Todo esto que voy a contar es cien por ciento real. Mi nombre es Martín, tengo 33 años y vivo en el barrio de Boedo. Desde muy chico tuve distintas experiencias sexuales que me fueron marcando pero voy a contar una que me cambió la vida. Empecé a entrar a Poringa mirando culos y tetas y haciéndome unas buenas pajas como cualquiera que entra a estos portales. El tema fue que en seguida me copó la comunidad, y arranqué a interactuar con gente. Nunca me vi con nadie, hasta que un día empecé a buscar algo que me daba mucho morbo: estar con otro pibe.
Los tipos grandes nunca me gustaron, tampoco los de mi edad, pero tenía un morbo grande con pendejos de veintipico. Tampoco con cualquier pendejo, los que más me atraían eran los turros, villeros y también los futbolistas. Cuando estoy caliente, solo en ese momento, me gustaba entrar a la página, dejar un mensaje y fantasear con que algún pibito quiera hacer algo conmigo. Repito: nunca me consideré homosexual, nunca me gustaron los pibes, ni miré a ninguno con calentura, pero la idea de una pija de algún pendejo en mi boca me empezó a gustar mucho, sobre todo cuando estaba caliente.
La cosa es que empecé a hablar con pibes de la página, sin mucha esperanza la verdad, porque todos te daban mil vueltas y ninguno encajaba con lo que yo estaba buscando. O eran treintañeros trolos haciéndose los pendejos o chabones que solo querían hacer sexcam o mostrar la pija en fotos. A mí todas esas cosas no me calentaban para nada, así que los descartaba al toque.
A todo esto quiero aclarar que tengo una vida, con novia, familia, etc, que obviamente no podía saber nada de mis ganas de chuparsela a un pende. Encontraba momentos de soledad para conectarme y dejar mensaje en la página a ver si alguno le interesaba. La cosa es que un día dejo uno de estos mensajes y me contesta un usuario (que no puedo decir quién eso obviamente, pero todavía está activo en Poringa, aunque no entra hace mil a la página) y me dice que mi propuesta le interesaba. Le propuse intercambiar guasaps y dijo que sí.
Empezamos a hablar, no mucho la verdad, porque era todo muy raro, y nos dimos cuenta que buscábamos lo mismo: él quería un chabón hetero igual que él, que se la chupe solamente cuando estaba caliente, porque obviamente no se consideraba gay ni un poco, igual que yo. A lo sumo bisexuales, pero no creo en las categorías esas, pienso que te cierran la mente un montón. Bueno, volviendo a la historia, este pibe me dijo que se llamaba Pablo, que tenía 22 años y que nunca había estado con otro chabón pero le encantaba la idea de que alguno se la chupe y le trague toda la leche.
Lo notaba un poco tímido pero su calentura y leche adolescente en los huevos se le notaba a la legua. Pablo quería seguir con su vida normal, con su novia, su familia y sus cosas, pero tener a alguien que le vacíe la verga cuando nadie lo veía. Esta situación me calentó desde el principio, porque siempre tuve un morbo con lo oculto, lo secreto. Hablamos por guasap, me pasó una foto de él: un pibito re flaco, tipo turro pero no tan villero, de altura normal y jugador de futbol. Esto último me di cuenta por las fotos que subía a sus estados de guasap.
El pibe era justo lo que necesitaba para saciar mi curiosidad y él también buscaba un chabón como yo. Encajamos justo, y ese fue el comienzo de algo que me cambió para siempre. Con Pablo acordamos cosas, a modo de códigos, para saber cuándo podíamos hablar por guasap y ninguno estaba ocupado o con novia. Empezamos mandandonos un puntito, o un "Hola" y nada más, esperando que el otro respondiera. Al principio hablábamos de lo que nos gustaría hacer. "Quiero que me chupen la pija y me traguen bien la leche, toda", me dijo una vez y no esperé esa respuesta. Me sorprendió tanto que se me paró la pija al toque. Nunca me había pasado algo así, fue espectacular sentir esa sensación mitad nervios, mitad calentura que no sentía desde nene. Aparte me calentaba que fuera tan pendejo, tan flaquito, tan hetero en la "vida real", pero que no aguantara hacer cualquiera cuando estaba caliente.
