Como había quedado conRobertino, comencé el martes siguiente a nuestra vuelta del paseo por su campo,con los trámites para poder casarnos. Habíamos tomado la decisión de casarnospor el registro civil y más adelante, si todo estaba bien, por la Iglesia. Laidea era hacer el casamiento lo antes posible.
Lo segundo, que íbamos ahacer, alguna reunión o nada. Le pregunté a Robertino y me dijo, en principiopensé en que nos acompañaran los testigos y, si alguno de los dos quería, queviniera algún amigo o algo. Me dijo, no tengo parientes acá y quiero casarmeantes de que llegue mi padre que viene en Julio. Le pregunté por qué no queríacasarse después de que llegara su padre y me contestó que no quería, solo eso.Fue una respuesta bastante tajante y no quise preguntar más.
Con respecto a lostestigos, yo puse a Natalia, mi amiga, en cuya casa había conocido a Robertinoy a mi Madre.
El puso dos testigosamigos de él, Pablo, el hermano menor de Natalia (es ese el motivo que élestuviera en esa reunión) y Sergio, un amigo que yo no conocía.
Mi ida al registro civilfue bastante frustrante. Sólo había fecha para fines de Junio, o sea que,siendo fin de Enero, nos faltaban como cinco meses para casarme. Protesté y se medijo que podían hacer nada, que estaba todo ocupado. Casi me pongo a llorar yel señor que me atendía me pidió un teléfono y que me llamaría si había alguna cancelación.Mientras tanto quedó para el viernes 22 de junio. Dejé los nombres de lostestigos (uno de ellos estaba conmigo, Pablo me acompaño pues se necesita unpresencial). Pablo, el hermano de Natalia, que lo conozco desde siempre, es dosaños menor que yo (tenía 22 años, Natalia y yo teníamos 24) trabajaba paraRobertino. Era, y es aún, el que le hace tramites y se ocupa del abastecimientoal campo de alimentos y algunas cosas que necesitan, del pago de impuestos,etc. Era como un “ayuda para todo” de Robertino. Él lo quiere mucho y letiene súper confianza.
Bueno, volvimos con Pabloa casa yo bastante triste por la demora, pero bueno, suerte que salió paraantes de que viniera mi futuro suegro que, aún hoy no sé porqué Robertino noquiso que estuviera en nuestro casamiento.
Pasaron unos días, yo mehabía mudado de dormitorio, cosa que Robertino aceptó, así que dormíamosjuntos. Desde que volvimos del campo, nada… no tuvimos sexo durante la semana.No respondió a ninguna de mis insinuaciones. Por otra parte a mi me rondabaalgo en la cabeza desde las dos noches en que habíamos tenido sexo en el campo.Nunca me enteré cuando llegó al clímax, o sea nunca me enteré cuando eyaculó,cosa rara, pues se siente cuando corre el semen caliente dentro del cuerpo,además se termina con la vagina mojada y parte de los labios con semen y nohabía notado nada. Esa cosa me rondó en la cabeza pila de tiempo y no entendíaque podría haber pasado. No usamos preservativo ni nada. Bueno, algún día sabréque pasó.
Incluso me compre un testde embarazo para ver si había pasado algo y nada. Bueno, a veces una sesugestiona con eso, lo que hice fueolvidarlo y ver qué pasaba la siguiente vez. El fin de semana siguiente,Robertino me dijo que iba a ir con Pablo al campo y yo me quedé sola, entoncesaproveche para ir a ver a mi madre a Solymar, barrio donde vivía con mi tío ymi prima.
Llegué a casa de mi tío yencontré solamente a mi prima, pues la ferretería estaba abierta hasta las 13horas y mi medre y mi tío estaban ahí.
Conversamos un rato, mecontó de su vida de casada, de los nenes, tenía dos varones, y de su marido. Alrato de llegar llegó su marido con los nenes que habían ido a la playa, quequeda a unas 4 cuadras de la casa. Nospusimos a arreglar la mesa para el almuerzo y a las 13 y30 llegaron loshermanos, mi tío y mi madre. Yo estaba muy nerviosa, pues hacía tiempo que nolo veía, pero él es un tipo que tiene recursos como para salir de situacionescomplicadas y, apenas entró, dijo hola Pau, que agradable sorpresa, y me dio unbeso en la frente. Yo abracé a mi mamá y nos sentamos a la mesa. Todotranscurrió con total normalidad y sin ningún tipo de discusión ni peleas, cosaque eran comunes antes. Especialmente entre mi prima y su padre. Solo hubo unacosa que no debió haber sido dicha, así como al pasar mi tío dijo, Pau, estáscada día mas linda.
