Para recibir la primavera, arreglé con mis amigas para salir a tomar algo a un bar cerca de casa. Era un lugar bastante tranquilo, no había mucha gente, y por eso lo elegimos para chusmear un rato. A último momento Valeria no pudo ir, así que quedamos Agustina y yo solas.
El bar era cerca de mi casa, llegué primera y me senté en una mesa esperando a mi amiga. Cuando llegó, Agus me dio un beso muy cerca de la boca, haciendo que mi piel se erizara por completo (como siempre me pasa con ella). Yo sostuve mi cara pegada a la suya un segundo hasta que ella se separó y se sentó frente a mi.
Después de un rato de hablar, Agus me dice "los pibes de aquella mesa están mirando", refiriéndose a una mesa de 3 flacos a unos metros de nosotras. Si bien no buscábamos nada, nos picó el bichito de la adolescencia cuando disfrutábamos calentar pijas "porque si". Seguimos charlando como si nada, hasta que Agus decide sacarse el buzo que traía dejando ver la remera ajustada al cuerpo que tenía puesta. Encima, el corpiño con pushup hacía que las tetas se le marquen paradas y firmes sobre la ropa.
Mientras ella mostraba sus pechos, yo me tiré hacia atrás y empecé a jugar con el pelo acomodándolo para atarme una cola de caballo encima de la nuca, también sacando pecho, haciendo que se levante un poco la remera mostrando la panza. Empezaba el show. En la mesa de los chicos había uno de frente y dos de espaldas a nosotras. Descaradamente, los dos de espaldas se giraban sin disimulo para mirarnos.
"Voy al baño" le dije a Agus guiñándole el ojo. Les desfilé por adelante de la mesa moviendo las caderas y dejando que el pelo pendulara sobre mi espalda. El que estaba de frente me observaba acercarme, y pude sentir como me violaban con la mirada cuando pasé de largo frente a ellos.
Después de un rato, decidimos irnos dispuestas a pasar las dos por adelante de la mesa de los pibes. Pero más allá de menearles el culo, les regalamos algo que seguramente servirá para alimentar fantasías. Nos agarramos de la mano, entrelazando nuestros dedos (onda parejita) y salimos caminando.
El que nos veía de frente abrió los ojos como platos y por lo bajo les dijo algo a sus amigos. Cuando pasamos la puerta, nos abrazamos. Ella pasó su mano por mi hombro y yo la agarré de la cintura pegando nuestros cuerpos. Nos frenamos para cruzar la calle, y les dimos la estocada final. "Están mirando?", preguntó Agus. Giré la cabeza mirando para dentro del bar, y efectivamente, estaban los 3 colgados de la silla mirándonos. "Si" le respondí, y sin darme tiempo a nada, mi amiga me agarró la cara y me dio un beso en la boca.
Tomamos un taxi muriéndonos de la risa, aunque a mi me había subido la temperatura a mil. Yo iba de Lucas, y ella se bajaba en su casa. Cuando me saludó, me volvió a dar un piquito, ahora ante la mirada del taxista. Llegué al departamento de Lucas hecha un fuego. Ya en el ascensor me apoyé contra el rincón metiendo mi mano por debajo de la ropa acariciándome desde la panza hasta las tetas. Sentía mi concha explotar.
Cuando entré, mi chico estaba tranquilo mirando una película. "Pensé que ibas a venir más tarde", me dijo pero yo no tenía ganas de hablar. Me tiré encima y mientras lo besaba metí la mano en su verga. "Mañana la terminas de ver", le dije apagando el tele y él obediente se levantó del sillón arrastrándome a los besos hasta la cama.
Así como veníamos enredados, caímos sobre el colchón sin dejar de besarnos mientras torpemente nos íbamos desvistiendo. "Mi amor, que pasó que volviste tan caliente?", me preguntaba Lucas sorprendido. Yo no podía ni hablar. Lo tiré en la cama y empecé a chuparle la verga desesperada. Él me agarraba del pelo y acompañaba mis movimientos. No me importaba que me clavara la pija tan profundo hasta darme arcadas y tener que sacarla para toser. Dejaba caer saliva sobre el tronco de la pija, la lubricaba con la mano y volvía a la carga.
