You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Sexo playero, las excitantes vacaciones en España, parte 2

Era un  matrimonio que rondaba los 45 o 50 años, él parecía algo más mayor, pero suaspecto era bastante juvenil, atractivo, de piel morena y curtida como la gran  mayoría de los hombres de la costa, con un peinado bastante moderno y actual en  el que se dibujaban algunas canas. Vestía a la moda, un pantalón corto vaquero  ceñido, en el que podía intuirse un abultado paquete, quizá provocado por  nuestro erótico espectáculo, una camiseta de tirantes bastante ajustada para su  corpulencia, aunque le dibujaba una leve barriga, posiblemente fruto de la  acomodada vida marital, ya que por lo demás conservaba un cuerpo bastante atlético,  con unos fuertes brazos, recias y grandes manos, era evidente que era un hombre  que cuidaba su aspecto físico, quizá podría ser remero de una trainera de los  muchos clubs deportivos de la zona. Ella era más joven no mucho más, era  hermosa, por su aspecto bien podría decirse que años atrás hubiese sido modelo,  su voluminosa melena rubia y rizada reflejaba los destellos del sol, sus rasgos  eran suaves y delicados, su cuerpo delgado y menudo lo cubría un vestido de  lino vaporoso y entallado que moldeaba unas marcadas caderas, realzando un  escote abultado y trasero prominente.


Nerviosamente y  tras recomponernos un poco, pero sin cubrir nuestra desnudez, los recibimos en  la pequeña cala, de apenas 50 o 60 pasos. Los saludamos educadamente con cara  de no haber roto un plato y ellos con esa simpatía de la gente costera, abierta  y franca, acostumbrada a alternar con todo tipo de turistas y nacionalidades  nos devuelven el saludo, intentando desviar la atención de la escena sexual que  habían presenciado hacía un par de minutos. El, mientras lanzaba discretas  miradas a los pechos desnudos de mi chica, sin atreverse a bajar más abajo la  vista, nos contó que eran de la zona, su voz era profunda pero agradable, hacía  solo unos pocos años que estaban juntos, en su juventud fueron pareja, pero la  vida los llevó por caminos separados, “yo me fui a Barcelona en busca de  trabajo la distancia y la nueva vida hizo el olvido…” dijo ella con un hilo de  voz melódico y suave, acorde con sus rasgos, voz quizá tan débil por la impresión  de observar furtivamente mi miembro, aún semi-erecto y del que fluía un pequeño  hilo de líquido pre-seminal. Ambos se casaron con otras personas y acabaron  divorciándose de sus parejas, volviendo ella a su pueblo de juventud, tras un  matrimonio aburrido y sin pasión, volviendo a encontrarse ambos… conectando al  instante sin que el tiempo pareciese haber pasado, decididos a reinventarse, a  vivir la vida en toda su plenitud y recuperar el tiempo perdido.


Como he contado  la cala era pequeña, ellos se retiraron un poco buscando el abrigo de unas  rocas del desfiladero, apenas a unos metros de nosotros. Mi chica, tumbada de  costado a mi lado, descansando su cabeza en mi hombro, terriblemente excitada  por la situación jugueteaba silenciosa y pensativa con los pelos de mi pecho,  hasta que sin mediar palabra, desliza su mano lentamente por mi abdomen,  acariciándolo con la yema de los dedos, tomando mi miembro flácido en ella,  masturbándome lentamente mientras me susurra al oído “quiero cabalgar su polla  madura… y quiero que tú lo veas”, sobresaltado por la confesión me giré de un  salto y también de costado frente a ella, pude ver sus ojos brillando de deseo  y su sonrisa de niña traviesa “¡qué dices!... ¿estás loca?” acerté a decir  entrecortado sorprendido y balbuceante, ella sin soltar mi miembro, aún lo  aferró con más fuerza imponiendo su control, lo pajeó un poco más rápido,  haciendo que aumentase su tamaño, de nuevo me susurra “míralos, ellos también  están desnudos… seguro que piensan en lo mismo que yo… uhmm mira su verga,  seguro que está deliciosa, mi boca la desea…” de nuevo toma mi mano y la llevaa su vagina, está muy caliente y húmeda, flexiona su pierna para dejarme acceso  libre a ella. No puedo negar que aquello me enloqueció de excitación, mi  mentecomenzó a imaginar como aquel desconocido introducía su verga en la boca de mi  chica, no podía dejar de pensar cómo sus ásperas manos recorrían sus pechos  suaves y delicados, cómo se aferraban a su hermoso trasero… mi pene estaba ya  totalmente erecto, quizá más que nunca, ella seguía dándome placer manual,  lentamente, yo jugaba con su clítoris, acariciándolo en círculos suavemente con  mis dedos, “va.. van a vernos otra vez…” balbuceé… ella vuelve a susurrarme  “mírala, seguro que a ella sí le gustaría vernos, le gustaría tomar en su mano  tu polla dura y vigorosa para pajearla, ¿viste cómo la miraba antes…, viste  como la deseaba…?, quiero verla mamar tu verga, quiero ver como desaparece  completamente en su boca, mientras su marido me folla duro en cuatro” Miré a mi  chica loco de deseo, quería separar sus piernas, penetrarla de un modo salvaje  y primitivo, en ese instante era lo que más anhelaba en el mundo, poner freno a  aquella tortura y desahogar mis instintos, pero no era posible… o sí… 


Sin  soltar mi pene ella se incorporó: “Se acabó, ahora verás, ven conmigo”.  Paralizado por el placer, ciego de lujuria y excitación, la acompañé igual que  si fuese un cachorro con su correa, seguí a mi chica que caminaba un paso por  delante, de espaldas y aferrada firmemente a mi miembro erecto, ante la atenta  mirada de la otra pareja, él estaba casi empalmado, parece ser que  disimuladamente nos habían estado observando. Al llegar, aquella belleza rubia  se dirigió a mi chica en tono de humor: “lo tienes bien educado”, ella tomó su  mano y la puso sobre mi pene, al tiempo que la respondió: “puedes comprobarlo  tú misma” en ese momento creí que iba a explotar de placer, de excitación, de  deseo, la sensación de ser entregado por tu pareja a otra mujer, acto seguido  mi chica tomó en su mano el grueso pene del hombre ya casi erecto, se giró un  instante, como retándome, nuestras miradas se cruzaron, sonreía maliciosamente,como si buscara cómplice mi aprobación, que sabía no necesitaba, porque su placer  era mi placer y viceversa, se volvió hacia el hombre, con su mano en aquella  verga madura y extraña, y poniendo la otra en el culo del hombre, tiró  suavemente de ella juntándose sus cuerpos, mordiéndose el labio inferior,  entornando los ojos y mirándole directamente a los suyos con vicio y descaro le  espetó: “¿y a ti? ¿te ha educado bien tu mujer?” Continuará...

0 comentarios - Sexo playero, las excitantes vacaciones en España, parte 2