Ya a la siguiente tarde, Florencia desde su habitación llamó a su hermano, para empezar a estudiar.
El chico ingresó al cuarto de sus hermanas. Tenían varios posters pegados en las paredes con cosas de chicas... hacían varios años que estaban allí colgados.
Florcha estaba acostada boca abajo en su cama. Al lado, a escasos centímetros, estaba la cama de Agustina. La luz de la mesita en medio de ambas camas, alumbraba bastante bien.
- Acá vamos a estudiar? -Preguntó Martín mientras le miraba el culo a su hermana, apretado por el jean oscuro.
- Sí... es más cómodo. Algún problema?
-No.. está bien.
- Ok, sentate acá.-Florencia se corrió a un lado, y con la mano hizo el gesto para que Martín se siente en su cama, a su lado.
El chico se sentó en la cama de su hermana, a su lado.
Hacía bastante tiempo que no entraba a la habitación de Agustina y Florencia. Iba más seguido cuando todos eran más pequeños, y se ponían a jugar a algo.
Florencia abrió la carpeta y sacó las hojas que iban a estudiar.
- Todo tuyo… enséñame.-Florcha le entregó las hojas.
- Bueno, esto es así…
Y así empezó a enseñarle los temas a su hermana. Tras una hora y media de estudio, Florencia decidió que era suficiente por ese día. Además ya notaba que empezaba a progresar, y todo gracias a su hermanito! Guardó la carpeta y se levantó de la cama:
- Gracias enano!-Dijo Florcha, dándole un beso en el cachete a Martín.
- De nada… además recordá que te tengo que devolver el favor por lo que estás haciendo por mí.
- Bueno, tampoco te lo tomes tan a pecho.
- Es lo justo. Por cierto, y sobre eso… quiero preguntarte, o pedirte algo.
- Decime.-Flor lo miraba con cara de niña buena.
- Puedo… seguir haciéndolo? Quiero decir… si no te molesta… sino no hay problema… no quiero que te enojes..porfa.-Dijo Martín casi temblando.
- No sé… si te gusta tanto…que se yo, me da un poco de vergüenza, en serio te gusta tanto?
- Sí, mucho. Pero si te molesta, te juro que no lo hago más.
- No… lo pensé un poco, y me cuesta entenderlo, pero… si vos querés, yo te guardo el secreto. Aunque te sigo diciendo que me parece asqueroso…
- Muchísimas gracias, Flor. De verdad.
- Bueno… supongo que es un buen trato. Yo te guardo el secreto y te permito seguir haciendo eso, pero vos me ayudas con toda la materia.
- Sí! Me parece perfecto.
Tras esa conversación, salieron de la habitación. Todo marchaba bien, y Florencia sabía que no debía arriesgarse a que su hermano la deje de ayudar con la materia, para aprobar con seguridad y poder ingresar a la universidad. Y permitiéndole seguir con aquello a su hermano menor, se aseguraba eso.
“Tampoco es para tanto” pensaba.
Florcha esa tarde se fue a bañar, y cuando se estaba quitando la ropa, se acordó de su hermano. Se quitó la bombacha y la dejó arriba de toda la ropa, lista para él.
Apenas salió ella, ingresó él, y se le aceleró el corazón cuando vio la bombacha negra de su hermana a simple vista. La tomó, y se llenó de su olor para hacerse una paja. Adoraba su humedad. Esto se repitió los siguientes días. Florencia dejaba sus prendas encima de toda la ropa, pues ya sabía que haría su hermanito con ellas después. Martín se dio cuenta del cambio, y se daba placer con el consentimiento de su hermana.
:::
Uno de los días en que ambos estaban estudiando en la cama, tras varias horas de estudio, empezaron a hablar del tema:
- Bueno, ya es hora de irme, tengo inglés.-Florencia mirando su reloj.
- Ok. (Bostezo largo y profundo de Martín)
- Porqué esa cara hermanito? Gracias por la clase.
- Por nada… estoy aburrido.
- Bueno, vas a tener tu premio ahora, ponete contento.
- Ja… ya me cambió la cara, gracias!!
- Ay… es increíble lo tuyo eh. Te puedo hacer una pregunta, ya que estamos solos?
- Sí.-Martín agudizó sus sentidos.
- Cómo es el procedimiento? O sea… que hacés para masturbarte con mis bombachas?
Martín miraba a la cara a su hermana en su cama, a escasos centímetros. Ante la pregunta, su miembro se puso duro.
- En serio querés saber?
- Sí!
Tenía una erección de caballo, y empezaba a preocuparse de que ella lo notara.
El muchacho tragó saliva.
- Bueno, me encanta entrar al baño y ver tus bombachas ahí, o las de Agustina…antes no era así, quiero decir, hace relativamente poco empecé a hacerlo. Agarro la bombacha y me excita mucho saber que la tenías puesta, y sentir el olor que tienen… me excita muchísimo el olor. Me empiezo a masturbar oliéndola y acabo enseguida…no estás molesta?
- No… la primera vez que te agarré en el baño y me dijiste que te hacías la paja con mi tanga –Martín al escuchar esto, sintió como la pija le iba a estallar-, no creas que me pareció normal… no entiendo como puede gustarte eso… en serio.
