Yo vivía solo en un departamento pequeño y los fines de semana se quedaba a dormir Ana, mi novia. Llevamos más de tres años de novios. Ella vivía aún con su familia ya que no le pagaban lo suficientemente bien como para poder emanciparse. En su casa vivían sus padres y su hermana menor.
En poco tiempo se me vencía el contrato de alquiler y tenía la posibilidad de seguir viviendo en ese departamento o bien, buscar otro.
Le propuse a Ana que alquilemos algo más grande para mudarnos juntos. Ella, después de pensarlo bien, aceptó.
Nos dedicamos a buscar las mejores opciones pero se nos iba de presupuesto. Realmente era frustrante. Sin embargo, no bajamos los brazos, pero se me acercaba la hora de dejar el departamento.
Finalmente encontramos uno que se adaptaba a lo que estábamos buscando. El problema era que no se desocupaba hasta dentro de un mes.
Por no dejar pasar esa oportunidad, Ana me planteó reservarlo y que me quede en su casa (aunque estemos apretados por un tiempo) hasta que nos podamos mudar.
Como no habían demasiadas opciones, acepté de inmediato.
Había ido muy pocas veces a esa casa y nunca me había quedado a dormir. Ella venía a mi departamento todos los fines de semana. Allí podíamos coger tranquilamente, las veces que quisiéramos. Sexualmente éramos muy activos y a veces no salíamos en ningún momento del departamento. Sólo para comprar comida o preservativos. Realmente nos sacábamos las ganas todos los fines de semana.
Pero esta forma de relacionarnos se vio pausada ese mes que estuvimos en su casa.
En el cuarto de al lado, dormía su hermana, Dani, que tenía 17 años. La "mimada" de la familia por ser la menor.
Por lo que me contaba Ana, ella sí llevaba a su novio a la casa y de hecho se quedaba a dormir. Sus padres nunca le dijeron nada, pero a Ana, que tiene 26 años, se lo prohibieron siempre. Debido a la situación emergente, aceptaron que yo me quede allí, ya que iba a ser por poco tiempo.
Su hermana había roto con su novio y estaba algo deprimida, pero no era la primera vez que le pasaba con este chico, así que pronto se volvería a arreglar con él.
Mi relación con sus padres iba muy bien. Me trataban como a uno más de la familia y eso hacía que la estadía fuera muy agradable.
Con Dani no tuve mucho contacto los primeros días. Se la pasaba encerrada en su habitación y sólo aparecía para comer. Siempre en pijama y despeinada.
Con Ana estábamos concentrados en el papeleo de nuestro próximo hogar. Y de sexo nada, obviamente.
A medida que pasaban los días Dani empezó a salir más de su cuarto, de hecho, se quedaba charlando un poco conmigo en el living. Se veía que estaba mucho mejor de ánimo.
Empezó a salir con sus amigas, se vestía mucho mejor y cada vez lucía más su cuerpo, que era increíblemente bello.
Estábamos en verano, así que no faltaba oportunidad de verla en traje de baño al lado de la pileta tomando sol. No sé si era la falta de sexo con Ana o qué, pero la empecé a desear cada vez más. Claramente no podía hacer nada más que apreciar su belleza.
Un día estaba sentado con mi teléfono en el borde de la pileta mojando mis pies, cuando de repente se apareció sigilosamente me empujó al agua. Cuando me recuperé le dije:
Yo: "Qué hacés Dani?? Se me mojó el teléfono, capaz que no enciende más.. estás loca?"
Dani: "Quedate tranquilo Adri (me llamo Adrian, por cierto), si va a encender! Igual ya es hora que lo cambies", me dijo entre carcajadas.
Yo: "En serio, no me hace gracia! No estoy para gastos extras en este momento. Vos tenés a tus papás que te compran todo, pero a mí me cuesta mucho tener las cosas".
Dani: "Bueno, perdoname, solo fue una broma".
Se metió al agua e hizo un gesto de frío.
Dani: "Está fría el agua", dijo abrazándose y acercándose a mí.
Inevitablemente noté sus pezones erguidos y afirmé en silencio lo que ella había dicho sólo moviendo la cabeza.
No se percató de mi indiscreción y agarró mi teléfono para comprobar si funcionaba y efectivamente se había salvado.
Dani: "Uff, menos mal! Ya me imaginaba trabajando como prostituta para pagarte el maldito celular", dijo riéndose con alivio.