Eso era así: Pablo solo me hablaba cuando estaba re caliente, sino hacía de cuenta que yo no existía. Eso también me recalentaba, como que me usara para calmar su necesidad de sacar leche a chorros, y después todo volviera "a la normalidad", con fotos de su novia en su estado de guasap y de partidos con sus amigos. Le podía mandar mensajes con varios "Hola" pero nunca contestaba si no estaba recontra caliente. Eso era terrible para mí, porque cuando Pablo contestaba o mandaba un mensaje, era porque estaba desesperado por vaciar la pija y eso me ponía loquísimo, como si fuera su puta personal.
Al principio fueron unas charlas cortas por guasap, en donde me presentó su pija: acá también flashé, porque era una verga hermosa, gorda, con buena cabeza, bastante larga, se la veía ideal. Ya me calentaba con solo pensar lo que podía hacer con él en la realidad, y me mataba a pajas. Un día estaba al pedo en la página, era de madrugada y lo vi conectado. "Qué hacés, no sale nada hoy?", le pregunté y me contestó : "Nooo, estoy al pedoo y re calientee" (copio los mensajes exactos como nos los mandamos). Al toque me manda una foto: era su pija recontra parada y pelada apuntando al techo y atrás la tele: estaba mirando porno. "Querés que concretemos algo? Tengo auto, puedo pasar por donde estés y probamos de hacer algo en mi auto, que es re polarizado, jaja". "Bueno, dale, venite ahora, te paso la dirección".
No saben la locura que sentí cuando dijo que sí. Por fin iba a concretar algo con un pendejo, y uno que encajaba perfecto con mi morbo. Salí re nervioso, pero tratando de no pensar mucho en nada. Me preocupaba un poco llevar el celular porque pensé que capaz el pibe me iba a afanar, jaja, pero me decidí por ir. Le mandé mensaje de que estaba saliendo. El contexto era muy morboso también, mi novia se había ido de viaje y era el momento exacto para probar de hacer algo así. Pablo vivía cerca de Chacarita y es hincha del club. En varias fotos se lo veía re flaco con cara de turro bueno, un pibe tranquilo y lindo, sin tatuajes.
Era de madrugada, re tarde, una noche despejada, en la que decidí subirme al auto y marcar en el Google Maps la dirección de que el pendejo me había dado. No había un alma en la calle, literalmente estaba vacía la ciudad, porque era un día de la semana. Estacioné a la vuelta de la casa, en una calle apenas iluminada por algunos leds pálidos de la calle. Me recorría una sensación de adrenalina inexplicable. Apagué el motor del auto, saqué el teléfono y le mandé un mensaje: "llegué, estoy a la vuelta, en X y X", le puse. "Ahi voyyy", me contestó.
Esos segundos fueron interminables, tenía una ansiedad fatal, no sabía que mierda iba a pasar, si Pablo iba a venir solo, si me iban a chorear o si podía llegar a cumplir mi fantasía. La cuestión es que en un momento lo veo venir de frente. Flaco como en las fotos, el pelito corto un poco enrulado y corto pero sin peinados raros. Venía con un pantalón negro largo de gimnasia, con el escudo de Chacarita, unas zapatillas nike altas y una campera. Le llamé la atención haciéndole luces desde el auto y destrabé las puertas. Ya está, pensé, estoy re jugado pero también re caliente. Pablo abrió la puerta del acompañante (tengo un auto bastante grande por lo que había buen lugar), cerró y me estiró la mano en señal de saludo: "hola" me dijo, re bajito con la misma verguenza con que lo había sentido durante las conversaciones de guasap. "La hacemos acá?", le pregunté y me dijo "Sí acá, dale".
