Hola, soy Pablo, y les voy a contar otra de mis historias con mi madre. Les recordaré que mi madre se llama Laura, y que vivimos con mi hermana Lorena.
Por ese entonces yo estaba en la Universidad, estudiando mi licenciatura en derecho. Mi hermana que en un principio se había unido a nuestras juergas sexuales las había abandonado porque tenía novio, pero era consciente del amor que nos profesábamos mi madre y yo. El hecho es que Lorena se iba a estudiar a Salamanca, ya que entre otras cosas quería estar con su novio, que si bien era un chico educado, para mi era un poco gilipollas, o eso creo, quizá porque se llevó a mi hermanita.
El fin de semana antes del inicio del curso decidimos ir a Salamanca a llevar a mi hermana, que se iba a quedar en un Colegio Mayor, aunque eso era un decir, ya que su novio se iba a un piso, por lo que no era mucho suponer que estaría allí todo el día. Mi madre y yo nos quedaríamos en un hotel, como madre e hijo, si bien eso era una tapadera, ya que en realidad éramos pareja.
Después de dar una vuelta por la ciudad nos fuimos a cenar, dejamos a mi hermana en su Colegio y nos fuimos al hotel para tener un rato agradable. Nada más cerrar la puerta mi madre se colgó de mi cuello y me dio un beso como si fuera a acabarse el mundo. Por mi parte la cogí con las dos manos del culo y la subí sobre mi paquete. Ella empezó a moverse, frotando su chocho contra mi paquete.
"Laura me vas gastar la polla"
"De eso nada. Tu rabo tiene que dar mucho juego todavía"
Me fui hasta la cama y la dejé caer sobre ella
"Prepárate puta, que te voy a destrozar. Te voy a meter la polla en el coño y luego te voy a taladrar el culo"
"Si cabrón, quiero correrme como una perra, desmayarme de gusto"
Le besé en el cuello, y le fui quitando la ropa poco a poco. Primero la camiseta, luego sus tejanos, y finalmente el sujetador y las bragas, de encaje negro. Le pasé la lengua por todo el cuerpo, parándome sobre todo en sus oscuros y grandes pezones y por supuesto en su ahora peludo coño, ya que a mi me gusta arreglado pero con pelo.
"Ahhhh!, que gusto, como sigas así me voy a correr"
"Eso quiero, perrilla, que mi lengua te folle tu coñito sabroso"
"Pablo, no aguanto más, métemela"
"Tranquila, mami, que lo bueno se hace esperar"
"Si, pero me muero por tener tu polla en mi chichi"
"Pues todavía te queda un poco"
"Eres un hijo muy malo. A una madre no se le hace sufrir así"
"¿Tu crees?"
Seguí comiéndole el coño, le puse una almohada bajo su precioso culo, y también le di unos cuantos lametones a su ano.
"Por favor, Pablo, no aguanto más, clávamela, cabrón"
"Ábrete bien que te voy a follar como nunca"
"Si, quiero tu polla, hijoputa, fóllate el coño de tu madre, el agujero por donde naciste"
"Toma polla, puta"
"Ahhhh, que gusto, me corroooooo!"
Continué bombeando un rato, hasta que me corrí. Lancé una gran cantidad de semen sobre el cuerpo de mi madre, entre las tetas y su abdomen. Después de descansar un rato comencé a meterle un dedo en su ano, seguí con otro y cuando estaba dilatado la puse a cuatro patas y se la clavé hasta el fondo. Mi madre se había vuelto una fanática del sexo anal. Nada más penetrarla se corrió, luego lo hizo otra vez y finalmente me corrí yo llenándole el recto de leche.
Estábamos empapados en sudor, por lo que antes de irnos a dormir fuimos a ducharnos.
"Espera un momento, mamá, que voy a orinar"
"Uuuhhhmmm! Hijo, te puedo pedir un favor"
"Claro, sabes que haré todo lo que pueda por ti"
"Desde que follo contigo me he vuelto una puta caliente, y siempre quiero probar otras cosas…"
"¿Y que quieres probar?"