- Como te dije… no lo entendés… Flor, no le contás a nadie, no?
- A quién querés que le cuente hermanito? Le voy a decir a alguien que le doy mis bombachas a mi hermano para que se haga pajas oliéndolas! Pensá nene!
- Jajajajaja, sí, tenés razón.
- Ay… en fin, me voy a duchar.
Salieron de la habitación, y la chica se metió al baño. Al bajarse la colaless, se sintió extraña. Algo excitada. Miró la mancha de humedad de su propia prenda y se imaginó como su hermano se masturbaría con ella. Dejó la bombachita a la vista y se metió a la ducha con la mano abajo. Tras tocarse el pubis peludito, palpó con dos deditos su conchita y la notó húmeda. Se estremeció. Quería olvidar ese episodio, pero… seguía afuera de la bañera, desnuda. Le encantaba tocarse la concha y sentirla toda viscosa. Se llevó los dos dedos a la lengua para pasarles saliva, y se los pasó por su ya inflamadito clítoris.
- Mmmmmmmmm –Gimió en voz baja.
Sabía que si continuaba, tendría que desahogarse. Se detuvo y se metió a la bañera, tratando de olvidar lo sucedido. Lo que hace pocos días le parecía una asquerosidad, ahora no lo era tanto.
Su ingenuidad en el sexo, su desconocimiento e inexperiencia, la habían llevado poco a poco a compartir cosas nuevas con su hermano menor. Fue algo paulatino, realmente no se dio cuenta de hasta donde había llegado su curiosidad. Aún era virgen, y ante las burlas de sus amigas, la ponían mal de vez en cuando. Era muy bella, y con ese cuerpazo… pero ningún chico le interesaba, tampoco hablaba de estos temas con Agustina –le daba vergüenza- y encontró accidentalmente en su hermanito alguien igual a ella, inexperto en las artes sexuales, y ahora cómplices de secretos oscuros. Hasta el punto de ponerse excitada sabiendo lo que haría su hermano con su bombacha húmeda.
Todos esos sentimientos florecieron durante su ducha, pero no estaba arrepentida. Ya salida de la bañera, se secó. Agarró una tanga rosa limpia y se la fue poniendo despacito y lento, disfrutándolo. Se la subió por las piernas suave, hasta llegar arriba. Le encantó sentir la tela metiéndose entre sus enormes nalgas. Sentir la tanga toda metidita en la cola… se la ajustó bien arriba para sentirla bien apretada en la concha.
Estaba excitada.
Apenas salió del baño, buscó sus cosas y salió por el living para irse a inglés. Saludó a su hermano, indicándole que ya tenía el baño libre.
Martín terminó lo que estaba haciendo, fue a su habitación a buscar ropa, y fue al baño ya si para desahogarse. La conversación con su hermana lo había puesto muy caliente.
Aprovechando que no había nadie en casa, se sacó toda la ropa y recogió la bombachita que su hermana le había dejado.
Buscó la parte interior, llena de humedad vaginal. La llevó a su cara e inhaló. Que delicia…
Mientras se pajeaba, disfrutaba tanto como podía del olor a concha. La de Florencia. Su hermana. No era un olor desagradable, olía a hembra, era adictivo, seductor.. y era perfecto. Lo encendía.
Antes de terminar, se puso la bombacha de su hermana sobre su pene, rodeándolo, y se masturbó fuerte para derramar leche caliente… algunos chorros salieron disparados, otros cayeron más cerca, y las últimas gotas, cayeron por el tronco del pene, mojando la bombachita y llenándola de semen…
Una vez saciada su calentura, tomó papel higiénico para limpiar un poco el semen de la tela. No era cuestión de que alguien se entere, y más cuando su madre recogería esa ropa…
La limpió y quedó más o menos bien… aunque estaba húmeda por todas partes, por la vagina de Florencia y por su semen!
Que mas daba.. la dejó allí y se metió a la bañera.
Ese día era viernes por la noche ya. Luego del incidente en el baño, en la cena mamá preguntó a su hija como iba el estudio, a lo que respondió que la estaba ayudando Martín.
- Que bien hijo. Qué solidaridad. Deberian aprender ustedes eh, chiruzas jaja. -Dijo la madre durante la cena.
Todos rieron. Florencia se dijo en su mente "sí mami, ni te imaginas a cambio de qué cosas me ayuda con la tarea mi hermanito..." Mientras cruzaba miradas cómplices con su hermano...
Después de terminar la cena, Florcha recogió la mesa. Avisó a Agustina que le tocaba lavar los platos a ella ese día, pero la hermana mayor sacó una nueva excusa, -Me tengo que bañar ya porque me voy- asique tuvo que realizar la tarea.
Mientras refregaba la esponja sobre los platos con agua caliente, Martín pasaba por allí, con el ipod en mano mientras hablaba por whatsapp con su amigo Lucas.
- ¿Salís enano?
- No.
- Por?
- Lo de siempre... Lucas no tiene ganas y para ir solo, no da.
- Ay ese muchacho...
- Vos? Salis?
- No. Salgo mañana.
- Ah.
- Mañana salimos, querés?
- Qué?
- Ya que nunca salis, vení conmigo mañana... podemos salir juntos.
- Cómo? Vos no salis con tus amigas?
