Este es mi primer relato, espero lo disfruten y no aburrirlos.
Quiero contarles una experiencia que tuve hace unos pocos años con una amiga muy cercana, de muchos años de amistad con quien nunca sucedió nada fuera de mi imaginación. Pero eso cambio.
Mi amiga, a quien no voy a ponerle nombre, siempre me resulto muy atractiva al igual que muchas otras amigas lindas, pero en esta particularmente había algo en su actitud que daba rienda a una infinidad de fantasías, y es que al menos en mi caso, el atractivo se da por algo más que lo físico.
Paso a describirla, morocha de pelo lacio y largo, una cara bonita y una piel morena, de contextura pequeña, algo así como 1,58 de altura. Un cuerpo pequeño pero muy bien proporcionada y en forma, unas tetas acorde al cuerpo, de esas que te entran perfectas en la mano, y la cola pffff… no hace voltear todas las miradas, pero cuando lo miras te das cuenta que es perfecto en todas sus dimensiones, un culito hermoso.
En una tarde de verano voy a la casa de mi amiga a tomar unos mates y estar en la pileta, algo que hacíamos con bastante frecuencia. Cuando llego me recibe, nos saludamos, paso a la cocina y nos sentamos a charlar. Ella vestía un shorcito de jean corto y algo rasgado y una musculosa, de esas que son mas bien como una remera sin mangas, suelta y de tela fina. Ya desde el momento en que me abre la puerta hago un paneo de todo lo que voy a poder disfrutar con la mirada, y es que, si bien somos buenos amigos, eso no quita mi gusto por el cuerpo femenino y mucho menos por el de ella.
Luego de unos minutos de charla se para a preparar unos mates y en cada movimiento que hacia para agarrar los elementos necesarios, yo aprovechaba para mirarle la cola que tanto me gustaba y que tantas veces le mire en la pileta y no me cansaba de hacerlo, pero siempre con bastante disimulo, hasta que, en un movimiento de agacharse, esa remera suelta y sin mangas deja ver las tetas por el costado y para mi asombro, no llevaba corpiño. Pude verle la teta entera, inclusive el pezón -y es que teta sin pezón no es teta- y me cerebro quedo clavado! No podía creer el descuido tan maravilloso que había descubierto. Tenía la oportunidad de ver esas tetas y pezones que tantas veces imagine chupar. Me quede mirando cada movimiento que hacia esperando que vuelva a darse el descuido, y sin pensarlo un segundo abrí la cámara de mi celular para intentar congelar ese momento en una foto. Nunca le había sacado una foto a mi amiga con esa intención, pero ese descuido me sacudió el tablero. Mientras ella seguía preparando el mate y seguíamos charlando, yo miraba sus tetas esperando el momento para sacar la foto y cuando ella volteaba mi mirada pasaba rápidamente de sus tetas al celular -por supuesto moviendo los deditos y disimulando mandar un mensaje- pero creo que algo fallo en mi disimulo, sin embargo, la cosa siguió como si nada. Luego de unos minutos logre sacar una foto, pero no era la mejor y mi cabeza estaba obsesionada con eso, ya no podía pensar en otra cosa que en sacarle alguna foto para después llegar a mi casa y hacerme una paja. Esta amiga y algunas de sus fotos fueron la inspiración de una infinidad de pajas, pero con una foto de un descuido sacada por mí, nunca.
Tomamos mate, merendamos algo, charlamos… y luego de un rato, sol y pileta. La situación perfecta para ver ese culo que tanto me gustaba, además ya venia con una tremenda manija de mirarle todo. Cuando nos metimos a la pileta aproveche todo momento para nadar bajo el agua y mirarle el culo en bikini, luego de un rato salimos y nos tiramos al sol uno al lado del otro. Estábamos acostados boca abajo y detrás nuestro una mesita con agua y demás cosas asique pensé que había que aprovechar el momento. Me paro, voy hacia la mesa con la excusa de tomar un poco de agua y chequear el celular, y ahí estaba la imagen perfecta para la foto. Mi amiga boca abajo en bikini y yo parado detrás, viendo todo su cuerpo casi desnudo. La espalda con el corpiño desatado para no broncearse con marcas, el culito perfecto con la tanga metida, la concha y las piernas con ese huequito triangular que se forma tan sugerente a meter la pija. La mire imaginándome todo lo que le haría, estaba casi babeando -es una forma de decir- pero lo que si me estaba sucediendo es que tanto mirar e imaginar estaba empezando a calentarme y nada de eso puede disimularse con una malla. Saqué algunas fotos, pero me puse ambicioso y quería la foto perfecta; acomodaba el enfoque, el encuadre, hacia zoom… y tardé. En un momento mi amiga se da vuelta y me mira, pero mi cabeza estaba fantaseando y mi reacción no fue tan rápida.
-Ella: ¿Que estás haciendo?
-Yo: Nada… solo viendo los mensajes -con un tono de voz nervioso y delator-
-Ella: ¿¡Me estas sacando fotos!?
-Yo: ¡¡No boluda… como te voy a sacar fotos!!
Se me quedo mirando, sabia que algo estaba haciendo. Yo estaba nervioso, no podía creer que estaba siendo descubierto. ¡Qué vergüenza!
-Ella: ¡A ver… mostrame el celu!
-Yo: ¿No, para qué? No estoy haciendo nada.
-Ella: Bueno déjame ver entonces.
Rápidamente cerré la cámara y abrí el whatsapp, como si eso fuera a borrar la evidencia. Se lo mostré desde mi mano, pero insistió en agarrarlo y ahí las pruebas del delito. Abrió la galería y estaban las fotos, y por supuesto vio que desde mucho antes que ese momento, ya le estaba sacando fotos.
-Ella: ¡¡Boludo me estas jodiendo que me estas sacando fotos!!
Yo no sabía dónde meterme, no sabía que responder. ¡Me quede mudo!
-Ella: ¿Le sacaste fotos a mi culo… y esto qué onda? ¡Boludo me estabas sacando fotos a las tetas! ¡No lo puedo creer! ¿Posta amigo estás haciendo esto?
