La que es ahora mi esposa y por ese entonces no conocía, termino llegando a la casa tipo 19:00, se apresuró a bañarse y prepararse para volver a salir a la noche, esta vez con su otro novio del momento Nito.
Nito era mayor que ella unos 35 años, alto, alrededor de 1,88, flaco, cabello claro y según sus palabras muy lindo. De los dos era el que más le gustaba ya que era el más maduro y caballero, pero le encantaba como le daba matraca todo el tiempo el pendejo y no se decidía con quien de los dos continuar.
Me conto que estaba re exhausta de la culeada con Gabriel pero que tenías muchas ganas de salir igual con Nito a bailar. Se puso un vestido largo negro entallado al cuerpo y suelto en la falda, con un tajo hasta casi la cintura, unas medias bucaneras también negras bien altas y unos zapatos de taco aguja altísimos. Realmente con la figura que tenía ella en esa época, cintura fina, cadera bien marcada, un culo prominente y redondo, piernas bien trabajadas porque iba a aerobics, que en esa estaban de moda, y unas tetas hermosas como para hacerse una paja con ellas, estaría para matarla.
Lo que si me comento que como tenía dolorido el culo no se puso tanguita, se aplicó antihemorroidal y vaselina para evitar que le paspe. Esto de vaselina para las paspaduras hasta el día de hoy discutimos su utilidad.
Nito paso a buscarla a eso de las 9:00 con la idea de ir a comer algo y después ir a bailar a Arroyo Seco, con su auto, un coupé Taunus. Le pregunte el modelo, pero aparentemente en esa época solo sabía que los autos servían para trasladarse y ¡garchar!
Nito agarro para el lado de Arroyo. La guacha cuando se sentó corrió el vestido para dejar a la vista las piernas y parte de su concha. Cuando Nito cuenta que no tenía la tanga me contó que él le dijo: “¡Que hija de puta que sos!¡Cómo me calienta!”, dobló en el primer camino que encontró, busco un logar desolado y estacionó el auto junto a una arboleda.
El se bajó del auto y dio la vuelta para ir del lado de ella por fuera, a todo esto, la guacha se abrió de piernas y empezó a acariciarse la concha. Nito se quedó un momento mirándola y peló la pija ya dura. Aquí voy a pausar el relato y contarles algo que me confesó después de muchos años mi mujer, la pija de Nito fue la que más le impacto de todas las que se comió. Era de unos 20 cm de largo, cabeza chica, pero el tronco… ¡como 8 cm de ancho! Una bestia, me cuenta que no le entraba en la boca cuando se la chupaba y que la culeó muy pocas veces porque el dolor era insoportable. Esta fue una de ellas, continúo el relato.
Mientras ella se masturbaba el le arrimo la pija a la boca, me contó que le se ponía la cabeza en la boca, jugaba con su lengua y después le lamía el troco como un helado porque no podía metérsela toda. El de vez en cuando le agarraba la cabeza, le hundía la pija hasta donde podía y la tenía así hasta que ella empezaba a las arcadas, entonces le alejaba la cabeza y derramaba toda la saliva. Después de un rato de este juego el le agarro la cabeza fuerte y le acabo en la boca. Ella me conto que casi se ahoga entre la leche, que eran muchísima y la pija que no le dejaba respirar.
Nito una vez que acabo, se arrodillo, la recostó en el asiento y empezó a chuparle la concha. Cuando se dio cuenta que estaba por acabar, deja de chupársela y se la clava de golpe en la concha toda mojada de flujo y saliva. Me dijo que en el momento que la penetró, pegó un grito seco, casi acaba de golpe y sintió como un tronco que la partía al medio, pero de la calentura empezó a empujar con sus caderas para que la penetre bien porque no le entraba toda.
Como Nito no estaba muy cómodo en esta posición la hizo salir del auto y hizo que se apoye de frente contra el auto, le levanto bien el vestido dejando todo el culo al descubierto, le subió la pierna derecha sobre el capot y empezó a cogerla nuevamente. Como el era mucho mas alto que ella le levantaba bien el culo con las manos y cuando la empujaba contra el auto quedaba en el aire. A cada envestida le entraba un poco más, y a cada empujón ella gemía mas fuerte. A la guacha le encantaba que la cogiera así, me dijo que con el en esa posición tuvo muchos de sus orgasmos mas fuertes.
