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Dando el paso

Mi nombre es Kike, tengo 29 años, mi novia Mariana tiene 27 años, tenemos una vida sexual muy activa, nos gusta experimentar cosas nuevas, siendo la imaginación el límite. Ella es una chica alta, delgada y con unos pechos pequeños y redondos, con un culo que atraer las miradas mientras camina por la calle.

Un día platicando de nuestras fantasías, me comentó que le gustaría participar en un trio, a lo que empezamos a comentar que es lo que nos gustaría de esa experiencia.

M: llevo un tiempo pensando que me gustaría que hiciéramos un trio
K: con una mujer?
M: siendo sincera, me excita la idea de que fuera con otro hombre

Al escuchar esas palabras sentí una mezcla de celos y excitación, en algunas ocasiones mientras me masturbaba, me imaginaba esa situación, pero jamás me imaginé que en algún momento ella lo mencionará.

M: tendrías problemas con eso?
Tomando valor le respondí
K: la verdad llevo tiempo con la fantasía de ver cómo interactúas con otro hombre, pero es una fantasía que me da miedo cumplir
M: si es algo que pudiera lastimarte, preferiría no cumplirlo

Esa noche la conversación se quedó ahí, pero se volvió un pensamiento recurrente, día y noche pensaba en la posibilidad, los pros y contras de cumplir nuestra fantasía, no es sencillo aceptar la idea de ver a tu novia cogiendo con alguien más.

Dos semanas después, Mariana me platico que entró un chico nuevo a su trabajo, a ella le tocó darle el recorrido por las instalaciones y una pequeña capacitación, ella le dio su teléfono para poder resolver cualquier duda que pudiera tener, para ella fue un chico insignificante, ni siquiera recordaba su nombre.

Durante la noche mientras estábamos recostados le llegó un mensaje:
J: Hola, muchas gracias por el recorrido, creo que este trabajo me gustará mucho

Mariana sin pensarlo me dijo, -mira, el chico nuevo me mandó un mensaje para agradecerme y yo ni su nombre se jajaja-, reímos por la situación y se limito a contestarle

M: fue un placer mostrarte las instalaciones y si te puedo ayudar en algo más solo dime

Nosotros continuamos nuestra charla, habíamos olvidado por completo la existencia del chico, cuando su celular volvió a sonar.

J: el placer fue todo mío, en verdad tengo mucha suerte, no siempre puedes conocer a una mujer tan atractiva

Mariana me leyó el mensaje diciendo que el chico era muy amable y educado. Al escuchar eso comencé a reír, ya que eran obvias las intenciones del chico.

K: es obvio que el tipo quiere contigo
M: claro que no, hay mil chicas guapas en el trabajo, por qué se fijaría en mí
K: pues tú eres una de esas mil chicas guapas, razones para fijarse en ti sobran
M: te demostraré que te equivocas

Mariana regreso a su teléfono y le contesto:

M: muchas gracias, pero no deberías decirle esas cosas a alguien a quien acabas de conocer y que aparte es mayor que tu, dime, cuántos años tienes?
J: no creo que tengas muchos años más que yo, cumplo 19 años el siguiente mes, aparte para el amor no hay edad
M: pero que cosas dices, eres un niño, que vas a saber de amor?
J: está bien, me deje llevar, aún no hablemos de amor, pero si de lo atractiva que eres

Mariana se sintió incómoda con el rumbo de la conversación y decidió dejar de contestarle, a la mañana siguiente cuando reviso su teléfono se dio cuenta que tenía otro mensaje

J: no puedo esperar para verte en el trabajo

Mariana se sintió incomoda y a la vez halagada, que un chico de 19 años se fijara en ella le resultó interesante.

Asi paso un mes, Mariana me comentaba de vez en cuando que el chico no paraba, apesar de que ella le indicara que no estaba interesada.

Hasta que en una noche de tragos, Mariana y yo decidimos ir a un motel, al llegar pedimos una botella de vino para continuar con el alcohol y decidimos llenar el jacuzzi. En lo que esperábamos empezamos a platicar de sexo y fantasías para ir calentando el ambiente. Ella volvió a tocar el tema del trío, le estuvimos dando algunas vueltas sin llegar a una conclusión, era obvio que los dos queríamos, pero el miedo a abrir una puerta a lo desconocido nos detenía. La llegada de un mensaje al teléfono de Mariana detuvo nuestra conversación.

J: me dejaras invitarte un trago o me seguirás ignorando...?

Mariana estaba dispuesta a darle una negativa más, hasta que la detuve.