"La lluvia dorada"
"Eso es asqueroso"
"Si no quieres…"
"No es eso, si te hace ilusión…"
"Por favor, Pablo, hazlo por tu madre…"
"Vale"
Nos metimos en la bañera y después de un poco, ya que me costó, empecé a orinar sobre mi madre. Parecía que se había vuelto loca, y me dijo que incluso se corrió al sentir mi agüita amarilla sobre ella.
"Te prometo hijo, que no te lo pediré más"
"Nunca prometas lo que no puedas cumplir"
"La verdad es que me ha gustado pero es realmente una guarrada"
Nos duchamos y nos acostamos. Estuvimos ese fin de semana con mi hermana y nos volvimos a Madrid. Por supuesto la noche del sábado fue apoteósica, y siempre caían 2 o 3 polvos
Ya en Madrid mi madre me dijo que quería probar algo nuevo, pero nada de guarradas como lo de la lluvia dorada, y me dijo que se le había ocurrido que nos podíamos grabar en video y luego ver como follábamos, o follar viendo como follamos. La idea me encantó, y ese fin de semana preparamos nuestro dormitorio (ya que si bien yo tenía uno preparado por si acaso, el dormitorio de mamá era el nuestro) con iluminación adecuada y preparamos la acción. Estuvimos cerca de hora y cuarto grabando. Cuando lo vi en la tele me empalmé y a mamá se le mojó el coño. Era fantástico vernos en la pantalla.
"Pablo, es genial, pero la verdad es que quiero probar algo diferente. La verdad creo que me estoy descontrolando un poco, pero no había disfrutado tanto en mi vida"
"Y que quieres hacer?"
"No lo se, ayúdame, dame alguna idea, al fin y al cabo vamos a disfrutar los dos"
"Ya hemos probado el trío, con Lorena…"
"Quiero algo más atrevido…pero no se qué…"
"Pues como no hagamos un intercambio de parejas" dije mientras me reía.
"Eso sería genial"
"Te has vuelto loca. De puertas afuera somos madre e hijo"
"No tienen por que saberlo…"
"Se darán cuenta, nos parecemos mucho"
"Tienes razón, pero podemos ir donde no nos conozca nadie, a una ciudad grande y liberal…"
"Pues como no vayamos a Barcelona…"
"Bingo!"
"La verdad es que jamás pensé que pudiera tener una zorra tan caliente como madre"
Lo preparamos todo para ir el siguiente fin de semana, ya que entre semana tenía clase, y aunque soy un cabrón que se folla a su madre también soy un estudiante modelo. Nos fuimos en el puente aéreo y nos quedamos en un buen hotel. Luego compramos prensa de Barcelona para buscar anuncios de clubes de intercambio. Cuando encontramos uno que nos pareció bien lo marcamos. Nos arreglamos de forma adecuada para la ocasión. Mi madre estaba espectacular, con un vestido negro, con un gran escote que dejaba casi ver sus pechos, máxime cuando no se había puesto sujetador. Para no llamar la atención por la calle se puso un mantón por encima. Se puso un maquillaje suave y un perfume que sabe que me vuelve loco. Por mi parte me puse un traje de chaqueta azul y la corbata a juego con la camisa. Cogimos un taxi y nos dirigimos a donde queríamos ir.
Al llegar nos explicaron cuales eran las reglas del local, en el que había una sala grande y luego una serie de reservados donde poder ir en caso de querer un poco más de intimidad. Nos dirigimos a un de las mesas que había en la sala y pedimos un par de copas, un gin-tonic para mamá y ron-cola para mi.
"Bueno, Laura, te gusta el sitio?" (Se me hacía raro no llamarla mamá, pero sería aún más raro tratarnos como madre e hijo)
"Si, la verdad es que está muy bien, pero reconozco que ahora estoy un poco nerviosa, o excitada, no se bien"
"Tranquila, que verás como esto sale bien".
Le di un suave beso en los labios. La posibilidad de follar con otra mujer delante de mi madre también me excitaba mucho, y lo notaba a través de mi pantalón.
Cuando estábamos pidiendo la segunda copa se nos acercó una pareja y nos preguntó si se podían sentar con nosotros. Mi madre les contestó afirmativamente.
"Hola, soy Francesc y esta es mi mujer, Mercedes, Merche"
"Hola, yo soy Pablo y mi pareja es Laura" (no les dije que fuese mi mujer, ya que sería un poco sospechoso, por la diferencia de edad"
"No sois de aquí, verdad?"
