Es una serie de relatos larga, como la anterior. Espero les guste, anticipo que se trata de las aventuras de una novia un poco ingenua y picante...
Conocí a mi novia online cuando teníamos los dos 26. La verdad es que escasas veces me había funcionado esto de las citas pactadas por internet, conocí alguna que otra chica pero muy pocas. Hasta Melina. Ella me habló porque teníamos los mismos intereses y nos llevamos bien inmediatamente.
Meli vivía a unas horas de la ciudad. Había creado un perfil en la ciudad porque planeaba mudarse aquí muy pronto. Luego de chatear por un tiempo, decidimos conocernos en persona. La primera vez que nos conocimos fue el mejor fin de semana de mi vida. Nos pasamos dos días enteros en su casa, y apenas salimos de la habitación. Antes de conocerla yo estaba bastante seguro que ella estaba usando fotos falsas, lo que hizo que mi sorpresa fuera inmensa cuando finalmente la conocí en persona. De alguna manera, las fotos de internet le quedaban cortas.
Tiene pelo marrón que le llega hasta los hombros. Sus ojos son negros, profundos y cautivadores, tiene una mirada que hace imposible apartar la vista luego de hacer contacto visual. Ella siempre se burlaba de mí por la cantidad de veces que yo me perdía mirándola mientras hablaba. posee un rostro precioso y una sonrisa espectacular, capaz de poner a cualquier modelo de maquillaje celosa. Los finos rasgos, la nariz pequeña. Todo demasiado cercano a la perfección.
También tiene, por distancia, el mejor cuerpo de cualquier chica que jamás haya visto en persona, ni hablar de haber tenido sexo. Sus tetas, bien sostenidas y levantadas, literalmente tienen el tamaño de melones. Cualquier remera que use, nunca podían contenerlas bien y si usa las que tienen escotes, ni hablemos. Siempre hizo ejercicio y la realidad es que su estómago completamente plano y su hermoso y mediano culo, combinaban de manera perfecta.
Meli siempre se queja de que su cuerpo hace parecer casi toda su ropa muy atrevida, pero yo apenas me puedo quejar. Siempre que la veo, me entran ganas de agarrarla de algun lado y no dejarla ir. Por supuesto que esto significa que a todos los hombres les llama la atención, pero yo no me pongo celoso porque se que está comprometida conmigo y nuestra relación.
Si algo, lo que me produce es algo de preocupación porque en un mundo tan machista como éste, lamentablemente una mujer hegemónicamente atractiva no puede caminar tranquila por la calle y el miedo a que algo le pase a Meli siempre está.
En fin, vuelta a la historia. Esa semana, los padres de mi amigo Marcos estaban vendiendo su casa del lago, y el quería un último disfrutar este verano en la casa antes de que la compren. Marcos, Andrés, Kylian y yo habíamos planeado esto durante todo el año. Además, era una buena oportunidad para presentarle mi novia a mis amigos, ya que todavía no había podido encontrar la chance.
Marcos usualmente me jodía, diciendo que las fotos de Meli que les mostré eran falsas y que si es real, es mucho más fea. Yo estaba emocionado por hacerle tragar sus palabras, ya que él siempre se agranda porque es (aunque apenas) más exitoso con las mujeres que el resto de nosotros.
Miré a Meli en el asiento de pasajero. Hoy estaba vistiendo una musculosa negra con unos shorts azules. No se había puesto ropa interior porque quería ir a nadar apenas lleguemos. Cuando la recogí en su casa, la jodí con que los muchachos iban a amarla si no usaba ropa interior en toda la semana, ganándome un golpe juguetón en el brazo. Ahora mismo estaba mirando a la ventana.
-Sólo espero caerles bien- Dijo, con expresión pensativa, luego de un largo silencio.
-Te van a re querer, no te preocupes-le dije-De hecho, me preocupa más que ellos no te caigan bien a vos-.
-¿Por? Si vos me gustás y a vos te gustan ellos, ellos me van a caer bien-.
-Pueden ser un poco rústicos, especialmente alrededor de mujeres-.