Luego vino la sobremesasin sobresaltos y como a eso de las 4 de la tarde, mi tío dijo, tengo que ir aMontevideo, te llevo Pau? Y le dije, no voy mas tarde en el bus, no tepreocupes, y mi madre dijo, deja que te lleve, es mejor. Yo ya le mostré dondequeda tu casa, así que él sabe donde es. Bueno, entonces me despedí de todos ysalí con el tío rumbo a Montevideo. El trayecto no es más de 20 minutos, yfuimos conversando de cosas banales, hasta que cuando llegamos y paró para queme bajara, me dijo Pau, tú fuiste para mí la única mujer que me hizo sentirhombre, quiero que lo recuerdes. Me dio un beso en la frente y bajé, mi caraestaba roja como un tomate de la vergüenza que me dio lo que él me dijo, pero,además m dio rabia que dijera eso de la hija de su hermana. Bueno, ya no estáasí que no voy a hablar más de él.
Llegué a mi casa y miréla heladera para saber si la mucama me había dejado comida para la noche y eldomingo (que diferencia con mi vida anterior en la casucha de Canelones), vique estaba todo en orden y me tiré en la cama a leer. No sé qué pasó que medesperté y estaba todo oscuro. Miré la hora y eran las tres de la mañana. Fui atomar un vaso de agua, me saqué la ropa y me acosté a dormir, se ve que estabatranquila, por eso dormí bien.
Pasaron los días y enMayo le propuse a Robertino si podíamos invitar a cenar a los testigos. Si bienyo conocía a tres de ellos había uno, Sergio, su amigo, que no lo conocía aún.A Robertino le pareció bien y definimos hacer eso el martes próximo. Llego eldía y la primera en llegar fue mi madre, con la cual charlamos un buen ratopues llegó como a las seis de la tarde y habíamos fijado las ocho para quellegaran. Nos divertimos los tres de lo lindo con las conversaciones. AhíRobertino se enteró de porque mi nombre era solamente Paula Sanabria, sin másapellidos. Incluso le preguntó a mi madre si lo había visto alguna vez despuésde que yo naciera y ella le dijo que no, nunca más lo vi, y no me gusta hablarde ese tema.
A las ocho llegaron lostres juntos Natalia y Pablo y también Sergio. Este último era un venezolano,medio morocho, muy bien parecido y bastante grande, medía como un metronoventa. Muy agradable en la conversación y pasamos una velada muy buena. Robertino me dijo que Sergio era lo mismoque Pablo, empleado de confianza de él yque estaba armando el estudio y lasbases de una empresa para construcción. De ese modo, cuando él terminaraArquitectura, le quedaba solo este año, ya tenía su estudio y empresa armados.Sergio era recibido de Ayudante de Ingeniero en Venezuela y había emigrado alUruguay hacía un año y medio. Tenía en ese momento 30 años. Cuando terminó lacena, Sergio se dirigió a Robertino y le dijo, te envidio la esposa que tienes,y se rieron todos. Sergio se ofreció para llevar a mi madre a Solymar, ya queél vivía por esa zona.
Sobre fines de Mayo, apoco menos de un mes del casamiento, ya estaba como desasosegada por lasnegativas de Robertino al sexo. Es cierto que no se puede coger todo el tiempo,pero de vez en cuando y cuando estamos solos antes de que venga su padre, porlo menos una vez a la semana, es lo único que le pedía. Pero nada, no pasabanada.
Un día llego a casa almediodía y me encuentro a la mucama conversando con Sergio en la cocina. Holadije, que haces por acá? Enseguida se paró, medio un beso en la mejilla y dijo,hola Paula, vine a buscar unos papeles que necesita tu marido para una reuniónque tenemos ahora a las tres de la tarde en el estudio, y Mirta me dijo queestabas por venir y te esperé para saber si me invitas a almorzar, y se rio.
Claro, te invito, esperaque vaya al baño y ya almorzamos.