"Bueno, pero pasate a la parte de atrás", le dije sin pensar en lo que hacía. El pibito se acomodó en el asiento de atrás, se bajó el pantalón y creo que no tenía boxer ni nada, porque lo primero que vi mientras pasaba para atrás yo también, fue su pija saltar como loca, recontraparada. Quedó con los pantalones en los tobillos abriendo bien las piernas como si estuviera en un sillón, pero era en mi auto. Me arrodillé y lo primero que sentí fue el olor de su pija, algo que nunca me voy a olvidar y que hoy todavía me calienta si lo imagino. Un olor justo de pija caliente que me volvió loquísimo. Sin pensarlo empecé a besarle los huevos, tenia la pija con poco pelo, lo que me excitaba todavía más.
Sentía cómo rebotaba su tronco en mi cara, como iba y venía esa pija paradísima que no podía más y quería ser chupada ya mismo. Entonces me decidí y fui de una a su cabeza. Ya el auto empezaba a contaminarse de olor a huevos y calentura. Abrí la boca y sentí como sus piernas flacas empujaban ese pedazo enorme bien adentro de mi garganta. Me volví loco cuando lo escuché gemir por primera vez. Tenía toda la verga en la boca de un pendejito supuestamente hetero que gemía de placer y no hablaba.
Esa calentura me hizo parar mi pija mientras le comía la chota y sentía como sus huevos se apretaban cuando los acariciaba. Me sentía una puta, re sucia, en mi propio auto, comiendole la pijota a ese nene caliente que nunca iba a contar lo que estaba haciendo. No pasó mucho tiempo, que Pablo empezó a empujar. Me estaba cojiendo la boca! No lo podía creer. El pibito bombeaba y yo empecé a tener arcadas, como las putas de las pelis porno. Era un delirio, me asusté un poco, pero seguí adelante. No duró tanto la acción, porque Pablo estaba recaliente. Mientras intentaba meterme lo más adentro que podía su pija gorda y parada de pendejo, yo sentía cómo caía mi baba y me mojaba los dedos mientras le acariciaba los huevos.
A veces me arrepiento de no haber filmado eso, no sé cómo, jaja, pero lo sentí como algo impresionante. Pablo empujaba y yo babeaba, meta arcada, cuando en un momento me agarró la cabeza con las dos manos y en el silencio del auto, la calle y la madrugada, me dijo: "dale, comé, comé", yo le decía "ghghghgh", (que sí, como podía, con toda la verga metida en la tráquea). Mientras pasaba esto, quise acariciarle un poco el orto pero no se dejó casi nada. Me re calentaba que quisiera mantener ese perfil de hetero, cuando se la estaba chupando como nadie. Después de un rato así, empujó más hasta que no me entró más pija y bombeó en ese fondo, cortito, muy cortito pero profundo. No lo podía creer: le estaba haciendo un tremendo pete a un desconocido, pendejito, re lampiño, re hetero caliente en secreto. Todas mis fantasías juntas en un solo acto.
Al toque de esa bombeada, sentí cómo sus huevos se apretaban mucho y sentí cómo venía la leche desde el tronco, como iba pasando. No dudé ni un segundo y me preparé para tragar lo que era un mar de guasca de nenito futbolero calentón. Literalmente me llenó la garganta de leche, ni tuve tiempo a pasar la guasca por la boca porque la pija estaba tan metida adentro que se fue directamente a mi estómago. Sentí como pasaba mientras me ahogaba y disfrutaba como un animal, como nunca pensé que iba a disfrutar de algo así en toda mi vida. Cuando acabó, Pablo me dejó limpiarle la pija con la lengua. Me dejó un rato más de "changüí" para disfrutarle los huevos y meterme varias veces su pija morcillona en la boca, me dejó experimentar como yo quería en ese momento.
Después de eso, se subió el pantalón, mientras yo me arreglaba un toque. Hicimos casi todo en silencio, pero le pregunté si le había gustado. "Ree, fue buenísimo", me dijo. "Nos vemos, chau", me dijo en seguida, abrió la puerta y se bajó como si no nos conociéramos. De ahí en más arrancó una serie de eventos que podría ir contando, pero hay que ver si me animo. Fue una noche de locura que se iba a repetir en morbos parecidos. Lástima que Pablo después de un tiempo, decidió borrarme de todas partes y seguir con su "vida normal", aunque a veces le mando mensajes para ver si me desbloquea porque tengo unas ganas terribles de seguir "experimentando".
