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Clara de mis amores

Esto ocurrió hace varios años, mientras cursaba el último año de la carrera. 


Clara era una chica preciosa, y lo sigue siendo, pero en ese momento podia sentir su belleza en mi cabeza, en mis pensamientos, cuando la veía pasar, cuando sentía su presencia, cuando saboreaba su perfume mientras pasaba cerca de mi. De verdad, era algo indescriptible, verla confiada en si misma, con sus lindos vestidos, incluso en esos momentos, estoy seguro, que ella sabia lo que provocaba en mi. Era mi diosa y yo, un simple plebeyo. 

En ese entonces yo tenia novia, pero las cosas no iban bien. Era una noviazgo a distancia y lo que me hacia sentir Clara solo volvía más obvio que mi relación estaba en su parte final.

Mis esperanzas con Clara solo existían en mi cabeza, en mis noches solitarias donde me imaginaba que la poseia, que la besaba y ella, a la vez, me deboraba. Soñaba que ella me deseaba tanto como yo a ella y que en algun momento podriamos tener un momento a solas.

Me gustaba imaginar que ibamos a una fiesta, ella con su hermoso vestido negro floreado, su chamarra de piel y sus botas que hacian contraste con su delicada y esbelta figura, de nuevo, una señorita inalcanzable para mi. 
Y yo, viendola entrar a la fiesta desde lejos, tomando el valor para acercarme a ella y ofrecerle una bebida. 

A ella le gusta la cerveza, al igual que a mi, asi que seria una excusa ideal. Le preguntaría cual es su cerveza favorita y le tocaría del brazo amistosamente, esperando que entienda que muero por uno de sus besos.

Su sonrisa, es hermosa, no puedo mas con ello, la veo fijamente a los ojos y ella hace lo mismo. Ahora se que puedo dar un siguiente paso. Me acerco lentamente y pongo mis labios sobre los de ella. Tiene un sabor a fresa que me embriaga mas que la cerveza. No me puedo controlar mas, dejo mi bebida en la mesa y pongo mi brazo alrededor de su cintura. Ella cede, y me deja tomarla. Puedo sentir su corazon latir... ¿será que yo le gusto?

Al oido le digo que vayamos a un lugar mas tranquilo, y vamos rumbo a uno de los cuartos de la casa de mis amigos, donde es la fiesta. Ella va de frente, segura y alegre. Yo por de mas excitado deseando poder tomarla por su hermoso y pequeño trasero, mientras me intoxico mas con su dulce sabor a fresa.

Entrando a la habitacion, ponemos seguro y todo ocurre inmediatamente. Nunca encendimos la luz, pero la luna nos permite ver a la perfeccion el cuarto desordenado de un universitario y una cama poco arreglada.

Sus labios. Su lengua. Su cintura. Todo lo puedo sentir ahora, al mismo tiempo, nuestros labios y nuestras lenguas juegan suavemente. Mientras tanto no pierdo oportunidad y la tomo por el trasero, primero mi mano esta por encima de su vestido, y al notar que a ella le gusta, no hago mas que sentir en mis manos sus suaves nalgas, están un poco frias, pero mientras mas las toco, mas calientes se ponen. Con mi otra mano la tomo por el cuello y logro escuchar un ligero gemido de ella. Dios mio siento que explotare en cualquier momento sin siquiera haberla visto desnuda. 

La recuesto en la cama y levanto ligeramente su vestido, ¿ella me desea?. Pone ligeramente de lado su ropa interior y al oido me dice: 
¡Cógeme!

Mi verga esta palpitante, dura como nunca antes, goteando de tan excitado que estoy. Ella la toma y separa sus piernas, dejandome ver toda su intimidad. Su vagina es hermosa, tan apetecible que desearia estar en un lugar mas comodo y poder comerla como se merece. Pero no tenemos tiempo, hay una fiesta afuera. La veo a los ojos. Su ojos redondos, negros como la noche, pequeños, e infinitamente hermosos. Y pongo mi pene sobre su vagina. Me recuesto sobre ella, listo para penetrarla. Escucho su respiración y le meto solo la cabeza, como soy muy bruto tengo que utilizar mi mano para no meterla toda. Pero ella esta empapada, ¿de verdad me desea?

¡Métela toda!, me dice al oido, su voz de súplica me vuelve aun más loco, estoy como un animal en celo, pero debo guardar la compostura, quiero que en verdad me desee, que anhele mi verga dentro de ella. ¿La quieres toda?, le pregunto. ¡Si!, no me hagas pedirlo de nuevo, me responde. 

La mano que me servia de guia, la uso para tomarla del cuello firmemente, quiero ver sus ojos mientras la penetro y quiero que ella me vea cuando eso ocurra. No me importa más ser un bruto, y se la meto toda, sus ojos se abrieron grandes y su boca, reprimiendo un gemido, queda completamente abierta, puedo escuchar su respiración, es muy pesada. Ahora sé que lo esta disfrutando tanto como yo. La beso, la deboro, meto mi lengua en su boca procurando dejar tanta saliva mía dentro de ella, y beber tanta de su saliva como me sea posible. Ella responde y sigue el juego de las lenguas. Tan solo han pasado unos segundos, y sé que puedo meterla aún más. Levanto ligeramente su cadera y meto mas mi verga dentro de ella. Deja escapar un gemido y yo quiero seguirla cogiendo, meterla y sacarla, sentir su humedad, escuchar sus gemidos, lamer sus pequeños senos, manosear su suave y caliente trasero, jalarle el cabello mientras la sigo penetrando.
Saco mi verga lentamente, listo para volver a meterla y dar rienda suelta a mis impulsos...

¡Toc toc toc! Ya salgan de ahí cabrones, no es motel!
Me lleva la chingada, ni en mis sueños puedo cogerla bien....

Tomo aire, estoy en plena clase. ¡Pon atención canijo!, un examen final viene pronto, y no puedes estar perdiendo tanto tiempo en esos sueños húmedos diurnos y sin sentido. 

Pero, puedo oler su perfume, la veo pasar por la puerta, sobre el pasillo, ella se dirige a su propia clase, puedo sentir su presencia. ¿Estaré enloqueciendo?

...
...
...



Salimos de clase y nos reunimos todos a platicar tonterías en el parque... la veo a lo lejos, ella se acerca, no puedo contenerme, siento que se me sube la sangre a la cabeza, debo estar rojo como tomate.

A nadie le hace caso, es una hermosa mujer arrogante. Pero me ve a mi, me toca el brazo y me dice, ¡Hola extraño! mientras sigue su camino.

¿En verdad me desea?

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