Yo: "Te salvaste.., dije siguiéndole la corriente, igual está todo bien, no haría falta.."
Dani: "Y si fueras mi único cliente ¿Cuántas cuotas serían?", seguía con el juego
Yo: "No lo sé, igualmente iría preso, sos menor de edad..."
Dani: "Si es cierto! Igual ¿por qué terminamos hablando de esto, si no está roto el teléfono?, dijo riéndose una vez más mientras me lo devolvía.
Yo: "¿O sea que así pagas tus cosas?"
Dani: "Nooo! Solo estoy bromeando", dijo riéndose y saliendo de la piscina.
Se estaba yendo pero se dio vuelta para decirme: "La semana que viene cumplo los 18". Se da vuelta y sigue caminando.
Me quedé pensando todo el día en esa escena. Por la noche, ya en la cama, abracé a Ana e intenté acariciarle los pechos, pero inmediatamente me detuvo y me pidió que aguantaramos dos semanas más, que ya nos mudaríamos. Me quedé con mi pene erecto hasta que se bajó y finalmente dormí.
El resto de esa semana fue observar a mi cuñadita pasearse en tanga por toda la casa, ya que había perdido todo el pudor que le provocaba mi presencia durante los primeros días.
Ella se daba cuenta de que la observaba, pero no decía nada.
Días antes de su cumpleaños, quedamos solos Dani y yo en el living. Ella había estado en la pileta y aún seguía con su bikini. Estábamos sentados en el sofá grande de la casa. Cada uno haciendo algo distinto. Yo estaba con mi teléfono y ella estaba pintándose las uñas.
De repente me pide que por favor le desajuste un poco la parte superior de la bikini porque le quedó muy apretada y no se le había secado la pintura aún.
Obviamente acepté y lo hice de inmediato. Le pregunté si así estaba bien y me contestó que si. Me contó que estaba con la regla y que se le suelen hinchar bastante los pechos y que los top le ajustan mucho.
Yo: "Entonces ya sé que te voy a regalar para tu cumpleaños"
Dani: "En serio? Ay, gracias, qué lindo que sos", me dijo dándome un abrazo
Yo: "Decime qué talle tengo que comprar, así no lo tenés que cambiar después".
Dani: "Soy un talle más que Ana y casi que se me hinchan un talle más ¿no las ves más grandes?", pregunta agarrándose las tetas.
Yo: "Si, puede ser.." la escena me estaba calentando bastante y comencé a tener una erección
Dani: "Vamos!! Si me doy cuenta que me miras con ganas, que no te diga nada no quiere decir que no te vea.."
Yo: "Bueno, si, tenés un cuerpo increíble, sería un hipócrita si no lo admitiera."
Dani: "Parece que alguien quiere un regalito también", dijo riéndo. Se acercó a mí una vez más, me acarició la entrepierna y continuó: "Dentro de tres días vemos qué podemos hacer". Se levantó y se fue a su cuarto caminando de forma sensual.
Me quedé perplejo con su actitud. Mi pene me explotaba dentro del pantalón.
Llegó el día de su cumpleaños y la familia había organizado un almuerzo y luego se iba a hacer una fiesta en la pileta con sus amigos.
Luego del almuerzo, fui hasta la habitación de Dani y le dejé en la cama tres top de distintos colores y un cartel de "Feliz cumpleaños".
Empezaron a llegar los chicos y de a poco se fue armando la fiesta en la pileta de la casa.
Yo salí un rato a tomar una cerveza y ver un poco el ambiente. Ana se había ido a buscar más bebidas con sus padres.
De repente, Dani me hizo seña desde la puerta para que la acompañe adentro un momento. Me lleva hacia su habitación y me da un abrazo de agradecimiento por el regalo.
Dani: "Gracias Adri, me encantan! los voy a usar siempre... es más, ahora mismo me voy a poner uno, aún estoy un poco hinchada. ¿Me lo querés poner?".
Yo, estupefacto, acepté inmediatamente. Ella se puso de espalda y le desaté el cordón del traje de baño. Dani sostenía la parte de adelante con una mano para que no se le cayera mientras me pasaba uno de los que le había regalado. Cuando estoy por ponerle el nuevo, ella suelta el anterior y queda con sus tetas desnudas. Me agarró las manos, me las puso sobre sus pezones y me preguntó "¿Ves que todavía están hinchadas?".