Meli se rió. -Seguro que me caen bien entonces. Siempre fui más de tener grupos de amigos que de amigas. La rusticidad puede ser divertida y fresca-.
---
Fuimos los últimos en llegar. Tuve que trabajar la noche anterior, me levanté muy temprano para llegar a recoger a Meli y manejé casi todo el día hasta llegar a la casa de Marcos. Para cuando llegamos, a eso de las 6 de la tarde, yo estaba destruido. La casa era espectacular, 5 habitaciones, una pileta y un yacuzzi. La familia de Marcos viene de varias generaciones muy ricas y ésta casa era una buena muestra de ello. La rodeaba el bosque y el vecino más próximo estaba a 2km.
Cuando estábamos entrando escuchamos música proveniente de la parte trasera de la casa. Agarramos las cosas del auto y nos dirigimos allí, pero antes de llegar a la parte donde estaban mis amigos, Meli me frenó.
-Decime que va a estar todo bien-
Yo me reí y le di un beso.-Va a estar todo espectacular-.
Rodeamos la casa y llegamos a la parte de la pileta. Mis tres mejores amigos estaban allí, flotando en la parte menos profunda, con una cerveza en la mano.
-¡Brian!- me gritó Kylian, sonriendo. Andrés (le decimos “Andy”) se paró y me dio un gran abrazo, al que Marcos se sumó. Luego apareció Meli.
-¡Dios santo!- gritó Andy.
-¿Esa es Melina?!?- preguntó Andy
-Hola chicos- dijo Meli, dejando caer los bolsos y saludando con la mano (lo que hizo que sus tetas se balancearan un poco).
-¿Cómo lograste gustarle? me susurró Marcos, con su mirada fija en las tremendas tetas de Melina.
-Sí, gran trabajo- me susurró también Andy.
Kylian salió de la pileta y me fue a chocar la mano, pero subestimé su fuerza y me tiró para atrás. Trastabillé y me hubiera caído a la pileta si no fuera porque Meli estaba parada en el borde y me choqué contra ella. Claro, yo me salvé pero ella cayó directo al agua. Por suerte no tenía encima nada más que la ropa y sus llaves.
Me di vuelta y la vi resurgir del agua. Había caido en la parte no profunda, así que fácilmente se pudo parar. Pero inmediatamente me preocupé. La remera mojada se había pegado casi completamente a la piel, moldeando perfectamente sus tetas.
Y ni hablar de los pezones. Por el frío del agua, estaban erectos y la remera no dejaba un centímetro a la imaginación de mis amigos, que la miraban atentamente.
-¡Dios mío!- gritó Meli -Justo le estaba diciendo a Brian que quería dejarles una buena primera impresión y lo primero que hago es caerme a la pileta-.
-Fue buenísimo- soltó Kylian, sonriéndole.
-Emm amor, se te pegó un poco la remera- le dije.
Meli miró para abajo y se dio cuenta.
-¡Ay!- gritó, agarrándose las tetas, tapándose los pezones, aunque sus manos no podían cubrir toda la superficie de las enormes tetas.
-Tranquila, no se ve nada- le dijo Andy.
-Sé lo finita que es esta musculosa, así que sé que se ve todo- le contestó Meli riéndose, visiblemente avergonzada.
Pero todo empeoró cuando Meli salió de la pileta. Ella salió, pero sus shorts no la acompañaron. Miré horrorizado cómo su pequeño short, pesado por el agua, se deslizó por su perfecta cintura y cayó al suelo apenas salió de la pileta.
Meli se dio cuenta al instante y lo primero que hizo fue taparse la concha, aunque estaba de espaldas a nosotros y no se veía nada. Nos miró, roja como un tomate, se agachó rápidamente y se puso los shorts.
-Perdón chicos, dos minutos y ya me quedo en bolas- dijo, nerviosa
-Tranquila, solo te vimos el culo.- le dijo Kylian y, para sorpresa de todos, se dio vuelta y se bajó la malla también. -Para que estemos parejos-. Se los subió de nuevo, sonriéndole a mi novia, quien parecía agradecida y le devolvió la sonrisa tímidamente.