"No, somos de Madrid. Hemos venido a pasar el fin de semana"
"Nosotros somos de un pueblo relativamente cerca de Barcelona y solemos venir con cierta asiduidad"
"Para Laura y para mi es la primera vez"
"Pues tranquilos, que si bien al principio podéis estar un poco nerviosos, luego os relajareis y os gustará"
"Claro".
Nos dijeron que él tenía 51 años y Merche 47. Mi madre les dijo su edad real pero no la mía, ya que me aumentó en 3 años la verdadera, sobre todo para no despertar sospechas de nuestro parentesco.
Nos terminamos las copas, pedimos otras y Merche dijo que podíamos pasar a uno de los reservados, si nos parecía bien. Mi madre y yo nos miramos y asentimos con la cabeza. Nos fuimos a uno de los reservados que estaban libres. Una vez dentro veo como Francesc empieza a comerle la boca a Mercedes. Para no ser menos yo empiezo a besar a mi madre. Incluso le di un buen magreo a sus preciosas tetas. De pronto noté como alguien me empieza a tocar la polla y mi madre no podía ser, ya que tenía sus dos brazos alrededor de mi cuello. Solo podía ser Merche. Me giré y vi como me sonreía.
"Oye, Pablo, si te parece bien creo que deberíamos hacer un pequeño cambio"
"Por supuesto. Para eso hemos venido, no?"
En ese momento, mi madre se despega de mí y va hacia Francesc, mientras que Merche se acerca a mí y me da un beso en la boca.
"Hola, Pablo, así que esta es la primera vez que venís a un club de intercambio"
"Sí, es una fantasía de hace poco, pero creo que lo mejor es cumplirlas cuanto antes"
"Así me gusta. Mucha gente tiene este tipo de fantasías y nunca se deciden a llevarlas a cabo. La gente debe ser más liberal y menos cortada"
"Eso mismo pienso yo. Por cierto dime, que haces para tener este cuerpazo?"
"Poca cosa, un poco de dieta, gimnasia y ya está. Pero se lo podrías preguntar a Laura, porque es 4 años más joven que yo pero parece que tiene 34 o 35. Cuando me dijo la edad casi no me lo creía. No os ha causado problemas vuestra diferencia de edad?"
"Algunos, pero creo que lo llevamos bien"
Me giré para ver como Francesc le estaba comiendo las tetas a mi madre. Para no ser menos le quité la blusa a Merche, luego el sujetador y le di un par de lengüetazos en sus tetas. No eran tan grandes como las de mi madre, pero si que estaban firmes todavía. Luego fui perdiendo el miedo y le bajé la falda, que quedó por el suelo. Inicié un suave masaje de su coño a través de las bragas.
"Ohhhh, Pablito, que gusto, sigue asiiiiiiií!"
"Merche, como me gusta tu coñito peludo"
"Pues a mi me gusta tu rabo"
Vi como Francesc y mi madre estaban enfrascados en un 69, en el que mi madre gemía como una loca. Francesc tenía la polla un poco más larga que la mía, pero en cambio yo la tenía más gorda. Creí que se iba a atragantar con el rabo de Francesc, ya que no lo sacaba de la boca ni para respirar. Alucinaba de ver lo puta que se había vuelto mi madre. Sin planearlo nos dimos cuenta que estábamos en una especie de cama redonda, donde mi madre le comía el rabo a Francesc, yo le comí el coño a mi madre, Merche se saciaba con mi polla y su marido le comía su raja. Seguimos así hasta que todos nos corrimos. En ese momento mi madre tuvo un descuido imperdonable
"Hijo, creo que no había disfrutado tanto en mi vida"
Merche fue la primera en reaccionar
"Sois madre e hijo!!!!"
"Bueno, si os parece mal, nos vamos" dijo mi madre.
