Florencia se fue a dormir pensando en lo sucedido. “Cómo le puede gustar oler mis tangas para masturbarse? Eso le gusta? Le gustará a todos los chicos? Que asco”.
Al día siguiente, en el desayuno familiar, nada hacia pensar que Agustina o su madre sospecharán algo.
A pesar de que Florencia en un momento de la conversación de la noche anterior con su hermano menor se sintió casi horrorizada con lo sucedido, a medida que iban pasando las horas, poco a poco ese sentimiento se le fue yendo. Dejó de darle tanta importancia. Pensaba que al fin y al cabo no era tan grave…que quizás ella lo había exagerado. Que su hermano disfrute su sexualidad como quiera.
Esa mañana en la escuela, sin prestar atención al profesor, se puso a pensar en porqué a su hermanito le gustaba hacer eso.
“¿Qué de especial pueden tener mis tangas?”
Al pensar en toda la situación, sintió un leve cosquilleo en su entrepierna. Se asustó.
Luego ya en casa, esa tarde estaba asqueada de revisar los ejercicios de matemáticas, que tenía que llevar hechos el lunes a la escuela.
Le iba bastante bien en la escuela, pero en matemáticas era de terror, era su peor materia. No había forma de que supiera hacer esos problemas matemáticos.
Estuvo largo rato quebrándose la cabeza para poder hacerlos, pero no había forma. Podía llamar a alguna de sus amigas, pero era todo un fastidio. Ya las había molestado tantas veces con las tareas de matemáticas que pensó que no quería molestarlas otra vez.
Pidió ayuda a su hermana Agustina, quien desistió porque se iba a la uni enseguida…. Tampoco es que ella supiera mucho de mate.
Martín llegó a casa luego de estar de un amigo, abrió la heladera para beber una lata de coca-cola, mientras hablaba a Flor, que la veía con cara de enojo moviendo el lápiz con sus dedos:
- Te pasa algo?
- Sí, que ya estoy harta de éstos ejercicios… no los sé hacer, y tengo que llevarlos completos para el lunes.
- Y que pasa si no los hacés?
- Repruebo.. ya, me la llevo. Vengo con la nota baja y no puedo fallar en lo más mínimo hasta fin de año.
- Querés que te ayude?
- En serio?
- Sí… así también te devuelvo la mano que me diste con guardar el secreto
- Jajaja, bien, me parece justo.
Más que ayudarla, se los hizo completos. Martín, como se mencionó al principio del relato, no era un, como se les llama coloquialmente, ‘nerd’, pero sí era muy responsable y estudioso para la escuela. Nunca había reprobado, y se lo tomaba muy en serio. Los ejercicios de matemáticas que le daban a su hermana mayor, les resultaban relativamente fáciles al muchacho, la cual era su materia favorita y predilecta, donde rozaba el 10 de promedio.
En unos 15-20 minutos, el chico terminó con los ejercicios sin mayores problemas.
- Si hubiera sabido antes que eras tan bueno, no estaría reprobando matemática, jajaja. Gracias hermanito.
- Jajajaja. De nada, Flor.
- Ah, y sobre lo que hablamos anoche, ahora que estamos solos… sentite libre de preguntarme alguna inquietud que tengas.. no tengas vergüenza.
- …Gracias por tu confianza, hermana. Por ahora no se me ocurre nada.. tampoco quiero incomodarte.
- No me incomodas, en serio. Me voy a bañar que tengo que salir.. pórtate bien, sabes a lo queme refiero, eh.
- Sí.
Florencia se fue a la ducha. Se quitó la blusa… el corpiño, dejando salir libres ambas tetas, pequeñas pero redondas, jóvenes y firmes, con el ondulado y oscuro cabello cayendo sobre ellas. Se quitó el jean, las zapatillas, y se bajó la bombacha, de manera que su pobladito pubis peludo quedó a la vista a la luz del baño., trató de meter la bombacha recién usada debajo de la ropa… se preguntó si su hermano la obedecería… por lo pronto no quería contárselo a Agustina.
Poco importó donde estuviera, pues cuando se fue a duchar Martín, revolvió toda la ropa para encontrar la bombachita, y hacerse una soberana pajota a la salud de su hermana.