En un momento Nito le nota que en el culo tenía vaselina y le dice: “¡Te viniste preparada putita eh!, entonces se la saco en lo mejor que la estaba cogiendo, la recostó bien contra el capot del auto, le separó los cachetes y se la empezó a arrimar en el culo. Elle me contó que le decía que no, que pare, que le dolía, pero el flaco no le daba bola, seguía empujando. A cada envestida ella pegaba un grito, una mezcla de dolor y placer, pero esto lo calentaba más a Nito con lo que empujaba más fuerte y ella gritaba más fuerte. El le decía: “¡Grita guachita que acá no te escucha nadie!”
Mi mujer me contó que nunca había sentido una pija tan gorda en el culo como la de él, y que fue la única vez que pudo clavársela hasta el fondo, las otras dos veces que la culeo le entró la mitad.
Cuando por fin se la metió toda parecía que se desmayaba, no de placer sino de dolor, el flaco la mantuvo apretada contra el auto bien ensartada un rato que a ella le pareció interminable, pero empezó cada vez a menos dolor y más placer, hasta que con la pija palpitando en el culo empezó a gemir.
El flaco era canchero en el tema y la mantuvo así un rato mas casi sin moverse. Cuando se dio cuenta que el culo se le había relajado bien y ella respondía empezó a moverse. Primero lentamente para acostumbrarla, movimientos cortos, casi sin sacarla, pero después de un rato empezó a sacarla cada vez más y más hasta que comenzó un entra y sale con furia. Se la sacaba con facilidad, pero cuando entraba la cosa era distinta, el empujaba con mucha fuerza, violando el culo de mi mujer en cada embestida lo que hacía que ella pegara un fuerte quejido, mezcla de dolor y gozo. La tuvo así por un rato largo, recostada con las tetas sobre el capot, subiendo y bajando a cada empujón, lo que ella calcula que 15 o 20 min, cuando empieza a sentir en el culo la verga más dura, gorda y empezó a palpitar. En ese momento ella pegó un grito fuertísimo y tuvo una acabada enorme, que la dejó sin piernas y toda floja sobre el auto. Nito continuó con sus embestidas con ella así, me contó que ya no sentía nada. En eso el flaco se la clava bien profunda y empieza a acabar. Ella podía sentir los chorros de leche caliente en su interior. Una vez que acabó el flaco, la abrazo, la beso, le sacó la pija chorreando de leche, se acomodó la ropa y la ayudo a entrar al auto.
Se quedaron un rato recuperándose y charlando, luego fueron a comer algo, no hubo baile esa noche, ella no se podía tener en pie.
Bueno espero que les haya gustado y los excite tanto como a mi cuando ella me lo contó.
Nito era mayor que ella unos 35 años, alto, alrededor de 1,88, flaco, cabello claro y según sus palabras muy lindo. De los dos era el que más le gustaba ya que era el más maduro y caballero, pero le encantaba como le daba matraca todo el tiempo el pendejo y no se decidía con quien de los dos continuar.
Me conto que estaba re exhausta de la culeada con Gabriel pero que tenías muchas ganas de salir igual con Nito a bailar. Se puso un vestido largo negro entallado al cuerpo y suelto en la falda, con un tajo hasta casi la cintura, unas medias bucaneras también negras bien altas y unos zapatos de taco aguja altísimos. Realmente con la figura que tenía ella en esa época, cintura fina, cadera bien marcada, un culo prominente y redondo, piernas bien trabajadas porque iba a aerobics, que en esa estaban de moda, y unas tetas hermosas como para hacerse una paja con ellas, estaría para matarla.
Lo que si me comento que como tenía dolorido el culo no se puso tanguita, se aplicó antihemorroidal y vaselina para evitar que le paspe. Esto de vaselina para las paspaduras hasta el día de hoy discutimos su utilidad.
Nito paso a buscarla a eso de las 9:00 con la idea de ir a comer algo y después ir a bailar a Arroyo Seco, con su auto, un coupé Taunus. Le pregunte el modelo, pero aparentemente en esa época solo sabía que los autos servían para trasladarse y ¡garchar!
Nito agarro para el lado de Arroyo. La guacha cuando se sentó corrió el vestido para dejar a la vista las piernas y parte de su concha. Cuando Nito cuenta que no tenía la tanga me contó que él le dijo: “¡Que hija de puta que sos!¡Cómo me calienta!”, dobló en el primer camino que encontró, busco un logar desolado y estacionó el auto junto a una arboleda.
El se bajó del auto y dio la vuelta para ir del lado de ella por fuera, a todo esto, la guacha se abrió de piernas y empezó a acariciarse la concha. Nito se quedó un momento mirándola y peló la pija ya dura. Aquí voy a pausar el relato y contarles algo que me confesó después de muchos años mi mujer, la pija de Nito fue la que más le impacto de todas las que se comió. Era de unos 20 cm de largo, cabeza chica, pero el tronco… ¡como 8 cm de ancho! Una bestia, me cuenta que no le entraba en la boca cuando se la chupaba y que la culeó muy pocas veces porque el dolor era insoportable. Esta fue una de ellas, continúo el relato.