Los tipos grandes nunca me gustaron, tampoco los de mi edad, pero tenía un morbo grande con pendejos de veintipico. Tampoco con cualquier pendejo, los que más me atraían eran los turros, villeros y también los futbolistas. Cuando estoy caliente, solo en ese momento, me gustaba entrar a la página, dejar un mensaje y fantasear con que algún pibito quiera hacer algo conmigo. Repito: nunca me consideré homosexual, nunca me gustaron los pibes, ni miré a ninguno con calentura, pero la idea de una pija de algún pendejo en mi boca me empezó a gustar mucho, sobre todo cuando estaba caliente.
La cosa es que empecé a hablar con pibes de la página, sin mucha esperanza la verdad, porque todos te daban mil vueltas y ninguno encajaba con lo que yo estaba buscando. O eran treintañeros trolos haciéndose los pendejos o chabones que solo querían hacer sexcam o mostrar la pija en fotos. A mí todas esas cosas no me calentaban para nada, así que los descartaba al toque.
A todo esto quiero aclarar que tengo una vida, con novia, familia, etc, que obviamente no podía saber nada de mis ganas de chuparsela a un pende. Encontraba momentos de soledad para conectarme y dejar mensaje en la página a ver si alguno le interesaba. La cosa es que un día dejo uno de estos mensajes y me contesta un usuario (que no puedo decir quién eso obviamente, pero todavía está activo en Poringa, aunque no entra hace mil a la página) y me dice que mi propuesta le interesaba. Le propuse intercambiar guasaps y dijo que sí.
Empezamos a hablar, no mucho la verdad, porque era todo muy raro, y nos dimos cuenta que buscábamos lo mismo: él quería un chabón hetero igual que él, que se la chupe solamente cuando estaba caliente, porque obviamente no se consideraba gay ni un poco, igual que yo. A lo sumo bisexuales, pero no creo en las categorías esas, pienso que te cierran la mente un montón. Bueno, volviendo a la historia, este pibe me dijo que se llamaba Pablo, que tenía 22 años y que nunca había estado con otro chabón pero le encantaba la idea de que alguno se la chupe y le trague toda la leche.
Lo notaba un poco tímido pero su calentura y leche adolescente en los huevos se le notaba a la legua. Pablo quería seguir con su vida normal, con su novia, su familia y sus cosas, pero tener a alguien que le vacíe la verga cuando nadie lo veía. Esta situación me calentó desde el principio, porque siempre tuve un morbo con lo oculto, lo secreto. Hablamos por guasap, me pasó una foto de él: un pibito re flaco, tipo turro pero no tan villero, de altura normal y jugador de futbol. Esto último me di cuenta por las fotos que subía a sus estados de guasap.
El pibe era justo lo que necesitaba para saciar mi curiosidad y él también buscaba un chabón como yo. Encajamos justo, y ese fue el comienzo de algo que me cambió para siempre. Con Pablo acordamos cosas, a modo de códigos, para saber cuándo podíamos hablar por guasap y ninguno estaba ocupado o con novia. Empezamos mandandonos un puntito, o un "Hola" y nada más, esperando que el otro respondiera. Al principio hablábamos de lo que nos gustaría hacer. "Quiero que me chupen la pija y me traguen bien la leche, toda", me dijo una vez y no esperé esa respuesta. Me sorprendió tanto que se me paró la pija al toque. Nunca me había pasado algo así, fue espectacular sentir esa sensación mitad nervios, mitad calentura que no sentía desde nene. Aparte me calentaba que fuera tan pendejo, tan flaquito, tan hetero en la "vida real", pero que no aguantara hacer cualquiera cuando estaba caliente.
