos, madrina, y están como locos por conocerte personalmente, dado que ya te han visto por los videos que les he enseñado. Bueno algunos de ellos me han ayudado a grabarlos, pues cuando yo estoy contigo , bien Juan o bien Nacho manejan los zoom y los movimientos de las cámaras desde sus ordenadores , por tanto te han visto tanto follar conmigo como desnuda cuando te cambias o te duchas e incluso hacerlo también con tú marido.”
Yo entonces le corto y le digo:
Estás loco Raúl, como has hecho eso, y más sin mi consentimiento, como has dejado que tus amigos me vean desnuda y peor aun haciendo el amor contigo y con mi marido. Por Dios que vergüenza, no sé si voy a ser capaz de presentarme delante de ellos, que vergüenza por favor, no los traigas por favor, no me hagas pasar estos apuros.”
El aumentando el tono de su voz a través del teléfono, me corta mis suplicas diciéndome:
“Cállate! Les he dicho que si tanto les gustas y quieren follarte que no tienen más que decírmelo, y que tú en cuanto yo te lo diga lo harás encantada”
Yo le digo:
“¡Pero Raúl!, ¿te has vuelto loco?, ¡eso es casi como si me prostituyeras!”
Él me dice:
“Exacto, madrina, porque eso es lo que hacen las putas, y tú eres una puta, mi puta, y harás todo lo que yo te diga, pues eso acordamos ayer, por tanto eso es lo que quiero que hagas ¿me entiendes?“
Yo ya con mi voz más baja y con suplica, intento convencerlo por última vez diciéndole:
“¡No lo hagas, por favor, te lo suplico!“
Y él me contesta:
“Ya mi putita es demasiado tarde, pues en cuanto les dije que si querían podrían follarte, todos dijeron que sí y que cuando. Y yo les conteste que pronto. Entonces al decírtelo ayer y acceder a mis deseos (de ser mi puta para todos y de hacerme caso y complacerme en todo), cuando salí de aquí llame a los tres y los he citado en la esquina de tú calle para dentro de una hora y media, así que vete preparando para alrededor de las 10 o 10,30 que estaremos ahí, y te vamos a follar entre los cuatro”.
Yo me auto convencí de que le había dado mi palabra y habíamos sellado el trato, pero no pensé que me ofreciera a otros hombres tan pronto y lo hizo ayer al salir de mi casa. Me ofreció a sus amigos adolescentes para que me follaran y abusaran de mí a su antojo. Entonces al pensar en ello me comenzó a entrar un calor por dentro, era una mezcla de excitación y lujuria. Mi ahijado, mi amante, había decidido convertirme en su puta con todas las consecuencias, y el siguiente paso lógico era ofrecerme a otros hombres, en este caso a sus amigos. La verdad es que me asustaba un poco el estar a la vez con cuatro hombres y ser poseída por ellos, pues nunca había estado con más de un hombre y encima esos hombres habían sido mi marido y mi ahijado. Cuando estaba en estos pensamientos él me sacó de ellos al oírle a través del teléfono que continuaba diciéndome:
“Yo pasaré por tú casa ahora dentro de un rato y te llevaré la ropa que debes de ponerte. Mientras me esperas ves colocándote el tanga que te regalé, pues es para estas ocasiones para las que te hice el regalo. Procura que te salga gran parte de la pelambrera de tu chocho por fuera de él”.
Me colgó el teléfono y yo entonces me dirigí a mi cuarto, me quité la bata de estar en casa y las bragas que tenía puestas, quedándome desnuda, pues no me había puesto por comodidad aún el sujetador. Cogiendo la braga tanga del cajón me la coloqué y procuré sacarme la mayor parte de los pelos de mi chocho por fuera del pequeño triangulo de las mismas. Prácticamente solo se veía como dos dedos de la tela y al ser transparente y quedarme un poco pequeña se me veía y marcaba perfectamente la raja de mi almejita. Al terminar me senté encima de mi cama a esperar que llegara Raúl, el cual a los 25 minutos llegó. Cuando sonó el timbre me coloqué encima de mi cuerpo la bata de estar en casa, me dirigí hacía la puerta y le abrí. Traía en la mano dos bolsas con paquetes, le hice entrar y nos dirigimos directamente a mi cuarto: Nada más entrar, en mi dormitorio, me quité la bata tirándola encima de la cama y me mostré a él, solamente con el tanga, prácticamente desnuda. Gire despacio sobre mis pies para que pudiera verme por completo y entonces él me dijo:
“Toma esta es la ropa que quiero que te pongas, se me ha olvidado el sujetador, pero estoy pensando al verte sin él que a lo mejor les pones a esos cabroncetes más caliente el que vayas sin él. Con esto te vas a vestir como lo que realmente quiero que seas con ellos, es decir un buen putón”.
Saco los paquetes y los voy extendiendo encima de la cama. Es una minifalda muy corta negra, una camisa muy fina semitransparente abierta por delante y que se cierra con botones (solo tiene cinco botones). Cuando he acabado de sacar todo y colocado encima de la cama me dice:
“No te he traído medias porque no quiero que las lleves y en principio para recibirlos te colocas encima de esta ropa el salto de cama semitransparente con el que me recibiste a mí el segundo día que te visité, es sexi y excitante. Y para completar todo ponte unos zapatos negros de tacón alto para que resalten más si caben tus piernas desnudas. Quiero que la camisa solo te abroches el 4º y el 5º botón (para que asomen tus tetas y se vea bien como se mueven) y te la entres por dentro de la minifalda. ¡Date prisa madrina que se nos hace tarde, venga mi putilla linda, verás cómo al final a ti también te gusta y te excita todo esto¡”
Yo comienzo a vestirme y al terminar me miro reflejada en el espejo del armario de mi habitación y la imagen que veo reflejada en el mismo es la de una verdadera puta. Me sentía sucia por dentro, totalmente vejada y humillada por lo que iba a pasar. Pero no podía revelarme, mi ahijado ejercía un control sobre mis sentimientos y sobre mi voluntad tan grande, que no era capaz de hacer otra cosa nada más que lo que él quisiera. Se acercó y empezó a sobarme, se le notaba muy excitado, tanto por mi ropa, como por lo que íbamos a hacer. Entonces él hace que me gire y que ande por la habitación para verme y me dice:
“Maribel, estas perfecta, como me había imaginado, vas a deslumbrar a esos cabrones, se van a subir por la paredes de caliente que se van a poner cuando te vean. Estás buenísima, madrina, mejor que cualquier puta callejera. Ahora dime la verdad, ¿te está costando dar este paso verdad, cariño?”
Yo bajando mi cabeza y mirando hacía el suelo y sintiendo un calor fuera de lo normal en mi cara, demostración evidente de mi sonrojo, le contesto:
“Si Raúl, pero si realmente es lo que quieres que haga y que sea, lo haré. Solo deseo complacerte y que goces y seas feliz con ello, aunque realmente me cuesta mucho y me da mucha vergüenza hacerlo”
Entonces él se saca del bolsillo de su pantalón una caja con unas pastillas (luego me diría la verdad, de que eran unos afrodisiacos) y dirigiéndose a la mesilla de noche coge el vaso y la jarra que tengo en ella con agua y echando un poco de agua en el vaso, me le da y a la vez me da dos pastillas que ha sacado del envase de la caja que se sacó del pantalón y me dice:
“Vas a tomarte estas pastillas, te ayudaran a pasar el mal trago, al menos esta vez que va a ser la primera, aún falta más de tres cuarto de horas para que lleguen mis amigos y en ese tiempo te harán efecto y te sentirás mejor, son un tranquilizante para los nervios, trágalas venga, te sentirás mejor”
Yo como una autómata me las trago haciéndole caso. Él entonces se acerca a mí y comienza a tocarme por encima de mi salto de cama y con sus manos juega metiéndola por la abertura de la camisa a mis pechos comenzando a sobármelos y jugar con ellos, sabe que es una de las zonas de mi cuerpo que al tocármelas me pone más excitada y por eso lo hace. Luego lleva su boca a la mía y sin dejar de sobarme comienza a darme un morreo de campeonato haciéndome subir a la gloria con sus caricias y besos. Así estamos un ratito y luego me dice:
“No vamos a seguir, pues quiero que estés caliente para cuando vengan mis amigos y de esa forma tu excitación te haga querer entregarte a nosotros por ti sola. Se conociéndote que a medida que vayamos hablando y entrando en materia, y pasado los primeros momentos serás tú misma la que quieras y les pidas que te follen, sin importarte que esté yo presente cuando lo hagan”.
Se separa de mí y me dice:
“Me voy a ir ya, pues son las 9,40 y he quedado con ellos en la esquina entre las 10,00 y 10,30 y estoy seguro que con las ganas que tienen de estar contigo, esos están todos ahí antes de la hora. Quiero que te encuentres y des la sensación, ante ellos, de desenvuelta y con experiencia, que no noten que es la primera vez que lo vas hacer con otro que no seamos ni tu marido ni yo y menos que vas hacer de puta. Aunque no te lo he dicho, para que te sientas realmente como una puta, los he cobrado a mis amigos 50 Euros a cada uno por estar hasta la hora de comer contigo. Es un precio muy barato para lo que se cobraría en un prostíbulo por una hembra como tú. Pero he considerado que son mis amigos y no quiero abusar. Pues el cobrarlos es solamente para que sientas realmente la sensación de ser puta y cobrar por prestar tu cuerpo al cliente para que haga con él lo que quiera. Como sé que estas nerviosa, en vez de estar sentada en el salón esperándonos , si tienes que hacer algo en la casa, en la cocina, etc. ves haciéndolo, de esa forma te distraerás y no pensarás en esto y se te pasará un poco los nervios. Hasta dentro de un ratito que vuelvo con ellos. Gracias de nuevo, mi amor, por todo lo que vas hacer por mí.”