Estaba desbordando de lujuria, no podía creer lo que estaba pasando. Suavemente comencé a acariciarle las tetas mientras apoyaba mi pene erecto entre sus nalgas."Qué lindas se te ponen", le contesté casi sin aliento.
Quise avanzar un poco más. Le comencé a besar el cuello mientras escuchaba que su respiración se volvía más intensa. Sus nalgas aplastaban mi pene que estaba dolorosamente duro en ese momento. Pero todo se vino abajo cuando escuchamos que una amiga entró a la casa a buscarla.
Rápidamente se puso el top que le había regalado y salió de la habitación. Yo esperé que no haya nadie en la casa para que no me vieran salir de la habitación.
No nos vimos en toda la noche. Yo me quedé haciendo cosas para el trabajo mientras la fiesta transcurría afuera. La imagen de la habitación pasaba una y otra vez por mi cabeza y cada vez me provocaba una exitación tremenda.
Obviamente quise tener sexo esa noche con Ana pero obviamenteme rechazó.
Durante unos días prácticamente no nos dirigimos la palabra con Dani, de ambas partes había una culpa enorme, pero luego se fue disipando y comenzamos a acercarnos gradualmente e incluso a veces buscábamos el roce cuando nos cruzábamos.
Finalmente teníamos la fecha de mudanza a nuestro próximo hogar. Sólo faltaban 4 días. Ya teníamos casi todo listo, sólo faltaban algunos detalles.
Uno de los últimos días que estuvimos allí, hacía muchísimo calor. Decidí meterme en la pileta un rato para refrescarme. Cuando de repente vino Dani y acostó en la reposera a tomar sol. Primero estaba de espalda, desató los cordones del top para que no le queden marcas luego. Yo miraba atento desde el agua. Después de un rato se dio vuelta y quedó con las tetas a la vista. Instantáneamente se me vinieron las imágenes del día de su cumpleaños y en pocos segundos estaba con el pene duro.
No quise decirle nada, me quedé en silencio contemplándola.
Luego de un tiempo considerable, se acercó a la orilla de la pileta y se quedó sentada con los pies en el agua. No volvió a ponerse su top.
Dani: "En unos días te vas cuñadito.. y no retomamos lo que pasó en mi cuarto. No dejé de pensar en eso todo este tiempo".
Yo: "Me pasó exactamente lo mismo.. nos vamos a quedar con las ganas".
Dani: "O podemos aprovechar ahora, que no hay nadie y te hago el regalo de despedida, qué te parece?".
Yo: "Me encanta que vayas al grano directamente".
Inmediatamente salí de la pileta y me dirigí a ella directamente para besarla.
Aproveché para meter mi mano por cada rincón de su cuerpo y mientras entrelazábamos nuestras lenguas, nos metíamos a la casa para ir a su habitación.
Una vez allí, ella me desnudó y yo no hice más que desatar el diminuto cordón de su tanga, quedando completamente desnuda.
La recosté sobre su cama y comencé a recorrer su cuerpo con mis besos. Me quedé en sus pechos, pasando mi lengua por sus pezones, mordiéndolos apenas. Luego seguí bajando hasta su vagina, Íntegramente depilada, jugosa y suave a la que no me pude resistir. La chupé con un placer inmenso y me volvía loco cómo gemía y hundía mi cabeza en su vulva, que empezaba a despedir fluidos. No me detuve hasta que tuvo un fuerte orgasmo y fue ahí que me dijo que no había demasiado tiempo y me pidió que la penetre de inmediato. Rápidamente se puso en cuatro y me dijo que así iba a acabar más rápido. Tenía razón, con la exitación que tenía y ver su cuerpo desnudo delante mío, duré muy poco. Agarré su cintura, se la metí de una vez y comencé a moverme con fuerza. En unos pocos minutos le llené de semen la vagina. Había estado sin tener sexo casi un mes. Le pregunté si tomaba pastillas y me respondió que no, pero que no me preocupe, que iba a tomar la del "día después".
Luego de ese día no tuvimos más tiempo solos. Por ende no volvimos a coger.
Luego de la mudanza, pasaron varios meses y en el afán de recuperar el tiempo perdido con Ana, quedó embarazada. Fue todo alegría en la familia. Luego de la noticia me escribió Dani y me dijo "Felicidades cuñadito.. y pensar que yo podría haber sido la primera en llevar un hijo tuyo.."