"Que va, me parece genial. Hemos practicado el intercambio varias veces, pero nunca de este tipo, creo que es una pasada. Además os voy a contar algo, pero vamos a pedir algo de beber primero, me muero de sed"
Pedimos algo para beber, y mientras fumábamos un cigarrillo Merche nos empezó a contar algo
"Tanto Francesc como yo hemos intentado educar a nuestro hijos en un ambiente liberal y sin prejuicios. No os lo habíamos dicho, pero tenemos tres hijos, un chico, de 22 años y las niñas, de 24 y 19. Pues bien, ellos nos han visto desde siempre desnudos en casa, y nosotros a ellos. Cuando vamos a la playa o bien vamos a playas nudistas o tanto las chicas como yo hacemos top-less. En casa siempre ha reinado un ambiente muy liberal como os he dicho, e incluso mis hijos mayores a veces se han traído a casa a sus parejas para follar. El caso es que a veces me había preguntado como sería eso de que tu propio hijo te follase, o ver como tu marido se folla a tus hijas. Y claro, ahora que os he visto, me gustaría que me explicaseis como empezasteis vuestra relación, si no os importa"
Fue mi madre quien tomo la palabra y le explicó como era su relación con mi padre, que eso de ambiente liberal, nada de nada, que ella apenas podía ponerse ropa atrevida, en la playa, ni top-less ni nada, y encima él le ponía los cuernos. Le comentó como cuando mi padre se fue y ella estaba enfadada y triste me trató mal, sin ser culpa mía, y como luego me pidió perdón y nos fuimos a la playa, donde empezó nuestro rollo. Merche volvió a hablar
"Es que al menos a mi, me gustaría poder hacer el amor con mi hijo, por lo que se lo pregunté a Francesc. El me dijo que por su parte no había problema, pero lo que no estaba seguro era de cómo iba a reaccionar Pau, nuestro hijo. Por su parte, el me comento que tampoco estaría mal poderse tirar a Paula, la mayor, o, un poco más adelante a Mónica. Como podríamos exponérselo sin que se puedan enfadar?"
"Mira, Merche, si realmente tenéis confianza con vuestros hijos, creo que lo mejor es que se lo digáis francamente, sin tapujos, pero claro, podéis ver antes sus reacciones a ciertos actos, digamos, provocativos por vuestra parte"
En eso quedamos. La verdad es que esa pareja nos había caído realmente bien. Nos dimos nuestras direcciones y quedamos en llamarnos, aparte que si ellos venían a Madrid, o nosotros íbamos a Barcelona, nos pondríamos en contacto.
Por ese entonces yo estaba en la Universidad, estudiando mi licenciatura en derecho. Mi hermana que en un principio se había unido a nuestras juergas sexuales las había abandonado porque tenía novio, pero era consciente del amor que nos profesábamos mi madre y yo. El hecho es que Lorena se iba a estudiar a Salamanca, ya que entre otras cosas quería estar con su novio, que si bien era un chico educado, para mi era un poco gilipollas, o eso creo, quizá porque se llevó a mi hermanita.
El fin de semana antes del inicio del curso decidimos ir a Salamanca a llevar a mi hermana, que se iba a quedar en un Colegio Mayor, aunque eso era un decir, ya que su novio se iba a un piso, por lo que no era mucho suponer que estaría allí todo el día. Mi madre y yo nos quedaríamos en un hotel, como madre e hijo, si bien eso era una tapadera, ya que en realidad éramos pareja.
Después de dar una vuelta por la ciudad nos fuimos a cenar, dejamos a mi hermana en su Colegio y nos fuimos al hotel para tener un rato agradable. Nada más cerrar la puerta mi madre se colgó de mi cuello y me dio un beso como si fuera a acabarse el mundo. Por mi parte la cogí con las dos manos del culo y la subí sobre mi paquete. Ella empezó a moverse, frotando su chocho contra mi paquete.
"Laura me vas gastar la polla"
"De eso nada. Tu rabo tiene que dar mucho juego todavía"
Me fui hasta la cama y la dejé caer sobre ella
"Prepárate puta, que te voy a destrozar. Te voy a meter la polla en el coño y luego te voy a taladrar el culo"
"Si cabrón, quiero correrme como una perra, desmayarme de gusto"
Le besé en el cuello, y le fui quitando la ropa poco a poco. Primero la camiseta, luego sus tejanos, y finalmente el sujetador y las bragas, de encaje negro. Le pasé la lengua por todo el cuerpo, parándome sobre todo en sus oscuros y grandes pezones y por supuesto en su ahora peludo coño, ya que a mi me gusta arreglado pero con pelo.