-Bueno, ahora que ya pasó, los presento. Chicos, ella es mi novia Melina. Meli, ellos son Marcos, Kylian y Andy.
Marcos abrió los brazos y le dio un abrazo que Meli, aunque sorprendida, recibió bien.
Los otros dos luego hicieron lo mismo, sin duda apretando bastante y sintiendo sus tetas, pero bueno, tampoco los podía culpar demasiado.
Luego de los abrazos, nos quedamos charlando un poco, aunque claramente a mis amigos se les hacía difícil no mirar las tremendas tetas obscenamente marcadas por la musculosa mojada.
-Bueno chicos vamos a poner nuestras cosas al cuarto y cambiarnos- dije, un poco incómodo. Aunque por suerte Meli no parecía haber notado la atención especial, así que tampoco me preocupé mucho.
Andy nos ayudó a subir las cosas a la habitación y nos dejó solos.
-Tus amigos son re graciosos- tiró Meli, sacándose la musculosa y dejando libre esas tremendas tetas.
Yo me tiré en la cama, completamente agotado, mientras ella se quitaba el short.
-¿Querés venir a la pileta?- me preguntó, al tiempo que se subía arriba mío, desnuda.-Salvo que prefieras jugar un poco antes-.
Yo estaba en el cielo, pero estaba realmente muy cansado.
-Creo que necesito una siesta antes, estoy matado-.
-Uuu bueno. Es la primera vez que estoy desnuda y no la tenés parada amor-.
-Creeme, no es por vos, solamente no tengo energía-.
-Ya sé, ya sé- contestó, levantándose de la cama. -Sólo que hace una semana que no nos vemos y estoy re caliente-
-Tranquila, esta noche te mato, preparate-
Ella se rió y dijo que lo haría, antes de empezar a probar algunas mallas para ponerse. Le recomendé una malla entera, antes de cerrar los ojos y sucumbir ante el sueño.
---
Desperté unas horas después al escuchar un grito de Meli. Abrí los ojos de golpe y me senté. Escuché risas, así que fui hasta la ventana y miré al jardín. Vi a los cuatro parados en un círculo, riéndose a carcajadas. Mis amigos estaban con mallas y mi novia estaba con una malla entera con un corte V que le llegaba hasta la mitad de las tetas, marcándole tremendamente el escote.
-¡Mira lo que hiciste nene!- le gritaba en ese momento Meli a Kylian -Ayudame a buscar el pin ahora.
-No pasa nada boluda, te queda mejor la malla así- le contestó él. Los otros dos afirmaron lo mismo y ella pareció quedarse más tranquila.
-Igual, tengo que buscar otro pin- dijo
-No hace falta, no se te ve nada- le respondió Marcos.
-¡Si vos y Andy recién me re vieron las tetas!-.
-¿En serio?- preguntó Kylian.
-Apenas, fue por medio segundo- respondió Andy.
A todo esto, aunque estaba medio dormido, me molestó bastante. Aunque tampoco parece haber pasado algo terrible.
-Igual, voy a agarrar otro- dijo ella.
Yo volví a tirarme en la cama a esperarla, pero pasaron 15 minutos y no aparecía. Pensé en levantarme a ver si seguía en el jardín, pero el cansancio me ganó y otra vez me quedé dormido.
---
El cielo ya estaba oscuro cuando desperté. Me puse unos shorts y una remera y bajé al primer piso. En el comedor no había nadie, pero escuché voces en el jardín y hacia allí me dirigí. Afuera me encontré con que mi novia y los pibes estaban en el jacuzzi. Mis amigos estaban sentados en el borde con los pies metidos en el agua, mientras que Meli estaba sentada en el medio, con el agua hasta el ombligo. Un inflable entre ellos sostenía 4 botellas de cerveza.
Lo primero que noté es que las tetas de Meli resaltaban tanto como había visto esa tarde. Si había buscado otro pin, cosa que dudaba, se le había vuelto a salir. La malla estaba abierta en el medio y le cubría hasta los pezones (que se notaban duros, dicho sea de paso). Los pibes, sentados delante de ella, tenían claramente una vista privilegiada que seguramente no desaprovecharon.
