Hacia poco que nos mudamos al barrio y el clima de noviembre ya era templado. Empecé a hacer ejercicios en el gimnasio del club house, en el cual habitualmente me encontraba con un hombre muy amable con quién comenzamos a conversar.
Su nombre es Juan, tiene poco más de 40 años, empresario, separado y con 3 hijos. En el barrio vive solo y los hijos pasan un fin de semana por medio con el.
Un poco más alto que yo, pelo corto rapado, algo canoso y barba muy prolija. Siempre con ropa de marca y reloj que denotaban un estatus de nivel.
Su casa de dos plantas tenía una terraza cubierta que llamaba la atención pero nunca le pregunté por ella.
Al principio las conversaciones eran sobre fútbol, negocios y situaciones en general como la política. Luego de algunas semanas ya con más confianza nos contábamos situaciones personales. Por ejemplo el motivo por el cual durante los últimos 15 días se bañaba en el vestuario y no en la casa. Estaba haciendo una refacciones y estaba sin agua más que en la cocina.
Estábamos a principios de diciembre con unas temperaturas de 30°. Ese fin de semana nuestros hijos se fueron a casa de los abuelos y siendo las 13hs yo terminé mí trabajo y le escribo por wa a Juan si quiere ir a hacer la rutina habitual. Me avisa que en media hr va. Mí mujer baja con una bikini azul que me vuelve loco. Se va a tomar sol mientras estudia al parque. Mientras prepara el mate en la cocina aprovecho para acariciarla y me agachó a morderle la cola que con la tanga bien metida era como si no tuviera nada. Se dan vuelta, y le cortó la parte de adelante para ver cómo se había arreglado su pubis para la 👙 dejando un perfecto camino de sus rubios pelitos cortitos. Se tapa y me dice: ahora no. A la noche. Agarra el mate, la compu y se va al parque.
Al rato de estar en la bici llega Juan y me cuenta que era la última vez que se yo va a bañar en vestuario, ya que estaban terminando el trabajo en su casa. Mientras corríamos me cuenta que a la noche iba a festejar con unos amigos en su casa. Y ahí vino la revelación que me hizo volar la cabeza: me cuenta que hace años tiene amigos del mundo swinger y que cada tanto hace una cena en la casa y está noche era el recuentro los pandemia.
Mientras íbamos hacia el vestuario le cuento que me parecía fantástico el poder vivir la sexualidad de esa manera. Y me contó que suele ser invitado a fiestas privadas, pero que más allá de algunos encuentros con una mujer, otra con dos mujeres y dos veces con una pareja hombre/mujer no solía hacer nada en ellas más que tomar lo mejor que haya, fumar un porro y divertirse con charlas y propuestas.
Mientras se quita la ropa y menciona que siempre se mantiene depilado pero que en las mujeres les gusta el pelito arreglado, se va camino a la ducha. Desde atrás yo le digo: a mí me pasa igual!
Casi pegada a su respuesta de "me te calienta una pubis bien arreglado", dice: puta madre no hay agua!
Automáticamente le digo vestirte vení a casa.
De camino me contó algunos detalles que no hacían más que acelerarme los ratones, hasta que se me ocurrió hacer una travesura con mí mujer.
Llegamos. Ella estaba recostada en el sillón con su bikini y un rodete. Toda su piel blanca y suave siempre me parecen un manjar. En la tele Spotify sonaba con algo de rock nacional.
Los presento y se saludan un choque de puños. Le cuento a mí mujer que no había agua en el vestuario y en un rato terminan un laburo en la casa, asique se venía a bañar. Le indico dónde está el baño y me voy a la cocina. Le digo a mí mujer que quería hacer una travesura: deje la puerta del baño entre abierta, anda y llévale la toalla vos y espialo. Primero, automático, puso cara de duda,.pero un segundo desp me dijo un Dale! Pícaro y ahí fue.
Un minuto después viene a la cocina riendo guiñando un ojo y la.lengua afuera, como el emoji. Me dijo que no se veía nada porque la.puerta estaba casi cerrada, asique golpeó y entró directamente. Que el se dio vuelta en la ducha y se quedó inmobil. Que vio que la tenía medio parada y sonriendo le dijo que le dejaba la toalla. Al salir se dio vuelta,.lo volvió a mirar y cerro. Medio nerviosa.me.dijo que parecía como una película erótica y le pareció muy divertido. Que Juan era atractivo y su pija depilada se parecía a la mía aunque más fina y más larga, pero del mismo color morocho. Se puso un vestido solero y se fue a su clase de estreaching.
Juan salió vestido un min xesp, se despidió y se fue rápidamente. Al rato me escribe para contarme lo que pasó y que no quería malos entendidos. Le dije que se quede tranquilo que era una travesura mía. Me dijo que si me pareció divertido que a la noche nos esperaba en la reunión.
Cuando ella llegó yo estaba más caliente que nunca y acostados al sol nos quedamos conversando si aceptamos la invitación. Decidimos que si, total estábamos en noche de solteros.
Cayó el sol, nos bañamos, cambiamos y emprendimos viaje hacia la casa de Juan. Yo como siempre jean y camisa. Ella un vestido bien holgado hasta poco arriba de las rodillas, con estampado de pequeñas flores celestes. No hay hombre en la tierra que al verla no se encandile. Y va de mí mano. Si supieran lo que es en la intimidad no lo podrían creer. Y cuando toma un poquito....