¡Los nervios no me dejaban pensar… no sabía que excusa poner!
-Yo: Si amiga, no se que decirte… te pido perdón, no se que decir, soy un tarado!
-Ella: Te las voy a borrar. ¿Como me vas a sacar fotos así?
-Yo: Si si, borralas obvio. ¡Me siento un pelotudo!
-Ella: ¡Lo sos! ¡Cualquiera lo que hiciste!
-Yo: Si si, ya lo se. Mejor me voy amiga, no quise incomodarte… no se que estaba pensando. ¡Perdón de vuelta!
Yo ya estaba vistiéndome y agarrando mis cosas para irme lo mas rápido posible y salir de esa situación incomoda y así, me dirigí directo hacia la puerta.
-Ella: No estoy enojada pero me confunde, no se que pensar. No me gusta esto que hiciste. Anda amigo, otro día hablamos.
Sali de su casa y por supuesto ni un beso de saludo, solo un corto y frio “chau”. En su cara mas que enojo, había un gesto de decepción, de traicionar la confianza que había entre nosotros y eso me parecía peor que si me hubiera insultado o gritado, cosa que en ningún momento hizo. Todo el camino a mi casa pensando en lo que había pasado y en lo incomodo que me sentía. ¿Como iba a hacer para volver a hablarle o verla?
Pasaron días sin hablar y yo no me animaba a hacerlo. Pensé que lo mejor seria esperar a que ella me hable, si es que lo volvía a hacer. Al cabo de unos diez días me escribe cerca del mediodía.
-Ella: ¡Hola amigo! ¿Todo bien?
-Yo: ¿Bien y vos?
-Ella: Bien tranqui, al pedo en casa. Queres pasar por casa a tomar un mate y charlar.
-Yo: ¡Dale si! En un rato voy para allá.
Me preparé y fui a la casa. Todo el camino pensando en lo que pasaría, en la tensión que habría. Estaba muy nervioso y avergonzado. No sabia como actuar al llegar, pero es una gran amiga y no podía dejar las cosas sin arreglar. Finalmente llego a la casa, toco timbre y me hace pasar. Nos saludamos normalmente, nos sentamos a charlar y el día transcurrió como cualquier otro. Mates, merienda, charla y pileta. Yo comportándome como un lord inglés, ni una mirada de mas, ni un comentario fuera de lugar, pero sumamente incomodo y además se percibía mucha tensión, nerviosismo -mas de mi que de ella- una charla poco fluida, respuestas torpes. No sabia como hablarle, casi que me costaba mirarla a los ojos al hablar, y cuando llego el momento de estar en la pile y al sol, ahí estaba todo de vuelta. La bikini, el cuerpo casi desnudo. Me contuve para no mirar nada, no quería tener ni un tropezón y ella lo noto, era evidente mi vergüenza. Acostados en el pasto al sol, ella decidió romper con esa tensión.
-Ella: Che amigo, ¿qué onda lo del otro día?
-Yo: ¿Qué onda que? Nada, flashee. Ya se que no estuvo bien.
-Ella: ¿Pero para que me sacaste fotos? ¿Qué ibas a hacer con eso?
-Yo: Nada, no sé, te vi y no sé, te saque fotos.
-Ella: ¿Ya me habías sacado fotos antes? Decime la verdad.
-Yo: ¡Te juro que no! Posta que nunca lo hice, esa fue la única vez.
-Ella: ¿Y qué ibas a hacer? ¿Se la ibas a mandar a tus amigos?
-Yo: No boluda, como se la voy a mandar a otros… Se que pifie, pero jamás difundiría fotos tuyas.
-Ella: ¿Y entonces que? ¿Para que me sacaste fotos? ¡Boludo… jodeme que te ibas a hacer la paja con eso!
¡Otra vez mudo! ¿Qué iba a decir? La respuesta era obvia y el silencio es delator.
-Ella: No puedo creer que me sacaste fotos para hacerte la paja… Se que los hombres se pajean sin discriminar entre amigas y no amigas, les da lo mismo. Pero me choca un poco saber concretamente que te pajeas conmigo. Igual te lo dije el otro día, no estoy enojada… pero te desubicaste, fue raro!
-Yo: Si si, estamos de acuerdo en eso… no hay mucho que decir. Perdón por incomodarte.
-Ella: ¿O sea que? ¿Siempre me miras? Cuando estamos en la pile, por ejemplo, me miras el culo, las tetas, ¿todo?
-Yo: Y si… no es que me quedo clavando la vista, pero…
-Ella: ¡Bueno mas o menos! ¡Me sacas fotos!
-Yo: Eso fue una sola vez, posta que nunca lo había hecho.
-Ella: ¿Y porque esa vez? ¿Que tenía? ¿Hubo algo que te calentó?
-Yo: ¡Un poco si, que se yo! Tenias una remera que a veces dejaba ver la tetas, mas el shorcito y me tentó a sacar una foto, y después cuando fuimos a la pile yo ya estaba metido en esa.
-Ella: ¡¡¡No boludo!!! ¿Como que se veían mis tetas? ¿Se me veían los pezones? ¿Todo?
Lo dijo en un tono de vergüenza y risa que corto un poco la tensión que había y me dio un respiro. Supe que íbamos a estar bien, no era el fin del mundo.
-Yo: Yyyy a veces la remera se despegaba y dejaba ver de costado, y como no tenías corpiño se veía todo.
-Ella: ¡¡Y agarraste el celular al toque para sacarme fotos!! ¡¡Que hijo de puta!! -entre risas- y después te ibas a pajear mirando mis fotos?
Por supuesto me quede en silencio mirándola. Era otra pregunta que no necesitaba respuesta y ella lo sabía.
-Ella: ¿Y cómo es eso? ¿O sea, como funciona cuando te haces la paja pensando en una mina? o en este caso en mi.