- Sí, y?
- Que molesto... además voy a estar incómodo.
- No seas tonto. En serio mañana salimos. Alguna vez tenes que salir.
- Bueno...
- Ah che, mañana a la mañana estudiamos, querés?
- Dale... despertame cuando estés lista... me voy a dormir tarde. Voy a echar unas partidas a la Play.
- Ok.
Así Martín se fue a la sala a jugar unos partidos al Fifa antes de irse a dormir. Florcha terminó de lavar los platos, y se fue a la cama. Estaba agotada.
Llegó a su habitación. Aprovechó que estaba sola, con Agustina bañándose, su madre ya durmiendo, y Martín en la sala. Se despojó de su ropa, y se quitó el corpiño. Estaba sólo con la tanguita puesta, se miró al espejo grande de su habitación. Tenía los pezones algo paraditos, se fijó como algunos pelitos del pubis se le escapaban a los lados del elástico de la tanga. Se giró para mirarse la cola. Le gustó como se veía, grande, firme, redonda y con la tela metiéndose toda entre sus nalgas. Se metió a la cama así. Se sentía sucia y un poco cachonda. Se arropó bien con las sábanas y trató de dormirse.
Martín se quedó jugando en la PS3 hasta la madrugada, cuando se fue a dormir.
Amaneció muy caluroso el sábado por la mañana.
Florcha estaba dormida cuando escuchó como su hermana Agustina arribaba a casa. Escuchó ruidos y algún golpe con la puerta, prueba cabal de que venía pasadita de alcohol. Entró a su habitación y la escuchó acostarse en su cama, a pocos centímetros de la suya.
Un rato más tarde, Florencia se despertó. Los rayos de sol ya entraban por la ventana. Apenas abrió los ojos, lo primero que sintió es su cuerpo apenas transpirado por el calor que despertaba aquella mañana.
Miró a su costado, como Agustina dormía profundamente, y salió de la cama. En tetas y en tanga, abrió el placard. Hacía tanto calor que prefirió no ponerse corpiño, escogió una remera blanca de tirantes para estar suelta y fresca. Tenía el escote en 'u' que dejaba ver el comienzo del canal de sus tetas. Buscó en la parte de abajo y agarró una calza gris. Más apretada aún si cabe que las anteriores que habían puesto como un burro a su hermano. Se puso la calza y salió de su habitación sin percatarse de que estaba tan apretada que se le marcaba toda la tanga debajo de la calza.
Por último se ató el pelo con un rodete y salió para la cocina. Mamá ya se había ido al trabajo. Puso a calentar el agua y preparar dos tazas de café. Mientras el agua se calentaba, fue a la habitación de su hermano a despertarlo.
Abrió la puerta y entró, el cuarto de Martín era obviamente más pequeño, con la cama pegada a una de las paredes. Las paredes eran azules, tenía una mesita con velador a su lado, y muchos posters pegados a la pared de jugadores de fútbol y coches.
Florcha fue hasta un lado de la cama, prendió el velador y vió a su hermano destapado, estaba con un short liviano. Le dió unas pequeñas zamarreadas en el hombro y lo llamó para que se despertase.
- Martín... enano... ya estoy.
- Uhm.
El chico abrió los ojos lentamente, con los brazos estirados recibiendo la luz del velador.
Florencia salió y fue nuevamente a la cocina. Cerró el fuego pues el agua en la pava estaba hirviendo. Puso una cucharada de café en cada taza y sirvió el agua. Con ambas tazas en sus manos, regresó a la habitación.
Las dejó en la mesita de luz mientras buscaba su carpeta. Ya finalmente con la carpeta abierta, se sentó en la cama al lado del muchacho.
- Dale dormilón!
- Yaaa.
- Acá te preparé café.
- Gracias hermanita.
Se puso de pie y salió de la cama.
- Uf. Hace calor o soy yo?
- Hace calor, está insoportable.
El muchacho cogió una remera y se la puso. Florcha puso la carpeta en la cama, y se acostó boca abajo en la cama de su hermano, como había hecho las veces anteriores, haciendo de cuenta que estaba en su cama.
- ¿Porqué vamos a estudiar acá? -Preguntó el chico mientras se sentaba en la cama al lado de su hermana, aún medio dormido.
- Porque está durmiendo Agustina.
- Ah cierto.
Ya con todo preparado, empezaron con el estudio, mientras de a ratos bebían café, con la mañana surgiendo y el calor haciéndose presente.
Tras unos minutos, el chico empezaba a sentir un poco de sudor en su cuerpo. Estaba sentado de costado en la cama, al lado de su hermana, que estaba del lado de la pared, acostada boca abajo, leyendo los apuntes.
Martín la miró. Observó su negro y oscuro cabello ondulado recogido, la remera blanca dejando ver sus hombros desnudos, y....
Cuando miró más abajo, empezó a transpirar más. Su hermana traía una calza gris apretadísima. Se le marcaba el enorme culo de una manera descomunal. Se fijó que se le marcaba la tanga! Era demasiado... además de que la calza se le metía ya en la raja del culo y lo definía a la perfección, la tanga se le marcaba todita. Se apreciaban bien los bordes de la tanguita sobresalir debajo de la calza, y notaba que era bastante estrecha. A juzgar por la marca en la calza, apenas le debería cubrir la raja del culo y un poquitín más. Ya tenía la pija hecha un misil, apuntando al techo. El short liviano formaba una carpa difícil de disimular.