Me subí encima y me senté en la verga. Lo abracé de los hombros mientras subía y bajaba mis caderas sobre el tronco que estaba ya empapado de mis jugos. Lucas me agarraba fuerte del culo, yo gemía suave en su oído. En un momento que me frené, porque no daban más mis piernas, el se agarró fuerte de mis caderas y empezó a levantarse a toda velocidad. "Si si si si si!" gritaba yo desencajada ante la garchada de mi amante. Cuando se frenó, me tumbó sobre la cama, boca arriba. Se tiró encima apuntando la pija en mi concha para seguir taladrándome sin piedad.
Me dio de todas las formas. Tirado encima mío, con las piernas levantadas sobre sus hombros, piernas cerradas de costado... Volvió a tirarse encima. Yo lo abracé de la cintura y empezamos a besarnos apasionadamente. Su lengua luchaba contra la mía intentando entrar en mi boca. Bajé mis manos agarrándolo de la cola para empujarlo más fuerte dentro mío.
De a poco, mis manos empezaron a rozar más su cola llegando a su ano. Cuando sintió mis dedos, él bajó un poco el ritmo del garche. "Me re calienta como se te endurece la pija cuando paso la mano por acá", le dije sin dejar de rozar mis dedos contra su ano.
En efecto, cada vez que lo tocaba, su verga se endurecía y explotaba. "Juli me vas hacer acabar así" me dijo con claros signos que estaba esforzándose para no inundar mi concha de leche. Lo saqué de encima, acostándolo al lado boca arriba. Me acomodé entre sus piernas, para empezar a chuparle la pija.
Abrí bien sus piernas y comencé con la lengua desde los huevos hasta la punta. Volvía a bajar, dejando un rastro de saliva por el tronco, pero esa noche empecé a animarme a ir más abajo. Cada vez que bajaba, su verga saltaba y se endurecía más. Volví a subir, mirando su cara de placer antes de enterrarme lo que podía en la boca.
Seguí bajando, y él mismo se acomodaba para que mi lengua fuera más allá. Nunca me había animado a ir hasta "ahí", pero ese día estaba tan sacada, tan caliente... que no me importaba nada. Levanté un poco más sus piernas y dejé caer la lengua hasta el ano de mi chico. Un pequeño roce, y la pija se endurecía.
Con muchas dudas, por ser la primera vez, empecé a lamerlo cada vez con más intensidad. Las caras y los gemidos de él me incentivaban a seguir. Volví a subir y me clavé la pija en la boca. Sin sacar la verga de mi garganta, me acomodé de costado. Agarré el tronco de la base, mi boca casi llegaba a la mitad de los casi 22 cm de verga de Lucas. Los dedos los movía despacito abajo de las bolas.
La misma saliva que iba largando mi boca, ayudaba a que se resbalaran más abajo. Hasta que toqué con los dedos el ano. La pija de Lucas pegó un salto en mi garganta haciéndome ahogar. La saqué para recuperar el aire, y aproveché a mojarme el dedo. Lucas me miraba sonriendo, ya sabía lo que se venía y no tenía pensado frenarme.
Lo miré desafiante, buscando su aprobación. "Solo la puntita", me dijo. Con una sonrisa en mi rostro, volví a meterme el tronco en la boca, y llevé mi mano derecho a la cola de mi chico. Primero rocé la entrada con la yema del dedo medio, hasta que sentí que estaba bien lubricada y empujé. Levanté la vista para ver la cara de paz y felicidad que tenía Lucas, mientras mi dedo lo penetraba y mi boca se comía su verga. No llegué a meter ni la mitad del dedo, pero la pija de Lucas explotaba.
"Ahi viene", me dijo él (sabe que no me gusta en la boca... así que siempre avisa). Con la calentura que tenía, me hubiese tragado toda la leche, pero quería ver como saltaba. Saqué mi boca, lo seguí pajeando sin dejar de mover el dedo en el culo hasta que acabó. Largó una cantidad de leche y con una fuerza que pocas veces se la había visto.
