Nadie nos ha hablado de nuestro placer. En la escuela nos hablan del sexo como acto reproductivo, y los inputs que nos dan son siempre terroríficos: “cuidado no te quedes embarazada, cuidado no pilles una ETS!”. Nadie nos habla de afecto, de amor, de caricias, de juego, de deseo. Nadie nos explica cómo es nuestro órgano, donde tenemos el clítoris, y lo importante que es en la obtención del placer. Algo difícil de ver entre chicos, donde la masturbación es algo casi social, algunos lo hacen en grupo, hablan de ello, etc. Nuestros padres tampoco no saben cómo encararlo, no saben cómo hablar de sexo, aunque sean abiertos, tampoco nadie les ha enseñado a ellos. Entonces básicamente la información que recibimos en general es de protección, nunca se nos habla del sexo como algo placentero. Más tarde llegan las conversaciones con amigas, y sí, es verdad, nunca se suele hablar del fracaso, de los problemas, y eso es un error, porque justamente hablar de ello nos hace sentir menos solas, menos raras. Otro problema que he detectado, es que aunque hablemos de sexo, no hablamos de una manera profunda, nos quedamos con: “estuvimos follando toda la noche, la tenía enorme, me corrí 5 veces” pero nunca compartimos detalles más íntimos, supongo que por vergüenza, pero son esos detalles los que nos pueden ayudar a disfrutar más, a obtener ese placer que muchas veces no logramos. Compartir posturas, zonas erógenas, maneras de acariciar, de besar, etc…
Me encuentro muchas chicas que me explican que nunca han llegado al orgasmo, ni con la pareja ni masturbándose. Pero es que es normal teniendo en cuenta la poca información que recibimos y los tabúes y las culpas que todavía acarreamos. Algunas de ellas no saben ni dónde deben tocarse ni cómo. Y es frustrante, teniendo en cuenta que todas de pequeñas nos tocamos, porque es algo natural, pero a medida que crecimos ya sea por las reacciones de los mayores: “niña no te toques allí” o incluso por el hecho de que los padres y madres no sepan afrontarlo y hablarlo, se crea un sentimiento de culpa, que cuesta mucho de quitarte de encima. Hay chicas que me dicen que se sienten mal cuando se tocan, y eso me entristece muchísimo, cuando el sexo debería ser lo más natural del mundo.
Así que debemos sacudirnos todo ese sentimiento de culpa judeocristiano, sacarnos de encima la vergüenza y tocarnos, auto conocernos, descubrirnos, es la única manera de disfrutar del placer y poder comunicarlo luego a las parejas. Y hablarlo con las amigas, y con la familia.
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