He vuelto my friends! Así que si lesgusta esta nueva serie completamente real, hágamenlo saber!
Cuando me levanté a esta yegua no lopodía creer, un hembrón total digno de primer premio en cualquiercampeonato de hembras. Alta, gambas largas y tonificadas, un ortodescomunal, medio veterana, con mucha experiencia, pseudointelectual, ejecutiva, las tenía todas la hija de mil puta. Encimagarchaba y tiraba la goma como nadie, Sonia Putota era la novia quequerías tener, siempre dispuesta a recibir chota, a cualquier hora.Con el tiempo y a medida que me iba ganando su confianza, me fuecontando cuales eran sus fantasías, y yo iba tomando nota. A lacheta de mierda le calentaban los jovatos, era su perversión desdemuy pequeña. Así que puesto manos a la obra, armé un plan a miestilo con el fin de ir logrando mis objetivos.
La primera proposición que le hice fuesalir a pasear al parque a la tardecita, a esa hora que poco a pocova oscureciendo. Le pedí si se podía poner una mini o vestito cortopero sin tanguita. Aceptó de mil amores para mi sorpresa. Al llegaral parque estaba lleno de jubilados sentados en los bancos, lleno deviejos pajeros que se quedan para ver minitas, así que fuimosdesfilando lentamente por el paseo para que los viejos entraran alevantar temperatura. Era hermoso como caminaba la reputaza, un pocohaciendose la distraída y otro poco de putona nomás. Cuando empezóa oscurecer le susurré dándole un cigarrillo que fuera a pedirfuego a un par de viejos hijos de puta que estaban charlando en unbanco, yo permanecí alejado, quería observar. Los viejos sevolvieron loco al ver caminar hacia ellos a semejante yeguón. Ellade pie, los gerontes sentados mirándola de arriba a abajo. Lostacones de aguja, la mini blanca, la piel con pecas y bronceadita,una bestia.
Empezaron a piropearla, y cuando seinclina para que le enciendan el cigarrillo mostrandole las tetas,uno de los viejos deja caer el encendedor al suelo. La luz ya eratenue y no se distinguía mucho, por lo cual ella se inclinó abuscar el artilugio dejando a la vista su enorme orto redondo y suconcha húmeda. Fue ahí que entré en escena yo antes de quetuviéramos que lamentar alguna víctima. Me acerqué y la abracémetiendole la mano debajo de la mini, bien en el ojete y para queellos vieran quien era el macho. Ella estaba como loca, inundada deplacer. Cuando llegamos a casa garchamos como nunca, estas aventurasrecién empezaban... (continuará)
Cuando me levanté a esta yegua no lopodía creer, un hembrón total digno de primer premio en cualquiercampeonato de hembras. Alta, gambas largas y tonificadas, un ortodescomunal, medio veterana, con mucha experiencia, pseudointelectual, ejecutiva, las tenía todas la hija de mil puta. Encimagarchaba y tiraba la goma como nadie, Sonia Putota era la novia quequerías tener, siempre dispuesta a recibir chota, a cualquier hora.Con el tiempo y a medida que me iba ganando su confianza, me fuecontando cuales eran sus fantasías, y yo iba tomando nota. A lacheta de mierda le calentaban los jovatos, era su perversión desdemuy pequeña. Así que puesto manos a la obra, armé un plan a miestilo con el fin de ir logrando mis objetivos.
La primera proposición que le hice fuesalir a pasear al parque a la tardecita, a esa hora que poco a pocova oscureciendo. Le pedí si se podía poner una mini o vestito cortopero sin tanguita. Aceptó de mil amores para mi sorpresa. Al llegaral parque estaba lleno de jubilados sentados en los bancos, lleno deviejos pajeros que se quedan para ver minitas, así que fuimosdesfilando lentamente por el paseo para que los viejos entraran alevantar temperatura. Era hermoso como caminaba la reputaza, un pocohaciendose la distraída y otro poco de putona nomás. Cuando empezóa oscurecer le susurré dándole un cigarrillo que fuera a pedirfuego a un par de viejos hijos de puta que estaban charlando en unbanco, yo permanecí alejado, quería observar. Los viejos sevolvieron loco al ver caminar hacia ellos a semejante yeguón. Ellade pie, los gerontes sentados mirándola de arriba a abajo. Lostacones de aguja, la mini blanca, la piel con pecas y bronceadita,una bestia.
Empezaron a piropearla, y cuando seinclina para que le enciendan el cigarrillo mostrandole las tetas,uno de los viejos deja caer el encendedor al suelo. La luz ya eratenue y no se distinguía mucho, por lo cual ella se inclinó abuscar el artilugio dejando a la vista su enorme orto redondo y suconcha húmeda. Fue ahí que entré en escena yo antes de quetuviéramos que lamentar alguna víctima. Me acerqué y la abracémetiendole la mano debajo de la mini, bien en el ojete y para queellos vieran quien era el macho. Ella estaba como loca, inundada deplacer. Cuando llegamos a casa garchamos como nunca, estas aventurasrecién empezaban... (continuará)
5 comentarios - Sonia Putota, una cheta muy chanchota (Ep.1)