Acá vale aclarar, que con mi amiga siempre tuvimos una confianza de contarnos sobre nuestros encuentros sexuales. Nos contábamos cuando cogíamos, y siempre se hablaba de como estuvo e inclusive preguntas de “Que hicieron? Que te hizo? Que le hiciste?” se preguntaban detalles del encuentro y había un intercambio igual al de dos amigos del mismo sexo. Mi amiga particularmente bastante curiosa y preguntona con los detalles, y no solo conmigo, sino con todo el grupo de amigos que somos y que tenemos mucha confianza. Nunca tuve ningún pudor en contarle detalles, pero acá era distinto. ¿¡Hablarle de como me pajeaba y aún peor, como lo hacía cuando pensaba en ella!?
-Yo: No se boluda… pienso en una mina y me toco. – no sabía que explicar-
-Ella: ¿Bueno, pero como haces para calentarte? ¿Te imaginas cogiéndome así de una?
-Yo: ¿En serio boluda me vas a preguntar eso?
-Ella: Y si ya fue… ya dejamos mas que claro que te haces la paja conmigo, y ya paso el momento incomodo, ¡ya está! Pero ahora tengo curiosidad por saber que pensas de mi. ¿Me coges directamente? ¿Te imaginas una situación, tipo una fantasía?
-Yo: Yyyy depende, si… a veces es algo así mas directo y otras veces por ahí me tomo el tiempo de pensar o crear una situación de como se va dando.
A ella le causaba gracias y aparentemente se divertía con hacer estas preguntas, pero a mi me mataba la vergüenza de explicarle como me pajeo pensando en ella.
-Ella: ¿Situación tipo cual ponele?
-Yo: No, no se… ahora no se, se va dando que se yo. No es que ya lo tenga pensado de antemano como va a ser.
-Ella: ¡jajaja no puedo creerlo… que pajeros que son los hombres! ¿Te hiciste muchas pajas pensando en mi? -riéndose-
-Yo: Eeee… un par.
-Ella: ¿Cómo cuantas?
-Yo: No, no se. No llevo la cuenta.
-Ella: ¡Apa! Muchas entonces. ¿Y que te imaginas cogiéndome? ¿Que te la chupo? ¿Me la chupas? No sé, decime algo así particular que haces, algo recurrente que usas.
-Yo: Es que si, es todo eso… me imagino toda la situación de como empieza, pasando por un juego previo y todo lo que hago con cualquier mina, coger y hasta llegar a acabar.
Por supuesto que mi incapacidad para contarle los detalle no impedía que los mismos se me crucen por la cabeza. Escuchar esas palabras salir de su boca “cogiéndome, que te la chupo…” me estaban empezando a despertar un deseo. Estábamos acostados uno al lado del otro, nuestras caras muy cerca, los brazos rozándose, yo en malla y ella en bikini por lo que ese simple roce de piel, que en otra ocasión no sería nada, acá me erizaba la piel y podía sentir como mi pija empezaba a reaccionar -por suerte estábamos acostados boca abajo- y por supuesto las preguntas no terminaron.
-Ella: ¡Aaah tremendo! ¿Te haces toda la peli… jajaja y en todo esto cual es la parte que mas te calienta? Imagino que tenes preferencia por algo.
-Yo: La verdad es que me calienta todo, pero lo que mas me gusta es tu cola, casi siempre imagino algo con tu cola y me tomo un tiempo.
-Ella: ¿Un tiempo para hacer que? ¿Me la coges?
-Yo: Si, entre otras cosas…
-Ella: ¿Otras como que? Desarrolla por favor. -con un tono y risa sugerente-
-Yo: Yyyy me imagino agarrándote la cola con las dos manos mientras te beso, me gusta abrazarte de espaldas, besarte el cuello y apretarte contra mi para sentir como se te mete la pija entre las nalgas, la beso…
-Ella: ¿La besas? ¡Una forma de decir que me la chupas!
-Yo: Si, quise ser mas sutil.
-Ella: ¿Eso te gusta hacerme? Te gusta chuparme la cola.
-Yo: Es una de las cosas con las que mas fantaseo.
Me estaba volviendo loco, se me enterraba la pija en el pasto. Yo diciendo estas cosas, ella disfrutándolo, y a todo esto ese culo del que estaba hablando lo tenia ahí, al alcance de mi mano apuntando hacia arriba con una tanga clavada entre las nalgas.
-Ella: Tengo que admitir que me llama un poco la atención.
-Yo: ¿Qué cosa?
-Ella: Eso que decís de chuparme la cola, porque vos no estas hablando de darme besos en las nalgas, vos estas hablando de chuparme el culo. ¿O me equivoco?
-Yo: Eeeee no, no te equivocas. De eso estoy hablando.
-Ella: ¡Nunca me chuparon el culo! ¿No te da un poquito de asco?
-Yo: No, ni un poco, y mucho menos si fuera el tuyo.
Se me quedo mirando un instante sin decir nada. La mirada dejaba percibir que lo estaba pensando, imaginando… ¿o tal vez considerando?
-Ella: ¿Supongamos que te dejo hacer eso… como lo harías? Y que quede claro que solo estamos hablando de eso, no de coger.
-Yo: ¿Y porque de coger no?
-Ella: Porque solo vamos a jugar con una fantasía. Ahora decime como lo harías.
Estaba clara la posición de poder que ella tenía sobre mi en ese momento, y yo estaba entregado a hacer lo que ella quisiera o, mejor dicho, me permitiera.
-Yo: Así como estas ahora boca abajo, te abriría un poco las piernas, me acostaría entre ellas y con una mano en cada nalga empezaría a chuparte cada centímetro.
La sonrisa que me dio en ese momento me hizo saber que algo estaba a punto de suceder. Tanta incomodidad que sentí, iba a valer la pena.