Así los días fueron transcurriendo… había días en los que el muchacho se contenía como podía y no las tocaba, pero a veces era irresistible… estaba rompiendo el pacto con la buena de su hermana que tanto lo había comprendido.
Pero llegar al baño, y ver encima de la ropa de Agustina, una tanga mojada, era imposible de resistirse.
Además de las tangas, imaginarse que tan solo hace unos momentos las llevaban puestas sus hermosas hermanas, era re morboso!
De solo pensar que hace pocos minutos, esa tanguita finita estaba toda metidita en la concha de la diosa de Agus… con un par de movimientos sobre su pene, ya tenía el satisfactorio y placentero súper-orgasmo, mientras sentía el olor de esa tanga húmeda, proveniente de la chocha adolescente y caliente de su hermana mayor.
Le daba igual que fueran sus hermanas. Ya las veía como chicas, encima estaban una más partible que la otra… las chicas de sus sueños vivían en su propia casa. El hecho de que sean sus hermanas solo le agregaba un morbo y una calentura suprema.
Poco a poco se fue convirtiendo en eso.
Los días del muchacho tenían su punto álgido cuando se bañaba.
Por suerte la primavera iba llegando, y con ello los exámenes finales para Florencia. Su último año en la escuela antes de ir a la uni.
Últimamente andaba preocupada, por las ya comentadas dificultades en aprobar una materia.
Sabía que si no aprobaba, tendría graves problemas para ingresar a una universidad.
Una de esas tardes, tras renegar con la tarea, Florencia salió con sus amigas a la plaza a tomar mates y charlar como siempre.
Estaban sentadas en el césped, con el tibio sol primaveral dándoles de lleno a las chicas, mientras conversaban de la novela que miraban asiduamente algunas de sus amigas. Florencia se cansó de oírlas hablar de esa novela que ella la encontraba aburrida y sin sentido:
- Basta de hablar de esa novela… es absurda!
- Bueno… querés que hablemos de que? De tu novio invisible? –Dijo Ana, una de sus amigas, entre risas de las demás.
- Jajaja…no seas forra. Y vos de que te reís si tampoco tenes novio??? –Dijo Florcha a su otra amiga, Lucía.
- Bueno pero ella al menos ya tuvo y lo desechó por tarado… vos no nos contás nada sobre con quien andas! –Respondió la bella Ana.
- Con nadie, con quien querés que ande.
- Bueno, no tenés mucho para elegir.. pero alguien te debe echar un ojo.
- …Puede ser…
- ¡Florencia! YA, urgente habla querida! Jajajaja.
- Jajajajajajajaja, nah…
- Dale, quien es? Lo conocemos?
- Sí, lo conocen…
- Uyyy… decinos! Dale…
- Jajaja, no, por ahora no les digo nada. Y nunca se van a imaginar quien es…
Tras varios minutos en donde sus amigas quisieron sacarle el nombre del muchacho en cuestión, Florencia no respondió…
Rato más tarde arribó a casa. Se agachó para abrir un cajón del mesón del mueble de la cocina para guardar el termo y el mate, se dio vuelta rápido y se dio cuenta como su hermano, parado en la puerta, le estaba mirando el culo con descaro.
No era la primera vez que lo cazaba mirándola… pero disimulaba que no lo había visto y no le decía nada…
Se fue a la ducha, y cuando se quitó la ropa, dejó la tanga que llevaba puesta abajo de toda la ropa, para que su hermano no la vea, aunque no sirviese de nada.
En fin, ya luego salió a hacer unas compras, y volvió a casa.
Estaba en facebook hablando con una amiga por Chat, cuando le dijo “ya vuelvo”.
Le dieron ganas de ir al baño, y en ese momento se estaba duchando su hermano.
Tocó la puerta un par de veces y le dijo:
- Puedo entrar? Tengo que ir al baño…
- SÍ
Martín respondió con un tono de voz alto para que se escuche…
Florcha abrió la puerta, se bajó el jean y la bombacha y se sentó en el inodoro. Mientras su tierna y adolescente vagina desprendía la orina, solo se escuchaba el ruido del agua de la ducha cayendo sobre la bañera al otro lado de la cortina, a escasos centímetros de ella.