Yo a medida que pasaba el tiempo, no sé porque iba sintiendo cada vez más ganas de entregarme a estos cuatro adolescentes que estaban a punto de llegar. Notaba la calentura en mi entrepierna y en el interior de mi cuerpo, me lleve la mano a mi sexo por encima de mi tanga y note que estaba completamente mojado por los jugos que salían de mi chochito (en aquel entonces no sabía porque podía ser, pero después al enterarme y decirme Raúl que las pastillas que me había dado eran afrodisiaco, lo comprendí, era porque ya me habían empezado hacer efecto las pastillas. La toma recomendable era una pastilla medía hora antes de comenzar y sus efectos duran de dos a tres horas, y el bruto de mi ahijado me había dado dos pastillas). A las 10,05 llamaron a la puerta, yo toda nerviosa me coloqué como pude la poca ropa que llevaba y me dirigí abrir la puerta. Al llegar quise ver cómo eran y miré por la mirilla y pude ver a Raúl con tres chicos, como había prometido. Todos adolescentes guapos y fuertes, poco más o menos de su edad, por tanto podían ser perfectamente mis hijos por la edad. Uno de ellos le conocía de haber estado alguna vez, (ante de todo esto) con Raúl cuando me había visitado en mi casa alguna vez y eso me hizo sentir aún más avergonzada por lo que iba hacer. Entonces cogí y les hice pasar rápidamente al interior. No quería que cualquier vecino o vecina pudiera ver que entraban en mi casa cuatro chicos a esa hora de la mañana y que si esperaban, un poco, vieran que tardaban más de la cuenta en salir, pues estarían conmigo alrededor de 3 o 4 horas y eso seguro que les haría sospechar.
Ya dentro, cuando me vieron así vestida se quedaron alucinando mirándome, con lujuria en los ojos, y medio babeando por la visión de mis piernas y el espectacular escote que al dejar desabrochados los botones me había dejado, la verdad es que debieron empalmarse en ese mismo instante. Les saludé y les di dos besos a cada uno, acercando mucho mi boca a sus labios, y pegando mis pechos a sus cuerpos, para haciendo caso a lo que me había dicho mi ahijado, darles la sensación de seguridad y desenvoltura. Después le hice pasar al salón una vez allí les invité a sentarse, haciéndolo yo en el medio del sofá y se sentaron dos de ellos uno a cada uno de mis lados y Raúl y el otro chico cada uno en uno de los sillones. Entonces mi ahijado me presentó:
“Madrina, estos son mis amigos, ese es Juan, el que está sentado a tu derecha y el que está junto a ti a la izquierda es Nacho y este otro es Manolo, ella como todos ya todos sabéis es Maribel”
Tras la presentación empezamos hablar en principio de cosas vánales, mientras lo cual ellos no dejaban de desnudarme con sus miradas con todo el descaro del mundo. Yo al verlo me sentía incómoda, con esos adolescentes babeando y deseando follarme, y mi ahijado disfrutando viendo cómo yo sufría.
Entonces Raúl cambió de conversación radicalmente diciéndoles:
“¿Os gusta mi madrina, chicos?, a que está mejor al natural que no en los videos que habéis visto?”
Y Juan que estaba a mi lado, rápidamente contestó:
“Está buenísima. Mira que viéndola mientras grababa los videos me gustaba, pero es que en la realidad me gusta aún el doble”
Según decía esto, el tal Juan, me pasaba uno de sus brazos por mis hombros y haciendo que su mano descansara con disimulo por dentro de la solapa de mi camisa en contacto directo con mi carne.
Raúl entonces continuó diciéndoles:
“Cuando la he llamado para decirla que vendríais a hacerla una visita para conocerla, se ha vestido así para recibiros y que la veáis guapa y porque no decirlo provocativa para vosotros.
Mi ahijado les decía eso, siendo mentiras, pretendía con ello calentar aún más el ambiente, si esto era posible, pues los chicos se les notaban bajo su pantalón un buen paquete a todos y que por momentos iba aumentando de tamaño. Nacho (el chico de mi izquierda llevo una de sus manos a mi muslo izquierdo y comenzó a acariciarlo con cariño y a disfrutar de la suavidad de mi piel. Juan ya había llegado con su mano a mi pecho izquierdo mareándomele y sacándomele de mi camisa me le sobaba a placer. Yo estaba muy excitada y más con la caricia que este chico hacía sobre mi pecho. Mientras tanto Nacho, poco a poco avanzaba hacia el interior de mis muslos y ya tenía su mano bajo mi corta falda y había conseguido llegar hasta mi mojada tanga y me había comenzado a acariciar mi coño por encima de ella, al notarlas empapadas y no pudo reprimirse y dijo:
“Joder machos, la cabrona tiene la tanga totalmente metida por la raja y está toda mojada. Es tan calentorra como la hemos visto portarse en los videos cuando follaba con este maricón de Raúl”
Entonces Manolo desde su sillón dijo:
“Claro os lo dije, cuando nos pajeábamos viéndola en los videos, es una puta, y está cachonda porque sabe que la vamos a follar todos hasta que ya no podamos más ni ella ni nosotros, ¿verdad Maribel, que es por eso?”
Yo haciéndome la valiente y para que ellos no me viera cohibida y avergonzada por lo que decían y me hacían, le conteste:
“Si es por eso, estoy ahora mismo muy caliente pensando que dentro de poco me vais a poseer los cuatro por todos mis agujeros, primero uno a uno y después todos a la vez, estoy deseando teneros dentro de mí “
No podía creer lo que acaba de decir por mi propia boca, me estaba portando como una verdadera golfa y puta animando a estos chicos a que me follaran por todos mis agujeros. Quién me iba a decir a mi hace unos días que iba a ser gozada a la vez por cuatro adolescentes, cuando hasta hace menos de un mes con el único hombre que yo había estado y el único al que me había entregado había sido mi marido.
Mientras Juan había conseguido sacarme también la teta que daba para su lado y me encontraba con mis pechos completamente desnudo fuera de mi camisa y a la vista de los cuatro adolescentes. Ellos (aunque me los habían visto por los videos) nunca imaginaron que en la realidad mis tetas fueran tan grandes y que se mantuvieran aún bastante tiesas y pocos caídas aunque algo si estuvieran debido a su peso. Estaban enormes, parecían dos montañas y mis pezones se encontraban por la excitación hinchadísimos. Entonces Nacho al verlas saltar con su mano libre llevo la teta de su lado (la izquierda) a su boca y comenzó a mamarla con ganas y Juan hizo lo propio con la que le tocaba a su lado. Entonces Manolo se levantó del sillón y se acercó donde yo estaba, se arrodillo en el suelo y me hizo separa mis piernas y separando a un lado la tela del pequeño tanga, arrimo su boca a mi chochito y comenzó a pasar su lengua por él y a comerme mi almeja peluda totalmente rodeada de pelos a su alrededor (cosa que parecía gustarle). Juan y Nacho me devoraban con locura, me mordisqueaban los pezones y estrujaban fuertemente mis tetas. Parecía que quisieran sacarme hasta la última gota, si hubiera tenido leche en ellos. Yo ya comencé a respirar agitadamente, el juego que estos chicos hacían en mis sensibles pezones y el buen trabajo que Manolo seguía haciéndome en mi encharcado coño, el orgasmo era inminente, y no pude por menos que comenzar a decir:
"¡Me corroooo...! ¿Qué me hacéis cabrones, para hacerme sentir estoooo tan placenteroooo?"
Un mar de líquidos salió de mi interior, parecía que me estuviera meando y moje toda la cara de Manolo, que aun así no separó su boca de mi chocha tragándose todo lo que podía de mis jugos.