K: mira, si le seguimos dando vueltas posiblemente nunca nos animemos a cumplir nuestra fantasía, por lo que si te animas...
M: acaso estás loco! Si ves que el chico no me deja de molestar, le diré que no y ya
K: piénsalo un momento, es nuestra oportunidad, no es un completo desconocido y tampoco es alguien que pueda causar problemas en nuestra relación...

Después de darle mil razones logré hacer que aceptará.

M: está bien, pero como lo hacemos?
K: déjamelo a mí

Tome el teléfono de Mariana y le conteste al chico:

M: te propongo algo mejor, que dices?
J: eso me parece bien, yo haré lo que me digas.
M: te mandaré un taxi, cuando llegues al destino me marcas
J: pero a dónde me llevará el taxi? Cuál es el plan?
M: no dijiste que harías lo que yo te dijera?
J:...
M: tranquilo, estoy segura que te gustará el plan
J: está bien, te mando mi dirección

En cuanto nos mandó su dirección le mandamos un taxi de aplicación, nosotros estábamos nerviosos, la aplicación nos indicaba que el chico llegaría en 30 minutos, durante 20 minutos estuvimos callados, al ver qué el chido estaba por llegar decidí romper el silencio.

K: estás segura de esto?
M: pues claro que no, pero ya no hay vuelta atrás.

Al escuchar lo nerviosa de su vos, la tomé de las manos y comencé a besarla, un beso romántico para relajarnos, al seguir besándonos se fue convirtiendo en un beso tan lleno de lujuria, era obvio que los dos estábamos excitados por la situación, hasta que el teléfono de Mariana nos interrumpió.

J: ya estoy aquí.
M: perfecto, estoy en la habitación 308

Los minutos comenzaron a pasar lentamente, fueron los 5 minutos más largos de mi vida, me sentía como en un sueño, como si nada de lo que estaba sucediendo fuera real, desperté de golpe al escuchar el toque de la puerta. Mariana se dirigió a abrirle, el chico al entrar intento besarla inmediatamente, ella lo detuvo y le dijo -antes tenemos que hablar- señalándome al mismo tiempo.

K: hola, soy el novio de Mariana
J: que está pasando aquí?
M: tranquilo, te explicaremos todo, pasa

El chico entro nervioso sin saber que esperar, para que notará que no había ningún problema me acerque para ofrecerle una copa con vino, la cuál recibió con un mano temblorosa.

M: mira, mi novio y yo llevamos un tiempo planteando la idea de tener un trio, estás interesado?

El chico pasó su mirada de ella a mi, una y otra ves, se notaba que estaba más nervioso que nosotros, y era de esperarse apenas tenía 19 años.

K: es algo que hablamos y tomamos la decisión de que eres un buen candidato, en verdad que no tienes nada de que preocuparte

El chico seguía mirándonos sin emitir una palabra, Mariana y yo nos miramos, cuestionando si había sido la mejor decisión. Al ver qué el chico no parecía estar dispuesto, Mariana decidió hacer un último intento, se acerco lentamente a el, lo tomo de la mano y lo condujo a la cama, el chido caminaba torpemente pero sin mostrar ningún tipo de resistencia, Mariana lo puso a la orilla de la cama y comenzó a besarlo lentamente, el poco a poco comenzó a corresponderle.
Yo camine hasta ponerme detrás de Mariana, puse mis manos en su cintura y comencé a besarle el cuello. Mariana al notar que nuestro invitado comenzaba a tomar confianza empezó a tocar sus brazos y pecho. El chico era alto y delgado, no era del tipo musculoso pero se notaba que hacía ejercicio, Mariana levanto su playera hasta quitársela y prosiguió pasando sus manos por cada lugar de su cuerpo, al bajar lo tomo de las manos y las llevo a su pecho, yo me limitaba a tocar la espalda de Mariana y a masajear su hermoso culo. El joven entrado en confianza le saco la blusa a Mariana, con sus manos liberó sus pequeños pero firmes pechos, el sin pensarlo comenzó a besarlos y pasar su lengua por sus pezones, Mariana lanzaba ligeros gemidos que indicaban lo mucho que lo estaba disfrutando. Yo desabroche su pantalón y comencé a bajarlo, dejando a la vista la tanga negra que llevaba, pase lentamente mi mano entre sus piernas y me di cuenta lo mojada que estaba, por lo que comencé a masturbarla, ella al sentir el estímulo comenzó a gemir cada vez más fuerte, apresurada se dirigió al pantalón del chico, con una gran habilidad le quitó el cinturón y desabrochó el botón, mientras le bajaba el pantalón se fue agachando hasta quedar de rodillas, tomo del resorte los boxers y los bajo de un solo tirón, saliendo como resorte el pene de chico, Mariana se quedó quieta por un momento, giro su cabeza buscando mi mirada, note claramente su cara de sorpresa, era un pene bastante grande, por un momento me sentí intimidado, ya que era de mayor tamaño que el mío, Mariana me tomo de la mano y cambio si cara de sorpresa por una sonrisa que me regreso la confianza. Al regresar la vista hacia el chico Mariana le dijo -pero que rica verga tienes, en definitiva tomamos la decisión correcta- tomo con su mano la enorme verga y comenzó a masturbarlo, acercando sus labios a la cabeza para comenzar a succionar. En un momento me di cuenta que yo ya no estaba participando, camine lentamente hasta un banco que se encontraba en la habitación, me senté y me dispuse a liberar mi pene de su prisión, Mariana me miró extrañada y le dije -esta es tu noche y quiero mirarte disfrutar-. Al escuchar esas palabras Mariana comenzó a darle una mamada monumental al chico, no podía creer que le entrara esa enorme verga completa en la boca. El chico se retorcía de placer mientras que con una mano tomo a Mariana de la cabeza para el comenzar a marcar el ritmo de la mamada, el chico al sentir que estaba por terminar saco su verga de la boca y levanto a Mariana, velozmente la giro y le bajó la tanga, se puso de rodillas y con sus dos manos separó las nalgas de mi novia, para comenzar a meter su lengua en su vagina y pasarla por su culo, era una imagen increíble, ver a Mariana gemir de esa forma me tenía a punto de explotar, por lo que decidí cambiar de lugar, me senté en la cama de frente a Mariana.