Cuando volví Mirta me dijo si la necesitaba y le dije queno. Nos sentamos a la mesa y comenzamos a almorzar. Siempre al mediodía lacomida era bastante frugal y esta mañana había hecho un churrasco de cuadril yensalada verde y un helado de postre. Mientras comíamos conversábamos y lepregunté a Sergio y estaba solo o había venido con alguien de Venezuela, y medijo solo y que no había encontrado nada que le gustara, pero que seguiríabuscando, todo esto entre risas. Preguntó por mi vida y le comenté algunascosas y le conté como conocí a Robertino y lo bien que él me había tratado. Noes para menos, me dijo, eres preciosa, por lo menos para mí, que soy un negrofeo, jajá. Y siguió con ciertas palabrasinsinuantes y esas cosas, como si me estuviera cargando. Una de las cosas queme dijo fue que si él estuviera conmigo todas las mañanas tendría sexo, y esascosas. Yo estaba que ardía por no tener sexo con Robertino desde hacía más deun mes, pensé que estaba a dos días de la regla (menstruación) y me la jugué,le empecé a seguir la broma. Palabra va, palabra viene, terminamos en la camade mi suegro cogiendo como animales. Este venezolano tenía un pedazo divino,gordo y fuerte que me hizo sentir mujer y al final, yo estaba sobre él y metomó de la cintura y se paró, lo abracé con mis piernas me dio dos o tresbombazos y me acostó de espaldas a la cama y comenzó a bombear hasta y acabó yahí sentí lo que no había sentido nunca con Robertino. Me inundó la vagina de semen.Lo mantuve abrazado con las piernas, y cuando lo solté él se levantó. Enseguidasalí de la cama y me fui a bañar y lavarme, el semen corría por mi pierna.
Cuando salí del baño élestaba terminando de vestirse, y le pedí me ayudara a arreglar la cama. Porfavor, ni una palabra a nadie, esto no pasó, le dije. Y él me dijo, estuvofantástico, pero no pasó.
Cuando terminamos devestirnos eran las tres menos cuarto y le dije que yo quería conocer el estudioy él me dijo, te parece? Y le dije, es lo mejor para que no hayan sospechas.
Salimos y llegamos alEstudio y Robertino dijo Paula!!! Qué bueno que viniste que alegría de verteacá.
Quédate y escucha estareunión y, si tus estudios te dieron resultado hasta ahora, puedes opinar. Medio un largo beso en la boca y comenzó la reunión.
Les cuento que dos díasdespués me vino la regla, por lo cual el venezolano se salvó, jajá.
Lo segundo, que íbamos ahacer, alguna reunión o nada. Le pregunté a Robertino y me dijo, en principiopensé en que nos acompañaran los testigos y, si alguno de los dos quería, queviniera algún amigo o algo. Me dijo, no tengo parientes acá y quiero casarmeantes de que llegue mi padre que viene en Julio. Le pregunté por qué no queríacasarse después de que llegara su padre y me contestó que no quería, solo eso.Fue una respuesta bastante tajante y no quise preguntar más.
Con respecto a lostestigos, yo puse a Natalia, mi amiga, en cuya casa había conocido a Robertinoy a mi Madre.
El puso dos testigosamigos de él, Pablo, el hermano menor de Natalia (es ese el motivo que élestuviera en esa reunión) y Sergio, un amigo que yo no conocía.
Mi ida al registro civilfue bastante frustrante. Sólo había fecha para fines de Junio, o sea que,siendo fin de Enero, nos faltaban como cinco meses para casarme. Protesté y se medijo que podían hacer nada, que estaba todo ocupado. Casi me pongo a llorar yel señor que me atendía me pidió un teléfono y que me llamaría si había alguna cancelación.Mientras tanto quedó para el viernes 22 de junio. Dejé los nombres de lostestigos (uno de ellos estaba conmigo, Pablo me acompaño pues se necesita unpresencial). Pablo, el hermano de Natalia, que lo conozco desde siempre, es dosaños menor que yo (tenía 22 años, Natalia y yo teníamos 24) trabajaba paraRobertino. Era, y es aún, el que le hace tramites y se ocupa del abastecimientoal campo de alimentos y algunas cosas que necesitan, del pago de impuestos,etc. Era como un “ayuda para todo” de Robertino. Él lo quiere mucho y letiene súper confianza.
Bueno, volvimos con Pabloa casa yo bastante triste por la demora, pero bueno, suerte que salió paraantes de que viniera mi futuro suegro que, aún hoy no sé porqué Robertino noquiso que estuviera en nuestro casamiento.
