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Hermanas (cap 9.3)

-Bueno… creo que me voy a dormir ya. –Dijo Agustina tapándose con la sábana. 
 
Florcha ya estaba tapadita. Martín permanecía en el puff en el medio de ambas camas, aún con la chota en pie de guerra. 
 
Agustina se metió la mano bajo la falda, y se bajó la tanguita blanca mojada por sus muslos, hasta llegar a los tobillos y sacársela. Al estar cubierta por la sábana, no podía verse nada. La tomó y se la mostró al chico, riéndose. Se la tiró a su hermano. Él la agarró. 
 
-Tu regalo hermanito. 
-Gracias Agu! 
 
Florcha al ver esto, hizo lo propio. Abajo de la sábana, se bajó la calza hasta sacársela, mientras Martín y su hermana la observaban. Florencia tiró de su bombacha hasta los pies, quitándosela por completo. Cada movimiento que hacía, notaba lo mojada que estaba, toda enchastrada. Se la alcanzó a su hermanito también. 
 
De pronto Martín tenía la tanga blanca y húmeda de su hermana Agustina en una mano, y en la otra una bombacha negra toda enchastrada de su otra hermana Florencia, y él con la pija dura a la vista de ambas. 
 
-Gracias Flor. 
-De nada. 
 
El chico lo primero que hizo fue acomodar la doblada tanga de Agustina, y la olió primero, en la zona vaginal. Estaba muy húmeda y brillosa, con mucho olor. Le encantó. 
 
Pasó a la otra. Abrió bien la bombacha negra y se dio cuenta de que esta estaba directamente muy mojada. Lo notaba a cada tacto con sus dedos, que Florencia se debía haber chorreado como una zorra. La parte interior estaba toda llena de flujos hasta la parte más delgada de la cola, completamente empapada. ¿No se habrá meado? 
 
Le sintió el olor y era muy profundo y embriagador… tremendo. 
 
A todo esto, las chicas no se perdían detalle de cómo lo hacía su hermano. 
 
-Cuál te gusta más? –Preguntó en broma Agustina. 
-¡Ambas! 
 
Eso lo puso a full al pendejo calenturiento. Era demasiado, demasiada excitación. Tenía que tocarse ya. 
 
Agustina se daba cuenta de lo desesperado que estaba, se le notaba mucho. 
 
-Bueno chicas… si no les importa.. voy a… -Trataba de explicar Martín, haciendo gestos con las prendas en sus manos. 
-No hay problema de que lo hagas acá hermanito.-Dijo una ya muy caliente Agustina. 
-Acá??!?! En serio?? 
-Yo no tengo ningún problema, así es más cómodo para vos ahí acostadito. Para vos es un problema Flor? 
-No… que lo haga acá así lo vemos, tengo curiosidad.-Florcha. 
-Ya la escuchaste hermanito.-Agustina. 
 
Jugando, tonteando, y bromeando en la mesa de la cocina, las hermanas y el chico terminaron en la pieza los tres re contra excitados y calientes. Esa noche el límite se rompió. 
 
Martín se llevó una mano a su miembro, mientras sostenía ahora con la otra, ambas prendas. Se la subió y bajó lento dos o tres veces, cuando notó que le ardía. 
 
Se llevó la manito a la boca y se escupió algo de saliva. Volvió a la pija y la embardunó con baba. Mucho mejor. Ahora su mano se deslizaba perfecto en su tronco duro y palpitante hacia ya un par de horas. Bendita juventud. 
 
Mientras empezaba la paja húmeda, olió ambas prendas, las dos juntas. Lo que lo estimulaba el olor a concha de sus hermanas era inaudito. 
 
El chico pensaba en que sus hermanas ahora mismo estaban desnudas bajo la sábana, ambas con la concha bien mojada y caliente, viéndolo hacerse una paja con sus tangas y bombachas repletas de humedad vaginal. 
 
El bendito problemita apareció otra vez. Bajo esas impresionantes condiciones de morbo y calentura, era imposible aguantar mucho. 
 