"Ahhhh!, que gusto, como sigas así me voy a correr"
"Eso quiero, perrilla, que mi lengua te folle tu coñito sabroso"
"Pablo, no aguanto más, métemela"
"Tranquila, mami, que lo bueno se hace esperar"
"Si, pero me muero por tener tu polla en mi chichi"
"Pues todavía te queda un poco"
"Eres un hijo muy malo. A una madre no se le hace sufrir así"
"¿Tu crees?"
Seguí comiéndole el coño, le puse una almohada bajo su precioso culo, y también le di unos cuantos lametones a su ano.
"Por favor, Pablo, no aguanto más, clávamela, cabrón"
"Ábrete bien que te voy a follar como nunca"
"Si, quiero tu polla, hijoputa, fóllate el coño de tu madre, el agujero por donde naciste"
"Toma polla, puta"
"Ahhhh, que gusto, me corroooooo!"
Continué bombeando un rato, hasta que me corrí. Lancé una gran cantidad de semen sobre el cuerpo de mi madre, entre las tetas y su abdomen. Después de descansar un rato comencé a meterle un dedo en su ano, seguí con otro y cuando estaba dilatado la puse a cuatro patas y se la clavé hasta el fondo. Mi madre se había vuelto una fanática del sexo anal. Nada más penetrarla se corrió, luego lo hizo otra vez y finalmente me corrí yo llenándole el recto de leche.
Estábamos empapados en sudor, por lo que antes de irnos a dormir fuimos a ducharnos.
"Espera un momento, mamá, que voy a orinar"
"Uuuhhhmmm! Hijo, te puedo pedir un favor"
"Claro, sabes que haré todo lo que pueda por ti"
"Desde que follo contigo me he vuelto una puta caliente, y siempre quiero probar otras cosas…"
"¿Y que quieres probar?"
"La lluvia dorada"
"Eso es asqueroso"
"Si no quieres…"
"No es eso, si te hace ilusión…"
"Por favor, Pablo, hazlo por tu madre…"
"Vale"
Nos metimos en la bañera y después de un poco, ya que me costó, empecé a orinar sobre mi madre. Parecía que se había vuelto loca, y me dijo que incluso se corrió al sentir mi agüita amarilla sobre ella.
"Te prometo hijo, que no te lo pediré más"
"Nunca prometas lo que no puedas cumplir"
"La verdad es que me ha gustado pero es realmente una guarrada"
Nos duchamos y nos acostamos. Estuvimos ese fin de semana con mi hermana y nos volvimos a Madrid. Por supuesto la noche del sábado fue apoteósica, y siempre caían 2 o 3 polvos
Ya en Madrid mi madre me dijo que quería probar algo nuevo, pero nada de guarradas como lo de la lluvia dorada, y me dijo que se le había ocurrido que nos podíamos grabar en video y luego ver como follábamos, o follar viendo como follamos. La idea me encantó, y ese fin de semana preparamos nuestro dormitorio (ya que si bien yo tenía uno preparado por si acaso, el dormitorio de mamá era el nuestro) con iluminación adecuada y preparamos la acción. Estuvimos cerca de hora y cuarto grabando. Cuando lo vi en la tele me empalmé y a mamá se le mojó el coño. Era fantástico vernos en la pantalla.
"Pablo, es genial, pero la verdad es que quiero probar algo diferente. La verdad creo que me estoy descontrolando un poco, pero no había disfrutado tanto en mi vida"
"Y que quieres hacer?"
"No lo se, ayúdame, dame alguna idea, al fin y al cabo vamos a disfrutar los dos"
"Ya hemos probado el trío, con Lorena…"
"Quiero algo más atrevido…pero no se qué…"
"Pues como no hagamos un intercambio de parejas" dije mientras me reía.
"Eso sería genial"
"Te has vuelto loca. De puertas afuera somos madre e hijo"
"No tienen por que saberlo…"
"Se darán cuenta, nos parecemos mucho"
"Tienes razón, pero podemos ir donde no nos conozca nadie, a una ciudad grande y liberal…"
"Pues como no vayamos a Barcelona…"
"Bingo!"