Pasaron unos días, yo mehabía mudado de dormitorio, cosa que Robertino aceptó, así que dormíamosjuntos. Desde que volvimos del campo, nada… no tuvimos sexo durante la semana.No respondió a ninguna de mis insinuaciones. Por otra parte a mi me rondabaalgo en la cabeza desde las dos noches en que habíamos tenido sexo en el campo.Nunca me enteré cuando llegó al clímax, o sea nunca me enteré cuando eyaculó,cosa rara, pues se siente cuando corre el semen caliente dentro del cuerpo,además se termina con la vagina mojada y parte de los labios con semen y nohabía notado nada. Esa cosa me rondó en la cabeza pila de tiempo y no entendíaque podría haber pasado. No usamos preservativo ni nada. Bueno, algún día sabréque pasó.
Incluso me compre un testde embarazo para ver si había pasado algo y nada. Bueno, a veces una sesugestiona con eso, lo que hice fueolvidarlo y ver qué pasaba la siguiente vez. El fin de semana siguiente,Robertino me dijo que iba a ir con Pablo al campo y yo me quedé sola, entoncesaproveche para ir a ver a mi madre a Solymar, barrio donde vivía con mi tío ymi prima.
Llegué a casa de mi tío yencontré solamente a mi prima, pues la ferretería estaba abierta hasta las 13horas y mi medre y mi tío estaban ahí.
Conversamos un rato, mecontó de su vida de casada, de los nenes, tenía dos varones, y de su marido. Alrato de llegar llegó su marido con los nenes que habían ido a la playa, quequeda a unas 4 cuadras de la casa. Nospusimos a arreglar la mesa para el almuerzo y a las 13 y30 llegaron loshermanos, mi tío y mi madre. Yo estaba muy nerviosa, pues hacía tiempo que nolo veía, pero él es un tipo que tiene recursos como para salir de situacionescomplicadas y, apenas entró, dijo hola Pau, que agradable sorpresa, y me dio unbeso en la frente. Yo abracé a mi mamá y nos sentamos a la mesa. Todotranscurrió con total normalidad y sin ningún tipo de discusión ni peleas, cosaque eran comunes antes. Especialmente entre mi prima y su padre. Solo hubo unacosa que no debió haber sido dicha, así como al pasar mi tío dijo, Pau, estáscada día mas linda.
Luego vino la sobremesasin sobresaltos y como a eso de las 4 de la tarde, mi tío dijo, tengo que ir aMontevideo, te llevo Pau? Y le dije, no voy mas tarde en el bus, no tepreocupes, y mi madre dijo, deja que te lleve, es mejor. Yo ya le mostré dondequeda tu casa, así que él sabe donde es. Bueno, entonces me despedí de todos ysalí con el tío rumbo a Montevideo. El trayecto no es más de 20 minutos, yfuimos conversando de cosas banales, hasta que cuando llegamos y paró para queme bajara, me dijo Pau, tú fuiste para mí la única mujer que me hizo sentirhombre, quiero que lo recuerdes. Me dio un beso en la frente y bajé, mi caraestaba roja como un tomate de la vergüenza que me dio lo que él me dijo, pero,además m dio rabia que dijera eso de la hija de su hermana. Bueno, ya no estáasí que no voy a hablar más de él.
Llegué a mi casa y miréla heladera para saber si la mucama me había dejado comida para la noche y eldomingo (que diferencia con mi vida anterior en la casucha de Canelones), vique estaba todo en orden y me tiré en la cama a leer. No sé qué pasó que medesperté y estaba todo oscuro. Miré la hora y eran las tres de la mañana. Fui atomar un vaso de agua, me saqué la ropa y me acosté a dormir, se ve que estabatranquila, por eso dormí bien.
Pasaron los días y enMayo le propuse a Robertino si podíamos invitar a cenar a los testigos. Si bienyo conocía a tres de ellos había uno, Sergio, su amigo, que no lo conocía aún.A Robertino le pareció bien y definimos hacer eso el martes próximo. Llego eldía y la primera en llegar fue mi madre, con la cual charlamos un buen ratopues llegó como a las seis de la tarde y habíamos fijado las ocho para quellegaran. Nos divertimos los tres de lo lindo con las conversaciones. AhíRobertino se enteró de porque mi nombre era solamente Paula Sanabria, sin másapellidos. Incluso le preguntó a mi madre si lo había visto alguna vez despuésde que yo naciera y ella le dijo que no, nunca más lo vi, y no me gusta hablarde ese tema.