- Martín... nene!
Florencia lo llamó mientras Martín estaba viéndole el ojete. Giró a verla a la cara...
- Qué hacés? No es temprano todavía para mirarme la cola? Aguántate unas horas...
- Pe.. perdón.
- Me la vas a gastar de tanto mirármela.
El muchacho trató de seguir con el estudio y enfocarse en eso. Pero con semejante culazo entangado y con esa calza ajustadísima hasta el límite, era difícil.
Siguieron estudiando un rato más, mientras que el chico no perdía oportunidad de cada tanto mirarle el ojete.
Florencia escuchaba los consejos de su hermano y resolvía los ejercicios cada vez con menos problemas. Se percataba de como el chico le miraba la cola todo el tiempo. Se sentía casi acosada, pero en su interior le agradaba.
Se fijó en el muchacho de reojo casi, haciéndose la que estaba pensando con el lápiz en la boca, y se percató que el chico estaba con la pija parada, por la presión que ejercía en el short.
"No puede ser. La tiene dura? La tiene paradita. Lo puse tan caliente que se le puso así"
Sintió un escalofrío. Todavía no había visto una pija en vivo y en directo, sólo las había visto en algún que otro video que había visto hace tiempo con sus amigas. Ahora tenía una ahí. La de su hermanito. Tenía una pija parada al lado suyo.
Florcha seguía sintiendo las miradas de su hermano en la cola. Y estaba empezando a excitarse con toda la situación morbosa.
El calor de la mañana hacía mella en ambos. Estaban transpirando. Por el calor y por la calentura que tenían. En la habitación el aire estaba denso.
- Bueno, creo que ya terminamos por hoy.-Dijo Florcha para salir del paso. Aunque aún le faltaban algunos problemas que resolver.
- Ok.
Florencia observó como su hermano le devoraba el orto con la mirada.
- Voy a empezar a pensar que tengo algo en la cola.
- Sorry.. no puedo aguantar.
- Tengo algo o qué?
- No... bueno, es que se te nota...
Florencia se extraño.
- Qué se me nota?
- La... la tanga.
Florcha trató de voltearse y mirarse -sin éxito-
- Cómo que se me nota la tanga?
- Bueno, es que se te nota a través de la calza.
- Ahh. Por eso me mirás tanto esta mañana.
- Ya, no pude contenerme, te pido disculpas.
- Vale. Es mi culpa. No te preocupes.
Martín estaba caliente como una moto. Poco a poco empezaba a pensar más con la cabeza de abajo que con la de arriba.
- En fin, muchas gracias por las clases enano. Creo que estás haciendo mucho por mí.
- Gracias. Flor... te puedo pedir algo?
- Decime.
- Te animas a... mostrármela?
La cara de Florencia se puso roja, y una mezcla de asustada/sorprendida.
- Perdón?
- No te enojes... sólo quería pedirte, si vos querés obvio, que me dejes verte la tanga un poquito... porfaa.
- Vos te estas escuchando lo que estás diciendo?
- Sí... y me da muchísima vergüenza pedírtelo, créeme... pero verte así... me gusta demasiado, Flor. Yo sé que esta mal y todo eso pero... estas buenísima. Estás tan buena.
- Jajaja. Tan buena estoy? No mientas.
- No miento, estas muy buena. Estas hermosa.
- Y porqué haría eso? -Enfatizó su hermana mientras seguía jugando con el lápiz en su boca.
- No sé. Porque me gustas mucho. No puedo dejar de verte esa cola tan hermosa que tenés hermanita. Sería increíble que me muestres la tanguita. Te lo agradecería mucho.
- Y si las ves todos los días en el baño.
- Sí pero esto es distinto. La tenés puesta y vertela puesta sería 100 veces mejor.
- Pero me da vergüenza. Aparte somos hermanos.. esto es casi incesto.
- Si uso tus tanguitas en el baño… que tan distinto puede ser que me la muestres ahora?
A Florencia le estaba gustando el juego.
- Y vos que harías por mí? -Le respondió con lujuria, mirando a su hermano a los ojos mordiendo el lápiz suavemente.
- Lo que quieras.... puedo hacer las tareas de la casa que te correspondan a vos, no sé.
- En serio?
- Sí. Las tareas del hogar que te correspondan, las hago yo.
Florencia pensaba que el chico sabía como negociar. Hacer las tareas del hogar no le gustaba nada. Era una buena oferta.
- Mmmm no sé.
- Dale... te hago todas las tareas que quieras. Sólo tenes que mostrarme la tanga un ratito y te librás de mucho trabajo.
- Dios!.... Es una buena oferta, hdp. Sólo mostrar?
- Sí..Porfaaa. -Martín puso su mejor cara de niño bueno.
- .........Bueno. Todos los días que estudiemos?
- Síiii.
- Ok. Ese es el trato. Acá y ahora te la muestro?
Florcha se mordía el labio inferior mientras sentía como su tierna chochita virgen y adolescente se tragaba toda la tanga. Sentía como estaba mojando toda la tanga, que a esa altura la sentía ardiendo metida en la concha. Estaba excitadísima.