-Ella: ¡Hacelo entonces, haceme probar que se siente! -con un tono sensual que nunca le escuche-
No dude un instante en ponerme en posición. Me pare en un segundo, me puse detrás y vi como ella sola separo las piernas para que me acueste entre ellas. No podía creer lo que estaba pasando. Estaba entre sus piernas, mis manos en sus nalgas y mi cara a centímetros de comerme el culo que durante años miré, el culo al que le hice de todo en mi imaginación, el culo que tantas pajas y acabadas me saco. El momento era sublime, acariciaba su cola, su espalda, las piernas a mis lados, la concha, todo estaba ahí y no en mi imaginación, esta vez era de verdad. Apretaba el culo con fuerza, lo abría separando las nalgas y descubriendo toda la tanga que tenía metida, como el agujero del culo se empezaba a mostrar, los labios de su concha se salían al separarse sus nalgas; lo estaba adorando, metía la cara y lo olía junto a su concha. Quería disfrutar con todos mis sentidos antes de empezar a chuparlo. A ella se le empezaba a escuchar otra respiración y a mi me encendía. La pija se me apretaba contra el piso, me dolía, pero se sentía increíble. Separé con mis manos, metí mi cara, olí profundamente una vez mas y como si hubiese aspirado una droga euforizante, empecé a chupar su culo con desesperación, lo comía, entraba desde la concha con mi lengua y subía hasta su culo, no dejaba un centímetro sin chupar. Mis manos le apretaban el culo, se lo abría, quería entrar mas profundo, mi cara se enterraba completamente, su tanga empapada de mi saliva, chupaba extasiado. Su respiración se aceleraba, la escuchaba gemir.
-Ella: ¡¡¡Aaaahhhhhhh!!! Mmmmm… que bien se siente!!!
Si creía que no podía estar mas caliente, estaba equivocado. Escuchar a mi amiga gemir, no imaginarme sus gemidos, sino realmente escucharlos por lo que yo estaba haciendo, ¡¡me desesperaba!! No sabia como hacer para chupar mas, le corrí la tanga a un costado, metía mi lengua en su culo, si, se lo cogía con la lengua, lo abría y chupaba desaforadamente; y ella cada vez mas excitada empezaba a mover su cadera y apretar su cola contra mi cara, con sus manos separaba sus nalgas pidiéndome que entre mas. La concha cada vez mas mojada, no solo de mi saliva sino también de sus jugos. El éxtasis de saborear todo eso era inexplicable. No quería parar, no podía hacerlo. Me comí ese culo y esa concha sin parar durante veinte, tal vez treinta minutos. Empecé a sentir sus contracciones, sus gemidos cada vez mas largos apretando los dientes, se le tensaban todos los músculos y yo sabiendo lo que estaba por pasar comí, comí y comí hasta que esa concha exploto con todo su jugo en mi boca, largo un gemido fuerte, saco todo el aire de sus pulmones y le empezaron a temblar las piernas. Me desesperé queriendo chupar hasta la ultima gota y así lo hice.
Me separe dándole un momento de recuperación, todavía temblaban sus piernas y no recuperaba su aliento. Mientras tanto mi pija quería romper la malla y explotar de leche. Se sentó, me miro, vio mi tremenda erección y con una sonrisa en su cara me hizo un gesto para que me siente frente a ella. Se paso la mano entre las piernas sacando sus dedos empapados y sin decirme nada los acerco a mi boca. Obedecí a su pedido y se los chupe, saboree una última vez sus jugos mientras me miraba a los ojos. Lentamente saco sus dedos de mi boca, bajo acariciando mi pecho mientras se mordía el labio inferior.
-Ella: No voy a ser tan mala con vos amigo. ¡Además, te lo mereces!
Siguió bajando hasta meter su mano dentro de mi malla. Me agarro la pija y me la acaricio con suavidad. Volvió a morder su labio emitiendo un sutil gemido al sentir lo dura que la tenía. Su mano bajaba hasta agarrarme los huevos y subía hasta apretarme la punta. El placer fue incomparable a cualquier otro que recuerdo. Se sintió como si fuera la primera vez que una mujer tocaba mi pija, estaba drogado de placer.
-Yo: ¡¡¡Por favor sácamela de la malla, no aguanto mas!!!
Me dio el gusto de hacerlo, y para su sorpresa como también la mía, mi pija estaba hinchadísima, roja, con todas las venas marcadas y la punta goteando liquido preseminal. No recuerdo alguna vez haberla tenido tan hinchada como en ese momento. Pasó su mano entre sus piernas para lubricarla con sus jugos y empezó a pajearme con mas fuerza. Su mano subía y bajaba con un movimiento increíble, me agarraba los huevos, me los apretaba y volvía a recorrer mi pija. Al cabo de pocos minutos empecé a tensarme, mi respiración se intensificaba y sentía que estaba por acabar.
-Yo: ¡¡¡Seguí seguí… apretala con fuerza, voy a acabar!!!
Se acerco a mi entrecruzando nuestras piernas. Pego su pecho contra el mío. Me abrazo poniendo una mano sobre mi espalda. Me dio un beso húmedo en el cuello y mantuvo su otra mano abajo apretándome los huevos y la base de la pija haciendo que se hinche mas, si es que eso era posible.
-Ella: ¡Saca todo lo que tenes! -me dijo en un tono dulce y suave al oído-
¡Explote! Simplemente exploté en un gemido y sentí como los chorros salían de mi pija. El cuerpo me temblaba, cada fibra de mi cuerpo quedo sensible a cualquier roce. El abrazo de mi amiga me contenía mientras yo quedaba completamente debilitado por el orgasmo. Cuando miré hacia abajo vi su mano llena de leche. Seguía subiendo y bajando por mi pija que se mantenía igual de dura. Me la apretó con fuerza sacándome la última gota que quedaba.
-Ella: Yo también voy a probar lo tuyo. -mientras llevaba su mano a la boca-
Se chupo los dedos hasta limpiarlos mientras me miraba a los ojos. Yo no tenia palabras, ni fuerzas para emitirlas, aunque las tuviera.
-Ella: Espero con esto hayas podido cumplir una de tus fantasías.
Se levanto y entro a la casa para limpiarse y cambiarse. Yo me limpie con una toalla que había llevado, me saque la malla llena de leche y me puse un short que tenía en la mochila.
Poco tiempo después de eso mi amiga se fue a vivir a Berlín. Seguimos hablando y siendo muy amigos, pero lamentablemente no tuve oportunidad de cumplir otras fantasías.
Algún día nos vamos a volver a encontrar y tal vez retomar donde lo dejamos.