Entonces Manolo con su cara empapada por los efluvios míos dijo:
"¡Mirad como se mea de gusto, la puta guarra, creo que vamos a disfrutar de lo lindo con esta golfa tan caliente, amigos! Vaya cerdita que está usted hecha Sra. Maribel”
Yo entonces entrecortada les digo:
“Por favor, no me llaméis de usted me hacéis sentirme más vieja y además después de lo que acabamos de hacer y lo que nos espera creo que sobra el tratamiento de usted”
Entonces Raúl también se acercó dónde estábamos y acercando su boca a la mía y metiendo su lengua dentro de mi boca. Me dio un beso y un morreo de campeonato, a la vez que recibía mis entrecortadas ráfagas de aliento como consecuencia que el buen hacer de sus amigos me estaba proporcionando con sus manos y bocas. Yo seguía muy sofocada pero sentía involuntariamente, muchas ganas de sentirles dentro de mí, estaba excitadísima, de modo que con palabras entrecortadas, por mi sofoco provocado por el placer que estaba sintiendo, les dije:
“Por faaaavooor vamos a mi cuartoooo quiero ser vuestraaaa, vamooosss”
Entonces me levantaron y casi en volandas me llevaron a mi habitación y ellos empezaron a desnudarse. Cuando vi los cuatro cuerpos jóvenes desnudos ante mí, sus pollas grandes y ya erectas, empecé a excitarme aún más de lo que estaba y aunque no se lo decía, estaba deseando que pasaran los minutos para poder estar disfrutando de ellos. Me había olvidado de mi marido y de que Raúl me estuviera prostituyendo por primera vez en mi vida, con sus propios amigos. Solo deseaba ser poseída por cada uno de ellos. El afrodisiaco que mi ahijado me había suministrado (engañada como pastillas para calmar mis nervios), estaba haciendo muy bien su trabajo, cada vez que alguno de ellos tocaba mis pechos o cualquier parte de mi cuerpo no paraba de gemir de gusto. Mi Ahijado se acercó y me besó con pasión en la boca para que los otros lo vieran bien. Después los demás se fueron acercando poco a poco para seguir sobándome, mientras yo les acariciaba los cuerpos y sus pollas. Entonces Nacho les dijo a todos:
“Ojalá mi madre estuviera tan buena como tú Maribel, si fuera así me las arreglaría para conseguir la forma que ella consintiera en que me la follara a todas horas, como tú Raúl has conseguido hacerlo con tu madrina y con tú madre”
Yo sabía que Raúl se follaba y era también el amante de su madre (pues él mismo me lo había dicho), pero que lo supieran sus amigos, no lo sabía, por eso me sorprendió al oírselo a Nacho. Entonces Juan y Manolo contestaron a Nacho afirmando lo que decía de esta forma:
“Sí, igual que la mía (dijo Manolo)”
“Y que fuera tan puta y que tuviera esas pedazo de tetas que Maribel tiene, pues me vuelven loco (dijo Juan)”
Entonces mi ahijado al oírlos les dijo:
“Bueno, no os preocupéis, mi madrina se ha ofrecido a ser vuestra puta, cuando queráis follar con ella no tenéis más que decírmelo o venir aquí directamente la pagáis (pero ya a su precio real de puta que va a tener) y ella se abrirá de piernas para vosotros, ¿verdad, madrina? “
Yo como una autómata, asentí entre gemidos. Los comentarios de mi ahijado les ponían todavía más cachondos, y ahora ya no se cortaban a la hora de llamarme puta o cosas mucho más fuertes, para humillarme más.
Habían formado un círculo alrededor mío, teniéndome a mí en el centro. No dejaban de sobarme y poco a poco, una pieza de ropa uno, otra otro, ahora el salto de cama, después la camisa, la minifalda y por último mi tanga, me las fueron quitando hasta dejarme completamente desnuda ante su vista. Yo me sorprendía al estar como mi madre me trajo al mundo ante los amigos de mi ahijado y no sentir ya vergüenza ni reparo ninguno, sino todo lo contrario, ganas de exhibirme desnuda ante ellos y que pudieran apreciar bien mi desnudez, ¿Cómo era posible que me comportara así?.
Entonces cogiéndome unos de mis pies y otros por mis axilas, peludas (que al verlas se le abrieron sus ojos y yo al ver su sorpresa les pregunte:
“¿No os gusta que tenga pelos en mis axilas? es que a mi marido si le gusta y por eso los llevo, no quiere que me los quite, igual que en mi coño, por eso los tengo tan abundante y largos en mi sexo.”
Entonces Raúl, Juan y Manolo, contestaron:
“A nosotros también nos gustan que las mujeres lleven pelos en sus axilas y en su coño, y si es tan abundante como tú lo tienes mejor”
Y Nacho me dijo:
“A mi Maribel, me gustan las mujeres de las dos formas, con pelos en su sexo y axilas y sin ello, aunque si lo tienen prefiero que sea más pequeño y que tampoco sea tan abundante como tú lo tienes”
Yo conteste:
“Me alegro que no os disguste que lo tenga y es más que incluso os guste, pues a mí también me gusta tenerlo y aunque no fuera así no podría quitármelo, para que mi marido no sospechara nada”
Entonces levantándome del suelo cogida por donde os he comentado, me llevaron hasta la cama y me echaron en ella colocándose los cuatro a mi alrededor. Ahí estaba yo completamente desnuda y espatarrada, (en medio de estos cuatro adolescentes hambrientos de mí), ofreciéndoles la mejor visión que nunca hubiesen tenido tan cerca de una mujer, la cual tenía edad suficiente para ser su madre.
Entonces Raúl se colocó entre mis piernas y comenzó a apartar con sus manos los pelos de mi coño, yo miraba a los demás que no despegaban su vista de lo que hacía su amigo. Se les caía la baba al contemplar mi cuerpo desnudo y a su amigo tocando mi sexo. Tras esto mi ahijado empieza a meterme primero un dedo y luego dos más por mi coño y comienza a entrarlos y sacarlos dentro de él, yo no puedo por menos que emitir un suspiro de placer:
“Ahhhh… siiiii como me gustaaaa?
Entonces Manolo y Nacho se apoderaron de una teta cada uno, me las comienzan a chupar y apretar, sin cuidado alguno y con fuerza, como si les fuera la vida en ello. Entonces él que quedaba, Juan, acude al lado de Raúl y guiñándole el ojo, le apartó la mano con la que me taladraba mi chocho y comenzó a chuparme con su boca mi coño. Mis pezones estaban duros como el acero, ya que Nacho y Manolo se habían cansado de acariciarlos y habían empezado a mordisqueármelos, produciéndome con ello muchísimo placer. Yo ya comenzaba a respirar de nuevo agitadamente por la excitación y placer que sentía, y no paraba de echar líquidos por mi almeja. No recordaba haber estado antes nunca tan excitada aunque los días que había disfrutado con Raúl había sentido sensaciones que nunca había disfrutado en ese momento estaba también sintiendo algo nuevo en mí, no sé si por los efectos del afrodisiaco o al ser sobada por tantos hombres y manos a la vez, el caso es que estaba excitadísima y disfrutando muchísimo.
Entonces Raúl desapareció durante unos segundos, pero sus amigos no dejaron de hacer lo que estaban haciendo. Al poco apareció mi ahijado con un consolador - vibrador y un bote de vaselina. Al ver su tamaño me asuste, media el doble que la polla de Raúl y era el doble de grueso. Yo solo había probado el pene de mi marido y el de Raúl que ya me entraba justo. Yo pensé que ese monstruo de vibrador no podría entrarme, pero me equivoque. Mi ahijado apartó a su amigo Juan, que dejo de chuparme mi chochita y se puso a un lado. Entonces Raúl comenzó a introducir dos dedos llenos de vaselina en mi coño. Luego también embadurno con la vaselina el consolador-vibrador, lo puso a la entrada de mi cueva y empezó a empujar poco a poco. Nacho y Manolo para ver cómo me lo entraba y comenzando a masturbarse, se colocaron de tal forma que no pudieran perderse detalle. Sin embargo Juan se puso al lado de mi cara y con su polla bien tiesa (tenía un buen tamaño era muy parecida a la de Raúl, aunque yo creo que un poquito más gorda y un centímetro al menos más larga) me la acercó a mi boca y dándome una orden me dijo:
“Chúpamela guarra, mientras tu ahijado te mete el consolador-vibrador, venga que lo estas deseando de esa forma te distraes chupándola y te dolerá menos cuando te entre mi amigo ese pedazo de pollón artificial, putilla”
Yo me quedé sin saber qué hacer y entonces mi ahijado, a la vez que introducía en mi coño, la punta del consolador-vibrador me dijo:
“Ya has oído, sé una buena puta y chúpasela”
Abrí la boca y comencé a chupársela. Ahora tenía una polla en la boca y en mi coño entrándome, lo más grande que en mi vida me había entrado en él, ese monstruoso consolador-vibrador, que ya se había introducido hasta el glande del mismo. Me estaba doliendo a medida que me lo entraba, pensaba que no me entraría pero si lo estaba haciendo. Yo no quería chillar, aparte de que la polla que tenía en mi boca me lo impedía, pero por mis ojos comenzaron a salir lágrimas de dolor. Raúl dio al botón de encendido y el aparato se puso a vibrar y a la vez me le empujaba cada vez más a dentro hasta que consiguió entrar al menos 28 o 30 centímetro de los 50 que medía el aparato. Luego comenzó a moverlo a dentro y a fuera con saña como si me estuviera follando con él. Mientras que con la mano libre se masturbaba él también como hacían sus otros amigos. A mí se me estaba pasando el dolor que sentí al introducirme la polla de látex y ahora comenzaba a sentir bastante placer con ella, (me sentía completamente llena, estaba rozando y pegada a las paredes de mi vagina, las cuales estaba dilatando al máximo) y al tener en mi boca la polla extraordinaria de Juan. En pocos minutos no pude aguantar y comencé a correrme como una loca llegando a enlazar varios orgasmos, y derramando gran cantidad de líquidos por mi coño, tantos que parecía como si me estuviera meando. Nunca me había pasado. No podía gritar porque Juan no permitía que dejara de chuparle su polla, me sujetaba con su mano mi cabeza para impedirme hacerlo. Entonces Raúl dándose cuenta de mi corrida les dijo a sus amigos:
“¡Miren se está corriendo tanto que parece que se estuviera meando! Joder Maribel como estás gozándolo, pedazo de puta”
Y Juan sin dejarme siquiera descansar un rato en mi mamada, les dice también:
“¡Ya os dije que era una puta!, recordáis cuando la vimos en los videos follando y mamando la polla a este.”
