Mi Novia en el Cine Porno

Corría la década de los 2000; y con mi novia y actual esposa fuimos a conocer un Cine porno del microcentro. Ya habíamos escuchado historias no muy buenas, pero los dos nos moríamos de ganas de ir, así que el morbo pudo más.
La idea era que pudiéramos ver porno en pantalla gigante, y que ella pudiera transarse a otro o como mucho chupársela.

Apenas entramos, notamos que había 4 o 5 hombres distribuídos en los rincones del hall. Apenas notaron nuestra presencia, empezaron a asomarse y a acercarse lentamente hacia nosotros, con cara de desesperados.
Al vernos nos asustamos un poco y fuimos rápido al guardarropas.  El hombre que lo atendía nos dijo: "Vayan a la sala gay, que ahí no hay tantos pajeros. Desde que empezaron a venir héteros desesperados, las mujeres y parejas swingers no quieren venir. Por culpa de ellos, este cine en cualquier momento se funde y yo me quedo sin trabajo".

Nosotros le agradecimos; y después de salir, fuimos rápido a la sala gay.  Al entrar vimos que habría 4 o 5 parejas de chicos, distribuidos en toda la sala. Cada pareja estaba tranqui en la suya.
Al ver que en la pantalla había una película de lesbianas, los dos nos pusimos a verla contentos. Yo, feliz como todo hombre; ella, caliente como toda mujer, sacando afuera el lado bisexual que todas tienen tan reprimido por la sociedad.

Después de unos minutos mirándola y tocándonos un poco, los dos nos levantamos para salir.  En eso entra un flaco y nos mira.  Como mi novia le sonrió porque le gustaba, él se acercó y nos pusimos a hablar.  Como vimos que se portaba correcto y parecía educado, decidimos ir a uno de los rincones oscuros de la sala, así no nos podía ver ninguna otra persona. 

Apenas llegamos, se apoyaron contra la pared; se abrazaron y empezaron a besarse fuerte. Segundos después, a refregar sus pubis y tocarse por arriba de la ropa. Yo me quedé pegado a ellos, con mis ojos a unos 10 centímetros de sus bocas, mirando a esas lenguas y labios juguetones, llenos de saliva.   En un momento en el que dejaron de besarse, mi novia dio vuelta su cara y empezó a transar conmigo. Después seguimos compartiendo su boca unos segundos cada uno.   En un momento, casi sin darnos cuenta terminamos besándonos de a 3.  Nuestras bocas estaban abiertas y pegadas. Sacábamos nuestras lenguas y las movíamos desesperados. Estábamos tan calientes que no nos dio asco.

Después de unos minutos, por ser respetuoso y preguntarle si quería tener sexo, ganó el premio mayor.  Yo saqué un preservativo de mi bolsillo y se lo di. Mientras él se lo ponía, mi esposa se bajó los pantalones.  Segundos después introdujo su pene en la vagina y empezaron a tener sexo de parados, frente a frente.   

Como vi que el flaco la tenía bastante larga y no se la metía hasta el fondo, aproveché y puse mi mano entre sus pubis y empecé a masturbarla por el clítoris, mientras el se la ponía y sacaba, así su placer era extremo.
Cuando mi mano se empezó a acalambrar, la saqué y los dejé que sigan solos. Ahí se abrazaron bien fuerte y empezaron a coger hasta el fondo. 

Todo iba perfecto, pero en un momento aparecieron dos flacos y se pusieron a mirarlos.  Los 3, casi que al unísono, les pedimos que se fueran.  En vez de hacernos caso, uno de ellos intentó tocarla.  Ahí empezaron los problemas.
-Flaco, tomátelas y dejanos tranquilos, que nadie te invitó.  -Le dijo el que estaba con mi novia.  
-Dale, si la mina está acá es porque le gusta.  -Le contestó.
-Me gusta, pero no con cualquier parejo desubicado, idiota.  -Le contestó mi novia.
-Que puta maleducada!! -Le contestó el pajero. 

En ese momento, casi sin pensarlo, con el amante ocasional de mi novia los empujamos y empezamos a pelearnos con ellos.   
-Yo te voy a enseñar a tratar a una mujer, hijo de p... -Le dije mientras le pegaba.

 Por suerte los dos peleamos bien , por lo que los terminamos c.... a trompadas.  Y mi novia estaba tan enojada, que cuando uno cayó al suelo, empezó a pegarle patadas.  Cuando vimos que estaban hechos bolsa y no podían levantarse, los 3 nos fuimos corriendo. 

Cuando llegamos a la calle, los 3 estábamos muy alterados.  Mi novia todavía seguía asustada, temblando; nunca había pasado por semejante acoso. Ahí entendimos porque las mujeres no iban más.  Por suerte, en esos 2, pudimos vengar a todas las que tuvieron que pasar por algo así o peor. Se lo merecían por pajeros y desubicados.

  Debido al estado que teníamos, con mi novia nos fuimos, pero anotamos en número del flaco para verlo otro día. Y así fue; un par de veces nos encontramos e hicimos varios tríos bien calientes.

Gracias a todo/as por leerlo. Espero que les haya gustado. Les mandamos un beso.