Florencia, aún orinando, puso su vista en el rincón de su ropa que hacía unas horas se había quitado para ducharse. Observó como la tanga que había usado estaba arriba de todo.
- Che…
- Qué?-Respondió el muchacho enfrascado en su lucha para sacarse el shampoo del pelo.
- Agarraste mi tanga?
- ………………-El chico se quedó mudo.
- En qué habíamos quedado?
- Perdón…
- Pero por lo menos sé más cuidadoso… encima me mirás la cola todos los días… disimula querido… imagino que no andarás así con otras chicas, porque un día te van a dar un sopapo.
- En serio? Dios mio Flor… no lo puedo creer.. perdoname, en serio… no es con mala intención, yo solo…
- Ya.. –interrumpió Florcha mientras pasaba papel por su vagina- te estás pasando… si seguís así voy a tener que decirle a mamá.
- Nooooo, no por favor hermanita eso no… por favor, no le digas a nadie.
- La otra vez dijiste lo mismo.. si se lo digo a mamá es por tu bien, no creo que sea saludable que sigas haciendo estas cosas… te lo digo como consejo de hermana, no te enojes.
- NOOO POR FAVOR HAGO LO QUE SEA, por favor decime que puedo hacer para arreglar esto, pero por favor no le cuentes a nadie…
- Está bien, no digo nada, pero.. ¿Yo que obtengo a cambio?
- No sé, qué querés que haga por vos? Lo que sea Flor. –Martín ya estaba desesperado en la bañera.
- Agradecé que te agarré en un día bueno… y que soy comprensible, porque hacer las cosas que hacés con tu propia hermana… no sé cuantas como yo te estaría guardando el secreto.
- …..Sí, lo sé! Y te lo agradezco tanto… Puedo hacerte todas las tareas de matemática, y ayudarte a estudiar! Así no tendrás problemas para aprobar!
Florencia se puso de pie, volviendo a subirse la bombachita y el jean.
- Mmm.. interesante.
- Qué decis? Es una buena oferta?
- Jajaja… bien, me parece bien. Ahora cuando salgas del baño podés ir empezando…
- Gracias, Flor.
Martín respiró aliviado.
“Segunda vez que me caza… si es que más tarado no puedo ser!”
Tocaba hacer problemas de matemática… dentro de todo pensó que la sacó barata. Que su hermana le diga a mamá de aquello podía ser el fin del mundo. “Me echan de casa” se dijo a sí mismo.
Apenas salió del baño, su hermana le había dejado la carpeta abierta en la mesa para que empiece. Lo tenía cazado de las pelotas!
- En serio no sabés hacer esto? Es re fácil.-Dijo Martín mientras empezaba a escribir.
- No te hagas el canchero, pendejo…-Respodió Florencia mientras se divertía con su ipod.
- Cuando tenés el examen?
- En… 2 semanas. Me vas a tener que enseñar mucho enanito.
- Tranquila, vas a aprobar de taquito!
Unos minutos después, el muchacho cerró la carpeta.
- Ya está????
- Sí, Flor. Cumplí con lo de hoy… cuando empezamos a estudiar?
- No sé. Fijate en mi carpeta los temas, y después decime.
- Dale.
Se levantó del sillón y se fue a preparar la mesa para cenar. El chico nuevamente la observó caminando de espaldas a él, moviendo la cola a cada paso.
“No podés tener ese culo…”
Para el chico era demasiado. Entre las tetas de Agustina, la cola de Florcha, y las tangas húmedas, el aroma de ambas conchitas… era difícil no vivir con la pija parada.
Tenía tantos estímulos, que casi siempre estaba caliente.
Apenas terminó de revisar los temas a enseñar a su hermana, llegó Agustina a casa.
- Como está mi hermanito lindo? –Lo saludó agachándose para darle un beso, con las tetas colgando sujetadas por el corpiño enfrente de la cara del muchacho.
Era una tortura. O una bendición…
Más tarde, Martín le dijo a Florcha que tendrían que ir empezando cuanto antes a estudiar. Que eran varios temas, pero según él, serían relativamente fáciles de enseñar, y que no tendría problemas para aprobar.
- Ok, mañana podés? -Preguntó Florencia a su hermano.
- Sí, pero después de las 5.
- Perfecto, yo a esa hora salgo de inglés.