Y Nacho apostilla, diciendo:
“Si Raúl, como tú bien dices, se está corriendo de gusto la muy zorra, pero que caliente que es tu madrina”.
Y Manolo, que es el que faltaba les dice a todos:
“Joder machos, que bien y cuanto vamos a disfrutar con esta vieja puta, es calentísima, habéis visto la cantidad de líquidos que está echando al correrse. Es demasiado, nunca había visto a ninguna tía que echara tanto al correrse, que barbaridad y para ser tanta cantidad es bastante espeso. Ahora Juan sí que te hubiera gustado estar ahí abajo comiéndola el coño, pues eso que está echando debe de estar riquísimo”
Diciendo esto llevo una de sus manos a mi coño y llenándosela con mis jugos se la llevo a su boca y chupándose la mano se tragó todos los jugos míos que había podido coger con ella de mi coño.
Ellos seguían masturbándose y a mí no me sacaban el consolador-vibrador de mi chocho, aunque estaban viendo que me corría sin parar. Al ver la escena y a mí como disfrutaba y me corría ellos también llegaron pronto al orgasmo y comenzaron a correrse. Manolo fue el primero en hacerlo, lanzo tres chorros, uno directo a uno de mis ojos, otro a los labios y el último se quedó en mis tetas. Después siguieron los otros dos, cada cual escogió a su gusto Raúl lo hizo en mi cara y Nacho opto por correrse en mis tetas. El que aguantó un poco más fue Juan, pero a los pocos segundos comenzó a correrse dentro de mi boca, no me dejo que me la sacara y empujo su polla todo lo que pudo obligándome a tragarme toda su corrida, a la vez que me decía:
“Me corroooo siiiiii aaaahhh ¿te gusta mi leche pedazo de putaaa?, tragatelaaaa siiiiii todaaaa tragtelaaa perraaaa asquerosaaa que ereeees una verdadera putaaaa”.
La imagen que debía de dar a esos chicos debía de ser digna de la mejor película porno que hubiera. Yo por aquel entonces la única película porno que había visto fue la mía propia cuando me grabó Raúl dormida, abusando de mí y por la que me atrapó en sus redes. Ellos se tumbaron al lado mío, pero no me habían sacado el consolador ni parado la vibración del mismo, por lo que a mi seguía produciéndome muchísimo placer y gran cantidad de orgasmos. Estaba sobre la cama toda llena de su semen y todas las sabanas empapadas y mojadas por mis jugos. Yo no pudiendo más le dije a mi ahijado:
“Raúl por favor, parame este aparato y sácamelo o me voy a desmayar y no podréis seguir disfrutando de mi cuerpo, me está agotando tantos orgasmos. Es mejor que lo saques, y que descanse un poco, pues con lo grueso que es este aparato ha debido de dar de sí mi coño. Y si no dejáis que descanse un rato y mi almejita vuelva en ese descanso a su estado natural, aun con lo gordas y grandes que tenéis vuestros miembros, cuando los entréis no vais a notar nada de lo ancho que va a estar mi sexo.”
Raúl, parando el aparato y dirigiéndose a los demás, a la vez que comenzaba a sacármelo despacio les dijo:
“Tiene razón mi madrina, el consolador es gordísimo y grande y si no se lo sacamos la dilatación de su coño seguirá tan grande como se lo haya dejado y cuando se la entremos, entrarán nuestras pollas como si la entramos en un cubo de lo ancho que lo va a tener y no disfrutaremos ninguno de ella. Juan trae ese espejo que tiene Maribel encima de la cómoda, quiero que ella vea como se la ha dilatado su almeja, igual es bueno que este un tiempo con otro consolador que al menos sea tan grueso como la polla tuya, juan, en su culo para que se le dé de sí y cuando sus clientes quieran darla por el culo le tenga ya abierto lo suficiente para que ella no sufra y el cliente goce, me lo pensaré y ya veré lo que hago”.
Raúl definitivamente había decidido en convertirme en prostituta y ni siquiera (por sus palabras) podría opinar sobre el asunto ni si me parecía bien que me hiciera lo que acababa de decir con un consolador en mi culito.
Juan trae el espejo y me le coloca entre mis piernas para que yo pueda apreciar lo dilatado que tengo mi coño. Ha llegado a duplicarse el tamaño de la raja de mi sexo, yo me preocupo, pues es la primera vez que me pasa y pregunto:
“Raúl, ¿Qué vamos hacer ahora? ¿Se me va a volver a quedar como lo tenía de estrecho? Yo no quiero tenerlo así, que va a decir mi marido esta noche cuando quiera hacerlo conmigo“
Mi ahijado se echa a reír y me dice:
“Tranquila Maribel, ahora vamos a descansar un rato y dentro de una media hora poco más o menos ya verás como todo ha vuelto a su estado natural. Y cuando así esté comenzaremos de nuevo y esta vez no habrá nada de consoladores las pollas que te entren en tu coño serán de carne y hueso y serán las nuestras. ¿Tienes cervezas en la nevera?”
Yo le digo:
“Sí hay por lo menos 10, la cargo todos los días”.
Entonces Raúl le dice a Manolo:
“Ven conmigo vamos a por unas cerveza, para bebérnoslas mientras descansamos, es temprano. Y si para la hora de comer aún no hemos acabado podemos estar un poco más pues el cornudo de mi padrino no llega hasta las 17,45 o las 18,00 horas”.
Mientras yo y los otros dos chicos nos quedamos tumbados en la cama. Yo sin poderlo remediar gemía mientras me recuperaba, el semen que me habían echado con su corrida me goteaba a lo largo de todo mi cuerpo junto con los líquidos y eflujos míos que aún no habían dejado de salir de mi coño. Mi sexo estaba totalmente dilatado y muy rojo, por la presión ejercida sobre las paredes del mismo y su entrada por el consolador gigante que me acababan de sacar de él. Mi cuerpo a parte del semen que tenía por encima, por la zona de mis tetas y coño estaba también reluciente de la saliva que habían dejado los chavales al chuparme mis pechos. Cuando volvieron Raúl y Manolo con las cervezas de la cocina, al verme como estaba y con esta pinta Manolo me dijo, sonriendo:
“Joder, Maribel, qué puta eres”
Yo le sonreí y para dar la sensación de confianza les dije:
“¿Os gusta cómo lo estáis pasando?”
Ellos al unisonó me contestaron:
“Sí nos está gustando, pero esperamos que a partir de ahora todavía sea mejor y más excitante”
Los dos que estaban tendidos a mi lado me habían comenzado a sobar todo mi cuerpo extendiendo por todo él los restos de su saliva y el semen que unos momentos antes al correrse sobre mí, habían depositado en las diferentes partes de mi cuerpo que ya he mencionado. Raúl, trajo su ordenador al cuarto y colocándolo encima de la cómoda, le encendió y andando en él me dijo:
“Maribel con este programa que me he conectado ahora es con el que yo y mis amigos cuando yo no estoy controlamos las cámaras que tengo instalado aquí en tu casa. Desde cualquier ordenador que tenga este programa y metiendo la contraseña que solo sabemos mis amigos Juan, Nacho y yo podemos controlar todo el circuito de cámaras, actuando sobre el zoom, el movimiento de cada cámara y intercambiando la imagen que más nos convenga de las que este recogiendo en ese momento cada una de las cámaras. Cuando he salido antes algunas veces de aquí del cuarto he ido a mover la cámara para que se te viera bien en todas las escenas y saliera lo que hasta ahora hemos hecho con todo lujo de detalles. Dentro de un rato cuando de nuevo comencemos para que todo salga mejor y se pueda hacer un buen video de todo nos iremos turnando en el control de las cámaras, tanto Juan, Nacho como yo. El primero en manejarlo seré yo para después según el momento nos vayamos cambiando y a Manolo también le enseñare ahora mientras descansamos esperando que tu coño vuelva a su estado normal”
Yo le digo:
“¿Pero has gravado todo lo que hemos hecho? ¿para que lo quieres? ¿no lo irás a utilizar, verdad?”
Y él muy enfadado me dice:
“¿Quién eres tú para decirme lo que tengo que hacer, puta?, nuestro acuerdo es que serias mi puta para todo y que siempre harías lo que yo quisiera y te dijera, por tanto no debes de volver a decirme nada parecido a lo que acabas de hacer. Ten presente que eres mi puta para todo lo que yo desee y quiera. Todos los videos que hemos grabado tuyo en esta casa, tu sola, conmigo o con tu marido, se seleccionaran las escenas que crea yo oportunas y las comercializaré como videos porno de amateur, lo mismo que hago con los que saco a mi madre. Por eso te dije que formarías partes de mi negocio como mi madre lo hace, pues el negocio no es otro que prostituirse y vender estas películas que recogen cuando folláis, os cambiáis de ropa, o cualquier cosa que crea conveniente. Y yo soy vuestro chulo y patrón y como trabajadoras tendréis vuestro sueldo mensual, no quiero que penséis o piense la gente que abuso de vosotras, el resto de las ganancias serán para mí. Este es mi nuevo negocio, por el que he estado últimamente tan ocupado y poco a poco iréis trabajando en él más mujeres, de las cuales a más de dos y tres conoces y te sorprenderás cuando veas quienes son.”
.
