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Una reunión diferente

Basada en fantasías


Estaba trabajando para una familia rica hasta que un día, en una de las tantas reuniones de los hombres de esta familia que duraba todo el finde, estando en la cocina el hombre de la casa me agarró y me ató de manos y me metío una zanahoria y un pepino en la concha de una, él se reía a carcajadas. Cada vez me lo metía más adentro, me metió la zanahoria tan adentro que solo quedaban colgando por fuera las hojitas verdes y el del pepino solo resultó visible el otro extremo redondeado. Me desató y dijo:

- Ahora harás las cosas así y si dejas que se caiga alguno de los vegetales te serán reinsertados sin miramientos. También tenemos el derecho de hacerte lo que queramos sin quejas

Así lo hice, evitando que pasará, pero fue inútil. Me azotaron, me pellizcaron, retorcieron, me sacaron repetidamente la zanahoria y el pepino para volvermelo a meter en mi concha, estaba dolorida y exhausta. Tenía que servir la comida, me ataron mis tetas con una cuerda por encima y por debajo, de manera que sobresalieran de forma obscena y hacia más fácil los manotazos en mis tetas y torturarle los pezones pellizcándolos o mordiéndolos. Me insertaban todo tipo de instrumentos en mi concha. los hombres aplaudían y gritaban mientras las cosas eran metidas en esa cavidad y me daban latigazos. Mi cola y concha estaban ardiendo y enrojecidas. Me retorcía y apretaba las nalgas, pero esto solo servía para aumentar el júbilo de los detestables hombres. Luego uno por uno me cojio, había estado tan abierto que no resultó difícil. Me habían puesto unos ganchos en los pezones donde engancharon una cadena entre ellos y algo de peso. Era su juguete sexual, tanto por parte de las hombres de la familia, como por un grupo de vecinos de la cuadra sádicos como ellos.

Así fue que por tres días no sólo tuve q servirles comida y bebida, con los vegetales metidos hasta el fondo en mi concha, sino también como inodoro (vaciaban sus vegijas dentro de mi concha o boca) y estar dispuesta a ser cojida hasta que se hartaran y acabaran dentro mío

Así seria cada reunión, siendo la puta no sólo de los hombres de la familia, sino de quien ellos quisieran

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