Eso era así: Pablo solo me hablaba cuando estaba re caliente, sino hacía de cuenta que yo no existía. Eso también me recalentaba, como que me usara para calmar su necesidad de sacar leche a chorros, y después todo volviera "a la normalidad", con fotos de su novia en su estado de guasap y de partidos con sus amigos. Le podía mandar mensajes con varios "Hola" pero nunca contestaba si no estaba recontra caliente. Eso era terrible para mí, porque cuando Pablo contestaba o mandaba un mensaje, era porque estaba desesperado por vaciar la pija y eso me ponía loquísimo, como si fuera su puta personal.
Al principio fueron unas charlas cortas por guasap, en donde me presentó su pija: acá también flashé, porque era una verga hermosa, gorda, con buena cabeza, bastante larga, se la veía ideal. Ya me calentaba con solo pensar lo que podía hacer con él en la realidad, y me mataba a pajas. Un día estaba al pedo en la página, era de madrugada y lo vi conectado. "Qué hacés, no sale nada hoy?", le pregunté y me contestó : "Nooo, estoy al pedoo y re calientee" (copio los mensajes exactos como nos los mandamos). Al toque me manda una foto: era su pija recontra parada y pelada apuntando al techo y atrás la tele: estaba mirando porno. "Querés que concretemos algo? Tengo auto, puedo pasar por donde estés y probamos de hacer algo en mi auto, que es re polarizado, jaja". "Bueno, dale, venite ahora, te paso la dirección".
No saben la locura que sentí cuando dijo que sí. Por fin iba a concretar algo con un pendejo, y uno que encajaba perfecto con mi morbo. Salí re nervioso, pero tratando de no pensar mucho en nada. Me preocupaba un poco llevar el celular porque pensé que capaz el pibe me iba a afanar, jaja, pero me decidí por ir. Le mandé mensaje de que estaba saliendo. El contexto era muy morboso también, mi novia se había ido de viaje y era el momento exacto para probar de hacer algo así. Pablo vivía cerca de Chacarita y es hincha del club. En varias fotos se lo veía re flaco con cara de turro bueno, un pibe tranquilo y lindo, sin tatuajes.
Era de madrugada, re tarde, una noche despejada, en la que decidí subirme al auto y marcar en el Google Maps la dirección de que el pendejo me había dado. No había un alma en la calle, literalmente estaba vacía la ciudad, porque era un día de la semana. Estacioné a la vuelta de la casa, en una calle apenas iluminada por algunos leds pálidos de la calle. Me recorría una sensación de adrenalina inexplicable. Apagué el motor del auto, saqué el teléfono y le mandé un mensaje: "llegué, estoy a la vuelta, en X y X", le puse. "Ahi voyyy", me contestó.
Esos segundos fueron interminables, tenía una ansiedad fatal, no sabía que mierda iba a pasar, si Pablo iba a venir solo, si me iban a chorear o si podía llegar a cumplir mi fantasía. La cuestión es que en un momento lo veo venir de frente. Flaco como en las fotos, el pelito corto un poco enrulado y corto pero sin peinados raros. Venía con un pantalón negro largo de gimnasia, con el escudo de Chacarita, unas zapatillas nike altas y una campera. Le llamé la atención haciéndole luces desde el auto y destrabé las puertas. Ya está, pensé, estoy re jugado pero también re caliente. Pablo abrió la puerta del acompañante (tengo un auto bastante grande por lo que había buen lugar), cerró y me estiró la mano en señal de saludo: "hola" me dijo, re bajito con la misma verguenza con que lo había sentido durante las conversaciones de guasap. "La hacemos acá?", le pregunté y me dijo "Sí acá, dale".
"Bueno, pero pasate a la parte de atrás", le dije sin pensar en lo que hacía. El pibito se acomodó en el asiento de atrás, se bajó el pantalón y creo que no tenía boxer ni nada, porque lo primero que vi mientras pasaba para atrás yo también, fue su pija saltar como loca, recontraparada. Quedó con los pantalones en los tobillos abriendo bien las piernas como si estuviera en un sillón, pero era en mi auto. Me arrodillé y lo primero que sentí fue el olor de su pija, algo que nunca me voy a olvidar y que hoy todavía me calienta si lo imagino. Un olor justo de pija caliente que me volvió loquísimo. Sin pensarlo empecé a besarle los huevos, tenia la pija con poco pelo, lo que me excitaba todavía más.