La familia cenó con normalidad y todos se fueron a descansar para un nuevo y cargado día.
Al día siguiente, en el desayuno familiar, nada hacia pensar que Agustina o su madre sospecharán algo.
A pesar de que Florencia en un momento de la conversación de la noche anterior con su hermano menor se sintió casi horrorizada con lo sucedido, a medida que iban pasando las horas, poco a poco ese sentimiento se le fue yendo. Dejó de darle tanta importancia. Pensaba que al fin y al cabo no era tan grave…que quizás ella lo había exagerado. Que su hermano disfrute su sexualidad como quiera.
Esa mañana en la escuela, sin prestar atención al profesor, se puso a pensar en porqué a su hermanito le gustaba hacer eso.
“¿Qué de especial pueden tener mis tangas?”
Al pensar en toda la situación, sintió un leve cosquilleo en su entrepierna. Se asustó.
Luego ya en casa, esa tarde estaba asqueada de revisar los ejercicios de matemáticas, que tenía que llevar hechos el lunes a la escuela.
Le iba bastante bien en la escuela, pero en matemáticas era de terror, era su peor materia. No había forma de que supiera hacer esos problemas matemáticos.
Estuvo largo rato quebrándose la cabeza para poder hacerlos, pero no había forma. Podía llamar a alguna de sus amigas, pero era todo un fastidio. Ya las había molestado tantas veces con las tareas de matemáticas que pensó que no quería molestarlas otra vez.
Pidió ayuda a su hermana Agustina, quien desistió porque se iba a la uni enseguida…. Tampoco es que ella supiera mucho de mate.
Martín llegó a casa luego de estar de un amigo, abrió la heladera para beber una lata de coca-cola, mientras hablaba a Flor, que la veía con cara de enojo moviendo el lápiz con sus dedos:
- Te pasa algo?
- Sí, que ya estoy harta de éstos ejercicios… no los sé hacer, y tengo que llevarlos completos para el lunes.
- Y que pasa si no los hacés?
- Repruebo.. ya, me la llevo. Vengo con la nota baja y no puedo fallar en lo más mínimo hasta fin de año.
- Querés que te ayude?
- En serio?
- Sí… así también te devuelvo la mano que me diste con guardar el secreto
- Jajaja, bien, me parece justo.
Más que ayudarla, se los hizo completos. Martín, como se mencionó al principio del relato, no era un, como se les llama coloquialmente, ‘nerd’, pero sí era muy responsable y estudioso para la escuela. Nunca había reprobado, y se lo tomaba muy en serio. Los ejercicios de matemáticas que le daban a su hermana mayor, les resultaban relativamente fáciles al muchacho, la cual era su materia favorita y predilecta, donde rozaba el 10 de promedio.
En unos 15-20 minutos, el chico terminó con los ejercicios sin mayores problemas.
- Si hubiera sabido antes que eras tan bueno, no estaría reprobando matemática, jajaja. Gracias hermanito.
- Jajajaja. De nada, Flor.
- Ah, y sobre lo que hablamos anoche, ahora que estamos solos… sentite libre de preguntarme alguna inquietud que tengas.. no tengas vergüenza.
- …Gracias por tu confianza, hermana. Por ahora no se me ocurre nada.. tampoco quiero incomodarte.
- No me incomodas, en serio. Me voy a bañar que tengo que salir.. pórtate bien, sabes a lo queme refiero, eh.
- Sí.
Florencia se fue a la ducha. Se quitó la blusa… el corpiño, dejando salir libres ambas tetas, pequeñas pero redondas, jóvenes y firmes, con el ondulado y oscuro cabello cayendo sobre ellas. Se quitó el jean, las zapatillas, y se bajó la bombacha, de manera que su pobladito pubis peludo quedó a la vista a la luz del baño., trató de meter la bombacha recién usada debajo de la ropa… se preguntó si su hermano la obedecería… por lo pronto no quería contárselo a Agustina.
Poco importó donde estuviera, pues cuando se fue a duchar Martín, revolvió toda la ropa para encontrar la bombachita, y hacerse una soberana pajota a la salud de su hermana.
Así los días fueron transcurriendo… había días en los que el muchacho se contenía como podía y no las tocaba, pero a veces era irresistible… estaba rompiendo el pacto con la buena de su hermana que tanto lo había comprendido.