Además de contorsionar todo su cuerpo temblando mientras de su verga no dejaba de brotar semen a chorros. Yo no podía ocultar mi cara de felicidad. Cuando dejó de convulsionar, solté la pija sobre el charco de leche en su panza, y saqué despacio el dedo de su cola. Cuando salió, la pija volvió a pegar un salto.
Nos besamos un rato largo sin decir nada. Me acomodó boca arriba y sin dejar de comerme la boca, empezó a pajearme. Abrí mis piernas y dejé que ahora sus dedos me dieron placer a mi. No hizo falta mucho para hacerme acabar. Lo apreté fuerte contra mi cara, ahogando mis gritos en su boca.
Cuando me calmé, recién ahí me di cuenta de lo que había hecho. No lo podía creer. Nunca me había animado a tanto. Repasar toda la secuencia me puso a mil de nuevo. "Quiero coger... cogeme cogeme" le dije otra vez desesperada. Violentamente me puso en 4. Su pija estaba dura de nuevo. Primero me chupó la concha agarrándose con fuerza de mis nalgas. Luego, me la enterró despacio hasta que su cuerpo chocó contra mi cola.
La garchada animal que vino después es difícil de explicar. Se agarraba de mi pelo y me empujaba con fuerza hacia él. Luego, me apretaba de las caderas dejándome firme mientras él metía y sacaba la poronga sin piedad. Tanta fuerza hizo que mis brazos no aguantaran y caí a la cama. Él se tiró conmigo dejándose caer encima, sin detener los bombeos.
Se levantaba y se dejaba caer con todo el peso de su cuerpo sobre mi. Su poronga me estaba destruyendo pero era lo que estaba necesitando. Cuando empezó a doler le puse la mano en la panza para frenarlo.
Nos acomodamos en cucharita, con solo la mitad de la verga enterrada me volvía loca. En esa posición me gusta moverme a mi, y controlar cuanto entra. Empecé a mover mis caderas penetrando solo la punta de la pija mientras él me pajeaba.
- Qué pasó que volviste tan caliente, nena? - volvió a preguntarme.
- En serio querés saber?? - le respondí entre gemidos gracias a sus dedos.
- Dale... contame
- No es lo que pensás...- sabía que él esperaba que le dijera que había hecho algo con Agus... bueno, algo hicimos, pero no lo que él pensaba. Por un instante dudé si contarle o no... pero estaba tan volada de la calentura que me había generado lo que hicimos, que no me importó nada.
- En la mesa de en frente de nosotras había unos pibes... nos miraban... Y cuando nos fuimos salimos de la mano, onda novias... y afuera frente a la ventana que ellos miraban nos dimos unos besos... - mientras relataba, la verga de Lucas se ponía más gorda y él aceleraba la paja.
- No pueden más de putas las dos... Sabés que ahora se deben estar re pajeando por culpa de ustedes esos chabones?
- Ay siiii - grité a punto de explotar. Me enterré más la pija y acabé mordiendo la almohada.
El tronco de Lucas salió todo mojado. Con dificultad me puse boca arriba. Mi concha estaba abierta y destrozada por la poronga gorda y larga de mi amante. Lucas se acomodó entre mis piernas para seguir bombeándome. Miré la pija erecta, inmensa queriendo entrar en mi nuevamente. "Despacio" llegué a susurrar mientras la punta de la verga volvía a penetrarme.
Con delicadeza, fue entrando todo el tronco. Se tiró encima mío pero ahora con movimientos mucho más controlados. Y volvimos al principio. Él cogiéndome suave, yo abrazándolo de la cintura. Los movimientos de sus caderas me provocaban... hacerlo de nuevo.
Mis manos bajaron otra vez a su cola, buscando mi nuevo descubrimiento. Cuando noté su cara de placer al sentirme, llevé mis dedos a la boca para lubricarlos.
- Otra vez?
- No te veo poner mucha resistencia... - le contesté mientras el dedo ya descaradamente empezaba a penetrarlo
- Me volvés loco pendeja... loco - decía él sin poder aguantar los gemidos de placer mientras mi dedo se enterraba en el culo. La pija en mi concha temblaba.