“Maribel, recuerda que te dije ayer que me gustaría que hoy follaras con mis amigos. He hablado con ellos, madrina, y están como locos por conocerte personalmente, dado que ya te han visto por los videos que les he enseñado. Bueno algunos de ellos me han ayudado a grabarlos, pues cuando yo estoy contigo , bien Juan o bien Nacho manejan los zoom y los movimientos de las cámaras desde sus ordenadores , por tanto te han visto tanto follar conmigo como desnuda cuando te cambias o te duchas e incluso hacerlo también con tú marido.”
Yo entonces le corto y le digo:
Estás loco Raúl, como has hecho eso, y más sin mi consentimiento, como has dejado que tus amigos me vean desnuda y peor aun haciendo el amor contigo y con mi marido. Por Dios que vergüenza, no sé si voy a ser capaz de presentarme delante de ellos, que vergüenza por favor, no los traigas por favor, no me hagas pasar estos apuros.”
El aumentando el tono de su voz a través del teléfono, me corta mis suplicas diciéndome:
“Cállate! Les he dicho que si tanto les gustas y quieren follarte que no tienen más que decírmelo, y que tú en cuanto yo te lo diga lo harás encantada”
Yo le digo:
“¡Pero Raúl!, ¿te has vuelto loco?, ¡eso es casi como si me prostituyeras!”
Él me dice:
“Exacto, madrina, porque eso es lo que hacen las putas, y tú eres una puta, mi puta, y harás todo lo que yo te diga, pues eso acordamos ayer, por tanto eso es lo que quiero que hagas ¿me entiendes?“
Yo ya con mi voz más baja y con suplica, intento convencerlo por última vez diciéndole:
“¡No lo hagas, por favor, te lo suplico!“
Y él me contesta:
“Ya mi putita es demasiado tarde, pues en cuanto les dije que si querían podrían follarte, todos dijeron que sí y que cuando. Y yo les conteste que pronto. Entonces al decírtelo ayer y acceder a mis deseos (de ser mi puta para todos y de hacerme caso y complacerme en todo), cuando salí de aquí llame a los tres y los he citado en la esquina de tú calle para dentro de una hora y media, así que vete preparando para alrededor de las 10 o 10,30 que estaremos ahí, y te vamos a follar entre los cuatro”.
Yo me auto convencí de que le había dado mi palabra y habíamos sellado el trato, pero no pensé que me ofreciera a otros hombres tan pronto y lo hizo ayer al salir de mi casa. Me ofreció a sus amigos adolescentes para que me follaran y abusaran de mí a su antojo. Entonces al pensar en ello me comenzó a entrar un calor por dentro, era una mezcla de excitación y lujuria. Mi ahijado, mi amante, había decidido convertirme en su puta con todas las consecuencias, y el siguiente paso lógico era ofrecerme a otros hombres, en este caso a sus amigos. La verdad es que me asustaba un poco el estar a la vez con cuatro hombres y ser poseída por ellos, pues nunca había estado con más de un hombre y encima esos hombres habían sido mi marido y mi ahijado. Cuando estaba en estos pensamientos él me sacó de ellos al oírle a través del teléfono que continuaba diciéndome:
“Yo pasaré por tú casa ahora dentro de un rato y te llevaré la ropa que debes de ponerte. Mientras me esperas ves colocándote el tanga que te regalé, pues es para estas ocasiones para las que te hice el regalo. Procura que te salga gran parte de la pelambrera de tu chocho por fuera de él”.
Me colgó el teléfono y yo entonces me dirigí a mi cuarto, me quité la bata de estar en casa y las bragas que tenía puestas, quedándome desnuda, pues no me había puesto por comodidad aún el sujetador. Cogiendo la braga tanga del cajón me la coloqué y procuré sacarme la mayor parte de los pelos de mi chocho por fuera del pequeño triangulo de las mismas. Prácticamente solo se veía como dos dedos de la tela y al ser transparente y quedarme un poco pequeña se me veía y marcaba perfectamente la raja de mi almejita. Al terminar me senté encima de mi cama a esperar que llegara Raúl, el cual a los 25 minutos llegó. Cuando sonó el timbre me coloqué encima de mi cuerpo la bata de estar en casa, me dirigí hacía la puerta y le abrí. Traía en la mano dos bolsas con paquetes, le hice entrar y nos dirigimos directamente a mi cuarto: Nada más entrar, en mi dormitorio, me quité la bata tirándola encima de la cama y me mostré a él, solamente con el tanga, prácticamente desnuda. Gire despacio sobre mis pies para que pudiera verme por completo y entonces él me dijo:
“Toma esta es la ropa que quiero que te pongas, se me ha olvidado el sujetador, pero estoy pensando al verte sin él que a lo mejor les pones a esos cabroncetes más caliente el que vayas sin él. Con esto te vas a vestir como lo que realmente quiero que seas con ellos, es decir un buen putón”.
Saco los paquetes y los voy extendiendo encima de la cama. Es una minifalda muy corta negra, una camisa muy fina semitransparente abierta por delante y que se cierra con botones (solo tiene cinco botones). Cuando he acabado de sacar todo y colocado encima de la cama me dice:
“No te he traído medias porque no quiero que las lleves y en principio para recibirlos te colocas encima de esta ropa el salto de cama semitransparente con el que me recibiste a mí el segundo día que te visité, es sexi y excitante. Y para completar todo ponte unos zapatos negros de tacón alto para que resalten más si caben tus piernas desnudas. Quiero que la camisa solo te abroches el 4º y el 5º botón (para que asomen tus tetas y se vea bien como se mueven) y te la entres por dentro de la minifalda. ¡Date prisa madrina que se nos hace tarde, venga mi putilla linda, verás cómo al final a ti también te gusta y te excita todo esto¡”
Yo comienzo a vestirme y al terminar me miro reflejada en el espejo del armario de mi habitación y la imagen que veo reflejada en el mismo es la de una verdadera puta. Me sentía sucia por dentro, totalmente vejada y humillada por lo que iba a pasar. Pero no podía revelarme, mi ahijado ejercía un control sobre mis sentimientos y sobre mi voluntad tan grande, que no era capaz de hacer otra cosa nada más que lo que él quisiera. Se acercó y empezó a sobarme, se le notaba muy excitado, tanto por mi ropa, como por lo que íbamos a hacer. Entonces él hace que me gire y que ande por la habitación para verme y me dice:
“Maribel, estas perfecta, como me había imaginado, vas a deslumbrar a esos cabrones, se van a subir por la paredes de caliente que se van a poner cuando te vean. Estás buenísima, madrina, mejor que cualquier puta callejera. Ahora dime la verdad, ¿te está costando dar este paso verdad, cariño?”
Yo bajando mi cabeza y mirando hacía el suelo y sintiendo un calor fuera de lo normal en mi cara, demostración evidente de mi sonrojo, le contesto:
“Si Raúl, pero si realmente es lo que quieres que haga y que sea, lo haré. Solo deseo complacerte y que goces y seas feliz con ello, aunque realmente me cuesta mucho y me da mucha vergüenza hacerlo”
Entonces él se saca del bolsillo de su pantalón una caja con unas pastillas (luego me diría la verdad, de que eran unos afrodisiacos) y dirigiéndose a la mesilla de noche coge el vaso y la jarra que tengo en ella con agua y echando un poco de agua en el vaso, me le da y a la vez me da dos pastillas que ha sacado del envase de la caja que se sacó del pantalón y me dice:
“Vas a tomarte estas pastillas, te ayudaran a pasar el mal trago, al menos esta vez que va a ser la primera, aún falta más de tres cuarto de horas para que lleguen mis amigos y en ese tiempo te harán efecto y te sentirás mejor, son un tranquilizante para los nervios, trágalas venga, te sentirás mejor”
Yo como una autómata me las trago haciéndole caso. Él entonces se acerca a mí y comienza a tocarme por encima de mi salto de cama y con sus manos juega metiéndola por la abertura de la camisa a mis pechos comenzando a sobármelos y jugar con ellos, sabe que es una de las zonas de mi cuerpo que al tocármelas me pone más excitada y por eso lo hace. Luego lleva su boca a la mía y sin dejar de sobarme comienza a darme un morreo de campeonato haciéndome subir a la gloria con sus caricias y besos. Así estamos un ratito y luego me dice:
“No vamos a seguir, pues quiero que estés caliente para cuando vengan mis amigos y de esa forma tu excitación te haga querer entregarte a nosotros por ti sola. Se conociéndote que a medida que vayamos hablando y entrando en materia, y pasado los primeros momentos serás tú misma la que quieras y les pidas que te follen, sin importarte que esté yo presente cuando lo hagan”.
Se separa de mí y me dice:
“Me voy a ir ya, pues son las 9,40 y he quedado con ellos en la esquina entre las 10,00 y 10,30 y estoy seguro que con las ganas que tienen de estar contigo, esos están todos ahí antes de la hora. Quiero que te encuentres y des la sensación, ante ellos, de desenvuelta y con experiencia, que no noten que es la primera vez que lo vas hacer con otro que no seamos ni tu marido ni yo y menos que vas hacer de puta. Aunque no te lo he dicho, para que te sientas realmente como una puta, los he cobrado a mis amigos 50 Euros a cada uno por estar hasta la hora de comer contigo. Es un precio muy barato para lo que se cobraría en un prostíbulo por una hembra como tú. Pero he considerado que son mis amigos y no quiero abusar. Pues el cobrarlos es solamente para que sientas realmente la sensación de ser puta y cobrar por prestar tu cuerpo al cliente para que haga con él lo que quiera. Como sé que estas nerviosa, en vez de estar sentada en el salón esperándonos , si tienes que hacer algo en la casa, en la cocina, etc. ves haciéndolo, de esa forma te distraerás y no pensarás en esto y se te pasará un poco los nervios. Hasta dentro de un ratito que vuelvo con ellos. Gracias de nuevo, mi amor, por todo lo que vas hacer por mí.”