En poco tiempo se me vencía el contrato de alquiler y tenía la posibilidad de seguir viviendo en ese departamento o bien, buscar otro.
Le propuse a Ana que alquilemos algo más grande para mudarnos juntos. Ella, después de pensarlo bien, aceptó.
Nos dedicamos a buscar las mejores opciones pero se nos iba de presupuesto. Realmente era frustrante. Sin embargo, no bajamos los brazos, pero se me acercaba la hora de dejar el departamento.
Finalmente encontramos uno que se adaptaba a lo que estábamos buscando. El problema era que no se desocupaba hasta dentro de un mes.
Por no dejar pasar esa oportunidad, Ana me planteó reservarlo y que me quede en su casa (aunque estemos apretados por un tiempo) hasta que nos podamos mudar.
Como no habían demasiadas opciones, acepté de inmediato.
Había ido muy pocas veces a esa casa y nunca me había quedado a dormir. Ella venía a mi departamento todos los fines de semana. Allí podíamos coger tranquilamente, las veces que quisiéramos. Sexualmente éramos muy activos y a veces no salíamos en ningún momento del departamento. Sólo para comprar comida o preservativos. Realmente nos sacábamos las ganas todos los fines de semana.
Pero esta forma de relacionarnos se vio pausada ese mes que estuvimos en su casa.
En el cuarto de al lado, dormía su hermana, Dani, que tenía 17 años. La "mimada" de la familia por ser la menor.
Por lo que me contaba Ana, ella sí llevaba a su novio a la casa y de hecho se quedaba a dormir. Sus padres nunca le dijeron nada, pero a Ana, que tiene 26 años, se lo prohibieron siempre. Debido a la situación emergente, aceptaron que yo me quede allí, ya que iba a ser por poco tiempo.
Su hermana había roto con su novio y estaba algo deprimida, pero no era la primera vez que le pasaba con este chico, así que pronto se volvería a arreglar con él.
Mi relación con sus padres iba muy bien. Me trataban como a uno más de la familia y eso hacía que la estadía fuera muy agradable.
Con Dani no tuve mucho contacto los primeros días. Se la pasaba encerrada en su habitación y sólo aparecía para comer. Siempre en pijama y despeinada.
Con Ana estábamos concentrados en el papeleo de nuestro próximo hogar. Y de sexo nada, obviamente.
A medida que pasaban los días Dani empezó a salir más de su cuarto, de hecho, se quedaba charlando un poco conmigo en el living. Se veía que estaba mucho mejor de ánimo.
Empezó a salir con sus amigas, se vestía mucho mejor y cada vez lucía más su cuerpo, que era increíblemente bello.
Estábamos en verano, así que no faltaba oportunidad de verla en traje de baño al lado de la pileta tomando sol. No sé si era la falta de sexo con Ana o qué, pero la empecé a desear cada vez más. Claramente no podía hacer nada más que apreciar su belleza.
Un día estaba sentado con mi teléfono en el borde de la pileta mojando mis pies, cuando de repente se apareció sigilosamente me empujó al agua. Cuando me recuperé le dije:
Yo: "Qué hacés Dani?? Se me mojó el teléfono, capaz que no enciende más.. estás loca?"
Dani: "Quedate tranquilo Adri (me llamo Adrian, por cierto), si va a encender! Igual ya es hora que lo cambies", me dijo entre carcajadas.
Yo: "En serio, no me hace gracia! No estoy para gastos extras en este momento. Vos tenés a tus papás que te compran todo, pero a mí me cuesta mucho tener las cosas".
Dani: "Bueno, perdoname, solo fue una broma".
Se metió al agua e hizo un gesto de frío.
Dani: "Está fría el agua", dijo abrazándose y acercándose a mí.
Inevitablemente noté sus pezones erguidos y afirmé en silencio lo que ella había dicho sólo moviendo la cabeza.
No se percató de mi indiscreción y agarró mi teléfono para comprobar si funcionaba y efectivamente se había salvado.
Dani: "Uff, menos mal! Ya me imaginaba trabajando como prostituta para pagarte el maldito celular", dijo riéndose con alivio.
Yo: "Te salvaste.., dije siguiéndole la corriente, igual está todo bien, no haría falta.."