Quiero contarles una experiencia que tuve hace unos pocos años con una amiga muy cercana, de muchos años de amistad con quien nunca sucedió nada fuera de mi imaginación. Pero eso cambio.
Mi amiga, a quien no voy a ponerle nombre, siempre me resulto muy atractiva al igual que muchas otras amigas lindas, pero en esta particularmente había algo en su actitud que daba rienda a una infinidad de fantasías, y es que al menos en mi caso, el atractivo se da por algo más que lo físico.
Paso a describirla, morocha de pelo lacio y largo, una cara bonita y una piel morena, de contextura pequeña, algo así como 1,58 de altura. Un cuerpo pequeño pero muy bien proporcionada y en forma, unas tetas acorde al cuerpo, de esas que te entran perfectas en la mano, y la cola pffff… no hace voltear todas las miradas, pero cuando lo miras te das cuenta que es perfecto en todas sus dimensiones, un culito hermoso.
En una tarde de verano voy a la casa de mi amiga a tomar unos mates y estar en la pileta, algo que hacíamos con bastante frecuencia. Cuando llego me recibe, nos saludamos, paso a la cocina y nos sentamos a charlar. Ella vestía un shorcito de jean corto y algo rasgado y una musculosa, de esas que son mas bien como una remera sin mangas, suelta y de tela fina. Ya desde el momento en que me abre la puerta hago un paneo de todo lo que voy a poder disfrutar con la mirada, y es que, si bien somos buenos amigos, eso no quita mi gusto por el cuerpo femenino y mucho menos por el de ella.
Luego de unos minutos de charla se para a preparar unos mates y en cada movimiento que hacia para agarrar los elementos necesarios, yo aprovechaba para mirarle la cola que tanto me gustaba y que tantas veces le mire en la pileta y no me cansaba de hacerlo, pero siempre con bastante disimulo, hasta que, en un movimiento de agacharse, esa remera suelta y sin mangas deja ver las tetas por el costado y para mi asombro, no llevaba corpiño. Pude verle la teta entera, inclusive el pezón -y es que teta sin pezón no es teta- y me cerebro quedo clavado! No podía creer el descuido tan maravilloso que había descubierto. Tenía la oportunidad de ver esas tetas y pezones que tantas veces imagine chupar. Me quede mirando cada movimiento que hacia esperando que vuelva a darse el descuido, y sin pensarlo un segundo abrí la cámara de mi celular para intentar congelar ese momento en una foto. Nunca le había sacado una foto a mi amiga con esa intención, pero ese descuido me sacudió el tablero. Mientras ella seguía preparando el mate y seguíamos charlando, yo miraba sus tetas esperando el momento para sacar la foto y cuando ella volteaba mi mirada pasaba rápidamente de sus tetas al celular -por supuesto moviendo los deditos y disimulando mandar un mensaje- pero creo que algo fallo en mi disimulo, sin embargo, la cosa siguió como si nada. Luego de unos minutos logre sacar una foto, pero no era la mejor y mi cabeza estaba obsesionada con eso, ya no podía pensar en otra cosa que en sacarle alguna foto para después llegar a mi casa y hacerme una paja. Esta amiga y algunas de sus fotos fueron la inspiración de una infinidad de pajas, pero con una foto de un descuido sacada por mí, nunca.
Tomamos mate, merendamos algo, charlamos… y luego de un rato, sol y pileta. La situación perfecta para ver ese culo que tanto me gustaba, además ya venia con una tremenda manija de mirarle todo. Cuando nos metimos a la pileta aproveche todo momento para nadar bajo el agua y mirarle el culo en bikini, luego de un rato salimos y nos tiramos al sol uno al lado del otro. Estábamos acostados boca abajo y detrás nuestro una mesita con agua y demás cosas asique pensé que había que aprovechar el momento. Me paro, voy hacia la mesa con la excusa de tomar un poco de agua y chequear el celular, y ahí estaba la imagen perfecta para la foto. Mi amiga boca abajo en bikini y yo parado detrás, viendo todo su cuerpo casi desnudo. La espalda con el corpiño desatado para no broncearse con marcas, el culito perfecto con la tanga metida, la concha y las piernas con ese huequito triangular que se forma tan sugerente a meter la pija. La mire imaginándome todo lo que le haría, estaba casi babeando -es una forma de decir- pero lo que si me estaba sucediendo es que tanto mirar e imaginar estaba empezando a calentarme y nada de eso puede disimularse con una malla. Saqué algunas fotos, pero me puse ambicioso y quería la foto perfecta; acomodaba el enfoque, el encuadre, hacia zoom… y tardé. En un momento mi amiga se da vuelta y me mira, pero mi cabeza estaba fantaseando y mi reacción no fue tan rápida.
-Ella: ¿Que estás haciendo?
-Yo: Nada… solo viendo los mensajes -con un tono de voz nervioso y delator-
-Ella: ¿¡Me estas sacando fotos!?
-Yo: ¡¡No boluda… como te voy a sacar fotos!!
Se me quedo mirando, sabia que algo estaba haciendo. Yo estaba nervioso, no podía creer que estaba siendo descubierto. ¡Qué vergüenza!
-Ella: ¡A ver… mostrame el celu!
-Yo: ¿No, para qué? No estoy haciendo nada.
-Ella: Bueno déjame ver entonces.
Rápidamente cerré la cámara y abrí el whatsapp, como si eso fuera a borrar la evidencia. Se lo mostré desde mi mano, pero insistió en agarrarlo y ahí las pruebas del delito. Abrió la galería y estaban las fotos, y por supuesto vio que desde mucho antes que ese momento, ya le estaba sacando fotos.
-Ella: ¡¡Boludo me estas jodiendo que me estas sacando fotos!!
Yo no sabía dónde meterme, no sabía que responder. ¡Me quede mudo!
-Ella: ¿Le sacaste fotos a mi culo… y esto qué onda? ¡Boludo me estabas sacando fotos a las tetas! ¡No lo puedo creer! ¿Posta amigo estás haciendo esto?
