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Regalo para mi suegra

Estoy en pareja hace ya dos años. Con mi novia tenemos una relación tradicional pero siempre fantaseamos con muchas cosas pero ahí quedan, en fantasías. Hablamos de todo, sin pelos en la lengua. Confianza al 100%. 

Casi todos los fines de semana vamos a la casa de la madre. Ya por costumbre. A veces almorzamos, a veces merendamos, otras solo pasamos a saludar. Ella enviudó hace ya 5 años y desde entonces mi novia siempre estuvo cerca. Desde entonces nunca estuvo con otra pareja, ni siquiera algún hombre para saciar sus necesidades.

Semanas previas a su cumpleaños fuimos a almorzar y le preguntamos que quería de regalo. En chiste nos dijo un novio. Todo fue risas hasta que la conversación comenzó a tener un toque de deseo real. Nos confesó que tenía ganas de conocer a alguien pero no se sentía preparada para entablar una relación y entendía que ya estaba grande para buscar un hombre solo para coger. “Cinco años es mucho tiempo”, nos dijo. Luego la conversación giró para otros temas pero eso nos quedó en la cabeza tanto a mi novia como a mí. 

Días después estando solos retomamos el tema. Buscamos diferentes maneras para ver cómo su madre podía conocer a alguien. Pero la mamá fue clara, no estaba para una relación. Entendimos que después tantos años quería volver a tener una pija en sus manos, su boca y entrando y saliendo por su vagina. Estaba claro que la masturbación ya no era suficiente. Quería más, mucho más. 

Agotamos todas las opciones y llegamos a la conclusión que tenía que ser alguien de confianza, que entienda que solo es un garche pero conociera los límites y la cuida a pesar de todo. Y ahí fue donde mi novia, producto de la constante fantasía en la que vivíamos, se le ocurrió un hipotético regalo de cumpleaños. 

“Por qué no caes vos en pija como regalo para mamá?”, me dijo entre risas. Yo solo la miré para ver hasta donde quería llegar. “Te imaginas?”, comenzaba una fantasía. Yo le seguí el juego. “Le tapamos los ojos y entro en bolas con la pija al palo, se muere”, retruque. Ella quedó pensando, me esperaba el regaño. Quizás me excedí. Ella solo sonrió con la mirada perdida, imaginando. “Y... una chupada de pija no se le niega a nadie”, sentenció. Yo solo sonreí tímidamente. 

Días después ella fue a tomar mates con la madre. Me avisó que salía del trabajo e iba a su casa. Todo normal. Yo volví a casa y disfruté de un momento de soledad. Volvió, cenamos y fuimos directo a la cama. “Hoy estuve hablando con mamá“, me dijo. “Era como decíamos, solo quiere coger o aunque sea chuparse una pija”, siguió. “Y si, ya son muchos años sin nada de actividad”, le digo como para seguirle la charla. 

“Te acordás del regalo que dijimos, no le vendría mal. Ella confía en vos, vos la entendés y yo voy a estar ahí para supervisar todo”, dijo. Quedamos en silencio. Aquella fantasía de ponerme en bolas para la madre quería hacerla realidad. No sabía cómo reaccionar. Sabía que no había ningún truco detrás porque entiendo cuando hablamos en serio y cuando no. “Vos crees que ella va a querer?”, le pregunto ya con intención de ir a fondo. “Con tal de tener una pija cerca, acepta cualquier cosa”, aseguró. Eso fue suficiente como para planear todo. Ella fue ese día a la casa para asegurarse que el regalo iba a funcionar. Empezamos a planear todo, el momento, el día. Cada detalle estaba calculado. 

El plan era simple, en medio del festejo de cumpleaños yo me tenía que ir a acostar porque estaba cansado y me quedaba ahí hasta que se vayan todos los invitados. Una vez que mi novia y su madre se quedaban solas, ella iba a dirigir la conversación para contar sobre nuestra intimidad con la intención de despertar en su madre algo de excitación. Cuando mi novia avisará, aparecía con el regalo para la suegra. 