Pero llegar al baño, y ver encima de la ropa de Agustina, una tanga mojada, era imposible de resistirse.
Además de las tangas, imaginarse que tan solo hace unos momentos las llevaban puestas sus hermosas hermanas, era re morboso!
De solo pensar que hace pocos minutos, esa tanguita finita estaba toda metidita en la concha de la diosa de Agus… con un par de movimientos sobre su pene, ya tenía el satisfactorio y placentero súper-orgasmo, mientras sentía el olor de esa tanga húmeda, proveniente de la chocha adolescente y caliente de su hermana mayor.
Le daba igual que fueran sus hermanas. Ya las veía como chicas, encima estaban una más partible que la otra… las chicas de sus sueños vivían en su propia casa. El hecho de que sean sus hermanas solo le agregaba un morbo y una calentura suprema.
Poco a poco se fue convirtiendo en eso.
Los días del muchacho tenían su punto álgido cuando se bañaba.
Por suerte la primavera iba llegando, y con ello los exámenes finales para Florencia. Su último año en la escuela antes de ir a la uni.
Últimamente andaba preocupada, por las ya comentadas dificultades en aprobar una materia.
Sabía que si no aprobaba, tendría graves problemas para ingresar a una universidad.
Una de esas tardes, tras renegar con la tarea, Florencia salió con sus amigas a la plaza a tomar mates y charlar como siempre.
Estaban sentadas en el césped, con el tibio sol primaveral dándoles de lleno a las chicas, mientras conversaban de la novela que miraban asiduamente algunas de sus amigas. Florencia se cansó de oírlas hablar de esa novela que ella la encontraba aburrida y sin sentido:
- Basta de hablar de esa novela… es absurda!
- Bueno… querés que hablemos de que? De tu novio invisible? –Dijo Ana, una de sus amigas, entre risas de las demás.
- Jajaja…no seas forra. Y vos de que te reís si tampoco tenes novio??? –Dijo Florcha a su otra amiga, Lucía.
- Bueno pero ella al menos ya tuvo y lo desechó por tarado… vos no nos contás nada sobre con quien andas! –Respondió la bella Ana.
- Con nadie, con quien querés que ande.
- Bueno, no tenés mucho para elegir.. pero alguien te debe echar un ojo.
- …Puede ser…
- ¡Florencia! YA, urgente habla querida! Jajajaja.
- Jajajajajajajaja, nah…
- Dale, quien es? Lo conocemos?
- Sí, lo conocen…
- Uyyy… decinos! Dale…
- Jajaja, no, por ahora no les digo nada. Y nunca se van a imaginar quien es…
Tras varios minutos en donde sus amigas quisieron sacarle el nombre del muchacho en cuestión, Florencia no respondió…
Rato más tarde arribó a casa. Se agachó para abrir un cajón del mesón del mueble de la cocina para guardar el termo y el mate, se dio vuelta rápido y se dio cuenta como su hermano, parado en la puerta, le estaba mirando el culo con descaro.
No era la primera vez que lo cazaba mirándola… pero disimulaba que no lo había visto y no le decía nada…
Se fue a la ducha, y cuando se quitó la ropa, dejó la tanga que llevaba puesta abajo de toda la ropa, para que su hermano no la vea, aunque no sirviese de nada.
En fin, ya luego salió a hacer unas compras, y volvió a casa.
Estaba en facebook hablando con una amiga por Chat, cuando le dijo “ya vuelvo”.
Le dieron ganas de ir al baño, y en ese momento se estaba duchando su hermano.
Tocó la puerta un par de veces y le dijo:
- Puedo entrar? Tengo que ir al baño…
- SÍ
Martín respondió con un tono de voz alto para que se escuche…
Florcha abrió la puerta, se bajó el jean y la bombacha y se sentó en el inodoro. Mientras su tierna y adolescente vagina desprendía la orina, solo se escuchaba el ruido del agua de la ducha cayendo sobre la bañera al otro lado de la cortina, a escasos centímetros de ella.
Florencia, aún orinando, puso su vista en el rincón de su ropa que hacía unas horas se había quitado para ducharse. Observó como la tanga que había usado estaba arriba de todo.