- Llename de leche... acabame adentro - le susurraba en el oído.
Desesperado, aceleró el ritmo de las embestidas y yo movía más fuerte mi dedo. Lucas clavó su verga al fondo de mi concha y yo le metí el dedo mucho más que antes. Cuando su verga dejó de escupir leche en mi cuerpo, lo solté. Él se tiró a mi lado y nos quedamos casi dormidos un rato.
Me desperté con la pija de él apoyada en mi cola, haciendo cucharita. Empecé a moverme. Primero se despertó la verga, y luego Lucas. Me abrazó mientras acomodaba la pija rozando la entrada de mi concha. Otra vez, me hizo una paja pero esta vez sin penetrarme. Una mano me pajeaba y la otra amasaba mis tetas. Me acosté boca abajo, mientras él pasaba su mano siguiendo las curvas que hacían mi espalda, mi cola y mis piernas.
"No hagas eso... me provoca" le dije... con la clara intención de que siguiera. "Qué te provoca", me preguntó desafiante. "Y... quiero seguir cogiendo... pero la concha no me da más", le contesté y fue la señal que esperaba. Se tiró entre mis piernas abriendo mis nalgas y enterrando su lengua en mi colita. "Ay siii.. eso". Mi cola terminó toda escupida y abierta por sus dedos. Me acomodé en 4 arqueando la cintura con el cuerpo sobre la cama, con el culo apuntando al techo, regalado para él.
- Solo la puntita... - le dije, imitando lo que me había pedido él.
- Pero esta cola pide más, Julieta... - me dijo mientras me pegaba un chirlo
- Bueno, es lo mismo que pediste vos... y no vas a comparar un dedito con el matafuego ese que tenés vos.- La pija de Lucas jugaba en la entrada de mi ano.
- Querés la puntita... te doy la puntita - respondió clavando la cabeza de la verga. Se empezó a mover despacio, penetrando un poco.
- Ay siii
- Querés más? - me decía con unas ganas de detonarme el orto terrible.
- Noooo la puntita... es muy grande - decía simulando un pequeño llantito.
Siguió jugando en la entrada de mi cola, hasta que no pude más. Sola me levanté y empujé mis caderas penetrando casi la mitad de la pija en mi.
- Viste, pendeja... no te bancas la puntita nomás, mirá como pide verga esta cola - decía totalmente agrandado el hijo de puta... Pero tenía razón. Me encantaba sentir su pija abrirme toda. Empecé a moverme yo clavando cada vez más carne. "Dale...dale... dale dale daledaledaledale" gritaba yo mientras él aceleraba el ritmo de la culeada.
Me tenía agarrada fuerte de las nalgas acompañando las embestidas. "Ay si... ay si..." gritaba yo cada vez que sentía la punta de la pija en el fondo de mi cuerpo. "Basta... basta" me tiré rendida en la cama, totalmente garchada y culeada.
Lucas levantó mis caderas dejando mi cola más arriba. Me abrió las piernas y me chupó la concha hasta hacerme acabar. Yo ya ni podía moverme, dejaba que él hiciera lo que quisiera. Cuando dejé de gemir, luego de mi último orgasmo, solo atiné a decir un "no doy más...". Lucas también estaba exhausto, se acostó al lado mío con la verga aún enorme apoyada sobre su panza. Junté mis últimas fuerzas... no podía dejarlo así.
Me acosté a su lado y se la chupé hasta que acabó. "Ahi viene" exclamó para avisarme. Pero esta vez solo acomodé la cara para recibir toda la descarga en mi boca. Succioné la pija hasta que la última gota de leche salió de ella. Lo mínimo que podía hacer después de la terrible garchada que me había pegado.
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El bar era cerca de mi casa, llegué primera y me senté en una mesa esperando a mi amiga. Cuando llegó, Agus me dio un beso muy cerca de la boca, haciendo que mi piel se erizara por completo (como siempre me pasa con ella). Yo sostuve mi cara pegada a la suya un segundo hasta que ella se separó y se sentó frente a mi.
