Aquellas palabras endurecieron más aún si cabe mi ya erecto miembro, del que comenzó a manar un buen hilo de pre-cum, con su mirada turquesa en continuo contacto con la mía aquella diosa de madurez se arrodilló frente a mí y como si de un preciado elixir se tratase saboreó los fluidos que rebosantes colgaban de mi excitado pene, mientras giñaba uno de sus ojos como una niña traviesa, con toda mi masculinidad en su boca, lamía con la punta de su lengua todo el borde de mi glande y de lado a lado mi frenillo, terriblemente excitado sujeté firmemente con ambas manos su cabeza e incapaz de dominarme, desatada mi lujuria a un límite que no había experimentado nunca, comencé a embestir salvajemente su boca con mi verga, cada vez más profundo, cada vez más excitado, aprovechando cada centímetro de mi virilidad para llegar al fondo de su garganta tan húmeda… tan resbaladiza… tan caliente y placentera… Ella con sus hermosos ojos muy abiertos, me miraba complaciente, lejos de rechazar mi polla la engullía ansiosa, con sus dos manos aferrando mi trasero, acompañando cada una de mis embestidas con ellas hasta que su boca rebosante de mis fluidos y su saliva no podía albergar más, una pequeña arcada hizo salir mi miembro de su boca, cubierto de viscosas y resbaladizas babitas, vació todo el contenido de su boca sobre él y tomó una gran y sonora bocanada de aire que llenó sus asfixiados pulmones, jadeando pesadamente tomó mi lubricada verga con sus manos y la comenzó a masturbar a un ritmo endiablado, dejándola resbalar a veces por el espacio entre sus dedos índice y corazón, y frotando mi glande y frenillo con la palma de su mano como si lustrase la lámpara en busca del genio, todo bajo la atenta mirada de mi chica…
… mi chica, con su vagina masturbada oralmente por aquel hombre, con su miembro llenando su boca… tan excitada… rebosante de sexualidad y deseo, ante lo salvaje, brusco y violento de mi arranque dominando a aquella belleza rubia, a cuatro patas gateó frotando su lubricada vagina sobre el torso y abdomen de su eventual y sumiso amante, para buscar con ella su grueso pene, primero restregó sus labios vaginales como si masturbase con ellos a aquel miembro, buscando a la vez su propio goce, poniendo especial énfasis en su clítoris, mientras veía como yo era masturbado ante sus ojos por aquella extraña, terriblemente excitado también por aquella visión… deseando ver como mi novia se insertaba aquel falo de un hombre desconocido en su feminidad húmeda y brillante, ella sabía que yo lo deseaba y maliciosamente retrasaba la penetración para calentarme aún más, continuaba estimulando la polla de su amante y su propia vagina, hasta que de rodillas en la arena, de espaldas a aquel hombre, frente a mí con su boquita entreabierta, mordiéndose levemente uno de sus dedos, acariciando y estimulando su suave coñito con su otra mano, a escasos centímetros del enorme glande enrojecido que ansiaba penetrarlo, el hombre estaba tan excitado que apretaba sus nalgas intentando elevarse lo suficiente para penetrar a mi chica, ella con su mirada pícara y su boquita entreabierta me guiñó un ojo, flexionó sus piernas mientras cerraba sus ojos, como si se preparase para concentrar todos sus sentidos en su sexo y el placer de ser penetrada, dejó caer su cabeza y su larga y hermosa melena morena hacia detrás, dejó caer su cuerpo sobre aquel candente miembro: “Aaah… Aaaaaaaaah….Uhmmm” gimió mientras era llenada totalmente por aquella verga ansiosa y vigorosa, “Ooohhh diosssss… que apretadito está mi niña… aaaaaaah” acertó a decir el. Mi chica acariciaba uno de sus pechos, lamía su endurecido pezón y dejaba caer saliva sobre el para luego estimularlo de nuevo con sus dedos, con su otra mano acariciaba su clítoris erecto y palpitante, mientras saltaba salvajemente sobre aquel miembro que se abría paso en sus entrañas, sus ojos estaban cerrados y movía su cabeza agitando su larga y lisa melena de un lado a otro, unas veces hacia detrás y otras dejando caer su pelo en su cara, con su boca entreabierta y jadeante… queriendo ver mi reacción abrió sus ojos y aumentando visiblemente el ritmo de las penetraciones miró a mis ojos desafiante, apretando sus dientes con fuerza, locamente invadida por la lujuria, comenzó a mover sus caderas en círculos con aquella verga penetrándola totalmente. Viendo como ella me retaba y agarrando a mi madura amante por el pelo la incorporé del suelo, la giré para que pudiese ver como su marido era cabalgado por el hermoso cuerpo de mi novia, sujetando sus