¡Los nervios no me dejaban pensar… no sabía que excusa poner!
-Yo: Si amiga, no se que decirte… te pido perdón, no se que decir, soy un tarado!
-Ella: Te las voy a borrar. ¿Como me vas a sacar fotos así?
-Yo: Si si, borralas obvio. ¡Me siento un pelotudo!
-Ella: ¡Lo sos! ¡Cualquiera lo que hiciste!
-Yo: Si si, ya lo se. Mejor me voy amiga, no quise incomodarte… no se que estaba pensando. ¡Perdón de vuelta!
Yo ya estaba vistiéndome y agarrando mis cosas para irme lo mas rápido posible y salir de esa situación incomoda y así, me dirigí directo hacia la puerta.
-Ella: No estoy enojada pero me confunde, no se que pensar. No me gusta esto que hiciste. Anda amigo, otro día hablamos.
Sali de su casa y por supuesto ni un beso de saludo, solo un corto y frio “chau”. En su cara mas que enojo, había un gesto de decepción, de traicionar la confianza que había entre nosotros y eso me parecía peor que si me hubiera insultado o gritado, cosa que en ningún momento hizo. Todo el camino a mi casa pensando en lo que había pasado y en lo incomodo que me sentía. ¿Como iba a hacer para volver a hablarle o verla?
Pasaron días sin hablar y yo no me animaba a hacerlo. Pensé que lo mejor seria esperar a que ella me hable, si es que lo volvía a hacer. Al cabo de unos diez días me escribe cerca del mediodía.
-Ella: ¡Hola amigo! ¿Todo bien?
-Yo: ¿Bien y vos?
-Ella: Bien tranqui, al pedo en casa. Queres pasar por casa a tomar un mate y charlar.
-Yo: ¡Dale si! En un rato voy para allá.
Me preparé y fui a la casa. Todo el camino pensando en lo que pasaría, en la tensión que habría. Estaba muy nervioso y avergonzado. No sabia como actuar al llegar, pero es una gran amiga y no podía dejar las cosas sin arreglar. Finalmente llego a la casa, toco timbre y me hace pasar. Nos saludamos normalmente, nos sentamos a charlar y el día transcurrió como cualquier otro. Mates, merienda, charla y pileta. Yo comportándome como un lord inglés, ni una mirada de mas, ni un comentario fuera de lugar, pero sumamente incomodo y además se percibía mucha tensión, nerviosismo -mas de mi que de ella- una charla poco fluida, respuestas torpes. No sabia como hablarle, casi que me costaba mirarla a los ojos al hablar, y cuando llego el momento de estar en la pile y al sol, ahí estaba todo de vuelta. La bikini, el cuerpo casi desnudo. Me contuve para no mirar nada, no quería tener ni un tropezón y ella lo noto, era evidente mi vergüenza. Acostados en el pasto al sol, ella decidió romper con esa tensión.
-Ella: Che amigo, ¿qué onda lo del otro día?
-Yo: ¿Qué onda que? Nada, flashee. Ya se que no estuvo bien.
-Ella: ¿Pero para que me sacaste fotos? ¿Qué ibas a hacer con eso?
-Yo: Nada, no sé, te vi y no sé, te saque fotos.
-Ella: ¿Ya me habías sacado fotos antes? Decime la verdad.
-Yo: ¡Te juro que no! Posta que nunca lo hice, esa fue la única vez.
-Ella: ¿Y qué ibas a hacer? ¿Se la ibas a mandar a tus amigos?
-Yo: No boluda, como se la voy a mandar a otros… Se que pifie, pero jamás difundiría fotos tuyas.
-Ella: ¿Y entonces que? ¿Para que me sacaste fotos? ¡Boludo… jodeme que te ibas a hacer la paja con eso!
¡Otra vez mudo! ¿Qué iba a decir? La respuesta era obvia y el silencio es delator.
-Ella: No puedo creer que me sacaste fotos para hacerte la paja… Se que los hombres se pajean sin discriminar entre amigas y no amigas, les da lo mismo. Pero me choca un poco saber concretamente que te pajeas conmigo. Igual te lo dije el otro día, no estoy enojada… pero te desubicaste, fue raro!
-Yo: Si si, estamos de acuerdo en eso… no hay mucho que decir. Perdón por incomodarte.
-Ella: ¿O sea que? ¿Siempre me miras? Cuando estamos en la pile, por ejemplo, me miras el culo, las tetas, ¿todo?
-Yo: Y si… no es que me quedo clavando la vista, pero…
-Ella: ¡Bueno mas o menos! ¡Me sacas fotos!
-Yo: Eso fue una sola vez, posta que nunca lo había hecho.
-Ella: ¿Y porque esa vez? ¿Que tenía? ¿Hubo algo que te calentó?
-Yo: ¡Un poco si, que se yo! Tenias una remera que a veces dejaba ver la tetas, mas el shorcito y me tentó a sacar una foto, y después cuando fuimos a la pile yo ya estaba metido en esa.
-Ella: ¡¡¡No boludo!!! ¿Como que se veían mis tetas? ¿Se me veían los pezones? ¿Todo?
Lo dijo en un tono de vergüenza y risa que corto un poco la tensión que había y me dio un respiro. Supe que íbamos a estar bien, no era el fin del mundo.
-Yo: Yyyy a veces la remera se despegaba y dejaba ver de costado, y como no tenías corpiño se veía todo.
-Ella: ¡¡Y agarraste el celular al toque para sacarme fotos!! ¡¡Que hijo de puta!! -entre risas- y después te ibas a pajear mirando mis fotos?
Por supuesto me quede en silencio mirándola. Era otra pregunta que no necesitaba respuesta y ella lo sabía.
-Ella: ¿Y cómo es eso? ¿O sea, como funciona cuando te haces la paja pensando en una mina? o en este caso en mi.