Florencia y Agustina miraban atentas y sin pestañear como su hermano menor se hacía una lenta paja, subiendo hasta el glande hinchado y gordito, hasta la base, alcanzando a rozarse los huevos. Agustina tenía los pezones duros bajo la remera, y la conchita toda hinchada y viscosa, lista para meter lo que sea. Florcha estaba igual, pero encharcada, sintiendo los muslos y las sábanas del colchón ya mojadas. Hacía rato era solo una sensación, pero ahora ya sentía de verdad tener la cola mojada en flujos también. Por no mencionar que sentía mariposas en el estómago. Estaban fuera de control. 
 
Martín continuó con su trabajo. Se masturbaba lento para estirar al máximo el momento. De a ratos paraba, y se ponía a oler la bombacha de Florcha, y de a ratos la tanga de Agus, mientras se pajeaba. 
 
Verle oler su propia bombacha mojada, a Florencia la concha le pedía a gritos una toqueteada. Disimuladamente debajo de la sábana, se tocó el clítoris hinchadísimo que tenía en ese momento. Notó sus dedos mojados. Otra que en cuanto se tocase un poquito, iba a tener un orgasmo. 
 
El muchacho como acto final, sintió el olor de ambas conchas aspirando las dos prendas juntas, sintiendo su mano llena de flujos vaginales de sus hermanas, y ya era hora. Apenas sintió que se venía, llevó ambas telas a su pija, para acabarlas encima delante de sus dueñas calenturientas. 
 
Se pajeaba ahora a toda velocidad para que salga la leche, mientras obtenía ese tremendo orgasmo aguantado desde hacia horas, habiéndose cogido a sus hermanas con ropa, habiéndoles enseñado la pija, habiéndoles olido la concha directamente de sus entrepiernas, y con sus tangas y bombachas que ellas mismas le dieron. 
 
El primer chorro salió disparado contra la cama de Agustina, pegando en el borde de madera. Los demás se estrellaron contra la tanga de su hermana mayor y la bombacha de Florencia. Sus huevos descargaban semen, y más semen, estaba siendo un orgasmo bastante más largo de lo normal… que gusto! Cuando dejó de salir leche, Martín se limpió con ambas prendas toda la pija, dejándola completamente limpia. Salió tanto semen que tanto la tanga blanca como la bombacha negra quedaron repletas de leche caliente. 
 
El chico se relajó, y les mostró ambas telas a sus hermanas, una en cada mano, mientras la verga se le ponía flácida de a poquito… 
 
Entre las chicas excitadas, y el semen vertido por el muchacho, el olor a sexo que había en esa habitación era supremo. 
 
Ambas hembras se quedaron mirando atontadas como esa pija caliente sacó tanto esperma. Agustina estiró la mano para alcanzar la del chico, y agarró su tanga… 
 
De inmediato sintió sus dedos calentitos por estar tocando la leche de su hermano. 
 
-Mirá lo caliente que estabas!! Me la enchastraste toda con tu semen.-Dijo Agustina mirando la tanga de cerca. 
 
Florcha también estiró la mano y agarró su bombacha negra, que ahora parecía blanca por la enorme cantidad de leche. 
 
Ambas estaban tocando el semen caliente recién eyaculado de su hermanito. 
 
-Viste lo calentito que está boluda? -Agustina. 
-Sí…-Florcha. 
-¿Te animás a probarlo?-Agustina. 
-¿¡¿En serio?! ¿No es un asco? 
-Probalo antes de que se enfríe Flor! 
-¿Que gusto tiene? Probalo primero! 
 
Agustina miró a su hermana para enseñarle como hacerlo. Pasó uno de sus deditos por la tanga para juntar un poco de semen, y se lo metió en la boca, apretándose el dedo con los labios. Le agradó el sabor, pero más le gustó sentirlo calentito. 
 
Se sacó el dedo de la boca y buscó más, para darle otra probadita. 
 
-Está rico boluda, dale probalo.-Agustina. 
-Ok. 
 
Florcha trató de hacer lo mismo. Hundió uno de sus dedos en la bombacha llena de sus flujos y la leche de su hermano. Juntó algo de semen y se lo metió en la boquita. La primera sensación fue sabor algo dulce. 
 
-Mm. Está raro… es un sabor muy raro, medio dulce, ¿no?-Florcha. 
-Sí… será la coca-cola! Jajaja-Dijo riéndose Agustina, mientras le daba otra probada, esta vez juntando más leche aún calentita de su tanga. 
 