Yo a medida que pasaba el tiempo, no sé porque iba sintiendo cada vez más ganas de entregarme a estos cuatro adolescentes que estaban a punto de llegar. Notaba la calentura en mi entrepierna y en el interior de mi cuerpo, me lleve la mano a mi sexo por encima de mi tanga y note que estaba completamente mojado por los jugos que salían de mi chochito (en aquel entonces no sabía porque podía ser, pero después al enterarme y decirme Raúl que las pastillas que me había dado eran afrodisiaco, lo comprendí, era porque ya me habían empezado hacer efecto las pastillas. La toma recomendable era una pastilla medía hora antes de comenzar y sus efectos duran de dos a tres horas, y el bruto de mi ahijado me había dado dos pastillas). A las 10,05 llamaron a la puerta, yo toda nerviosa me coloqué como pude la poca ropa que llevaba y me dirigí abrir la puerta. Al llegar quise ver cómo eran y miré por la mirilla y pude ver a Raúl con tres chicos, como había prometido. Todos adolescentes guapos y fuertes, poco más o menos de su edad, por tanto podían ser perfectamente mis hijos por la edad. Uno de ellos le conocía de haber estado alguna vez, (ante de todo esto) con Raúl cuando me había visitado en mi casa alguna vez y eso me hizo sentir aún más avergonzada por lo que iba hacer. Entonces cogí y les hice pasar rápidamente al interior. No quería que cualquier vecino o vecina pudiera ver que entraban en mi casa cuatro chicos a esa hora de la mañana y que si esperaban, un poco, vieran que tardaban más de la cuenta en salir, pues estarían conmigo alrededor de 3 o 4 horas y eso seguro que les haría sospechar.
Ya dentro, cuando me vieron así vestida se quedaron alucinando mirándome, con lujuria en los ojos, y medio babeando por la visión de mis piernas y el espectacular escote que al dejar desabrochados los botones me había dejado, la verdad es que debieron empalmarse en ese mismo instante. Les saludé y les di dos besos a cada uno, acercando mucho mi boca a sus labios, y pegando mis pechos a sus cuerpos, para haciendo caso a lo que me había dicho mi ahijado, darles la sensación de seguridad y desenvoltura. Después le hice pasar al salón una vez allí les invité a sentarse, haciéndolo yo en el medio del sofá y se sentaron dos de ellos uno a cada uno de mis lados y Raúl y el otro chico cada uno en uno de los sillones. Entonces mi ahijado me presentó:
“Madrina, estos son mis amigos, ese es Juan, el que está sentado a tu derecha y el que está junto a ti a la izquierda es Nacho y este otro es Manolo, ella como todos ya todos sabéis es Maribel”
Tras la presentación empezamos hablar en principio de cosas vánales, mientras lo cual ellos no dejaban de desnudarme con sus miradas con todo el descaro del mundo. Yo al verlo me sentía incómoda, con esos adolescentes babeando y deseando follarme, y mi ahijado disfrutando viendo cómo yo sufría.
Entonces Raúl cambió de conversación radicalmente diciéndoles:
“¿Os gusta mi madrina, chicos?, a que está mejor al natural que no en los videos que habéis visto?”
Y Juan que estaba a mi lado, rápidamente contestó:
“Está buenísima. Mira que viéndola mientras grababa los videos me gustaba, pero es que en la realidad me gusta aún el doble”
Según decía esto, el tal Juan, me pasaba uno de sus brazos por mis hombros y haciendo que su mano descansara con disimulo por dentro de la solapa de mi camisa en contacto directo con mi carne.
Raúl entonces continuó diciéndoles:
“Cuando la he llamado para decirla que vendríais a hacerla una visita para conocerla, se ha vestido así para recibiros y que la veáis guapa y porque no decirlo provocativa para vosotros.
Mi ahijado les decía eso, siendo mentiras, pretendía con ello calentar aún más el ambiente, si esto era posible, pues los chicos se les notaban bajo su pantalón un buen paquete a todos y que por momentos iba aumentando de tamaño. Nacho (el chico de mi izquierda llevo una de sus manos a mi muslo izquierdo y comenzó a acariciarlo con cariño y a disfrutar de la suavidad de mi piel. Juan ya había llegado con su mano a mi pecho izquierdo mareándomele y sacándomele de mi camisa me le sobaba a placer. Yo estaba muy excitada y más con la caricia que este chico hacía sobre mi pecho. Mientras tanto Nacho, poco a poco avanzaba hacia el interior de mis muslos y ya tenía su mano bajo mi corta falda y había conseguido llegar hasta mi mojada tanga y me había comenzado a acariciar mi coño por encima de ella, al notarlas empapadas y no pudo reprimirse y dijo:
“Joder machos, la cabrona tiene la tanga totalmente metida por la raja y está toda mojada. Es tan calentorra como la hemos visto portarse en los videos cuando follaba con este maricón de Raúl”
Entonces Manolo desde su sillón dijo:
“Claro os lo dije, cuando nos pajeábamos viéndola en los videos, es una puta, y está cachonda porque sabe que la vamos a follar todos hasta que ya no podamos más ni ella ni nosotros, ¿verdad Maribel, que es por eso?”
Yo haciéndome la valiente y para que ellos no me viera cohibida y avergonzada por lo que decían y me hacían, le conteste:
“Si es por eso, estoy ahora mismo muy caliente pensando que dentro de poco me vais a poseer los cuatro por todos mis agujeros, primero uno a uno y después todos a la vez, estoy deseando teneros dentro de mí “
No podía creer lo que acaba de decir por mi propia boca, me estaba portando como una verdadera golfa y puta animando a estos chicos a que me follaran por todos mis agujeros. Quién me iba a decir a mi hace unos días que iba a ser gozada a la vez por cuatro adolescentes, cuando hasta hace menos de un mes con el único hombre que yo había estado y el único al que me había entregado había sido mi marido.
Mientras Juan había conseguido sacarme también la teta que daba para su lado y me encontraba con mis pechos completamente desnudo fuera de mi camisa y a la vista de los cuatro adolescentes. Ellos (aunque me los habían visto por los videos) nunca imaginaron que en la realidad mis tetas fueran tan grandes y que se mantuvieran aún bastante tiesas y pocos caídas aunque algo si estuvieran debido a su peso. Estaban enormes, parecían dos montañas y mis pezones se encontraban por la excitación hinchadísimos. Entonces Nacho al verlas saltar con su mano libre llevo la teta de su lado (la izquierda) a su boca y comenzó a mamarla con ganas y Juan hizo lo propio con la que le tocaba a su lado. Entonces Manolo se levantó del sillón y se acercó donde yo estaba, se arrodillo en el suelo y me hizo separa mis piernas y separando a un lado la tela del pequeño tanga, arrimo su boca a mi chochito y comenzó a pasar su lengua por él y a comerme mi almeja peluda totalmente rodeada de pelos a su alrededor (cosa que parecía gustarle). Juan y Nacho me devoraban con locura, me mordisqueaban los pezones y estrujaban fuertemente mis tetas. Parecía que quisieran sacarme hasta la última gota, si hubiera tenido leche en ellos. Yo ya comencé a respirar agitadamente, el juego que estos chicos hacían en mis sensibles pezones y el buen trabajo que Manolo seguía haciéndome en mi encharcado coño, el orgasmo era inminente, y no pude por menos que comenzar a decir:
"¡Me corroooo...! ¿Qué me hacéis cabrones, para hacerme sentir estoooo tan placenteroooo?"
Un mar de líquidos salió de mi interior, parecía que me estuviera meando y moje toda la cara de Manolo, que aun así no separó su boca de mi chocha tragándose todo lo que podía de mis jugos.