K: que tal lo está haciendo nuestro invitado?
M: me está mamando el culo increíble!!!
K: que más quiere que te haga?
M: quiero que me coja! Que me coja duro!!

El chico al escuchar esas palabras se incorporo y se puso detrás de Mariana, comenzó a introducir su verga en ella, la cara de Marian se desfiguró de placer y soltó un gemido que casi me hace terminar. El chico la tomo de la cintura y comenzó a darle unas brutales embestidas, Mariana gemía y me decía

M: te gusta? Te gusta ver cómo me cogen? Cómo se cogen a tu novia?
Yo impactado por la imagen apenas y podía formular palabras, hasta que logré decirle -me encanta ver cómo disfrutas-
M: estoy disfrutando mucho de esta enorme verga, me están cogiendo como nunca

Al escuchar esas palabras sentí un mar de celos y excitación, estaba en un punto de confusión total, y más al escuchar lo que tenía que decir el chico al respecto.

J: si te gusta putita?, Yo sabía que te iba a gustar mi verga, se notaba que eras una perrita cachonda
M: siiii, me encanta tu verga!!! Soy bien putita!!!
J: de quién eres putita?
M: tuya!!! Soy tu putita, cógeme como quieras!!!

Yo estaba incrédulo, jamás me imaginé que mi novia le dijera esas palabras a otro hombre, durante el sexo siempre nos decíamos cosas, pero el escuchar que se aceptará putita de otro me volaba la cabeza.

El chico con una mano la tomo de cabello para poder darle embestidas más fuertes y con la otra mano comenzó a darle nalgadas que retumbaban como truenos, Mariana gemía intensamente con cada nalgada suplicando que le siguiera dando, que no para.

Después de unas cuantas embestidas más, con un movimiento rápido y preciso, saco su verga de Mariana y la giro lanzando una gran cantidad de semen en su pecho y alguna gotas que llegaron a su cara, cerca de sus labios, Mariana las alcanzó con su lengua y las saboreó.
El chico se dirigió al baño, Mariana aprovecho para comenzar a masturbarme y ayudarme a terminar, mientras me decía

M: pero que bien coge!
K: que fue lo que más te gustó?
M: el tamaño de su verga y lo duro que me la metía!

Antes de poder seguir preguntándole como la había pasado termine en gran cantidad, ella tomo mi semen con la mano y se lo llevó a la boca diciéndome -tu siempre serás el único-, esas palabras me hicieron sentir una gran tranquilidad, por qué sabía que aún que acababa de coger con otro enfrente de mi, ella siempre me respetaría, pero no contaba con lo que seguiría esa noche...

Continuara...

3 comentarios - Dando el paso

DnIncubus
Uff me huele a qué te dejaron por el chiquillo de 19? Digo suponiendo, sino tocar a ver que pasará, saludos gente 👍 Excélsior 👏😁
Goldfinger95
no es creíble el relato

ella de tener miles de dudas pasó a decirle a otro que es su puta enfrente de vos sin medir las consecuencias

el pasó del pibe tímido sin reacción a parecer un corneador experimentado de 50 años

jajaja naaa esto no sucedió de verdad ni en pedo