El chico ingresó al cuarto de sus hermanas. Tenían varios posters pegados en las paredes con cosas de chicas... hacían varios años que estaban allí colgados.
Florcha estaba acostada boca abajo en su cama. Al lado, a escasos centímetros, estaba la cama de Agustina. La luz de la mesita en medio de ambas camas, alumbraba bastante bien.
- Acá vamos a estudiar? -Preguntó Martín mientras le miraba el culo a su hermana, apretado por el jean oscuro.
- Sí... es más cómodo. Algún problema?
-No.. está bien.
- Ok, sentate acá.-Florencia se corrió a un lado, y con la mano hizo el gesto para que Martín se siente en su cama, a su lado.
El chico se sentó en la cama de su hermana, a su lado.
Hacía bastante tiempo que no entraba a la habitación de Agustina y Florencia. Iba más seguido cuando todos eran más pequeños, y se ponían a jugar a algo.
Florencia abrió la carpeta y sacó las hojas que iban a estudiar.
- Todo tuyo… enséñame.-Florcha le entregó las hojas.
- Bueno, esto es así…
Y así empezó a enseñarle los temas a su hermana. Tras una hora y media de estudio, Florencia decidió que era suficiente por ese día. Además ya notaba que empezaba a progresar, y todo gracias a su hermanito! Guardó la carpeta y se levantó de la cama:
- Gracias enano!-Dijo Florcha, dándole un beso en el cachete a Martín.
- De nada… además recordá que te tengo que devolver el favor por lo que estás haciendo por mí.
- Bueno, tampoco te lo tomes tan a pecho.
- Es lo justo. Por cierto, y sobre eso… quiero preguntarte, o pedirte algo.
- Decime.-Flor lo miraba con cara de niña buena.
- Puedo… seguir haciéndolo? Quiero decir… si no te molesta… sino no hay problema… no quiero que te enojes..porfa.-Dijo Martín casi temblando.
- No sé… si te gusta tanto…que se yo, me da un poco de vergüenza, en serio te gusta tanto?
- Sí, mucho. Pero si te molesta, te juro que no lo hago más.
- No… lo pensé un poco, y me cuesta entenderlo, pero… si vos querés, yo te guardo el secreto. Aunque te sigo diciendo que me parece asqueroso…
- Muchísimas gracias, Flor. De verdad.
- Bueno… supongo que es un buen trato. Yo te guardo el secreto y te permito seguir haciendo eso, pero vos me ayudas con toda la materia.
- Sí! Me parece perfecto.
Tras esa conversación, salieron de la habitación. Todo marchaba bien, y Florencia sabía que no debía arriesgarse a que su hermano la deje de ayudar con la materia, para aprobar con seguridad y poder ingresar a la universidad. Y permitiéndole seguir con aquello a su hermano menor, se aseguraba eso.
“Tampoco es para tanto” pensaba.
Florcha esa tarde se fue a bañar, y cuando se estaba quitando la ropa, se acordó de su hermano. Se quitó la bombacha y la dejó arriba de toda la ropa, lista para él.
Apenas salió ella, ingresó él, y se le aceleró el corazón cuando vio la bombacha negra de su hermana a simple vista. La tomó, y se llenó de su olor para hacerse una paja. Adoraba su humedad. Esto se repitió los siguientes días. Florencia dejaba sus prendas encima de toda la ropa, pues ya sabía que haría su hermanito con ellas después. Martín se dio cuenta del cambio, y se daba placer con el consentimiento de su hermana.
:::
Uno de los días en que ambos estaban estudiando en la cama, tras varias horas de estudio, empezaron a hablar del tema:
- Bueno, ya es hora de irme, tengo inglés.-Florencia mirando su reloj.
- Ok. (Bostezo largo y profundo de Martín)
- Porqué esa cara hermanito? Gracias por la clase.
- Por nada… estoy aburrido.
- Bueno, vas a tener tu premio ahora, ponete contento.
- Ja… ya me cambió la cara, gracias!!
- Ay… es increíble lo tuyo eh. Te puedo hacer una pregunta, ya que estamos solos?
- Sí.-Martín agudizó sus sentidos.
- Cómo es el procedimiento? O sea… que hacés para masturbarte con mis bombachas?
Martín miraba a la cara a su hermana en su cama, a escasos centímetros. Ante la pregunta, su miembro se puso duro.
- En serio querés saber?
- Sí!
Tenía una erección de caballo, y empezaba a preocuparse de que ella lo notara.
El muchacho tragó saliva.
- Bueno, me encanta entrar al baño y ver tus bombachas ahí, o las de Agustina…antes no era así, quiero decir, hace relativamente poco empecé a hacerlo. Agarro la bombacha y me excita mucho saber que la tenías puesta, y sentir el olor que tienen… me excita muchísimo el olor. Me empiezo a masturbar oliéndola y acabo enseguida…no estás molesta?
- No… la primera vez que te agarré en el baño y me dijiste que te hacías la paja con mi tanga –Martín al escuchar esto, sintió como la pija le iba a estallar-, no creas que me pareció normal… no entiendo como puede gustarte eso… en serio.
- Como te dije… no lo entendés… Flor, no le contás a nadie, no?