Mientras estuve acostado y escuché que todos se fueron no pude evitar esa excitación que me producía la adrenalina y comencé a masturbarme. Lo suficiente como para dejar la pija bien parada. Cuando tuve la orden de mi novia, aparecí. “Acá tenés tu regalo, mamá. Espero que te guste”, dijo la hija mientras le tapaba los ojos. 

Mi suegra sentada en la cabecera de la mesa, mi novia a sus espaldas tapándole los ojos y sin sacar la vista en mi. Y yo parado frente a las dos esperando a que comience el show. Le agarre una de las manos y la puse sobre mi pija. Mi suegra la sacó rápidamente. “Tranquila”, le digo. Reconoció mi voz y dudo un momento pero rápidamente se soltó. Mi novia me miró y asintió dándome a entender que siga, que estaba más que bien. 

Le agarré ambas manos y lentamente comencé a frotarme la pija con ellas. Mi suegra se mordió el labio inferior como recordando viejas épocas. Me apretó la pija y se dejó llevar. Mi novia le descubrió los ojos y ya podía ver de cerca la terrible verga que se iba a comer. “Una chupada de pija no se le niega a nadie, no?”, le pregunto mi novia con voz picarona. Ella sonrió y acercó su boca despacio, disfrutando el momento. Me miró a los ojos por primera vez y se metió la cabeza de la pija adentro de la boca. Mi novia excitada mirada todo con detenimiento tocándose los pechos. Con la lengua recorrió la pija desde la base hasta la punta e instantáneamente se la metió toda en la boca. Agarrándola con ambas manos chupaba la pija como nunca antes, saboreándose y disfrutando cada movimiento. 

Mientras tanto mi novia se sentó arriba de la mesa y se levantó el vestido que tenía puesto para tocarse más y más. Mis ojos se turnaban para ver la chupada de pija de mi suegra y la excitacion de mi novia disfrutando el momento. 

Después de un largo rato de chuparla, mi novia no se aguanto y le robó la pija a su madre para chuparla un rato. “Yo también quiero”, reclamó. Cruzamos una mirada cómplice con mi suegra y la abrí de piernas a mi novia para cogermela sin parar. 

Y ahí estábamos, cogiendo con mi novia arriba de la mesa ante la atenta mirada de su madre que de a ratos pasaba su mano por mi pecho y por las piernas de su hija. Aproveché la situación y bajé a mi novia de la mesa, la di vuelta y la tire encima de su madre para darle duro. Mi novia gemía sin parar mientras su madre la acariciaba y me miraba con deseo. 

“Acaba ya”, me dijo. A sus órdenes, apuré el trámite. “Ahí viene”, le digo. Automáticamente se da vuelta y me dice: “acabale en la cara a mamá”. Ambas se miraron y eso hice. La agarre de la nuca a mi suegra y le tire todo mi semen en la cara. Ella abrió la boca y cerró los ojos recibiendo todo con muchas ganas. “Te gustó el regalo, mamá?”, le dijo su hija mientras le pasaba la lengua para sacarle los rastros de leche que quedaron en su rostro. “Para la próxima yo también quiero una cogida rápida”, remató. 

“Todo a su tiempo”, dijo mi novia seguido de un largo beso en la boca. Yo atónito viendo lo que acababa de pasar, me fui al baño a limpiarme. Una fantasía cumplida y al parecer esto, recién empieza. 

Fue algo rápido pero súper placentero que ya quería repetirlo. Mi suegra deseosa por más y mi novia excitada cómo nunca dejaba en claro que esto iba a seguir y que hasta cogermela a ambas no parábamos. Hermosa familia. 

Regalo para mi suegra

3 comentarios - Regalo para mi suegra

visor_capo +4
Y ahí te despertaste 🤣
ren6o +2
Nooo, que no se despierte todavía así nos cuenta como sigue...

Además nunca dijo que esto le pasó o que fue real... los relatos son eso, historias que tendrán parte de verdad y parte de fantasía
elmandamas19 +1
Muy bueno el relato espero la segunda parte
santi392
Que bueno ese momento