-¿Como dormiste Brian?- me preguntó Andy, mientras agarraba, relajado, una cerveza.
-Bien- dije yo, metiéndome en el jacuzzi y sentándome al lado de Meli, quien me dió un beso.
Marcos se ofreció para hacer asado y todos aceptamos y nos empezamos a levantar del jacuzzi, lentamente, ya que estábamos muy cómodos. Meli fue un show. Se puso de pie y todos vimos cómo ese traje no sólo era ajustado arriba, sino que abajo también. Se le había metido bien entre las nalgas y, ante nuestra atenta mirada, metió una mano bajo su traje en el culo y se despegó la malla.
Terminado el show, todos pasamos una agradable cena y, a eso de las 12, nos fuimos todos para nuestros respectivos cuartos (Marcos al suyo, Kylian y Andy al suyo compartido y Meli y yo al nuestro).
-Contame de la tarde- le dije, apenas entramos mi novia y yo al cuarto. Ella no respondió, al menos no con palabras. Me miró intensamente antes de desnudarse y tirarse en la cama, boca arriba. Rápidamente me tiré al lado de ella, quien se puso arriba mío y me empezó a dar besos relámpago.
-Creo que lo hice- me dijo.
-¿Hiciste qué?-.
-Caerle bien a tus amigos. Justo antes de que te despertaras me dijeron que les encantó conocerme y charlar. Me dijeron que ya era uno de los pibes-.
“Sí, seguro te ven como uno de los pibes” pensé yo. Todavía estaba algo enojado por el asunto del pin. Tenía muchas ganas de cojer pero si lo hacía no iba a poder preguntarle porque me iba a morir después. Así que reuní fuerzas y la presioné un poco.
-Contame qué pasó- le dije. Ella me frunció el ceño, se bajó de mí y se tiró en la cama, a mi lado.
-Bueno, estuvimos ahí, jodiendo en la pileta todo el día. Fue divertido pero no podía parar de pensar en esto- dijo, agarrando mi pija, completamente parada. Yo le saqué la mano gentilmente, con un esfuerzo descomunal.
-Pero te quería preguntarte qué pasó porque me levanté a la tarde y te escuché gritar-
-Ah, eso. Te cuento, pero prometeme que no te vas a enojar- me dijo.
-Bueno-
-En la pileta empezamos a jugar a algunos juegos. Primero con el frisbee, después a la mancha. Jugando justamente a esto último, Marcos una vez me tocó en el cuello pero se le cayó la mano y me arrancó el pin que tenía para sostenerme más cerrada la malla-.
A todo esto, vio que mi erección no bajaba y empezó a pajearme lentamente, mientras hablaba con suavidad. -Me enojé un poco, pero me tranquilizaron y después seguimos jugando. El tema es que, en algún momento, sin darme cuenta se me abrió la malla y se me vieron los pezones un rato.
Me mató. La idea de mis amigos viendo las tetas de mi novia fue demasiado y, antes de darme cuenta de qué estaba pasando, empecé a acabar en la mano de Meli.
-Ay bebé. Nunca te había visto acabar tan fuerte- me dijo. No sabía qué responder. ¿Por qué la idea de las tetas de mi novia estando a la vista de mis amigos me hizo acabar así? Sentí la energía dejando mi cuerpo como agua por el drenaje.
-Parece que a alguien le gusta la idea de mostrarme un poquito- me dijo, sonriendo pícaramente.-¿No te enojaste, no?-.
Yo estaba tan cansado que no podía pensar claramente -Está bien amor, pero ya está, ya les caíste bien, no hace falta que te expongas más. Y perdón, no vamos a poder cojer hoy, no doy más-.
-Está bien, no pasa nada. Puedo aguantar un día más- me dijo, antes de darme un beso y acostarse boca abajo como para dormir. Desnuda. No podía creer que no me excitara, pero lamentablemente así funciona el cuerpo humano que Dios, Alá, Moisés o quién sabe quién o qué había creado a su maldito antojo. ¿Estaba cometiendo un error al no reprocharle un poco más a Meli? Esperaba que no.
