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El viernes llego, su bolso en la puerta, el en sus estudio

El viernes llego,  su  bolso en la puerta, el en sus estudios, yo ensayando la charla. 
Llegamos 19 hs la casa en orden, él se me acerco y lo repelí con un contundente después de cenar hablamos. Comenzamos entre los dos a ordenar, prender la calefacción, y cocinar el pegado a mí, yo con la boca seca por los nervios, pero mojadita porque eso era lo que realmente sentía, aunque estaba dispuesta a obedecer a la moral impuesta por los curas pedófilos. 
La cena termino, y en la cocina se libró el combate. Me sorprendió abrazándome, besando mi cuello apoyándome por atrás, evidentemente su instinto lo llevaba por buen camino yo trataba de decirle que me disculpara por mi actitud, que asumía la culpa, que no era correcto pero él seguía  sin más resistencia que mi voz temblorosa y poco convincente. Entonces mi discurso cambio me di vuelta cara a  cara el sumergió su cabeza en mi lolas, sus gemidos sus balbuceo su atolondramiento comenzaban a lastimarme, así que mi instinto maternal me llevo a conducirlo serenamente ya dándole la seguridad que iba a suceder. No hay madre que se resista al “por favor mami, por favor”  estaba en mi consolarlo así que abrí las barreras, me baje las calzas, el en su desesperación arremetió chocando con su inexperiencia entonces dejando que me babee cuello, tetas me desvestí  y después de intentos fallidos para metérmela lo guie con mis manos, explotando en mis labios vaginales sin lograr penetrar. 
Avergonzado y sin saber qué hacer, tome el control .Anda a prender el aire del dormitorio que debe estar frio,  así dormimos calentitos porque solita en el campos me da miedo dormir, mientras arreglo acá. Como pollo mojado pobrecito me obedeció. 
Duchada, y con tanquita limpia envuelta en el toallon me metí corriendo en la cama, el en su habitación desorientado no venia. Lo llame le pedí que se duchara y que no me dejara sola. 
Yo mientras hable con el padre para decirle que todo estaba bien, y que ya íbamos a dormir confirmar el horario de su arribo, en el mediodía del sábado. 
Se hizo esperar, pero vino con su camiseta de river abrí la cama y lo invite a mi lado, lo bese y él me pidió apagar la luz. La timidez de la inexperiencia. Lo empecé a acariciar le saque la camiseta, lo palpe de armas, note que estaba cargado, el me menciono que tenía preservativos, le dije mami se cuida, intente chupársela pero no quiso, respete su decisión se sacó el bóxer, saque mi tanga y lo monte, agarre su pija y la lleve a mi concha, tócame las tetas, esta vez aguanto fingí mi orgasmo porque aun estaba nerviosa y no quería excederme. Rodé hacia mi lado, con señas lo invite a subirse encima mío, patitas al hombro, esta vez encontró mi agujerito, se movió tímidamente hasta que sentí sus latidos ahí lo retuve por esos instantes en que los hombres mueren. Me puse la camiseta de river, lo tome de la mano y dormimos juntos. 
 
El viernes llego,  su  bolso en la puerta, el en sus estudio

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