A las ocho llegaron lostres juntos Natalia y Pablo y también Sergio. Este último era un venezolano,medio morocho, muy bien parecido y bastante grande, medía como un metronoventa. Muy agradable en la conversación y pasamos una velada muy buena. Robertino me dijo que Sergio era lo mismoque Pablo, empleado de confianza de él yque estaba armando el estudio y lasbases de una empresa para construcción. De ese modo, cuando él terminaraArquitectura, le quedaba solo este año, ya tenía su estudio y empresa armados.Sergio era recibido de Ayudante de Ingeniero en Venezuela y había emigrado alUruguay hacía un año y medio. Tenía en ese momento 30 años. Cuando terminó lacena, Sergio se dirigió a Robertino y le dijo, te envidio la esposa que tienes,y se rieron todos. Sergio se ofreció para llevar a mi madre a Solymar, ya queél vivía por esa zona.
Sobre fines de Mayo, apoco menos de un mes del casamiento, ya estaba como desasosegada por lasnegativas de Robertino al sexo. Es cierto que no se puede coger todo el tiempo,pero de vez en cuando y cuando estamos solos antes de que venga su padre, porlo menos una vez a la semana, es lo único que le pedía. Pero nada, no pasabanada.
Un día llego a casa almediodía y me encuentro a la mucama conversando con Sergio en la cocina. Holadije, que haces por acá? Enseguida se paró, medio un beso en la mejilla y dijo,hola Paula, vine a buscar unos papeles que necesita tu marido para una reuniónque tenemos ahora a las tres de la tarde en el estudio, y Mirta me dijo queestabas por venir y te esperé para saber si me invitas a almorzar, y se rio.
Claro, te invito, esperaque vaya al baño y ya almorzamos.
Cuando volví Mirta me dijo si la necesitaba y le dije queno. Nos sentamos a la mesa y comenzamos a almorzar. Siempre al mediodía lacomida era bastante frugal y esta mañana había hecho un churrasco de cuadril yensalada verde y un helado de postre. Mientras comíamos conversábamos y lepregunté a Sergio y estaba solo o había venido con alguien de Venezuela, y medijo solo y que no había encontrado nada que le gustara, pero que seguiríabuscando, todo esto entre risas. Preguntó por mi vida y le comenté algunascosas y le conté como conocí a Robertino y lo bien que él me había tratado. Noes para menos, me dijo, eres preciosa, por lo menos para mí, que soy un negrofeo, jajá. Y siguió con ciertas palabrasinsinuantes y esas cosas, como si me estuviera cargando. Una de las cosas queme dijo fue que si él estuviera conmigo todas las mañanas tendría sexo, y esascosas. Yo estaba que ardía por no tener sexo con Robertino desde hacía más deun mes, pensé que estaba a dos días de la regla (menstruación) y me la jugué,le empecé a seguir la broma. Palabra va, palabra viene, terminamos en la camade mi suegro cogiendo como animales. Este venezolano tenía un pedazo divino,gordo y fuerte que me hizo sentir mujer y al final, yo estaba sobre él y metomó de la cintura y se paró, lo abracé con mis piernas me dio dos o tresbombazos y me acostó de espaldas a la cama y comenzó a bombear hasta y acabó yahí sentí lo que no había sentido nunca con Robertino. Me inundó la vagina de semen.Lo mantuve abrazado con las piernas, y cuando lo solté él se levantó. Enseguidasalí de la cama y me fui a bañar y lavarme, el semen corría por mi pierna.
Cuando salí del baño élestaba terminando de vestirse, y le pedí me ayudara a arreglar la cama. Porfavor, ni una palabra a nadie, esto no pasó, le dije. Y él me dijo, estuvofantástico, pero no pasó.
Cuando terminamos devestirnos eran las tres menos cuarto y le dije que yo quería conocer el estudioy él me dijo, te parece? Y le dije, es lo mejor para que no hayan sospechas.
Salimos y llegamos alEstudio y Robertino dijo Paula!!! Qué bueno que viniste que alegría de verteacá.
Quédate y escucha estareunión y, si tus estudios te dieron resultado hasta ahora, puedes opinar. Medio un largo beso en la boca y comenzó la reunión.
Les cuento que dos díasdespués me vino la regla, por lo cual el venezolano se salvó, jajá.
3 comentarios - Preparacion del casamiento