Entonces Manolo con su cara empapada por los efluvios míos dijo:
"¡Mirad como se mea de gusto, la puta guarra, creo que vamos a disfrutar de lo lindo con esta golfa tan caliente, amigos! Vaya cerdita que está usted hecha Sra. Maribel”
Yo entonces entrecortada les digo:
“Por favor, no me llaméis de usted me hacéis sentirme más vieja y además después de lo que acabamos de hacer y lo que nos espera creo que sobra el tratamiento de usted”
Entonces Raúl también se acercó dónde estábamos y acercando su boca a la mía y metiendo su lengua dentro de mi boca. Me dio un beso y un morreo de campeonato, a la vez que recibía mis entrecortadas ráfagas de aliento como consecuencia que el buen hacer de sus amigos me estaba proporcionando con sus manos y bocas. Yo seguía muy sofocada pero sentía involuntariamente, muchas ganas de sentirles dentro de mí, estaba excitadísima, de modo que con palabras entrecortadas, por mi sofoco provocado por el placer que estaba sintiendo, les dije:
“Por faaaavooor vamos a mi cuartoooo quiero ser vuestraaaa, vamooosss”
Entonces me levantaron y casi en volandas me llevaron a mi habitación y ellos empezaron a desnudarse. Cuando vi los cuatro cuerpos jóvenes desnudos ante mí, sus pollas grandes y ya erectas, empecé a excitarme aún más de lo que estaba y aunque no se lo decía, estaba deseando que pasaran los minutos para poder estar disfrutando de ellos. Me había olvidado de mi marido y de que Raúl me estuviera prostituyendo por primera vez en mi vida, con sus propios amigos. Solo deseaba ser poseída por cada uno de ellos. El afrodisiaco que mi ahijado me había suministrado (engañada como pastillas para calmar mis nervios), estaba haciendo muy bien su trabajo, cada vez que alguno de ellos tocaba mis pechos o cualquier parte de mi cuerpo no paraba de gemir de gusto. Mi Ahijado se acercó y me besó con pasión en la boca para que los otros lo vieran bien. Después los demás se fueron acercando poco a poco para seguir sobándome, mientras yo les acariciaba los cuerpos y sus pollas. Entonces Nacho les dijo a todos:
“Ojalá mi madre estuviera tan buena como tú Maribel, si fuera así me las arreglaría para conseguir la forma que ella consintiera en que me la follara a todas horas, como tú Raúl has conseguido hacerlo con tu madrina y con tú madre”
Yo sabía que Raúl se follaba y era también el amante de su madre (pues él mismo me lo había dicho), pero que lo supieran sus amigos, no lo sabía, por eso me sorprendió al oírselo a Nacho. Entonces Juan y Manolo contestaron a Nacho afirmando lo que decía de esta forma:
“Sí, igual que la mía (dijo Manolo)”
“Y que fuera tan puta y que tuviera esas pedazo de tetas que Maribel tiene, pues me vuelven loco (dijo Juan)”
Entonces mi ahijado al oírlos les dijo:
“Bueno, no os preocupéis, mi madrina se ha ofrecido a ser vuestra puta, cuando queráis follar con ella no tenéis más que decírmelo o venir aquí directamente la pagáis (pero ya a su precio real de puta que va a tener) y ella se abrirá de piernas para vosotros, ¿verdad, madrina? “
Yo como una autómata, asentí entre gemidos. Los comentarios de mi ahijado les ponían todavía más cachondos, y ahora ya no se cortaban a la hora de llamarme puta o cosas mucho más fuertes, para humillarme más.
Habían formado un círculo alrededor mío, teniéndome a mí en el centro. No dejaban de sobarme y poco a poco, una pieza de ropa uno, otra otro, ahora el salto de cama, después la camisa, la minifalda y por último mi tanga, me las fueron quitando hasta dejarme completamente desnuda ante su vista. Yo me sorprendía al estar como mi madre me trajo al mundo ante los amigos de mi ahijado y no sentir ya vergüenza ni reparo ninguno, sino todo lo contrario, ganas de exhibirme desnuda ante ellos y que pudieran apreciar bien mi desnudez, ¿Cómo era posible que me comportara así?.
Entonces cogiéndome unos de mis pies y otros por mis axilas, peludas (que al verlas se le abrieron sus ojos y yo al ver su sorpresa les pregunte:
“¿No os gusta que tenga pelos en mis axilas? es que a mi marido si le gusta y por eso los llevo, no quiere que me los quite, igual que en mi coño, por eso los tengo tan abundante y largos en mi sexo.”
Entonces Raúl, Juan y Manolo, contestaron:
“A nosotros también nos gustan que las mujeres lleven pelos en sus axilas y en su coño, y si es tan abundante como tú lo tienes mejor”
Y Nacho me dijo:
“A mi Maribel, me gustan las mujeres de las dos formas, con pelos en su sexo y axilas y sin ello, aunque si lo tienen prefiero que sea más pequeño y que tampoco sea tan abundante como tú lo tienes”
Yo conteste:
“Me alegro que no os disguste que lo tenga y es más que incluso os guste, pues a mí también me gusta tenerlo y aunque no fuera así no podría quitármelo, para que mi marido no sospechara nada”
Entonces levantándome del suelo cogida por donde os he comentado, me llevaron hasta la cama y me echaron en ella colocándose los cuatro a mi alrededor. Ahí estaba yo completamente desnuda y espatarrada, (en medio de estos cuatro adolescentes hambrientos de mí), ofreciéndoles la mejor visión que nunca hubiesen tenido tan cerca de una mujer, la cual tenía edad suficiente para ser su madre.
Entonces Raúl se colocó entre mis piernas y comenzó a apartar con sus manos los pelos de mi coño, yo miraba a los demás que no despegaban su vista de lo que hacía su amigo. Se les caía la baba al contemplar mi cuerpo desnudo y a su amigo tocando mi sexo. Tras esto mi ahijado empieza a meterme primero un dedo y luego dos más por mi coño y comienza a entrarlos y sacarlos dentro de él, yo no puedo por menos que emitir un suspiro de placer:
“Ahhhh… siiiii como me gustaaaa?
Entonces Manolo y Nacho se apoderaron de una teta cada uno, me las comienzan a chupar y apretar, sin cuidado alguno y con fuerza, como si les fuera la vida en ello. Entonces él que quedaba, Juan, acude al lado de Raúl y guiñándole el ojo, le apartó la mano con la que me taladraba mi chocho y comenzó a chuparme con su boca mi coño. Mis pezones estaban duros como el acero, ya que Nacho y Manolo se habían cansado de acariciarlos y habían empezado a mordisqueármelos, produciéndome con ello muchísimo placer. Yo ya comenzaba a respirar de nuevo agitadamente por la excitación y placer que sentía, y no paraba de echar líquidos por mi almeja. No recordaba haber estado antes nunca tan excitada aunque los días que había disfrutado con Raúl había sentido sensaciones que nunca había disfrutado en ese momento estaba también sintiendo algo nuevo en mí, no sé si por los efectos del afrodisiaco o al ser sobada por tantos hombres y manos a la vez, el caso es que estaba excitadísima y disfrutando muchísimo.
Entonces Raúl desapareció durante unos segundos, pero sus amigos no dejaron de hacer lo que estaban haciendo. Al poco apareció mi ahijado con un consolador - vibrador y un bote de vaselina. Al ver su tamaño me asuste, media el doble que la polla de Raúl y era el doble de grueso. Yo solo había probado el pene de mi marido y el de Raúl que ya me entraba justo. Yo pensé que ese monstruo de vibrador no podría entrarme, pero me equivoque. Mi ahijado apartó a su amigo Juan, que dejo de chuparme mi chochita y se puso a un lado. Entonces Raúl comenzó a introducir dos dedos llenos de vaselina en mi coño. Luego también embadurno con la vaselina el consolador-vibrador, lo puso a la entrada de mi cueva y empezó a empujar poco a poco. Nacho y Manolo para ver cómo me lo entraba y comenzando a masturbarse, se colocaron de tal forma que no pudieran perderse detalle. Sin embargo Juan se puso al lado de mi cara y con su polla bien tiesa (tenía un buen tamaño era muy parecida a la de Raúl, aunque yo creo que un poquito más gorda y un centímetro al menos más larga) me la acercó a mi boca y dándome una orden me dijo:
“Chúpamela guarra, mientras tu ahijado te mete el consolador-vibrador, venga que lo estas deseando de esa forma te distraes chupándola y te dolerá menos cuando te entre mi amigo ese pedazo de pollón artificial, putilla”
Yo me quedé sin saber qué hacer y entonces mi ahijado, a la vez que introducía en mi coño, la punta del consolador-vibrador me dijo:
“Ya has oído, sé una buena puta y chúpasela”
Abrí la boca y comencé a chupársela. Ahora tenía una polla en la boca y en mi coño entrándome, lo más grande que en mi vida me había entrado en él, ese monstruoso consolador-vibrador, que ya se había introducido hasta el glande del mismo. Me estaba doliendo a medida que me lo entraba, pensaba que no me entraría pero si lo estaba haciendo. Yo no quería chillar, aparte de que la polla que tenía en mi boca me lo impedía, pero por mis ojos comenzaron a salir lágrimas de dolor. Raúl dio al botón de encendido y el aparato se puso a vibrar y a la vez me le empujaba cada vez más a dentro hasta que consiguió entrar al menos 28 o 30 centímetro de los 50 que medía el aparato. Luego comenzó a moverlo a dentro y a fuera con saña como si me estuviera follando con él. Mientras que con la mano libre se masturbaba él también como hacían sus otros amigos. A mí se me estaba pasando el dolor que sentí al introducirme la polla de látex y ahora comenzaba a sentir bastante placer con ella, (me sentía completamente llena, estaba rozando y pegada a las paredes de mi vagina, las cuales estaba dilatando al máximo) y al tener en mi boca la polla extraordinaria de Juan. En pocos minutos no pude aguantar y comencé a correrme como una loca llegando a enlazar varios orgasmos, y derramando gran cantidad de líquidos por mi coño, tantos que parecía como si me estuviera meando. Nunca me había pasado. No podía gritar porque Juan no permitía que dejara de chuparle su polla, me sujetaba con su mano mi cabeza para impedirme hacerlo. Entonces Raúl dándose cuenta de mi corrida les dijo a sus amigos:
“¡Miren se está corriendo tanto que parece que se estuviera meando! Joder Maribel como estás gozándolo, pedazo de puta”
Y Juan sin dejarme siquiera descansar un rato en mi mamada, les dice también:
“¡Ya os dije que era una puta!, recordáis cuando la vimos en los videos follando y mamando la polla a este.”