Acá vale aclarar, que con mi amiga siempre tuvimos una confianza de contarnos sobre nuestros encuentros sexuales. Nos contábamos cuando cogíamos, y siempre se hablaba de como estuvo e inclusive preguntas de “Que hicieron? Que te hizo? Que le hiciste?” se preguntaban detalles del encuentro y había un intercambio igual al de dos amigos del mismo sexo. Mi amiga particularmente bastante curiosa y preguntona con los detalles, y no solo conmigo, sino con todo el grupo de amigos que somos y que tenemos mucha confianza. Nunca tuve ningún pudor en contarle detalles, pero acá era distinto. ¿¡Hablarle de como me pajeaba y aún peor, como lo hacía cuando pensaba en ella!?
-Yo: No se boluda… pienso en una mina y me toco. – no sabía que explicar-
-Ella: ¿Bueno, pero como haces para calentarte? ¿Te imaginas cogiéndome así de una?
-Yo: ¿En serio boluda me vas a preguntar eso?
-Ella: Y si ya fue… ya dejamos mas que claro que te haces la paja conmigo, y ya paso el momento incomodo, ¡ya está! Pero ahora tengo curiosidad por saber que pensas de mi. ¿Me coges directamente? ¿Te imaginas una situación, tipo una fantasía?
-Yo: Yyyy depende, si… a veces es algo así mas directo y otras veces por ahí me tomo el tiempo de pensar o crear una situación de como se va dando.
A ella le causaba gracias y aparentemente se divertía con hacer estas preguntas, pero a mi me mataba la vergüenza de explicarle como me pajeo pensando en ella.
-Ella: ¿Situación tipo cual ponele?
-Yo: No, no se… ahora no se, se va dando que se yo. No es que ya lo tenga pensado de antemano como va a ser.
-Ella: ¡jajaja no puedo creerlo… que pajeros que son los hombres! ¿Te hiciste muchas pajas pensando en mi? -riéndose-
-Yo: Eeee… un par.
-Ella: ¿Cómo cuantas?
-Yo: No, no se. No llevo la cuenta.
-Ella: ¡Apa! Muchas entonces. ¿Y que te imaginas cogiéndome? ¿Que te la chupo? ¿Me la chupas? No sé, decime algo así particular que haces, algo recurrente que usas.
-Yo: Es que si, es todo eso… me imagino toda la situación de como empieza, pasando por un juego previo y todo lo que hago con cualquier mina, coger y hasta llegar a acabar.
Por supuesto que mi incapacidad para contarle los detalle no impedía que los mismos se me crucen por la cabeza. Escuchar esas palabras salir de su boca “cogiéndome, que te la chupo…” me estaban empezando a despertar un deseo. Estábamos acostados uno al lado del otro, nuestras caras muy cerca, los brazos rozándose, yo en malla y ella en bikini por lo que ese simple roce de piel, que en otra ocasión no sería nada, acá me erizaba la piel y podía sentir como mi pija empezaba a reaccionar -por suerte estábamos acostados boca abajo- y por supuesto las preguntas no terminaron.
-Ella: ¡Aaah tremendo! ¿Te haces toda la peli… jajaja y en todo esto cual es la parte que mas te calienta? Imagino que tenes preferencia por algo.
-Yo: La verdad es que me calienta todo, pero lo que mas me gusta es tu cola, casi siempre imagino algo con tu cola y me tomo un tiempo.
-Ella: ¿Un tiempo para hacer que? ¿Me la coges?
-Yo: Si, entre otras cosas…
-Ella: ¿Otras como que? Desarrolla por favor. -con un tono y risa sugerente-
-Yo: Yyyy me imagino agarrándote la cola con las dos manos mientras te beso, me gusta abrazarte de espaldas, besarte el cuello y apretarte contra mi para sentir como se te mete la pija entre las nalgas, la beso…
-Ella: ¿La besas? ¡Una forma de decir que me la chupas!
-Yo: Si, quise ser mas sutil.
-Ella: ¿Eso te gusta hacerme? Te gusta chuparme la cola.
-Yo: Es una de las cosas con las que mas fantaseo.
Me estaba volviendo loco, se me enterraba la pija en el pasto. Yo diciendo estas cosas, ella disfrutándolo, y a todo esto ese culo del que estaba hablando lo tenia ahí, al alcance de mi mano apuntando hacia arriba con una tanga clavada entre las nalgas.
-Ella: Tengo que admitir que me llama un poco la atención.
-Yo: ¿Qué cosa?
-Ella: Eso que decís de chuparme la cola, porque vos no estas hablando de darme besos en las nalgas, vos estas hablando de chuparme el culo. ¿O me equivoco?
-Yo: Eeeee no, no te equivocas. De eso estoy hablando.
-Ella: ¡Nunca me chuparon el culo! ¿No te da un poquito de asco?
-Yo: No, ni un poco, y mucho menos si fuera el tuyo.
Se me quedo mirando un instante sin decir nada. La mirada dejaba percibir que lo estaba pensando, imaginando… ¿o tal vez considerando?
-Ella: ¿Supongamos que te dejo hacer eso… como lo harías? Y que quede claro que solo estamos hablando de eso, no de coger.
-Yo: ¿Y porque de coger no?
-Ella: Porque solo vamos a jugar con una fantasía. Ahora decime como lo harías.
Estaba clara la posición de poder que ella tenía sobre mi en ese momento, y yo estaba entregado a hacer lo que ella quisiera o, mejor dicho, me permitiera.
-Yo: Así como estas ahora boca abajo, te abriría un poco las piernas, me acostaría entre ellas y con una mano en cada nalga empezaría a chuparte cada centímetro.
La sonrisa que me dio en ese momento me hizo saber que algo estaba a punto de suceder. Tanta incomodidad que sentí, iba a valer la pena.