delgadas muñecas con sus tonificados brazos estirados a lo largo de su cuerpo, pegué el mío a su espalda, mi endurecida y lubricada polla golpeó suavemente en ella resbalando hacia arriba, puse firmemente ambas manos cubriendo sus grandes pechos, elevándolos ligeramente y susurré a su oído: “¿puedes sentirla querida? ¿sientes como palpita ahí detrás?, ella lanzó un leve suspiro… jadeante resoplaba… respondió: “la quiero… la quiero dentro de mí, quiero ser tu perrita” se giró buscando mi boca besándome de nuevo con pasión, tomó mi pene con su mano y caminamos los escasos pasos que nos separaban de nuestras respectivas parejas, dándome la espalda y quedando cara a cara con mi novia se colocó a cuatro patas, separando sus piernas y elevando su firme trasero, dejando su rasurada vagina totalmente expuesta para ser penetrada, tomó la barbilla de mi novia, que seguía cabalgando sobre el duro pene de aquel hombre y dijo: “¿lo eduqué bien amor?… por tu cara de vicio parece ser que sí…” para sorpresa de mi chica, aquella diosa bionda acercó tímidamente su boca a la suya, besándola con deseo, un beso lento, profundo y húmedo, con su mano en la mejilla de mi novia la susurro: “ahora me follaré a tu novio… lo deseas ¿verdad?, deseas ver como lo hace…su joven polla va a gozar de mi cuerpo maduro…” Mientras, yo me dejé caer de rodillas sobre la arena, con ambas manos separé aún más sus nalgas y lamí con frenesí aquella fruta madura que se me ofrecía, excitado por ver como ambas se besaban tan apasionadamente, recorrí con mi lengua el expuesto ano de aquella mujer, de primeras, sorprendida, retiró un poco su culo, pero invadida por el placer que le provocó volvió hacia detrás buscando de nuevo las caricias de mi húmeda lengua en su apretado esfínter, al tiempo que masturbaba su clítoris de forma trepidante, podía oír como su vagina chapoteaba inundada por los flujos que manaban poco a poco, de vez en cuando elevaba la mirada buscando la de mi chica, que jadeaba y gemía sin cesar, disfrutando de la tan excitante escena mientras su pechos bailaban acompasadamente con cada penetración. Desaforada, mi amante madura, presa de un furor sexual incontrolable gritó:” Dame… dámela toda… la quiero dentro de mí… quiero tu verga dura” volvió a sujetar la cabeza de mi chica por la sien, introduciendo sus finos y delicados dedos entre su largo cabello moreno, volviendo a besar su boca, esta vez de una forma salvaje y primitiva… retiraba su boca, pero dejaba su lengua fuera, lamiendo los labios de mi chica, buscando que la recorriesen felandola, invitándola a hacer lo mismo… felar la lengua de mi novia con sus finos labios encarnados… mordiendo suavemente la punta… ofreciendo la palma de su mano pidió a gritos a mi chica: “escupe pequeña zorrita, tus babitas van a lubricar mi coño para que tu macho lo penetre”, dócilmente excitada mi novia depositó gran cantidad de saliva en la delicada mano de la mujer, que la llevó a su ya lubricada y excitada vagina, levantando su trasero rítmicamente, incitándome a hundir mi miembro terriblemente duro en ella, algo que no se hizo esperar, dejé resbalar un poco de saliva sobre mi palpitante glande, sujeté con ambas manos las voluptuosas caderas de aquella mujer, acercando mi cuerpo al suyo y tomando con una de mis manos firmemente mi venosa polla, penetré violenta y excitadamente aquella vagina madura, de una sola embestida ruda y seca, deslizando hasta el último centímetro de mi masculinidad en sus entrañas: “Aaaaaaaah… Aaaahhh… siiii…ufffff…… uhmmm” acertó a gimotear… a suspirar… al tiempo que echaba hacia detrás su cabeza con sus ojos totalmente cerrados y su boca exageradamente abierta, agarrado firmemente a sus caderas continúo penetrando su vagina sin piedad, sin cesar en la profundidad, su cuerpo lejos de retirarse, para evitar ser penetrada tan profundamente, buscaba el mío ansiosamente, su coñito estaba ardiendo, nunca había sentido uno tan candente y exageradamente húmedo… jadeante, gritaba entrecortadamente rebosante de placer, intentó coger uno de sus pechos para auto estimular su pezón, pero las brutales embestidas que la propinaba a punto estuvieron de hacerla caer de boca, resuelta a no desistir, tomó la mano de mi chica introdujo sus dedos índice y corazón en su boca, chupándoselos… llenándolos de saliva… dejando caer el resto sobre su mano, tras lo cual la puso sobre una de sus grandes tetas: “Acarícialos… acaricia mis pechos pequeña… mis pezones… aaaaahh…ahh dioooos qué polla tiene tu novio… me está destrozando” Continuará...