- Che…
- Qué?-Respondió el muchacho enfrascado en su lucha para sacarse el shampoo del pelo.
- Agarraste mi tanga?
- ………………-El chico se quedó mudo.
- En qué habíamos quedado?
- Perdón…
- Pero por lo menos sé más cuidadoso… encima me mirás la cola todos los días… disimula querido… imagino que no andarás así con otras chicas, porque un día te van a dar un sopapo.
- En serio? Dios mio Flor… no lo puedo creer.. perdoname, en serio… no es con mala intención, yo solo…
- Ya.. –interrumpió Florcha mientras pasaba papel por su vagina- te estás pasando… si seguís así voy a tener que decirle a mamá.
- Nooooo, no por favor hermanita eso no… por favor, no le digas a nadie.
- La otra vez dijiste lo mismo.. si se lo digo a mamá es por tu bien, no creo que sea saludable que sigas haciendo estas cosas… te lo digo como consejo de hermana, no te enojes.
- NOOO POR FAVOR HAGO LO QUE SEA, por favor decime que puedo hacer para arreglar esto, pero por favor no le cuentes a nadie…
- Está bien, no digo nada, pero.. ¿Yo que obtengo a cambio?
- No sé, qué querés que haga por vos? Lo que sea Flor. –Martín ya estaba desesperado en la bañera.
- Agradecé que te agarré en un día bueno… y que soy comprensible, porque hacer las cosas que hacés con tu propia hermana… no sé cuantas como yo te estaría guardando el secreto.
- …..Sí, lo sé! Y te lo agradezco tanto… Puedo hacerte todas las tareas de matemática, y ayudarte a estudiar! Así no tendrás problemas para aprobar!
Florencia se puso de pie, volviendo a subirse la bombachita y el jean.
- Mmm.. interesante.
- Qué decis? Es una buena oferta?
- Jajaja… bien, me parece bien. Ahora cuando salgas del baño podés ir empezando…
- Gracias, Flor.
Martín respiró aliviado.
“Segunda vez que me caza… si es que más tarado no puedo ser!”
Tocaba hacer problemas de matemática… dentro de todo pensó que la sacó barata. Que su hermana le diga a mamá de aquello podía ser el fin del mundo. “Me echan de casa” se dijo a sí mismo.
Apenas salió del baño, su hermana le había dejado la carpeta abierta en la mesa para que empiece. Lo tenía cazado de las pelotas!
- En serio no sabés hacer esto? Es re fácil.-Dijo Martín mientras empezaba a escribir.
- No te hagas el canchero, pendejo…-Respodió Florencia mientras se divertía con su ipod.
- Cuando tenés el examen?
- En… 2 semanas. Me vas a tener que enseñar mucho enanito.
- Tranquila, vas a aprobar de taquito!
Unos minutos después, el muchacho cerró la carpeta.
- Ya está????
- Sí, Flor. Cumplí con lo de hoy… cuando empezamos a estudiar?
- No sé. Fijate en mi carpeta los temas, y después decime.
- Dale.
Se levantó del sillón y se fue a preparar la mesa para cenar. El chico nuevamente la observó caminando de espaldas a él, moviendo la cola a cada paso.
“No podés tener ese culo…”
Para el chico era demasiado. Entre las tetas de Agustina, la cola de Florcha, y las tangas húmedas, el aroma de ambas conchitas… era difícil no vivir con la pija parada.
Tenía tantos estímulos, que casi siempre estaba caliente.
Apenas terminó de revisar los temas a enseñar a su hermana, llegó Agustina a casa.
- Como está mi hermanito lindo? –Lo saludó agachándose para darle un beso, con las tetas colgando sujetadas por el corpiño enfrente de la cara del muchacho.
Era una tortura. O una bendición…
Más tarde, Martín le dijo a Florcha que tendrían que ir empezando cuanto antes a estudiar. Que eran varios temas, pero según él, serían relativamente fáciles de enseñar, y que no tendría problemas para aprobar.
- Ok, mañana podés? -Preguntó Florencia a su hermano.
- Sí, pero después de las 5.
- Perfecto, yo a esa hora salgo de inglés.
La familia cenó con normalidad y todos se fueron a descansar para un nuevo y cargado día.
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