"La verdad es que jamás pensé que pudiera tener una zorra tan caliente como madre"
Lo preparamos todo para ir el siguiente fin de semana, ya que entre semana tenía clase, y aunque soy un cabrón que se folla a su madre también soy un estudiante modelo. Nos fuimos en el puente aéreo y nos quedamos en un buen hotel. Luego compramos prensa de Barcelona para buscar anuncios de clubes de intercambio. Cuando encontramos uno que nos pareció bien lo marcamos. Nos arreglamos de forma adecuada para la ocasión. Mi madre estaba espectacular, con un vestido negro, con un gran escote que dejaba casi ver sus pechos, máxime cuando no se había puesto sujetador. Para no llamar la atención por la calle se puso un mantón por encima. Se puso un maquillaje suave y un perfume que sabe que me vuelve loco. Por mi parte me puse un traje de chaqueta azul y la corbata a juego con la camisa. Cogimos un taxi y nos dirigimos a donde queríamos ir.
Al llegar nos explicaron cuales eran las reglas del local, en el que había una sala grande y luego una serie de reservados donde poder ir en caso de querer un poco más de intimidad. Nos dirigimos a un de las mesas que había en la sala y pedimos un par de copas, un gin-tonic para mamá y ron-cola para mi.
"Bueno, Laura, te gusta el sitio?" (Se me hacía raro no llamarla mamá, pero sería aún más raro tratarnos como madre e hijo)
"Si, la verdad es que está muy bien, pero reconozco que ahora estoy un poco nerviosa, o excitada, no se bien"
"Tranquila, que verás como esto sale bien".
Le di un suave beso en los labios. La posibilidad de follar con otra mujer delante de mi madre también me excitaba mucho, y lo notaba a través de mi pantalón.
Cuando estábamos pidiendo la segunda copa se nos acercó una pareja y nos preguntó si se podían sentar con nosotros. Mi madre les contestó afirmativamente.
"Hola, soy Francesc y esta es mi mujer, Mercedes, Merche"
"Hola, yo soy Pablo y mi pareja es Laura" (no les dije que fuese mi mujer, ya que sería un poco sospechoso, por la diferencia de edad"
"No sois de aquí, verdad?"
"No, somos de Madrid. Hemos venido a pasar el fin de semana"
"Nosotros somos de un pueblo relativamente cerca de Barcelona y solemos venir con cierta asiduidad"
"Para Laura y para mi es la primera vez"
"Pues tranquilos, que si bien al principio podéis estar un poco nerviosos, luego os relajareis y os gustará"
"Claro".
Nos dijeron que él tenía 51 años y Merche 47. Mi madre les dijo su edad real pero no la mía, ya que me aumentó en 3 años la verdadera, sobre todo para no despertar sospechas de nuestro parentesco.
Nos terminamos las copas, pedimos otras y Merche dijo que podíamos pasar a uno de los reservados, si nos parecía bien. Mi madre y yo nos miramos y asentimos con la cabeza. Nos fuimos a uno de los reservados que estaban libres. Una vez dentro veo como Francesc empieza a comerle la boca a Mercedes. Para no ser menos yo empiezo a besar a mi madre. Incluso le di un buen magreo a sus preciosas tetas. De pronto noté como alguien me empieza a tocar la polla y mi madre no podía ser, ya que tenía sus dos brazos alrededor de mi cuello. Solo podía ser Merche. Me giré y vi como me sonreía.
"Oye, Pablo, si te parece bien creo que deberíamos hacer un pequeño cambio"
"Por supuesto. Para eso hemos venido, no?"
En ese momento, mi madre se despega de mí y va hacia Francesc, mientras que Merche se acerca a mí y me da un beso en la boca.
"Hola, Pablo, así que esta es la primera vez que venís a un club de intercambio"
"Sí, es una fantasía de hace poco, pero creo que lo mejor es cumplirlas cuanto antes"
"Así me gusta. Mucha gente tiene este tipo de fantasías y nunca se deciden a llevarlas a cabo. La gente debe ser más liberal y menos cortada"
"Eso mismo pienso yo. Por cierto dime, que haces para tener este cuerpazo?"
"Poca cosa, un poco de dieta, gimnasia y ya está. Pero se lo podrías preguntar a Laura, porque es 4 años más joven que yo pero parece que tiene 34 o 35. Cuando me dijo la edad casi no me lo creía. No os ha causado problemas vuestra diferencia de edad?"