… mi chica, con su vagina masturbada oralmente por aquel hombre, con su miembro llenando su boca… tan excitada… rebosante de sexualidad y deseo, ante lo salvaje, brusco y violento de mi arranque dominando a aquella belleza rubia, a cuatro patas gateó frotando su lubricada vagina sobre el torso y abdomen de su eventual y sumiso amante, para buscar con ella su grueso pene, primero restregó sus labios vaginales como si masturbase con ellos a aquel miembro, buscando a la vez su propio goce, poniendo especial énfasis en su clítoris, mientras veía como yo era masturbado ante sus ojos por aquella extraña, terriblemente excitado también por aquella visión… deseando ver como mi novia se insertaba aquel falo de un hombre desconocido en su feminidad húmeda y brillante, ella sabía que yo lo deseaba y maliciosamente retrasaba la penetración para calentarme aún más, continuaba estimulando la polla de su amante y su propia vagina, hasta que de rodillas en la arena, de espaldas a aquel hombre, frente a mí con su boquita entreabierta, mordiéndose levemente uno de sus dedos, acariciando y estimulando su suave coñito con su otra mano, a escasos centímetros del enorme glande enrojecido que ansiaba penetrarlo, el hombre estaba tan excitado que apretaba sus nalgas intentando elevarse lo suficiente para penetrar a mi chica, ella con su mirada pícara y su boquita entreabierta me guiñó un ojo, flexionó sus piernas mientras cerraba sus ojos, como si se preparase para concentrar todos sus sentidos en su sexo y el placer de ser penetrada, dejó caer su cabeza y su larga y hermosa melena morena hacia detrás, dejó caer su cuerpo sobre aquel candente miembro: “Aaah… Aaaaaaaaah….Uhmmm” gimió mientras era llenada totalmente por aquella verga ansiosa y vigorosa, “Ooohhh diosssss… que apretadito está mi niña… aaaaaaah” acertó a decir el. Mi chica acariciaba uno de sus pechos, lamía su endurecido pezón y dejaba caer saliva sobre el para luego estimularlo de nuevo con sus dedos, con su otra mano acariciaba su clítoris erecto y palpitante, mientras saltaba salvajemente sobre aquel miembro que se abría paso en sus entrañas, sus ojos estaban cerrados y movía su cabeza agitando su larga y lisa melena de un lado a otro, unas veces hacia detrás y otras dejando caer su pelo en su cara, con su boca entreabierta y jadeante… queriendo ver mi reacción abrió sus ojos y aumentando visiblemente el ritmo de las penetraciones miró a mis ojos desafiante, apretando sus dientes con fuerza, locamente invadida por la lujuria, comenzó a mover sus caderas en círculos con aquella verga penetrándola totalmente. Viendo como ella me retaba y agarrando a mi madura amante por el pelo la incorporé del suelo, la giré para que pudiese ver como su marido era cabalgado por el hermoso cuerpo de mi novia, sujetando sus delgadas muñecas con sus tonificados brazos estirados a lo largo de su cuerpo, pegué el mío a su espalda, mi endurecida y lubricada polla golpeó suavemente en ella resbalando hacia arriba, puse firmemente ambas manos cubriendo sus grandes pechos, elevándolos ligeramente y susurré a su oído: “¿puedes sentirla querida? ¿sientes como palpita ahí detrás?, ella lanzó un leve suspiro… jadeante resoplaba… respondió: “la quiero… la quiero dentro de mí, quiero ser tu perrita” se giró buscando mi boca besándome de nuevo con pasión, tomó mi pene con su mano y caminamos los escasos pasos que nos separaban de nuestras respectivas parejas, dándome la espalda y quedando cara a cara con mi novia se colocó a cuatro patas, separando sus piernas y elevando su firme trasero, dejando su rasurada vagina totalmente expuesta para ser penetrada, tomó la barbilla de mi novia, que seguía cabalgando sobre el duro pene de aquel hombre y dijo: “¿lo eduqué bien amor?