Después de un rato de hablar, Agus me dice "los pibes de aquella mesa están mirando", refiriéndose a una mesa de 3 flacos a unos metros de nosotras. Si bien no buscábamos nada, nos picó el bichito de la adolescencia cuando disfrutábamos calentar pijas "porque si". Seguimos charlando como si nada, hasta que Agus decide sacarse el buzo que traía dejando ver la remera ajustada al cuerpo que tenía puesta. Encima, el corpiño con pushup hacía que las tetas se le marquen paradas y firmes sobre la ropa.
Mientras ella mostraba sus pechos, yo me tiré hacia atrás y empecé a jugar con el pelo acomodándolo para atarme una cola de caballo encima de la nuca, también sacando pecho, haciendo que se levante un poco la remera mostrando la panza. Empezaba el show. En la mesa de los chicos había uno de frente y dos de espaldas a nosotras. Descaradamente, los dos de espaldas se giraban sin disimulo para mirarnos.
"Voy al baño" le dije a Agus guiñándole el ojo. Les desfilé por adelante de la mesa moviendo las caderas y dejando que el pelo pendulara sobre mi espalda. El que estaba de frente me observaba acercarme, y pude sentir como me violaban con la mirada cuando pasé de largo frente a ellos.
Después de un rato, decidimos irnos dispuestas a pasar las dos por adelante de la mesa de los pibes. Pero más allá de menearles el culo, les regalamos algo que seguramente servirá para alimentar fantasías. Nos agarramos de la mano, entrelazando nuestros dedos (onda parejita) y salimos caminando.
El que nos veía de frente abrió los ojos como platos y por lo bajo les dijo algo a sus amigos. Cuando pasamos la puerta, nos abrazamos. Ella pasó su mano por mi hombro y yo la agarré de la cintura pegando nuestros cuerpos. Nos frenamos para cruzar la calle, y les dimos la estocada final. "Están mirando?", preguntó Agus. Giré la cabeza mirando para dentro del bar, y efectivamente, estaban los 3 colgados de la silla mirándonos. "Si" le respondí, y sin darme tiempo a nada, mi amiga me agarró la cara y me dio un beso en la boca.
Tomamos un taxi muriéndonos de la risa, aunque a mi me había subido la temperatura a mil. Yo iba de Lucas, y ella se bajaba en su casa. Cuando me saludó, me volvió a dar un piquito, ahora ante la mirada del taxista. Llegué al departamento de Lucas hecha un fuego. Ya en el ascensor me apoyé contra el rincón metiendo mi mano por debajo de la ropa acariciándome desde la panza hasta las tetas. Sentía mi concha explotar.
Cuando entré, mi chico estaba tranquilo mirando una película. "Pensé que ibas a venir más tarde", me dijo pero yo no tenía ganas de hablar. Me tiré encima y mientras lo besaba metí la mano en su verga. "Mañana la terminas de ver", le dije apagando el tele y él obediente se levantó del sillón arrastrándome a los besos hasta la cama.
Así como veníamos enredados, caímos sobre el colchón sin dejar de besarnos mientras torpemente nos íbamos desvistiendo. "Mi amor, que pasó que volviste tan caliente?", me preguntaba Lucas sorprendido. Yo no podía ni hablar. Lo tiré en la cama y empecé a chuparle la verga desesperada. Él me agarraba del pelo y acompañaba mis movimientos. No me importaba que me clavara la pija tan profundo hasta darme arcadas y tener que sacarla para toser. Dejaba caer saliva sobre el tronco de la pija, la lubricaba con la mano y volvía a la carga.
Me subí encima y me senté en la verga. Lo abracé de los hombros mientras subía y bajaba mis caderas sobre el tronco que estaba ya empapado de mis jugos. Lucas me agarraba fuerte del culo, yo gemía suave en su oído. En un momento que me frené, porque no daban más mis piernas, el se agarró fuerte de mis caderas y empezó a levantarse a toda velocidad. "Si si si si si!" gritaba yo desencajada ante la garchada de mi amante. Cuando se frenó, me tumbó sobre la cama, boca arriba. Se tiró encima apuntando la pija en mi concha para seguir taladrándome sin piedad.