- A quién querés que le cuente hermanito? Le voy a decir a alguien que le doy mis bombachas a mi hermano para que se haga pajas oliéndolas! Pensá nene!
- Jajajajaja, sí, tenés razón.
- Ay… en fin, me voy a duchar.
Salieron de la habitación, y la chica se metió al baño. Al bajarse la colaless, se sintió extraña. Algo excitada. Miró la mancha de humedad de su propia prenda y se imaginó como su hermano se masturbaría con ella. Dejó la bombachita a la vista y se metió a la ducha con la mano abajo. Tras tocarse el pubis peludito, palpó con dos deditos su conchita y la notó húmeda. Se estremeció. Quería olvidar ese episodio, pero… seguía afuera de la bañera, desnuda. Le encantaba tocarse la concha y sentirla toda viscosa. Se llevó los dos dedos a la lengua para pasarles saliva, y se los pasó por su ya inflamadito clítoris.
- Mmmmmmmmm –Gimió en voz baja.
Sabía que si continuaba, tendría que desahogarse. Se detuvo y se metió a la bañera, tratando de olvidar lo sucedido. Lo que hace pocos días le parecía una asquerosidad, ahora no lo era tanto.
Su ingenuidad en el sexo, su desconocimiento e inexperiencia, la habían llevado poco a poco a compartir cosas nuevas con su hermano menor. Fue algo paulatino, realmente no se dio cuenta de hasta donde había llegado su curiosidad. Aún era virgen, y ante las burlas de sus amigas, la ponían mal de vez en cuando. Era muy bella, y con ese cuerpazo… pero ningún chico le interesaba, tampoco hablaba de estos temas con Agustina –le daba vergüenza- y encontró accidentalmente en su hermanito alguien igual a ella, inexperto en las artes sexuales, y ahora cómplices de secretos oscuros. Hasta el punto de ponerse excitada sabiendo lo que haría su hermano con su bombacha húmeda.
Todos esos sentimientos florecieron durante su ducha, pero no estaba arrepentida. Ya salida de la bañera, se secó. Agarró una tanga rosa limpia y se la fue poniendo despacito y lento, disfrutándolo. Se la subió por las piernas suave, hasta llegar arriba. Le encantó sentir la tela metiéndose entre sus enormes nalgas. Sentir la tanga toda metidita en la cola… se la ajustó bien arriba para sentirla bien apretada en la concha.
Estaba excitada.
Apenas salió del baño, buscó sus cosas y salió por el living para irse a inglés. Saludó a su hermano, indicándole que ya tenía el baño libre.
Martín terminó lo que estaba haciendo, fue a su habitación a buscar ropa, y fue al baño ya si para desahogarse. La conversación con su hermana lo había puesto muy caliente.
Aprovechando que no había nadie en casa, se sacó toda la ropa y recogió la bombachita que su hermana le había dejado.
Buscó la parte interior, llena de humedad vaginal. La llevó a su cara e inhaló. Que delicia…
Mientras se pajeaba, disfrutaba tanto como podía del olor a concha. La de Florencia. Su hermana. No era un olor desagradable, olía a hembra, era adictivo, seductor.. y era perfecto. Lo encendía.
Antes de terminar, se puso la bombacha de su hermana sobre su pene, rodeándolo, y se masturbó fuerte para derramar leche caliente… algunos chorros salieron disparados, otros cayeron más cerca, y las últimas gotas, cayeron por el tronco del pene, mojando la bombachita y llenándola de semen…
Una vez saciada su calentura, tomó papel higiénico para limpiar un poco el semen de la tela. No era cuestión de que alguien se entere, y más cuando su madre recogería esa ropa…
La limpió y quedó más o menos bien… aunque estaba húmeda por todas partes, por la vagina de Florencia y por su semen!
Que mas daba.. la dejó allí y se metió a la bañera.
Ese día era viernes por la noche ya. Luego del incidente en el baño, en la cena mamá preguntó a su hija como iba el estudio, a lo que respondió que la estaba ayudando Martín.
- Que bien hijo. Qué solidaridad. Deberian aprender ustedes eh, chiruzas jaja. -Dijo la madre durante la cena.
Todos rieron. Florencia se dijo en su mente "sí mami, ni te imaginas a cambio de qué cosas me ayuda con la tarea mi hermanito..." Mientras cruzaba miradas cómplices con su hermano...
Después de terminar la cena, Florcha recogió la mesa. Avisó a Agustina que le tocaba lavar los platos a ella ese día, pero la hermana mayor sacó una nueva excusa, -Me tengo que bañar ya porque me voy- asique tuvo que realizar la tarea.
Mientras refregaba la esponja sobre los platos con agua caliente, Martín pasaba por allí, con el ipod en mano mientras hablaba por whatsapp con su amigo Lucas.
- ¿Salís enano?
- No.
- Por?
- Lo de siempre... Lucas no tiene ganas y para ir solo, no da.
- Ay ese muchacho...
- Vos? Salis?
- No. Salgo mañana.
- Ah.
- Mañana salimos, querés?
- Qué?
- Ya que nunca salis, vení conmigo mañana... podemos salir juntos.
- Cómo? Vos no salis con tus amigas?
- Sí, y?
- Que molesto... además voy a estar incómodo.