… por tu cara de vicio parece ser que sí…” para sorpresa de mi chica, aquella diosa bionda acercó tímidamente su boca a la suya, besándola con deseo, un beso lento, profundo y húmedo, con su mano en la mejilla de mi novia la susurro: “ahora me follaré a tu novio… lo deseas ¿verdad?, deseas ver como lo hace…su joven polla va a gozar de mi cuerpo maduro…” Mientras, yo me dejé caer de rodillas sobre la arena, con ambas manos separé aún más sus nalgas y lamí con frenesí aquella fruta madura que se me ofrecía, excitado por ver como ambas se besaban tan apasionadamente, recorrí con mi lengua el expuesto ano de aquella mujer, de primeras, sorprendida, retiró un poco su culo, pero invadida por el placer que le provocó volvió hacia detrás buscando de nuevo las caricias de mi húmeda lengua en su apretado esfínter, al tiempo que masturbaba su clítoris de forma trepidante, podía oír como su vagina chapoteaba inundada por los flujos que manaban poco a poco, de vez en cuando elevaba la mirada buscando la de mi chica, que jadeaba y gemía sin cesar, disfrutando de la tan excitante escena mientras su pechos bailaban acompasadamente con cada penetración. Desaforada, mi amante madura, presa de un furor sexual incontrolable gritó:” Dame… dámela toda… la quiero dentro de mí… quiero tu verga dura” volvió a sujetar la cabeza de mi chica por la sien, introduciendo sus finos y delicados dedos entre su largo cabello moreno, volviendo a besar su boca, esta vez de una forma salvaje y primitiva… retiraba su boca, pero dejaba su lengua fuera, lamiendo los labios de mi chica, buscando que la recorriesen felandola, invitándola a hacer lo mismo… felar la lengua de mi novia con sus finos labios encarnados… mordiendo suavemente la punta… ofreciendo la palma de su mano pidió a gritos a mi chica: “escupe pequeña zorrita, tus babitas van a lubricar mi coño para que tu macho lo penetre”, dócilmente excitada mi novia depositó gran cantidad de saliva en la delicada mano de la mujer, que la llevó a su ya lubricada y excitada vagina, levantando su trasero rítmicamente, incitándome a hundir mi miembro terriblemente duro en ella, algo que no se hizo esperar, dejé resbalar un poco de saliva sobre mi palpitante glande, sujeté con ambas manos las voluptuosas caderas de aquella mujer, acercando mi cuerpo al suyo y tomando con una de mis manos firmemente mi venosa polla, penetré violenta y excitadamente aquella vagina madura, de una sola embestida ruda y seca, deslizando hasta el último centímetro de mi masculinidad en sus entrañas: “Aaaaaaaah… Aaaahhh… siiii…ufffff…… uhmmm” acertó a gimotear… a suspirar… al tiempo que echaba hacia detrás su cabeza con sus ojos totalmente cerrados y su boca exageradamente abierta, agarrado firmemente a sus caderas continúo penetrando su vagina sin piedad, sin cesar en la profundidad, su cuerpo lejos de retirarse, para evitar ser penetrada tan profundamente, buscaba el mío ansiosamente, su coñito estaba ardiendo, nunca había sentido uno tan candente y exageradamente húmedo… jadeante, gritaba entrecortadamente rebosante de placer, intentó coger uno de sus pechos para auto estimular su pezón, pero las brutales embestidas que la propinaba a punto estuvieron de hacerla caer de boca, resuelta a no desistir, tomó la mano de mi chica introdujo sus dedos índice y corazón en su boca, chupándoselos… llenándolos de saliva… dejando caer el resto sobre su mano, tras lo cual la puso sobre una de sus grandes tetas: “Acarícialos… acaricia mis pechos pequeña… mis pezones… aaaaahh…ahh dioooos qué polla tiene tu novio… me está destrozando” Continuará...
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