Dani: "Y si fueras mi único cliente ¿Cuántas cuotas serían?", seguía con el juego
Yo: "No lo sé, igualmente iría preso, sos menor de edad..."
Dani: "Si es cierto! Igual ¿por qué terminamos hablando de esto, si no está roto el teléfono?, dijo riéndose una vez más mientras me lo devolvía.
Yo: "¿O sea que así pagas tus cosas?"
Dani: "Nooo! Solo estoy bromeando", dijo riéndose y saliendo de la piscina.
Se estaba yendo pero se dio vuelta para decirme: "La semana que viene cumplo los 18". Se da vuelta y sigue caminando.
Me quedé pensando todo el día en esa escena. Por la noche, ya en la cama, abracé a Ana e intenté acariciarle los pechos, pero inmediatamente me detuvo y me pidió que aguantaramos dos semanas más, que ya nos mudaríamos. Me quedé con mi pene erecto hasta que se bajó y finalmente dormí.
El resto de esa semana fue observar a mi cuñadita pasearse en tanga por toda la casa, ya que había perdido todo el pudor que le provocaba mi presencia durante los primeros días.
Ella se daba cuenta de que la observaba, pero no decía nada.
Días antes de su cumpleaños, quedamos solos Dani y yo en el living. Ella había estado en la pileta y aún seguía con su bikini. Estábamos sentados en el sofá grande de la casa. Cada uno haciendo algo distinto. Yo estaba con mi teléfono y ella estaba pintándose las uñas.
De repente me pide que por favor le desajuste un poco la parte superior de la bikini porque le quedó muy apretada y no se le había secado la pintura aún.
Obviamente acepté y lo hice de inmediato. Le pregunté si así estaba bien y me contestó que si. Me contó que estaba con la regla y que se le suelen hinchar bastante los pechos y que los top le ajustan mucho.
Yo: "Entonces ya sé que te voy a regalar para tu cumpleaños"
Dani: "En serio? Ay, gracias, qué lindo que sos", me dijo dándome un abrazo
Yo: "Decime qué talle tengo que comprar, así no lo tenés que cambiar después".
Dani: "Soy un talle más que Ana y casi que se me hinchan un talle más ¿no las ves más grandes?", pregunta agarrándose las tetas.
Yo: "Si, puede ser.." la escena me estaba calentando bastante y comencé a tener una erección
Dani: "Vamos!! Si me doy cuenta que me miras con ganas, que no te diga nada no quiere decir que no te vea.."
Yo: "Bueno, si, tenés un cuerpo increíble, sería un hipócrita si no lo admitiera."
Dani: "Parece que alguien quiere un regalito también", dijo riéndo. Se acercó a mí una vez más, me acarició la entrepierna y continuó: "Dentro de tres días vemos qué podemos hacer". Se levantó y se fue a su cuarto caminando de forma sensual.
Me quedé perplejo con su actitud. Mi pene me explotaba dentro del pantalón.
Llegó el día de su cumpleaños y la familia había organizado un almuerzo y luego se iba a hacer una fiesta en la pileta con sus amigos.
Luego del almuerzo, fui hasta la habitación de Dani y le dejé en la cama tres top de distintos colores y un cartel de "Feliz cumpleaños".
Empezaron a llegar los chicos y de a poco se fue armando la fiesta en la pileta de la casa.
Yo salí un rato a tomar una cerveza y ver un poco el ambiente. Ana se había ido a buscar más bebidas con sus padres.
De repente, Dani me hizo seña desde la puerta para que la acompañe adentro un momento. Me lleva hacia su habitación y me da un abrazo de agradecimiento por el regalo.
Dani: "Gracias Adri, me encantan! los voy a usar siempre... es más, ahora mismo me voy a poner uno, aún estoy un poco hinchada. ¿Me lo querés poner?".
Yo, estupefacto, acepté inmediatamente. Ella se puso de espalda y le desaté el cordón del traje de baño. Dani sostenía la parte de adelante con una mano para que no se le cayera mientras me pasaba uno de los que le había regalado. Cuando estoy por ponerle el nuevo, ella suelta el anterior y queda con sus tetas desnudas. Me agarró las manos, me las puso sobre sus pezones y me preguntó "¿Ves que todavía están hinchadas?".