Su nombre es Juan, tiene poco más de 40 años, empresario, separado y con 3 hijos. En el barrio vive solo y los hijos pasan un fin de semana por medio con el.
Un poco más alto que yo, pelo corto rapado, algo canoso y barba muy prolija. Siempre con ropa de marca y reloj que denotaban un estatus de nivel.
Su casa de dos plantas tenía una terraza cubierta que llamaba la atención pero nunca le pregunté por ella.
Al principio las conversaciones eran sobre fútbol, negocios y situaciones en general como la política. Luego de algunas semanas ya con más confianza nos contábamos situaciones personales. Por ejemplo el motivo por el cual durante los últimos 15 días se bañaba en el vestuario y no en la casa. Estaba haciendo una refacciones y estaba sin agua más que en la cocina.
Estábamos a principios de diciembre con unas temperaturas de 30°. Ese fin de semana nuestros hijos se fueron a casa de los abuelos y siendo las 13hs yo terminé mí trabajo y le escribo por wa a Juan si quiere ir a hacer la rutina habitual. Me avisa que en media hr va. Mí mujer baja con una bikini azul que me vuelve loco. Se va a tomar sol mientras estudia al parque. Mientras prepara el mate en la cocina aprovecho para acariciarla y me agachó a morderle la cola que con la tanga bien metida era como si no tuviera nada. Se dan vuelta, y le cortó la parte de adelante para ver cómo se había arreglado su pubis para la 👙 dejando un perfecto camino de sus rubios pelitos cortitos. Se tapa y me dice: ahora no. A la noche. Agarra el mate, la compu y se va al parque.
Al rato de estar en la bici llega Juan y me cuenta que era la última vez que se yo va a bañar en vestuario, ya que estaban terminando el trabajo en su casa. Mientras corríamos me cuenta que a la noche iba a festejar con unos amigos en su casa. Y ahí vino la revelación que me hizo volar la cabeza: me cuenta que hace años tiene amigos del mundo swinger y que cada tanto hace una cena en la casa y está noche era el recuentro los pandemia.
Mientras íbamos hacia el vestuario le cuento que me parecía fantástico el poder vivir la sexualidad de esa manera. Y me contó que suele ser invitado a fiestas privadas, pero que más allá de algunos encuentros con una mujer, otra con dos mujeres y dos veces con una pareja hombre/mujer no solía hacer nada en ellas más que tomar lo mejor que haya, fumar un porro y divertirse con charlas y propuestas.
Mientras se quita la ropa y menciona que siempre se mantiene depilado pero que en las mujeres les gusta el pelito arreglado, se va camino a la ducha. Desde atrás yo le digo: a mí me pasa igual!
Casi pegada a su respuesta de "me te calienta una pubis bien arreglado", dice: puta madre no hay agua!
Automáticamente le digo vestirte vení a casa.
De camino me contó algunos detalles que no hacían más que acelerarme los ratones, hasta que se me ocurrió hacer una travesura con mí mujer.
Llegamos. Ella estaba recostada en el sillón con su bikini y un rodete. Toda su piel blanca y suave siempre me parecen un manjar. En la tele Spotify sonaba con algo de rock nacional.
Los presento y se saludan un choque de puños. Le cuento a mí mujer que no había agua en el vestuario y en un rato terminan un laburo en la casa, asique se venía a bañar. Le indico dónde está el baño y me voy a la cocina. Le digo a mí mujer que quería hacer una travesura: deje la puerta del baño entre abierta, anda y llévale la toalla vos y espialo. Primero, automático, puso cara de duda,.pero un segundo desp me dijo un Dale! Pícaro y ahí fue.
Un minuto después viene a la cocina riendo guiñando un ojo y la.lengua afuera, como el emoji. Me dijo que no se veía nada porque la.puerta estaba casi cerrada, asique golpeó y entró directamente. Que el se dio vuelta en la ducha y se quedó inmobil. Que vio que la tenía medio parada y sonriendo le dijo que le dejaba la toalla. Al salir se dio vuelta,.lo volvió a mirar y cerro. Medio nerviosa.me.dijo que parecía como una película erótica y le pareció muy divertido. Que Juan era atractivo y su pija depilada se parecía a la mía aunque más fina y más larga, pero del mismo color morocho. Se puso un vestido solero y se fue a su clase de estreaching.
Juan salió vestido un min xesp, se despidió y se fue rápidamente. Al rato me escribe para contarme lo que pasó y que no quería malos entendidos. Le dije que se quede tranquilo que era una travesura mía. Me dijo que si me pareció divertido que a la noche nos esperaba en la reunión.
Cuando ella llegó yo estaba más caliente que nunca y acostados al sol nos quedamos conversando si aceptamos la invitación. Decidimos que si, total estábamos en noche de solteros.
Cayó el sol, nos bañamos, cambiamos y emprendimos viaje hacia la casa de Juan. Yo como siempre jean y camisa. Ella un vestido bien holgado hasta poco arriba de las rodillas, con estampado de pequeñas flores celestes. No hay hombre en la tierra que al verla no se encandile. Y va de mí mano. Si supieran lo que es en la intimidad no lo podrían creer. Y cuando toma un poquito....
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