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Rappi

Cansada ya de la rutina y de ya no sentirme tan deseada como antes decidí hacer algo con lo que hace mucho fantaseaba, pero no había tenido el valor de hacer. Tomé mi teléfono y abrí la app. Daba lo mismo que pedir, lo importante era el repartidor. 
-Su pedido llega en 20 minutos, su repartidor es Andrés- tiempo suficiente para arreglarme y tener todo listo para su llegada. 
Frente al espejo me hice una cola en el pelo, me pinté los labios del rojo más fuerte que tenía, me eché crema en las tetas y el culo para que estuvieran brillantes. Me puse una bata y esperé los 5 minutos que faltaban para que llegara mi pedido. 
Suena el citófono: -Señorita Catalina, llegó su pedido- dijo el portero.
- Que suba Miguel, gracias- mi departamento estaba en el tercer piso y por el elevador no le tomaría más de dos minutos llegar. Estaba tan ansiosa y excitada como asustada. 
Suena el timbre. Me saco la bata y la dejo a un lado, siento como chorrea mi entrepierna. Respiro profundo antes de abrir la puerta. 
- Hola, ¿Catalina verda…? - justo antes de terminar la frase me ve completamente desnuda frente a él, con los pechos firmes y brillantes, los labios rojos y con un pequeño cúmulo de vellos oscuros en mi vagina. 
- Si gracias- trate de disimular mi nerviosismo- pasa, tengo la plata en mi bolso. 
Entró detrás de mí con la mirada clavada en mi culo, para su disfrute lo movía de un lado a otro al caminar- Disculpa que te reciba así, es que acostumbro a andar desnuda en mi casa- de reojo logre ver el enorme bulto que por poco rompía su pantalón. 
-Mierda, amor tengo un problema- el chico no dejaba de mirarme las tetas, ni siquiera lo disimulaba- Tuve que pagar el arriendo y me quede sin nada de plata, ¿Te lo podría quedar debiendo? -. 
- ¿Qué?, No- al parecer eso lo había sacado del trance, pero su bulto no desapareció – Me tiene que pagar o me lo descuentan a mí, hasta me podrían despedir-. 
-Pero… tal vez te podría pagar de otra forma- dije acercándome lentamente, arrinconándolo sin que se diera cuenta- Te puedo pagar, dar propina y hacer que me ruegues por más-. 
- Ehhhh, lo siento Catalina- antes que lo notara ya estaba acorralado y su única salida era cogerme todo lo que quisiera- De verdad no puedo, tengo otros pedidos que entregar y además tengo novia y …- Con un beso logre callarlo, y aunque al principio se resistió, después de un rato le tenía mi lengua en lo más profundo de su garganta. 
Nos separamos y de inmediato me puse de rodillas, de un tirón le abrí el pantalón y entonces apareció una verga gruesa, larga, venosa y de seguro deliciosa. Aún se resistía cuando la tomé con ambas manos y me atraganté con ella.
Apenas me cabía en la garganta, pero no me la saque la boca en ningún momento. El chico trataba de alejarme sin éxito, hasta que después de un rato dejó de intentarlo y solo se dedicó a disfrutar.
Podía imaginar lo excitante que era la visión del chico, una mujer que perfectamente podía ser su madre, de cabello negro, labios rojos, grandes tetas y buen culo arrodillada frente a él y que prácticamente lo estaba violando, debió ser una experiencia que jamás se le iba a olvidar. 
- ¿Te gusta? ¿Tu novia te la chupa tan rico? – aproveche de respirar y limpiarme la saliva que tenía por toda la barbilla- Que envidia que tenga esta enorme verga solo para ella-. 
El chico no hablaba, tenía los ojos cerrados y apenas me tocaba, pero en su rostro se veía que lo estaba gozando como nunca. Y debo admitir que yo también lo estaba pasando muy bien, con una verga grande llenándome la boca, una mano apretándome las tetas, con mis pezones duros como piedra y la otra metida en mi empapada vagina que no dejaba de escurrir mis sucios jugos. 