Estaba desbordando de lujuria, no podía creer lo que estaba pasando. Suavemente comencé a acariciarle las tetas mientras apoyaba mi pene erecto entre sus nalgas."Qué lindas se te ponen", le contesté casi sin aliento.
Quise avanzar un poco más. Le comencé a besar el cuello mientras escuchaba que su respiración se volvía más intensa. Sus nalgas aplastaban mi pene que estaba dolorosamente duro en ese momento. Pero todo se vino abajo cuando escuchamos que una amiga entró a la casa a buscarla.
Rápidamente se puso el top que le había regalado y salió de la habitación. Yo esperé que no haya nadie en la casa para que no me vieran salir de la habitación.
No nos vimos en toda la noche. Yo me quedé haciendo cosas para el trabajo mientras la fiesta transcurría afuera. La imagen de la habitación pasaba una y otra vez por mi cabeza y cada vez me provocaba una exitación tremenda.
Obviamente quise tener sexo esa noche con Ana pero obviamenteme rechazó.
Durante unos días prácticamente no nos dirigimos la palabra con Dani, de ambas partes había una culpa enorme, pero luego se fue disipando y comenzamos a acercarnos gradualmente e incluso a veces buscábamos el roce cuando nos cruzábamos.
Finalmente teníamos la fecha de mudanza a nuestro próximo hogar. Sólo faltaban 4 días. Ya teníamos casi todo listo, sólo faltaban algunos detalles.
Uno de los últimos días que estuvimos allí, hacía muchísimo calor. Decidí meterme en la pileta un rato para refrescarme. Cuando de repente vino Dani y acostó en la reposera a tomar sol. Primero estaba de espalda, desató los cordones del top para que no le queden marcas luego. Yo miraba atento desde el agua. Después de un rato se dio vuelta y quedó con las tetas a la vista. Instantáneamente se me vinieron las imágenes del día de su cumpleaños y en pocos segundos estaba con el pene duro.
No quise decirle nada, me quedé en silencio contemplándola.
Luego de un tiempo considerable, se acercó a la orilla de la pileta y se quedó sentada con los pies en el agua. No volvió a ponerse su top.
Dani: "En unos días te vas cuñadito.. y no retomamos lo que pasó en mi cuarto. No dejé de pensar en eso todo este tiempo".
Yo: "Me pasó exactamente lo mismo.. nos vamos a quedar con las ganas".
Dani: "O podemos aprovechar ahora, que no hay nadie y te hago el regalo de despedida, qué te parece?".
Yo: "Me encanta que vayas al grano directamente".
Inmediatamente salí de la pileta y me dirigí a ella directamente para besarla.
Aproveché para meter mi mano por cada rincón de su cuerpo y mientras entrelazábamos nuestras lenguas, nos metíamos a la casa para ir a su habitación.
Una vez allí, ella me desnudó y yo no hice más que desatar el diminuto cordón de su tanga, quedando completamente desnuda.
La recosté sobre su cama y comencé a recorrer su cuerpo con mis besos. Me quedé en sus pechos, pasando mi lengua por sus pezones, mordiéndolos apenas. Luego seguí bajando hasta su vagina, Íntegramente depilada, jugosa y suave a la que no me pude resistir. La chupé con un placer inmenso y me volvía loco cómo gemía y hundía mi cabeza en su vulva, que empezaba a despedir fluidos. No me detuve hasta que tuvo un fuerte orgasmo y fue ahí que me dijo que no había demasiado tiempo y me pidió que la penetre de inmediato. Rápidamente se puso en cuatro y me dijo que así iba a acabar más rápido. Tenía razón, con la exitación que tenía y ver su cuerpo desnudo delante mío, duré muy poco. Agarré su cintura, se la metí de una vez y comencé a moverme con fuerza. En unos pocos minutos le llené de semen la vagina. Había estado sin tener sexo casi un mes. Le pregunté si tomaba pastillas y me respondió que no, pero que no me preocupe, que iba a tomar la del "día después".
Luego de ese día no tuvimos más tiempo solos. Por ende no volvimos a coger.
Luego de la mudanza, pasaron varios meses y en el afán de recuperar el tiempo perdido con Ana, quedó embarazada. Fue todo alegría en la familia. Luego de la noticia me escribió Dani y me dijo "Felicidades cuñadito.. y pensar que yo podría haber sido la primera en llevar un hijo tuyo.."
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