Florencia hacia lo propio. Juntaban semen con los deditos y se lo metían en la boca. Dieron un par de probaditas más, hasta que se fue enfriando el esperma. Luego le entregaron las prendas completamente sucias a su hermano para que las lleve al lavarropas. 
 
Martín no se podía creer lo que había visto. Probar su leche??? Si todo lo que había sucedido no era suficiente… habían más sorpresas! Si viendo como sus hermanas se metían sus propios dedos llenos de leche y flujos vaginales en la boca, casi la tenía ya erecta de nuevo! 
 
Se subió el short y salió de la habitación, con ambas telas encastradas. 
 
-Hasta mañana chicas… y gracias. 
-Hasta mañana hermanito… ah, y acordate que ni una palabra a NADIE. 
 
El muchacho asintió con la cabeza y salió. 
 
Fue hasta el lavadero y las tiró allí dentro. Había más ropa, así que lo puso en funcionamiento y cerró la puerta. 
 
Se fue a su habitación a dormir, ya con los primeros rayos de sol de la mañana saliendo. 
 
Las hermanas, se quedaron hablando de lo sucedido, mientras seguían acostadas en sus camas. 
 
-Che.. no nos habremos pasado un poco?-Florcha. 
-Boluda.. estoy más excitada que nunca y me venís a preguntar eso? Jajaja. 
-Jaja… yo también… no sabés como tengo la concha… me mojé mal! Estoy manchando la sábana, haceme acordar mañana de lavarla.-Florcha. 
-Me encantó la pija que tiene. Me dieron unas ganas de metérmela en la boca! –Agustina. 
-¿Y después cuando se hizo la paja? No puedo creer como nos pusimos! 
-Perdóname pero yo necesito tocarme hermanita. 
-Yo también Agus. 
-Bueno, hagámoslo las dos juntas.. pero sin hacer ruido! 
 
Florencia y Agustina se quitaron toda la ropa, y se taparon con la sábana. Se empezaron a masturbar. 
 
Agustina se pasaba una mano por el pubis peladito, tocando el clítoris. Casi se muere. Siguió bajando frotándose los labios bien húmedos. Se metió dos dedos fácilmente en la concha, los sacaba y metía. Con la otra mano, se chupó un dedo y se lo metió ligeramente en la cola. 
 
Florencia, se abrió bien de piernas, se tocó primero el pubis peludo, y después la vagina. Palpó como tenía los labios, súper hinchados. El clítoris lo sentía grandecito, y muy sensible. Tenía la concha chorreando, se deslizó un dedo un poquito adentro de la chocha pero no quería forzar el himen. Se contentó como siempre disfrutando el clítoris. 
 
Mientras ambas emitían leves gemiditos, estaban por llegar al orgasmo. 
 
-¿Ya probaste meterte el dedo en la concha?-Agustina entre jadeos. 
-…No… todavía no, me duele un poco.-Florcha. 
-Mmmhhh… intenta metértelo en la cola.-Agustina. 
 
Florencia, mientras mantenía una mano en el clítoris, con la otra buscó su ano, levantó la cola un poco y se metió la mano entre sus enormes nalgas. No hacía falta lubricación porque estaba llena hasta el ojete de flujo. Encontró el agujerito y trató de metérselo, entró re fácil. Se estremeció enseguida al sentir medio dedo adentro del culo. Se masturbó más el clítoris, con el dedito metido adentro de la cola y acabó. Se retorció en toda la cama, emitiendo gemidos bajos. 
 
-Ahhhhh mmmmmm….uhhh 
 
Agustina escuchó a su hermana y también se vino, masturbándose el clítoris con dos dedos entrando y saliendo de su conchita. 
 
Tras los súper-orgasmos… se quedaron calladas y quietas, despatarradas sobre las camas, a patas abiertas. 
 
-Uffff… hermanita! Creo que nunca tuve uno así!-Agustina. 
-Mmmhhh ni yo… estuvo tremendo!-Florcha. 
-Como nos puso este pendejo, por dios… 
 
Florencia se sacó el dedo de adentro la cola, mientras se acariciaba la concha con su mano… así hasta que se durmió. Agustina palmó enseguida. 

5 comentarios - Hermanas (cap 9.3)

Chacal121
Cuando las demás partes?
Chacal121
Estamos esperando las demás partes
horaclio
muy buen relato espero la continuacion
van 10+