Conocí a mi novia online cuando teníamos los dos 26. La verdad es que escasas veces me había funcionado esto de las citas pactadas por internet, conocí alguna que otra chica pero muy pocas. Hasta Melina. Ella me habló porque teníamos los mismos intereses y nos llevamos bien inmediatamente.
Meli vivía a unas horas de la ciudad. Había creado un perfil en la ciudad porque planeaba mudarse aquí muy pronto. Luego de chatear por un tiempo, decidimos conocernos en persona. La primera vez que nos conocimos fue el mejor fin de semana de mi vida. Nos pasamos dos días enteros en su casa, y apenas salimos de la habitación. Antes de conocerla yo estaba bastante seguro que ella estaba usando fotos falsas, lo que hizo que mi sorpresa fuera inmensa cuando finalmente la conocí en persona. De alguna manera, las fotos de internet le quedaban cortas.
Tiene pelo marrón que le llega hasta los hombros. Sus ojos son negros, profundos y cautivadores, tiene una mirada que hace imposible apartar la vista luego de hacer contacto visual. Ella siempre se burlaba de mí por la cantidad de veces que yo me perdía mirándola mientras hablaba. posee un rostro precioso y una sonrisa espectacular, capaz de poner a cualquier modelo de maquillaje celosa. Los finos rasgos, la nariz pequeña. Todo demasiado cercano a la perfección.
También tiene, por distancia, el mejor cuerpo de cualquier chica que jamás haya visto en persona, ni hablar de haber tenido sexo. Sus tetas, bien sostenidas y levantadas, literalmente tienen el tamaño de melones. Cualquier remera que use, nunca podían contenerlas bien y si usa las que tienen escotes, ni hablemos. Siempre hizo ejercicio y la realidad es que su estómago completamente plano y su hermoso y mediano culo, combinaban de manera perfecta.
Meli siempre se queja de que su cuerpo hace parecer casi toda su ropa muy atrevida, pero yo apenas me puedo quejar. Siempre que la veo, me entran ganas de agarrarla de algun lado y no dejarla ir. Por supuesto que esto significa que a todos los hombres les llama la atención, pero yo no me pongo celoso porque se que está comprometida conmigo y nuestra relación.
Si algo, lo que me produce es algo de preocupación porque en un mundo tan machista como éste, lamentablemente una mujer hegemónicamente atractiva no puede caminar tranquila por la calle y el miedo a que algo le pase a Meli siempre está.
En fin, vuelta a la historia. Esa semana, los padres de mi amigo Marcos estaban vendiendo su casa del lago, y el quería un último disfrutar este verano en la casa antes de que la compren. Marcos, Andrés, Kylian y yo habíamos planeado esto durante todo el año. Además, era una buena oportunidad para presentarle mi novia a mis amigos, ya que todavía no había podido encontrar la chance.
Marcos usualmente me jodía, diciendo que las fotos de Meli que les mostré eran falsas y que si es real, es mucho más fea. Yo estaba emocionado por hacerle tragar sus palabras, ya que él siempre se agranda porque es (aunque apenas) más exitoso con las mujeres que el resto de nosotros.
Miré a Meli en el asiento de pasajero. Hoy estaba vistiendo una musculosa negra con unos shorts azules. No se había puesto ropa interior porque quería ir a nadar apenas lleguemos. Cuando la recogí en su casa, la jodí con que los muchachos iban a amarla si no usaba ropa interior en toda la semana, ganándome un golpe juguetón en el brazo. Ahora mismo estaba mirando a la ventana.
-Sólo espero caerles bien- Dijo, con expresión pensativa, luego de un largo silencio.
-Te van a re querer, no te preocupes-le dije-De hecho, me preocupa más que ellos no te caigan bien a vos-.
-¿Por? Si vos me gustás y a vos te gustan ellos, ellos me van a caer bien-.
-Pueden ser un poco rústicos, especialmente alrededor de mujeres-.
Meli se rió. -Seguro que me caen bien entonces. Siempre fui más de tener grupos de amigos que de amigas. La rusticidad puede ser divertida y fresca-.