Me separe del grueso falo dejándolo empapado de mi saliva. Esta también corría por mi barbilla llegando hasta mis tetas, me las escupí y refregué con mi baba frente a la atenta mirada del mi nuevo amigo. Le escupí la verga y lo empecé a masturbar. MI mano con suerte lograba cubrir el grueso del miembro y con la otra masajeaba sus enormes huevos llenos de leche que esperaba con ansias. 
-Se- Señora, señorita… Catalina, por favor pare- sabía que estaba mal lo que estaba haciendo, pero a esta altura ya no se podía detener- Si sigue así me voy a correr, por favor ya no más-.
-Cállate niño, esto te va a gustar- lo empujé contra un sillón junto a la puerta, le di la espalda y me senté sobre su hermosa verga. En el primer sentón sentí como su miembro llegó más profundo de lo que nadie había llegado jamás. Me levanté y volví a dejarme caer, esta vez llegó aún más adentro, rompiéndome como si después de casi 40 años volviera a ser virgen. 
Con las piernas temblando y con la vagina chorreando como nunca me volví a levantar para dejarme caer nuevamente. La verga del chico era gruesa como ninguna otra que hubiese tenido, incluso mi vagina acostumbrada a penes y dildos se abría aún más para dejar pasar ese miembro perfecto. 
Cuando mi coño por fin se amoldo al pene de mi compañero pudo entrar y salir sin problemas. El chico aún se resistía, pero cada vez menos. Tomé sus manos y las puse sobre mis tetas, juntos las apretamos y jugamos con mis pezones. Aun cabalgando lo deje usando mis tetas mientras yo me enfocaba en mi hinchado clítoris. El siguió un rato apretando y pellizcando mis pezones, pero de un momento a otro las apretó con fuerza, tanta que por un par de segundos todo el placer que sentía se volvió dolor, pero un instante después se volvió un orgasmo incontrolable cuando sentí el caliente semen llenándome. 
Mis piernas temblaban, mi vagina se había convertido en una cascada, mis tetas estaban adoloridas, pero se sentía extrañamente excitante, mis gritos tuvieron que haberse escuchado en todo el piso, mi mente se ponía en blanco a ratos mientras el chico no dejaba de correrse. El semen se rebalsaba de mi coño. Me sentía sucia, como una puta. Prácticamente había violado a un chico, aunque esa era precisamente la idea.  
Me levanté como pude, con las piernas temblorosas y el semen corriendo por mis piernas, me arrodillé frente al chico y lamí toda su corrida, la que caía por su miembro, la que tenía en las piernas y los huevos. – Así tu novia no sospecha nada- le dije guiñandole el ojo. 
Lo ayude a vestirse y tomar sus cosas. Obviamente le pagué el pedido y le di propina. Tenía apuro en irse: - Espera- le dije, lo tomé de la cara y le di un beso largo y apasionado, nuestras lenguas jugaron en su boca y terminé mordiéndole el labio- puedes volver cuando quieras, si quieres traes a tu novia también. El chico salió corriendo sin decir nada. 
Mire la hamburguesa que había pedido, ya estaba fría. En ese momento no tenía nada de hambre, había comido recién, lo que sí tenía era mucha sed. Abrí el refrigerador y no tenía para beber. Tomé mi teléfono y volví a abrir la app.
-Su pedido llega en 10 minutos, su repartidor es Marcela-.
Bueno, no está mal experimentar, entre al baño a lavarme y esperar a mi próxima víctima.  

Gracias por leer, se agradecen puntos, comentarios y sugerencias para siguientes historias. Tanto para esta como para las que vendrán. 

2 comentarios - Rappi

DnIncubus +1
Uff que relato 😋😝 estuvo bueno y más caliente que la comida del delivery 😁😄🤤 Saludos gente 👍 Excélsior 👏
gust7387 +1
Muy buen relato y te animaste con quien te llwvo la bebida??
MrClaus +2
Sale segunda parte ? 🤔
gust7387 +1
@MrClaus si totalmente si eso le hiciste al primero quiero saber como fue con la segunda