Sentía cómo rebotaba su tronco en mi cara, como iba y venía esa pija paradísima que no podía más y quería ser chupada ya mismo. Entonces me decidí y fui de una a su cabeza. Ya el auto empezaba a contaminarse de olor a huevos y calentura. Abrí la boca y sentí como sus piernas flacas empujaban ese pedazo enorme bien adentro de mi garganta. Me volví loco cuando lo escuché gemir por primera vez. Tenía toda la verga en la boca de un pendejito supuestamente hetero que gemía de placer y no hablaba.
Esa calentura me hizo parar mi pija mientras le comía la chota y sentía como sus huevos se apretaban cuando los acariciaba. Me sentía una puta, re sucia, en mi propio auto, comiendole la pijota a ese nene caliente que nunca iba a contar lo que estaba haciendo. No pasó mucho tiempo, que Pablo empezó a empujar. Me estaba cojiendo la boca! No lo podía creer. El pibito bombeaba y yo empecé a tener arcadas, como las putas de las pelis porno. Era un delirio, me asusté un poco, pero seguí adelante. No duró tanto la acción, porque Pablo estaba recaliente. Mientras intentaba meterme lo más adentro que podía su pija gorda y parada de pendejo, yo sentía cómo caía mi baba y me mojaba los dedos mientras le acariciaba los huevos.
A veces me arrepiento de no haber filmado eso, no sé cómo, jaja, pero lo sentí como algo impresionante. Pablo empujaba y yo babeaba, meta arcada, cuando en un momento me agarró la cabeza con las dos manos y en el silencio del auto, la calle y la madrugada, me dijo: "dale, comé, comé", yo le decía "ghghghgh", (que sí, como podía, con toda la verga metida en la tráquea). Mientras pasaba esto, quise acariciarle un poco el orto pero no se dejó casi nada. Me re calentaba que quisiera mantener ese perfil de hetero, cuando se la estaba chupando como nadie. Después de un rato así, empujó más hasta que no me entró más pija y bombeó en ese fondo, cortito, muy cortito pero profundo. No lo podía creer: le estaba haciendo un tremendo pete a un desconocido, pendejito, re lampiño, re hetero caliente en secreto. Todas mis fantasías juntas en un solo acto.
Al toque de esa bombeada, sentí cómo sus huevos se apretaban mucho y sentí cómo venía la leche desde el tronco, como iba pasando. No dudé ni un segundo y me preparé para tragar lo que era un mar de guasca de nenito futbolero calentón. Literalmente me llenó la garganta de leche, ni tuve tiempo a pasar la guasca por la boca porque la pija estaba tan metida adentro que se fue directamente a mi estómago. Sentí como pasaba mientras me ahogaba y disfrutaba como un animal, como nunca pensé que iba a disfrutar de algo así en toda mi vida. Cuando acabó, Pablo me dejó limpiarle la pija con la lengua. Me dejó un rato más de "changüí" para disfrutarle los huevos y meterme varias veces su pija morcillona en la boca, me dejó experimentar como yo quería en ese momento.
Después de eso, se subió el pantalón, mientras yo me arreglaba un toque. Hicimos casi todo en silencio, pero le pregunté si le había gustado. "Ree, fue buenísimo", me dijo. "Nos vemos, chau", me dijo en seguida, abrió la puerta y se bajó como si no nos conociéramos. De ahí en más arrancó una serie de eventos que podría ir contando, pero hay que ver si me animo. Fue una noche de locura que se iba a repetir en morbos parecidos. Lástima que Pablo después de un tiempo, decidió borrarme de todas partes y seguir con su "vida normal", aunque a veces le mando mensajes para ver si me desbloquea porque tengo unas ganas terribles de seguir "experimentando".
7 comentarios - Mi primer encuentro con un pibe