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Fuimos los últimos en llegar. Tuve que trabajar la noche anterior, me levanté muy temprano para llegar a recoger a Meli y manejé casi todo el día hasta llegar a la casa de Marcos. Para cuando llegamos, a eso de las 6 de la tarde, yo estaba destruido. La casa era espectacular, 5 habitaciones, una pileta y un yacuzzi. La familia de Marcos viene de varias generaciones muy ricas y ésta casa era una buena muestra de ello. La rodeaba el bosque y el vecino más próximo estaba a 2km.
Cuando estábamos entrando escuchamos música proveniente de la parte trasera de la casa. Agarramos las cosas del auto y nos dirigimos allí, pero antes de llegar a la parte donde estaban mis amigos, Meli me frenó.
-Decime que va a estar todo bien-
Yo me reí y le di un beso.-Va a estar todo espectacular-.
Rodeamos la casa y llegamos a la parte de la pileta. Mis tres mejores amigos estaban allí, flotando en la parte menos profunda, con una cerveza en la mano.
-¡Brian!- me gritó Kylian, sonriendo. Andrés (le decimos “Andy”) se paró y me dio un gran abrazo, al que Marcos se sumó. Luego apareció Meli.
-¡Dios santo!- gritó Andy.
-¿Esa es Melina?!?- preguntó Andy
-Hola chicos- dijo Meli, dejando caer los bolsos y saludando con la mano (lo que hizo que sus tetas se balancearan un poco).
-¿Cómo lograste gustarle? me susurró Marcos, con su mirada fija en las tremendas tetas de Melina.
-Sí, gran trabajo- me susurró también Andy.
Kylian salió de la pileta y me fue a chocar la mano, pero subestimé su fuerza y me tiró para atrás. Trastabillé y me hubiera caído a la pileta si no fuera porque Meli estaba parada en el borde y me choqué contra ella. Claro, yo me salvé pero ella cayó directo al agua. Por suerte no tenía encima nada más que la ropa y sus llaves.
Me di vuelta y la vi resurgir del agua. Había caido en la parte no profunda, así que fácilmente se pudo parar. Pero inmediatamente me preocupé. La remera mojada se había pegado casi completamente a la piel, moldeando perfectamente sus tetas.
Y ni hablar de los pezones. Por el frío del agua, estaban erectos y la remera no dejaba un centímetro a la imaginación de mis amigos, que la miraban atentamente.
-¡Dios mío!- gritó Meli -Justo le estaba diciendo a Brian que quería dejarles una buena primera impresión y lo primero que hago es caerme a la pileta-.
-Fue buenísimo- soltó Kylian, sonriéndole.
-Emm amor, se te pegó un poco la remera- le dije.
Meli miró para abajo y se dio cuenta.
-¡Ay!- gritó, agarrándose las tetas, tapándose los pezones, aunque sus manos no podían cubrir toda la superficie de las enormes tetas.
-Tranquila, no se ve nada- le dijo Andy.
-Sé lo finita que es esta musculosa, así que sé que se ve todo- le contestó Meli riéndose, visiblemente avergonzada.
Pero todo empeoró cuando Meli salió de la pileta. Ella salió, pero sus shorts no la acompañaron. Miré horrorizado cómo su pequeño short, pesado por el agua, se deslizó por su perfecta cintura y cayó al suelo apenas salió de la pileta.
Meli se dio cuenta al instante y lo primero que hizo fue taparse la concha, aunque estaba de espaldas a nosotros y no se veía nada. Nos miró, roja como un tomate, se agachó rápidamente y se puso los shorts.
-Perdón chicos, dos minutos y ya me quedo en bolas- dijo, nerviosa
-Tranquila, solo te vimos el culo.- le dijo Kylian y, para sorpresa de todos, se dio vuelta y se bajó la malla también. -Para que estemos parejos-. Se los subió de nuevo, sonriéndole a mi novia, quien parecía agradecida y le devolvió la sonrisa tímidamente.
-Bueno, ahora que ya pasó, los presento. Chicos, ella es mi novia Melina. Meli, ellos son Marcos, Kylian y Andy.