-Ella: ¡Hacelo entonces, haceme probar que se siente! -con un tono sensual que nunca le escuche-
No dude un instante en ponerme en posición. Me pare en un segundo, me puse detrás y vi como ella sola separo las piernas para que me acueste entre ellas. No podía creer lo que estaba pasando. Estaba entre sus piernas, mis manos en sus nalgas y mi cara a centímetros de comerme el culo que durante años miré, el culo al que le hice de todo en mi imaginación, el culo que tantas pajas y acabadas me saco. El momento era sublime, acariciaba su cola, su espalda, las piernas a mis lados, la concha, todo estaba ahí y no en mi imaginación, esta vez era de verdad. Apretaba el culo con fuerza, lo abría separando las nalgas y descubriendo toda la tanga que tenía metida, como el agujero del culo se empezaba a mostrar, los labios de su concha se salían al separarse sus nalgas; lo estaba adorando, metía la cara y lo olía junto a su concha. Quería disfrutar con todos mis sentidos antes de empezar a chuparlo. A ella se le empezaba a escuchar otra respiración y a mi me encendía. La pija se me apretaba contra el piso, me dolía, pero se sentía increíble. Separé con mis manos, metí mi cara, olí profundamente una vez mas y como si hubiese aspirado una droga euforizante, empecé a chupar su culo con desesperación, lo comía, entraba desde la concha con mi lengua y subía hasta su culo, no dejaba un centímetro sin chupar. Mis manos le apretaban el culo, se lo abría, quería entrar mas profundo, mi cara se enterraba completamente, su tanga empapada de mi saliva, chupaba extasiado. Su respiración se aceleraba, la escuchaba gemir.
-Ella: ¡¡¡Aaaahhhhhhh!!! Mmmmm… que bien se siente!!!
Si creía que no podía estar mas caliente, estaba equivocado. Escuchar a mi amiga gemir, no imaginarme sus gemidos, sino realmente escucharlos por lo que yo estaba haciendo, ¡¡me desesperaba!! No sabia como hacer para chupar mas, le corrí la tanga a un costado, metía mi lengua en su culo, si, se lo cogía con la lengua, lo abría y chupaba desaforadamente; y ella cada vez mas excitada empezaba a mover su cadera y apretar su cola contra mi cara, con sus manos separaba sus nalgas pidiéndome que entre mas. La concha cada vez mas mojada, no solo de mi saliva sino también de sus jugos. El éxtasis de saborear todo eso era inexplicable. No quería parar, no podía hacerlo. Me comí ese culo y esa concha sin parar durante veinte, tal vez treinta minutos. Empecé a sentir sus contracciones, sus gemidos cada vez mas largos apretando los dientes, se le tensaban todos los músculos y yo sabiendo lo que estaba por pasar comí, comí y comí hasta que esa concha exploto con todo su jugo en mi boca, largo un gemido fuerte, saco todo el aire de sus pulmones y le empezaron a temblar las piernas. Me desesperé queriendo chupar hasta la ultima gota y así lo hice.
Me separe dándole un momento de recuperación, todavía temblaban sus piernas y no recuperaba su aliento. Mientras tanto mi pija quería romper la malla y explotar de leche. Se sentó, me miro, vio mi tremenda erección y con una sonrisa en su cara me hizo un gesto para que me siente frente a ella. Se paso la mano entre las piernas sacando sus dedos empapados y sin decirme nada los acerco a mi boca. Obedecí a su pedido y se los chupe, saboree una última vez sus jugos mientras me miraba a los ojos. Lentamente saco sus dedos de mi boca, bajo acariciando mi pecho mientras se mordía el labio inferior.
-Ella: No voy a ser tan mala con vos amigo. ¡Además, te lo mereces!
Siguió bajando hasta meter su mano dentro de mi malla. Me agarro la pija y me la acaricio con suavidad. Volvió a morder su labio emitiendo un sutil gemido al sentir lo dura que la tenía. Su mano bajaba hasta agarrarme los huevos y subía hasta apretarme la punta. El placer fue incomparable a cualquier otro que recuerdo. Se sintió como si fuera la primera vez que una mujer tocaba mi pija, estaba drogado de placer.
-Yo: ¡¡¡Por favor sácamela de la malla, no aguanto mas!!!
Me dio el gusto de hacerlo, y para su sorpresa como también la mía, mi pija estaba hinchadísima, roja, con todas las venas marcadas y la punta goteando liquido preseminal. No recuerdo alguna vez haberla tenido tan hinchada como en ese momento. Pasó su mano entre sus piernas para lubricarla con sus jugos y empezó a pajearme con mas fuerza. Su mano subía y bajaba con un movimiento increíble, me agarraba los huevos, me los apretaba y volvía a recorrer mi pija. Al cabo de pocos minutos empecé a tensarme, mi respiración se intensificaba y sentía que estaba por acabar.
-Yo: ¡¡¡Seguí seguí… apretala con fuerza, voy a acabar!!!
Se acerco a mi entrecruzando nuestras piernas. Pego su pecho contra el mío. Me abrazo poniendo una mano sobre mi espalda. Me dio un beso húmedo en el cuello y mantuvo su otra mano abajo apretándome los huevos y la base de la pija haciendo que se hinche mas, si es que eso era posible.
-Ella: ¡Saca todo lo que tenes! -me dijo en un tono dulce y suave al oído-
¡Explote! Simplemente exploté en un gemido y sentí como los chorros salían de mi pija. El cuerpo me temblaba, cada fibra de mi cuerpo quedo sensible a cualquier roce. El abrazo de mi amiga me contenía mientras yo quedaba completamente debilitado por el orgasmo. Cuando miré hacia abajo vi su mano llena de leche. Seguía subiendo y bajando por mi pija que se mantenía igual de dura. Me la apretó con fuerza sacándome la última gota que quedaba.
-Ella: Yo también voy a probar lo tuyo. -mientras llevaba su mano a la boca-
Se chupo los dedos hasta limpiarlos mientras me miraba a los ojos. Yo no tenia palabras, ni fuerzas para emitirlas, aunque las tuviera.
-Ella: Espero con esto hayas podido cumplir una de tus fantasías.
Se levanto y entro a la casa para limpiarse y cambiarse. Yo me limpie con una toalla que había llevado, me saque la malla llena de leche y me puse un short que tenía en la mochila.
Poco tiempo después de eso mi amiga se fue a vivir a Berlín. Seguimos hablando y siendo muy amigos, pero lamentablemente no tuve oportunidad de cumplir otras fantasías.
Algún día nos vamos a volver a encontrar y tal vez retomar donde lo dejamos.
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