Me dio de todas las formas. Tirado encima mío, con las piernas levantadas sobre sus hombros, piernas cerradas de costado... Volvió a tirarse encima. Yo lo abracé de la cintura y empezamos a besarnos apasionadamente. Su lengua luchaba contra la mía intentando entrar en mi boca. Bajé mis manos agarrándolo de la cola para empujarlo más fuerte dentro mío.
De a poco, mis manos empezaron a rozar más su cola llegando a su ano. Cuando sintió mis dedos, él bajó un poco el ritmo del garche. "Me re calienta como se te endurece la pija cuando paso la mano por acá", le dije sin dejar de rozar mis dedos contra su ano.
En efecto, cada vez que lo tocaba, su verga se endurecía y explotaba. "Juli me vas hacer acabar así" me dijo con claros signos que estaba esforzándose para no inundar mi concha de leche. Lo saqué de encima, acostándolo al lado boca arriba. Me acomodé entre sus piernas, para empezar a chuparle la pija.
Abrí bien sus piernas y comencé con la lengua desde los huevos hasta la punta. Volvía a bajar, dejando un rastro de saliva por el tronco, pero esa noche empecé a animarme a ir más abajo. Cada vez que bajaba, su verga saltaba y se endurecía más. Volví a subir, mirando su cara de placer antes de enterrarme lo que podía en la boca.
Seguí bajando, y él mismo se acomodaba para que mi lengua fuera más allá. Nunca me había animado a ir hasta "ahí", pero ese día estaba tan sacada, tan caliente... que no me importaba nada. Levanté un poco más sus piernas y dejé caer la lengua hasta el ano de mi chico. Un pequeño roce, y la pija se endurecía.
Con muchas dudas, por ser la primera vez, empecé a lamerlo cada vez con más intensidad. Las caras y los gemidos de él me incentivaban a seguir. Volví a subir y me clavé la pija en la boca. Sin sacar la verga de mi garganta, me acomodé de costado. Agarré el tronco de la base, mi boca casi llegaba a la mitad de los casi 22 cm de verga de Lucas. Los dedos los movía despacito abajo de las bolas.
La misma saliva que iba largando mi boca, ayudaba a que se resbalaran más abajo. Hasta que toqué con los dedos el ano. La pija de Lucas pegó un salto en mi garganta haciéndome ahogar. La saqué para recuperar el aire, y aproveché a mojarme el dedo. Lucas me miraba sonriendo, ya sabía lo que se venía y no tenía pensado frenarme.
Lo miré desafiante, buscando su aprobación. "Solo la puntita", me dijo. Con una sonrisa en mi rostro, volví a meterme el tronco en la boca, y llevé mi mano derecho a la cola de mi chico. Primero rocé la entrada con la yema del dedo medio, hasta que sentí que estaba bien lubricada y empujé. Levanté la vista para ver la cara de paz y felicidad que tenía Lucas, mientras mi dedo lo penetraba y mi boca se comía su verga. No llegué a meter ni la mitad del dedo, pero la pija de Lucas explotaba.
"Ahi viene", me dijo él (sabe que no me gusta en la boca... así que siempre avisa). Con la calentura que tenía, me hubiese tragado toda la leche, pero quería ver como saltaba. Saqué mi boca, lo seguí pajeando sin dejar de mover el dedo en el culo hasta que acabó. Largó una cantidad de leche y con una fuerza que pocas veces se la había visto.
Además de contorsionar todo su cuerpo temblando mientras de su verga no dejaba de brotar semen a chorros. Yo no podía ocultar mi cara de felicidad. Cuando dejó de convulsionar, solté la pija sobre el charco de leche en su panza, y saqué despacio el dedo de su cola. Cuando salió, la pija volvió a pegar un salto.
Nos besamos un rato largo sin decir nada. Me acomodó boca arriba y sin dejar de comerme la boca, empezó a pajearme. Abrí mis piernas y dejé que ahora sus dedos me dieron placer a mi. No hizo falta mucho para hacerme acabar. Lo apreté fuerte contra mi cara, ahogando mis gritos en su boca.