Marcos abrió los brazos y le dio un abrazo que Meli, aunque sorprendida, recibió bien.
Los otros dos luego hicieron lo mismo, sin duda apretando bastante y sintiendo sus tetas, pero bueno, tampoco los podía culpar demasiado.
Luego de los abrazos, nos quedamos charlando un poco, aunque claramente a mis amigos se les hacía difícil no mirar las tremendas tetas obscenamente marcadas por la musculosa mojada.
-Bueno chicos vamos a poner nuestras cosas al cuarto y cambiarnos- dije, un poco incómodo. Aunque por suerte Meli no parecía haber notado la atención especial, así que tampoco me preocupé mucho.
Andy nos ayudó a subir las cosas a la habitación y nos dejó solos.
-Tus amigos son re graciosos- tiró Meli, sacándose la musculosa y dejando libre esas tremendas tetas.
Yo me tiré en la cama, completamente agotado, mientras ella se quitaba el short.
-¿Querés venir a la pileta?- me preguntó, al tiempo que se subía arriba mío, desnuda.-Salvo que prefieras jugar un poco antes-.
Yo estaba en el cielo, pero estaba realmente muy cansado.
-Creo que necesito una siesta antes, estoy matado-.
-Uuu bueno. Es la primera vez que estoy desnuda y no la tenés parada amor-.
-Creeme, no es por vos, solamente no tengo energía-.
-Ya sé, ya sé- contestó, levantándose de la cama. -Sólo que hace una semana que no nos vemos y estoy re caliente-
-Tranquila, esta noche te mato, preparate-
Ella se rió y dijo que lo haría, antes de empezar a probar algunas mallas para ponerse. Le recomendé una malla entera, antes de cerrar los ojos y sucumbir ante el sueño.
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Desperté unas horas después al escuchar un grito de Meli. Abrí los ojos de golpe y me senté. Escuché risas, así que fui hasta la ventana y miré al jardín. Vi a los cuatro parados en un círculo, riéndose a carcajadas. Mis amigos estaban con mallas y mi novia estaba con una malla entera con un corte V que le llegaba hasta la mitad de las tetas, marcándole tremendamente el escote.
-¡Mira lo que hiciste nene!- le gritaba en ese momento Meli a Kylian -Ayudame a buscar el pin ahora.
-No pasa nada boluda, te queda mejor la malla así- le contestó él. Los otros dos afirmaron lo mismo y ella pareció quedarse más tranquila.
-Igual, tengo que buscar otro pin- dijo
-No hace falta, no se te ve nada- le respondió Marcos.
-¡Si vos y Andy recién me re vieron las tetas!-.
-¿En serio?- preguntó Kylian.
-Apenas, fue por medio segundo- respondió Andy.
A todo esto, aunque estaba medio dormido, me molestó bastante. Aunque tampoco parece haber pasado algo terrible.
-Igual, voy a agarrar otro- dijo ella.
Yo volví a tirarme en la cama a esperarla, pero pasaron 15 minutos y no aparecía. Pensé en levantarme a ver si seguía en el jardín, pero el cansancio me ganó y otra vez me quedé dormido.
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El cielo ya estaba oscuro cuando desperté. Me puse unos shorts y una remera y bajé al primer piso. En el comedor no había nadie, pero escuché voces en el jardín y hacia allí me dirigí. Afuera me encontré con que mi novia y los pibes estaban en el jacuzzi. Mis amigos estaban sentados en el borde con los pies metidos en el agua, mientras que Meli estaba sentada en el medio, con el agua hasta el ombligo. Un inflable entre ellos sostenía 4 botellas de cerveza.
Lo primero que noté es que las tetas de Meli resaltaban tanto como había visto esa tarde. Si había buscado otro pin, cosa que dudaba, se le había vuelto a salir. La malla estaba abierta en el medio y le cubría hasta los pezones (que se notaban duros, dicho sea de paso). Los pibes, sentados delante de ella, tenían claramente una vista privilegiada que seguramente no desaprovecharon.