"Algunos, pero creo que lo llevamos bien"
Me giré para ver como Francesc le estaba comiendo las tetas a mi madre. Para no ser menos le quité la blusa a Merche, luego el sujetador y le di un par de lengüetazos en sus tetas. No eran tan grandes como las de mi madre, pero si que estaban firmes todavía. Luego fui perdiendo el miedo y le bajé la falda, que quedó por el suelo. Inicié un suave masaje de su coño a través de las bragas.
"Ohhhh, Pablito, que gusto, sigue asiiiiiiií!"
"Merche, como me gusta tu coñito peludo"
"Pues a mi me gusta tu rabo"
Vi como Francesc y mi madre estaban enfrascados en un 69, en el que mi madre gemía como una loca. Francesc tenía la polla un poco más larga que la mía, pero en cambio yo la tenía más gorda. Creí que se iba a atragantar con el rabo de Francesc, ya que no lo sacaba de la boca ni para respirar. Alucinaba de ver lo puta que se había vuelto mi madre. Sin planearlo nos dimos cuenta que estábamos en una especie de cama redonda, donde mi madre le comía el rabo a Francesc, yo le comí el coño a mi madre, Merche se saciaba con mi polla y su marido le comía su raja. Seguimos así hasta que todos nos corrimos. En ese momento mi madre tuvo un descuido imperdonable
"Hijo, creo que no había disfrutado tanto en mi vida"
Merche fue la primera en reaccionar
"Sois madre e hijo!!!!"
"Bueno, si os parece mal, nos vamos" dijo mi madre.
"Que va, me parece genial. Hemos practicado el intercambio varias veces, pero nunca de este tipo, creo que es una pasada. Además os voy a contar algo, pero vamos a pedir algo de beber primero, me muero de sed"
Pedimos algo para beber, y mientras fumábamos un cigarrillo Merche nos empezó a contar algo
"Tanto Francesc como yo hemos intentado educar a nuestro hijos en un ambiente liberal y sin prejuicios. No os lo habíamos dicho, pero tenemos tres hijos, un chico, de 22 años y las niñas, de 24 y 19. Pues bien, ellos nos han visto desde siempre desnudos en casa, y nosotros a ellos. Cuando vamos a la playa o bien vamos a playas nudistas o tanto las chicas como yo hacemos top-less. En casa siempre ha reinado un ambiente muy liberal como os he dicho, e incluso mis hijos mayores a veces se han traído a casa a sus parejas para follar. El caso es que a veces me había preguntado como sería eso de que tu propio hijo te follase, o ver como tu marido se folla a tus hijas. Y claro, ahora que os he visto, me gustaría que me explicaseis como empezasteis vuestra relación, si no os importa"
Fue mi madre quien tomo la palabra y le explicó como era su relación con mi padre, que eso de ambiente liberal, nada de nada, que ella apenas podía ponerse ropa atrevida, en la playa, ni top-less ni nada, y encima él le ponía los cuernos. Le comentó como cuando mi padre se fue y ella estaba enfadada y triste me trató mal, sin ser culpa mía, y como luego me pidió perdón y nos fuimos a la playa, donde empezó nuestro rollo. Merche volvió a hablar
"Es que al menos a mi, me gustaría poder hacer el amor con mi hijo, por lo que se lo pregunté a Francesc. El me dijo que por su parte no había problema, pero lo que no estaba seguro era de cómo iba a reaccionar Pau, nuestro hijo. Por su parte, el me comento que tampoco estaría mal poderse tirar a Paula, la mayor, o, un poco más adelante a Mónica. Como podríamos exponérselo sin que se puedan enfadar?"
"Mira, Merche, si realmente tenéis confianza con vuestros hijos, creo que lo mejor es que se lo digáis francamente, sin tapujos, pero claro, podéis ver antes sus reacciones a ciertos actos, digamos, provocativos por vuestra parte"
En eso quedamos. La verdad es que esa pareja nos había caído realmente bien. Nos dimos nuestras direcciones y quedamos en llamarnos, aparte que si ellos venían a Madrid, o nosotros íbamos a Barcelona, nos pondríamos en contacto.
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