Cuando me calmé, recién ahí me di cuenta de lo que había hecho. No lo podía creer. Nunca me había animado a tanto. Repasar toda la secuencia me puso a mil de nuevo. "Quiero coger... cogeme cogeme" le dije otra vez desesperada. Violentamente me puso en 4. Su pija estaba dura de nuevo. Primero me chupó la concha agarrándose con fuerza de mis nalgas. Luego, me la enterró despacio hasta que su cuerpo chocó contra mi cola.
La garchada animal que vino después es difícil de explicar. Se agarraba de mi pelo y me empujaba con fuerza hacia él. Luego, me apretaba de las caderas dejándome firme mientras él metía y sacaba la poronga sin piedad. Tanta fuerza hizo que mis brazos no aguantaran y caí a la cama. Él se tiró conmigo dejándose caer encima, sin detener los bombeos.
Se levantaba y se dejaba caer con todo el peso de su cuerpo sobre mi. Su poronga me estaba destruyendo pero era lo que estaba necesitando. Cuando empezó a doler le puse la mano en la panza para frenarlo.
Nos acomodamos en cucharita, con solo la mitad de la verga enterrada me volvía loca. En esa posición me gusta moverme a mi, y controlar cuanto entra. Empecé a mover mis caderas penetrando solo la punta de la pija mientras él me pajeaba.
- Qué pasó que volviste tan caliente, nena? - volvió a preguntarme.
- En serio querés saber?? - le respondí entre gemidos gracias a sus dedos.
- Dale... contame
- No es lo que pensás...- sabía que él esperaba que le dijera que había hecho algo con Agus... bueno, algo hicimos, pero no lo que él pensaba. Por un instante dudé si contarle o no... pero estaba tan volada de la calentura que me había generado lo que hicimos, que no me importó nada.
- En la mesa de en frente de nosotras había unos pibes... nos miraban... Y cuando nos fuimos salimos de la mano, onda novias... y afuera frente a la ventana que ellos miraban nos dimos unos besos... - mientras relataba, la verga de Lucas se ponía más gorda y él aceleraba la paja.
- No pueden más de putas las dos... Sabés que ahora se deben estar re pajeando por culpa de ustedes esos chabones?
- Ay siiii - grité a punto de explotar. Me enterré más la pija y acabé mordiendo la almohada.
El tronco de Lucas salió todo mojado. Con dificultad me puse boca arriba. Mi concha estaba abierta y destrozada por la poronga gorda y larga de mi amante. Lucas se acomodó entre mis piernas para seguir bombeándome. Miré la pija erecta, inmensa queriendo entrar en mi nuevamente. "Despacio" llegué a susurrar mientras la punta de la verga volvía a penetrarme.
Con delicadeza, fue entrando todo el tronco. Se tiró encima mío pero ahora con movimientos mucho más controlados. Y volvimos al principio. Él cogiéndome suave, yo abrazándolo de la cintura. Los movimientos de sus caderas me provocaban... hacerlo de nuevo.
Mis manos bajaron otra vez a su cola, buscando mi nuevo descubrimiento. Cuando noté su cara de placer al sentirme, llevé mis dedos a la boca para lubricarlos.
- Otra vez?
- No te veo poner mucha resistencia... - le contesté mientras el dedo ya descaradamente empezaba a penetrarlo
- Me volvés loco pendeja... loco - decía él sin poder aguantar los gemidos de placer mientras mi dedo se enterraba en el culo. La pija en mi concha temblaba.
- Llename de leche... acabame adentro - le susurraba en el oído.
Desesperado, aceleró el ritmo de las embestidas y yo movía más fuerte mi dedo. Lucas clavó su verga al fondo de mi concha y yo le metí el dedo mucho más que antes. Cuando su verga dejó de escupir leche en mi cuerpo, lo solté. Él se tiró a mi lado y nos quedamos casi dormidos un rato.
Me desperté con la pija de él apoyada en mi cola, haciendo cucharita. Empecé a moverme. Primero se despertó la verga, y luego Lucas. Me abrazó mientras acomodaba la pija rozando la entrada de mi concha. Otra vez, me hizo una paja pero esta vez sin penetrarme. Una mano me pajeaba y la otra amasaba mis tetas. Me acosté boca abajo, mientras él pasaba su mano siguiendo las curvas que hacían mi espalda, mi cola y mis piernas.