-¿Como dormiste Brian?- me preguntó Andy, mientras agarraba, relajado, una cerveza.
-Bien- dije yo, metiéndome en el jacuzzi y sentándome al lado de Meli, quien me dió un beso.
Marcos se ofreció para hacer asado y todos aceptamos y nos empezamos a levantar del jacuzzi, lentamente, ya que estábamos muy cómodos. Meli fue un show. Se puso de pie y todos vimos cómo ese traje no sólo era ajustado arriba, sino que abajo también. Se le había metido bien entre las nalgas y, ante nuestra atenta mirada, metió una mano bajo su traje en el culo y se despegó la malla.
Terminado el show, todos pasamos una agradable cena y, a eso de las 12, nos fuimos todos para nuestros respectivos cuartos (Marcos al suyo, Kylian y Andy al suyo compartido y Meli y yo al nuestro).
-Contame de la tarde- le dije, apenas entramos mi novia y yo al cuarto. Ella no respondió, al menos no con palabras. Me miró intensamente antes de desnudarse y tirarse en la cama, boca arriba. Rápidamente me tiré al lado de ella, quien se puso arriba mío y me empezó a dar besos relámpago.
-Creo que lo hice- me dijo.
-¿Hiciste qué?-.
-Caerle bien a tus amigos. Justo antes de que te despertaras me dijeron que les encantó conocerme y charlar. Me dijeron que ya era uno de los pibes-.
“Sí, seguro te ven como uno de los pibes” pensé yo. Todavía estaba algo enojado por el asunto del pin. Tenía muchas ganas de cojer pero si lo hacía no iba a poder preguntarle porque me iba a morir después. Así que reuní fuerzas y la presioné un poco.
-Contame qué pasó- le dije. Ella me frunció el ceño, se bajó de mí y se tiró en la cama, a mi lado.
-Bueno, estuvimos ahí, jodiendo en la pileta todo el día. Fue divertido pero no podía parar de pensar en esto- dijo, agarrando mi pija, completamente parada. Yo le saqué la mano gentilmente, con un esfuerzo descomunal.
-Pero te quería preguntarte qué pasó porque me levanté a la tarde y te escuché gritar-
-Ah, eso. Te cuento, pero prometeme que no te vas a enojar- me dijo.
-Bueno-
-En la pileta empezamos a jugar a algunos juegos. Primero con el frisbee, después a la mancha. Jugando justamente a esto último, Marcos una vez me tocó en el cuello pero se le cayó la mano y me arrancó el pin que tenía para sostenerme más cerrada la malla-.
A todo esto, vio que mi erección no bajaba y empezó a pajearme lentamente, mientras hablaba con suavidad. -Me enojé un poco, pero me tranquilizaron y después seguimos jugando. El tema es que, en algún momento, sin darme cuenta se me abrió la malla y se me vieron los pezones un rato.
Me mató. La idea de mis amigos viendo las tetas de mi novia fue demasiado y, antes de darme cuenta de qué estaba pasando, empecé a acabar en la mano de Meli.
-Ay bebé. Nunca te había visto acabar tan fuerte- me dijo. No sabía qué responder. ¿Por qué la idea de las tetas de mi novia estando a la vista de mis amigos me hizo acabar así? Sentí la energía dejando mi cuerpo como agua por el drenaje.
-Parece que a alguien le gusta la idea de mostrarme un poquito- me dijo, sonriendo pícaramente.-¿No te enojaste, no?-.
Yo estaba tan cansado que no podía pensar claramente -Está bien amor, pero ya está, ya les caíste bien, no hace falta que te expongas más. Y perdón, no vamos a poder cojer hoy, no doy más-.
-Está bien, no pasa nada. Puedo aguantar un día más- me dijo, antes de darme un beso y acostarse boca abajo como para dormir. Desnuda. No podía creer que no me excitara, pero lamentablemente así funciona el cuerpo humano que Dios, Alá, Moisés o quién sabe quién o qué había creado a su maldito antojo. ¿Estaba cometiendo un error al no reprocharle un poco más a Meli? Esperaba que no.
3 comentarios - Presentando a mi novia - Parte 1