- No seas tonto. En serio mañana salimos. Alguna vez tenes que salir.
- Bueno...
- Ah che, mañana a la mañana estudiamos, querés?
- Dale... despertame cuando estés lista... me voy a dormir tarde. Voy a echar unas partidas a la Play.
- Ok.
Así Martín se fue a la sala a jugar unos partidos al Fifa antes de irse a dormir. Florcha terminó de lavar los platos, y se fue a la cama. Estaba agotada.
Llegó a su habitación. Aprovechó que estaba sola, con Agustina bañándose, su madre ya durmiendo, y Martín en la sala. Se despojó de su ropa, y se quitó el corpiño. Estaba sólo con la tanguita puesta, se miró al espejo grande de su habitación. Tenía los pezones algo paraditos, se fijó como algunos pelitos del pubis se le escapaban a los lados del elástico de la tanga. Se giró para mirarse la cola. Le gustó como se veía, grande, firme, redonda y con la tela metiéndose toda entre sus nalgas. Se metió a la cama así. Se sentía sucia y un poco cachonda. Se arropó bien con las sábanas y trató de dormirse.
Martín se quedó jugando en la PS3 hasta la madrugada, cuando se fue a dormir.
Amaneció muy caluroso el sábado por la mañana.
Florcha estaba dormida cuando escuchó como su hermana Agustina arribaba a casa. Escuchó ruidos y algún golpe con la puerta, prueba cabal de que venía pasadita de alcohol. Entró a su habitación y la escuchó acostarse en su cama, a pocos centímetros de la suya.
Un rato más tarde, Florencia se despertó. Los rayos de sol ya entraban por la ventana. Apenas abrió los ojos, lo primero que sintió es su cuerpo apenas transpirado por el calor que despertaba aquella mañana.
Miró a su costado, como Agustina dormía profundamente, y salió de la cama. En tetas y en tanga, abrió el placard. Hacía tanto calor que prefirió no ponerse corpiño, escogió una remera blanca de tirantes para estar suelta y fresca. Tenía el escote en 'u' que dejaba ver el comienzo del canal de sus tetas. Buscó en la parte de abajo y agarró una calza gris. Más apretada aún si cabe que las anteriores que habían puesto como un burro a su hermano. Se puso la calza y salió de su habitación sin percatarse de que estaba tan apretada que se le marcaba toda la tanga debajo de la calza.
Por último se ató el pelo con un rodete y salió para la cocina. Mamá ya se había ido al trabajo. Puso a calentar el agua y preparar dos tazas de café. Mientras el agua se calentaba, fue a la habitación de su hermano a despertarlo.
Abrió la puerta y entró, el cuarto de Martín era obviamente más pequeño, con la cama pegada a una de las paredes. Las paredes eran azules, tenía una mesita con velador a su lado, y muchos posters pegados a la pared de jugadores de fútbol y coches.
Florcha fue hasta un lado de la cama, prendió el velador y vió a su hermano destapado, estaba con un short liviano. Le dió unas pequeñas zamarreadas en el hombro y lo llamó para que se despertase.
- Martín... enano... ya estoy.
- Uhm.
El chico abrió los ojos lentamente, con los brazos estirados recibiendo la luz del velador.
Florencia salió y fue nuevamente a la cocina. Cerró el fuego pues el agua en la pava estaba hirviendo. Puso una cucharada de café en cada taza y sirvió el agua. Con ambas tazas en sus manos, regresó a la habitación.
Las dejó en la mesita de luz mientras buscaba su carpeta. Ya finalmente con la carpeta abierta, se sentó en la cama al lado del muchacho.
- Dale dormilón!
- Yaaa.
- Acá te preparé café.
- Gracias hermanita.
Se puso de pie y salió de la cama.
- Uf. Hace calor o soy yo?
- Hace calor, está insoportable.
El muchacho cogió una remera y se la puso. Florcha puso la carpeta en la cama, y se acostó boca abajo en la cama de su hermano, como había hecho las veces anteriores, haciendo de cuenta que estaba en su cama.
- ¿Porqué vamos a estudiar acá? -Preguntó el chico mientras se sentaba en la cama al lado de su hermana, aún medio dormido.
- Porque está durmiendo Agustina.
- Ah cierto.
Ya con todo preparado, empezaron con el estudio, mientras de a ratos bebían café, con la mañana surgiendo y el calor haciéndose presente.
Tras unos minutos, el chico empezaba a sentir un poco de sudor en su cuerpo. Estaba sentado de costado en la cama, al lado de su hermana, que estaba del lado de la pared, acostada boca abajo, leyendo los apuntes.
Martín la miró. Observó su negro y oscuro cabello ondulado recogido, la remera blanca dejando ver sus hombros desnudos, y....
Cuando miró más abajo, empezó a transpirar más. Su hermana traía una calza gris apretadísima. Se le marcaba el enorme culo de una manera descomunal. Se fijó que se le marcaba la tanga! Era demasiado... además de que la calza se le metía ya en la raja del culo y lo definía a la perfección, la tanga se le marcaba todita. Se apreciaban bien los bordes de la tanguita sobresalir debajo de la calza, y notaba que era bastante estrecha. A juzgar por la marca en la calza, apenas le debería cubrir la raja del culo y un poquitín más. Ya tenía la pija hecha un misil, apuntando al techo. El short liviano formaba una carpa difícil de disimular.