"No hagas eso... me provoca" le dije... con la clara intención de que siguiera. "Qué te provoca", me preguntó desafiante. "Y... quiero seguir cogiendo... pero la concha no me da más", le contesté y fue la señal que esperaba. Se tiró entre mis piernas abriendo mis nalgas y enterrando su lengua en mi colita. "Ay siii.. eso". Mi cola terminó toda escupida y abierta por sus dedos. Me acomodé en 4 arqueando la cintura con el cuerpo sobre la cama, con el culo apuntando al techo, regalado para él.
- Solo la puntita... - le dije, imitando lo que me había pedido él.
- Pero esta cola pide más, Julieta... - me dijo mientras me pegaba un chirlo
- Bueno, es lo mismo que pediste vos... y no vas a comparar un dedito con el matafuego ese que tenés vos.- La pija de Lucas jugaba en la entrada de mi ano.
- Querés la puntita... te doy la puntita - respondió clavando la cabeza de la verga. Se empezó a mover despacio, penetrando un poco.
- Ay siii
- Querés más? - me decía con unas ganas de detonarme el orto terrible.
- Noooo la puntita... es muy grande - decía simulando un pequeño llantito.
Siguió jugando en la entrada de mi cola, hasta que no pude más. Sola me levanté y empujé mis caderas penetrando casi la mitad de la pija en mi.
- Viste, pendeja... no te bancas la puntita nomás, mirá como pide verga esta cola - decía totalmente agrandado el hijo de puta... Pero tenía razón. Me encantaba sentir su pija abrirme toda. Empecé a moverme yo clavando cada vez más carne. "Dale...dale... dale dale daledaledaledale" gritaba yo mientras él aceleraba el ritmo de la culeada.
Me tenía agarrada fuerte de las nalgas acompañando las embestidas. "Ay si... ay si..." gritaba yo cada vez que sentía la punta de la pija en el fondo de mi cuerpo. "Basta... basta" me tiré rendida en la cama, totalmente garchada y culeada.
Lucas levantó mis caderas dejando mi cola más arriba. Me abrió las piernas y me chupó la concha hasta hacerme acabar. Yo ya ni podía moverme, dejaba que él hiciera lo que quisiera. Cuando dejé de gemir, luego de mi último orgasmo, solo atiné a decir un "no doy más...". Lucas también estaba exhausto, se acostó al lado mío con la verga aún enorme apoyada sobre su panza. Junté mis últimas fuerzas... no podía dejarlo así.
Me acosté a su lado y se la chupé hasta que acabó. "Ahi viene" exclamó para avisarme. Pero esta vez solo acomodé la cara para recibir toda la descarga en mi boca. Succioné la pija hasta que la última gota de leche salió de ella. Lo mínimo que podía hacer después de la terrible garchada que me había pegado.
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36 comentarios - Solo la puntita
gracias por comentar
jajjaja lo del bar estos chicos jajjajaj
bueno todo lo demas y dale con la puntita jejje
"vez solo acomodé la cara para recibir toda la descarga en mi boca. Succioné la pija hasta que la última gota de leche salió de ella" waaa q deli
Pero esta vez vos también metiste una flor en un jarrón y a vos solo te metieron el tallo de la flor en tu macetero 😜
gracias por comentar!!
gracias por comentar!
hace un tiempito subi una foto de como de dejó detonada la cola 😨
capaz algun dia de estos la subo de nuevo
gracias por comentar
Le hiciste lo que muchos llaman "la gran jara a cavani"
Por otro lado, todas piden "la puntita" pero terminan queriendo toda entera golosas 😂😅😆
Tome su 10 buena señora
obvio que si, la puntita es para jugar un ratito nomas 😉
a veces subo algun shout, de vez en cuando. hay que estar en el momento indicado nomas
Te mando un abrazo ahijada
Omar896
Un abrazo
pero si, se siente como se les pone mas durita con solo rozar la zona 😉