Mientras ella se masturbaba el le arrimo la pija a la boca, me contó que le se ponía la cabeza en la boca, jugaba con su lengua y después le lamía el troco como un helado porque no podía metérsela toda. El de vez en cuando le agarraba la cabeza, le hundía la pija hasta donde podía y la tenía así hasta que ella empezaba a las arcadas, entonces le alejaba la cabeza y derramaba toda la saliva. Después de un rato de este juego el le agarro la cabeza fuerte y le acabo en la boca. Ella me conto que casi se ahoga entre la leche, que eran muchísima y la pija que no le dejaba respirar.
Nito una vez que acabo, se arrodillo, la recostó en el asiento y empezó a chuparle la concha. Cuando se dio cuenta que estaba por acabar, deja de chupársela y se la clava de golpe en la concha toda mojada de flujo y saliva. Me dijo que en el momento que la penetró, pegó un grito seco, casi acaba de golpe y sintió como un tronco que la partía al medio, pero de la calentura empezó a empujar con sus caderas para que la penetre bien porque no le entraba toda.
Como Nito no estaba muy cómodo en esta posición la hizo salir del auto y hizo que se apoye de frente contra el auto, le levanto bien el vestido dejando todo el culo al descubierto, le subió la pierna derecha sobre el capot y empezó a cogerla nuevamente. Como el era mucho mas alto que ella le levantaba bien el culo con las manos y cuando la empujaba contra el auto quedaba en el aire. A cada envestida le entraba un poco más, y a cada empujón ella gemía mas fuerte. A la guacha le encantaba que la cogiera así, me dijo que con el en esa posición tuvo muchos de sus orgasmos mas fuertes.
En un momento Nito le nota que en el culo tenía vaselina y le dice: “¡Te viniste preparada putita eh!, entonces se la saco en lo mejor que la estaba cogiendo, la recostó bien contra el capot del auto, le separó los cachetes y se la empezó a arrimar en el culo. Elle me contó que le decía que no, que pare, que le dolía, pero el flaco no le daba bola, seguía empujando. A cada envestida ella pegaba un grito, una mezcla de dolor y placer, pero esto lo calentaba más a Nito con lo que empujaba más fuerte y ella gritaba más fuerte. El le decía: “¡Grita guachita que acá no te escucha nadie!”
Mi mujer me contó que nunca había sentido una pija tan gorda en el culo como la de él, y que fue la única vez que pudo clavársela hasta el fondo, las otras dos veces que la culeo le entró la mitad.
Cuando por fin se la metió toda parecía que se desmayaba, no de placer sino de dolor, el flaco la mantuvo apretada contra el auto bien ensartada un rato que a ella le pareció interminable, pero empezó cada vez a menos dolor y más placer, hasta que con la pija palpitando en el culo empezó a gemir.
El flaco era canchero en el tema y la mantuvo así un rato mas casi sin moverse. Cuando se dio cuenta que el culo se le había relajado bien y ella respondía empezó a moverse. Primero lentamente para acostumbrarla, movimientos cortos, casi sin sacarla, pero después de un rato empezó a sacarla cada vez más y más hasta que comenzó un entra y sale con furia. Se la sacaba con facilidad, pero cuando entraba la cosa era distinta, el empujaba con mucha fuerza, violando el culo de mi mujer en cada embestida lo que hacía que ella pegara un fuerte quejido, mezcla de dolor y gozo. La tuvo así por un rato largo, recostada con las tetas sobre el capot, subiendo y bajando a cada empujón, lo que ella calcula que 15 o 20 min, cuando empieza a sentir en el culo la verga más dura, gorda y empezó a palpitar. En ese momento ella pegó un grito fuertísimo y tuvo una acabada enorme, que la dejó sin piernas y toda floja sobre el auto. Nito continuó con sus embestidas con ella así, me contó que ya no sentía nada. En eso el flaco se la clava bien profunda y empieza a acabar. Ella podía sentir los chorros de leche caliente en su interior. Una vez que acabó el flaco, la abrazo, la beso, le sacó la pija chorreando de leche, se acomodó la ropa y la ayudo a entrar al auto.
Se quedaron un rato recuperándose y charlando, luego fueron a comer algo, no hubo baile esa noche, ella no se podía tener en pie.
Bueno espero que les haya gustado y los excite tanto como a mi cuando ella me lo contó.
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