- Martín... nene!
Florencia lo llamó mientras Martín estaba viéndole el ojete. Giró a verla a la cara...
- Qué hacés? No es temprano todavía para mirarme la cola? Aguántate unas horas...
- Pe.. perdón.
- Me la vas a gastar de tanto mirármela.
El muchacho trató de seguir con el estudio y enfocarse en eso. Pero con semejante culazo entangado y con esa calza ajustadísima hasta el límite, era difícil.
Siguieron estudiando un rato más, mientras que el chico no perdía oportunidad de cada tanto mirarle el ojete.
Florencia escuchaba los consejos de su hermano y resolvía los ejercicios cada vez con menos problemas. Se percataba de como el chico le miraba la cola todo el tiempo. Se sentía casi acosada, pero en su interior le agradaba.
Se fijó en el muchacho de reojo casi, haciéndose la que estaba pensando con el lápiz en la boca, y se percató que el chico estaba con la pija parada, por la presión que ejercía en el short.
"No puede ser. La tiene dura? La tiene paradita. Lo puse tan caliente que se le puso así"
Sintió un escalofrío. Todavía no había visto una pija en vivo y en directo, sólo las había visto en algún que otro video que había visto hace tiempo con sus amigas. Ahora tenía una ahí. La de su hermanito. Tenía una pija parada al lado suyo.
Florcha seguía sintiendo las miradas de su hermano en la cola. Y estaba empezando a excitarse con toda la situación morbosa.
El calor de la mañana hacía mella en ambos. Estaban transpirando. Por el calor y por la calentura que tenían. En la habitación el aire estaba denso.
- Bueno, creo que ya terminamos por hoy.-Dijo Florcha para salir del paso. Aunque aún le faltaban algunos problemas que resolver.
- Ok.
Florencia observó como su hermano le devoraba el orto con la mirada.
- Voy a empezar a pensar que tengo algo en la cola.
- Sorry.. no puedo aguantar.
- Tengo algo o qué?
- No... bueno, es que se te nota...
Florencia se extraño.
- Qué se me nota?
- La... la tanga.
Florcha trató de voltearse y mirarse -sin éxito-
- Cómo que se me nota la tanga?
- Bueno, es que se te nota a través de la calza.
- Ahh. Por eso me mirás tanto esta mañana.
- Ya, no pude contenerme, te pido disculpas.
- Vale. Es mi culpa. No te preocupes.
Martín estaba caliente como una moto. Poco a poco empezaba a pensar más con la cabeza de abajo que con la de arriba.
- En fin, muchas gracias por las clases enano. Creo que estás haciendo mucho por mí.
- Gracias. Flor... te puedo pedir algo?
- Decime.
- Te animas a... mostrármela?
La cara de Florencia se puso roja, y una mezcla de asustada/sorprendida.
- Perdón?
- No te enojes... sólo quería pedirte, si vos querés obvio, que me dejes verte la tanga un poquito... porfaa.
- Vos te estas escuchando lo que estás diciendo?
- Sí... y me da muchísima vergüenza pedírtelo, créeme... pero verte así... me gusta demasiado, Flor. Yo sé que esta mal y todo eso pero... estas buenísima. Estás tan buena.
- Jajaja. Tan buena estoy? No mientas.
- No miento, estas muy buena. Estas hermosa.
- Y porqué haría eso? -Enfatizó su hermana mientras seguía jugando con el lápiz en su boca.
- No sé. Porque me gustas mucho. No puedo dejar de verte esa cola tan hermosa que tenés hermanita. Sería increíble que me muestres la tanguita. Te lo agradecería mucho.
- Y si las ves todos los días en el baño.
- Sí pero esto es distinto. La tenés puesta y vertela puesta sería 100 veces mejor.
- Pero me da vergüenza. Aparte somos hermanos.. esto es casi incesto.
- Si uso tus tanguitas en el baño… que tan distinto puede ser que me la muestres ahora?
A Florencia le estaba gustando el juego.
- Y vos que harías por mí? -Le respondió con lujuria, mirando a su hermano a los ojos mordiendo el lápiz suavemente.
- Lo que quieras.... puedo hacer las tareas de la casa que te correspondan a vos, no sé.
- En serio?
- Sí. Las tareas del hogar que te correspondan, las hago yo.
Florencia pensaba que el chico sabía como negociar. Hacer las tareas del hogar no le gustaba nada. Era una buena oferta.
- Mmmm no sé.
- Dale... te hago todas las tareas que quieras. Sólo tenes que mostrarme la tanga un ratito y te librás de mucho trabajo.
- Dios!.... Es una buena oferta, hdp. Sólo mostrar?
- Sí..Porfaaa. -Martín puso su mejor cara de niño bueno.
- .........Bueno. Todos los días que estudiemos?
- Síiii.
- Ok. Ese es el trato. Acá y ahora te la muestro?
Florcha se mordía el labio inferior mientras sentía como su tierna chochita virgen y adolescente se tragaba toda la tanga. Sentía como estaba mojando toda la tanga, que a esa altura la sentía ardiendo metida en la concha. Estaba excitadísima.
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