Y Nacho apostilla, diciendo:
“Si Raúl, como tú bien dices, se está corriendo de gusto la muy zorra, pero que caliente que es tu madrina”.
Y Manolo, que es el que faltaba les dice a todos:
“Joder machos, que bien y cuanto vamos a disfrutar con esta vieja puta, es calentísima, habéis visto la cantidad de líquidos que está echando al correrse. Es demasiado, nunca había visto a ninguna tía que echara tanto al correrse, que barbaridad y para ser tanta cantidad es bastante espeso. Ahora Juan sí que te hubiera gustado estar ahí abajo comiéndola el coño, pues eso que está echando debe de estar riquísimo”
Diciendo esto llevo una de sus manos a mi coño y llenándosela con mis jugos se la llevo a su boca y chupándose la mano se tragó todos los jugos míos que había podido coger con ella de mi coño.
Ellos seguían masturbándose y a mí no me sacaban el consolador-vibrador de mi chocho, aunque estaban viendo que me corría sin parar. Al ver la escena y a mí como disfrutaba y me corría ellos también llegaron pronto al orgasmo y comenzaron a correrse. Manolo fue el primero en hacerlo, lanzo tres chorros, uno directo a uno de mis ojos, otro a los labios y el último se quedó en mis tetas. Después siguieron los otros dos, cada cual escogió a su gusto Raúl lo hizo en mi cara y Nacho opto por correrse en mis tetas. El que aguantó un poco más fue Juan, pero a los pocos segundos comenzó a correrse dentro de mi boca, no me dejo que me la sacara y empujo su polla todo lo que pudo obligándome a tragarme toda su corrida, a la vez que me decía:
“Me corroooo siiiiii aaaahhh ¿te gusta mi leche pedazo de putaaa?, tragatelaaaa siiiiii todaaaa tragtelaaa perraaaa asquerosaaa que ereeees una verdadera putaaaa”.
La imagen que debía de dar a esos chicos debía de ser digna de la mejor película porno que hubiera. Yo por aquel entonces la única película porno que había visto fue la mía propia cuando me grabó Raúl dormida, abusando de mí y por la que me atrapó en sus redes. Ellos se tumbaron al lado mío, pero no me habían sacado el consolador ni parado la vibración del mismo, por lo que a mi seguía produciéndome muchísimo placer y gran cantidad de orgasmos. Estaba sobre la cama toda llena de su semen y todas las sabanas empapadas y mojadas por mis jugos. Yo no pudiendo más le dije a mi ahijado:
“Raúl por favor, parame este aparato y sácamelo o me voy a desmayar y no podréis seguir disfrutando de mi cuerpo, me está agotando tantos orgasmos. Es mejor que lo saques, y que descanse un poco, pues con lo grueso que es este aparato ha debido de dar de sí mi coño. Y si no dejáis que descanse un rato y mi almejita vuelva en ese descanso a su estado natural, aun con lo gordas y grandes que tenéis vuestros miembros, cuando los entréis no vais a notar nada de lo ancho que va a estar mi sexo.”
Raúl, parando el aparato y dirigiéndose a los demás, a la vez que comenzaba a sacármelo despacio les dijo:
“Tiene razón mi madrina, el consolador es gordísimo y grande y si no se lo sacamos la dilatación de su coño seguirá tan grande como se lo haya dejado y cuando se la entremos, entrarán nuestras pollas como si la entramos en un cubo de lo ancho que lo va a tener y no disfrutaremos ninguno de ella. Juan trae ese espejo que tiene Maribel encima de la cómoda, quiero que ella vea como se la ha dilatado su almeja, igual es bueno que este un tiempo con otro consolador que al menos sea tan grueso como la polla tuya, juan, en su culo para que se le dé de sí y cuando sus clientes quieran darla por el culo le tenga ya abierto lo suficiente para que ella no sufra y el cliente goce, me lo pensaré y ya veré lo que hago”.
Raúl definitivamente había decidido en convertirme en prostituta y ni siquiera (por sus palabras) podría opinar sobre el asunto ni si me parecía bien que me hiciera lo que acababa de decir con un consolador en mi culito.
Juan trae el espejo y me le coloca entre mis piernas para que yo pueda apreciar lo dilatado que tengo mi coño. Ha llegado a duplicarse el tamaño de la raja de mi sexo, yo me preocupo, pues es la primera vez que me pasa y pregunto:
“Raúl, ¿Qué vamos hacer ahora? ¿Se me va a volver a quedar como lo tenía de estrecho? Yo no quiero tenerlo así, que va a decir mi marido esta noche cuando quiera hacerlo conmigo“
Mi ahijado se echa a reír y me dice:
“Tranquila Maribel, ahora vamos a descansar un rato y dentro de una media hora poco más o menos ya verás como todo ha vuelto a su estado natural. Y cuando así esté comenzaremos de nuevo y esta vez no habrá nada de consoladores las pollas que te entren en tu coño serán de carne y hueso y serán las nuestras. ¿Tienes cervezas en la nevera?”
Yo le digo:
“Sí hay por lo menos 10, la cargo todos los días”.
Entonces Raúl le dice a Manolo:
“Ven conmigo vamos a por unas cerveza, para bebérnoslas mientras descansamos, es temprano. Y si para la hora de comer aún no hemos acabado podemos estar un poco más pues el cornudo de mi padrino no llega hasta las 17,45 o las 18,00 horas”.
Mientras yo y los otros dos chicos nos quedamos tumbados en la cama. Yo sin poderlo remediar gemía mientras me recuperaba, el semen que me habían echado con su corrida me goteaba a lo largo de todo mi cuerpo junto con los líquidos y eflujos míos que aún no habían dejado de salir de mi coño. Mi sexo estaba totalmente dilatado y muy rojo, por la presión ejercida sobre las paredes del mismo y su entrada por el consolador gigante que me acababan de sacar de él. Mi cuerpo a parte del semen que tenía por encima, por la zona de mis tetas y coño estaba también reluciente de la saliva que habían dejado los chavales al chuparme mis pechos. Cuando volvieron Raúl y Manolo con las cervezas de la cocina, al verme como estaba y con esta pinta Manolo me dijo, sonriendo:
“Joder, Maribel, qué puta eres”
Yo le sonreí y para dar la sensación de confianza les dije:
“¿Os gusta cómo lo estáis pasando?”
Ellos al unisonó me contestaron:
“Sí nos está gustando, pero esperamos que a partir de ahora todavía sea mejor y más excitante”
Los dos que estaban tendidos a mi lado me habían comenzado a sobar todo mi cuerpo extendiendo por todo él los restos de su saliva y el semen que unos momentos antes al correrse sobre mí, habían depositado en las diferentes partes de mi cuerpo que ya he mencionado. Raúl, trajo su ordenador al cuarto y colocándolo encima de la cómoda, le encendió y andando en él me dijo:
“Maribel con este programa que me he conectado ahora es con el que yo y mis amigos cuando yo no estoy controlamos las cámaras que tengo instalado aquí en tu casa. Desde cualquier ordenador que tenga este programa y metiendo la contraseña que solo sabemos mis amigos Juan, Nacho y yo podemos controlar todo el circuito de cámaras, actuando sobre el zoom, el movimiento de cada cámara y intercambiando la imagen que más nos convenga de las que este recogiendo en ese momento cada una de las cámaras. Cuando he salido antes algunas veces de aquí del cuarto he ido a mover la cámara para que se te viera bien en todas las escenas y saliera lo que hasta ahora hemos hecho con todo lujo de detalles. Dentro de un rato cuando de nuevo comencemos para que todo salga mejor y se pueda hacer un buen video de todo nos iremos turnando en el control de las cámaras, tanto Juan, Nacho como yo. El primero en manejarlo seré yo para después según el momento nos vayamos cambiando y a Manolo también le enseñare ahora mientras descansamos esperando que tu coño vuelva a su estado normal”
Yo le digo:
“¿Pero has gravado todo lo que hemos hecho? ¿para que lo quieres? ¿no lo irás a utilizar, verdad?”
Y él muy enfadado me dice:
“¿Quién eres tú para decirme lo que tengo que hacer, puta?, nuestro acuerdo es que serias mi puta para todo y que siempre harías lo que yo quisiera y te dijera, por tanto no debes de volver a decirme nada parecido a lo que acabas de hacer. Ten presente que eres mi puta para todo lo que yo desee y quiera. Todos los videos que hemos grabado tuyo en esta casa, tu sola, conmigo o con tu marido, se seleccionaran las escenas que crea yo oportunas y las comercializaré como videos porno de amateur, lo mismo que hago con los que saco a mi madre. Por eso te dije que formarías partes de mi negocio como mi madre lo hace, pues el negocio no es otro que prostituirse y vender estas películas que recogen cuando folláis, os cambiáis de ropa, o cualquier cosa que crea conveniente. Y yo soy vuestro chulo y patrón y como trabajadoras tendréis vuestro sueldo mensual, no quiero que penséis o piense la gente que abuso de vosotras, el resto de las ganancias serán para mí. Este es mi nuevo negocio, por el que he estado últimamente tan ocupado y poco a poco iréis trabajando en él más mujeres, de las cuales a más de dos y tres conoces y te sorprenderás cuando veas quienes son.”
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1 comentarios - Soy la puta de mi ahijado (VI)